Está en la página 1de 16
ENTRE ESTADO, SINDICATOS _Y.PARTIDOS EN AMERICA LATINA dens Cecilia Senén Gonzalez Carla Borroni Julio Burton Lorena Rosales Luis Fernando Castro Lopez Fagor Samuel Peredo Cuentas Tania Aillon Gomez Dasten Julian Vejar Juan Carlos Celis Ospina | Rodrigo Javier Toro Zuleta Edgar Augusto Valero Julio Daniel Niiex Aruncibia. 9 cLACSO. RECONFIGURACION DE LAS RELACIONES ENTRE ESTADO, SINDICATOS Y PARTIDOS EN RICA LATINA Ospina ic Enrique de la Garza Toledo Marcos Supervielle Mariela Quitiones Luis tburra Nelly Arenas Consuelo franzo Jacqueline Richter Ines Ksiazenici Vier Maria Gabriela Benetti Estebun Iglesias Juan Bautista Lucca Reconfiguracién de las relaciones entre Estado, sindicatos y partidos en América Latina Coordinador: Juan Carlos Celis Ospina Primera edicién, noviembre de 2014 © nscusLA NACIONAL SINDICAL, Apartado Aéreo, 12 175 Medellin, Colombia wwwens.org.co fondoeditorial@ens.org.co Emir Sader-Secretario jecutivo de ct.acso Coordinador Académico: Pablo Gentili Secretario Bjecutivo Adjunto de cracso, Programa Grupos de Trabajo Coordinador: Marcelo Langieri Asistente: Rodolfo Gémez, Pablo Vommaro y Meli Goldstein Area de Produccién Editorial y Contenidos Responsable Editorial: Lucas Sablich Director de Arte: Marcelo Giardino Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Conselho Latino-americano de Ciéncias Socials, EEUU 11681 C1101 AAx Ciudad dle Buenos Aires | Argentina Tel [54 1] 4304 9145/9505 | Fax [54 11] 4308 08751 e-mail clacso@clacso.edu.a? | web www.clacso.org c1acso cuenta con el apoyo de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (aso1) 188: 978-958-8207-63-6 Disefto y correceiéin de textos: Raiil Humberto Paris Angel, Se puede reproducir total o parcialmente por cualquier medio con permiso de los editores, Contenido Presentacion Juan Carlos Celis Ospina. 0 oe ee eee Nueva configuracién de relaciones entre Estado y sindicatos de Argentina post 2001: Divergencia en el caso de la provincia de Neuquén respecto del Estado nacional Julia Burton y Lorena Rosales . Sap agg Didlogo social en Argentina (2003-2012) Cecilia Senén Gonzdlez y Carla Borroni....». » Ta lucha del atas por la hegemonfa al interior de la con en Bolivia Luis Fernando Castro Lépez, Edgar Samuel Peredo y ‘Tania Aill6n Gomez . . Chile Tendencias de un sindicalismo fracturado. Sindicalismo autoritario vs. sindicalismo movimientista Dasten Julidn Vejar. 0. vee eee eee ee 4 El movimiento sindical chileno ante el gobierno de Sebastian Piftera Daniel Niifiex Arancibia. .. 6.2.0 5 av 49 u7 141 ismo colombiano; entre la exclusién del sistema politico, el paternalismo y la conflictividad en las relaciones laborales Juan Carlos Celis Ospina, Rodrigo Javier Toro Zuleta y Edgar Augusto Valero Julio . F . 159 Corporativismo y neoliberal México mo: el caso de Enrique de la Garza Toledo... . . 207 Corporativismo y sociedad salarial en el Uruguay ‘Marcos Supervielle y Mariela Quifiones. ... . . 241 ae Be ica de los gobiernos de izquierda de Presentacton ttn Tarra pgs oh c VCE ane r Se 21 Neocorporativismo y neoautoritarismo bajo el En América Latina, a finales de los afios noventa del si- gobierno de Hugo Chavez (1999-2012) glo xx, cuando no se observaban alternativas al neoliberalismo Nelly Arenas, Consuelo Iranzo y Jacqueline Richter 289 plantedbamos los posibles escenarios por venir: autoritarismo, Reivindicaciones histéricas y efectos de las tramas democracia de baja intensidad, neoliberalismo, corporativis institucionales en los vinculos entre movimiento mo, neoestructuralismo o regulacién internacional. Hoy todo sindical y fuerzas politicas post- neoliberales en ha cambiado. En lo transcurrido del siglo xxi, en buena parte Argentina y Uruguay de los paises latinoamericanos se han elegido gobiernos que Kalezenich igi oe lns ys er oie eine 6333 socavan al neoliberalismo, se configuran estrategias de desa- . i rrollo con un fuerte contenido social, se revitalizan los actores ‘os politicos y nucleamientos sindicales: un sociales y se fortalecen los mercados internos sin aislarse de la analisis eomparado del Partido de los Trabajacores internacionalizacién de la economia. En medio de esos proce- pi er eet cee aruda [usual aa oor sos se han reconstituido —de manera inédita— las relaciones de cee ery otpentir entre el Estado, los sindicatos y los partidos politicos. ‘Maria Gabriela Benetti y Esteban Iglesias Seer? Tin el 2010, el grupo Trabajo, Modelo. Econémico-Pro- El nexo entre el mundo del trabajo y Ia politica ductivo y Actores Sociales hizo una primera aproximacién durante el gobierno de Lula (Brasil, 2003-2006) y a Jos cambios en las politicas laborales durante los actuales Kirchner (Argentina, 2003-2007) gobiernos progresistas de América del Sur. De esa forma Juan Bautista Lucca... .. rere ee 433 pudo constatar una revitalizacién del movimiento sindical en algunos paises, representado en un aumento de la tasa de sin- dicalizacién, la conflictividad laboral y algunas innovaciones en la negociacién colectiva, Sin embargo, quedaron muchas Chile Tendencias de un sindicalismo fracturado. Sindicalismo autoritario vs, sindicalismo movimientista Dasten Julién Vejar Dastun Junian Vejar Socidlogo. Estudiante del Doctorado en Sociolog r so fstudiante del 1 jo en Sociologia del Trabajo, Indust y Sociolga Hendin Lanta Far Avis, Inde un chaftssoziologie. Institut Fur Soziologie, Friedrich Schiller Universitit Jena. Alemania, Email: dastenogmailcom Resumen En este articulo hacemos una sintesis de los distintos as- pectos y fendmenos que rodean la actual configuracién del movimiento sindical chileno con el fin de comenzar a ser observados, cuestionados y reconstruidos, como