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Seminario de Arte Mexicano del siglo XX

Docente: Arturo López


Maestría en Artes por la Universidad de Guanajuato
Alumna: Ana Graciela Aguilar Balderas

VISIONES, TRANSFORMACIONES Y NACIMIENTOS EN EL ARTE


MEXICANO DEL S. XX

Este escrito pretende dar un panorama general de los acontecimientos


históricos tanto internacionales como mexicanos que a mi parecer fueron
relevantes para el arte mexicano del siglo XX. En estos acontecimientos hago
hincapié de la postura artística que se tomó al momento en el caso mexicano o
de la influencia artística que influyó al contexto mexicano.
Por otro lado, tomo la postura del aura en W. Benjamin en estos diferentes
aconteceres artísticos como un sentido crítico al arte del momento, mi punto de
vista sobre el arte prehispánico en los mismos y la postura técnica.
Cabe mencionar que la metodología a seguir es la Teoría Crítica por su sentido
holístico ya que toma el acontecer histórico no solo del presente, sino que
analiza el pasado y pretende realizar predicciones a futuro en base de un análisis
dialéctico-reflexivo. Y por qué toma la vida social del individuo no como un
individuo aislado ni una generalidad de individuos si no una relación con otros
grupos, clases y entornos para poder entender los movimientos artísticos, la
estética y el quehacer artístico de su época.

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ANTECEDENTES INTERNACIONALES
Sin duda no solo México sufre cambios importantes en este siglo, pero hay
acontecimientos internacionales que influyen más que otros como, por ejemplo:
en el campo de lo social y filosófico las repercusiones directas para el hombre y
por el hombre en su entorno, cambiando así el concepto del ser y su existencia
con la revolución rusa, primera y segunda Guerra Mundial.
En el plano económico, tecnológico y de igual modo en lo social, el gran auge de
la Revolución industrial, si bien esta se abre desde mediados del s. XIX es, en la
segunda etapa en los albores del s. XX que hablamos de una internacionalización
y globalización de la industria y por tanto movilidad no solo de mercancías sino
también de personas con sus ideas, costumbres, creaciones, etc. El mundo
comenzaría a ser más conectado que antes. No olvidemos los nuevos estratos
sociales; el proletariado y la burguesía.
En el plano artístico todas las corrientes occidentales y afirmaciones de los ismos
donde en muchos de estos y estas México ve un campo fructífero que analizar y
también copiar para mantenerse a la vanguardia y a las necesidades modernas
de la época.
México de igual modo fue inspirador en varios ámbitos como lo fue para la
Revolución Rusa del 1917 de aquí que trajera de vuelta esa inspiración con una
mirada relevante hacía nuestro país de grandes artistas rusos como lo serían:
Eisenjstein, Dzija Vertov, Kulesov y otros intelectuales militantes del
comunismo. Digamos que esta inspiración fue reciproca a nivel teórico, técnico
y militante entonces; filosófico, artístico y político.
De estas inspiraciones reciprocas podemos hablar de toda la inmigración, sobre
todo de refugiados españoles y catalanes con el inicio de la guerra civil española
y el franquismo. Antes de la guerra civil, España gozaba de un periodo muy
importante en las letras y las artes las cuales quedaron truncadas, pero que en
México nos aportaron visiones distintas de escritura, educación y gestión
cultural entre otras cosas. De igual modo algunos escritores tuvieron su periodo
fecundo en México o bien son conocidos gracias a su trabajo en el exilio, como
el caso de Pere Calders.

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A grandes rasgos enuncio los acontecimientos internacionales que me parecen
relevantes e influyentes en el México del s. XX, sin embargo, México tiene su
propia historia, propio contexto y problemáticas de considerar para enmarcar
las nuevas visiones, transformaciones y nacimientos artísticos de lo que sería el
siglo más fructífero y versátil en las artes mexicanas.

ANTECEDENTES MEXICANOS
El Porfiriato fue un periodo muy largo en nuestra historia y por tanto, las formas
sociales, comportamentistas, artísticas estuvieron muy arraigadas. Este tipo de
autoridad es la que señalaría Horkheimer y Adorno como el tipo de forma
autoritaria que tiene sus propias formas de visión estética y que no le importa
(o no le conviene) que la masa1 se aproxime a ellas para poder continuar con su
sistema dictatorial.
Si bien en esta época entramos a una era de modernización necesaria para el
progreso, la tecnología y la técnica no estaba al alcance de todos por su naciente
inserción y por su costo elevado. El asno metálico en este periodo no substituyó
al real, los hilos conductores para poder hablar a distancia estaban
prácticamente en el uso de la industria y al de super elites y ni poder pensar
retratar al muertito con ese flashazo que captura la imagen. Así que la parte
artística era bien poco creativa pues se mantenía a la tradición y cánones
europeos, ligada a la producción para elites, para su ocio y regocijo. Ni si quiera
tenía un sentido expositivo dedicado únicamente a la contemplación del arte o
reflexión y mucho menos el pueblo (la masa) no era participe ni a su producción,
ni a su regocijo.
El arte prehispánico en este periodo muy probablemente no fue considerado
como arte sino simplemente como una manifestación ritualista tan lejanas que
no podría pertenecer al progreso, no cabía en la europeización mexicana por
tanto se aniquilaría su valor estético.

