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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA.


UNIVERSIDAD NACIONAL POLITÉCNICA DE LAS FUERZAS ARMADAS.
NÚCLEO EXTENSIÓN CIUDAD BOLÍVAR-UNEFA.
3ER SEMESTRE DE ENFERMERÍA.

PRIMERA REPÚBLICA.

PROFESORA: INTEGRANTES:

Hayde Gill Caña. Janeydi Tovar C.I:27.940.847.


Narliber Lejarazo C.I:30.119.076.
Yennymar Rodríguez C.I:27.731.405.
Dionismar Rodríguez C.I:21.263.535.

CIUDAD BOLÍVAR 25/03/2020.


-Primera República.
-La Primera República de Venezuela es el nombre con que se conoce al periodo histórico
transcurrido entre los años 1810 y 1812 en la historia de Venezuela. La primera república tiene su
inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán
General Vicente Emparan e instala un Congreso. Así como declara la independencia del país el 5 de
julio de 1811. El nombre del país durante este período fue Confederación Americana de
Venezuela, Estados de Venezuela, Confederación de Venezuela, Provincias Unidas de Venezuela,
Estados Unidos de Venezuela o Confederación Venezolana, y tuvo como capital a la ciudad de
Valencia con motivos de mantenerla como aliada a la pretensión independentista de Venezuela.

Con la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los republicanos se inicia
la guerra de independencia. La república cae definitivamente el 25 de julio de 1812 con la
capitulación de San Mateo ante el jefe realista Domingo Monteverde, al haber vencido en su
campaña por la reconquista del país, quién entra en Caracas el 30 del mismo mes.

-Campaña de Valencia:
- La Campaña de Valencia (o Rebelión de Valencia) fue una campaña militar emprendida por los
patriotas contra la ciudad de Valencia durante el año 1811 con el objetivo de recuperar las
provincias del occidente del país y hacer que éstas se sometieran al gobierno de la Junta Suprema.
Cuando llegaron a Valencia las noticias de la Declaración de Independencia en Caracas (5 de julio),
se declararon en rebeldía y leales a Fernando VII. Los valencianos tomaron los cuarteles de la
ciudad prácticamente sin resistencia (11 de julio).

-Pérdida de castillo de Puerto Cabello.


El primero de julio de 1812, el Coronel Simón Bolívar participa al General Francisco de Miranda
que “un oficial de nombre venezolano se ha apoderado con los prisioneros, del Castillo San Felipe
y está haciendo un fuego horrible sobres la ciudad”. Bolívar pide inútilmente a Miranda que
ataque por la retaguardia para evitar que la plaza se pierda. La plaza después de tres días de
combate se pierde y Bolívar huye con varios oficiales. Monteverde que desde Coro venía
avanzando, se afianza y obliga a Miranda a firmar la capitulación de San Mateo. Se pierde la
Primera República. Bolívar abatido volverá a escribir a Miranda:

“Mi general, después de haber agotado todos mis esfuerzos físicos y morales ¿con qué valor me
atreveré a tomar la pluma para escribir a usted habiéndose perdido en mis manos la plaza de
Puerto Cabello? Mi corazón se halla destrozado con este golpe aún más que el de la provincia…”
“Mi general, mi espíritu se halla de tal modo abatido que no me siento con ánimo de mandar un
soldado; mi presunción me hacía creer que mi deseo de acertar a mi ardiente celo por la patria,
supliría en mi los talentos de que carezco para mandar. Así ruego a usted, o que me destine a
obedecer el más ínfimo oficial, o bien que me de algunos días para tranquilizarme, recobrar la
serenidad que he perdido al perder a Puerto Cabello; a esto se añade cuidados gravísimos me
hallo en una especie de enajenamiento mortal…”

Dos días después Bolívar volverá a escribir a Miranda para enviarle el informe o parte de las
operaciones. En esa carta vuelve a lamentarse: “Mi general… ni mi cabeza, ni mi corazón no están
por nada. Así suplico a usted, me permita un intervalo de poquísimos días para ver si logro
reponer mi espíritu de su temple ordinario. ¿Después de haber perdido la última y mejor plaza del
estado, cómo no he de estar alocado, mi general? ¡De gracia no me obligue usted a verle la cara!
Yo no soy culpable, pero soy desgraciado y basta”.