parte de una praxis destructora y propositiva que se sustenta en los desafios actuales del sindicalismo en el pais. Planteamos un andlisis general de esta articulacién y sus potencialidades, y un anélisis particular a través del caso de la trayectoria, con- tinuidad, desgaste y cambios en la Central Unitaria de Traba- jadores (cur). Palabras Claves:sindicalismo, trabajo, democraciasindical Abstract This paper presents an overview of different aspects and phe- nomena surrounding the current configuration of Chilean union movement, in order to begin to be observed, questioned and rebuilt «as part of a destructive and purposeful practice that is based on the current challenges for the unionism in Chile, We propose a general analysis of this articulation and its potential, and a particular analy- sis through the case of the history, continuity, wear and changes in the Central Unilaria de Trabajadores (cu). Key Words: unionism, labor, union democracy 119 120 ‘TENDENCIAS DE UN SINDICALISMO FRAC Introduccién. La actualidad del movimiento sindical chileno esta atra- vesada por distintas tendencias que marcan su actual com- plejidad. A los procesos de precatizacién y flexibilizacién del trabajo, la profundizacién de la transnacionalizacién de la economia, la crisis capitalista del 2010 y sus consecuencias en curso, una coalicién de gobierno de derecha y una nueva si tuacién politica, entre otros factores, se les suma un complejo escenario de tensién interna en el metabolismo del sindica- lismo: una heterogénea composicién de sus bases, un lento proceso de reconfiguracién ideolégica, un cuestionamiento a sus direcciones y una gran descomposicidn de su proyecto unitario. La emergencia de fenémenos novedosos en las identi- dades, espacios de trabajo, relaciones entre trabajadores/as, actores/movimientos sociales, etcétera, han montado un esce- nario con una composicién mas compleja, que ha origen a un proceso de resquebrajamiento en las relaciones tradicionales de poder que articularon hasta hace poco la practica del sin- dicalismo. En el mundo sindical y laboral chileno han emergido un conjunto de representaciones desde que se vincularon a espacios especificos de subjetivacién como la adopeién de formas extendidas de sujecién, dindmicas de explotacién y desorganizacién, fragmentacién y segregacién, que son fend- menos que se han internalizado de forma combinada y han generado nuevas expresiones en la configuracién de una nue- va subjetividad en lo espacios laborales, Creemos que este hecho, constatado por una serie de estudios e investigaciones, experiencias de didlogo sindical, escuelas de formacién, con- versaciones cotidianas y didlogos en huelgas y negociaciones colectivas, constituye Ia clave para entender jas implicancias de las transformaciones en el trabajo y el empleo, y la reconfi- guracién de un movimiento sindical que, en sus contradiccio~ nes, grafica estos cambios en funcién de una nueva estrategia de reorganizacién politica, social y cultural. En este articulo abrimos un espacio de interrogacién y de DI.VEIAR 11 critica ala idea dominante de lo que se entiende hoy ~de mane- ra reduccionista~ como movimiento sindical. Creemos que su acotacién conceptual a procesos institucionalizados -politica y juridicamente de cardcter objetivo— obstaculiza la visibiliza- cién de tendencias contradictorias en su seno y en su entorno, porque recurre a una légica estatica y a un discurso tradi- cional/estructuralista y ahistérico de observar, definir y en- tender al movimiento de trabajadores y trabajadoras en Chile. Enla primera parte presentamos una revisién resumida de los movimientos contradictorios de descomposicién/recom- posicién que marcaron al sindicalismo durante la dictadura militar como las I6gicas de la prohibicién y de la persecucién alas protestas sociales, y que continuaron et los gobiernos de la concertacién (1990-2010) con sus politicas neoliberales que, sin embargo conservaron el modelo de relaciones laborales. En la segunda parte, nos centramos en la emergencia de los discursos neocorporativos y de diglogo tripartito al interior del sindicalismo, y los de su contratendencia, que irrumpié con nuevas identidades y liderazgos sindicales, fracturando a las organizaciones sindicales tradicionales. En la tercera par te, a modo de conclusién, presentamos algunas propuestas que podrian evitar el proceso de descomposicién de la cut, y algunas perspectivas que apuntarfan a la aplicacién de una ‘democracia sindical sobre sus actuales fracturas. Movimientos de descomposicién y recomposicion La dictadura militar fue, sin duda, un episodio trauma- tico para el movimiento sindical chileno! ya que desfiguré completamente el rol protagénico que este habia aleanzado en Ja politica chilena, particularmente entre 1970 y 1973 (Gaudi- chaud, 2003) y, a la vez, desconfiguré su posicién en las rela- ciones laborales, sumergiéndolo en un espacio de resistencia y de socavamiento de sus principales pilares histéricos, en el marco de la produccién (con sus sectores estratégicos), asi 1. Para ver una contextualizacién de la relacién del sindica politico, entre 1970 y 1989, recomondamos a Drake ( me "ENDENCIAS BF UN SINDICALISMO ARACTURADO como en materia de condiciones de trabajo, de coercién (des- rovilizando el proyecto politico que habia sustentado la cor istéricamente) (Vitale, 1962) y de las bases del anterior répi. men salarial. Este fue un proceso sumergido entre tenderer contradiictorias de descomposicién (por la persecticion, ilege. lizacién, fragmentacién, atomizacién y desafiliacion sindical) y de recomposicién (las protestas populares, las formas de or. ganizacién alcanzadas