1Considero el concepto de masa como hombres históricamente actuantes en sociedad que persiguen sus
propios intereses y los de la comunidad
2 Kambas, Chryssoula (2000), "Kunstwerk", en B. Echeverria.

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Pero el sentido reivindicativo del ser un México realmente independiente con
mexicanos en mejores condiciones, realmente progresistas y no elitistas
comienza en el pensamiento prerrevolucionario también en ámbito artístico
culminando así con una revolución complicada pero fructífera y aquí cito: “son
las masas de tendencia revolucionaria que proponen también un nuevo modo
de participación en la experiencia estética” 2 (Kambas, 2000, p. 538) por lo tanto
la revolución hace que explote una nueva dimensión artística focalizada en lo
social y no a un arte de regocijo o expositivo, sino verdaderamente
revolucionario llevando el arte a las masas como estilo de vida. Así nace el
muralismo bajo preceptos revolucionarios y de implicación masiva.
La estética en sus obras de arte no radicaría en una unicidad, artista-obra de arte
/ obra de arte-artista sino en una estética comunitaria al alcance de todos a
través de la visión colosal, un arte complementado en su entorno. Que mejor
que los murales de los edificios que nos educan, nos forman, nos hacen
participes del arte sin intelectualizarlo, como espectador no necesito saber de
técnicas, historia del arte o nombres rimbombantes para sentirme un ser
artístico, necesito solo sentirme participe de la comunidad, de la lucha, entender
el mensaje y difundirlo.
Finalmente, con el muralismo el mexicano se puede sentir orgulloso de su piel
obscura, de su trabajo dignificante como obrero para el progreso de la nación y
no de unos cuantos. El arte prehispánico comienza a tener relevancia, pero se le
da un exacerbado valor de culto no, a la pieza artística en sí, sino al origen de su
construcción, a la magnificencia de la cultura prehispánica de proveniencia no a
la obra de arte como pieza única. De aquí que la técnica no se sobrepone a la
obra de arte en sí (también por ello que muchos murales no se conservan). La
técnica en general sería contemplada como un medio para abordar el mensaje.

2 Kambas, Chryssoula (2000), "Kunstwerk", en Echeverria.

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Citando a Habermas a propósito del aura en el arte: “La intención de Benjamin
apunta hacia un estado de cosas en el que las experiencias esotéricas de la
felicidad se hayan vuelto públicas y universales"3 en este sentido, según la
lectura de Habermas el muralismo cumple con el aura artística, ¿pero es todo,
queda ahí? Veámoslo escrito del mismo Benjamin:
El aura es “un entretejido muy especial de espacio y tiempo: aparecimiento
único de una lejanía, por más cercana que pueda estar” 4(Benjamin, pág.47)
esta mantiene un valor de culto, de tradición en la pieza o en su creación, tanto
es así que menciona las esculturas griegas o el inicio de la fotografía “El valor de
culto de la imagen tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres
amados, lejanos o fallecidos. En las primeras fotografías, el aura nos hace una
última seña desde la expresión fugaz de un rostro humano” 5 (Benjamin, pág.
58)
Si bien el muralismo es más auténtico o completo teóricamente, en
comparación al arte mexicano precedente, su arte comienza politizándose
llevando las extensiones de los muros de nuestras casas, de nuestra intimidad a
lo social de las escuelas, de los trabajos, de los sindicatos. Así que la lectura de
Habermas correspondería a lo que sería más bien el arte social o
específicamente en el muralismo, la politización del arte en el comunismo
reflejado totalmente en él muralismo.
“De esto se trata en la estetización de la política puesta en práctica por el
fascismo. El comunismo le responde con la politización del arte” 6 (Benjamin,
pág. 99)

3 Habermas, Jürgen (1972), "BewuBtmachende oder rettende Kritik" en “La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica” introducción de B. Echeverria
4 Benjamin, Walter “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” p. 47
5 Benjamin, Walter “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” p. 58
6 Benjamin, Walter “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” p. 99

