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Los MEpDICOos MUERTOS No MIENTEN. Otros libros por el Dr. Joel Wallach & Ma Lan Rare Earths: Forbidden Cures ’ Hell’ Kitchen Lets Play Doctor Black Gene Lies Let’s Play Herbal Doctor Immortality God Bless America Epigenetics Los Médicos Muertos no Mienten Copyright © 1999 Dr. Joel Wallach y Dr. Ma Lan Tercera edicién, 2015 Todos los derechos reservados. Este libro no puede ser reproducido, ni parcial ni totalmente, sin permiso escrito del editor, excepto por parte de un resefiador que requiera citar pasajes breves en una resefia. Ninguna parte de este libro tampoco puede ser reproducida, ni almacenada en un sistema de recuperacién de informaci6n, ni transmitida de ninguna manera ni por ningin medio electronico, mecanico, de grabacion 6 de cualquier otro tipo, sin el permiso escrito del editor. Cubierta disefiada por Watts & Asociados Traduccién: Sergio Bolafios Cuéllar, PhD Prof. Universidad Nacional de Colombia Editores, 3*. Edicion: Nelly Cervantes/Luis Valdivia LV Omnimedia, Inc. Para descuento-en ventas, permisos editoriales, u otra informacién comuniquese con: Wellness Publications LLC P.O. Box 1222, Bonita, CA 91908 Tel. (800) 755-4656 * Fax (619) 420-2453 www.drjwallach.com wellness624@gmail.com ISBN 978-0-9701490-0-8 Impreso en Estados Unidos de Norteamérica Este libro, Los médicos muertos no mienten, esta dedicado a los 60 millones de estadounidenses que recibieron el audio casete de 90 minutos con este mismo nombre. A los millones de personas que escucharon, comprendieron y asumieron una accién positiva para mejorar su propia vida y la vida de los demas, complementandolas con minerales coloides derivados de plantas. Traduccién de Sergio Bolafios Cuéllar, PhD (Universidad Nacional de Colombia). Nuestro especial agradecimiento a Sandy Elsberg por- hacer esta traduccién posible. Muchas gracias a Ted Soriano y Gilbert Salinas Por su ayuda con el libro. Cuando el Dr. Joel Wallach comenzé a investigar acerca de la mejor for- ma de educar a las personas sobre el valor de tomar suplementos nutri- cionales, observé a los doctores mismos. Supuso que ellos estarian mds saludables que cualquier persona Sin embargo, lo que él descubrié en una edicién de 1895 del Journal of the American Medical Association fue que la vida promedio de los médicos era apenas de 55 afios. Planted la hipotesis de que este lapso era mucho menor hoy dia que hace 100 aitos, por lo tanto decidié seguir investigando. Lo que descubrié es que hoy esta diferencia es atin mas pequefia, pero solo por tres afios. Siendo veterinario durante 30 afios, el Doctor Wallach trabajo como investigador de patologias veterinarias en el Instituto Nacional de la Sa- lud de la Universidad de Emory. Después de haber descubierto e iden- _ tificado los primeros modelos animales de fibrosis quistica en monos, encontré que podria reproducir esta condicién a voluntad debido a que era causada por una deficiencia nutricional. Sus hallazgos constituyeron una gran esperanza para los nifios que sufrian de esta enfermedad. El unico problema que él no pudo prever fue la reaccién por parte del in- stituto. A las 24 horas después de haber hecho publicos sus hallazgos, el instituto ya no estaba interesado en patrocinar sus investigaciones y eliminaron los fondos. EI Doctor Wallach después tomé la decisién de ingresar a una escuela de medicina, de tal manera que pudiera tratar a los nifios que padecian fibrosis quistica. Al darse cuenta que la escuela de medicina tradicional probablemente seria tan negativa como el Instituto Nacional de Salud, acepté ta in- vitacién para ensefjar nutricién en la Escuela Nacional de Medicina Neuropatica de Oregon. Cuando se dio cuenta que podria ser un médico general (lo que significa que podia atender partos, coser heridas de sier- ra, recetar e incluso recibir pagos de las compafiias de seguros) decidié ingresar como estudiante de tiempo completo. El Dr. Joel Wallach ha participado en la investigacién biomédica y ent la medicina clinica por més de 40 afios. Recibié su pregrado en agri- cultura por la universidad de Missouri con énfasis en cria de animales domésticos (nutricién) y una segunda especialidad en cultivos y suelos de campo. Ademas, tiene un titulo de Médico Veterinario de la Univer- sidad de Missouri. También obtuvo el grado de Médico Neuropatico de la Escuela Nacional de Medicina Neuropatica de Portland, Oregon. Ha aparecido frecuentemente en la televisién y en programas de radio como experto en enfermedades raras relacionadas con minerales vesti- giales 6 con deficiencias de tierra. También es el anfitrién de su propio programa de radio. Por otra parte, esté a cargo de 300 seminarios gra- tuitos anualmente sobre nutricién para el publico en general y para aso- ciaciones profesionales y es el editor en jefe de la reconocida ria de salud alternativa “Conciousness ”. La Dra. Ma Lan es vicepresidente de Wellness Lifestyle en San Diego, California. Obtuvo su titulo de Doctora en la Universidad Médica de Pekin. Ha sido coautora, junto con el Dr. Wallach, del popular libro de autoayuda Juguemos a ser el doctor, que se encuentra en su décima segunda impresién. Prefacio Capitulo 1 Capitulo 2 Capitulo 3 Capitulo 4 Capitulo 5 Capitulo 6 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9 Capitulo 10 Capitulo 11 Capitulo 12 Capitulo 13 Capitulo 14 Capitulo 15 Capitulo 16 Capitulo 17 Capitulo 18 Capitulo 19 Capitulo 20 Capitulo 21 Apéndice A Apéndice B CONTENIDO CIENCIA CON UNA “OpciON DE CoMPRA DE ACCIONES” DE CaPITAL {SUPLEMENTOS PARA EL GANADO PERO NO PARA NOSOTROS! UNA ZANAHORIA NO ES UNA ZANAHORIA.....csssesssessesesseessseesesee 17 jCuRAMOS LAS ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES CON LA NUTRICION! «0... sessessssesseesseesnsenseersseesneennenee 25 EL EsTUuDIANTE SE CONVIERTE EN MAESTRO .....sssesseesseeeesseeseree 33 OPCION RINOCERONTE..s.ssssssssessssveccsseecessecessseeessecensseessneeseeeee 45 Topos Los ANIMALES Y LOS SERES QUE MUEREN DE CAUSAS Mueren Por UNA ENFERMEDAD DE DEFICIENCIAS .......-s0seeeeee00 63 EL LIBRO o...sscsscssessssssssesssessssecssccssnecsnsensversvecavecsseenseesneceaneeesae 73 Is GRAN/EUGA‘DE LOs\OS0G) en tace reeset! 81 Las Gotosinas y Las DEFICIENCIAS MINERALES.........sseeseeee+ 89 iQue Monos! ......... 05 20/20. 119 EL VETERINARIO SE CONVIERTE EN MEDICO ..........ssesssesseeereere 127 Los TRATARON COMO PERROS {PERO MEJORARON! ....esseeeseese 137 SUPERADORES DE LA VEJEZ....cssesscssssssssssesssssecssseecsnnecesnsreseeee 151 LOS CAMPOS ASESINOS .....ssscssessssecssseseseesseecssecsusensernnecsuseenene 181 Ee NEGOCIO) DE UA CARRETAstss tetera sett eee 197 AVIATANDO)DE) NUEVO srecsersssse rts erate t eter e 207 Los MEDICOS MUERTOS NO MIENTEN......sssssssessssssteenseceseeesess 213 ATAQUES ABREOS Y TERRESTRES ......scsssessssesssecsserseecsueessecenes 231 La GRAN AVENTURA ESTADOUNIDENSE.....s.sssseceesssceseeersnseeee 241 Ex Nuevo ALFABETO DEL BIENESTAR .........+ 257 JuGUEMoS A SER EL Doctor.. PREFACIO Antes que existieran registros histéricos, pasaron 100,000 afios para du- plicar la poblacion de seres humanos en la Tierra. Después de la apa- ticion de la agricultura, aproximadamente hace unos 5,000 6 6,000 afios, tardamos 700 afios en duplicar la poblacién de seres humanos. Hoy, en los albores del siglo XXI, solamente tardamos cuarenta afios en hacer que estas cifras se duplicaran. Como resultado de esta avalancha de nue- vos seres humanos, la competencia intercultural por nuestras materias primas corporales -la materia basica misma de la vida, la salud déptima y la longevidad- ha alcanzado un punto de cataclismo. Desafortunadamente, todo el complemento de los noventa nutrientes esenciales que se requieren para una salud 6ptima y para la longevidad de los seres humanos no estan presentes 6 su disponibilidad en los ali- mentos es tan variable que las oportunidades de obtenerlos sdlo a partir de los alimentos es mds remota que ganar la loteria. Con el paso de los afios, los grandes cultos han motivado disciplinas estrictas de salud, propagando el vegetarianismo, la macro- bidtica, 1a bi\ioretroalimentacién, la meditaci6n, el ejercicio, el pens- amiento puro y el yoga. Los perritos falderos del culto alopatico inclu- so han pedido atencién médica gratuita para todos a los emocionados politicos que compran sus votos. A pesar de los “sermones”, ninguna de estas practicas han extendido el periodo de la vida humana en Estados Unidos a mas de 75.5 afios, lo cual equivale a solo el 62% de todo nues- tro potencial genético humano para la longevidad de 120 a 140 ajios. Es la medicina alopatica un culto mayor que la ciencia? ;Si! Los mas grandes pensadores “cientificos” -por lo general leyendas en sus propias mentes- buscan afanosamente formas de seguir viviendo hasta que se realice algiin “descubrimiento milagroso” que tenga éxito, en tanto que pueda patentarse y pasar por la “inquisicién alopatica”. Los médicos alopaticos (ya sea que se denominen doctores, alépatas que “rompen espaldas”) exaltan las virtudes de las vacunas, el examen médico anual, los alimentos de los cuatro grupos basicos, la reducci6n del consumo de sal y de grasa, y no fumar. Sin embargo, si estos méto- dos por si mismos fueran suficientes para producir una verdadera salud y longevidad, los doctores vivirian tanto tiempo 6 mucho mas que el es- tadounidense promedio. Sin embargo, ante una inspeccion mas cercana de la salud de los médicos y de los registros de longevidad, se observa que no son ni mas saludables ni viven mucho mas tiempo. Y los médi- cos muertos no mienten. Algunas personas que tienen una fe ciega en la. profesién médica alopatica demuestran su devocién suprema y pagan un precio tremendo para lograr que los tengan congelados en nitrégeno liquido (suspensién criogénica) para extender su “periodo del vida” hasta que se descubra una cura médica para su enfermedad terminal y su fe se vea recompen- sada. Los “inmortalistas”, un culto anti-muerte, creen que si no prestan atencién a la muerte y todos sus adornos (por ejemplo, los asuntos del cementerio, el seguro funerario, etc.), no moriran. ,Podemos “despro- gramarnos” con el tiempo? Solamente si estamos dispuestos a enfrentar los hechos. , En realidad, jtodos estos idolos falsos nos estan matando! Tanto en el documento 264 del Senado de los Estados Unidos de 1936, como en el informe de la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro en 1992 acerca del agotamiento de los minerales, se sefiala graficamente que nuestras tierras estan anémicas. Docenas de los elementos que an- tes eran abundantes en el suelo - selenio, arsénico, estafio, aluminio, cromo, vanadio, molibdeno, niquel, etc.- se creia hasta hace poco en la profesion médica que eran totalmente toxicos para los humanos 6 en el mejor de los casos no esenciales para la salud. jNo busque estos mine- tales en sus alimentos “cientificamente enriquecidos”! Cuando los cuatro grupos de alimentos no fueron efectivos (y nunca lo son), los cirujanos nos vendieron piezas de reemplazo-bionicas 6 tra- splantes de organos. Pero este servicio de partes bidnicas y de reciclaje del carne no ha hecho retroceder el numero de muertes de estadoun- idenses. El periodo de vida promedio de 75.5 afios de los estadounidens- es nos coloca en el puesto 17 de longevidad si se compara.con otras naciones industrializadas. iTan sorprendidos estamos con nuestros mantras alopaticos que incluso nuestros cientificos siguen confundidos! Un experimento que tardé dos afios en Tucson, Arizona, realizado por Roy Wal- ford, colocé a seis habitantes (incluyéndose él) en una unidad cerra- da de autoabastecimiento llamada Bidsfera 2. El propésito? Preve- nir contra el desastre ambiental 6 tal vez establecer un prototipo para una colonia pionera en otro planeta. El concepto es romantico pero dificilmente practico para las masas de nosotros, los pobres habitantes de la Tierra, gracias al ruido ince- sante de la alopatia acerca de las “calorias” y la ausencia de palabras acerca de los micro-nutrientes. Walford cree erréneamente -a través de una interpretacién equivocada de los datos sobre animales- que la sola reduccién se verd de la toma de calorias puede ampliar el periodo de vida de 30 a 40%. Una revisién critica de los datos tomados en los primeros experi- mentos de reduccién de calorias por longevidad indica que el niv- el de vitaminas, minerales, y minerales vestigiales siguié siendo el mismo en todos los grupos de control y en los grupos de bajas cal- orias (las calorias se redujeron entre 45 y 60%) sin importar el nivel de calorias. No es la reduccién de calorias lo que extiende la vida. Es una alta densidad de nutrientes lo que la prolonga. Walford también estaba tan obsesionado con el tema de las bajas cal- orias que no presté atencién al incremento en la concentracién de vi- taminas y minerales. Una vez que salieron de la Bidésfera 2, después de su toma minima de calorias, Zinc cinco de los seis participantes (excluyendo a Walford) deseaban una pizza 6 comida chatarra. Esto era una clara manifestacién de antojos y comida en exceso. También se quejaron de que el grupo normalmente amigable habia empezado discutir por cualquier tipo de decisién. Ademis, dos de los partici- pantes, poco después de salir del domo, de manera ilegal ingresaron a él para robar los registros, jun comportamiento criminal! No se hable maa acerca de este exitoso experimento. Nosotros los seres humanos requerimos 90 nutrientes esenciales en niveles 6ptimos en nuestra dieta diaria, no sdlo para evitar las enfer- medades debilitantes y degenerativas, sino también para la sociab- ilidad normal para evitar el comportamiento criminal (actualmente hay 2 millones de prisioneros en las carceles estadounidenses), y para lograr la expectativa de vida deseada. Es conveniente que en- tendamos las necesidades minerales basicas de nuestras emociones y nuestros.cuerpos aqui en la tierra antes de que volemos a las esta- ciones espaciales y nos encontremos demasiado alejados. En la década de los afios 90 hubo bastantes patentes sobre cultivos genéticamente manipulados (“alimentos Frankenstein”), enzimas, hormonas, bacterias, animales clonados (como Dolly, la oveja clonada) e incluso humanos (humanos idénticos pueden clonarse actualmente en la etapa embrionaria: “Los nifios del Brasil” estan aqui). Este ha sido un esfuerzo heroico, quizas avaro, de parte de los cientificos empresarios para ampliar el culto de lo alopatico. Pero. esperar que las. células vivas manipuladas genéticamente se desarrollen, se mantengan, alcancen su potencial genético para la longevidad y que esto se lleve a cabo sin la materia prima de la vida, equivale a esperar que un Mercedes Benz a plena velocidad de San Diego a Los Angeles -una distancia de 150 millas- funcione sin ningun tipo de aceite 6 refrigerante. Incluso el motor del Mer- cedes, esa maravilla de automdévil aleman, disefiado para alcanzar hasta 300,000 millas recorridas, se convertiria en una masa fundida de restos costosos antes de haber alcanzado las 50 millas si no se le suministra aceite ni refrigerante. Los médicos, que deberian estar mejor informados generalmente, estan recomendando que sus pacientes conduzcan a la maxima ve- locidad sin tener los combustibles basicos. Sin embargo, ,cuando nos indican que debemos tomar los 90 ingredientes fundamentales que hacen las veces de aceite y nutrientes de la humanidad, que permiten que esta obra de arte de carne y hueso de la ingenieria, lla- mada nuestro cuerpo humano, recorra 300,000 millas? Sin esos 90 nutrientes, el motor de combustion interna del cuerpo humano nun- ca podra funcionar sin quemarse en lo emocional, fisico 6 mental. El mantenimiento corporal, la reparacién, la vida misma no puede seguir. Los médicos muertos no mienten es impactante. Usted se vera sor- prendido a medida que. se revelen muchos hechos y verdades que estan totalmente opuestos a lo que la comunidad médica le ha hecho creer. La realidad es que los médicos le han lavado el cere- bro a usted durante afios pero no pueden mantenerlo saludable, ni pueden salvarlo. Tampoco pueden hacerlo los demas practicantes de otros ‘’cultos” e “ismos” 6 tendencias nutricionales. Solamente quienes nos responsabilizamos por mantener y enriquecér nuestros cuerpos con el mismo cuidado que mantenemos nuestros costosos automéviles vamos a lograrlo. Su presidente, gobernador, alcalde, concejal, mensajero, médico, 6 incluso su esposa 6 esposo no puede hacerlo por usted. En la mayoria de los casos, no pueden ayudarse ni ellos mismos. Sélo usted puede hacerlo. La buena noticia es que usted no tiene que esperar 20 afios de estu- dios cientfficos costosos para empezar a rescatar su salud. Ya hemos conseguido los “grupos de control” que de manera constante han lo- grado llegar al punto final del potencial genético humano para la lon- gevidad (120 a 140 afios), de manera saludable y con gran vitalidad. Lo hicieron sin “la medicina de alta tecnologia” 6 las “destrezas” de los médicos de occidente, y también usted puede hacerlo. Este grupo de control de Zinc 6 culturas diversas antiguas comparten denom- inadores comunes que incluyen longevidad saludable sin enferme- dades y un acceso ilimitado a los niveles adecuados de todos los 90 nutrientes esenciales requeridos por los humanos. Uno de los secre- tos que ellos comparten con nosotros incluye el acceso a las fuentes tnicas naturales de los minerales coloides derivados de las plantas. Lo que yo le prometo es que restablecera un vinculo con miles de afios acumulados de conocimiento de estos pueblos longevos, jy que usted y los suyos también pueden lograrlo! Dr. Joel D. Wallach 1 CIENCIA Con UNA “OPCION DE COMPRA DE ACCIONES” DE CAPITAL L3 investigacién cientifica que comenzé como una indagacién altruista por el conocimiento se ha vuelto cada vez mas un gran negocio. La aparicién del dinero en la ciencia significa que la “medicina” nunca Ilegar4 a encontrar lo que realmente funciona, a menos que se pueda patentar con ganancias maximas. Pasteur creé una revoluci6n en la medicina al encontrar una asoci- acién entre las bacterias 6 “gérmenes” y la enfermedad. Su trabajo con las vacunas para evitar las enfermedades bacterianas y virales como el anthrax (carbunco) y la rabia predomin6é en el campo de la medicina y la atencién de salud hasta la década de 1930 cuando los medicamentos de sulfatos y la penicilina fueron descubiertos. Antes del nacimiento de Pasteur casi una tercera parte de la po- blacién humana habia sido eliminada por un flagelo bacteriano conocido como la plaga bubdnica. La plaga era transmitida a los hombres por las pulgas que se encontraban en las ratas. Cuando la creciente poblacién de ratas fue exterminada, las hambrientos pul- gas simplemente pasaron del cuerpo de las ratas muertas al humano mis cercano, llevando con ellas las bacterias que mas tarde habrian de identificarse como la causa de la mortal plaga. La bacteria que se determin6 que era la causa de la plaga bubénica que originalmente se denomin6 Pasteurella, en honor al trabajo de Pasteur. Durante casi 200 afios después de Pasteur, se creia que la mayor parte de las enfermedades, incluyendo el cancer y la enfermedad HL mental, eran causadas por “gérmenes” bacterianos. La “teoria del germen de la enfermedad” se consideraba como el descubrimiento del siglo. Todas las cosas en la medicina de ese entonces estaban encaminadas a destruir ésta amenaza bacteriana. Las técnicas “asép- ticas” fueron desarrolladas para la cirugia. Aparecieron en escena los desinfectantes, las vacunas y los antibidticos para defendernos de la “amenaza bacteriana”. Aparecieron por todo Estados Unidos las instituciones para tuber- culosos y los centros para personas con retardo mental con el fin de aislarlos y tratar la enfermedad de los pacientes cronicos que tenian infecciones bacterianas y aquellas enfermedades que equivocada- mente se consideraba que eran ocasionadas por infecciones bacte- rianas. Después de la Segunda Guerra Mundial el polio era una enfermedad viral de alto perfil que ocup6 a la investigacion médica en Estados Unidos. Este virus mortal atacé a miles de nifios en Estados Unidos e incluso al parapléjico presidente Franklin Roosevelt. Se cred la organizacién “March of Dimes” con el fin de derrotar a este nuevo enemigo que estaba presente en todo salén de clases. Esta enferme- dad y otros virus antes desconocidos que provenian de las lejanas selvas del mundo pusieron en tela de juicio la idea de que las bac- terias eran la amenaza mas importante para la salud. Las tarjetas de “March of Dimes” se repartian a todos los nifios para que recabaran monedas de 10 centavos, y luego las devolvieran en oficinas de la escuela una vez estuvieran llenas dichas tarjetas de recoleccién. Los nifios en edad escolar se convirtieron en un ejército con la misién de recabar millones de délares para fondos de investigacion, con el fin de apoyar la investigacion basica viral para salvar a Estados Unidos del flagelo del polio. La “virus mania” se apoderé de todo Estados Unidos. Repitiendo los errores que habia cometido la anterior generacién, todo el esfuer- ZO se encaminé a atribuir las enfermedades, desde el cancer hasta la incapacidad mental, a los virus. Con la llegada del microscopio electrénico que permitié a los investigadores observar realmente las particulas del virus y el establecimiento de las colonias de monos 2 para desarrollar una nueva generacién de vacunas antivirales sur- gieron las herramientas de investigacién médica en esa época. Los virus y la tecnologia que se relacionaba con ellos se convirtieron en “el descubrimiento del siglo”. Durante las décadas de los afios 80 y 90 el desarrollo de las técnicas de mapas genéticos, ingenieria genética y la clonacién permitieron que “todo el mundo” considerara que el culpable de las enferme- dades, incluyendo el cancer y la enfermedad mental, eran los “de- fectos” genéticos. El objetivo era encontrar una proteina genética- mente creada que, cuando se insertara en la célula de un paciente con enfermedad genética, descifrara el ADN defectuoso y curara la enfermedad. En 1a actualidad todo el mundo “sabe” que las en- fermedades tienen una base genética; por supuesto, el mapa del ge- noma humano, la ingenieria genética y la clonacién se supone que son descubrimientos del siglo. La reencarnacién de las colectas de la marcha de las monedas de 10 centavos propuesta por “March of Dimes” para ayudar a luchar contra los “defectos de nacimiento” han sido “reactivadas” mil veces con el fin de luchar contra la “nue- va amenaza” de los defectos genéticos. El terrible paralelo entre la “fiebre” médica por las bacterias, los virus y la ingenieria genética consiste en que antes de cada “descu- brimiento del siglo”, éste estaba precedido por el desarrollo de una nueva herramienta de laboratorio: tintes para bacterias, cultivo de bacterias, microscopio de luz, cultivo de células, identificacién de anticuerpos, microscopio electrénico, mapa genético, amniocente- sis, bebés por inseminaci6n in vitro, y finalmente la clonacién de mamiferos y humanos. Se ve un patrén en este desarrollo? La aparicién de cada nueva herramienta cientifica trae consigo una gran conmocién cientifica: la obtencién de subvenciones. Los “cientificos” entran al circuito de obtencién de fondos y a los programas de television con el fin de crear preocupacion y temor en el publico, de tal manera que el congreso ya no pueda negarle a la comunidad investigadora la infor- macién y las herramientas necesarias para encontrar una respuesta actualizada para una mejor salud y una mayor longevidad de los 3 estadounidenses. Alguien cinico podria concluir que toda “amenaza publica de la salud” esta antecedida por el desarrollo de nuevas her- tamientas de laboratorio en las que hay que invertir dinero. Tal vez deberiamos adoptar “la teoria de los adelantos de equipo de labora- torio para la enfermedad” 6 “la teoria del incentivo financiero para la enfermedad”. En el caso de las primeras investigaciones bacterianas, la investi- gacién era marcadamente altruista: se buscaba la verdad, el con- ocimiento y la comprensi6n. El rasgo identificador de la histeria de investigacién viral y genética es la gran cantidad de anuncios y publicidad que se generaron a este propésito con el fin de recolectar altas sumas de dinero por parte del gobierno, de las arcas privadas de las compafiias farmacéuticas y del estadounidense promedio para la investigacién y el desarrollo. Las patentes, las opciones de com- pra de acciones y las ofertas publicas en el mercado bursatil fluyen de manera libre. Desafortunadamente, ninguna de estas respues- tas genéticamente producidas ha ganado todavia la batalla contra el cancer 6 contra las enfermedades por deficiencia de minerales, denominadas enfermedades “genéticas” simplemente para recibir fondos en este clima en donde “toda enfermedad tiene una base genética”, Un buen ejemplo de esto es la exagerada publicidad acerca de la “angiostatina” y la “endostatina” como “cura” del cancer. Estas sus- tancias se encuentran de manera natural en el cartilago del tiburén, y ha sido utilizada en la terapia contra el cancer por los chinos durante 5,000 afios. La profesién médica descarté el concepto de utilizar el cartilago de tiburon como una terapia contra el cancer exclamando simplemente: jpura charlataneria! Ahora que la industria de la ingenieria genética ha encontrado una forma de producir la angiostatina y la endostatina mediante una pat- ente, el anuncio publicitario vuelve a aparecer. Ya no se trata de charlataneria, sino de una “ciencia” con una “opcién de compra de acciones” de capital. Los humanos, al igual que los flamingos, las iguanas, los gatos, los 4 perros y los elefantes tienen un potencial genético para la perfeccién fisica y emocional y un limite genético superior para la altura y la longevidad. Obtener su potencial genético sin enfermedades -el limite superi- or de lo que podemos obtener en la vida- en la perfeccién fisica y emocional y la longevidad éptima comienza antes de la concepcién. Sin la toma de las cantidades apropiadas y el flujo constante de todo el espectro de materias primas esenciales desde antes de la concep- cién hasta nuestro lecho de muerte, somos incapaces de lograr este potencial genético: no tendremos suficientes suministros, nos enfer- maremos y tendremos una vida mds breve. Hemos sido engafiados acerca de la posibilidad de obtener una prolongada vida saludable, simple, baésicamente sin enfermedades debido a la falta de infor- maci6n acertada médica y farmacéutica que se nos suministra diari- amente por parte de los médicos desde que el doctor Marcus Welby aparecié en la television. 