entre los aitos 1981 y 1988) (Frias, 1989) __El sindicalismo en Chile, luego de enfrentar durante la dictadura militar (1973-1989) un proceso de reestructuracién en el plano productivo y una redefinicign de las relaciones laborales y de los margenes politicos de su accionat, desarro. Ms un proceso gradual de adaptacién y redefinicién de sus s, estrategias, 61 ‘ione: a Ltn, estrategins composicén y relaines con los dems En ese proceso es posible identificar una seri nos que articularon la emergencia de subjetividedes ¢ hone Gades asociadas aun proceso de lexbilizacién y vulneracion le las condiciones del trabajo. Destacamos seis fendmenos surgidos de la reconfiguracién del sindicalismo y del movi miento de trabajadores y trabajadoras: eth 1) La desarticulacisn de los lazos de seguridad social y d una matriz. de desarrollo industrial/populista, causada por la aplicacién de las politicas neoliberales de privatiza, cién de los servicios puiblicas y de ajuste al gasto social, 2) El desmonte de las condiciones de reconocimiento y de concepcién delmundo que la clase trabajadora chilena ha. bia adoptado en su evolucgn anterio, bajo une estrategia Sera ee enon a basada en crterios cle I deologia neoliberal y aplicada 3) Una politica represiva, de persecucién y exterminio, apli- cada por a monopolio de la violencia politica y railitar del . as Estado sobreloscuadros drigentes dea clase trabjadora 4) La incubacién de condiciones de trabajo precarias y flexi- bles, que produjo fendmenos de alto desempleo y subocu. Ds.VEIAR 3 pacién, asi como inestabilidad, inseguridad, informatidad y vulnerabilidad laboral, que debilitaron organicamente Ja posibilidad de asociacién y reconocimiento de los tra- bajadores y trabajadoras. 5) La adoptaron de estrategias de organizacién del trabajo y de un modelo de relaciones laborales de cardcter dliscipli- nante y de control sobre el accionar de la organizacién de Ta clase trabajadora. 6) Un profundo proceso de reestructuracién productiva que miné las anteriores condiciones de sindicalizacién (secto- res, espacios, etc). Estos seis fenémenos combinados se plasmaron transver- salmente en la articulacién de tendencias y orientaciones del sindicalismo en Chile, las cuales configuraron el escenario social e hist6rico y las coordenadas del mapa de las subjetivi- dadies sindicales desde la instalacién de la dictadura militar, y dieron origen a distintas estrategias, a partir de las condicio- nes de posibilidad que estas distintas dimensiones estructu- rales implicaron en la subjetivacién de la condicién de trabajo y del trabajador. Con el regreso a un régimen democratico (1990), el mo- vimiento sindical se colmé de grandes expectativas con res- pecto al proyecto politico de la coalicién de partidos de la Concertacién. Un proyecto que se esperaba tuviese efecto en Ja formulacién de un cambio en las condiciones de trabajo que habjan primado durante la dictadura, asi como la esperanza de una reforma al régimen salarial y la ampliacién de las I bertades sindicales. Aun asi, las principales expectativas gira- ron en torno a que los salarios y la distribucién de los ingresos pudieran alcanzar niveles de mayor equtidad (como el proyecto distributivo de las ganancias empresariales), entendiendo que el programa de gobierno de la Concertacién en la contienda ptesidencial de 1989 habia hecho explicito el reconocimiento ala enorme contribucién y el sacrificio de los trabajadores y trabajadoras no solo en Ia recuperacién de la democracia, sino también a lo largo de las décadas de los setenta y ochenta y, por tanto, que “los logros” del modelo econémico deberian 124 ‘TENDENCIAS DE UN SINDICALISM6 FRACTURADO estar acompafiados de mejores condiciones en los empleos Galinero, 2006). Pese a estas expectativas, los afios noventa significaron la consolidacién de las politicas neoliberales, ya que se consagré una enorme libertad de la burguesja y de los agentes transna- cionales para sobre explotar los recursos naturales; el Estado fomenté la privatizacién del sector servicios (educacién, sa- ud, transporte, etc), se consagré Ia flexibilizacién, la preca- riedad laboral y la “desregulacién del mercado de trabajo”; se promovié una politica hacia la inversién extranjera centrada en la apertura de mercados (a través de la firma constante de los v1.0), la consolidacién por parte del Estado de una politica ‘castradora” y disciplinante de la accién potencial de los ac- tores sociales en general, y de la accién sindical, en particular (ulidn, 2011). Todo esto se tifié con una estrategia politica de ‘consenso social”, que hacia parte de la matriz ideol6gica del gobierno, asestando con ello un duro golpe a las subjetivi- dades de Ja sociedad chilena, a partir del cierre del conflicto social como proceso politico y posibilidad histérica. En defi- nitiva, el logro de los gobiernos de la Concertacién fue “que los sectores populares hicieran suyas Jas prioridades de la «nueva democraciar y autolimitaran su capacidad contesta- taria para pasar de una légica de enfrentamiento a una légica de consenso” (Zapata, 2004, p. 148); ello permiitié consolidar un reordenamiento social que garantizaria las condiciones de un proceso de acumulacién confiable para el capital domésti- coy transnacional, En el caso de la accién sindical, esta estuvo enmarcada en el sistema de relaciones laborales que instauré la dicta- dura militar, la cual dejaba el desarrollo y el fortalecimiento de los actores a sus propias fuerzas. Esta politica solidificé la relacidn asimétrica entre los actores del mundo del trabajo y las relaciones que estos establecian en su regulaci6n, repro- duciendo Jas bases de una desigual