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La situación actual del español y sus perspectivas en el siglo XXI

Preparator universitar Oana – Adriana DUŢĂ


Universitatea din Craiova

Rezumat:

El español o el castellano es hoy una lengua hablada por más de 400 millones de personas,
lo cual lo convierte en el segundo idioma del mundo por el número de hablantes nativos. Por otro
lado, también es el segundo idioma más estudiado en el mundo, tras el inglés.
El español, tal como se le conoce actualmente, es el fruto de un proceso de evolución de
más de un milenio, a lo largo del cual la nueva lengua se fue fraguando en el cauce de la Península
Ibérica, a raíz de varios procesos externos (las invasiones de los romanos, godos y árabes) e
internos. Así, el sistema lingüístico ha ido evolucionando a través de los tiempos, adquiriendo
nuevos elementos y dejando a un lado otros que quedaban ya obsoletos o inútiles, hasta llegar al
español moderno en el siglo XVIII, cuando se fundó la Real Academia Española, la máxima
autoridad de lengua española hoy en día. A partir de este momento, el idioma experimenta una
fijación y es por eso que el castellano del siglo XVIII es casi idéntico al contemporáneo.
En las últimas décadas, la lengua española se ha visto afectada por muchos cambios
interesantes, la mayoría de los cuales son determinados por la globalización y la penetración cada
vez más grande de las nuevas tecnologías. Así, se puede hablar de la permeabilidad del español
hacia el inglés y de la influencia del desarrollo informático en la lengua española.
En la actualidad, casi ninguna lengua moderna se escapa de la influencia del inglés y el
estudio de los anglicismos en español ha sido objeto de investigación de numerosos trabajos hasta
la fecha. De esta manera ha surgido el fenómeno del spanglish (un híbrido entre español e inglés
que está conquistando a los Estados Unidos), que cada vez cobra mayor fuerza, aunque es
improbable que amenace la integridad del español.
Por otro lado, los nuevos medios de comunicación también influyen en el desarrollo del
español. Por ejemplo, en líneas generales, el español que se usa en Internet o en los mensajes
cortos de texto enviados a través del móvil, aunque tenga una forma escrita, exhibe una oralidad
impresionante, reflejada en el uso de estructuras elípticas, de abreviaciones innovadoras o de un
lenguaje menos formal. Otro caso es el de la traducción automática, que, aun no modificando la
lengua como sistema, sí tiene impacto sobre su aprendizaje, tanto positivamente (si la
consideramos como un recurso más) o negativamente (viendo los programas de traducción
automática como amenazas para la corrección de la lengua, puesto que sus resultados casi nunca
alcanzan la perfección lingüística y pueden llegar a confundir a un estudiante).