2 j SUPLEMENTOS PARA EL GANADO PERO No PaRA Nosotros! L* materias primas son necesarias para todos los organismos vivos. Las materias primas que obviamente sostienen la vida, mantienen y reparan los tejidos y los érganos, apoyan la reproduc- cién y la longevidad son el oxigeno, el agua y los alimentos. El oxigeno y el agua limpios, libres de patégenos y de contaminacién, son invariables. El oxigeno y el agua son los mismos en China, Ale- mania, Brasil, Nigeria, Canada y todos los 50 estados de Estados Unidos. Los alimentos son la variable. Ya sea que los preparen las madres, los. camareros, las casas de panqueques, 6 los chefs franceses, se presenten como un plato exquisito 6 un suflé de espinaca, todos los nutrientes y toda la alimentacién proviene de la tierra directa 6 in- directamente. El sol suministra energia para manufacturar los mac- ro-nutrientes de base de carbono (carbohidratos, grasas y proteinas) y los micro-nutrientes como las vitaminas. La corteza terrestre -el suelo- es la fuente de todas nuestras materias primas de base de car- bono como los minerales. Desafortunadamente, el suelo y su composicién mineral no se pre- sentan como una cubierta uniforme alrededor de la corteza de la tierra. El suelo no es homogéneo sino una combinaci6n altamente variable de materias primas. También es una mezcla de organismos vivos como bacterias, hongos, protozoos, material organico y sus- tancias inorganicas (minerales). Todas. las personas alrededor del mundo con la misma constitucién genética basica no tienen la misma oportunidad de ser saludables y longevos por la gran variacion en la constitucién quimica del suelo. Desafortunadamente, las intermina- bles afirmaciones de las legiones de nutricionistas acerca del valor de los “cuatro grupos de alimentos” no pueden superar el problema. 7 No fue simplemente la vision de la tierra lo que hizo que los es- tadounidenses se desplazaban al occidente de las grandes llanuras. Era la necesidad de obtener un suelo bueno, rico en minerales, que ayudara a sostener a sus familias saludablemente. La tierra “baja” 6 las llanuras de inundaci6n tendian a ser las tierras deseadas. Las inundaciones anuales de las tierras bajas traian consigo un nuevo suministro de minerales y de sedimentos que recuperaban los suelos agotados. Como resultado de esta busqueda, los estadounidenses como cul- tura han disfrutado histéricamente de mejores dietas que cualquier otra cultura sobre la Tierra. Hemos consumido alimentos de mejor calidad y mayor cantidad por persona que cualquier cultura en la historia durante mds de 200 afios. Sin embargo, a pesar de esto, los estadounidenses aparecen en el lugar 17 en cuanto a longevidad y en el 19 en cuanto a salud de acuerdo con la Organizacion Mundial de la Salud. El promedio de vida 6 longevidad de los estadounidenses es de 75.5 afios, escasamente la mitad del potencial de longevidad de 120 a 140 afios. Y de acuerdo con los centros para el control de enfermedades, la mayor parte de ellos pasa los ultimos doce afios de su vida en la miseria, sufriendo de una combinacién de enferme- dades debilitantes. Por supuesto, cultivar las mejores tierras no ha sido suficiente puesto que estamos muriendo muy temprano. El triste hecho es que siempre lo hemos sabido. El vinculo entre el suelo y la vida humana es el agricultor que se encarga de los cultivos -granos, vegetales, frutas- y el ganado, incluyendo vacas, cerdos, Ovejas, aves y peces, que consumen los minerales primero y otras materias primas del suelo. Desde el comienzo los granjeros han sido los primeros en sufrir, en beneficiarse y en reconocer las variaciones de la capacidad de la tierra para producir cultivos y ganados asi como las deficiencias de nutrientes en el suelo. Tanto las deficien- cias naturales como las de minerales creadas por los humanos en el suelo resultan costosas por las enfermedades y la pérdida de gana- do. Para hacer de la agricultura y el manejo 6 el sostenimiento de animales una industria predecible y rentable, los granjeros exitosos han aprendido a agregar vitaminas, minerales, quimicos y minerales vestigiales a la alimentacién de los animales para compensar la de- 8 ficiencia de minerales en el suelo y estandarizar el valor nutricional del alimento del ganado. Yo creci en Missouri cuidando terneros. Los terneros eran alimenta- dos sdlo durante cuatro a seis meses antes de ser enviados para ser sacrificados 6 a otras granjas. Siempre dejébamos los mejores para nosotros. Los golpeamos en la cabeza y los sacrificamos; un proced- imiento simple en la granja. Aprendi a despellejar y curtir las pieles, y a realizar una inspeccién de los érganos internos para asegurarme de que no tenian enfermedad y era seguro para el consumo. Todos mis abuelos emigraron de Ucrania antes de la Primera Guerra Mundial. Eran personas rudas y simples del campo, que trabajaban duro. Mi abuelo materno cultivaba hortalizas y maiz que vendia a los habitantes de la ciudad en una carreta. Murié a sus 40 afios de talasemia, enfermedad que contrajo por una herida de un hueso den- tado mientras despellejaba un conejo. Tal vez se hubiera podido sal- var con penicilina. Desafortunadamente, todavia no la habian descu- bierto. Mi abuela materna sobrevivié y crié a tres hijos mediante el cultivo de hortalizas, manejando un pequefio mercado de granjeros y apostando en carreras de caballos. Mis abuelos paternos criaron cinco hijos en un entorno rural subur- bano. Cultivaron hortalizas y se encargaban de un negocio de recic- laje conocido como “negocio de chatarra” en esa época. Mi abuelo muri6 a los 80 afios de complicaciones por alcoholismo. Mi abuela materna murié en un asilo para adultos mayores, a la edad de 97 afios por una sobredosis de insulina administrada por una de las en- fermeras. Viviamos en una casa de tablas en los maizales del Condado rural de San Luis. El granero era cuatro veces més grande que la casa. En la cocina no solamente estaba la estufa de madera que utilizibamos para cocinar y calentarnos, sino que también servia de sala, oficina y lavanderia. Habia una cama de bronce en uno de los extremos donde dormia la abuela. Nos bafidbamos en una bafiera galvanizada en medio de la cocina cerca a la estufa caliente. La estufa en la cocina funcionaba con madera y carbon. Desde los seis afios, yo era el encargado del suministro de lefia. Todos los dias debia caminar media milla con la carreta para traer a casa los trozos de madera. En el invierno, utilizabamos mas carbon en la estufa para calentar y cocinar, y yo era el encargado de mantener el balde del carbon Ileno todo el tiempo. El lavamanos de la cocina tenia una bomba de agua y el bajfio es- taba en la esquina de la cocina, donde originalmente habia sido un armario. En el exterior habia un hueco adicional en caso de que dos personas necesitaran utilizar el bafio al mismo tiempo 6 si alguno de ellos estaba tapado. El exterior de la casa era caliente, oloroso y habia un nido de avispas en el borde del techo. Rara vez habia sufi- ciente papel higiénico, asi que teniamos siempre un pequefio rollo en nuestro overol. Se puede decir que este tipo de vida nos hacia sentir seguros. Nunca nos preocupaba no tener las cosas. Sino sabiamos como hacer algo, aprendiamos a hacerlo. Si no teniamos algo que realmente queria- mos, teniamos que hacerlo 6 conseguir suficiente dinero haciendo los deberes de la casa para comprarlo. Lo “dificil” era aquello que podria obtenerse facilmente. Lo “imposible” simplemente tardaba mas tiempo. Esta no es una expresién egocéntrica, simplemente era el sentido de lo practico. De esta manera se conquisté el Oeste. Levantar y alimentar el ganado involucra muchos detalles y con- ocimiento del trabajo, responsabilidad, horarios, camiones y trac- tores, mantenimiento de maquinaria, abono, la tierra y los fertili- zantes. Sin mencionar el tiempo, el heno, el grano, la cosecha, los alimentos, las vitaminas, los minerales y los minerales vestigiales, la reproducci6én, el nacimiento, la enfermedad, la muerte y los vet- erinarios. Incluso cuando era adolescente, me resultaba fascinante el hecho de que nos viéramos en gran dificultad para lograr que el ganado tuviera cantidades 6ptimas de vitaminas, minerales y minerales vestigiales en su alimentacién, Nadie parecia preocuparse por dar a los humanos estos mismos suplementos vitales, incluso aunque 10 comiamos en los mismos campos. La raz6n por la cual le poniamos tanta atencién y nos esforzamos tanto por nuestro ganado era para evitar la enfermedad, eliminar la infertilidad, evitar los defectos de nacimiento, reducir las pérdidas por muertes y reducir los costos veterinarios, por cuanto eran demasiado elevados y nada producti- vos para una operacién rentable de ganado. Esta incongruencia me resulté clara en casa de varias maneras en particular. Existen dos partes en la operacién basica de ganado vacuno. La pri- mera es la reproduccién del rebafio que produce los terneros. La segunda es la alimentacién y el levante de los terneros para la venta a otros granjeros 6 el envio del ganado para ser sacrificado. Durante el verano, los terneros tienen acceso al pasto y durante el invierno se alimentan con heno y ensilaje 6 forraje. Cuando los terneros son separados de la vaca, los machos son cas- trados y se convierten en novillos. De esta manera se logra eficiencia en la alimentacién y una mejor calidad de la carne. Generalmente los terneros son alimentados de los seis a los nueve meses antes de que estén listos para el embarque. Los cuernos cortos de los tern- eros, si tienen, son retirados con el fin de evitar que se lastimen durante el embarque. Los terneros que se van a conservar para cria son marcados con rétulos numerados y de color que se fijan-en las orejas, se le realizan pruebas para detectar tuberculosis y brucelosis y se vacunan contra “la tierra negra” y la “fiebre del embarque”. Cuando sacrificamos los terneros nos aseguramos de que nada se desperdiciara. Ademés de la carne y los huesos, comiamos el higa- do, el corazén, los rifiones, el cerebro, el pancreas, el est6mago e in- cluso utilizabamos 10 galones de los contenidos del estémago como fertilizante para el jardin. Los cuernos y las pezufias se arrojaban a los perros. Como familia, comiamos en los mismos campos que los terneros. Se dejaban cinco hileras de maiz para el uso de la familia y al final del campo teniamos un huerto donde cultivamos arvejas, calabazas, frijoles, papas, zanahorias, cebolla cabezona y tomates. Desedba- mos vivir hasta los 100 afios sin dolores, pero, sin embargo, no con- 1 sumiamos las mismas vitaminas, minerales y minerales vestigiales que suministrabamos a los terneros y los pollos. Pensdbamos que consumiamos los mejores alimentos pero tan sdlo algunos afios después empezamos a notar deficiencias nutricionales. Cuando tenia 14 afios mis parpados se crispaban con tanta fuerza que producian un sonido. Un dia me di cuenta de que el crispamien- to y el sonido estaban relacionados, asi que llamé a mi madre para preguntarle acerca de lo que estaba sucediendo. Pensaba que si mi mama no sabia como solucionar el problema, habia que preocuparse. Mi madre observé el crispamiento y escuché el sonido pero no sabia qué hacer en esa situacién, asi que tomamos el automovil y viajamos 80 millas hasta San Luis para visitar a la doctora Mary Jane Skeff- ington, una oculista. Esta oculista por alguna razon desconocida, me pidiéd que me desvistiera y me quedara en ropa interior para el examen ocular. En esa época yo era simplemente un muchacho cam- pesino. No me molestaba desvestirme frente a un médico, asi que lo hice. En la actualidad, si un oculista le pide que se desvista, usted puede aparecer en el programa de la famosa presentadora de tele- vision Oprah, y decir que fue acosado sexualmente por su oculista. Durante dos horas, la doctora estuvo examinando mis ojos con su oftalmoscopio. Le dije: “Doctora, yo juego el equipo de futbol, soy el capitan del equipo de lucha libre, levanto pesas. Usted puede hac- er lo que sea necesario para resolver este problema, incluso amputar mis parpados”. Ella entendié que estaba frustrado, asi que entré a su oficina para buscar la respuesta. Cuando salié de nuevo de la oficina, la doctora me paso un cepillo para las pestafias y un espejo y me dijo: “el inico problema que en- cuentro es que sus pestafias son tan largas que han crecido tanto que llegan hasta los anteojos, se doblan y se insertan en sus ojos. Eso produce el ruido”. “Doctora, a ver si entendi: usted quiere que me siente en el banco 12 de los jugadores de fiitbol americano que pesan més de 200 libras cada uno y cepille mis pestafias? Al otro extremo del campo hay otros 25 jugadores de mas de 200 libras que tampoco me quieren”. Me vesti y fui a la biblioteca del colegio tratando de encontrar algin tipo de respuesta més seria acerca de la raz6n por la cual se doblaban y tenian espasmos mis parpados. Encontré dos libros de medicina escritos por enfermeras y busqué en el indice por espasmos muscu- lares y encrespamiento muscular. Por supuesto, alli aparecia que la causa: era una deficiencia de Calcio. Esto si me parecia légico. Yo sabia donde teniamos Calcio. Los recipientes de los terneros en donde almacendbamos el Calcio. Corri a casa y Ilené mis bolsillos de Ja camisa, los pantalones y la chaqueta con tabletas de Calcio. Al dia siguiente en la escuela mientras todos mascaban dulces, yo mascaba con placer las tabletas de Calcio. A los cuatro dias habian desaparecido los espasmos de mis parpados. Ese dia, a los 14 afios, me di cuenta de que los médicos sabian muy poco 6 nada acerca de la nutricién. Gracias a las tabletas de Calcio, regresé a la escuela y jugué en el equipo de fiitbol americano; me converti en el capitan del equipo de lucha libre y levanté presas. Solamente pesaba 123 libras, pero mi actitud mental me permitié jugar en la posicién ofensiva de centro con un desempefio destacado. No habia ningin jugador demasiado grande para mi. Simplemente era suficientemente r4pido para pas- ar a través de la linea defensiva del otro equipo. En el campo de juego mi funcién era desplazarme rapidamente al lado del capitan del equipo y correr a recibir el pase antes de que la linea ofensiva lo pudiera detectar. Tuve el mismo éxito y el mismo estado de salud cuando me dediqué a la lucha libre y a cualquier otra actividad siem- pre y cuando tuviera la nutricién adecuada. En retrospectiva debi haber sabido que la respuesta se encontraba en otro lugar distinto al que ofrecia la comunidad médica tradicional. Antes de que tuviera éxito en los deportes escolares, yo era un nifio enfermizo. Todos los veranos la pasaba en cama con una enferme- dad denominaban “la fiebre del suero”. Los medicamentos no me 13 ofrecian ningun alivio. Cuando tenia seis afios, mi padre me llevé a ver a un tio que era quiropractico. Ese era el trabajo que él hacia de noche. En el dia se encargaba de entregar el correo postal de los EE.UU. Fue él quien me daba vitaminas y minerales en botellas de dos cuartos. La primera era una botella de vitaminas que eran tan grandes como las tabletas para los caballos y sabian a aceite de higado de bacalao rancio. La segunda era una botella de tabletas ovaladas, grandes de multiples minerales. Me vi obligado-a tomar los suplementos vitaminicos y minerales bajo la amenaza de que podrian morir si no lo hacia. La tarea de hac- er que tomara las vitaminas y los minerales era una batalla cotidiana, pero hoy en dia me alegro haber tomado esas tabletas horribles. Nadie mas de la familia tomaba vitaminas, minerales ni minerales vestigiales como suplementos. Después de todo, ellos estaban “‘sa- ludables”. Sin embargo, debido a estas experiencias empezamos a utilizar a los veterinarios, los medicamentos que recetaban y su asesoria para nuestra propia salud en vez de la sabiduria “convencional” de los médicos humanos. Cuando estaba en etapa de crecimiento, mi meta final era conver- tirme en un explorador. Completé todos los rangos necesarios en el escalafén de los nifios exploradores. Consegui todas las insignias necesarias por mérito, incluyendo las relacionadas con acampar, co- cinar, hacer montafiismo, conocer el-bosque, agricultura, manten- imiento de aves, conservacién del suelo, manejo de la vida salvaje, ingenieria, primeros auxilios, lectura, escritura, contabilidad, repa- racién de libros, observacién de aves, peces, mantenimiento de rep- tiles, taxidermia, arqueria, punteria y ciudadania. Los unicos méritos que todavia no habia conseguido eran los que se necesitaban para convertirme en un explorador dguila, que eran la natacién y_ salvavidas. Tenia 16 afios de edad y no sabia nadar. Las posibilidades de convertirme en un explorador Aguila sin es- tos dos reconocimientos eran nulas. Mi padre y el director de los 14 exploradores, Sidney Jacobs, unieron fuerzas y me inscribieron en cursos de natacién y salvavidas en la YMCA. Me dijeron que no regresara a las reuniones semanales que hacian los exploradores ni que fuera a ninguno los encuentros de las tropas hasta que hubi- era conseguido los requisitos necesarios para lograr los méritos en natacion y salvavidas, y finalmente el rango de explorador Aguila. Tres meses después me converti en explorador Aguila; habia logrado lo imposible. En aquella época, los exploradores Aguila recibian un homenaje to- dos los afios en el dia dedicado a ellos. Una de las ventajas de con- vertirse en explorador dguila era que tenia permiso para tomar parte activa en una profesién 6 en un oficio de mi eleccién durante un dia. Yo queria trabajar con los veterinarios. (Tal vez usted pueda com- prender por qué yo no queria pasar el dia con un oculista; ;ya habia tenido esa experiencia!). Fui asignado a la compaiiia de alimentos Ralston Purina en San Luis, que incluia un paseo por los laborato- trios donde formulaban los alimentos y su granja de investigacién. En la granja de investigacién de la compaiiia, se hacian las pruebas de las nuevas formulaciones y de las dietas en colonias de perros, gatos, ratones, ratas, conejos, ovejas, cerdos, caballos, vacas, palo- mas, aves de corral, pavos, patos, pavorreales, visones, hurones, zorros y truchas. En realidad probaban las dietas en cientos de gen- eraciones de cada tipo animal para asegurarse de que ésta evitara las enfermedades v los defectos de nacimiento antes que saliera al mercado para uso general. El propdsito de estas pruebas extensas sobre la dieta en esta com- pajiia era asegurarse que hubiera cantidades suficientes de todos los micro-nutrientes conocidos para evitar la infertilidad, los defectos de nacimiento, las enfermedades degenerativas y la reducci6n del periodo de vida. Esta compaiiia disefié raciones especiales para evi- tar y curar enfermedades especificas como los padecimientos del corazon y la artritis. Lo increible era que funcionaban. La pregunta obvia por plantear es ésta: gHabia una compaiiia de nutricion que creara el mismo tipo de productos nutricionales com- 15 pletos para los humanos de la misma forma que eran elaborados para los animales? Para algunos, la posibilidad de que la nutricion humana algun dia recibiera este tipo de atencion parecia imposible. Para esa época, mi vida en la granja me habia ensefiado que creer en lo imposible solamente requiere un poco mas de tiempo. 3 UNA ZANAHORIA No ES UNA ZANAHORIA Te en el zoolégico de San Luis durante los veranos de mis dos primeros afios de preparatoria. La mejor parte de mi expe- tiencia en el zoolégico fue trabajar con Marlin Perkins, conductor del programa televisivo “Mutual of Omaha Wild Kingdom”. Supe inicialmente del sefior Perkins cuando era el director del zoolégi- co de Lincoln Park. Era también el titular del programa televisivo “Zoo Parade”. Cuando solicité el trabajo durante los veranos en el zoolégico de San Luis, le aseguré al reclutador que podria y haria lo que fuese necesario con tal de trabajar con el sefior Perkins. Me contrataron por varias razones - una de estas, por mi experiencia con el ganado, en segundo lugar, por ser un explorado 4guila 6 Eagle scout, y en tercer lugar, por mi entusiasmo. Me asignaron trabajar en la granja de los elefantes, y en el zoolégico infantil, dos de los lugares favor- itos del sefior Perkins. Mis responsabilidades en la granja de los elefantes eran muy basi- cas. Mi jefe me tom6 la palabra que haria lo que fuera por traba- jar con el sefior Perkins. Habia once elefantes asiticos que fueron entrenados para participar en los espectéculos. Durante el verano habia tres durante la semana y el sdbado, y cuatro durante los do- mingos. Mi trabajo era quitarle manualmente el estiércol directa- mente del recto a cada uno, antes de cada presentaci6n, para evitar que hicieran una ‘gracia’ y dejaran excrementos en el escenario 6 defecaran en publico. Para retirar los desechos de los animales, ellos estaban encadenados de una pierna delantera y otra de las traseras. Me quitaba todo y quedaba desnudo del torso, me lubricaba bien el brazo con jabén 17 liquido y agua y me les metia, tal cual se me indicé. No me dijeron que usara los guantes de plastico desechables como los que usaba para inseminar a las potrancas y vacas. La técnica para sacarles los excrementos a los elefantes era la misma que siempre se utiliz6 du- rante generaciones por entrenadores, y no iba a arriesgarme a perder el trabajo sugiriendo otra cosa. Le saqué pufiados de abono a cada animal antes de cada espectaculo. Sin embargo, esa fue una experiencia que llena de humildad. Asi tan cruda y aleccionadora, sin embargo, no aminoraba la carga de traba- jo, y como premio a mi esfuerzo me pidieron ampliar mis respons- abilidades en el zoolégico infantil. Ahi al menos los animales se en- cargaban de desechar sus propios excrementos, sin ninguna ayuda. Habia especial cuidado con la preparacion de la comida y suplemen- tos para los animales, especialmente los cachorros y animales recién nacidos en el zoolégico. Me tocé alimentar con botellas estilo ma- madera a Florence y Pearl, dos de los elefantes que fueron trasla- dados al zoolégico de San Luis a la semana de nacidas. Eran tan pequefias cuando llegaron que aun les colgaba el cordon umbilical. Pasdbamos horas preparandoles la leche y formulas vitaminadas tres veces al dia bajo el cuidado y vigilancia de Floyd Smith, el legend- ario entrenador de elefantes del zoolégico de San Luis. Floyd me entreg6 una libreta y me hizo anotar cada onza de formula, cada pedazo de apio, cada zanahoria, cada frijol, uva y cada bocado de pasto que consumian las dos elefantas. La parte mas interesante del programa nutricional de Smith para las elefantas era que incluia dos manojos de barro, Para mi sorpresa, las elefantas se comian el barro como si fueran dulces, y de acuerdo a Floyd Smith, el barro era muy importante como fuente de minerales para que los paquid- ermos sobrevivieran. Escuchaba a Floyd con cuidado porque era una de las pocas personas de los Estados Unidos que habia criado elefantes de manera exitosa. Las dos elefantas crecieron y se convirtieron.en la atraccion de Bara- boo, el circo mundial de Wisconsin, y claro, fui su orgulloso padrino. 