distribucién salarial, las practicas antisindicales, la deuda previsional, las infracciones relativas a jornadas laborales, junto con una forma/caracter disciplinary persecutoria al proceso de formacién de sindica- tos y de afiliacién sindical (Salinero, 2004). r os.VBIAR 125 La dindmica de cambio y adaptacién de la economia na- cional a las tendencias internacionales de acumulacién de I lograron potenciar el fenémeno de fragmentacién, inestabilidad e inseguridad laboral, lo cual dificulté aun mas la practica sindical. Bajo ese fenémeno, la extensién de las condiciones de precariedad laboral, las tendencias y medidas proempresariales en cuanto a Ja flexibilizacién laboral, la subcontralacién, etcétera, constituyeron la consolidacién de ‘un modelo que permitié una gestién de la fuerza de trabajo basada en los paradigmas empresariales de organizacién pro- ductiva, la cual se ordena bajo una l6gica de sobreexplotacion del trabajo y en la cooperacién disciplinar de los trabajadores y trabajadoras (Escobar, 2006). En el sindicalismo, a su vez, la intervencién de los parti- dos politicos estuvo marcada, por una parte, por la accién de los cuadros politicos de la dirigencia del movimiento sindical chileno (Frias, 2008) y, por otra, por el desarrollo de una re- lacién organica de esos dirigentes con el sector empresarial, lo que Ilevé a remodelar la relacién entre capital/trabajo de Ios chilenos. Fue un elemento de cooptacién que produjo un giro hacia el neocorporativismo en las estrategias y métodos del movimiento sindical Guzmén, 2004) y dejé de lado la tra- dicién y experiencia politica que habia obtenido en las fases anteriores del proceso de “lucha por la democracia”, Todo ello supuso un olvido de las raices de la lucha contra el Plan La- boral, de las antiguas demandas por la democratizacién, de las ideas de fortalecimiento de la negociacién colectiva y del uso del paro y la huelga nacional como métodos de protesta y lucha politica y social, entre otras acciones. Segiin Jas cifras del 2010 (Compendio Estadistico de ta Direccién del Trabajo, 1990-2010), existen alrededor de 9.871 sindicatos activos, con una poblacién total de afiliados y afi- Tiadas de 858.571, que corresponden al 11,7% de la fuerza total ocupada? La llamada “crisis del sindicalisma” se extendid 2, Seexcluyen los trabajadores y las trabajadoras de la administracién publica, {quiens estan impedidos para organizar sindicatos. Su tasa aleanza un 13,9% (Direccién del Trabajo). 126 TENDENCIAS DE UN SINDICALISMO RRACTURADO. por dos décadas, produciendo una notable cafda en las tasas, de afiliacién sindical,’ una tendencia a la inactividad de los indlicatos, un escaso crecimiento de la tasa de negociacién colectiva,! la fragmentacién del mundo del trabajo y la indi- vidualizacién de las relaciones laborales (con la respectiva heterogeneizacién y complejizacién de las formas de trabajo y la composicién de la clase trabajadora)? un debilitamien- to de la base social real de los sindicatos y una reduccién de Ia conflictividad laboral y de,su influencia social. Todo esto parecié sentar las bases del agotamiento del discurso y de la practica sindical y de sus dificultades para dar respuestas sa- tisfactorias a los retos planteados por el capitalismo global, a Jo que se podria sumar una profunda erosién y una acelerada descomposicién de los elementos y relaciones que permitian hablar de un actor colectivo, de un sujeto social, Aun asi, la generacién y diversificacién de los espacios/ formas de explotacién en el trabajo han sentado las bases para Ja emergencia y Ia articulacién de nuevas identidades labora- : mienta colectiva de organizacion y tepresentacién de sus intereses. En 2010, tan solo el 11,7% de la fuerza ‘ocupada se encontzaba sindicalizada; o, el 139% si se considera a los asala- riados del sector privado, a la poblacién de servicios y a los trabajadares y trabajadoras por cuenta propia (con un gran potencial de que se encuentran en sindicatos actives (Compendio Direceién del Trabajo). 4, La negociacién colectiva ch Chile, a través de la vigencia de colectivos (convenios y contratos de trabajo) involucra a 2670073 trabajadores y trabajadoras. De ese total 234.029 estén sindicalizados, lo que significa que Ja negociacién colectiva cubre solo el 273% de la fuerza laboral de los sindi- catos activos. 5. Aqui podriamos seflalar los siguientes fenémenos: a) a aprobaeién de la ley de subcontratacién (N° 20.123 del afio 2007), coma prictica institucia nalizadla del proceso de precati por medio den sistoma de ns proctivdd del hoor abso ere de trabnjoy la desig tdad ols deeiguldades de genere prevents en Ia actualidad; entre otros. 2 . ® bu.veIAR 27 les, Identidades precarias y sujetas a las oscilaciones flexibles de los intereses empresariales que han dinamizado procesos de subjetivacién y practicas de accién sindical atravesadas por las mediaciones propias de un nuevo contexto social, politico y cultural, y en donde se han manifestado nuevos fe- némenos de identificacién y accién colectiva. Esos fendmenos han abierto espacios a la ampliacién del sujeto laboral (De la Garza, 2005), con la manifestacién de formas cada vez més precarias y flexibles de trabajo, pero también con formas de resistencia basadas en la solidaridad y 1a identidad que tras- greden y desbordan el espacio del trabajo. La emergencia de esas nuevas identidades precarias cons- tituye la principal base de interpelacién en los procesos de acu- mulacién de capital y de explotacién y degradacién del trabajo, como también de las dirigencias sindicales tradicionales y dela Idgica neocorporativa y burocréttica que ha guiado su acciona: Esa interpelacién