Cuvinte cheie: español, perspectivas lingüísticas, spanglish, nuevas tecnologías

1. Perspectiva general de la situación actual del español


El idioma español está hoy en día en uno de sus mejores momentos, creciendo y
evolucionando cada vez más en cuanto concierne al número de hablantes, ya sea nativos o no.
Según los datos proporcionados por Ethnologue, en 1986 el español gozaba de 322 millones
de hablantes nativos y era segunda lengua para aproximadamente 60 millones de hablantes 1. Su
desarrollo ha sido tal que el Eurobarómetro de 2006 señala que solamente en la Unión Europea
había, en aquel año, alrededor de 55 millones de hablantes de español 2. Además, un artículo del
prestigioso periódico “El País” muestra que en el mismo año, 2006, el español era la cuarta lengua
con mayor peso demográfico en el mundo, con aproximadamente 440 millones de hablantes 3
(obsérvese la espectacular subida de casi 60 millones de hablantes a nivel mundial entre 1986 y
2006).
“The World Factbook”, una publicación de la Agencia Central de Inteligencia de los EE.
UU., estipula que el español es la segunda lengua en el mundo por el número de hablantes nativos,
con un porcentaje de 4,88%, siguiendo al chino mandarín (13,22%) y sobrepasando al inglés
(4,68%)4, mientras que en 2007 el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, declaraba
que “el español es el segundo idioma que se estudia en todo el mundo, después del inglés, con más
de 14 millones de alumnos en 90 países en donde no es una lengua oficial” 5. Molina también
afirmaba otras dos cosas de gran importancia: “la mayor demanda de enseñanza del español se
concentra en el continente americano, donde lo hablan más de siete millones de personas, una cifra
que se triplicará en los próximos años” y “en la actualidad hay un millón de hispanohablantes en
Brasil, que se convertirán en once millones como mínimo cuando entre en vigor la obligación de
impartir castellano como segunda lengua en la enseñanza primaria”6.
Las estadísticas pueden seguir, pero la conclusión general es la misma. Todos los datos
convergen hacia una sola idea, según la cual estamos asistiendo a un gran desarrollo del castellano,
siendo éste, con diferencia, el idioma neolatino que mayor difusión ha logrado.
El español en su forma contemporánea es el fruto de un proceso de evolución de más de un
milenio, que empezó cuando los romanos emprendieron la conquista de Hispania (Iberia) e
impusieron en aquella zona el latín vulgar (lengua itálica indoeuropea). En contacto con las lenguas
de los griegos y los vascones, el latín vulgar evolucionó hacia las lenguas romances, entre las cuales
el español. En los siglos siguientes la lengua de la península Ibérica (todavía no se puede hablar
propiamente de un idioma español) fue influida por germanismos (a raíz de la invasión visigoda) y
arabismos (por la invasión musulmana).
Dos puntos de referencia en la historia del español lo representan el siglo X, cuando se
escriben las Glosas Silenses y las Glosas Emilianenses, consideradas los primeros textos en
castellano, y el siglo XIII, cuando el castellano pasa a ser la lengua oficial del reino de Castilla y
León, por orden del Rey Alfonso X. A partir de este momento todas las obras oficiales y científicas
del reino se elaborarán en esa lengua romance, no en latín.
El sistema lingüístico se fue desarrollando y enriqueciendo con la publicación de la primera
gramática castellana (de Elio Antonio de Nebrija, de 1492), con el préstamo de americanismos
procedentes de las lenguas indígenas de América, con la gran creación literaria del Siglo de Oro
(que es cuando se publican obras maestras de la literatura española) y, finalmente, con la fundación
de la Real Academia Española de la Lengua en 1713. Este último hecho marca el inicio del español
contemporáneo y a partir de ahora los cambios lingüísticos son muy pocos.
La expansión del español, su riqueza y su efervescencia se deben en gran parte a su
diversidad. Como es normal para un idioma hablado en distintos lugares del mundo, con una
expansión geográfica e histórica monumental, el español presenta numerosas variedades
1
Ethnologue, http://www.ethnologue.com/show_language.asp?code=spa , consultado el 15.05.2009