18 Fui a la biblioteca de la preparatoria y consulté el unico libro que encontré sobre veterinaria enfocado en animales exdticos, Circus Doctor del Doctor Henderson, el veterinario del circo Ringling Brother’s Barnum and Bailey. El libro incluia historias excelentes de la captura de animales que se les escaparon, como los leones, tigres y osos, asi como los tratamientos que se les suministraba para los dolores de dientes y pardsitos, asi como el cémo criar a animales huérfanos. Empecé a sofiar sobre estar en el circo, el zoolégico 6 ser un veterinario de animales salvajes algun dia. Una cosa que los estudiantes de preparatoria no le prestan atencion hasta que se vuelve una cosa del destino, es que los corren de sus casas cuando terminan la prepa, lo quieran 6 no. Sélo el diez por ciento de nuestros compafieros pasan a la universidad. Para los que no les sucede, las primeras dos semanas son como una aspitadora. Se la pasan divagando por los pasillos de la escuela buscando que se les otorgue el permiso para entrar a clase como oyente. Algunos lo hicieron por falta de algo qué hacer. Por fortuna, para mi, yo tenia opciones; al menos eso pensaba. Una alternativa, si todo lo demés fallaba, era quedarme donde mismo, trabajar en la granja, y buscar ocuparme en lo que fuera. En se- gundo lugar, enlistarme como infante de la Marina (Marines) para pelear en la guerra de Corea, que era el movimiento bélico de ese momento. Me enlistaria junto a mi director de exploradores Syd- ney Jacobs, quien ya habia servido junto al general MacArthur en el Pacifico. El sefior Jacobs dirigié mi tropa como si fuéramos un grupo tactico de expedicién de los Infantes de Marina. Mi tercera opcién era ir al colegio. Como muchas veces sucede, los que mas te apoyan para que contintes tu educacién son quienes no tuvieron ese privilegio. Mis padres me dejaron en claro que esa era mi Unica opcién, 6 en las palabras inmortales de mi papa, “estas muerto”. Me gradué de la preparatoria con un promedio de 8, solo porque mi maestro de Biologia me puso 10. Ni mi padre ni mi madre se graduaron de la universidad, pero me impulsaron para que siguiera estudiando y que hiciera lo que fuera para entrar a la escuela de Vet- erinario, aunque sali con un promedio regular de 8. Asi que me fui 19. con la opcién tres y me fui al colegio. El camino aceptado era irme a la escuela de veterinarios mediante la escuela de agricultura, asi que por ahi me fui. Nunca tuve aspi- raciones de irme a una universidad de renombre. Simplemente no tenia dinero y eran muy caras. Tan sdlo la universidad de Missouri costaba $500 ddlares el semestre, lo que en comparacién a otras universidades, no era nada. Sin embargo, $500 délares era muchi- simo dinero para mis padres, asi que para pagar la colegiatura, tenia que reunir ese dinero a la antigua -trabajando muy duro. Viajé a Columbia, en Missouri en Junio de 1958, para que me en- trevistaran y negociara con los consejeros de la universidad, visité los dormitorios, y al paso de los dias obtuve un trabajo regular du- rante toda la semana ordefiando y alimentando el rebafio lechero de la universidad. Estas tareas eran realizadas todos los dias antes del desayuno. La meta principal del experimento con el rebafio era regular las hormonas de los terneros de manera que produjeran leche de una manera mas econémica. Nunca pudimos producir mas de una taza de leche de ninguno de los becerros. El proyecto nunca fue fiable, por lo que me hizo dudar de los ‘genios cientificos’. El ordefiar, alimentar y mantener a los becerros para las muestras y competencias, el abono, los follajes, la paja y las pildoras de suple- mentos eran cosa familiar para mi, asi que el verano me paso sin incidente ni necesidad de ajustarme mentalmente. El colegio no me parecié tan dificil después de todo. Cuando empezé el semestre de otofio, ya era un empleado estable- cido en mis trabajos, alimentando y ordefiando los rebajios y clas- ificando al ganado para ser juzgado. No habia cosas nuevas. Me levantaba a las cuatro de la mafiana, para ordefiar y abastecer de follaje a las vacas. Luego me iba a mis clases donde nunca se me dificultaba encontrar dénde sentarme. Todos me abrian el paso y se hacian a un lado, creo porque olia a follaje y excremento de ‘vaca. Siempre se despejaba todo alrededor de mi. Desafortunadamente, los dos trabajos que tenia no eran suficientes 20 para pagar mi colegiatura, libros, hospedaje, comida y otros gastos, asi que tuve que buscarme un tercer trabajo. Para este, me mantuve dentro del edificio, en el comedor de Crowder Hall como ayudante de los camareros, que me permitié continuar con mi educacién nu- tricional de manera informal. Hay una variedad de ideas y prefer- encias de comida en ese comedor. Ahi no era necesario seguir los lineamientos de mamé o papa. Si un estudiante queria puré de papas solamente, lo podia hacer. Si solo queria comer gelatina, también se podia. Yo comia de todo lo que habia, y me seguia tomando mi manojo de vitaminas, minerales y minerales vestigiales. Lo tnico malo de trabajar como ayudante de camarero, era que me tenia que quedar en el comedor y limpiar todo después de que todos cenaban, lo que le quitaba tiempo a mis horarios de estudio y por consecuencia me desvelaba. El problema fue que necesitaba dormir lo que mas pudiera para levantarme a las 4 a.m., todos los dias. Este horario me funcioné durante el verano, pero ahora que habian em- pezado las clases, solo podia dormir algunas horas por dia. Mi especialidad era la Nutricién y Cria de Animales, con una se- gunda especialidad menor en Agricultura enfocada al Cultivo y Uso del Suelo. Aprendi los conceptos basicos de la quimica del suelo, geologia y cémo aprovecharlo al maximo para cosechar en términos de toneladas y manojos por acre de tierra. Lo mas emocionante fue aprender como disefiar programas de alimentacion para el ganado y plantas mediante el uso de vitaminas y minerales, para su mejor aprovechamiento. Ademas de mis clases, me uni al equipo de lucha greco romana, y me coloqué en la divisién de las 123 libras, la mis- ma en la que participé en la preparatoria. Sin saber como distribuir mis horarios de estudio entre mis tres tra- bajos y las competencias de lucha, me dirigi al desastre académico. Al final de mi primer semestre me saqué un 8 en luchas, y 9 en casi todas las demas clases - algebra, historia, tierras y cria de animales- composicién y quimica inorgdnica fueron las dos excepciones. Me saqué un 10 en composicién y un 7 en quimica inorganica. El curso de cinco horas de quimica inorgdnica era uno esencial que definia a los estudiantes buenos de los mediocres que buscaban pero aun no 21 eran aceptados a las facultades de veterinarios y medicina. Mi asesor le dio una revisada a mis calificaciones, me miré con des- dén y me dijo que mis suefios de convertirme en veterinario estaban al borde de la muerte. Agregé que la escuela de veterinarios era muy competitiva. Solo se aceptaban de 300 a 500 alumnos de prim- er ingreso. Luego me destrozé cuando me dijo que con mi promedio de 8 y un 7 en quimica inorganica no iba a poder ingresar en la lista de aspirantes. Asi que me sugiriéd que me regresara a casa y me ahorrara los gastos de la colegiatura. Me dejé aténito. Nunca me habia esforzado tanto, ni me perdi una clase, nunca habia estudiado tanto a pesar del horario tan pesado que tenia. Fue en ese momento que me di cuenta que trabajé muy duro, pero no de la manera mas inteligente. Este fue el momento decisivo cuando me dije que ya era momento de ponerme serio. Estaba de- cidido a ser veterinario y estaba dispuesto a hacer lo que fuera para lograrlo. Mantuve todos los trabajos que tenia. Permaneci con el equipo de lucha, pero todo lo demds lo abandoné -los bailes de los viernes, las chicas y las peliculas. Me concentré y todo lo demas dejé de ser parte de mi vida. Mi compaifiero de cuarto tuvo un promedio de ocho. Sabia estudiar. Sabia cémo administrar su tiempo, asi que me dijo que me ensefiaria como hacerlo yo mismo. Analizamos como distribuir nuestras 30 horas de clases, en base a su importancia. Luego vimos el tiempo que tenia disponible para estudiar y lo dividimos en espacios de una hora a hora y media. El plan funcioné a la perfeccién. Tomamos clases de Historia, Redaccién, Gobierno y Constitucién, Sembradios, Tierras, Fertilizacién, Apareamiento de Animales, Zoologia, Zoologia Experimental, Genética, Ciencia de las Aves, Como juzgar el ganado, Nutricién, Entomologia, Algebra, Entre- namiento Militar (ROTC), Bioquimica, Bioquimica Agricultural y Quimica Organica. El estudio de Quimica Organica fue esencial- mente el estudio del carbén, sus compuestos, sus cadenas y config- 22 uraciones, ademas del caleidoscopio de reacciones celulares de las enzimas que las envuelven. La Quimica Organica ensefia la estructura fisica de los aminodci- dos, proteinas, carbohidratos, grasas, aceites, triglicéridos, colester- ol, vitaminas, hormonas y encimas, y como todas estas interactian. Aunque el curso se llama Quimica Organica, aprendimos que toda reacci6n e interaccién orgdnica de las moléculas requieren la catéli- sis de minerales inorgdnicos y otros cofactores para completarlos. Sin estos catalizadores minerales y cofactores, las reacciones bio- quimicas no llegan a completarse. Piénsenlo: las vitaminas, enzimas, hormonas, todas las reacciones bioquimicas sub-celulares, todo ciclo metabélico requiere cofacto- res minerales y catalistas, hasta el oxigeno por si solo no puede ser aprovechado si los cofactores minerales. Aprendi que dos terceras partes de los nutrientes esenciales, 60 de 90, son minerales. Boyd Odell, conocido como “Odell el Paleador”, por el personaje de una radio novela que hablaba de una funeraria, fue mi maestro de Bioquimica Agricultural. Sus investigaciones se enfocaban en las deficiencias minerales durante el embarazo y sus defectos con- génitos relacionados. El fue el creador de un laboratorio de estudios de la espina bifida en animales, el cual se establecié en 1956 y en el cual se le suministraba a las hembras en cinta con dietas deficientes en zinc, vitaminas B12 y dcido folico. Era muy emocionante conocer que se podian prevenir hasta el no- venta por ciento de los defectos de nacimiento en los animales con simplemente darle suplementos a la hembra prefiada antes de que esta dé a luz. La pregunta que nos plantedbamos era si podriamos prevenir también los defectos congénitos en humanos con suple- mentos nutricionales. Estudié docenas de defectos congénitos al nacer en el laboratorio y animales de granja y qué deficiencias nutricionales las provocaban. Lo que encontramos fue que, en muchos casos, los ‘defectos genéti- cos’ son simplemente deficiencias minerales que dejan una ‘huella’ 23 repetible en un gen especifico, en una ubicacién especifica, en un cromosoma especifico. No es un concepto tan complicado como una deficiencia de zinc, la que ocasiona un labio leporino o paladar hendido, asi como una espina dorsal bifida en un animal de granja. Estos minerales junto la molécula del ADN son conocidos como los “dedos metalicos” y son esenciales a la funcién y repetitividad del ADN a ARN para producir proteinas enzimaticas. Asi de simple como suena, las deficiencias minerales son la raiz de todas las cau- sas de las enfermedades que son confundidas como “enfermedades de transmision genéticas”. La clase de Nutricion nos ensefié cémo asegurarnos que todos los nutrientes esenciales, energia, y requerimientos de proteina estuvier- an presentes en cada racién de alimentos que comemos y que cada bocado sea nutricionalmente perfecto tanto para el animal sumiso como para el animal dominante de la manada. Aprendimos los re- querimientos para evitar enfermedades, promover la fertilidad, ayu- dar al desarrollo normal de los embriones, promover el crecimiento, ayudar a la produccién de leche y lana en las diferentes especies ganaderas. Aprendimos las distintas enfermedades por deficiencias que ocurren cuando hay una carencia de uno o varios nutrientes en una racién de alimentos. La deficiencia de calcio por si sola pudiese resultar en 147 enferme- dades diferentes que van desde la osteoporosis, osteoartritis, osteo- malacia, artritis degenerativa, la paralisis muscular -conocida como Bell’s Palsy- tinitis 6 el zumbido en los oidos, y estenosis espinal, entre otras. 24 4 j CURAMOS LAS ENFERMEDADES DE LOS ANIMALES CON LA Nurtricion! n la facultad de agricultura se cursa una carrera de cuatro afios. ‘La mayoria de los estudiantes lograron culminar y después re- gresaron a la granja de la familia armados con todo tipo de infor- maci6n tecnolégica para incrementar la produccién, conservar el suelo, reducir los costos y convertirse en mas rentables. Aquellos que deseaban ir a la escuela de veterinaria generalmente hicieron la solicitud en su segundo afio, con la esperanza de ser aceptados una vez que se graduaran del pregrado en agricultura. Algunos es- tudiantes destacados con calificaciones sobresalientes ingresaron a la escuela de veterinaria al comienzo de su cuarto afio. Un pequefio grupo de estudiantes élite habia logrado iniciar sus estudios en la escuela de veterinaria al comienzo del tercer afio. Richard, mi compafiero de habitacién, y yo habiamos hecho la so- licitud para ingresar a la escuela de veterinaria en 1960, a mediados de nuestro segundo afio en la facultad de agricultura. Por lo menos queriamos tener la posibilidad de practicar la elaboracién de la so- licitud y la entrevista con el comité de admisién. Habia una esperan- za razonable de obtener un lugar en escuela de veterinaria después de nuestro tercer afio en la facultad de agricultura. Para nuestra sor- presa y gran alegria fuimos aceptados para ingresar a la escuela de veterinaria al finalizar nuestro segundo afio de agricultura, algo que no se habia escuchado jamas. Nuestros compafieros no podian creer- lo. Richard y yo nos consideramos entre los pocos, los elegidos, como los orgullosos Marines. Apenas tenfamos veinte afios de edad y habiamos sido aceptados en escuela de veterinaria con estudiantes que tenian entre 30 y 40 afios gracias a nuestras calificaciones y a las recomendaciones sinceras que habiamos recibido de parte de los 25 encargados del cuidado de animales domésticos en la universidad para quienes hab{amos cuidado los rebaiios. Una vez admitidos a la escuela de veterinaria, no nos solicitaron ter- minar los dos ajios restantes en la facultad de agricultura. De hecho, nos dijeron que no era necesario debido a la gran cantidad de cursos que debiamos tomar el primer afio en la facultad de veterinaria. A pesar de las advertencias, cursamos los dos aiios en la facultad de agricultura al mismo tiempo que comenzamos los dos primeros afios de veterinaria. No ibamos a dejar los estudios sin terminar, nues- tro objetivo era obtener el titulo universitario. No terminar no sdlo era impensable sino que ni siquiera era una posibilidad en nuestras mentes. Nos enfrentamos a los cursos de la carrera de veterinaria con la misma determinacién que lo habiamos hecho en la facultad de agricultura; anatomia, histologia, patologia, parasitologia, micro- biologia, fisiologia, biologia, nutricién, farmacologia, laboratorio clinico y diagndstico clinico eran nuestras ocupaciones diarias. La lecci6n mas importante de la escuela de veterinaria la aprendimos al comienzo. La razon por la cual pusimos vitaminas, minerales y minerales vestigiales en la alimentacién de los animales era porque no teniamos polizas de seguros de salud para el ganado. Si utilizaramos el mismo sistema de atencién de salud que se emplea para los animales, seria una verdadera sorpresa cuando los consum- idores fueran a comprar carne, productos lacteos, aves y huevos. Una hamburguesa costaria 275 délares por libra, las pechugas sin hueso y sin piel costarian hasta 450 délares por libra y una docena de huevos costaria 50 délares, todo esto tomando en cuenta lo paga- do por la atencién de salud de los animales. Nos dimos cuenta que al eliminar o reducir en forma importante los costos de salud de los animales, podriamos mantener el precio de productos animales lo suficiente para estar al alcance de la poblacién en general. Mientras los demas estudiantes de veterinaria jugaban y se dedi- caban a otras actividades después de clase, yo utilizaba mi tiempo extra en la biblioteca y en el departamento de patologia estudiando la nutricién y las enfermedades .que se producian por deficiencias nutricionales. Estaba tan entusiasmado que practicamente ya podia 26 ver cémo las piezas del rompecabezas empezaban a unirse. El hecho de que los veterinarios pudieran prevenir y curar las en- fermedades en todo un rebafio con suplementos nutricionales era algo muy fascinante para mi. Si este concepto de la salud del rebafio pudieran aplicarse con éxito a los humanos, podriamos eliminar una gran cantidad de miseria innecesaria, agregar afios Ilenos de salud a la vida de la gente y ahorrarles a los individuos y a los gobiernos gran cantidad de dinero. Mientras estaba aprendiendo acerca de la importancia de las vita- minas, las enzimas, y las hormonas para la salud, mis estudios me seguian sefialando un hecho fundamental: las plantas que el ganado come no pueden producir minerales. Las deficiencias de minerales ocasionaron costosas enfermedades y pérdidas de ganado. Para ase- gurar niveles éptimos de todos los minerales esenciales conocidos para evitar la enfermedad, elabordbamos dietas suplementarias y raciones para los animales; no permitirfamos que estos nutrientes esenciales para el ganado fueran producto del azar. Entonces, por qué no estaban haciendo lo mismo con el “rebafio humano”? Por ejemplo, el mineral selenio era considerado por todo el mundo como t6xico, hasta que en 1957 se determiné que era un nutriente esencial en cantidades vestigiales en animales de laboratorio y en el ganado. La deficiencia de selenio ocasiona infertilidad, abortos, fibrosis quistica del pancreas, sindrome de muerte infantil repentina en animales, cirrosis del higado, enfermedad del cordero entumido, enfermedad del musculo blanco, distrofia muscular, anemias, encé- falo malacia (enfermedad de Alzheimer), cardiomiopatia, enferme- dad cardiaca morera. En cada uno de estos casos, el suplemento de selenio evitaba la enfermedad y en muchos casos aliviaba 6 curaba las enfermedades existentes, que eran la causa principal de las pér- didas de animales en la industria del ganado. El misculo es carne. Las enfermedades musculares les cuestan din- ero a los granjeros. En el ganado prevenimos y curamos estas en- fermedades con poco dinero utilizando selenio, ya que no tenemos seguros de salud para pagar tratamientos sintomaticos 6 para pagar 27 por las pérdidas en la produccién de carne. En los humanos tratamos la fibromialgia, la distrofia muscular, la cirrosis del higado, la cardiomiopatia tratando los sintomas, no la deficiencia, con relajadores musculares, prednisona, trasplantes de higado, marcapasos y trasplantes del corazén. Otro sintoma temprano de deficiencia de selenio en los humanos de edad es Ja aparicién de “manchas del higado” 6 “manchas de la edad”. Cuando uno tiene 10 de estas manchas sobre la piel, ellos tienen millones de ellas en el cerebro, los ojos, la glandula tiroides, el corazén, los pulmones, el higado, los rifiones, los intestinos, la médula y el misculo. Este “pigmento de la edad”, cientificamente conocido como lipofuscina es un camulo de grasa rancia conocida como “radicales libres”, que interfiere con la funcion celular e incre- menta el riesgo de cancer, la enfermedad de Alzheimer y enferme- dades cardiacas en muchas ocasiones. El suplemento de selenio, asi como la eliminacién de la margarina y de los alimentos fritos de la dieta, hacen que las manchas del higado y de la edad desaparezcan en el exterior. Cuando desaparecen en el exterior es porque estén ingresando al interior. Una vez el pigmento de la edad desaparece en el interior, las personas pueden agregar 5, 10, 20 e incluso 50 afios adicionales de vida- gozando de plena salud. Durante la década de los afios cincuenta, aprendimos que la deficien- cia de cobre podria ocasionar aneurisma. Los pavos que habian sido alimentados con pasto para ser vendidos en el mercado serian “sac- rificados” en diferentes épocas durante el verano. Estas son malas noticias para el granjero en términos de eficiencia. Para resolver este problema, los pavos recibieron tabletas de alimentacién con el fin de que estuvieran listos para el mercado en un periodo de dias 6 de una semana a la siguiente. Durante las primeras 13 semanas de la racién completa de tabletas, la mitad de los pavos que tomaron la racién murieron. Los granjeros los estaban recogiendo con el fin de llevarlos al laboratorio de diagndstico del estado para determinar la causa de su muerte. 28 Durante la autopsia, resulté claro que casi todos los pavos que habian muerto lo habian hecho a causa de la ruptura de un aneurisma adrti- co. Un patélogo inteligente dijo: “Esto se debe a una deficiencia de cobre, ya que el cobre se requiere para procesar las fibras eldsticas pesadas que se encuentran en las arterias”. Al aiio siguiente se du- plicé la cantidad de cobre en las tabletas de alimentacion y ninguno de los pavos murié por la ruptura de un aneurisma. La deficiencia de cobre en los seres humanos se presenta primero a través del cabello blanco, gris 6 de color plateado. El cobre se requi- ere como un cofactor para fabricar el pigmento del cabello para que tome el color rubio, rojo, marrén 6 negro. Entre los sintomas adi- cionales de la deficiencia de cobre se cuentan los pies de cuervo, las arrugas de la piel, las venas de arafia, las venas varicosas, las hemor- roides, la cirrosis del higado, la enfermedad de almacenamiento de hierro y la anemia resistente de hierro. Todas las enfermedades relacionadas con deficiencia de cobre han sido eliminadas en la industria de los animales mediante tabletas preparadas comercialmente. En los humanos estas deficiencias de cobre son tratadas de manera sintomatica a un costo mayor, gen- erando mayores incomodidades e incluso la muerte. Cuando los humanos suplementan su dieta con coloide de cobre derivado de las plantas, pueden recuperar el color original de su cabello, desapa- recen las venas de arafia, las venas varicosas y las hemorroides, asi como los aneurismas pueden curarse. Si un animal tiene artritis, entonces presenta dolor, no se levanta y no se desplaza a la zona de alimentacién. Como resultado de lo anterior, no ganara peso. Los animales bajos de peso no se venden a buen precio. Es por eso que la industria de los animales aprendié hace cientos de afios a evitar y a curar la artritis en el ganado me- diante el suplemento de arcilla, harina de huesos y piedra caliza. A medida que la ciencia veterinaria ha progresado, las formulas nu- tricionales para curar la artritis en palomas, pavos, perros, gatos, ovejas, cerdos, caballos, vacas, leones y osos se-ha vuelto una prac- tica comtn. Cualquier nimero de tabletas para la alimentacién 6 de otros suplementos estan a disposicién para curar la artritis mediante 29 la reconstituci6n del cartilago, los ligamentos, los tendones, el tejido conectivo, los fundamentos de los huesos y Ja matriz de los huesos. El pronéstico no es tan bueno para las victimas humanas de la ar- tritis. La artritis comun, la osteoartritis, la artritis degenerativa y la espondilitis anquilosante constituyen el 85% de toda la artritis en humanos. El 75% de todos los estadounidenses de mas de 50 aiios adquiere la artritis de uno u otro tipo en determinado grado. Los centros para el control de enfermedades predicen que de 35 a 50 millones de estadounidenses nacidos en la postguerra presentaran artritis en los proximos 7 6 10 afios; sin embargo todavia no hay ningun tratamiento médico disefiado para prevenirla 6 curarla. Los calmantes y los medicamentos antiinflamatorios constituyen el tratamiento de eleccién contra la artritis en los humanos, aunque re- sultan peligrosos, incluso presentan efectos colaterales mortales que rara vez se mencionan. Ninguno de estos medicamentos previene ni cura la artritis. La aspirina no cura la artritis y puede ocasionar sangrado gastrico y la muerte. Tylenol tampoco cura la artritis y ocasiona 50,000 casos de fallas renales todos los afios. El 10% -5,000- de estos casos de fallas renales son tan severas que requieren un trasplante de rifion. El Ibuprofeno, Advil y Aleve tampoco curan la artritis, pero pueden ocasionar dafio hepatico hasta en un 10% de los usuarios, incluso alguno de ellos puede requerir trasplante de higado. Metotrexate no cura la artritis y puede disminuir la médula ésea de tal manera que no produzca las plaquetas normales ni los leucocitos. La prednisona y la cortisona tampoco curan la artritis y disminuyen la capacidad del sistema inmunoldgico, permitiendo el ingreso de enfermedades mucho peores que la artritis. El uso prolongado de esferoides tam- bién acelera la desmineralizacién de los huesos. Cuando estos medicamentos que se prescriben ya no funcionan para aliviar el dolor y la inflamacién, lo tmico que queda en términos médicos es una cirugia para el reemplazo de la articulacion. Estas cirugias rara vez funcionan bien; siempre deben repetirse. La actriz Elizabeth Taylor tuvo tres cirugias de la cadera. ~Cuantas caderas 30 tiene ella? Dos afios después de su ultima cirugia, desarroll6é fractu- ras de cuatro vértebras por compresi6n. Tratar los sintomas de la artritis en lugar del problema que ocasiona el dolor es como cortar las luces de advertencia en una carretera, de tal manera que ya no lo moleste. Cualquier persona responsable sabe que la solucién consiste en arreglar el problema que ocasioné la luz de advertencia, no ignorar la luz y permitir que se presente un accidente. Calmar el dolor de la artritis sin reconstituir las articula- ciones es lo mismo que apagar la luz roja de advertencia ante una situacién de peligro. La disminucién de los minerales vestigiales en animales y humanos comienza haciendo que el cuerpo compense la disminucién de un elemento vestigial particular. Se presenta eficiencia en la absorcién intestinal incrementada y/o con reducci6n de la excrecién y una dis- minucién gradual de las reservas del cuerpo. Esta fase de deficiencia de minerales vestigiales vuelve a ser normal muy rapidamente si se realiza de nuevo una toma normal. No se presenta ningun desequilib- rio 6 muy poco en la estructura bioldgica 6 en la funcién; realmente no se puede detectar a través de las pruebas médicas normales. La fase de metabolismo compensado se presenta a continuacién si la deficiencia persiste. Esta se caracteriza por la reduccién de ciertas funciones bioquimicas especificas, como las reacciones enzimaticas que dependen de los minerales vestigiales como los sitios de re- cepcién. El mecanismo “homeostético” resulta incapaz de mantener las concentraciones normales del elemento vestigial en los sitios de recepcién, lo cual ocasiona una reduccién en la funcién bioquimica (es decir, baja el nivel de azicar en la sangre, causa ritmo cardiaco irregular, cabello de color blanco, hipertensién, etc.). La fase de descompensaci6n por deficiencia de un elemento vestigial se presenta con la aparicién de sintomas 6 defectos. El cuerpo ya no puede compensar las deficiencias. La deficiencia de minerales ves- tigiales aparece metabélicamente (prediabetes), cognoscitivamente (incapacidad de aprendizaje, desorden de déficit de atencion), emo- cionalmente (ataques de pdnico, ansiedad, depresién), en el desar- rollo (dislexia, comportamiento alegre, paladar hendido, sindrome 31 de Down) y estructuralmente (articulaciones ruidosas, artritis, an- eurismas). También se presenta-una pérdida notoria de estamina y longevidad. La fase clinica de deficiencia de minerales vestigiales se caracteriza por el comienzo de estados enfermizos 6 incluso la muerte, es de- cir cardiomiopatias, diabetes, cancer, cirrosis del higado. La mayor parte de estas deficiencias en la fase clinica casi nunca es diagnos- ticada como tal por el médico “‘ortodoxo”. Sin embargo, la “cura” a menudo es simplemente una cuestion de recuperar el elemento vestigial que hace falta. Las respuestas clinicas positivas utilizando este método pueden presentarse en poco tiempo desde 48 horas a 30 dias. Solamente aquellas personas cuyas deficiencias les hayan oca- sionado dafios permanentes bioquimicos, cromosomaticos 6 fisicos tal vez no puedan recuperar la salud normal. Tan sorprendente como pueda sonar, el alivio de personas aparen- temente enfermas puede tardar tan poco tiempo como un mes si los minerales esenciales faltantes son suministrados en la cantidad ap- topiada. Nosotros podemos curar a los animales mediante la nu- tricién; ocupémonos ahora del “rebafio humano”. 