desbordé los limites de la empresa y esté di- rigida a la esfera pitblica, al espacio de lo social, al conjunto de agentes que operan en la promocién de un modelo de acumu- lacién que expresa las fantasias neoliberales (Agacino, 1994) y a las premisas que sostienen su proyecto utdpico en Chile. Seguramente esta interpelacién tuvo su mayor expre- sién en los procesos de negociacién colectiva de los distintos, sectores productivos del modelo exportador chileno, el cual atravesaba una coyuntura expresada en el alza de los precios de los commodities a nivel internacional: las huelgas del cobre (2007-2009), la huelga de Arauco (2007) y las huelgas en la in- dustria del salmén 2007-2008). Por ello fue posible identificar un nuevo sindicalismo y unos nuevos liderazgos sindicales (Niifiez, 2007; Calderén, 2009 y Baltera y Dussert, 2010), que interpelaron las desigualdades entre las ganancias capitalis- tas transnaciormales y la realidad de las condiciones de trabajo y las salariales, y dieron paso a la configuracién de nuevos centros estratégicos de Ia accién sindical’ y a tacticas que se habian originado en las luchas obreras tradicionales. 6, Se podrian agregar aqui los sectores agroindustrial, del retail, de comunica- ciomes (all center) y el baneario, 128 TPNDENCIAS DE UN SINDICALISMO FRACTURADO Si bien, los efectos de la crisis capitalista del afio 2008 y ‘su rebote en los sectores exportadores debilitaron la posicién. objetiva que esos sectores obtuvieron en Ia esfera publica, !o cierto es que el sindicalismo de fines de la tiltima década ha dado a luz un nuevo referente generacional y politico que no solo es propio de la esfera del trabajo, sino también de la edu- cacién, el medio ambiente, la salud y el género. Sin embargo, de una u otra forma, dicho proceso ha acelerad el proceso de descomposicién del sindicalismo tradicional (autoritario) y de su dirigencia, y ha abierto perspectivas a una recomposicién de un proyecto sindical unitario y clasista con caracteristicas movimientistas (Waterman, 1993); igualmente ha visibilizado las contradicciones del modelo de acumulacién neoliberal y neoextractivista en Chile, que teje redes con otros movimien- tos y actores sociales: he aqui la gestacién de un concepto amplio de clase trabajadora,’ que, considerando las redefini- ciones y los limites del concepto trabajo, ha entendido que los vineulos con otros actores sociales son parte estructurante de las logicas de dominacién y de emancipacién. Esto, final- mente, ha conformado nuevas tendencias de continuidad que irrumpen al interior del movimiento sindical, las cuales ope- ran de forma contradictoria, muestran el resquebrajamiento de una tradicién neocorporativa y de didlogo tripartito, y aus- pician un relevo ideolégico importante en términos de accién sindical. Entre la continuidad y la irrupcién: el “relevo ideolégico” en las estructuras sindicales El movimiento sindical chileno, actualmente muestra una heterogeneidlad de formas: ha diversificado, de cierta manera, su capacidad de representacién y direcciones politicas que desbordan las posibilidades institucionales y legales de la ac- ciény la organizacién, Es un fenémeno contradictorio en don- ie-el-trabajo) Para un debate sobre este 7 Opodeiamos hablar de la clase-qu tema, ver Anttinez, (2003). VAR 29 de se ha fragmentado, por una parte, en una serie de centrales sindicales, federaciones y confederaciones y por otra, ha or ganizado y nucleado a nuevos trabajadores y trabajadoras que tienen distintas expectativas sociales. Ambas circunstancias, han dado paso a una reconfiguracién del mapa sindical en Chiles En ese fendmeno es posible distinguir algunas dindmicas de contintidad y otras de irrupcién. Lasnuevas formas que ha asumido la organizacién de los trabajadores y trabajadoras en cuanto a su deseo de encontrar figuras de colectivos, coordi- nadoras, etc, que difieran de las figuras legales de sindicatos, federaciones y confederaciones, muestra nuevas expresiones en el mundo del trabajo y en sus actores, quienes tratan de desafiar los niveles de la vigilancia y castigo que imponen los empleadlores (con respecto a la constitucidn del sindicato), por una parte y, como parte del fendmeno de desafiliacién e in- actividad sindical, entendida como una limitante normativa legal y burocratica para los trabajadores y trabajadoras més precarizados y explotados del modelo de acumulacién de ca~ pital chileno Galinero, 2006)? asf como de los trabajadores y trabajadoras desempleados y desafiliados, por otra. Esto, a la vez, constituye la irrupcién de una nueva subjetividad al terior de esa multiforme fuerza llamada movimiento sindical, y que se anexa a la constitucién de un movimiento obrero que se desentiende de la legalidad (Arbaziia, 2009). Esta irrupeién representa un desafio para las organizacio- nes sindicales en cuanto a la necesidad de reforzar, recompo- 3 Vipce 2008 soalaba que “es probable que en ver det predominio de la clin poiita “entrada en los intents deni en las decsionesguber- amentalesjlegistaivas,extemos presenciando un nuevo prtaponismo {ta aclén directa sobre lao empresas en la agenda snd}, sabre tod otagonizada por colectivos ua haste ahora no haan grado un roco- rocimiento cab de sus propibs infereses en la habituales instanas de representacionsinica”(p.7) erempresns cs cinco en esta mater a ques ta del eimpleador, cian de pro- los atozes del enn del aby. cesos democraticos de didlogo ent: 130 ‘TRNDENCIAS DE UN SINDICALISMO FRACTURADO ner y extender una identidad comtin de la clase trabajadora,” por una parte, y desarrollar expresiones de accién colectiva que involucren organizaciones no sindicales, por