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¿De qué lado estás?

POR LISA REA


experta en justicia restaurativa con más de 15 años de experiencia. En 2001 fundó el proyecto Justicia y Reconciliación en
California y que trabajaba con victimas de delitos violentos. Esta asociación fue la impulsora de la justicia restaurativa en EEUU.
Actualmente es la fundadora de Justicia Restaurativa Internacional una red de trabajo y asociación mundial sobre Justicia
Restaurativa. En este articulo, habla de algo que nos solemos preguntar muy a menudo, los que nos dedicamos a este campo ¿la
justicia restaurativa se centra en las victimas? ¿En los infractores? O ¿en ambos?

Muchos recuerdos vienen a mi mente cuando pienso en el trabajo que he realizado todos estos años en el campo de la
Justicia Restaurativa. Muy a menudo cuando hablo públicamente sobre este tema, digo que mi comprensión de esta
justicia y como me expreso de ella ha cambiado desde los años 90.

Pienso en algunos momentos relevantes en mi vida, que han tenido un efecto en mi forma de pensar acerca de la
justicia y su reforma. He tenido la suerte de contar con un conjunto variado de experiencias en este campo. Tal vez es
porque me siento atraída a un conocimiento más profundo de este trabajo. Creo que es cierto para muchos en este
ámbito. Mi experiencia no ha sido unilateral. Es decir he trabajado en “ambos lados del pasillo”, trabajando desde el
lado de las victimas pero también desde el de los infractores. A menudo me preguntan como me metí en el trabajo de
la reforma penitenciaria y reforma de la justicia. Trabajé en el área de la salud y el bienestar social en los Ángeles a
finales de los 80, donde oí a Chuck Colson en la radio. Me sentí atraída por esta entrevista que me llevó a aprender
más acerca de la Confraternidad Carcelaria. Durante esa entrevista escuché por primera vez, las palabras justicia
restaurativa. La descripción de Colson de esta justicia me agitó. Siempre me ha atraído cualquier lucha por la justicia y
los derechos civiles y siempre estoy preparada para luchar por las victimas de las injusticias. Mi primera experiencia
en el campo de la prisión fue como voluntaria para un programa de la Confraternidad Carcelaria que te emparejaba
con presos para intercambiar cartas, como amigos por correspondencia. Me di cuenta que mi pasión y experiencia de
trabajo en la política publica y abogacía, se aplicaría mejor trabajando para el grupo de Justice Fellowship, de la
Confraternidad Carcelaria.

Años más tarde, me fui a trabajar al primer centro estatal que Justice Fellowship, abrió en Sacramento, California.
Recuerdo un desayuno con una representante estatal de los servicios de victimas.

Me estaba escuchando sola con otra colega, hablando de manera apasionada sobre la Justicia Restaurativa. Algunos
años más tarde fui a comer con la misma funcionaria estatal que todavía trabaja en el campo de servicios para las
víctimas. Ella me dijo: “has cambiado”, la contesté: “¿Cómo es eso?”. Ella me explicó que estaba menos centrada en el
delincuente y más abierta a la difícil situación de las víctimas de delitos. Y esa es la idea. El almuerzo y este
intercambio tuvo lugar después de haber dirigido el primer programa intensivo victimas-infractores en prisión en
EEUU, el proyecto Sycamore Tree creado por Dan Van Ness de Justice Fellowship. Esa experiencia tuvo un gran
efecto en mi forma de pensar. Pero el comentario de esta persona me hizo detenerme un poco más. ¿Es tan diferente
cómo presenté la justicia restaurativa o en el pasado presenté la Justicia restaurativa explicando el valor del infractor
pero no reconociendo o comprendiendo el valor de las victimas?

Una cosa era cierta, había comprendido más sobre el verdadero impacto del delito en las victimas. Pero sin conocer y
saber de victimas de delitos serios, especialmente violentos, es difícil caminar realmente “en sus zapatos”. Tenemos
que conocerlas. No tengo tiempo de contar las historias de algunas de ellas, pero los recuerdos de estos intercambios
persisten y me traen a la memoria sus necesidades no satisfechas. Tres victimas me vienen a la mente aunque sin
compartir sus experiencias: Roberta Roper, Watt Stephen y Menkin Elizabeth.

56 Una mirada hacia la Justicia Restaurativa: Recuperando el derecho perdido


Otro momento que tuvo un efecto en mi forma de pensar fue el proyecto Sycamore tree en Texas. Este es un
programa que junta victimas e infractores por 10 o 12 semanas para discutir temas relacionados con la delincuencia y
explorar juntos la Justicia Restaurativa. Como directora del proyecto trataba de conocer al mayor numero de
participantes posibles, victimas e infractores por igual. Un delincuente cumplía condena por una larga lista de delitos
de “guante blanco”.