32 5 Et, ESTUDIANTE SE CONVIERTE EN M4ESTRO D; noche trabajaba en el departamento de anatomia veterinar- ia preparando los perros, los gatos, las ovejas, las cabras, los cerdos, los caballos, el ganado y las aves como cadaveres para ser diseccionados. Las arterias se llenaban con latex rojo para un rastreo mis facil. Algunos especimenes maduros eran preparados como es- queletos articulados, que requerian largas horas de coccién a fuego lento y de limpieza de la carne de los huesos. Cada pierna era co- locada en su propia media de nylon para mantener juntos todos los pequefios huesos del pie adecuadamente asignados mientras los re- manentes de‘ carne eran retirados en mi gran tambor de acero. Era un trabajo prolongado, solitario y olia mal, pero la paga era buena y yo podia estudiar nutricion, deficiencias nutricionales y patologia mientras los huesos hervian. El verano entre mi primer y segundo afio en la escuela de veteri- naria lo dediqué a tomar cursos de posgrado en patologia animal y humana, trabajé como estudiante asistente de patologia realizando autopsias en mascotas, ganado, animales de laboratorio y especies salvajes. Los cursos de patologia del posgrado eran los mas intere- santes porque empecé a conocer la patologia humana a través de diapositivas de las autopsias de humanos. Empecé a tomar cursos de tres a cinco horas con el fin de tener un Doctorado en Patologia Comparada. Se requerian 21 horas de trabajo en los cursos para ob- tener el titulo de Maestria y mas de 38 horas para el Doctorado. Como estudiante asistente de patologia trabajé bajo la supervision del doctor Loren Kintner. El era un artista en el manejo de las técni- cas fisicas y mecdnicas de la autopsia. No solamente era preciso y habil en el diagnéstico microscépico, sino que también era un ver- dadero experto en el cultivo de microorganismos. Tenia ademas una 33 ventaja consistente en su capacidad de observacién y en la habilidad de escuchar y entender informacion importante asi como pistas que eran suministradas de manera inconsciente por los duefios de los animales, los estudiantes y los analistas clinicos. Me ensefié a afilar el bisturi de tal manera que pudiera cortar una hoja de papel higiéni- co. También me ensefio a retirar el cerebro intacto del craneo de un cerdo mediante tres golpes certeros con un destral y el cerebro de una vaca con tres golpes de un hacha. jHabian rendido frutos los afios que dediqué a cortar madera y a aprender a manejar el hacha! La mecanica de ingresar a las cavidades corporales, al craneo y a las articulaciones de docenas de especies de animales y de humanos era un arte por si mismo. Tenia que aprender cémo utilizar el bisturi, el escalpelo, la sierra, las tijeras, el destral, el hacha de una nueva manera. Después de las tres de la tarde, ingresaban a la sala de autopsia, miraba en el refrigerador y retiraba los cuerpos. Una vez que real- izaba el cotejo entre la solicitud de autopsia y el cuerpo, lo pesaba, fotografiaba, media, y abria las cavidades corporales para ser exam- inadas. Para un patdlogo en ciernes era como Navidad a diario. Se anotaban los colores de los érganos, las formas, el peso, texturas y densidad. Se tomaban fotografias para el registro, para las pub- licaciones y la ensefianza. Se establecié un enfoque estandar para realizar las autopsias de cada especie para evitar pasar por alto infor- macion anatémica valiosa. Se tomaban muestras para los examenes microscépicos y para el cultivo de bacterias. Se identificaban y fo- tografiaban de manera adecuada las hemorragias, los abscesos, la neumonia, el bocio, las fracturas, los aneurismos, la arteriosclerosis y el cancer. La presencia de pardsitos 6 de lesiones anormales 6 de estructuras se anotaba en la hoja de autopsia. La causa de la muerte del registro de autopsia se dejaba en blanco y se llenaban después de que se observaron las diapositivas, se dispusiera de los resultados toxicolégicos y se evaluaran los cultivos, a no ser que se pudiera determinar de inmediato la causa. Muchas noches prolongadas estudiando bajo el microscopio cien- tos de tejidos y de cultivos de bacterias generadas por las autopsias 34 me ensefiaron los secretos de la vida, la enfermedad y la muerte. Determinar el momento de la muerte mediante el examen de la tem- peratura corporal, el estado relativo de digestién del contenido del est6mago y la presencia de marcas de mordiscos en los labios y las orejas ocasionadas por ratones fue una leccién inicial que aprendi. Reconocer y confirmar la presencia de enfermedades bacterianas, virales, parasitarias, envenenamiento, electrocucién, trauma, cdnc- er, tuberculosis, diabetes, esclerosis multiple, osteoporosis y la mas interesante de todas -las enfermedades por deficiencias nutriciona- les- constituyé una segunda leccién que aprendi. Al comparar las diapositivas de las autopsias veterinarias y humanas, me di cuenta de otra cosa fascinante: el tejido enfermo humano tenia la misma apariencia del tejido enfermo animal. Las diapositivas del higado revelaban con facilidad el sexo de la criatura. Los globulos rojos de la sangre contaban otras historias: los glébulos rojos que provenian de los camellos tenian forma de botes. Los de las aves, ranas 6 rep- tiles tenian nicleos en ellos. El tejido enfermo -humano 6 animal- presenta una marca carac- teristica de tres elementos 6 huella digital: los cambios anatomi- cos que se pueden observar mediante el ojo humano, los. cambi- os microscépicos y los cambios bioquimicos. Con una precision matematica de 2 + 2 = 4, la respuesta en patologia siempre esta alli si se sabe el idioma y conoce las preguntas. El cambio fisico “X” mis el cambio microscépico “Y” y el cambio bioquimico “Z” es ig- ual a una tinica enfermedad. jMe encanta! Era como una deduccién clasica de Sherlock Holmes: “Después de que usted ha eliminado lo imposible, Watson, aquello que queda, no importa qué tan improba- ble sea, debe ser la verdad”. Los animales grandes eran llevados a la sala de autopsia en la parte trasera de un camién. La puerta se abria y el camién retrocedia e ingresaba a la sala. Una cadena de acero inoxidable era conectada a una pierna del animal que era levantado del camién y caia en el piso de la sala. Después de lavar los cuerpos de los animales grandes para eliminar el barro, los excrementos y la tierra, las cavidades corpora- les eran abiertas de la misma manera todas las veces y se anotaban las posiciones relativas de los érganos antes de comenzar la autopsia 35 real. En el centro de la sala habia un canal del drenaje recubierto con una reja sobre el cual se colocaba el contenido del estémago y los intestinos, la sangre y gran cantidad de agua que se utilizaba para mantener el lugar limpio. A los animales pequefios -ovejas, venados, pequefios cerdos, perros, gatos, pavos, patos, pollos, conejos, ratas y ratones- se les realizaba la autopsia en una pequefia mesa en donde circulaba agua que fluia hasta el extremo para retirar la sangre y los demas liquidos. El uniforme consistia en botas altas que se emplea- ban para mantener los zapatos limpios y para evitar resbalar sobre la sangre y el agua que siempre habia en el piso. Kintner era el patologo veterinario mds respetado en el estado de Missouri. Tenia respeto tanto de los académicos, los veterinarios y los granjeros y por ello le enviaban los casos mas dificiles. El 99.9% de las veces podia determinar que habia ocasionado la muerte cuan- do los demas hab{an fallado en su diagnéstico. Al realizar de 10 a 25 autopsias al dia, el elevado volumen de trabajo me ensefié los fundamentos de la patologia. En pocas semanas, con- sideraba que ya sabia los elementos basicos de la patologia animal. Mi optimismo seria puesto a prueba pronto. Poco después de lle- gar al laboratorio de patologia, el doctor Kintner estaba programado para salir de vacaciones durante una semana. Partié diciendo las siguientes palabras: “Si tiene algin problema, Ilame al doctor Mc- Ginnity, jefe de la clinica de grandes animales. El es un muy buen patélogo”. La ley de Murphy claramente dice: “Si algo va salir mal seguramente asi sera; y si algo va a salir mal en un mal momento 6 en uno peor, saldra mal en el peor momento”. Eso fue lo que me sucedio. A las tres de la tarde del lunes, pocas horas después de la partida el doctor Kintner, un ejército de granjeros empezé a llegar al laboratorio, retrocediendo sus camiones hacia la sala de autopsias, cargados con animales muertos. Habia literalmente un embotella- miento de trafico. De pronto, aparecieron los cadaveres de cerdos, caballos, ovejas amontonados por todo el suelo de la sala de autopsia. Los granjeros se situaron al frente de sus animales muertos con las solicitudes de autopsia en la mano. Estaban acostumbrados a los servicios efici- 36 entes y buenos del doctor Kintner; empezaron a impacientarse y a mirarme como diciendo: “Bueno, empiece a trabajar. No se quede ahi mirando”. Gustosamente empecé a examinar los montones de cadaveres. Aun- que empecé por el procedimiento de abrirlos para examinarlos, no encontré ningin cambio en los tejidos que me resultara familiar y no podia dar una respuesta del tipo: “Atropellado por un automévil”. Segui mirando los cadaveres buscando sefiales familiares, y pronto los animales empezaron a tener el mismo aspecto. El panico estaba en. aumento. Se suponia que yo estaba sosteniendo la reputacién de laboratorio de patologia del doctor Kintner, pero la evidente impa- ciencia de los granjeros solamente empeoro la situacién. Envié a otro estudiante para que informara al doctor McGinnity. Lleg6 de inmediato y reconocié que yo tenia problemas y necesitaba ayuda. Se encargo de organizar la situacién, establecer la calma y de focalizar los esfuerzos. Llam6 mi atencion hacia una decoloracion leve en un sitio, una pequefia hemorragia en otro, una reduccion en el tamafio normal 6 un cambio en la textura de un érgano. Poco a poco, me enseiié a recolectar informaci6n en la mesa de autopsia, a reunirla con el fin de presentar lo que se conoce como diagnéstico. Entre los dos, pudimos examinar todos los cadaveres en cuestion de horas. Para utilizar una analogia, terminé volando el avidn, pero con la tranquilidad de saber que tenia al instructor de vuelo senta- do junto a mi. Suministramos el servicio que los granjeros estaban esperando. Habia aterrizado con seguridad y aprendido que cuando uno no sabe es mejor pedir ayuda de aquellos mejor preparados. Es dificil evaluar el conocimiento que gana el patélogo y el mejora- miento de su competencia con cada autopsia individual que realiza, pero sé que es enorme. Incluso cuando el proceso de crecimiento y el nivel de conocimiento no necesariamente se amplian debido a la realizacion de una autopsia de manera repetida del mismo tipo de enfermedad, la falta de variedad de exposicién a enfermedades se ve compensada por la profundidad y la intensidad de la experien- cia. Los pilotos que vuelan con seguridad los aviones 747 realizan numerosas maniobras de aterrizaje y despegue, incluso cuando re- 37 alizan las practicas en las cabinas de simulacién. La practica hace al maestro. En cierta ocasion un granjero trajo una vaca Holstein grande que habia enterrado durante una semana antes de que le surgiera la cu- riosidad sobre como habia muerto. La desenterré y trajo el cadaver color pirpura para que fuera diseccionado. El estémago de la vaca estaba tensionado como si fuera un tambor. Até la cadena a la pierna posterior de la vaca y la levanté con la gria. Esta se rompid como si se tratara de la pierna de un pavo bien asado y cientos de galones de un liquido purpura putrefacto salieron por la cavidad abdominal a gran presion, y gran parte de liquido ingreso en mis botas. Terminé por arrojar estas botas a la basura porque el olor nunca desaparecié. Me acostumbré a utilizar un delantal de caucho que llegaba hasta mis tobillos, de tal manera que nada podia entrar a mis botas. Un granjero trajo en su camion una docena de corderos Hampshire, En la superficie, los corderos parecian bien alimentados pero es- taban muertos; muchos de ellos todavia con heno en la boca. Las autopsias de todos los corderos no revelaron nada extraordinario. Todos estaban en perfecto estado de no ser porque habian sufrido de bocio. Sus glandulas tiroidales tenian un fuerte color purpura y estaban agrandadas diez veces el tamafio normal. La sangre tenia un ligero color achocolatado. Al preguntarle al granjero, dijo que habia perdido casi todo el rebafio de 500 corderos en una noche fria. Habia suministrado a los corderos complemento de minerales vestigiales que contenian yodo. La decoloracién achocolatada de la sangre indicaba un problema con nitratos, un fertilizante comin, contaminante-de los lotes de pa- storeo. Supe que habia sido un afio seco en el Condado y que el maiz que utilizaban para el ensillaje se habia cargado fuertemente con nitratos debido a la sequia. Los nitratos actian como un goitrogeno, sustancia que disminuye la actividad tiroidal y crea el bocio, inclu- so cuando hay yodo presente en la dieta. Todos los corderos tenian bocio inducido por nitrato e hipotiroidismo. Murieron durante las noches frias de otofio porque no pudieron controlar su temperatura corporal. Este rebafio de corderos se convirtié en el tema del primer 38 articulo que escribi para una revista especializada. jY fue publicado! Para cuando me gradué de la escuela de veterinaria en 1964, ya era un patélogo comparado experimentado. La combinaci6n de los cur- sos en patologia veterinaria basica, patologia veterinaria avanzada, dos veranos de cursos de postrado en patologia humana y animal, experiencia practica de miles de autopsias en la sala del doctor Kint- ner me habjan dado un entrenamiento adecuado. Los encargados de revisar mi articulo junto con mis estudios de histopatologia fueron un punto culminante en esta etapa de mi vida. No tuve ningin in- conveniente en pasar los ultimos dos afios de mi escuela de veter- inaria viviendo en una iglesia en Roachport, Missouri. A cambio de la renta, suministraba servicios veterinarios a los granjeros de la localidad. Después de graduarme como veterinario, mi compafiero de habitacién Richard Montrey y yo tomamos diferentes caminos. El aceptd un puesto como oficial en el cuerpo de veterinarios del ejér- cito. Por mi parte, yo acepté un trabajo en el laboratorio de diag- ndstico del estado de Iowa en Ames, prestando servicio de patologia para la escuela de veterinaria en las instalaciones de laboratorio de animales en la escuela de medicina, los granjeros de la regin, los veterinarios y el departamento de la vida salvaje. Pronto me encon- tré de regreso haciendo hasta 25 casos de patologia al dia yo solo. Un caso puede consistir en un toro de 2,000 libras, un balde Ileno de ratas muertas, un camién con 200 bebés de cerdo muertos 6 20 pavos en tambo de la basura. En cierta ocasién tuve la oportunidad de examinar el cadaver de un zorro, un coyote, un apache, un gato montés, una culebra, un pescado, un pavo y un faisdn del departa- mento de Animales Salvajes. La causa de la muerte de los animales salvajes iba desde cuando eran atropellados en Jas carreteras hasta cuando morian atrapados en los sdtanos de las casas. Répidamente aprendi que los animales salvajes presentan también enfermedades por deficiencia nutricional. Al depender de la tierra y de las plantas que crecen en ella para obtener minerales, tienen suerte si llegan a encontrar sal natural, yacimientos de arcilla, de- pésitos de carbono 6 alguna otra fuente de minerales. Muchos no 39 tuvieron suerte y sufrieron de infertilidad, defectos congénitos de nacimiento (espina dorsal bifida, paladar hendido, defectos del cora- zOn, pardlisis cerebral, aparicién 6 falta de un miembro) y enfer- medades degenerativas (artritis, osteoporosis, calculos en el rifion, diabetes, distrofia muscular y encefalomalacia). En el tiempo “libre” me dedicaba a ensefiar patologia a veterinarios experimentados y estudiantes de posgrado. Para-poder hacerlo, tuve que crear un museo de tejidos y érganos. Mientras organizaba el museo y aceptaba mas cursos de postrado en anatomia humana y veterinaria, 6 en patologia y patologia avanzada, literalmente tuve la oportunidad de observar miles de diapositivas sobre tejidos, bacte- rias y parasitos todos los meses y asi pude ampliar mi conocimiento de manera continua. {Pero cual era el propdsito de seguir expandiendo mi conocimien- to? Pronto lo sabria. Jim Howard, un estudiante de postrado de pa- tologia veterinaria y yo compartiamos la oficina en el laboratorio de diagnéstico. Estudiabamos juntos mucho y nos convertimos en buenos amigos. El debia dejar la universidad al finalizar el semestre de primavera y partir a Sudafrica a realizar autopsias y estudios par- asitarios en hipopdtamos que habian sido sacrificados en programas de control de poblacién. Sentia cierta envidia. Jim iba a hacer veteri- naria de vida salvaje en Africa. La combinacién de ser un veterinario de vida salvaje y un explorador de bosques en Africa era la carrera sofiada por muchos estudiantes de veterinaria. Sorpresivamente se cancel6 su viaje cuando su hija adquirié asma. Como éramos amigos y yo estaba al tanto del proyecto de Jim des- de el comienzo, le pregunté si podia ir en su lugar. Esperaba que el hecho de haber trabajado con el doctor Perkins y el haber sido un patélogo de vida salvaje y comparada ya reconocido sirvieran de credenciales. Se enviaron cartas para hacer la solicitud oficial. Mi trabajo en el zoolégico de San Luis y mi relacion con el doctor Perkins dieron resultados. El hecho que yo era ya un patélogo recon- ocido, que estaba dispuesto y deseaba realizar el trabajo sirvié para ser elegido. Renuncié a mi trabajo en el laboratorio de diagnostico y me preparé para partir en dos semanas hacia la aventura africana. 40 El personal de laboratorio organizé una fiesta de despedida con to- dos los temas relacionados con Africa. En medio de la celebracién, recibi un telegrama en donde se decian mi nombramiento en Africa estaba pendiente debido a problemas politicos con Estados Unidos. No podian justificar el dinero para un estadounidense que iba a tra- bajar en el proyecto de hipopétamos. Decidi ir de todas maneras pensando que dificilmente podian re- chazarme, si estaba alli presente. Creia que podian pagarme el cos- to de mis boletos posteriormente. Primero, volé a Johannesburgo. No iba a permitir que un inconveniente internacional interfiriera con mi aventura en Africa. Jim y yo teniamos un amigo comun en Sudafrica, llamado John Marie. John se encargé de que su padre me recogiera en el aeropuerto de la ciudad y me Ilevara a las oficinas del departamento de Recreacién y Parques. Su padre habia sido el presidente de National Wool Board Co-op y conocia a todos los fun- cionarios del gobierno sudafricano. Para cuando llegué a Sudafrica, el gobierno estadounidense tenia se- rios problemas diplomaticos con Sudafrica. Se habia implementado un embargo comercial para evitar la exportacién de mercancias es- tadounidenses a Sudafrica. Los estadounidenses no eran muy popu- lares. Al comienzo el gobierno queria que yo aceptara la cancelacion de mi nombramiento, asi que permaneci en un hotel durante una semana. Una semana en Africa es muy caliente y muy lenta. Final- mente un veterinario del gobierno se puso en contacto conmigo en el hotel. Dijo que tenian un cargo si yo queria trabajar alli. Debia viajar a la frontera de Sudfrica para realizar control sanitario de la vida salvaje proveniente de Botswana. Se suponia que debia trabajar con los guardabosques que dispararian a los animales que entraran en la zona protegida con dos cercas. Después realizaria la autopsia de los animales, tomaria las muestras de sangre y buscarian enfermedades de los pies y la boca, la enfermedad del agua negra. “Por qué de repente me eligen para el trabajo?” Pregunté. No pu- dieron encontrar a nadie mas que realizaré el trabajo. Cuando pedi que me dieran mas detalles, el veterinario respondi6: “Ya hemos en- viado tres veterinarios a realizar el trabajo y sdlo uno regresé vivo”. 4 “De qué murieron?”, pregunté. “Seré honesto con usted, de Bil- harzia, trematodos de la sangre”, dijo. Visité al unico sobreviviente. Tenia mi edad y tenia una tonalidad muy amarilla y parecia mucho mas viejo. Apenas susurraba: “Todos mueren, todos mueren”. Revisé varios libros de parasitologia de la biblioteca y descubri todo acerca de esta enfermedad, Bilharzia. La gente 6 los animales infec- tados trasmiten los huevos a la orina y después al agua. Las etapas larvales se incuban en los huevos y después pasan.a los caracoles. Una segunda etapa intermedia después pasa del caracol al agua. Desde el agua, la etapa’ larval final pasa a los humanos a través de la piel y:después al flujo sanguineo. Después de una completa busque- da bibliografica llegué a la conclusién: “Es simple: evitar el agua. Mantenerse alejado de los pozos, los pantanos, las corrientes. Re- sistir la tentacién comprensible de quitarse los zapatos y las medias y meter los pies en un pozo para refrescarse. Es cuestion de resistir los 120 grados de temperatura del desierto de Kalahari”. Llegué a la oficina gubernamental de veterinaria en el pequefio pueblo de Vryheid, donde vivia en un pequeiio cuarto de hotel, pero estaba viajando gran parte del tiempo y no me molestaban mucho las escasas comodidades. Se trataba de un pueblo donde hablaban afrikaans. La poblacién blanca hablaba holandés del siglo XIV; la poblacién negra hablaba zulu. Si alguien podia hablar inglés, preferia no hacerlo. Me reuni con estudiantes de primaria y empecé a aprender afrikdans y zula. Revisé los libros de historia y aprendi la historia de estas dos culturas. En la mafiana, me recogian los guardabosques. Patrullabamos la frontera. Realizaba las autopsias de kudus, impalas, antilopes af- ricanos y otros animales. Preparaba diapositivas de la sangre y de manchas del bazo con el fin de encontrar pardsitos; se recolectaban muestras de sangre para realizar pruebas de enfermedades virales. Una sola semana realizaba una pequefia clinica de animales para administrar la vacuna contra la rabia a perros y gatos. Una vez al mes se me pedia que realizara una pequefia clinica de animales en el pueblo de Dimdee. El conductor que pasaba a recogerme era hindi y se llamaba Mukherjee. Resulta sorprendente que el pueblo estaba 42 compuesto sobre todo por comerciantes hindues. Con un hombre como “Dundee”, esperaba encontrar un clan de escoceses. Pronto me di cuenta de que en Sudafrica el rugby era mas una re- ligién que un deporte. Un boicot deportivo era una molestia may- or que cualquier sancién econémica. Inevitablemente, también yo adquiri la fiebre de este deporte. Ya tenia un buen nivel de estado fisico por haber sido luchador y levantador de pesas asi que empecé a participar en practicas de rugby con el equipo de policia de la poblacién. Como era el jugador nuevo el entrenador me pidié que reemplazara a otro jugador de baja estatura. Los jugadores tenian la misma talla de quienes juegan fiitbol americano en Estados Unidos y eran tan rapidos y giles como los jugadores de futbol. No Ilev- aban protectores y eran muy agresivos. Como nunca me vi intimi- dado por una persona de gran tamafio, cuando se aproximaban a mi, los bloqueaba en las rodillas, tuvieran 6 no el balén. Me hicieron miembro del equipo titular durante los siguientes tres meses. Se podria decir que encontré el secreto para sobrevivir en el Kalaha- ti y que el campo de rugby no fue una casualidad. 