2
Comisión Europea, Eurobarómetro, 2006, http://ec.europa.eu/public_opinion/archives/ebs/ebs_243_en.pdf
3
Noceda, M.A., Una potencia de 440 millones de hablantes, en “El País”, Madrid, 5.11.2006
4
Central Intelligence Agency, The World Factbook, 2008, https://www.cia.gov/library/publications/download/
5
El País, El español es el segundo idioma que más se estudia en el mundo, según el Instituto Cervantes,
http://www.elpais.com/articulo/cultura/espanol/segundo/idioma/estudia/mundo/Instituto/Cervantes/elpepucul/20070426
elpepucul_8/Tes
6
Ídem
geográficas o diatópicas (también llamadas geolectos), entre las cuales se diferencian variedades
internas o peninsulares y variedades de América.
Los lingüistas no coinciden plenamente en cuanto a la definición de un dialecto y la
introducción del término de variedad plantea aun mucha más confusión. Para poner solamente
algunos ejemplos, Silva-Corvalán y Enrique-Arías señalan que los dialectos de una lengua son
“aquellas variedades que permiten la intercomunicación, mientras que dos o más variedades
constituirían lenguas diferentes si acaso son ininteligibles entre sí” 7 y Lázaro Carreter, en su
Diccionario de términos filológicos, define el dialecto como “modalidad adoptada por una lengua
en un cierto territorio dentro del cual está limitada por una serie de isoglosas” 8. Para simplificar, en
este artículo consideraremos que el término de dialecto es sinónimo con el de variedad geográfica o
diatópica.
En la categoría de dialectos internos del español (es decir las variedades habladas dentro de
la península), distinguimos entre los dialectos históricos y los dialectos actuales. Los dialectos
históricos son, según Ruiz Gurillo9 dialectos de latín que no han llegado a alcanzar la categoría de
lenguas: el aragonés y el leonés. Los dialectos actuales (septentrionales y meridionales) incluyen el
extremeño, el murciano, el andaluz y el canario.
El español de Hispanoamérica difiere de la norma peninsular según las influencias de las
respectivas lenguas indígenas. El español es lengua oficial en 18 países hispanoamericanos:
Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa
Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Méjico, Cuba y República Dominicana.
También se habla en otros lugares de América, donde convive con el inglés, como en Puerto Rico,
en algunas islas de las Antillas y en zonas de los Estados Unidos, como Nuevo Méjico, Texas,
Arizona o California.
Para propósitos lingüísticos, Hispanoamérica también se puede dividir en varias zonas
dialectales, determinadas por los diversos substratos indígenas, la época de colonización, la
geografía, la inmigración: la zona de México y América Central (influencia del náhuatl y del maya-
quiché), las Antillas españolas y gran parte de Venezuela (influencia del arawac y del caribe), la
región que comprende Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y el norte de Chile (influencia del quechua
y del aymará), la zona de Chile (influencia del mapuche), Argentina y Uruguay (donde se
eliminaron la población y la lengua originarias del Río de la Plata, pero el español quedó
modificado por extranjerismos de los inmigrantes, principalmente italianos; recordemos brevemente
la presencia del gaucho – que es un habla rural, del porteño – el habla de las grandes capitales, y del
lunfardo – una jerga delincuente en Buenos Aires) y, finalmente, el Paraguay (donde influyó la
presencia del guaraní).
Además de en España y en América, el español se habla también en Filipinas, donde
convive con el tagalo y con el inglés, en algunas zonas de África, en los Balcanes y en el Próximo
Oriente.
Tras este breve recorrido por las variedades del español a nivel mundial, es ya redundante
explicar que la riqueza de este idioma surge de su excepcional diversidad. Tanto la norma
peninsular como las más lejanas variedades dialectales de Hispanoamérica representan una parte de
lo que denominamos actualmente la lengua española y el proceso de evolución está en pleno auge.
La expansión geográfica a lo largo de los siglos, el desarrollo cultural y literario del idioma con
carácter de universalidad aseguran su cohesión y pervivencia.

