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El peligro de los patos negros

Santiago BilinkisPARA LA NACION


22 de abril de 2018

Crédito: Alma Larocca

Durante cientos de años en el mundo anglosajón se usó la


expresión cisne negro como metáfora de cualquier cosa
inexistente. Esto fue así hasta que en 1770 el Capitán James Cook
llegó por primera vez a Australia y se encontró con que allí los
cisnes negros abundaban. El famoso explorador llevó un par de
ejemplares de regreso a Inglaterra y forzó a redefinir el sentido de
la frase. Desde ese momento, un cisne negro no simboliza algo
inexistente, sino a una cosa extremadamente rara.
Diez años atrás, el notable académico y ensayista libanés Nassim
Taleb recuperó del olvido esta expresión, y en su libro, del mismo
nombre, popularizó el concepto de cisne negro para referirse a
fenómenos con muy baja probabilidad de ocurrir pero de un
enorme impacto si suceden. De acuerdo a Taleb, la tendencia
humana a ignorar los escenarios muy improbables hace que los
cisnes negros nos tomen siempre por sorpresa y mal preparados
para sus devastadores efectos.

Sin embargo, en mi actividad como divulgador científico y


tecnológico me encuentro constantemente con un fenómeno
distinto, mucho más generalizado y peligroso que el descripto por
Taleb. ¡Quiero presentarles hoy al pato negro!

Desde mi libro Pasaje al futuro, mi columna de radio en Basta de


todo y este espacio hace años me dedico a intentar concientizar a
personas y organizaciones sobre el profundo impacto que la
tecnología tendrá en todos los planos de nuestra vida en los
próximos años. No estoy solo en esta cruzada. Tomemos como
ejemplo el impacto que la inteligencia artificial y otros avances
tendrán sobre el mundo del empleo, la próxima desaparición de
muchos de los trabajos actuales y la incertidumbre respecto de las
nuevas profesiones por surgir. Seguro en el último tiempo leyeron
o escucharon reiteradamente sobre esto. Más allá de mis
columnas y notas en el cuerpo principal de este diario, el tema fue
tapa de las más prestigiosas publicaciones del mundo como The
Economist o Time Magazine, fue objeto de un detallado reporte
por el Banco Mundial y se menciona con frecuencia en casi todos
lados.
Lo curioso es que, pese a la reiteración de advertencias y la
profundidad de la disrupción, la gran mayoría de las personas
continúa con su vida exactamente igual, sin prepararse de modo
alguno para este escenario. Y este es precisamente el pato negro:
un fenómeno de ocurrencia probable, relativamente cercano,
profusamente anunciado y para el cual, pese a ello, nadie se
prepara.

La razón para este aparente contrasentido es que existe un sesgo


cognitivo psicológico mucho más fuerte que "ignorar lo
improbable", como menciona Taleb. El verdadero villano no es
otro que la "resistencia al cambio", que nos hace ignorar siempre
que sea posible todo aquello que nos confronta con la necesidad
de cambiar. No importa cuán probable sea, si el problema no nos
golpeó todavía en la nariz elegimos mantener la guardia baja. Y,
para hacer las cosas peores, la repetición de advertencias nos va
insensibilizando hacia los temas, dándonos la impresión errada de
haber ya reaccionado y tomado cartas en el asunto.

"No hay peor sordo que el que no quiere oír", dice el popular
refrán, y es cierto que es difícil que un mensaje llegue al que se
rehúsa a recibirlo. Pero hay un tipo de sordo aún peor: el que no
acusa recibo de lo que oye y sin embargo está convencido de que
ya escuchó. Te invito a cuidarte de los patos negros y pensar:
¿cuáles son los cambios que afectarán tu vida, tu carrera o tu
organización y la resistencia al cambio te está impidiendo ver?

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