43 6 OPERACION RINOCERONTE D2 de haber permanecido tres meses en Vrevheid traba- jando como veterinario del estado, fui contactado por el vet- erinario del gobierno y me pidieron que aceptara otra categoria. La siguiente aventura seria con el departamento de Caza y Pesca de Natal, en un proyecto denominado “Operacién Rinoceronte”; se trataba de rastrear, capturar, transportar y estudiar la especie rara de rinoceronte blanco en peligro de extincién. Estaban utilizando un nuevo medicamento experimental identificado solamente como M-99, que después se conociéd como Etorfina. Se trata de un deriva- do de la Morfina pero 25,000 veces més potente. Era muy efectivo como droga para inmovilizar los grandes animales, pero necesitaban tener a un veterinario colaborando en el proyecto con el fin de que manejara el medicamento, ya que es un narcético controlado. Me transportaron al parque de la provincia Umfolozi en Natal, hog- ar de la manada mas grande de rinocerontes blancos en libertad. La manada de 500 rinocerontes emigraba entre Umfolozi y otro parque conocido como la reserva Hluhluwe. La franja que conectaba estos dos parques era conocida como “el corredor”. Mi responsabilidad consistia en controlar, administrar y suminis- trar el medicamento. Este era un avance importante en la tecnologia de medicamentos para capturar animales. Debido a que este tiene una gran potencia en pequefias concentraciones, se debia utilizar un equipo de dardos de precision para suministrar la droga. Este me- dicamento tenia otra ventaja: contaba con un antidoto. En vez de tener que esperar durante periodos prolongados de tiempo no pre- decibles para que el animal se recuperara, tal y como sucedia con los anteriores medicamentos, el antidoto podia administrarse por via intravenosa y el rinoceronte despertaria cuando uno lo deseara. Este estaria consciente y podria ser embalado de manera segura en cuestién de minutos. Después, el rinoceronte era colocado sobre 45 dos rodamientos de acero insertados en el piso del camién. De esta manera, el rinoceronte podia ser liberado posteriormente en otros lugares 6 llevado a los sitios de entrenamiento 6 bomas, palabra para corral en zuli. Los rinocerontes jévenes y de tamafio medio eran mantenidos en bomas, donde se acostumbraban a estar encer- tados y a ser enviados en jaulas en los grandes viajes oceanicos. La Operacién Rinoceronte tan sdlo empez6 a funcionar totalmente en agosto de 1965. Ellos me seleccionaron para participar en esta op- eraci6n de alto perfil, y en cierta medida romantica, por dos razones. En primer lugar, tenia inmediata disponibilidad para participar en un entrenamiento de guardabosques de caza. El segundo lugar, no habia dos veterinarios del lugar que desearan andar a pie por el de- sierto rastreando y capturando rinocerontes, utilizando medicamen- tos nuevos experimentales y aplicandolos mediante rifles de dardos. Para un granjero, una tonelada de rinoceronte no difiere de una tone- lada de un furioso toro. Yo los respetaba pero no les temia. Ademas, los elefantes del zoolégico de San Luis eran mucho mas grandes que el rinoceronte, y en este trabajo no tendria que “acercarme tanto de manera tan personal”. Irénicamente, en 1961, después de 50 afios de conservacién en favor del rinoceronte blanco en peligro de extincién, se habia creado una relativa sobrepoblacién debido a la capacidad limitada de la. tierra para recuperarse anualmente y sostener gran cantidad de rinocer- ontes. Entre 1812 y 1896, la raza de rinocerontes blancos del sur disminuy6 debido a la continua expansién agricola hacia el norte que redujo en gran medida la tierra de pastoreo disponible para el rinoceronte blanco. Poco a poco, el recubrimiento de césped del al- tiplano sudafricano, 6 veldt como se le refiere localmente, se quemd6 y fue remplazado por cultivos y huertos. Todavia quedaban muchas tierras que no eran ocupadas por el hombre, pero en todo caso tenian tecubrimiento de acacias y otras hierbas. El rinoceronte blanco no era un animal suficientemente flexible para hacer los ajustes al en- torno. Hasta 1890, pequefios batallones de cazadores furtivos zuli eran contratados para conseguir los cuernos de rinoceronte, un arti- culo que tenia mucha demanda en oriente. Ellos se encargaron de cazarlos sin descanso y diezmaron la antigua gran poblacion de ri- nocerontes blancos. Para el afio 1896, se creyé que el rinoceronte 46 blanco estaba oficialmente extinguido. En 1927, sorpresivamente se pudo ubicar un pequefio rebafio en un delta de tierra formado por los rios blanco y negro de Umfolozi, cerca de la costa oriental de la provincia de Natal, la provincia mas septen- trional de la republica de Sudafrica. Solamente habia 20 rinoceron- tes blancos. Este sorpresivo descubrimiento Ilevé al establecimiento de las Crown Land 6 Tierras de la Corona que no se podian tocar por nadie, para proteger a los animales. El sefior Vaughn Kirby y el capitan H.B. Potter, los primeros conservacionistas, hicieron que los guardabosques de caza zuli mantuvieran a raya a los cazadores fur- tivos. La continua proteccién por parte de la junta de parques de la region durante afios logré que aumentara el numero de rinocerontes hasta alcanzar los 500 en 1960. Existia un corredor entre las dos reservas en donde vivian los ri- nocerontes blancos. Ademdas de los problemas de sobrepoblacién, el corredor entre las dos reservas-estaba siendo considerado como un asunto politico serio. Algunos deseaban que el corredor fuera devuelto a los zuliies para que realizaran agricultura de subsistencia. Habia dos alternativas posibles para resolver el problema de los ri- nocerontes: (1) comenzar un programa sistematico con objetivos y controlar el numero de rinocerontes mediante un programa de exter- minio regulado 6 (2) llevar a cabo el suefio aparentemente imposible de desplazar un numero significativo de la manada del lugar a otra reservas y establecer manadas satélite. El departamento de caza y pesca de natal optd por establecer manadas satélites y establecer manadas cautivas del rinoceronte blanco en parques de caza de todo el mundo. Asi nacié “la Operacién Rinoceronte”. Las destrezas que habia aprendido como explorador dguila me daban la calificacién de un rastreador y cazador experimentado, de tal manera que el concepto de acercarme al rinoceronte con un ri- fle de dardos para tranquilizarlo no constituia un gran reto mental para mi. El sistema original de disparar las drogas tranquilizantes era primitivo y unico. El primer sistema para inmovilizar constaba simplemente de un dardo esténdar con una aguja remojada en nico- tina pura. Después se disparaban los dardos al animal a través de un 47 rifle de tranquilizantes 6 de dardos. La nicotina que se inyectaba temporalmente paralizaba el sistema nervioso del animal, de tal manera que el animal inmovilizado podia ser atrapado con un lazo. Este sistema primitivo de dardos se lim- itaba a los animales que tuvieran el tamafio de un ciervo porque el volumen y la dosis de la droga estaban limitados a la cantidad que podia adherirse a la aguja. Solamente mediante la aparicion de las poderosas drogas inmovilizantes como M-99/Etorfina permitieron la realizacion de un proyecto como Operacién Rinoceronte. La Etor- fina es 25,000 veces mas potente que la Morfina, de tal manera que s6lo se requiere una dosis de 1 mg para inmovilizar a un rinocero- nte blanco adulto que pesa 6,000 libras 6 un pequefio elefante. Esta pequeiia cantidad podia introducirse facilmente en una jeringa que podia instalarse a través de un rifle de dardos. Y a diferencia de los anteriores agentes inmovilizadores, la Etorfina tenia un antidoto de rapida accion, la nalorfina, que podia revivir al rinoceronte cuando se deseara. El dardo lleno podia utilizarse en un rifle de calibre 20. Un émbolo lubricado.con petrolato — también conocido como Vase- lina — se colocaba en la mitad del tubo del dardo. La dosis apropiada del medicamento se cargaba en la parte frontal del tubo del émbolo; después se atornillaba una aguja hueca en la parte frontal del dardo. El rinoceronte que iba a ser capturado era identificado y nos acer- cadbamos a él en direccién opuesta al viento con un rango de tiro de dardo de 10 a 25 yardas. Para armar el dardo era necesario colocar una esfera de acero en la parte posterior de.la cola del dardo y una tableta de bicarbonato de soda sobre el ajuste de la esfera. Todo el ensamblaje tenia el tamafio de una bateria pequefia. Después se re- cubria el compartimiento con cera que se mantenia en su lugar con esmalte para ufias. El ensamblaje podia hacerse con anterioridad. Antes de disparar el dardo con el rifle, se untaba aceite de maiz blanco en la parte posterior del dardo. Se atornillaba la parte poste- rior del dardo y se disparaban al rinoceronte. El ensamblaje final del dardo era parecido a la experiencia de intentar un segundo disparo al animal con un trabuco de chispa. Debia recargarse rapidamente para tener éxito. Cuando el dardo daba en el blanco, la esfera hacia que la tableta de bicarbonato de soda se moviera hacia adelante a 48 través de la cera en direcci6n al vinagre, lo que daba como resultado la produccién de didxido de carbono. El gas de diéxido de carbono en expansién empujaba hacia adelante el émbolo del dardo haciendo que el medicamento se inyectara en el rinoceronte. Todo el proceso de inyeccién podia tardar algunos segundos si el tiempo no estaba seco y el ensamblaje se habia realizado de manera perfecta. En un dia frio, cuando el lubricante se tomaba denso y frio, el proceso de la inyeccién podria tardar varios minutos, si el dardo permanecia en el lugar dispensando toda la dosis del medicamento. En algunas oportunidades el mecanismo del dardo se disparaba de matera prematura, desperdiciando de esta matera el medicamento. En la siguiente generacién de ensamblaje de inyecciones, el dardo se colocaba directamente en la cavidad posterior del émbolo. La nueva tecnologia de inyeccién consistia en una cdpsula con un pasa- dor flotante del disparador que permanecia en el lugar con un resorte ajustado. Cuando el dardo llega al objetivo, el peso del pasador del disparador comprimia el resorte del detonador. El gas que resulta de la explosién del detonante empujaba el émbolo hacia adelante en una décima de segundo. Ademés de la mayor velocidad de in- yecci6n, este sistema podia inyectar de manera efectiva volimenes elevados de medicamento, hasta 10 ml. de una droga liquida, de tal manera que un elefante adulto que pesara 15,000 libras podia ser tranquilizado. Habia dos tipos de armas tranquilizantes. La original era producida por fabricas cldsicas y tenian el mecanismo de pildoras de CO2 in- sertado en el tambor de un arma de calibre 20. El arma funcionaba con un cartucho Daisy de CO2 comprimido. La carga del gas hacia que el dardo viajara en trayectoria plana de manera precisa de 15 a 20 yardas a poca velocidad y el gran tamafio del dardo hacia que todo el proceso fuera incierto, el viento, el césped y la temperatura afectaba la precision. La segunda version del arma de tranquilizantes tenia calibre 20 y era de un solo disparo. Las balas de este calibre se abrian, se quitaba la pélvora y se colocaba el dardo estilo flecha, comenzando por la cola. Luego se ponfan en el tambor del arma. Este sistema se utiliza con dardos pequefios en ocasiones para disparos de 49 50 yardas y los dardos mas grandes se utilizaban para los elefantes. Un rasgo negativo de este sistema de disparo era que las plumas en la cola de los dardos podian derretirse con el calor de la polvora disparada. Si la estructura del dardo y la cola resistian el calor de la polvora y el impacto de dar en el rinoceronte, la cola debia flexion- arse como si se tratara de una flecha. La insignia que obtuve en tiro con arco también dié resultados positivos. La segunda generacién de armas para disparar dardos sostenia el dardo y era impulsado por una carga Ramset calibre 22 que se utilizaba para introducir pun- tillas en el concreto. Esta pequefia carga podia hacer que un dardo de un milimetro llegara al rinoceronte situado a unas 75 yardas en condiciones ideales. Una vez que el rinoceronte recibiera el impacto del dardo, un equipo de exploradores zuli a caballo se encargaba de seguir al animal que huia, manteniendo contacto visual con él hasta que quedara inmo- vilizado. Los exploradores se protegian durante la caceria utilizan- do cascos y ropa de cuero; los caballos eran protegidos con recu- brimientos de lona para evitar las espinas cortantes de las acacias y también utilizaban protectores de cascos contra las piedras y las es- pinas de cactus. Una vez que se ubicaba la posicién de rinoceronte, los jinetes daban a conocer el mensaje y la tripulacién que esperaba en el camién entraba en accién. Ellos se dirigian hasta donde estaba el rinoceronte tranquilizado, y colocaban el embalaje donde iba a ser transportado al frente de él. Se pasaba un lazo de dos pulgadas de.grosor por la cabeza del animal y después por el cuerno, de tal manera que quedara bien sujetado. Cuando el rinoceronte recibia el antidoto, rapidamente se recobraba del efecto de la droga, se levant- aba y era empujado y guiado hacia el embalaje cuya puerta trasera se cerraban una vez estuviera adentro. Nos enfrentamos al calor excesivo del desierto de 100°F, a las cobras mortiferas y a las embestidas amenazantes de los bifalos y los ri- nocerontes. Viviamos en el campo, comiendo jabalies que competian con los rinocerontes por el pasto. Permanecimos en el campo durante un mes viviendo en tiendas y cabafias. Ademas del trabajo en la vida salvaje, también tenia a mi cargo 200 cabezas de caballos y mulas que se utilizaban para el servicio del parque. El combustible era cos- 50 toso, y los caballos no requerian mas que césped y heno. Observé que el rinoceronte, el elefante y otros animales pasaban gran parte del tiempo comiendo nidos de termitas de arcilla y romp- iendo yacimientos de piedra caliza para obtener calcio y minerales vestigiales. Era obvio que los animales salvajes también necesitaban minerales. Para confirmar esta observacion, se realizaron andlisis del suelo, la vegetacion y el agua en varias areas del parque. Es- tos estudios indicaron que los animales mas saludables y grandes provenian de las areas que eran ricas en minerales. Las poblaciones de animales salvajes evitaban el agua, el follaje y los suelos que no eran ricos en minerales. Este era exactamente el mismo comporta- miento que mi profesor de suelos, Bill Albrecht, habia sefialado para el caso del ganado doméstico. Los yacimientos de agua ricos en minerales fueron utilizados a tal punto que toda la vida vegetal alrededor del agua estaba devasta- da y completamente consumida hasta las rafces. Estos yacimientos estaban rodeados por grandes zonas polvorientas. Por el contrario, los yacimientos que carecian de minerales tenian césped y arbustos que crecian inmediatamente a su alrededor, ya que estas plantas y el agua pobres en minerales no les interesaba a los animales como alimento. Mientras nos dedicamos a estudiar los rinocerontes, observamos mas vida de animales pequefios que cuando haciamos un paseo a través del césped. Muchas veces, mientras nos encontrabamos en el terreno observando al rinoceronte, podia aparecer una familia de ja- balies corriendo rapidamente delante de nosotros. Uno podia pensar que se trataba de la estampida de bifalos y simplemente respiraba- mos aliviados cuando veiamos que éste no era el caso. Los principios generales para observar a los rinocerontes son los mismos que se aplican en la observaci6n de otros animales. Deben esperarse encuentros repentinos pero muchas veces éstos siempre me sorprendian. Al comienzo en el periodo de entrenamiento, John Clark, el rastreador mds importante de la reserva, y yo, estabamos observando a un rinoceronte cuando aparecié una cobra. Nos encon- 51 trabamos bocabajo sobre el césped seco observando al rinoceronte cuando escuché un cascabeleo leve a la derecha. Al voltear a mirar observé en la cabeza de una cobra de anillo en el cuello a no mas de 10 pulgadas de distancia de mi rostro. La timida culebra negra habia sido tomada por sorpresa por nuestra aproxi- macién silenciosa. Alarmada, extendié de inmediato su cabeza tal como acostumbran a hacerlo como sefial de advertencia. John estaba cerca de mi, pero prestaba tanta atencién al rinoceronte que no se did cuenta de la situacién en que yo me encontraba. Afortunadamente, este tipo de cobra no es una culebra agresiva, y cuando se dio cuenta que yo no representaba peligro inmediato, bajé la parte frontal de su cuerpo y se perdié en el césped. A diferencia de la mayoria de las especies de cobra, ésta empieza a procrear des- de joven. Prefieren fingir que estan muertas girando sobre su lomo; pero si se manejan de manera descuidada 6 si se pisan pueden mor- der fuertemente y esparcir su veneno en la cara del agresor. Después de que desaparecié la culebra, sudé profusamente durante algunos minutos antes de que mi compaiiero se diera cuenta de lo que habia sucedido. Sonreimos y después seguimos observando al rinoceronte. Tuve suerte, porque si hubiera sido mordido, hubiéramos tenido que dirigirnos al campamento a una hora de distancia y buscar en los medicamentos de primeros auxilios un antidoto. El antidoto:no se podia conseguir-en el lugar, ya que la temperatura del vehiculo era superior a 80 grados al mediodia durante el invierno y a mas de 120 grados durante el verano. Para mi, el deseo de utilizar una nueva destreza es insaciable y esta- ba ansioso por obtener tanta experiencia cuanto pudiera en la tarea de tranquilizar a un rinoceronte. Nos encontrabamos en la region sur occidental de la reserva cerca al rio Madhlozi, cuando observamos a un pequefio rinoceronte joven que cumplia nuestras expectativas. Nos detuvimos al Jado de la carretera y le pedimos a la tripulacién del camién que esperara. 52 La tripulacion descendié del camién y subié sobre el embalaje para el rinoceronte de acuerdo con los procedimientos. El rinoceronte vio cuando salimos de nuestro vehiculo y se dirigié hacia nosotros. El punto del viento estaba a nuestro favor, pero cuando nos acercamos a 50 yardas, hizo un ruido y regresé trotando con la.cola hacia arri- ba, como lo hacen generalmente los rinocerontes. Algunas veces una aproximacién abierta de parte del cazador de- sconcierta menos al rinoceronte que cuando se oculta en campo abierto. Este gran animal tiene dificultad en reconocer los objetos verticales, y siempre y cuando el cazador se acerque desde la linea perpendicular al rinoceronte, éste normalmente estar4 como hipno- tizado y permaneceré en su lugar. Como habiamos fracasado en nuestra primera aproximacién, empe- zamos a trotar con insistencia detras del rinoceronte. Nuestro sigui- ente intento un poco mas arriba de la colina tampoco tuvo éxito. En un ultimo esfuerzo desesperado por no fra¢asar, utilicé un disparo del rifle mas 6 menos cuatro pies por encima de la linea del hombro del animal a una distancia de 60 yardas. Vi cémo Ilegé el dardo a los pies del joven rinoceronte y pensé que ese dia de caza habia sido oficialmente un fracaso. Cuando el rinoceronte siguié subiendo la colina, me di cuenta de que estaba cojeando de una manera inusual, tal como se presenta cuando estan tranquilizados, al observar durante un poco mas de tiempo, me di cuenta que de alguna manera debié haber hecho efec- to el medicamento. Volvimos al Land Rover, rodeamos la colina y observamos al rinoceronte que dormia placidamente. De inmediato observamos que el dardo lo habia golpeado en la pata con la aguja. Habia sido un golpe certero y la droga se habia inyectado. De vez en cuando se presentan incidentes que nos recuerdan que los rinocerontes son animales salvajes. Puede resultar muy peligroso tener demasiada confianza. Estdbamos buscando un rinoceronte macho para el unico lugar que nos quedaba en la boma. Este no era un dia perfecto para realizar 53 cacerias porque habia un viento de 25 hasta 60 millas por hora. La mayor parte de la vida salvaje habia buscado refugio de este viento y del sonido de la arena que se levantaba. Después de buscar durante toda la majfiana, solo habiamos podido observar tres rinocerontes negros que tenian sus colas elevadas al aire y se enfrentaban al feroz viento. Una tropa de aproximadamente 15 mandriles Chacma habia llamado nuestra atencién por algunos minutos, cuando empezaron a pelear por algunos escorpiones que se encontraban en el borde de la fuente de agua. Mientras observamos, descansébamos un poco para comer unos emparedados y algunas galletas y después continuar nuestro camino en nuestro pequefio vehiculo. No trascurrié mucho tiempo cuando encontramos una manada de 5 rinocerontes machos que se refugiaban del viento en una formacién de agua poco profunda. Ob- servar a estos animales resultaba bastante facil puesto. que se encon- traban retozando en el barro con el sonido del viento en sus oidos y la arena golpeando sobre la piel. Al acercarnos a 15 pies pudimos reducir el efecto que tendria el viento sobre el dardo tranquilizante después de seleccionar el rinoc- eronte mas adecuado, le disparé un dardo sobre el hombro apenas por encima de la superficie del agua. La manada de rinocerontes, desprevenida, se puso en alerta cuando se percataron del disparo del dardo. Se movieron de un lado para el otro y se retiraron del agua todos juntos haciendo salpicar el barro por todas partes. Los explo- radores de caza que normalmente cumplen las funciones de jinetes estaban asignados a otra tarea, asi que tuvimos que seguir al rinocer- onte a pie. Empezamos a trotar de manera constante, y manteniamos nuestra atencién sobre el suelo para no perder la pista de las huellas que desaparecian rapidamente. De repente, me di cuenta que habia una gigantesca masa en el cami- no delante de mi. Me detuve como en camara lenta y vi aun viejo rinoceronte macho con un cuerno recto dirigido hacia mi. Detras del macho habia otro rinoceronte de 1,000 libras situado primero a la izquierda y después ala derecha, con lo cual me confundia. 54 Silbé para que captara que yo era humano, con la esperanza que se diera media vuelta y se fuera oro ya era demasiado tarde. Por puro reflejo se dirigié directamente hacia mi. No supe qué hacer durante un momento, porque nunca me habia encontrado en una situacién similar. Pero cuando se acercé a 10 pies de distancia y siguié adelante sin prestar atencién a mis gritos, me site al frente de una acacia, exactamente antes de que llegara el rinoceronte y éste golpeé de manera rapida y nudosa el tronco de arbol, lo cual me produjo cierta malévola complacencia. El conductor del camién, Moses, Ileg6 al lugar poco tiempo después con una mueca de preocupacion en el rostro, puesto que él y los demas ocupantes del camién habian observado como el rinoceronte me cazaba. Yo le sonrei con tranquilidad. Habia sido iniciado real- mente en el equipo de caceria. Recogimos al rinoceronte con la facilidad que nos permitié el clima y lo colocamos en la boma, cuando escuché un mensaje urgente donde me pedian ponerme en contacto con Nick Steel, el explorador mas experimentado tan pronto regresara. Cuando llegué a la oficina de Nick Steeler, é1 estaba tenso y apretaba los labios. Después de indicarme que me sentara, me conté una his- toria escalofriante: una mujer zuli que recolectaba lefia habia sido asesinada por un rinoceronte blanco en Biyala, una poblacién nativa cuando estaba regresando a su kraal. Su hija de ocho afios de edad habia observado la tragedia y habia regresado a pedir auxilio. Para complicar atin mas las cosas, la pobre mujer cargaba en la espalda a un nifio, como es costumbre tradicional zulu. Afortunadamente, quienes corrieron al rescate de la mujer pudieron encontrar de mane- ra milagrosa al nifio, ileso, en silencio y con los ojos abiertos. Esta triste historia hizo que olviddramos la captura que habiamos realiza- do en la mafiana. La madre que habia muerto y los nifios se habian encontrado a un rinoceronte solitario en su camino al hogar en muchas ocasiones similares. El rinoceronte blanco, normalmente décil, simplemente 55 se habia hecho a un lado del camino siempre que aparecian los ha- bitantes del pueblo. En esta oportunidad, por alguna razon descon- ocida, el rinoceronte decidié permanecer en su lugar, ensanché las ventanas de la nariz, y produjo sonidos resoplando. La mujer, que todavia no.tenia miedo, levanté pufiados de tierra y los lanzé al ri- noceronte. Aparentemente, el rinoceronte habia quedado desconcertado por esta accion, ya que permitid que se repitiera durante algunos momentos sin reaccionar. Finalmente, el rinoceronte decidié que era suficiente y se abalanzé directamente contra la mujer, quien se mantuvo en su sitio, gritando y moviendo los brazos hasta que el rinoceronte la golped. El cuerno del animal la alcanzé y atravesé su cuerpo hasta salir por el hombro sin tocar por algunos centimetros al nifio que se encontraba en su espalda. Slo en ese momento el otro nifio, que se encontraba paralizado por el temor, corrié a casa llorando. Steel solamente estaba esperando recibir el permiso oficial para que pudiéramos ingresar al lugar y capturar al rinoceronte. Los Biyala tenian razén en estar molestos y parecia que pensaban que el or- ganismo que controlaba los parques era responsable por la accién cometida por el animal. El jefe del kraal estaba muy preocupado porque la mayoria de los jévenes se habian armado con lanzas, y algunos tenian armas y se habian internado en los matorrales. Este pueblo zuli no estaba compuesto por cazadores furtivos sino por pastores. En el pasado, habian recibido multas por permitir que su ganado paciera en la reserva de caza y causara dafio a la sabana. Para este pueblo, el paralelo era muy sencillo, si ellos eran responsables por las acciones de su ganado, nosotros éramos responsables por las acciones de nuestros animales de caza. Steel consideré que se presentaba una seria amenaza para los 95 ri- nocerontes ubicados en diferentes locaciones nativas, asi como para los guardabosques encargados de rescatarlos. Transcurrieron