2. Nuevas tendencias en el desarrollo del español


7
Silva-Corvalán, C., Enrique-Arías, A., Sociolingüística y pragmática del español, Georgetown University Press, 2001,
p. 17
8
Lázaro Carreter, F., Diccionario de términos filológicos, Gredos, Madrid, 1990, p. 140
9
Ruiz Gurillo, L., Timofeeva, L., El siglo XX y perspectivas para el siglo XXI, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, 2006, http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/mcp/35793953903351384100080/p0000001.htm
En las últimas décadas, la lengua española se ha visto afectada por muchos cambios
interesantes, a raíz de un fenómeno globalizado de flujos migratorios y de fusión multicultural. Su
dinamismo es casi imposible de controlar y normar y las modificaciones aparecen vertiginosamente.
Gran parte de esta situación es determinada por la apertura cada vez más grande hacia el mundo,
por las altísimas tendencias de globalización y por la penetración de las nuevas tecnologías. Así,
podemos hablar de una permeabilidad del español hacia otras lenguas, especialmente hacia el
inglés, y de cómo el desarrollo informático influye en la lengua castellana, en su uso y en su
enseñanza.

a. La influencia del inglés (los anglicismos)


Actualmente, no existe ninguna lengua moderna que se escape de la influencia del inglés y
muchos trabajos han investigado la presencia de los anglicismos en español hasta la fecha. Hay que
mencionar que no existe solamente una sola definición de este término. No hay unanimidad entre
los lingüistas y cada uno tiene su propia definición y sus criterios según los cuales se dirige.
El Diccionario de la Real Academia Española nos dice que el anglicismo es: “1. Giro o
modo de hablar propio de la lengua inglesa. 2. Vocablo o giro de esta lengua empleado en otra. 3.
Empleo de vocablos o giros ingleses en distintos idiomas”10. Lázaro Carreter, en su Diccionario de
términos filológicos mencionado anteriormente señala que un anglicismo es “una palabra de
procedencia inglesa: tranvía, yate, mitín, etcétera”11, mientras que María Moliner lo define como
“palabra o expresión inglesa usada en otra lengua”12.
En breve, lo único que queda claro al hablar de la definición del anglicismo es la influencia
directa o indirecta del inglés, visible en las estructuras léxicas, sintácticas y fónicas del otro idioma.
El estudio de los anglicismos y su influencia en el español contemporáneo ha sido objeto de
investigación de numerosos trabajos desde la segunda mitad del siglo pasado.
La importación de los barbarismos, o sea, modos o giros procedentes de una lengua
extranjera, siempre causa distintas posturas y reacciones. Entre los lingüistas no hay convergencia
de opiniones y algunos se oponen a esta penetración de voces ajenas. El anglicismo es rechazado
porque se cree que tiene influencia deformante o por miedo por el futuro de la lengua española.
Según Gutiérrez Cuadrado, hay quienes opinan que el uso de anglicismos “mata la lengua o que son
sobre todo los ignorantes los que usan los anglicismos” 13. Por otro lado, también surge el problema
de que hay anglicismos necesarios y anglicismos innecesarios y es lógico que se deban prevenir los
innecesarios.
En la actualidad la posición de los estudiosos no es tan radical. Según esta opinión bastante
moderada los anglicismos (y todas las voces ajenas) ya no intervienen negativamente en el idioma
español y no lo deforman, sino que lo enriquecen y amplifican su léxico. Trup y Soltys consideran
que “el léxico de la lengua española hay que considerarlo como un sistema abierto en el cual
penetran continuamente nuevas palabras” y que no existe una lengua “sin préstamos en su léxico” 14.
Afirman, además, que “mientras los anglicismos no amenazan la estructura de la lengua española,
no presentan un peligro inmediato”15.
Lo que todas estas opiniones reflejan es que se trata de un debate lingüístico abierto, que
requiere estar atentos a su evolución, aunque no parece que vaya a amenazar la integridad del
español.