otro, lo cual tiene su correlato en la génesis de ese sindicalismo con ras- gos movimientistas que existe actualmente y que, como tal, expresa: a) la presencia de procesos interns democraticos, entendidos en un sentido amplio, a través de los cuales se establece una fuerte identificacién entre los dirigentes y las bases; b) fuertes compromisos solidarios en torno a la trans- formacién del orden econémico y ¢) amplia la justicia, a pesar de la heterogeneidad de las bases. Mientras tanto, la tendencia continuista en la coyuntura actual del movimiento sindical se expresa en el seno mismo de la cus, cuya dirigencia se constituye hoy como la represen- tacién de la descomposicisn de el proyecto unitario de esta,” y de la crisis del viejo modelo democrético de organizacion interna, que es fundamental entenderlo como un proceso con- tradictorio que ha culminado con la apertura y diversificacion del néimero de centrales sindicales y de sus respectivas orien- taciones politicas en el pais. En esta direccién, es significativa la fundacién, en el aito 1995, de la Coordinadora Auténoma de Trabajadores (ca) de orientacién socialeristiana, que se institucionalizé como tal en el afio 2003; la desafiliacién de la cur, en el afio 2004, de la Confederacién Nacional de Federaciones, Sindicatos de ‘Tra- bajadores de la Industria Alimenticia, el Turismo, la Gastro- 10, Para una definiciin sobre el sindicalismo movimientista, ver Moody (2001), 1, Sefiala Bersusén (2008) que se trata de las “posiblidades reales cle desman- telar el autoritarismo sindical, o de ampliar y profundizat la democracia como recurso para estrechar los vinculos entre los ditigentes y los agremia- dos cuando éstos se han distanciado, aun a riesgo de entorpecer el proceso de toma de decisiones o debilitar Ia unidad interna en medio de las agresio- nes externas” (p- 383) 12, Arrieta (2003) sefiala quo “la actual cur es producto de una deeisién politica tomada en ese afio [1990] entre las diferentes fuerzas politicas con presencia cen el mundo sindical, las cuales no necesariamente respondian a criterios cestructurados como partidos politicos pasados o presentes. Fue una deci- sida que implic6, entre otras cosas, abandonar las tesis de crear eentrales Ideoldgicas y pasar a una convivencia interna bajo una sola estructura sin- ical unitaria (ver también el Taller Andlisis de Coyuntura, 2008). pp.voian 131 Hoteleria, Similares y Derivados (Cotiach) y Ia respectiva constitucién de la Confederacién General de Trabajadores (car) la cual surgié también como parte de la consolidacién del Movimiento Sindical por los Cambios (Mosicam); la con- formacién del Colectivo de Trabajadores, cuya politica podria ubicarse a izquierda de la evr; y la Unién General de ‘Traba- jadores, fundada en 2004, a partir de un ruptura en el seno de Ia dirigencia de la cur, Ja cual empezé a mostrar un discurso abiertamente neocorporativo y de autonomia respecto a los partidos politicos, y se constituye con una dirigencia demé- crata cristiana. La actualidad de la cus, como la central hist6ricamente més importante, con una gran afiliacién y con el “reconoci- miento” politico del Estado; esta marcada por una elemental pérdida de credibilidad, legitimidad y representacién entre Jos trabajadores y las trabajadoras. La cut, la cual retine al 22% de los sindicatos chilenos, entra en un punto del diagnéstico médico en que se puede caracterizar como una organiza @) anquilosada, en el sentido de la relacién contradictoria en- tre un sindicalismo autoritario y tradicional y un sindicalis- mo con rasgos clasistas y movimientistas; b) burocratica, en cuanto a los mecanismos que usa para la toma de decisiones y Jas formas de trabajo: la falta de transparencia administrativa + en las finanzas, el cardcter de la participacién de sus afiliados y afiliadas y la eleceidn de sus direcciones"* y c) autoritaria: en cuanto no se ha abierto a un didlogo paralelo con las centrales 15, Segdin una declaracién pi de Ia Regis Metropolitana, este entraria en cese de sus act ticas pablicas, debido a que no habrian logrado realizar su “propdsito de Hlegar a construir una fuerza de opinién y de accidn capaz de gravi ‘el mundo de la izquilerda y del movimiento de trabajadores. En ese sentido, ‘constatannos un estancamiento de nuestro desarrollo” (Correo de los Traba- Jadores, tomado de httpd wecett.c/cet/index htm). 14, No sobra agregar que la Organizacién Internacional del Trabajo reconoce solo a tres de las cent lacur, In cary la unr. 15. Esto entronca con la carta pablica firmada por distintos dirigentes sind cales, donde exigen convocar a un congreso nat cardcter refundacional y adelantar las elecciones del CDN de la cur (ver: Wadet, 2011). -ALISMOFRACTURA sindicales ideolégicas que se han conformado en la tiltima década, ni con las fracciones y voces criticas que se encuen- tran en su interior, con el cual podria iniciar un proceso de democratizacién interno. Al interior de la cur se exhiben sintomas concretos que apuntan a desintegrar los actuales liderazgos sindicales tra- dicionales (como es el caso de Arturo Martinez, militante del Partido Socialista y presidente la cur desde el afio 2000), lo cual es observable a partir de hechos como: a) el acuerdo de la dirigencia de la cut con el gobierno en el afio 2010, en mate- ria de flexibilidad laboral para los javenes y las mujeres; b) la figura legal arbitraria en la que Arturo Martinez, permanece como presidente de la organizacién luego de su fallida cand datura a diputado; ¢) el anuncio del mismo Arturo, en el mes de julio 2011, de no postularse de nuevo como presidente en elecciones de la cur del 23 de agosto de 2012, y su “cambio