cinco dias antes de recibir el permiso del gobierno para ingresar a la poblacién. Teniamos el permiso oficial para llevar un escuadrén de la policia de Sudafrica para nuestra proteccién du- 56 rante la caceria del rinoceronte asesino. Tardamos tres dias mas en organizar y coordinar la operacién en el lugar. Cuando finalmente partimos del campamento principal, llevabamos uniformes comple- tos de la junta de parques con las insignias correspondientes en los brazos. Nuestro campero habia sido equipado con un radio con la frecuencia sintonizada en la oficina principal de la reserva de caza de Umfolozi y los vehiculos de la policia. Esta fue la Gnica opor- tunidad en la que tuvimos que llevar armas para realizar operaciones de caza de rinocerontes durante mi estadia en el lugar. Llegamos al campamento Madlozi, donde recogimos a John Tinley, explorador de la regién, y a su jefe rastreador. John era un funcionario de tamafio descomunal, seis pies siete pul- gadas, de suave hablar y muy agradable. También era uno de los mejores tiradores. Nos sentiamos aliviados de contar con él en el equipo en esta expedicién. Nuestro pequefio safari de dos Land Rovers y dos camiones llegé al puesto de policia a mediodia. El jefe de los Biyala estaba alli y movia su cabeza con fuerza a medida que le explicaba el sargento que los jévenes de su tribu estaban molestos y querian buscar ven- ganza por la muerte de la mujer. Después de tomar una rapida taza de té y de repasar el plan de caza, el safari partié con tres Land Rovers adicionales de la policia. Cuando nos dirigiamos al Biyala Trust donde la mujer habia sido asesinada, el jefe nos explicéd que habia mas de diez rinocerontes blancos en el area y que no habia ninguna forma de identificar al asesino con cierto grado de seguridad. Cuando Ilegamos a la po- blacién, encontramos pequefios grupos de mujeres silenciosas y de nifios que susurraban cuando nos observaban con sus ojos sombrios. Los tnicos hombres en el campamento eran el jefe y media docena de viejos. Con los jévenes armados en las arboledas, resultaba in- mediatamente claro que no debiamos preocupamos solamente por la seguridad del rinoceronte sino también por la nuestra. Al revisar el area circundante a la poblacién encontramos huellas frescas y ex- cremento de muchos rinocerontes blancos. Esto indicaba que habia varios rinocerontes de diferentes edades en el 4rea. Los ocho dias 57 que habiamos tardado en llegar al lugar habian dificultado mucho poder seguir el rastro del rinoceronte culpable. Después de una re- vision aun mds minuciosa, enviamos un mensaje radial a Mpila pre- guntando cudntos rinocerontes deberiamos capturar y reubicar en Umfolozi de acuerdo con las circunstancias. La respuesta indicaba que al menos debiamos capturar uno al caer la noche. No lo pudimos hacer, pero encontramos a un rinoceronte viejo que sacrificamos y cuya carne se la dimos a los pobladores del lugar. Esperabamos que este acto ayudara a satisfacer la sed de venganza de los pobladores y les evitaria a otros las represalias. Después de cargar nuestras armas de dardos, nos separamos y empe- zamos a buscar a través de las arboledas. De repente, encontramos a un rinoceronte macho que salia de su escondite y casi atropella a Tinley, el jefe de los rastreadores. Haciéndose a un lado con la gracia y la confianza de un torero, el explorador pudo esquivar al rinoceronte en su alocada carrera de escape. Seguimos al rastreador durante casi una milla antes que nos indicara las orejas del rinoceronte que sobresalian por encima de un arbusto a unas 100 yardas de distancia. Teniamos el viento a nuestro favor, pero las hojas secas del suelo evitaban que nos acercéramos en si- lencio y favorecian al animal. Siempre alerta a nuestra presencia, el rinoceronte mantuvo una dis- tancia constante de 40 yardas. Si nos encontraramos a campo abier- to, pensariamos en disparar un dardo preciso a esa distancia, pero en los arbustos era otra historia. La hoja de una hierba podria desviar la trayectoria del dardo. Debia acercarme mas. A medida que nos acercdéramos a la base de la pendiente, donde John tenia un punto de observacién ventajosa, me hizo un gesto para que rapidamente me comunicara por el walkie-talkie. El nos indicé donde estaba la ubicacién de un rinoceronte macho y una hembra. Los dos rinocerontes apenas se habian preocupado por evitarme mientras permanecian quietos tras una espesa pantalla de arbus- tos, lo que nos permitia acercarnos a unas pocas yardas de ellos en los campos. Al abanicar, regresamos con nuestras armas de dardos 58 trabadas. Una rinoceronte hembra aparecié a mi derecha, haciendo tuido y desplazandose entre los arbustos. Exactamente antes de dis- parar mi arma, John me advirtié que ya habian dado en el blanco con su dardo. Esperamos algunos minutos antes de empezar a seguirla y la encontramos echada en un pequefio lugar rodeado de acacias con su cria empujandola para que se levantara y escapara. La cria chilla- ba y estaba sorprendida por el deseo repentino que tenia su madre de dormir frente a un peligro obvio e inmediato. Descargué mi arma de dardos, tomé el dardo y lo Ilené con la dosi- ficacién adecuada para una cria. Era un asunto sencillo acercarme y dispararle a la cria desde una diez yardas. La cria cay6 rapidamente al lado de su madre. Después de amarrar los animales a los arboles con sogas, le pedi a Moses que trajera los camiones y a la policia. Mientras los vehiculos se acercaban a nosotros por el dificil terreno, diez mujeres viejas y aproximadamente 25 nifios susurrantes apare- cieron en el drea para ver y tocar al rinoceronte que los “uniformes” habian “asesinado”. John se encargé de entretener a las mujeres y a los nifios contandoles historias en un zulé fluido hasta que Ilegaron los vehiculos. La policia estuvo cerca del rinoceronte desplomado y quizds su presencia evité que los jévenes de la tribu expresaran su venganza sobre los animales inmovilizados. El embalaje ya estaba listo al frente del rinoceronte hembra. Los nifios Biyala hicieron un circulo y se acercaban con curiosidad a medida que colocamos la soga en la cabeza del rinoceronte. Su curi- osidad aumenté cuando coloqué la aguja que contenia el antidoto en la vena de la oreja del animal. John les explicé que nosotros éramos sabios y que ibamos a despertar al rinoceronte “muerto” y Ilevarlo a casa con nosotros. Cuando el animal se levant6, la multitud dejé salir una expresién de sorpresa. A medida que el rinoceronte era Ilevado al embalaje, los nifios nos seguian. La cria se levanté sin el antidoto y fue Ilevada a la segunda jaula. 59 Tuvimos mucha ayuda ese dia para mover los rodamientos. Los nifios mayores se ofrecieron a ayudar a levantarlos para introducir- los en el camién. Los embalajes cargados fueron introducidos en los camiones y salieron de la poblacién cuando la noche caia. El escuadr6n de la policia nos dejé en el limite con Umfolozi. Afortun- adamente, no habia sido necesario que ellos se enfrentaran a los ha- bitantes del lugar, pues siempre habian sido buenos vecinos. Cuando nos dirigiamos a través de Umfolozi por la carretera principal, envi- amos un mensaje por radio acerca de los eventos afortunados que se habian presentado en Biyala. Dos exploradores y los guardabosques que estaban en alerta ahora podrian relajarse. Cuando nos encontramos en el rio negro de Umfolozi seguimos en direccién al Norte por el corredor de Hluhluwe. El rinoceronte hem- bra y su cria fueron liberados en la reserva durante la noche. Se fueron trotando, inseguros en su nuevo entorno y sin saber nada acerca del drama que se habia presentado por ellos. La junta de parques tenia la intencién de mantener buenas relaciones de vecinos con la tribu zula en los diferentes lugares. Para mostrar nuestros agradecimientos a los Biyala por la cooperacién que nos habian prestado, sacrificamos seis files azules y les enviamos la carne a sus kraals. Después de trabajar durante seis meses en el proyecto de la Op- eracién Rinoceronte me entregaron un rinoceronte blanco huérfano que habia sido encontrado solo y deshidratado. La pequeifia rinocer- onte hembra apenas tenia algunos dias de nacida, y todavia tenia al- gunas pulgadas de su cordén umbilical. Hasta entonces nadie habia tenido éxito en criar un rinoceronte tan pequefio. Sin embargo, yo habia criado dos elefantes bebés y era un veterinario, asi que empecé el proyecto con gran optimismo. En anteriores intentos, se habia utilizado leche enlatada como una formula para criar rinocerontes. Todos habian muerto después de diarrea y deshidratacién. Yo utilice leche en polvo diluida para tern- eros, que habia sido fortificada con vitaminas y minerales. Mediante el suministro de pequefias cantidades en la alimentaci6n, dejaba que la cria de rinoceronte a veces quedara con hambre. E] enfoque con- 60 servador tuvo éxito y al rinoceronte sobrevivid. Llevé un registro cuidadoso de las medidas de altura, peso, longi- tud, crecimiento del cuerno y aparicién de los dientes, informacién basica que nunca antes habia sido registrada en el desarrollo de un rinoceronte blanco y que ahora estaba disponible. El resultado del crecimiento y de los registros dentales, asi como la formula de leche enriquecida, sirvieron de tema para un articulo original que fue pub- licado en el International Zoo Yearbook. Cuando el bebé tenia seis meses fue enviada al zoolégico de Natal, donde era muy popular debido a su aprecio por los humanos. También me asignaron realizar cientos de autopsias en antilopes, ce- bras, hipopétamos y jabalies que habian muerto durante programas de control de poblacién. También examiné rinocerontes blancos y negros que se habian encontrado muertos 6 habian sido muertos debido a lesiones ocasionadas por automoviles de los turistas. La artritis, la osteoporosis, el bocio, las enfermedades del corazén, los parasitos y los defectos de nacimiento eran condiciones comunes, tal y como las habia percibido en los animales domésticos. Los an- imales cautivos en zoolégicos y los animales salvajes presentaban picaduras y reflejo de mordida, o sea, aquel comportamiento que consiste en morder articulos no comestibles cuando se tiene defi- ciencia mineral. Yo he visto a una jirafa comer los huesos de un antilope, a los elefantes comer nidos de termitas que contienen mi- nerales vestigiales que provienen de cientos de pies bajo tierra y que son transportados por los incansables insectos. Todos los animales salvajes preferian el agua mineralizada y fangosa al agua suave y transparente. Incluso aqui en el centro de un hébitat natural claro, constantemente recordaba que las plantas no pueden manufacturar los minerales. Si no hay minerales en el suelo, ellos no estan presentes en las plantas. Si no hay minerales en las plantas, los animales salvajes que comen estas plantas tendran enfermedades ocasionadas por deficiencias de minerales. jElemental ni querido Watson! No habia un hospital para humanos 6 una clinica a cientos de millas de distancia. Para los miembros de la comunidad zulu que se de- 61 splazan a pie, esto podria significar miles de millas. No tardé mucho tiempo en que la gente supiera que yo era cierto tipo de doctor. Las personas de la localidad empezaron a llegar pidiendo consejos, cirugias pequefias y tratamientos. Me encargaba de asistir partos, curar heridas infectadas, remover laceraciones, tomar muestras de sangre y entregar aspirina y jarabes a los nifios que tenian catarro. Las deficiencias nutricionales eran muy comunes. Las deficiencias de vitamina A en los nifios ocasionaban queratitis, ulceras de la cér- nea y ceguera. La deficiencia de calcio causaba osteomalacia en los nifios y artritis u osteoporosis en los adultos. Las deficiencias de yodo y cobre ocasionaban bocio en los adultos y abortos. Los nifios que nacian con espina dorsal bifida y paladares hendidos como re- sultado de deficiencias de Acido félico 6 cinc no sobrevivian en este ambiente primitivo. Deficiencia de proteinas simples era un caso comin y se presentaba en forma de edemas hinchados en los nifios malnutridos 6 con Kwashiorkor, como dicen los locales. El cuadro sintomatolégico con la consecuente falla cardiaca congestiva era un resultado coniin de deficiencia de vitamina Bl. Yo me encargaba de distribuir tabletas con miltiples vitaminas y minerales que encontra- ba en mis excursiones que realizaba a Durban. A partir de estas experiencias en la granja, el laboratorio y la vida salvaje de Africa rapidamente descubri que no importaba si uno es partidario de la teoria de la creacién 6 es un estudiante de la evo- lucién, nuestro problema mutuo inmediato es que la tierra, nuestro planeta, es un recurso finito limitado de materias primas, que son la base de toda la vida animal, vegetal y humana tal como la con- ocemos. Los organismos vivos obtienen las materias primas de los elementos esenciales y de los minerales y los utilizan para la repro- duccién, el desarrollo, el crecimiento y el mantenimiento y para la longevidad, a partir de una capa delgada, fragil de materia organica e inorganica y de gas que se encuentra apenas por encima de la cor- teza terrestre. 62 7 Tobos LOS ANIMALES Y Los SERES QUE MUEREN DE CausAs MueEREN Por Una ENFERMEDAD DE DEFICIENCIAS arte de la Operacién Rinoceronte consistia en realizar excur- siones hacia el sur de Rodesia (ahora Zimbabwe) con el fin de Uevar los animales salvajes capturados y a los rinocerontes blancos entrenados en la boma hacia la Reserva de Caza de Kyle y al Parque Nacional Wankie. Cuando me encontraba alli, me invitaban a par- ticipar en proyectos de captura de elefantes, disefiados con el fin de catalogarlos y marcarlos en estudios de migracién de poblaciones. La poblacién constante de elefantes estaba atravesando por una cri- sis en el Parque Nacional Wankie. La civilizacién y la agricultura los estaban rodeando por todas partes. El plan de migracién normal de elefantes permitia por lo general cuatro meses de recuperacién durante la estacién Iluviosa. Con el hombre cerrando el cerco por todas partes, las migraciones se detuvieron. El pastoreo excesivo agot6 las tierras y los Arboles jévenes. Se preveia un futuro sombrio para el elefante; nadie los queria. No eran ni raros ni estaban en peligro, eran destructivos. Si bien tuvimos la oportunidad de departir en el bar de la represa Kyle, comentando acerca del éxito que habiamos tenido en lograr la repoblacion del rinoceronte blanco en Rodesia, empezamos a disefiar nuestros planes para la operacién elefante. Los rodesianos no tenian el dinero, el personal capacitado, el equipo de dardos ni las drogas para hacer que la Operacién Rinoceronte se volviera real- idad por ellos mismos. Yo les prometi obtener el equipo de dardos, el M-99 y el dinero, asi como encargarme personalmente de que el 63 proyecto se pudiera realizar. En la primavera del afio 1966, el profesor Perkins, me envi un tele- grama invitandome a dejar el proyecto de la Operacién Rinoceronte en Sudafrica para participar junto con él en un proyecto de investi- gacion en EE.UU. Perkins, junto con Barry Commoner, profesor de botanica en la universidad de Washington en San Luis Missouri, habian obtenido fondos por 7.5 millones de délares por parte del Instituto Nacional de la Salud para estudiar la ecologia mundial, el medio ambiente y el impacto de la contaminacion sobre la poblacién de plantas y animales en el mundo. El programa congregaba las instalaciones del Departamento de Biologia de la Universidad de Washington, de los Jardines Botanicos Shaw y del Jardin Zoolégico de San Luis en mi nuevo departamento de la universidad conocido como el Centro para la Biologia de los Sistemas Naturales. Estuve pensando acerca de la invitacion durante mds 6 menos una semana y al comienzo escribi una carta de agradecimiento amable en la cual declinaba el ofrecimiento y me olvidé de ella. Un mes después me di cuenta de que la carta todavia estaba alli, ain no la habia enviado por correo. Volvi a leer la carta, después la rompi. Perkins habia escrito personalmente la invitacion y él no era el tipo de persona a la que se pueda decir no. Yo habia dicho que haria cual- quier cosa por trabajar con Perkins; ademas, estaria trabajando con una gran variedad de especies animales. Por solicitud de Perkins me converti en estudiante de posdoctorado en patologia comparada y en medicina comparada en el Centro para la Biologia de los Sistemas Naturales. Me dieron una oficina en el hospital del zoolégico, un laboratorio de patologia totalmente equipado, y una sala de autop- sias con un congelador y una grua eléctrica para levantar y trasladar los animales grandes. Habia bisturis, destrales, hachas, sierras y bo- tellas para muestras llenas de formaldehido, y todo eso me esperaba. Las instalaciones y las herramientas me eran conocidas. Mi vinculo con el zooldégico era a través de Robert Frueh, asistente curador de mamiferos, Charlie Hoessle, asistente curador de reptiles y Mike Flieg, curador de aves. Mi consejero y supervisor en patologia hu- 64 mana y en las autopsias era el doctor Malcolm Peterson, patdlogo de humanos en el hospital Bames, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington. La mecAnica de la patologia humana era la misma que la de la pa- tologia veterinaria. El craneo y las cavidades corporales se abren con bisturi, sierras y tijeras para hueso de tal manera que se puedan observar los érganos. Se recogen muestras de tejido y de sangre de forma rutinaria para el andlisis microscépico y quimico. Hay que tener especial cuidado de que la sangre, los liquidos corporales y la orina no ingresen por los ojos, Ja nariz 6 la boca. El patologo huma- no debe ser mucho més cuidadoso de no cortarse con un instrumento para evitar contaminarse con organismos potencialmente mortales. Las diferencias entre la patologia humana y la patologia veterinaria son notorias. En primer lugar, practicamente todos los veterinari- os clinicos realizan una autopsia de cortesia. como experiencia de aprendizaje y responden las preguntas a los duefios de los animales. Sin embargo, las autopsias s6lo se realizan en un escaso 5% de las personas que mueren en los hospitales, sobre todo para evitar re- coleccién de datos que podrian servir para apoyar demandas por practica médica negligente. El patélogo humano busca neumonia, traumas, aneurismas rotos, codgulos sanguineos, tlceras gastricas perforantes, ataques cardia- cos, cancer y puede realizar un examen quimico con el medicamen- to si la historia del caso clinico sugiere que es necesario hacerlo. El patélogo humano limita el nimero de datos que incluye en el informe de la autopsia, informa sobre el tamafio y el color de los érganos, los hallazgos destacados, los hallazgos microscépicos y de laboratorio acerca de “la causa de la muerte”. El patélogo humano nunca hace una lista de las deficiencias nutricionales que ocasion- aron los aneurismas, la diabetes, los co4gulos sanguineos, el ataque al corazén, cancer, Alzheimer, incluso osteoporosis. Como resultado de esta frecuente omisién de informacién, la nutricién-clinica en la salud humana nunca avanza. {Mi trabajo consistia en cambiar esta situacién de gran indiferencia! Siempre estaban vinculados al Centro 20 de los 30 estudiantes del 65 posdoctorado en cualquier momento. Eramos un grupo ecléctico de estudiantes de botanica, biologia, ingenieria ambiental, bioquimi- ca, expertos en computacién, bosques, aguas, genetistas, gedlogos, antropélogos, astronomos, meteordlogos, y yo mismo, un patdlogo comparado. Para resolver los problemas de manera rapida sin ten- er que volver a realizar la investigacién que ya habia sido hecha por otro grupo, cada miembro del equipo debia aprender el lenguaje cientifico de las otras disciplinas representadas en el centro de in- vestigacién. Habia muy poco tiempo para tolerar demoras causadas por problemas de significado. Después de todo, habia una crisis am- biental en el mundo y habiamos sido escogidos para identificar y resolver un problema mundial que cobraba mucha importancia. Mientras permaneci alli, segui mis estudios de posgrado en pa- tologia, con énfasis en biologia subcelular. También estaba a car- go de realizar autopsias completas a los animales que morian en el zoolégico de San Luis. Esto por supuesto incluia la realizacion de todos los andlisis de laboratorio de los tejidos, con el fin de identifi- car la contaminacién y los problemas ambientales. Se esperaba que yo descubriera algun tipo de “alarma”, algo que sirviera como siste- ma de prevencién para anticipar el desastre ambiental, asi como an- teriormente los mineros del carbén utilizaban canarios para advertir- les acerca de la presencia de gases mortales sofocantes y explosivos. Realicé autopsias en culebras, peces, caimanes, tortugas, loros, pa- tos, palomas, avestruces, cebras, antilopes, llamas, lobos, cerdos, monos y simios que murieron en el zoolégico. El doctor Peterson y yo después realizibamos la comparacion de las causas de la muerte en los animales del zoolégico y enfermedades similares en los hu- manos tratando de encontrar nexos comunes que pudieran ser oca- sionados por la contaminacién. De lo primero que me encargué y que resulté una revelacion para mi era que la responsabilidad de elaborar los programas de suplemento alimenticio para los animales no estaba siendo controlada por nin- guna autoridad central. Si un animal estaba dentro del proyecto de mascotas del curador, entonces su programa nutricional era revisa- do cuidadosamente. Los animales que no eran tan interesantes 6 no 66 eran parte de la manada tenian un programa de dieta a cargo de los guardianes. Algunos de ellos utilizaban suplemento nutricional de minerales y vitaminas, resultado de moler pildoras disefiadas para los humanos. Algunos creian que los animales podian obtener todas las vitaminas y los minerales comiendo alimentos de alta calidad. Como resultado de esto, los animales del zoolégico desarrollaron deficiencias nutricionales de la misma manera que los animales domésticos, los de la vida salvaje y los humanos. Aunque el objetivo que perseguia el zoolégico era proteger y propa- gar la conservacién de las especies en peligro, las enfermedades por deficiencias nutricionales demostraban que se carecia de algo para la consecucién de esa meta. Vi cémo los monos titi, los lagartos y las musarafias morian de diabetes, por deficiencias de cromo y vana- dio. Realicé la autopsia de docenas de lagartos y de un caiman que habia muerto de esteatitis, una deficiencia relacionada con la falta de vitamina E y de selenio. Hice el diagndstico de avestruces que esta- ban sufriendo de distrofia muscular, una deficiencia relacionada con selenio y vitamina E. Realicé el registro de muchas ovejas salvajes, llamas, kudus, faisanes y monos que tenian enfermedad cardio- miopatica, una deficiencia de selenio. Encontré faisanes, avestruces, gorilas y monos que tenian ancurismas rotos, una deficiencia rela- cionada con falta de cobre. Habia leones, lobos, monos, lagartos, iguanas y loros con osteoporosis, una deficiencia relacionada con falta de calcio y magnesio. Presentaban arterioesclerosis animales vegetarianos como el faisan, los loros, el canguro, deficiencia relacionada con falta de magnesio. Incluso habia ovejas, monos, rinocerontes y canguros con osteoartri- tis, una deficiencia relacionada con falta de calcio y magnesio. Tam- bién se encontraron defectos de nacimiento congénitos que podian atribuirse a deficiencias nutricionales en la madre durante la etapa temprana de embarazo: pardlisis cerebral en una llama, deficiencia de cobre; espina dorsal bifida en un mono, deficiencia de acido féli- co 6 de cine; paladar hendido en zorros del artico, deficiencia de vitamina A 6 de cine; defectos cardiaco ventricular septal en un can- guro, deficiencia de vitamina A 6 cinc. Se hizo una evaluacién de las dietas. Se realizé el cdlculo de las vitaminas, minerales y minerales 67 vestigiales con el fin de evitar las enfermedades y estimular la fertil- idad y los embarazos normales. Algunas veces podiamos utilizar rel- aciones existentes como una base para comenzar: tabletas de conejo para los canguros; alimento de perros para los lobos, bizcochos para monos de laboratorio, para los monos y los mandriles; tabletas de pavo para los faisanes; tabletas de pato para los patos, los cisnes; al- imento para caballos para las cebras; tabletas para elefantes y el ga- nado, para la llamas y los bifalos. Fue necesario disefiar programas de dietas mas complicados para las musarafias, los monos titi y las iguanas. El banco de tejidos que yo organicé suministraba tejidos congelados y preservados u érganos de especies raras 6 en peligro de extincion para que los investigadores estudiaran anatomia, antropologia, bio- quimica y patologia. Realizaban consultas con otros zooldgicos, universidades, hospitales, la Fundacién Nacional para la Ciencia, y el Instituto Nacional de la Salud que hacia parte de un comité que aprobaba 6 desaprobaba la asignacién de fondos para-investigacion que utilizaban especies exdticas como animales modelos. Publicar la revista Journal of Zoo Animal Medicine era un resultado normal de estas labores, y realicé las funciones de editor en jefe durante tres afios. Como resultado de estas actividades, estaba constantemente viajando y daba conferencias de manera continua en seminarios médicos, veterinarios, zoolégicos y nutricionales. En esto, tuve la oportunidad de trabajar y servir de consultor de los zoolégicos mas importantes del mundo en Bronx, Denver, Detroit, Jacksonville, Kansas City, Los Angeles, Madison, Memphis, Miami, Milwaukee, San Luis, San Diego, Topeka, Tucson y Washington D.C. En