10
Diccionario de la Real Academia Española, www.rae.es
11
Lázaro Carreter, F., op. cit, p. 46
12
Moliner, M., Diccionario de uso del español, Gredos, Madrid, 1986
13
Gutiérrez Cuadrado, J., ¿Y si los anglicismos fueran como las bacterias?, en Dahmen, W. (ed.), “Lengua, historia e
identidad”, Gunter Narr Verlag, Viena, 2006, p. 318
14
Trup, L., Soltys, J., El elemento inglés en el léxico español: ¿factor positivo o negativo?, en Dahmen, W. (ed.), op.
cit., p. 283
15
Íbidem, p. 297
Aparte del anglicismo, que aparece en todos los geolectos del español, hay un fenómeno que
cada vez cobra mayor fuerza y que se resiente fuertemente en los Estados Unidos, donde los
hispanos superan ya los 45 millones y constituyen la principal minoría del país – un 15,1% de la
población total, según un informe citado por “El Mundo”16. Se trata del spanglish (o espanglés), un
habla híbrida, procedente de la fusión morfosintáctica y semántica entre el castellano y el inglés.
Del Brutto López habla del spanglish como del lenguaje de “los latinos pobres, que
incorporan en su vida cotidiana los dos idiomas en el lenguaje oral, generalmente analfabetos, pero
también los latinos con grados de educación formal que se expresan con palabras inglesas y
traducen directamente las expresiones idiomáticas inglesas”17. La lingüista argentina proporciona
algunos ejemplos de expresiones típicas del spanglish: parquear el carro por aparcar el coche;
vacunar la carpeta por aspirar la alfombra; te llamo para atrás por I call you back, te vuelvo a
llamar; taipear por to type, escribir a máquina; chores por shorts, pantalones cortos etc.
Yolanda Rivas, investigadora peruana que desarrolló un programa en el Laboratorio de
Tecnologías en Comunicación Avanzada de la Universidad de Texas en Austin, va más allá y habla
del cyberspanglish, un híbrido también, pero distinto del spanglish callejero de las ciudades
americanas, mediante el cual los latinos se rebelaron inconscientemente en contra de las antiguas
reglas de su lengua y crearon una identidad común para la era informacional18. En la próxima
sección trataremos con más detalle la manera en la cual las nuevas tecnologías influyen en la lengua
española.
Como cualquier otro fenómeno lingüístico, el spanglish tiene tanto defensores como
detractores. Ilan Stavans, profesor de culturas latinas en Massachussets y autor del libro “Spanglish,
Making an American New Language”, afirma que el spanglish es la lengua de un pueblo sin
territorio político, el pueblo de los más de 40 millones de hispanos de Estados Unidos. En su
reivindicación de la institucionalización del spanglish, Stavans ha presentado su traducción al
spanglish de “El Quijote”, de Miguel de Cervantes. Por otro lado, hay quienes consideran que esta
“mezcla de español e inglés, lejos de ser inocua, perjudica a los propios hablantes” 19, como Roberto
González-Echevarría, profesor de literaturas hispánicas y comparadas en la Universidad de Yale,
para quien el spanglish plantea un grave peligro a la cultura hispánica y al progreso de los hispanos
dentro de la corriente mayoritaria norteamericana y quien considera que “el spanglish es una
invasión del español por el inglés”20.

b. Los nuevos medios de comunicación (Internet, traducción automática)


Como hemos mencionado en un párrafo anterior, los nuevos medios de comunicación
también influyen en el desarrollo del sistema lingüístico español. La irrupción en nuestra vida de
estas nuevas tecnologías ha conllevado también otros cambios en el uso de la lengua, que afectan a
todos los niveles estructurales. Examinaremos en este apartado las diferencias entre el castellano en
su forma escrita clásica y el castellano utilizado en Internet y en los teléfonos móviles y veremos
cómo influye la traducción automática en el aprendizaje del español como lengua extranjera.
En líneas generales, el español utilizado en Internet, pese a su forma escrita, se caracteriza
por una mayor oralidad que el lenguaje epistolar, por ejemplo. Dicha oralidad se plasma en el uso
de estructuras elípticas, del lenguaje menos formal, incluso en los mensajes más oficiales, que, si se
utilizara el soporte de papel, requerirían un estilo más elaborado.