de opinién” en el mes de marzo de 2012 para ser candidato de una lista; d) los cuestionamientos a la utilizacién de dineros y el manejo financiero de la direccién de la cur; e) el acuerdo de marzo de 2011 entre la cur y la Camara de Produccién y Co- mercio (cre) y f) un nuevo acuerdo de la cur con esa camara en marzo de 2012. ‘Todos esos sintomas deben leerse en medio de un escena- rio de protesta social y reactivacién de distintos movimien- tos e identidades sociales que abogan por tener dialogos con actores sociales validos, 0 como tales, desde una perspectiva de democracia y representatividad ciudadana y participat va. Leido asi, los decadentes Hamados de parte de la cur a alinearse a proyectos sociales e histéricos, como parte de la estrategia antineoliberal que ha adoptado el sindicalismo sociopolitico, se plasman como estrategias discursivas y una perfomance de declaraciones publicas que delatan la falta de intencionalidad politica de movilizar la fuerza y de desarro- lar los métodos histéricos de lucha de la clase trabajadora. 16. La convocatoria a un paro nacional, los dias 24 y 25 de agosto de 2011, ada en medio de un clima social de movilizacidn y protesta por las de- ‘mandas del movi 133 Davey En definitiva, todos estos gestos adornaban y maquillaban su- tilmente una estrategia de consenso corporativo que definié ala cur en esos 22 afios, bajo la direccién (en su composicién mayoritaria) de los partidos de la Concertacién y Comunista, principalmente,” lo que les ha hecho perder credibilidad fren- tea los demés aciores sociales. En ese contexto, han emergido voces que recriminan a la direccién de la cur dentro del mismo movimiento sindical, aunque no apuntan a la légica de los procesos de escisién y quiebre (como la conformacién de un mayor néimero de centrales), sino que intentan redireccionar el presente de la mulligremial desde una perspectiva que apela a reconstruir la representatividad, la legitimidad y la transparencia de la organizacién. Esa interpelacién ha combinado una critica a os métodos de negociacién, a las orientaciones y a las vin- culaciones politicas que han caracterizado a la cur en estos liltimos affos, y exigen que esos liderazgos se aclaren o sean desplazados, para no convertir al sindicalismo nuevamente en un instrumento de los partidos politicos.” Las limitaciones estructurales en los procesos de democra- tizacién dela cur estan marcadas por los actuales mecanismos de eleccidn indirecta de la dirigencia.® Asi pues, hay un desa- ‘ organizar un paro significativo en las actividades ¥, 0 sindicales en la cur, is con respecto a este fond- 1B iad de la cur debe estat Nocatamee sgaros dellogara tmeno, pero creomos gue It erosin de Iced ‘inculada ambien an crss del tetatagias ls diron la forma de un apénice dla coal dep tlgoblemo dumnte dos décadas, 19, Un caso paradigmatico son lo debates sobre el salario minimo de loa fiimos 20 soe do gobierno de le patios dela Concetaion Eton han carcerizdo por dicusione atvapadas en as Isbronsspero sactedn has ogorcones ate icles y patios police ancl sno del Congreso Naion 20, sntoma Geos en Inc ean nn evens de alder de 22 ml drgenteseleiores fs que emiten un stag ponderado cal ee eee ee 134 TENDENCTAS DE UNSINDICALISMO FRACTURADO fio para las identidades emergentes: la posibilidad de desnian- telar el autoritarismo sindical y generar, ampliar y/o profun- dizar la democracia sindical, para fortalecer mecanismos de identificacién que potencien la afiliacién sindical y la identi- dad trabajadora nucleada en la figura del sindicato y en la cur. La democracia sindical y los procesos de democratizacién parecen ser, en este contexto, parte fundamental en la recons- titucién de las fracturas y fragmentos ideoligicos en que se ha trizado el movimiento sindical chileno, como ha ocurrido igualmente en pafses que adelantan procesos de transicién desde regimenes autoritarios (Bersusn, 2003). La cur tendria Ja posibilidad de rearticular una narrativa del sindicalismo, si, por una parte, dinamiza las practicas de didlogo y recono- cimiento de la diversidad sindical, plasmada en sus fracciones internas, en los sindicatos no afiliados (confederaciones, hol- digns, etc), en las demas centrales sindicales y en los colectivos de trabajadores y trabajadoras, con la especificad y diversifi- cacién de formas de trabajo y de trabajadores y trabajadores a que ha dado paso la acumulacién flexible y, por otra, si aborda Ia multiplicidad de identidades que emergen en el campo de la protesta social, bajo los criterios de una perspectiva demo- cratizadora de las relaciones sociales de conjunto. ‘Aqui podrian exponerse algunos interrogantes: {Estar la cultura politica y organizacional de los trabajadores y trabaja- doras preparada para adoptar cambios de esa magnitud? (Es posible transformar o refundar la cut? 2No es acaso esta una tactica y un debate ya inserto en las nuevas subjetividades de los trabajadores y trabajadoras que se ha expresado en sus nuevas formas orginicas? {No es la iclea de seguir constru- yendo centrales un fenémeno que debe darse naturalmente y normalmente en un contexto de mayor democratizacién? gNo estén acaso arraigadas las formas de disciplinamiento en Ja subjetividad de los trabajadores y trabajadoras, de una tan forma intensa e interiorizada (que ha calado en la conciencia {45 miembros del Consejo Directivo Nacional. Estos a su ver eligen al poder ejecutivo, que son 15 personas, encabezadas por el nuevo presidente DJ.VEIAR 135 mentalidad del trabajador), que seria imposible deconstruir o desplazar en la actualidad, y por tanto, haria imposible pen- sar en un cambio social en el que estos jueguen un rol