- Capitulación de Miranda.
El 25 de Julio de 1812, luego de numerosas deserciones del ejercito patriota y ante la presión
ejercida por el ejército español al mando de Monteverde, El Generalísimo Francisco de Miranda
firma la Capitulación del Ejercito Patriota, en San Mateo, en una casa la cual fue derrumbada para
construir el local donde ahora se encuentra funcionando el dispensario de la población.

La Primera República tiene su fin con la Capitulación de San Mateo y los hombres de Domingo de
Monteverde por el bando realista y de Francisco de Miranda, por el patriota, se harán escuchar en
una larga guerra civil que se extenderá hasta 1821. Aun cuando la Primera República fue de breve
existencia sirvió de marco e inspiración para una nueva formación política alejada del gobierno
monárquico, dominio que después de tres siglos, anunciaba sus últimos años.

Francisco de Miranda impulsó la instalación de la Sociedad Patriótica en 1811, se incorpora al


Congreso Constituyente donde sostuvo la necesidad de declarar la Independencia definitiva, lo
que se realiza el 5 de julio de 1811, adoptándose como bandera nacional la traída por él en 1806.
A raíz del terremoto del 26 de marzo de 1812, y la derrota de Bolívar a manos de Domingo
Monteverde en Puerto Cabello, Miranda comenzó una serie de negociaciones con los realistas,
que concluirán con la Capitulación de San Mateo el 25 de julio de 1812 y con ello, la pérdida de la
Primera República.

-Apresamiento de Miranda.
En horas de la noche del 30 hacia la madrugada del 31 de julio de 1812, un grupo exaltado de
jóvenes patriotas, encabezados por Simón Bolívar y Miguel Peña, procedieron a detener al
Generalísimo Francisco de Miranda. Su intención era someterlo a un juicio sumarísimo después del
amanecer. La razón: la firma de la Capitulación de San Mateo, acto que calificaban como traición a
la patria.
-Bolívar y su primer exilio.
Después del fracaso de 1812, el 27 de agosto de 1812 Bolívar conjuntamente con veinte mil
caraqueños huyen del sanguinario Boves partió de su primer destierro, salió de Venezuela con la
ayuda de su amigo español Francisco, quien lo llevo ante Monteverde y este le concedió el
pasaporte para ausentarse fuera del país pero con una condición que no pisara nunca jamás suelo
venezolano; A bordo de la goleta “Jesús, María y José”, Bolívar sale de La Guaira, y se exilió
durante varios meses en Curazao, va con el propósito de obtener ayuda para el pequeño grupo de
patriotas también refugiados allá Su único objetivo es el de organizar una campaña para liberar a
su patria. A finales de año paso a Cartagena y se incorporó al servicio activo como oficial del
ejército.

Su permanencia de sólo dos meses en Curazao es de gran importancia, el revolucionario tiene la


oportunidad de reflexionar sobre las causas de la primera derrota del movimiento emancipador, lo
cual, meses más tarde, va a permitirle escribir su primer gran documento político, el valioso
“Manifiesto de Cartagena”. y es que allá en Curazao, a través de la derrota, la decepción y la
humillación, Bolívar se da cuenta de que ha conservado un bien muy precioso: su fe en la victoria
final, su inquebrantable convicción sobre la necesidad de continuar la lucha por la liberación de su
patria.