16
El Mundo, La población hispana de EE.UU. suma más de 45 millones, http://www.elmundo.es/elmundo/2008/05/01/
internacional/1209612737.html
17
Del Brutto López, B. A., Lenguajes, identidades, tecnologías, 2000, Disponible en el ARCHIVO del Observatorio
para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=15
18
Rivas, Y., ¿Hablas cyberspanglish? You might find that you already do!,
http://www.udel.edu/fllt/faculty/suztgula/lectura70.htm
19
González-Echevarría, R., Hablar spanglish es devaluar el español, http://www.lrc.columbia.edu/es/es10000/?
q=node/123
20
Ídem
En cuanto concierne al estilo, las características propias de un mensaje electrónico, como la
rapidez en su recepción y, normalmente, la inmediatez de la respuesta parecen imponer un estilo
más coloquial, en el que lo importante es el contenido y no la forma. Se evitan todo tipo de
digresiones y descripciones y se opta por un lenguaje más elíptico, tanto en términos de contenido
como de estructura. Se permite la elisión de algunos elementos conectivos, de vocales, de adverbios
y de otros componentes circunstanciales que no afectan la carga informativa del mensaje. Se intenta
un acercamiento máximo a una interacción inmediata, como una conversación, en la que a veces los
interlocutores incluso eliden las fórmulas de saludo en cada mensaje y abordan directamente la
cuestión central del mismo.
Desde el punto de vista del léxico, Calvo Revilla subraya que “las nuevas tecnologías en
general, e Internet en particular, han hecho que surjan nuevas necesidades de expresión, nuevos
conceptos que nuestros idiomas no pueden describir adecuadamente por carecer de términos o
palabras precisas”21. Así pues, un tercio de las palabras y siglas utilizadas en la red, en español,
están tomadas directamente del inglés, de ahí que, en el mejor de los casos, se simultaneen los
términos españoles e ingleses: correo electrónico/e-mail; explorador/browser etc. En muchos casos
se ha impuesto más el término inglés: es el caso del término web procedente de World Wide Web,
conocido también – aunque en menor medida – como “telaraña mundial”.
Como en otros campos científicos, que han forjado nuevas voces teniendo a las lenguas
clásicas como punto de partida, incorporando su amplia gama de lexemas, prefijos y sufijos, en la
terminología informática también son frecuentes las nuevas formaciones de palabras con prefijos y
sufijos. Se habla de prefijoides, por tratarse de prefijos que se anteponen a la base léxica pero falsos
en su origen culto, introduciéndose en la lengua en palabras creadas artificialmente, entre los cuales:
hiper- (hipertexto, hiperenlace), inter- (internet, internauta, interfaz, interactivo), intra- (intranet),
tele- (telecomunicación, telenet), video- (videoconferencia), pero el número de neologismos
también se ha multiplicado por medio de los afijos: -dor (navegador, explorador), -ear (chatear,
emailear, efetepear) etc. No faltan los neologismos cuyo origen reside en la adquisición de un
nuevo significado por una palabra ya existente: bajar (download), cuadro (frame), directorio
(directory), enlazar (link) etc.
Si bien los textos transmitidos vía mensajes cortos de texto, a través de los teléfonos
móviles, presentan el mismo rasgo de oralidad, aquí se observa una supresión mucho más alta de las
grafías consideradas irrelevantes, en comparación con los correos electrónicos. Dejando a un lado
las abreviaturas específicas, la mayor parte de esos mensajes pueden ser leídos sin gran problema si
se tienen en cuenta algunas normas ad-hoc (por ejemplo la supresión de la e en combinación con
consonantes – bso por “beso” – o el reemplazo de las sílabas gu o bu por la w – wapa por
“guapa”), que nos permiten recuperar la grafía tradicional y de las cuales habla más detalladamente
Morala en su estudio “Entre arrobas, eñes y emoticones”22.
Otra de las innovaciones tecnológicas con implicaciones en la lingüística es la traducción
automática, cuyo fin, a nivel básico, es el de realizar una sustitución simple de las palabras atómicas
de un lenguaje natural por las de otro. Según Valdés, la traducción automática se presenta como un
proceso de realización automático electrónico de programas que realizan calculadoras electrónicas,