Como solía ser el caso tendría un intercambio con los internos sobre el programa y cómo lo veían, ya que
participaban en él, de semana en semana. Este infractor recuerdo que trabajaba sobre el proceso de asumir su
responsabilidad pero parecía que no estaba avanzando. Le insté a que considerarse a sus propias víctimas y pensara que
podía asumir para hacer las cosas bien. Aunque el proyecto estaba diseñado para llevar juntos victimas subrogadas e
infractores (no relacionados con sus casos) también estimulaba a los participantes a pensar en sus propios casos. El
programa sembraba la semilla de la esperanza en los corazones de muchas victimas y delincuentes de que tal vez algún
día podrían encontrarse con sus propios infractores o victimas. Recuerdo estar con este delincuente e instarle a qué
hacer para poner las cosas bien. Finalmente me dijo:” ¿de qué lado estas? Con una sonrisa ya que era un hombre
afable. Pero su pregunta me tomó por sorpresa. He repetido muy a menudo esta pregunta, cuando he hablado para
diferentes públicos desde este encuentro. ¿En qué lado estoy?

Para aquellos de nosotros que trabajamos en el ámbito de la Justicia Restaurativa y hacemos este trabajo el ideal, creo
yo que no estamos en ninguna de los dos lados en absoluto. Estamos en el centro de la justicia, instando la adopción
de la Justicia Restaurativa para beneficiar tanto a victimas, delincuentes como a la comunidad en la que vivimos.
Estamos en el lado de la justicia tan idealista como suena. Pero es cierto, estamos en un tranquilo y a veces no
tranquilo lugar donde suele haber una batalla en el campo de la justicia penal. Esta batalla, a menudo en las trincheras
legislativas está entre los que trabajan en la reforma de la justicia. Este trabajo se lo disputan las organizaciones o
entidades que representan intereses particulares. Y se espera tácitamente que tomemos partido. Tal vez esto es muy
similar al sistema legal, se representa al acusado o al estado. O se está del lado de la víctima o del de los delincuentes
(presos). Pero ¿se puede trabajar para mejorar y transformar el sistema para ambos? ¡Si! Y debemos trabajar en esta
dirección. Una última historia también una experiencia que ocurrió durante el proyecto del Sycamore tree, conocí a
una mujer cuya hija fue brutalmente asesinada por un asesino en serie.

El dolor que esta mujer llevaba en su corazón y mente era palpable. Desde el principio nos hizo saber que no estaba
segura sobre su participación en el programa, pero lo hizo y hasta el final. Como directora, tuve que escuchar
preocupaciones y quejas de muchos sobre este proyecto ya que fue el primero que se ponía en marcha en EEUU.
Como se hacia dentro de una prisión de mediana seguridad, las condiciones bajo las que trabajábamos eran restrictivas
como era de esperar. Traté de representar las necesidades de las víctimas y escuchar con atención sus preocupaciones,
como lo indicaba el proyecto. Me dijeron que no me preocupara demasiado por las críticas ya que no podía satisfacer
las necesidades de todas las víctimas. Al final esta mujer elogió el proyecto. Pero ella me dijo en privado: “usted, Lisa
nunca será una defensora de las victimas”. Yo me quedé asombrada por el comentario y un poco herida por la
franqueza. Pero miro atrás y me doy cuenta que no importa. El trabajo es bueno.

No podemos ser abogados de las victimas o abogados de los delincuentes, de hecho tal vez esto no sea el ideal. Estas
breves experiencias dan una idea de cómo aquellos de nosotros que trabajamos en el campo de la Justicia
Restaurativa, somos recibidos.

Alguien estará disgustado si no se pone de su lado. Pero lo único que se puede hacer en este trabajo es no tomar
partido: la empatía es algo que necesitamos pero también la neutralidad. Lo que si deseamos es que el resultado en
cualquier caso permita una mayor curación de las victimas, y si, en el delincuente una asunción de responsabilidad
para permitir su transformación. Cuando nos fijamos en este campo desde un punto de vista de la política pública
frente a un punto de vista de caso por caso, queremos la misma cosa. Queremos una justicia que funcione, que sea
justa y equilibrada y que restaure tanto como sea posible.

57 Una mirada hacia la Justicia Restaurativa: Recuperando el derecho perdido


Nota de la coordinadora: Este artículo de Lisa Rea es una pregunta o más bien una duda, que muy a menudo se nos plantea a los
que trabajamos en el ámbito de la Justicia Restaurativa, en quién se centra esta justicia, ¿en las víctimas o en el infractor o en
ambos? Aunque la mayoría creemos que no se trata de estar en un lado o en otro, claramente la Justicia Restaurativa es muy
beneficiosa para toda clase de victimas, ya sea de delitos leves o muy graves, por eso es necesario que las victimas conozcan estos
beneficios, y para esto nuestra labor es importante pero ¿qué mejor que sepan como puede ayudarlas esta justicia que de propia voz
de otras víctimas, que hayan conocido sus beneficios en primera persona? Es esencial contar con el testimonio de victimas para las
cuales la Justicia Restaurativa en sus diferentes formas y versiones haya supuesto un cambio, un punto y aparte en su vida, y un
camino hacia su recuperación física y moral.

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