RECUPERACIÓN DE VENEZUELA.
-Campaña de Magdalena.
Luego de la pérdida de la primera República con la Capitulación de Miranda el 25 de julio de 1812,
República nacida el 5 de julio de 1811, el coronel de 29 años Simón Bolívar emigrado en Curazao,
regresa a finales de octubre de 1812 hacia Cartagena de Indias, donde emite el 15 de diciembre su
famosa “Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño”, documento
conocido como el “Manifiesto de Cartagena”, donde mencionaba las causas de la crisis venezolana
y a la vez solicita apoyo para iniciar su expedición redentora; las autoridades de Cartagena
presidido por el general Manuel Rodríguez Torices le facilitan el apoyo inicial, le reconocen el
grado de coronel y el 21 de diciembre lo asignan a las ordenes del coronel francés Pedro Labatut
como comandante de guarnición en Barrancas próximo al río Magdalena, con 70 voluntarios en
misiones de seguridad y vigilancia, sin autorización de emprender ninguna acción ofensiva.
Nuestro futuro Libertador, no se dio por desmoralizado ante este nombramiento de carácter casi
administrativo y no operativo; por propia iniciativa se dedicó a buscar mas voluntarios, armas y
logística. Mientras espera respuesta de las autoridades para avanzar río arriba realiza una
apreciación de la situación sobre la presencia realista a lo largo del majestuoso río Magdalena,
concluye en desarrollar operaciones de corto alcance. Sin permiso del comandante militar Labatut,
inicia su afán emancipador. El 23 de diciembre ocupa la fortificación de Tenerife integrada por 500
efectivos del ejército español; seguirá exitoso el día 24 hasta la pequeña población de el Plato, el
25 ocupa Zambrano, el 26 y 27 combate en Mompox adonde llega el día 27; su ejército lo ha
triplicado con entusiastas y espontáneos jóvenes neogranadinos, la capacidad de movilidad para
su creciente ejército, se lo facilita la incorporación de 15 embarcaciones menores para continuar
hasta Guamal el 29 de diciembre, Banco y Chiriguaná el 31, continuando sin encontrar resistencia
realista hasta las poblaciones de Tamalameque, Puente Real, y el Peñón para entrar victorioso el 8
de enero al importante Puerto Nacional de Ocaña que por su ubicación estratégica es utilizado
como base logística avanzada con 640 efectivos para apoyar las fuerzas en Santa Marta.
Presionados los realistas se retiran hacia Villa de Upar, siendo alcanzados por Bolívar y combatidos
con éxito. El ejército libertador dispone de 800 soldados con alta moral y deseos de luchar; desde
Ocaña Bolívar solicita autorización a las autoridades neogranadinas para avanzar hacia Cúcuta y
Mérida. El 27 de febrero recibe en la población de San Cayetano a orillas del río Zulia, un
importante contingente en refuerzo, entre los que se encontraban brillantes oficiales tales como:
Rafael Urdaneta, Luciano Deluyar, Antonio Ricaurte y Atanasio Girardot; con tan importante grupo
avanza en la tarde del 27 destrozando las avanzadas realistas que se retiraban hacia Cúcuta; el 28
de febrero combate en San José de Cúcuta contra 1400 efectivos del experimentado general
realista Ramón Correa, reforzado con tropas enviadas de Trujillo, Mérida y Maracaibo, quien
derrotado se retira hacia La Grita, en esa acción se destacó el coronel José Félix Ribas, realizando
un ataque frontal con fuego y a punta de bayonetas, para destrozar a las fuerzas oponentes, que al
abrir sus flancos fueron atacados por las unidades de maniobra. El ejército capturó varios cañones
y pertrechos que utilizaría en las operaciones hacia Venezuela. Bolívar, envía a Cartagena con
urgencia una exposición de motivos exponiendo las ventajas para perseguir y atacar a las fuerzas
realistas; la respuesta recibida el 7 de mayo, lo autorizaba para emprender operaciones
únicamente hasta Mérida y Trujillo. El 1ro de marzo ocupa San Antonio del Táchira donde emite
una Proclama dirigida a los soldados y a los ciudadanos de San Antonio, les diría entre otros
aspectos:”…Vosotros tenéis la dicha de ser los primeros que levantáis la cerviz sacudiendo el yugo
que os abrumaba con mayor crueldad porque defendisteis vuestros sagrados derechos”. El
Congreso de la Nueva Granada lo asciende a General de los Ejércitos y designado Ciudadano de la
Nueva Granada. El Libertador regresa a Cúcuta para organizar al ejército e iniciar el 14 de mayo su
magistral Campaña Admirable.