para traducir textos de una lengua de entrada (S.L., source language) a una lengua de salida (T.L.,
target language)23.
El uso de la traducción en clase de lengua extranjera aparece en el Marco Común Europeo
de Referencia para las Lenguas como una actividad de mediación lingüística destinada a facilitar la
21
Calvo Revilla, A. M., Cambios lingüísticos ante el proceso de innovación tecnológica de la comunicación digital,
Espéculo. Revista de estudios literarios 20, Marzo-Junio 2002, http://www.ucm.es/info/especulo/numero20/digital.html
22
Morala, J., Entre arrobas, eñes y emoticones, en II Congreso Internacional de la Lengua Española. El español en la
Sociedad de la Información. Valladolid, 16-19 de octubre de 2001, http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/
valladolid/ponencias/nuevas_fronteras_del_espanol/4_lengua_y_escritura/morala_j.htm
23
Valdés, J., La traducción automática, Biblioteca Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México,
Boletín informativo de la Dirección General de Bibliotecas, Vol. IV, no. 3
comunicación24. El Internet indirectamente ha dado un impulso al aprendizaje de lenguas
extranjeras ofreciendo un amplio abanico de herramientas de fácil acceso y en su mayoría gratuitas,
entre éstas los programas y las páginas web de traducción automática.
A pesar de ser un área de investigación más bien poco explorada, muchos autores apoyan la
traducción automática como herramienta de aprendizaje de lenguas extranjeras. Con este fin, Ana
Niño cita a French (1991), quien, a su vez, citó un artículo escrito por Rodney Ball sobre tres
posibles aplicaciones de la traducción automática en la clase: como medio para aprender más sobre
una lengua extranjera (en cuyo caso la lengua sería el objeto de estudio principal); como forma de
introducir a los estudiantes de lenguas en el tema de la traducción automática (en cuyo caso las
nociones básicas sobre la traducción automática serían el principal objeto de estudio); como forma
de mostrar a los estudiantes más detalles sobre esta nueva herramienta para animarles a que la
evalúen desde el punto de vista lingüístico (en cuyo caso el programa de traducción automática
sería el objeto de estudio)25.
No hay que dejar a un lado la baja calidad lingüística a la que nos tienen acostumbrados los
traductores automáticos en línea. Para muchos profesores ésta es la razón fundamental por la que
desaconsejan el uso de la traducción automática en la clase de lengua. Además, puesto que los
sistemas de traducción automática no fueron diseñados para la enseñanza de lenguas, tampoco
disponen de un sistema inteligente de corrección de errores, por lo que el profesor será el
responsable de corregir individualmente las post-ediciones de los alumnos. En conclusión, no se
puede prescindir del elemento humano en la labor de traducción, aunque la traducción automática sí
es un gran apoyo en las traducciones de tipo técnico.

3. Conclusiones
Se ha visto, según los datos presentados en el artículo, que el castellano está en pleno
crecimiento y que esta tendencia no disminuirá en el futuro próximo, sino todo lo contrario. Este
idioma, fraguado en la Península Ibérica, de un sustrato germánico, un superestrato romano y un
adstrato árabe, con muchas influencias externas, ya sea europeas o americanas (después del
descubrimiento del Nuevo Mundo), no ha dejado de evolucionar ni un solo momento. De esta
forma, el castellano se enriquece continuamente con palabras y estructuras prestadas de otras
lenguas, especialmente del inglés, o creadas a nivel interno del sistema, para designar nuevas
realidades de la vida contemporánea.
A principios del siglo XX, ante el empuje de Estados Unidos, el poeta nicaragüense Rubén
Darío se preguntaba: “¿Seremos entregados a los bárbaros fieros? ¿Tantos millones de hombres
hablaremos inglés?”26. Por suerte, hablado por más de cuatrocientos millones de personas, lengua
oficial en 21 países, lengua cooficial de importantes organismos internacionales (Organización de
Naciones Unidas, Unión Europea, Interpol etc.), el español tiene un magnífico presente y un futuro
esperanzador.

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