el ex- tranjero tuve la oportunidad de prestar mis servicios en los zoolégi- cos de Frankfurt, Tel Aviv y Nueva Deli, para mencionar algunos. No siempre se trataba de trabajo de laboratorio. De vez en cuando debia practicar mi destreza con el manejo de los rifles de dardos que habia refinado en Sudafrica. Mi experiencia personal con un escape del zoolégico se present6é cuando un oso de anteojos salié de su foso. La osa macho habia permanecido en exhibicion con la hembra de la especie y con seis osos durante mas de dos afios. La osa habia legado como cachorro y en un principio no hubo inconvenientes 68 con él. Ahora que era adulto habia trepado por el foso cuando des- cubrié por accidente que Ilegaba al borde con sus garras delanteras. Muchos cuidadores mantenian al oso cerca del foso al hacer sonar varas de bambi en el asfalto frente a él. Le apliqué un dardo al oso. Después de que fue alcanzado por el dardo, se devolvié e ingresé a la seguridad de su cueva. Cuando se durmié profundamente, fue colocado sobre una tabla, lo retiraron de su cueva donde se mantuvo hasta que la pared exterior del foso se elevé dos pies mas. Un afio después me pidieron que inmovilizara a un oso de anteojos hembra y que recogiera una muestra de leche. Mi primera reaccién fue pensar en la vieja broma esquimal: “Para convertirse en hombre, es necesario dormir con una mujer y atrapar un oso polar”. La broma continuaba: “El inexperto confunde las instrucciones; captura a una mujer y trata de tener sexo con un oso polar”. Al comienzo pensé que la solicitud de recoger una muestra de leche de la osa ‘era una tarea simple. Robert Freuh y yo nos dirigimos al area de servicio en la parte poste- rior en donde la osa hembra habia sido separado. Con cuidado medi la dosis de M-99 y le disparé un dardo a través de la reja de la jaula utilizando una pistola de C02. Después de unos cinco minutos, la osa cayé contra la puerta de la jaula y empezé a roncar fuertemente. Después de que habia transcurrido un tiempo prudencial, utilicé una vara de bambi para tocarl en la nariz y asegurarme que en realidad estaba dormida. No hubo reacci6n, abrimos la puerta e ingresamos a la jaula. El dardo estaba en el costado alejado de la osa. Para retirar el dardo y recolectar la muestra de leche, tuvimos que pasar por en- cima de la osa, de tal forma que qued6 situada entre la puerta abierta y nosotros. Para retirar la aguja, uno de nosotros debia rotarla 360 grados unas cuatro veces. Después se puede retirar facilmente del animal. Cuan- do yo comencé a rotar la aguja, la osa se paré en sus patas traseras y lanz6 un grufiido. Coloqué mi pie sobre su cadera y la empujé por la puerta hacia el drea de servicio y cerré la puerta. La osa estaba 69 afuera en el drea de los cuidadores y nosotros estabamos encerra- dos en la jaula de la osa. A medida que la osa recorria el pasillo, el cuidador que la alimentaba se encontré con él. Le grité que saliera del corredor y corriera hacia el hospital para traer la caja de me- dicamentos y una soga. Mientras esperabamos nuestros suministros, la osa empezd a recobrarse y se desplazaba de un lado para otro grufiendo. El cuidador regresé al poco tiempo; extrajo el medicamento y la soga y los introdujo en la jaula a través del conducto del techo. Después de intentarlo algunas veces sin éxito, fui capaz de enlazar al oso, y pudimos acercarla a las rejas de la jaula, de tal manera en que le administramos la droga necesaria para que durmiera. Cuando finalmente la osa estaba inmovilizada, tomamos la muestra de leche y la volvimos a poner en la jaula. Un cachorro huérfano pudo ser criado adecuadamente con la formula resultante, y la rece- ta aparecié en forma de articulo en el International Zoo Year Book. Después de dedicarme durante los siguientes 12 afios a la realizacién de autopsias en 17,500 animales de mds de 454 especies y 3,000 hu- manos para realizar una comparacién, era claro que todos animales y todos los humanos que morian de causas naturales morian por una enfermedad de deficiencias nutricionales. Los hallazgos de las autopsias eran tan obvios y tan contundentes que saltaban a la vista. A un costo de 7.5 millones de délares, yo habia sido entrenado para realizar observaciones y convertir rapidamente la materia prima en informacién util para resolver problemas. La conciencia nutricional en los humanos durante la década de los afios sesenta se centré en las vitaminas. Theron Randolph puso énfasis en la relacién entre las deficiencias de niacina (B3) y la esquizofrenia. Linus Pauling promovio la vitamina C para prevenir el cancer. La vitamina E era solicitada para mejorar la vida sexual y la longevidad de las personas. El énfasis en las vitaminas did como resultado que la mayoria de los animales del zooldgico recibieron suplementos de vitamina A, B, C, E y Niacina. Solamente la industria del gana- do dependia de los suplementos nutricionales para lograr fertilidad, crecimiento, longevidad, y ganancias éptimas, donde los minerales 70 eran el centro de atencion y las modas no decidian sobre qué suple- mentos utilizar. Las funciones basicas de la vida misma no pueden realizarse sin los minerales, ya sea como una parte principal de la funcién, 6 como cofactor catalizador. Ningin proceso bioldgico tiene excepcidn. Este concepto es valido para el RNA, DNA, enzimas subcelulares y digestivas, reacciones quimicas, funcién hormonal, utilizacién de energia y empleo del oxigeno y las vitaminas. Nada en un sistema vivo funciona sin uno 6 mas colectores minerales. Los minerales y los suplementos minerales en nuestros alimentos de hecho son una necesidad para tener una vida prolongada, saludable y libre de enfermedades. Antes que se tuvieran registros escritos, el hombre sentia un deseo vehemente por la tierra y consumia con- scientemente minerales incluyendo los principales minerales y los minerales vestigiales, las tierras raras en forma de arcilla, sal, tejido animal como hueso y carne 6 plantas ricas en minerales coloides. En una palabra, los minerales son elemento fundamental de la vida. La profesién médica ignora esta verdad hasta el absurdo. El Centro para la Biologia de los Nuevos Sistemas favorecié la publicacién de hallazgos obtenidos en nuestros estudios. Algunos de los 70 articulos de revistas y los quince capitulos publicados en ocho libros eran el resultado de mi propia investigacin de patologia comparada. También fui miembro de un comité establecido por la Fundacién Nacional de las Ciencias que estuvo a cargo del Acta del Bienestar Animal de 1968. El acta presentaba un esbozo de los req- uisitos nutricionales y habitacionales que requerian los animales de laboratorio y de zoolégico. Un resultado directo de mi trabajo es que varias compafiias que elaboran alimentos para animales, entre las que se cuentan Ralston Purina y Hill’s Packing Company, desarrollaron dietas especiales para los animales del zooldégico y raras especies salvajes en cauti- verio. La retribucién inmediata fue que la fertilidad de los animales de zooldgico en cautiverio era mas consistente desde los zoolégicos mas pequefios hasta los mds grandes y los de mayores recursos. Los 7 animales raros y en peligro de extincién en cautiverio vivian mas tiempo y desarrollaban menos enfermedades degenerativas. 72 8 Ex LIBRO uando estaba todavia en el Centro para la Biologia de los Siste- mas Naturales y el zoolégico de San Luis, yo interactuaba casi a diario con el veterinario clinico por muchos afios en este zoolégico, el doctor Alfred Moller. Yo tenia bastante experiencia en inmovili- zar animales grandes con tranquilizantes en Africa, asi que él me pedia a menudo que anestesiara un animal del zoolégico mientras realizaba el procedimiento 6 la cirugia necesaria. El doctor Moller, también veterinario clinico especializado en ca- ballos Clydesdales 6 Percherones, pertenecientes a Anheuser-Bus- ch, convencié a la editorial W.B. Saunders Publishing Company que era necesario escribir un manual de referencia que abarcara todos los datos conocidos acerca de la salud, la fisiologia normal y las enfermedades de todos los animales conocidos. Este editor es el mas grande en la produccién de textos médicos y de veterinaria en el mundo, y considerébamos como un gran logro y una ventaja que él fuera nuestro editor. El libro constaria de 28 capitulos, escritos por 28 expertos de los zoolégicos y las universidades. Se tardaria mas 6 menos de cinco a ocho afios en completarlo. Cada capitulo del libro debia centrarse en un grupo especifico 6 una clasificacién de animales. Todo lo que se supiera acerca de cada grupo deberia recogerse en el capitulo correspondiente. Si no se disponia de infor- macién importante, se suponia que deberiamos realizar los estudios necesarios para recolectarla. La obra seria equivalente a un manual moderno, tipo arca de Noé acerca de informacién de la salud, el libro de referencia mas com- pleto que jamas se haya elaborado sobre los animales exoticos sal- vajes y en cautiverio. Toda la informacién acerca de los valores nor- males de la sangre, la orina y los fluidos medulares, los periodos de gestacién, la longevidad registrada, las enfermedades y las cau- 73 sas de muerte (incluyendo las bacterianas, las virales, los parasitos, las degenerativas y las nutricionales) deberian incluirse. Todas las anestesias, las vacunas y los antibidticos conocidos para los ani- males exéticos deberian hacer parte de cada capitulo individual. Seria una gran tarea.Debido a que yo era considerado el miembro mas antiguo del proyecto, inicialmente se me asigné el capitulo so- bre las abejas, las moscas de la fruta y los gusanos de la harina. Solamente tenia informacién sobre estos insectos por lo que habia aprendido en zoologia y entomologia en la Facultad de Agricultura. Sin sentirme intimidado, de inmediato realicé una investigacion bib- liografica sobre todo lo existente acerca de ellos. En un mes, era un experto en nutricién, enfermedades y ciclos de vida de las abejas, las moscas de la fruta y los gusanos de la harina. Me dispuse a escribir los capitulos correspondientes. En 1965 no existian los computadores personales. Empecé con una maquina de escribir negra de marca Underwood y papel bond blan- co tamafio carta. Muchos parrafos y tablas fueron escritos, cortados, pegados, modificados. Utilice grandes cantidades del liquido para correccién. La mecdnica.de la escritura en aquella época era lenta y aburrida; pero tenia una misién y debia cumplirla. Todos los autores se reunieron en Filadelfia en el apartamento de W.B. Sanders para dar inicio al proyecto. El editor asigné a un editor encargado del proyecto, Carroll Cann, quien debia desempefiar la direccién del proyecto. Carroll también estaba a cargo de la reunion. Cenamos ¢ hicimos un recorrido por las instalaciones de la editorial. Carroll Cann advirtié a los participantes que con el transcurso de los afios algunos de ellos no finalizarian el proyecto. Algunos se enfer- marian, otros moririan, algunos se divorciarian y otros simplemente no seguirian por la fatiga producto de semejante proyecto, Y dijo: “Vamos a hacerlo bien”. Al transcurrir seis meses de trabajo del proyecto recibi una Ilama- da de Moller donde me informaba que uno de los colaboradores habia renunciado. jEstaria yo dispuesto a encargarme de su parte, el capitulo: sobre peces? Al aceptar el encargo, comencé a:hacer la 4 investigacién bibliografica correspondiente en varias bibliotecas. En un mes, ya era un experto en enfermedades, pardsitos, aneste- sia, requisitos ambientales, nutricién y ciclos reproductivos de los peces. Todos los espacios libres de la casa estaban cubiertos con articulos, revistas, monografias, libros de referencia y las primeras redacciones de los capitulos. Terminar los capitulos asignados se convirtié en una obsesién que me hacia trabajar siete dias a la sem- ana. Algunos meses después, la misma escena se repitid y me pidieron que escribiera el capitulo sobre las aves acuaticas. Repeti el mis- mo procedimiento que me habia dado resultados. Realicé la in- vestigacion y recolecté todo lo que se sabia acerca de los valores normales de laboratorio, parasitos, enfermedades, nutricién y repro- duccién de las aves acudticas domésticas y salvajes. La elaboracién de cada capitulo para el libro la emprendi de la misma manera que habia realizado mis estudios en la escuela de veterinaria: “Si no esta descompuesto, no hay necesidad de repararlo”. Mas 6 menos en la mitad del desarrollo del libro, me ofrecieron la posicién de patélogo en el zoolégico Brookfield de Chicago. Esto significaba pasar de un zoolégico de 50 acres con una poblacién de unos 1,500 animales, a un zooldgico de 200 acres con una poblacién de 4,500 animales. La remuneraci6n era el doble y las instalaciones mucho mas amplias y mas avanzadas, asi que acepte la oferta y parti a Chicago. Un factor importante en mi decisién de aceptar este trabajo fue la presencia de cinco delfines entrenados en un tanque gigante de agua salada. Cerca de alli, el Shedd Aquarium tenia delfines de agua dulce y una coleccién de peces de talla mundial, junto con una biblioteca sobre enfermedades de peces y mamiferos marinos. Llegué al zoolégico de Brookfield y descubri que el veterinario clini- co Weaver Williamson habia sido atacado gravemente por un gran chimpancé macho. Desde el primer dia tuve que hacer el doble de tareas como veterinario clinico y también como patélogo. Esto sig- nificaba que comenzaba a trabajar dos horas antes para realizar las 5 rondas clinicas, examinar a los animales, hablar con los cuidadores y responder sus preguntas acerca de nutricién, heridas, parasitos, reproduccion 6 problemas de enfermedades. Habia un elefante africano macho, Pete, al que se le suministraban 20 pildoras tranquilizantes por las mafianas en una banana para que los cuidadores pudieran manejarlo. Habia que dar antibidticos a un leén, que tenia un diente infectado, por medio de un dardo disparado con una pistola de aire. Habia medicamento para gusanos que debia administrarse al cachor- ro de un oso polar. Estaba el padecimiento de un halcon que tenia una fractura en un ala. Teniamos conversaciones con los cuidadores sobre los planes fu- turos de exhibiciones y los programas nutricionales. Todavia no me habia trasladado por completo a mi oficina en el hospital del zoolégico cuando dos de los bidlogos me preguntaron si sabia algo de genética. Inicialmente sonrei y dije que sabia los fundamentos de genética, pero que de ninguna manera era un ex- perto. Posteriormente, supe que estaban trabajando con un par de zorros del artico y que durante cinco afios consecutivos habian teni- do cachorros mds pequefios de lo normal con defectos fatales de nacimiento en un ciento por ciento. Por lo general, los zorros del artico tienen grandes camadas de 10 a 15 cachorros. Esta pareja de zorros tenia de tres a cinco cachorros. Algunos nacian muertos; otros nacian vivos pero hidrocefalicos; otros nacian sin ojos y otros con hernias diafragmaticas. En la ultima camada nacieron cuatro cachorros con paletas hendidas. El bidlogo consideraba que los padres provenian de grupos genéti- camente incompatibles y que la unica forma de resolver el problema era organizar una expedici6n al artico con el fin de capturar zorros salvajes y asegurar que hubiera mayor diversidad genética en la po- 16 blacién del zoolégico. Después de escuchar mas 6 menos durante una hora las teorias del bidlogo, sabia que el problema de los zorros era una deficiencia nu- tricional mas que un problema genético. De manera ingenua dije: “Tienen suerte de que éste no sea un problema genético”. Me mi- raron como si los hubiera golpeado en la cara con un pescado des- compuesto, y respondieron: “;Cémo lo sabe? Acaba de reconocer que usted no es un experto en genética y también es nuevo aqui”. Mi respuesta fue: “Si hubiera un problema genético, los defectos de nacimiento en los cachorros de cada camada serian los mismos to- dos los afios. En este caso cada camada tiene defectos de nacimiento diferentes”. Era obvio que el problema tenia que ver con deficiencia nutricional en la etapa temprana de embarazo de la madre, defectos de nacimiento, congénitos, no genéticos. Por supuesto, sonrieron y dijeron: “Es la cosa mas absurda que jamds hayamos escuchado”. Mi siguiente comentario consistié en solicitar que se transfiriera una pareja de zorros al hospital del zoolégico para observacién. Después de todo, ellos no querrian que esta especie genéticamente defectuosa fuera exhibida, {0 si? Fueron transferidos. Al investigar la dieta de los zorros, me enteré de que la dieta basica durante los ultimos cinco afios consistia en corazon de caballo moli- do y “esparcido” con vitaminas y minerales en polvo a discrecion del guardian. La cantidad de vitaminas y minerales que se administraba a los zorros variaba considerablemente. Algunas veces recibian de- masiadas. Otras veces no consumian lo suficiente, todo dependiendo de cual era el equipo de futbol preferido por el guardian y si habia tenido un buen dia 6 no. Fuia la tienda de abarrotes, compré comida para perros semi-hume- da Gaines Burgers y comencé a alimentar a los zorros. Cuatro meses después, tuvieron una camada normal de 11 cachorros. En un afio, realicé un cruce endogamico de la madre con un hijo, del padre con sus hijas y de los hermanos con las hermanas. Si existia un defecto genético, este cruce endogdmico serviria para descubrirlo. Todas las demas camadas fueron normales y tuvieron entre 10 y 15 cachorros. 77 Hubo tantos zorros del artico como resultado de este cruce, que los curadores del zoolégico crearon una exhibicién especial para ellos con el fin de mostrar las fases del color pero me pidieron que no realizara el mismo experimento con elefantes. Segui trabajando en el libro. Si no existian valores normales de la sangre para el ibice siberiano, un tipo de cabra salvaje, haria parte del equipo de curadores para cazar una manada de 21 en el zooldgi- co. Utilizando las destrezas que habia aprendido con los carneros de raza Angus y Hereford, los capturé uno a uno con mi lazo. Después los pesaron, identificaron y marcaron para los curadores, y toma- ron muestras de sangre para mi base de datos. Un articulo fue el resultado de esta experiencia. Los datos fueron utilizados en el li- bro. El zoolégico recibié felicitaciones por este estudio original que ayudaria a que todos los zoolégicos mantuvieran al ibice, y yo con- segui los datos basicos para el libro. Repeti esta experiencia con las ovejas Dahl, las jabalinas, los monos de todos los tipos, osos, can- guros, faisanes, loros, avestruces, culebras, tortugas y peces. Sentia como si fuera el veterinario del arca de Noé. Segui realizando autopsias; el mismo patrén de enfermedades nu- tricionales que habia encontrado en el zoolégico de San Luis tam- bién se presenté el zoolégico de Brookfield. Todos los animales que morian de causas naturales, morian por una enfermedad de deficien- cia nutricional. Por ejemplo, los cdlculos en el rifion de las tortugas y las iguanas era un problema generalizado. Las dietas estandar de las tortugas y las iguanas en cautiverio se basaban en frutas, huevos, carne cruda y lechuga con pocos minerales 6 sin ellos, con seguridad sin calcio. ,De dénde provenia el calcio que habia en los calculos de rifién de la tortuga y las iguanas? Provenia de los huesos de las igua- nas asi como de los huesos y los caparazones de las tortugas cuando tenian osteoporosis. El hecho de que los calculos del rifién se pro- dujeran por la falta de calcio en la dieta era algo muy bien conocido en-los animales domésticos, asi que era facil encontrar referencias adecuadas a este respecto en un articulo de revista 6 en un libro. En esta oportunidad, me sentia a mis anchas. Rara vez. observaba una nueva enfermedad, pero en cambio veian muchas enfermedades 78 comunes en diferentes especies de animales. Eran comunes las de- ficiencias de selenio, calcio, cobre, zinc, magnesio y yodo. Las de- ficiencias de vitaminas y proteinas eran menos comunes. Los sinto- mas clinicos y las sefiales microscépicas de la autopsia, asi como las huellas bioquimicas de culebras, peces, lagartos, avestruces, yaks, leones, loros, ibice, ovejas Dahl, llamas, delfines y humanos eran idénticos. La generalidad y el valor de cualquier teoria dependen del namero y la precisién de los hechos que uno retina para llegar a las con- clusiones. Darwin, el naturalista, lleg6 a sus teorias controversiales sobre la evolucién y la seleccién natural cuando realizaba un viaje continuo y sin antecedentes por todo el mundo, pasando de islas a continentes en el H.M.S. Beagle. Nadie antes que él habia observa- do personalmente la corriente contigua de hechos necesarios para obtener el concepto de seleccién natural. Antes que yo realizara los estudios de patologia y nutricién de animales exoticos salvajes y en cautiverio, nadie con entrenamiento en patologia comparada y en medicina comparada habia estudiado las enfermedades degener- ativas en tantas especies diferentes de animales de todo el mundo y habia comparado los resultados con informacion sobre enferme- dades en los seres humanos con el tinico objetivo de encontrar nexos comunes utiles. Encontré los nexos y los relacioné para lograr Ile- gar a la verdad: todos los animales y todos los seres humanos que mueren de causas naturales, mueren por enfermedades de deficien- cia nutricional. La profesién médica no acepté esta verdad porque no tenian 7.5 millones de délares en instruccién como la que yo habia podido recibir. No eran estipidos, y yo no era ms listo que ellos. Sin embargo, ellos ignoraban todos los hechos y por lo tanto eran incapaces, por lo general, de reconocer la verdad. 79 9 LA GRAN FUGA DE LOS Osos -E el espectaculo del Panorama de los Siete Mares del zooldgi- ‘co de Brookfield se presentaban delfines con nariz de botella, morsas, focas, leones marinos, pingitinos y docenas de especies de peces ¢ invertebrados. El cuidado clinico de estos animales marinos también era parte de mi responsabilidad. Todos los dias dedicaba una hora a revisar los animales para asegurarme de que tuvieran una salud 6ptima para participar en el espectaculo cotidiano. Inspeccio- naba los peces, los calamares y los mejillones que servian de ali- mento a estos animales. Para examinar los delfines habia que pasar tiempo con ellos en el agua, lo que a su vez requeria aprender a utilizar el equipo de buceo. Las insignias que habia obtenido en natacién y salvavidas cuando obtuve el rango de explorador 4guila me habian ensefiado a nadar muy bien y a funcionar de manera eficiente en el agua. Tres dias a la semana tomaba mi equipo y nadaba en el tanque gigantesco de agua salada de 250,000 galones con los cinco delfines. El tiempo que pasaba con los delfines me permitia observar sus habitos de ali- mentacién y podia tomar el pulso, la temperatura y la respiracién de manera continua. También tenia la oportunidad de hacer ejercicio y de romper con la rutina diaria de las rondas clinicas y la intensidad del laboratorio de patologia y las autopsias. Cada delfin tenia su propia personalidad. Algunos eran distantes y s6lo me permitian colgarme de ellos si asi se los ordenaba el en- trenador. La mayoria disfrutaba del contacto humano y me rozaban como cuando un gato esta llamando la atencién; la diversion comen- zaba cuando me subia en su aleta dorsal y me llevaban a toda ve- locidad. Sin embargo, la diversién duraba poco y debia regresar al trabajo a recolectar las muestras de sangre para realizar las pruebas 81 de rutina y buscar pardsitos. Las inspecciones de la piel también eran importantes para detectar pardsitos, hongos 6 problemas bac- terianos. Las enfermedades por deficiencias se presentaban incluso en los juguetones delfines (y en las ballenas), aunque podrian sufrir de artritis, osteoporosis y calculos en el rifién, especialmente si se alimentaban solamente de los calamares de cuerpo blando. Un delfin de agua dulce que estaba en exhibicién en el Shedd Aquarium murié. Debido a mi experiencia con delfines marinos en el zoolégico de Brookfield, me llamaron para que realizara la autop- sia con el fin de tener suficiente informacion para salvar a los demas delfines de agua dulce en exhibicién. Los sobrevivientes no tenian un buen aspecto en ese momento por una buena razon. La autopsia indicaba falla cardiaca congestiva. El higado, los rifiones y los pul- mones no tenian signos de enfermedad organica. Sin embargo, el examen microscépico de los nervios periféricos revelé un proceso demielinético, caracteristico del beriberi, una deficiencia relaciona- da con la tiamina 6 vitamina B-1. La dieta de los delfines constaba exclusivamente de peces eperlanos 6 capellanes — de agua dulce — congelados. El tejido muscular de estos peces contiene una cantidad importante de enzima tiamina- sa. También recibieron 100 mg adicionales diariamente de tiamina, ademas del suplemento de vitaminas y minerales. Afortunadamente, los demas delfines respondieron bien al tratamiento, e inmediata- mente finalizé la crisis en el acuario. Sin embargo, algunas emergencias en los zooldégicos tienen mas trascendencia. Eran las siete de la mafiana del jueves, 17 de julio de 1970, cuando recibi una llamada urgente: “Es el guardia de se- guridad del zoolégico, tenemos una emergencia: los fosos de los osos estan inundados”. El guardia colgé antes de decirme en qué consistia la emergencia, pero supe enseguida que era algo serio. Por su voz deduje que se encontraba bajo mucha presién. Todos mis esfuerzos por Ilamarlo fueron inttiles; las lineas estaban ocupadas. Con pereza, me vesti con un par de pantalones y una camisa de trabajo pensando en que el clima estaria h’medo. Después tomé mi 82 pistola calibre 12 y media caja de balas numero 6 para aves-y sali hacia el zoolégico. Detuve mi automévil al frente de la calle antes de darme cuenta de que estaba inundada. Habia escuchado acerca de la tormenta de la noche anterior, pero los truenos no me habia hecho despertar. Ahora comprendia que la tormenta pudo haber causado un desastre en los fosos de los osos. En la parte mas baja del zooldgico, las grutas de los osos constan de cinco guaridas exteriores separados de Este a Oeste, donde se encuentran — en cada una— 10 osos negros, cuatro osos polares, tres osos polares, dos osos grises y tres osos de anteojos. Cada uno de los compartimientos esta separado del publi- co por un foso que tiene un ancho de 20 pies y una profundidad de 12 pies y finalmente por una cerca de acero de cuatro pies de altura. El zoologico generaba ingresos mediante la venta de bolsas plasti- cas con malvaviscos, con los cuales podian alimentarse los osos. Los osos tenian fama porque aplaudian como los humanos para hac- er que el publico les tirara los malvaviscos con dulce. Se limpiaba el lugar y se retiraban las bolsas plasticas vacias que se acumulaban a la maiiana siguiente. Pero antes de que se pudieran retirar las bolsas plasticas esa mafiana, habian Ilegado las lluvias. Generalmente los fosos se mantenian secos gracias a un drenaje en el suelo de seis pulgadas. La tormenta produjo cinco pulgadas de Iluvia en apenas algunas horas. Todas las bolsas plasticas del dia habian ido a parar a los fosos y habian atascado el drenaje. Inmediatamente, los fosos empezaron a Ilenarse con millones de ga- lones de agua. Tardé 15 minutos en llegar al zoolégico aunque sélo vivia a cinco cuadras del lugar. Cinco pulgadas de Iluvia y 90 minutos habian inundado las calles. Muchas personas que madrugaban habian que- dado atrapadas en sus automéviles detenidos. En el zoolégico, las Ppuertas de ingreso estaban cerradas y todos los empleados del prim- er turno todavia estaban afuera en el perimetro de la cerca. El guar- dia no me reconocié sin afeitar y no me queria dejar entrar porque: “Los osos polares se escaparon”. Me devolvi a mi vehiculo y le dije al guardia a través de la ventana que si queria que los osos regresa- ran a los fosos me dejara ingresar al zoolégico. 