Campaña Admirable.
Con el nombre de la “Campaña Admirable” se conoce a la acción militar que el brigadier Simón
Bolívar emprendió desde San José de Cúcuta el 14 de mayo de 1813, con el objeto de liberar a
Venezuela del poder español, luego de la pérdida de la Primera República. Contaba Bolívar con
una fuerza de 800 hombres, organizados en 2 columnas o divisiones: la de vanguardia, bajo el
mando del teniente coronel Atanasio Girardot, con el apoyo del mayor Luciano D’ Elhuyar como
segundo comandante; mientras que la retaguardia estaba a cargo del coronel José Félix Ribas
como comandante, José Tejada jefe de artillería y del mayor Rafael Urdaneta como mayor general.
Asimismo, en sustitución del coronel Manuel del Castillo y Rada había sido nombrado segundo
comandante del Ejército el brigadier Joaquín Ricaurte, quien no obstante no acompañó al
comienzo a Bolívar en la campaña; incorporándose al año siguiente. Pedro Briceño Méndez era el
secretario general y como edecanes, fueron nombrados Juan José Pulido, Fermín Ribón y José
Jugo.

El plan inicial de Bolívar para la ejecución de dicha campaña, consistía en el despliegue sobre el
territorio venezolano de una ofensiva en 2 direcciones: una columna dirigida por Ribas debía
seguir por San Cristóbal-Selva de San Camilo-Barinas y después de libertar esta provincia se
reuniría con el grueso de las tropas en Guanare o en Araure; esta columna tenía además la misión
de conseguir en la provincia de Barinas, ganado y dinero para las fuerzas patriotas.

El 29 de julio Bolívar fue informado de la presencia del coronel Izquierdo en Tinaquillo, ante lo
cual se puso inmediatamente en marcha hacia ese lugar. En la mañana del 31 de julio se encontró
con la vanguardia enemiga en la sabana de Pegones. Ante esta situación, Izquierdo ejecutó un
movimiento retrógrado y se replegó en la sabana de Taguanes. Hacia este lugar enfiló Bolívar su
ataque con su infantería al frente y la caballería en el ala derecha, con la cual hizo un
desbordamiento del flanco izquierdo realista. En una maniobra desesperada que buscaba
neutralizar el ataque de las fuerzas de Bolívar, Izquierdo emprendió la retirada, pero durante la
ejecución de la misma fue derrotado por los republicanos.

La victoria de Taguanes dejó expedito a Bolívar el avance hacia Valencia, pues Monteverde se
había retirado de Puerto Cabello al enterarse en la sabana de Carabobo, del fracaso de Izquierdo.
El 2 de agosto entró el brigadier Bolívar a Valencia, mientras que el coronel Ribas había quedado
en San Carlos como comandante de dicha plaza. Días después siguió Bolívar hacia Caracas,
hallándose el día 4 en La Victoria, donde aceptó la capitulación que le propuso el gobierno
español. Finalmente, el 6 de agosto de 1813 entró triunfalmente a Caracas el pequeño ejército
mandado por el brigadier Simón Bolívar; había culminado exitosamente la Campaña Admirable y
comenzado la gloria para Bolívar.

Título de “Libertador”.
En agosto entra en Caracas como General victorioso y jefe de la nueva situación política. Es ya el
Capitán General de los Ejércitos de Nueva Granada y Venezuela. La Municipalidad le da el título de
Libertador en octubre de ese año y el empleo de Capitán General, equivalente a General en Jefe.

