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ALGUNAS PRECISIONES SOBRE EL INTERES PUBLICO

Dentro de los parámetros jurídicos fijados en la Ley del Procedimiento Administrado


General – Ley N° 27444, la que hoy tenemos como Texto Único Ordenado (TUO)
aprobado mediante Decreto Supremo N° 004-2019-JUS, se encuentra la potestad que tiene
la administración pública para declarar la nulidad, de oficio, los actos administrativos
emitidos.

Al respecto, el TUO establece las posibles causales de nulidad en los cuales puedan verse
afectados los actos administrativos emitidos por la autoridad competente; siendo así, el
numeral 213.1 del artículo 213° del referido Texto Único Ordenado, señala que “…en
cualquiera de los casos enumerados en el artículo 10, puede declararse de oficio la nulidad
de los actos administrativos, aun cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el
interés público o lesionen derechos fundamentales…”.

En tal sentido, la definición o el llegar a una conclusión certera de a lo que “derechos


fundamentales” se refiere, no causa mayor problema de interpretación, pero, no ocurre lo
mismo cuando se trata de un concepto firme o consensuado de “interés público” pues,
aparentemente, no se encuentra una definición concreta sobre aquel concepto.

Al respecto, por ejemplo, a nivel Jurisprudencial, el Tribunal Constitucional, en su


Sentencia Nº 0090-2004-AA/TC, en lo que respecta a su fundamento 10, precisa lo
siguiente: “el concepto jurídico indeterminado de contenido y extensión: el interés
público”; el concepto de interés público, es un concepto indeterminado; sin embargo, tiene
que ver con todo aquello que beneficia a la comunidad en general. Su satisfacción
constituye uno de los fines del Estado y justifica la organización administrativa; por otro
lado, señala que “el interés público, como concepto indeterminado, se construye sobre la
base de la motivación de las decisiones, como requisito sine qua non de la potestad
discrecional de la Administración, quedando excluida toda posibilidad de arbitrariedad.”

Por lo tanto, tal y como se desprende de una lectura atenta del precitado párrafo e
inclusive del totalidad de la sentencia, aun el Tribunal Constitucional no ha tenido la
voluntad de fijar algún concepto concreto que nos acerque a una definición de “interés
público”; es por ello que resulta ser, hoy por hoy, concepto meramente doctrinario que,
inclusive, dentro de los distintos autores, tampoco existe un concepto homogéneo del
mismo, por lo que podemos encontrar cierta coincidencia dentro de la doctrina y dentro de
alguna legislación comparada así como de algunos conceptos nacionales a nivel doctrinario.

En consecuencia, la entidad revisora de sus actos, al momento de canalizar los


procedimientos administrativos a su cargo, debe garantizar el absoluto cumplimiento de
todas y cada una de las normas y reglas del procedimiento administrativo preestablecido, en
la medida que el cumplimiento de éstas importa y va de la mano con el interés público.

En sentido contrario, sí la autoridad encargada de la instrucción de los distintos


procedimientos administrativos, propios de sus competencias y atribuciones, emite
actos administrativos que desconocen o vulneran las normas del procedimiento
establecidas, tiene como consecuencia el que se genere una situación irregular, puesto
que, éste acto, está reñido con el Principio de Legalidad, y que por ende, agravia
directamente al interés público, requisito indispensable para la declaración de nulidad del
mismo.
A manera de concepto, el profesor Ramón Huapaya Tapia, en su Tratado del Proceso
Contencioso Administrativo, señala que “…en tal sentido, se considera que la eventual
emisión de actos administrativos ilegales, ya sea por contravención de disposiciones de
fondo o forma, indudablemente compromete el interés público…”.

Por otro lado, y en esa misma línea de entendimiento, el profesor Jorge Correa Fontecilla,
redacta para la Revista Española de Control Externo “Algunas consideraciones sobre el
interés público en la Política y el Derecho”, afirmando que “…en síntesis, el interés público
será aquella materia que se resuelve en decisión política gubernamental –nacional, regional
o municipal– y también en el ámbito legislativo y jurisdiccional, que satisface al máximo
los intereses de la comunidad involucrada, que se concibe y ejecuta mediante
procedimientos jurídicos preestablecidos…”.

Es por ello que no resulta admisible para la declaración de nulidad de oficio, que el acto
administrativo que sustenta la misma, motive o mencione de manera vaga o sencilla “que tal
acto agravia el interés público y las normas reglamentarias”, sin justificar o motivar el
porqué de ello, sin detallar en el mismo cada uno de los argumentos por los cuales la
administración considera que se ha violado la Constitución, la ley o alguna norma
reglamentaria; es decir, no se trata de hacer una mención vaga y simplista, sino de
precisiones que identifican los agravios pues, de considerar que no es así, entonces le
corresponde al funcionario competente, por virtud de justicia y en respeto a la tutela
jurisdiccional, motivar el por qué no lo serían.

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