83 Relajado al observar mi sonrisa, me dijo que los osos habian es- tado en libertad durante varias horas. Debido a que el teléfono no funcionaba, solamente pudo Ilamarme a las siete de la mafiana. A nadie mas se le permitio ingresar al zoolégico hasta que yo tuviera la oportunidad de evaluar por completo la situacién. Liegué al hospital del zoolégico y noté que ya habia llegado uno de los directores asociados. Obviamente se encontraba bajo estrés, tenia los ojos desorbitados y la piel de color rojo. Al verme, ex- clamé: “Tranquilice a los osos y devuélvalos a los fosos”. En un comienzo empecé a seguir las instrucciones; preparé tres dardos tranquilizadores completamente cargados, tomé dos armas de dar- dos, dos sogas y otra arma con municiones. Dewey Garvey, el guar- dia de los osos, Ilegé hasta el hospital del zoolégico en un camién con un montén de pescados con la esperanza de que pudiera engafiar a los osos y regresaran a los fosos por el olor al pescado. El viaje hacia las grutas estuvo extrafiamente tranquilo. Dewey y yo estabamos tratando de ubicar a través de la neblina matutina en dénde estaban los osos que se habian escapado. Lo primero que vi en las cuevas fue un oso polar que estaba parado en sus patas tras- eras. Se encontraba en la zona del publico con las dos patas delan- teras en un puesto de refrescos que tenia las ventanas rotas. El gran oso blanco tenia la seria intencién de llegar hasta los conos de he- lado con sabor a fresa y a los galones plasticos que contenian los dulces sabores; ya habia logrado comer conos y se acercaba al de- licioso dulce almibar. Antes que nosotros llegdramos, el oso habia empujado la caja registradora, la cual estaba flotando con los demas desechos. Pasando mas alla de las gratas, resultaba claro que todos los osos po- lares habian sido capaces de salir de sus cubiles inundados. Ubica- mos a un:segundo oso polar sentado enfrente del zoolégico infantil jugando delicadamente con botellas de helio que se utilizaban para inflar globos. Estaba ocupado y entretenido con los ruidos que pro- ducia al golpear una botella contra la otra. Otros dos osos polares es- taban nadando en las gaitas orientales con los osos grises. Otro oso polar estaba junto a los demas diez osos negros. Los restantes dos 84 osos polares estaban nadando de un lado para otro en la parte mas profunda del espacio publico inundado, con sus vientres hacia arriba y utilizando sus patas delanteras para mover los desechos que esta- ban delante de ellos, en un movimiento similar al que realizan los nifios cuando juegan en la bafiera. La vista era fascinante y por un instante s6lo apreciamos lo jocoso de la escena. Después me llegé a la mente el peso real de la situaci6n. Los osos polares son especies raras y en peligro. Cada uno de ellos tiene un valor de miles de délares. Los osos polares no le temen al hombre y estén entre los carnivoros mds grandes de la tierra. Su pelaje blanco, su cabeza ancha, con nariz romana prominente hacen que sean una de las atracciones més interesantes del zoolégico. Por curiosidad 6 simplemente porque desean probar los malvaviscos, estos Osos se acercan facilmente a cualquier humano. No podia ar- riesgar que alguien fuera atacado 6 que muriera en las garras de uno de estos osos. Por otra parte, las grutas de los osos polares todavia estaban inunda- das con el agua que alcanzaba una altura superior a los cuatro pies de la barrera del publico y en el centro los fosos tenian una profun- didad de mas de 20 pies. Los tranquilizantes no eran una respuesta en esta situacién, ya- que los osos inmovilizados podrian quedar vul- nerables en las aguas profundas. Mi experiencia en Africa me habia ensefiado que los animales que han sido drogados y que estan cerca de rios 6 de fuentes de agua generalmente caian de cabeza en el agua y se ahogaban. Después de algunos momentos de discusién interna, decidi que lo mejor era tranquilizar a los osos polares, y mas bien pensar que si se encontraban en un territorio desconocido y se veian intimidados, y tenian la oportunidad de escoger, preferirian regresar a.casa. Le di instrucciones a Dewey para que se ubicara con el mont6én de pescados a la entrada de las grutas de los osos con la esperanza de capturarlos alli dandoles el pescado como carnada. El director aso- ciado habia hecho encerrar la parte posterior de los fosos y habia colocado su automédvil en el extremo oriente de las grutas, haciendo sonar su bocina para evitar que los osos escaparan de los predios 85 del zoolégico. Yo comencé a conducir la camioneta de un lado para otro en el espacio publico del area de los fosos y haciendo ruido con el motor logré hacer que los osos ingresaran a alguno de los fosos. Dos de ellos estaban con los osos grises, uno con los osos negros y los otros cuatro osos polares estaban nadando de un lugar para otro entre las dos grutas de los osos polares. Dewey golpeé la parte pos- terior de la pared de los fosos con la esperanza de llamar la atencién de los osos para que ingresaran de nuevo a sus guaridas y alli poder encerrarlos. Los osos estaban teniendo una aventura maravillosa. En este momento ya habian comido suficiente helado asi que ,por qué no ir a casa? Después Dewey intentd lanzar los pescados a los osos. Como esta- ban de buen genio, los osos capturaban los pescados y los arroja- ban a los fosos inundados y después se sumergian para capturarlos. Habiendo ubicado la camioneta en el sector occidental del area del publico, la abandone alli pero dejé encendido el motor para que sir- viera de obstaculo en cuanto fuera posible. Tomé la pistola e ingresé a una profundidad donde el agua me llegaba hasta la cintura. Estaba rodeado por malvaviscos flotantes, bolsas de plastico, hojas, papel y botes de basura vacios. Un oso polar tenia la intencién de nadar hacia mi. Cuando llegé a unos diez pies de distancia le dispare una carga No. 6 mas 6 menos a dos pies de distancia de la nariz. Para mi alivio, mi suposicién habia sido cierta y el oso gird-como un delfin y rapidamente nado de regreso a la gruta segura y conocida. Este Proceso se repitid muchas veces cada vez que los osos intentaban aprovechar la libertad recientemente encontrada. A eso de las ocho de la mafiana, Wally Buegel, el capitan de la pa- trulla de seguridad del zoolégico, y Pete Price, el jefe del depar- tamento de mantenimiento, habian Ilegado con sus hombres y el equipo. Una bomba de agua que funcionaba con gasolina se instalé y comenz6 el proceso de vaciar millones de galones de agua del foso a.una lenta velocidad de 380 galones por hora. Mientras los hombres estaban ocupados con la bomba, los osos hacian varias excursiones hasta la cerca, nadaban con curiosidad hasta ver la ruidosa bomba de agua. Cada vez que los osos avanzaban, los hombres regresaban a sus camionetas. Yo me ubiqué entre los hombres y los osos, y cada 86 vez que los osos se acercaban, podia hacer que retrocedieran dis- parando en el agua al frente de ellos. Cuando traté de disparar, el gatillo no sond, lo que indicaba que la camara estaba vacia y el oso seguia avanzando. Los hombres se dispersaron mientras yo intentaba colocar mds municiones en la c4mara, pero ya no tenia mds. Milagrosamente, el oso se habia condicionado rapidamente a esperar un ruido después de escuchar el mecanismo de cargado de alarma. Cuando escuché el sonido, el oso rapidamente dio la vuelta y escapé para no escuchar la explosién y nad6 hacia la gruta con el rabo entre las piernas. A pesar de las bombas adicionales, el rea de las grutas seguia inun- dadas. No estébamos avanzando en la evacuacién del agua. Desa- fortunadamente, los osos ya se habian mezclado con los demas y si, su temperamento empezaba a ser evidente. Tal vez estaban discutiendo gracias al consumo de aziicar que habian tenido la oportunidad de disfrutar. Una vez mas, Dewey y yo nos habiamos colocado entre los bomberos y los osos para mantener a los animales a raya. Después de haber bombeado 45,000 galones de agua del foso mas grande de los osos polares, el nivel de agua apenas habia bajado tres pies. Al menos habia Ilegado el guardian de los osos y habia sido capaz de cerrar el cubil de los osos grises ante la sorpresa del oso polar. Los demas osos polares, con la curiosidad de encontrar a sus compafieros, nadaron fuera del foso hacia el 4rea del piblico que ya estaba seca y regresaron hacia su foso. Con el arma en la mano, caminé paralelamente con los osos mantenién- dolos entre los fosos y yo mismo. Los osos simplemente treparon por la cerca del publico voluntariamente y empezaron a nadar boca arriba en el foso inundado. El problema de la inundacién continuaba. Me puse mi equipo de buceo y me lancé al foso inundado. La visibilidad era nula y los residuos de la inundacién hacfa dificil encontrar el drenaje. A tientas en el fondo del foso, finalmente pude destapar el drenaje y al retirar las bolsas, logrando que el agua pudiera correr libremente. Tuvimos que repetir el proceso muchas veces porque el drenaje se tapaba constantemente con nuevos desechos, pero pronto el agua habia de- 87 saparecido. Aunque los osos de los diferentes grupos no eran de la misma especie, no nos preocupaba, ya que posteriormente podria- mos transferirlos segin lo deseabamos. El objetivo fundamental de regresar los osos a un cubil seguro se habia logrado sin que nadie ni ningun oso fueran heridos ni muertos. En este momento los visitantes ya pueden ingresar al zoolégico. Yo sonreia cuando escuchaba el comentario de una persona que no es- taba impresionado con la exhibicién de los osos. “Qué aburrido. Los osos polares parecen tan perezosos”. 88 10 LAS GOLOSINAS Y LAS DEFICINCIAS MINERALES SZ trabajando en “el libro”. Tomé un descanso de mi trabajo en el zoolégico de Brookfield y pasé tres semanas aislado en Ha- wai organizando los datos que habia acumulado durante cuatro afios para escribir el libro. Finalmente, el trabajo estaba tomando forma. En ese momento, ya tenia practicamente hechos todos los capitulos excepto dos. Lo que no sabia por experiencia personal, lo encon- traba buscando en articulos publicados en revistas de veterinaria, vida salvaje, en los registros de los zoolégicos y en las revistas de animales de laboratorio. Los dos autores del proyecto del libro que se habian retirado estaban a cargo de los capitulos de aves de jaula y reptiles. Uno de ellos estaba a cargo del capitulo sobre aves de jaula. Sus compromisos privados en Nueva York no le permitieron seguir adelante con el articulo. El otro autor era un veterinario y médico que habia ensefiado salud publica en la Escuela de Medicina de Harvard. Era reconocido en el campo de los animales exoticos porque en alguna oportunidad habia escrito un articulo acerca de las infecciones de amibas en el dragén de Komodo. No se trataba exactamente de la diarrea del dragon de Komodo, pero mds 6 menos ése era el tema. Como era extremadamente arrogante, deseaba que le pagaran la mitad de las regalias de todo el libro por “prestar su nombre al proyecto”, aunque solamente estaba colaborando con un articulo. Cuando amenazé con dejar el proyecto si no se hacia lo que él queria, Carroll Cann, la editora del proyecto de W.B. Saunders, le dijo que podia hacer lo que quisiera. El contrato que él habia fir- mado solamente le daba derecho a las regalias correspondientes al porcentaje del trabajo que él realizara. Por supuesto, al poco tiempo terminé escribiendo los capitulos sobre reptiles y aves de jaula, y rapidamente me encontré preocupado con este nuevo proyecto. 89 Después de estar cuatro afios alejado del zoolégico de Brookfield, me encontré trabajando en el Centro Regional de Investigacién de Primates de Yerkes, en Atlanta, Georgia. Este centro era administra- do por la Universidad Emory y recibia fondos de diferentes orga- nizaciones, incluyendo el Instituto Nacional de la Salud (INS) y la NASA. El centro estaba ubicado al frente del edificio de los Centros para el Control de Enfermedades, el trabajo sofiado de cualquier patdlogo comparado. Los investigadores con quienes trabajé utilizaban monos del nuevo mundo y del viejo mundo, chimpancés, gorilas y orangutanes en sus estudios de nutricién, farmacologia, colonia de cria y estudios de comportamiento. Algunas veces los animales eran sacrificados al finalizar el estudio; otras veces morian debido a los efectos de las drogas 6 deficiencias nutricionales morian por causas naturales. Mi trabajo consistia en ayudar a que los investigadores supieran todo lo que se pudiera acerca de los primates, sus dietas y — si era necesario — su muerte. Se estudié con detenimiento cuales eran las deficien- cias nutricionales de los monos, los grandes simios y los humanos. La dieta basica de los primates del centro de investigaciOn consistia en “galletas para monos” que se conseguian comercialmente. Estas galletas contenian todas las vitaminas, los minerales, los minerales vestigiales, los aminodcidos y los dcidos grasos esenciales que se sabia eran requeridos por los monos y los simios. Esta informacion se habia obtenido a partir de literalmente miles de estudios sobre nutricion basica‘en monos y en grandes simios. Estas galletas eran complementadas con repollo, citricos, bananas, alfalfa, espinaca, carne molida, cebollas cabezonas, remolachas, nueces, zanahorias, huevos, y rollos de avena para que estuvieran ocupados masticando. A estos alimentos adicionales se les esparcia agua salada 6 se colo- caba un bloque de sal con minerales vestigiales en el exterior de la jaula para que pudiera ser lamido. Se realizaron estudios nutricionales para crear dietas especiales con tabletas que tenian uno 6 mas nutrientes faltantes cuando se deter- minaban los sintomas y las enfermedades resultantes. En un comien- zo, en los zoolégicos y los laboratorios de primates se presentaban 90 cominmente problemas de huesos como la osteomalacia en los primates bebés y osteoporosis en los primates adultos, por cuanto sus dietas consistian casi exclusivamente en vegetales y frutas con muy pocos minerales 6 sin ellos. Con la llegada de las galletas para monos se eliminé en gran medida el problema en los zooldgicos modernos y en las colonias de primates, salvo que las deficiencias nutricionales fueran producidas con el fin de ser estudiadas. Habia hasta 10 casos de patologia diariamente en el centro de in- vestigacién. Buscébamos virus, bacterias, pardsitos, enfermedades degenerativas, deficiencias nutricionales y complicaciones de in- tervenciones quirirgicas y estudios de drogas. Se realizaban di- apositivas microscépicas de todos los. tejidos y érganos; se hacia el andlisis quimico de la sangre, la orina, el liquido medular y se tomaban muestras de los cultivos virales y bacterianos. El objetivo fundamental era encontrar y desarrollar un modelo animal para el estudio de algunas enfermedades en los humanos con la esperanza de producir un programa de prevencién 6 una cura. La verdadera ventaja de la posicién del centro investigacién era que estaba cerca de las instalaciones del centro para el control de enfermedades y de sus programas de estudios de patologia semanales sobre enferme- dades humanas. Los expertos mundiales sobre estas enfermedades estudiaban los casos desconocidos a través de sus historias, diapos- itivas microscépicas y algunas veces los resultados de laboratorio. En muchos casos las diapositivas se realizaban con tintes estandar y teniamos una semana para averiguar cual era la enfermedad. En las exposiciones, los participantes, incluyéndome, jugdbamos a “poner el nombre a la enfermedad”. Los expositores utilizaban una revision de la historia clinica, los resultados de patologia y tintes especiales sobre las diapositivas microscépicas para revelar la iden- tificacién de la misteriosa enfermedad. Era una gran oportunidad para avanzar mis estudios sobre la enfermedad humana y la técnica de diagnosticarlas. Aquellos que habian realizado los diagnésticos adecuados se emocionaban, hacfan el signo de la victoria y decian: “Lo sabia, lo sabia”. El resto podia decir: “Yo iba a decir eso pero cambié de opinin” 6 “ me desconcerté desde el comienzo”. Lo que este ejercicio lograba para cada uno de nosotros era, por supuesto, 91 mejorar las destrezas personales de tal manera que sin importar el entusiasmo 6 el desencanto, todos saliéramos ganando al finalizar el dia. Este reto semanal siguié durante varios afios. En cada uno de el- los, mis destrezas de deduccidn se fueron afinando cada vez mas. La verdad aparecia con mayor claridad. Elemental mi querido Watson: cuando un animal 6 un ser humano muere por causas naturales, mueren por una enfermedad de deficiencias nutricionales. Para mi los casos de primates humanos mas interesantes eran aquel- los que estaban relacionados con deficiencias nutricionales. A pesar de mi interés, la época dorada de los proyectos de investigacién, criticos y detallados acerca de lo esencial de varios minerales en la nutricién animal se presentaron entre 1920 y 1978. Cualquier otro elemento de curiosidad acerca de las deficiencias minerales en la patologia humana recibié un golpe certero con el descubrimiento de la penicilina en 1938 y otro golpe sdlido cuando se aislé la cortisona en 1942. El golpe de gracia provino de la comunidad médica en la década de los afios 80 cuando existia un gran interés por patentar la ingenieria genética con el fin de tratar cualquier cosa, desde una flat- ulencia hasta el cancer. Si bien los estudios basicos de la nutricion se han considerado como de segunda importancia en la ciencia del si- glo veintiuno, las necesidades minerales basicas incuestionables de nuestro cuerpo humano piden a gritos que se les preste atencion en los consultorios de los médicos, en los hospitales y en las morgues. La obesidad y los problemas de sobrepeso son sinénimo de estadoun- idenses. Eso de mordisquear mientras vamos camino a la casa, sin motivo aparente, preocupa y da paso a otras teorias. La ansiedad es la busqueda, el deseo de querer lamer 6 mascar que se produce por la falta de minerales. Ninguna deficiencia de vitamina conoci- da, ni proteina 6 caloria produce este comportamiento. Tampoco un complemento dietético con vitaminas 6 con azicares, carbohidratos, grasa 6 proteina puede eliminarlo. El reflejo de la mordida es el nombre que se le da a una forma particular de pica 6 ansiedad en los animales domésticos. Este se presenta cuando los animales mas- can sobre una caja de alimentos de madera, la cerca 6 la puerta del granero. Un buen granjero sabe que cuando un caballo presenta este comportamiento, el animal realmente esta pidiendo minerales. El 92 granero complementa la dieta de estos animales con minerales para salvar la vida del animal, ahorrar dinero en los costos del veterinario y no tener que reconstruir la cerca, ya que un animal con deficiencia de minerales literalmente se comerd la cerca buscando minerales. Los minerales esenciales nunca se presentan en una capa uniforme alrededor de la corteza de la tierra: se presenta en vetas como el he- lado recubierto de chocolate. Cualesquiera que hayan sido los mine- rales esenciales que se encontraban en la corteza de la tierra, se han agotado. No sorprende si la pica, el reflejo de mordida y el deseo de los humanos por lo que se conocen como “golosinas”, predominen en Estados Unidos. “El apetito por lo salado” 6 las “golosinas” es muy destacado tanto en los animales como en los humanos embaraz- ados. Nuestra biisqueda de “golosinas” es una plaga que nos indica que Estados Unidos en su totalidad carece actualmente de minera- les, los dietistas, atletas, vegetarianos, carnivoros, embriones, fetos, nifios, adolescentes, adultos jévenes, adultos y los viejos, todos por igual muestran sintomas de necesidad afanosa de minerales que se presenta fundamentalmente en las madres embarazadas. Desde la antigiiedad, la descripcién de reflejo de mordida y de la pica en los humanos se relaciona de manera mas notable con las mujeres en embarazo. La madre del rey hawaiano Kamehaneha, la reina Kekuiapoiwa, tenia debilidad por los glébulos oculares. Aun- que especificamente ella queria los ojos de los jefes, simplemente le dieron ojos de tiburén salados. La industria de los pasabocas 6 botanas y de la comida répida estan conscientes de esta relacién existente en entre la pica, el reflejo de mordida y las ansias, el deseo por algo dulce 6 salado, y lo. utilizan para su beneficio al saltear 6 endulzar a propésito sus productos. Desafortunadamente para los humanos, nuestros cuerpos interpretan temporalmente la toma de aziacar como la realizacién del deseo de tener minerales esenciales. Hist6ricamente, el consumo de sal para satisfacer el comportamien- to de pica se debia a que la sal no estaba procesada y la mayor parte de las veces contenia pequefias cantidades de minerales vestigiales y de tierras raras. En la actualidad, contrario a la creencia popular, la sal no causa por 93 si misma dafio. Lo que si se presenta es el problema de permitir que nuestros cuerpos perciban que estamos recibiendo suficientes mine- rales cuando comemos sal. Especialmente el equivalente mineral de “las dietas sin calorias”. De la misma manera que la harina blanca procesada ni el azicar satisface el hambre al mismo tiempo que no suministran proteinas, acidos grasos esenciales ni vitaminas, la sal procesada confunde al cuerpo haciéndole creer que esta consumi- endo los minerales adecuados. Los granjeros y quienes se encargan del cuidado de las aves de corral utilizan el deseo de alimentos de sal para asegurar el consumo de minerales vestigiales en el ganado al incorporar estos minerales en los bloques de sal que contienen un minimo de 85% de cloruro de sodio, cualquier porcentaje inferior al 85% de-cloruro de sodio en el bloque de sal no sera tenido en cuenta por los animales incluso si tienen deficiencias minerales serias. A es- tos animales nunca se les sube la presién arterial, aunque consumen toda la sal que desean. Para ellos, la toma adecuada de sal garantiza que se ingieren los minerales adecuados. La mayoria de los médicos hacen creer que se necesita muy poca sal 6 nada en absoluto. Deben pensar que el publico general es mas tonto que las vacas, pues el primer articulo alimenticio que un buen granjero coloca frente a su ganado es un bloque de sal. Al mismo tiempo, la industria multimillonaria de los pasabocas esta muy con- sciente de la necesidad y el deseo que tiene usted de consumir sal y otras minerales. Incluso la USDA afirma que 95% de todos los estadounidenses de todas las edades, infantes, adolescentes, adultos y viejos tienen deficiencias de minerales. En julio de 1993, miles de personas en la regidén del medio oeste y en la costa este de los Estados Unidos se estaba desmayando duran- te una ola de calor insoportable que llegé por encima de los 110°F. Unas 733 personas, murieron en esta ola de calor. Los efectos de una ola de calor sobre la poblacion fueron tan drasticos que el nimero de decesos aparecié en los titulares de los periddicos como si se tratara de soldados estadounidenses en una guerra. Al parecer, nadie sabia qué hacer. El médico encargado de salud del estado de Pennsylvania dijo: “No sabemos por qué tantas personas han sido afectadas por el calor; la mitad de las personas que murieron y fueron hospitalizadas 94

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