activo? Todas esas preguntas no son faciles de abordar. Cada una de elas requiere un tratamiento en extenso, con debates, did- logos, etc. (practica necesaria para la reconstruccién del tejido sindical), que articule explicaciones, posibilidades de enun- ciacién y posiciones de sujeto, lo cual parece dibujar, en un escenario abstracto, la configuracién de una totalidad social diferenciada, que permitiria hablar de un sujeto desarticula- do y fragmentado en distintas dimensiones, pero existente en su materialidad y accién, tal como lo es la clase trabajador. Conclusiones Las caracteristicas del cambio politico, cultural, econémi- coy social por el que atraviesa la sociedad chilena, impulsan nuevas formas de democratizacidn en Jas estructuras pos- dictatoriales y su herencia en los espacios de sociabilizacién, identificacién y accién colectiva. Las demandas de democra- tizacién al interior de la cur representan uno de los grandes desafios y escollos que encuentra el sujeto trabajador cunado de relacionarse con las demas organizaciones y movimientos sociales se trata. Esto, tanto por las caracteristicas de las estra- tegias politicas ligadas a la transicién, como por la forma de su organizacién vertical y autoritaria, En ese contexto, la reconfiguracién de los métodos de- mocraticos y las dindmicas internas y organizacionales de la clase trabajadora representan claramente una de las mejores formas de potenciar la afiliacién sindical y la participacién con el fin de estrechar los lazos de identificacién y solidari- dad como herramientas de fortalecimiento del poder del sin- dicalismo en general! De acuerdo con la realidad altamente compleja del capitalismo tardfo, la emergencia de actores so- 21, “El control de las bases sobre la dirigencia y su partieipacfn activa (no solo ‘su posibilidad) en el proceso de toma de decisiones ps solo son elementos ‘consustanciales a la democtacia en los sindicatos sino de la mayor importan- cia si se los visualiza como instrumentos de poder" sn, 2008, p. 395), 136 "TENDENCIAS DE UN SINDICALISMO ciales desde distintas esferas sociales, los nuevos liderazgos sindicales y la relevancia de la lucha de clases, como forma de interpretacidn/accién para los sectores explotados/margi- nados de la sociedad capitalista, la democracia sindical debe asumir el debate sobre los imperativos del presente/futuro del movimiento sindical chileno. ‘Asi pues, nuestro planteamiento es que es necesaria una nueva forma de entender la realidad de politica social del Chile de hoy. Las experiencias de critica y resistencia a los poderes anidados en la nueva estructural sincical requiere problematizar los dispositivos de sujecién que fueron instala- dos en el plano de las relaciones laborales por los aparatos del Estado, de tal forma que el sindicalismo busque desprenderse del ejercicio de esas formas de poder; aunque también se de- en desnudar esas formas de adaptacién y cristalizacién en el seno del movimiento sindical, referidas a las relaciones de poder autoritarias. Mirados de esa forma se convierte en desafio fijar nue- vas perspectivas y definiciones sobre lo que se entiende por movimiento sindical, para dirigirlo hacia los movimientos de trabajadores y trabajadoras, y superar las categorias clasicas de trabajo y trabajador; para avanzar hacia los espacios del desempleo, la informalidad, la terciarizacién, la subocupa- cién, el empleo precario profesional, y hacia un espacio de coordinacién que aglutine a esos agentes; para potenciar un proyecto democratico y participativo en su seno, con una vi- sién de género que no sea tan solo fetichista y discursiva, y adopte una visin internacional en referencia a los procesos de transnacionalizacin y mundializacién de la economia. Todo eso és una suma de elementos que deben potenciar los espacios de formacién, encuentro, recreo y ocio de la clase trabajadora de hoy, desde una visién integral de la cultura y sus manifestaciones. Dy. VEIAR 137 Bibliografia Agacino, Rafael (1994). Cif es y fiuras de una contrarrevotu neoliberal nradura, Amoternac: Labouragain Publications, Recupe- rado de hétp:/wwwriisg.nl/Jabouragain/documents/agacino pat ‘Aguiar; Santiago (2008). Rastros cle los sindicatos y la clase obrera bajo Ja dictadura. Relacién social de explotacién: estructura, sujeto y accién social. Serie Apuntes de Estudios del Trabajo, 9. Santiago de Chile. Antiinez, Ricardo (2003). Adids al trabajo? Ensayo sobre la metamorfosis del frabaj y el ro central del trabajo. Buenos Aires: Herramienta, Ta- ler de Estudios Laborales. ‘Arbaziia, Eduardo (2008). Accién sindical de trabajadores conteatistas En Gmez, Javiera y Soto, Alvaro (Ed). Flexbildad laboral y subjeti- viidades, Hacia una consprensiém psicosocial del empleo contensportieo, (pp. 79-88). Santiago: LOM. ‘Arrieta, Adolfo (2003). Mercado de trabajo, organizacién y representacion _gremial y sindicnl. Santiago: Oficina Internacional del Trabajo. Baltera, P. & Dussert, Juan Pablo (2010). Liderazgos sindicates emergentes Elenco de los trabajadores subcontratadas de ia salmonicultura, miner dl cobre y forestales. Santiago: Direccién del Trabajo, Direccién de Estudios. Bersuséin, Graciela (2003). La democracia en los sindicatos. Enfoques y problemas. En De la Garza, Enrique (Coord). Tratado Latinoa- -ano de Sociologia del ‘Trabajo (pp. 392-421). México: Fondo de Cultura Econémica. Calderén, Ricardo (2009). Nuevas expresiones de acelin sindical desde la precarizacién del empleo: El caso de los trabejaclores contratis tas de la gran mineria del cobre. En Soto, Alvaro (Ed). Flexibilidad Laboral y subjetioidades. Hacia wra comprensién psicosocial del empleo

También podría gustarte