Durante 1814 Bolívar enfrenta un año de terribles pruebas y de inmensas dificultades que lo hacen
abandonar finalmente a Caracas y emigrar hacia el Oriente del país, seguido por una gran parte de
la población. Esa heroica e infortunada tentativa concluye cuando Bolívar desde Carúpano sale casi
sólo para Cartagena, dejando alguna fuerza dispersa y mal avenidas que no tienen esperanza de
victoria.

Con las reliquias del ejército que ha logrado llevar Urdaneta hasta Nueva Granada, el Libertador
lucha de nuevo a las órdenes del Gobierno neogranadino. En ocho meses de actividad sin tregua
libera a Bogotá, baja por el Magdalena y llega a Cartagena donde le niegan la ayuda que pide para
marchar a libertar a Venezuela. Las rivalidades y celos obstaculizan la acción.

En medio de sonrisas y consignas de un pueblo que lo alentaba en su proceder, entró Simón


Bolívar a la Iglesia de San Francisco de Caracas el 14 de octubre de 1813, para recibir de manos del
gobernador de la ciudad, Cristóbal Mendoza, el título de Libertador y Capitán General de los
Ejércitos. La entrega de este título ya se veía venir, cuando el 23 de mayo de ese mismo año fue
reconocido por el pueblo de Mérida como El Libertador, tras liderar los caminos y victorias de la
Campaña Admirable, una estrategia con la cual Bolívar consiguió liberar al occidente del país del
yugo español y abrir el camino para la fundación de la Segunda República.

“Gloria al Ejército Libertador y gloria a Venezuela que os dio el ser, a vos, ciudadano general
Bolívar. ¡Que vuestra mano incansable siga victoriosa, destrozando las cadenas de los redimidos y
digan un día, Bolívar vengó vuestros agravios!”, fueron las palabras que recibió Bolívar de la
asamblea popular merideña, en esa ocasión.

El acto en la Iglesia de San Francisco de Caracas se llevó a cabo en presencia de civiles y militares,
que ya conocían la labor de Bolívar, el hombre que defendía de manera ferviente la libertad de los
pueblos latinoamericanos.

“Capitán General de los Ejércitos de Venezuela, vivo y efectivo, y con el sobrenombre de


Libertador. Es un don que le consagra la patria a un hijo tan benemérito”, le expresó Mendoza a
Bolívar esa tarde de octubre, durante el desarrollo de la proclamación.

“Me aclaman capitán de todos los imperios de la tierra. Libertador de Venezuela, título más
glorioso y satisfactorio para mí, que el centro de todos los imperios del universo”, celebró Simón.

Doscientos años después, el pueblo venezolano recordará en el Casco Histórico de Caracas el


reconocimiento obtenido por Bolívar, con el fin compromiso de seguir defendiendo la soberanía
nacional.

El honor que se me hace es tan superior a mi mérito, que no puedo contemplarle sin confusión. El
Congreso de la Nueva Granada confió a mis débiles esfuerzos el restablecimiento de nuestra
República. Yo he puesto de mi parte el celo; ningún peligro me ha detenido. Si esto puede darme
lugar entre los ciudadanos de nuestra nación, los felices resultados de la campaña que han dirigido
mis órdenes, es un digno galardón de estos servicios, que todos los soldados del ejército han
prestado igualmente bajo las banderas republicanas. Penetrado de gratitud he leído el acta
generosa en que me aclaman, sin embargo, Capitán General de los Ejércitos y Libertador de
Venezuela. Yo sé cuánto debo al carácter de vuestras señorías, y mucho más a los pueblos, cuya
voluntad me expresan; y la ley del deber, más poderosa para mí que los sentimientos del corazón,
me impone la obediencia a las instancias de un pueblo libre, y acepto con los más profundos
sentimientos de veneración a mi patria y a vuestras señorías, que son sus órganos, tan grandes
munificencias: Dios guarde a vuestras señorías muchos años.”

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