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Tanta es la estetización de la política que al fin termina por ser un sistema
dictatorial, un sistema de autoridad en al arte mexicano donde
contradictoriamente cae de un arte socio-comunista por así decirlo a un arte
autoritario-dictatorial, ejerce una autoridad de nuevo como en la época
porfirista, termina cayendo a sistemas que el mismo aborrecía, termina cayendo
a sus propias estéticas sin abrir la posibilidad a nuevos movimientos. No es de
criticar el gran impacto artístico que dio a la historia del arte universal, que
posiciono a México con un arte propio, revolucionario y nacionalista justamente
lo que el pueblo y el arte necesitaba, técnicamente admirable de obras
majestuosas tanto como para ser nombradas el Renacimiento mexicano, pero
lamentablemente cayó en lo que Benjamin menciona:
“La historia de toda forma artística tiene épocas críticas en las que esta forma
presiona en dirección a efectos que sólo podrán alcanzarse, sin que sean
forzados, sobre un estándar técnico transformado, es decir, con una nueva
forma artística. Las extravagancias y crudezas que resultan de ello, sobre todo
en las llamadas épocas de decadencia, surgen en realidad de la parte de esa
forma que es la más rica en energía histórica” 7(pag.89)
Probablemente para los tradicionalistas porfiristas, academistas, modernistas,
etc. El muralismo respondió de manera extravagante, pero fue el mismo
muralismo y su autoritarismo en el arte mexicano de la época que alentó a que
surgieran nuevos movimientos extravagantes, tal como los llamaría Benjamin y
no acaso menciona el Dadaísmo como el movimiento extravagante y crudo por
antonomasia ya que ponía a la obra de arte en el centro de un escándalo, todo
para cumplir con una exigencia: la irritación de las masas, del espectador y de
todas las formas autoritarias circundantes.

7 Benjamin, Walter “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” p. 89

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Si para Benjamin el Dadaísmo es el movimiento extravagante por excelencia no
es caso que los estridentistas tuvieran en mente el mismo movimiento y cumplir
la exigencia de irritar al público, pero también el de la reflexión. “Con los
dadaístas, la obra de arte dejó de ser una visión cautivadora o un conjunto de
convincentes sonidos y se convirtió en un proyectil que se impactaba en el
espectador; alcanzó una cualidad táctil." 8 (Benjamin, pág.90)
Lo mismo con el movimiento estridentista, dejo de ser un arte de regocijo,
revolucionario o contemplativo para convertirse en arte táctil, no por nada la
gráfica fue uno de sus puntos fuertes visualmente y estéticamente hablando. La
tipografía como el arte de ensamblar las palabras ya sean dichas o escritas pero
montadas en gráfico cumple lo que Benjamin dictaminaría al aura: la tradición y
la cercanía de la lejanía en unicidad. La técnica en este sentido no justificaría el
fin, pero si sería un plus a la visión en la obra de arte, una innovación de la
tecnología ya a cierto alcance masivo donde el espectador también podría
sentirse identificado justamente a través de la técnica por la aproximación a ella
(familiriadidad con las cosas mismas) pero también podría llevar esa visión a la
reflexión, ya no sería un espectador elitario o revolucionario más bien individual
e interiorista. Aquí el arte prehispánico puede ya tener una connotación
artística, aunque los contemporáneos, estridentistas o artistas de la ruptura no
tomasen el arte prehispánico como estandarte tampoco se le desprecia,
simplemente se le toma en cuenta su valor de culto y ritualistico respetando su
individualidad, dándole así el sentido áurico de Benjamin.
El arte mexicano con el Estridentismo deja de estar en las iglesias, de las casas
burguesas, de los muros, para convertirse en una auto exhibición, una protesta
interior sin mazos, ni hoz, ni romanticismos, ni nacionalismos exacerbados.
Probablemente lo más revolucionario del Estridentismo fue el empleo de la
técnica pues de todos los movimientos artísticos del siglo XX en México fue el
que mayormente supo aprovecharla. El sonoro en el cine, nuevas lentes y
técnicas fotográficas, la máquina de escribir, una radio totalmente expandida,
concesiones telefónicas aumentando, etc. Son parte del arte como la pluma a la
escritura o el pentagrama a la composición.

8 Benjamin, Walter “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” p. 90

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Ya en el grupo de la Ruptura y los grupos siguientes a la década de los 50’s
precisamente hacen honor a su nombre con una ruptura total de paradigmas,
de nuevos medios tecnológicos y con todo al arte precedente, es una mezcla
entre exhibicionismo e interiorismo no sólo del espectador hacía la obra sino
también del artista hacía su obra. Su apertura cosmopolita y la vida de los
artistas son como una pasarela para las masas.
Tanto la Ruptura con su abstracción, como el Surrealismo o Arte Fantástico
considero que son muy natos en el pueblo mexicano. Estos tres movimientos no
necesitan de teorizar pues su tipo de subjetividad está implícita en nuestra
cultura.
Con todo lo antes descrito vemos el gran abanico que tuvo el arte mexicano en
el siglo XX con grandes exponentes y movimientos completísimos e importantes
para la historia del arte universal. Y como cada uno fue tan conciso a sus
necesidades históricas, sociales, culturales y artísticas que podría atreverme a
decir que no surgirá un siglo tan fructífero y versátil en el arte mexicano como
éste.

BIBLIOGRAFÍA
Kambas, Chryssoula (2000), "Kunstwerk", en B. Echeverria.
Benjamin, Walter (1935), “La obra de arte en la época de su reproductibilidad
técnica”

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