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g Indigenismo y Realismo Social ‘Madre campesina (1929), de Siqueitos; Dia de las lores (1925), de Ri alealde indio de Chincheros: Varays (1925), de Jost Sabogal (laminas 9.2, 3, 4}, estin dentro de la amplia corriente del indigeniano, que cobré gran in Portancia en los aflos veinte y treinta, en la estela de la Revolucién mexi- ama, y que se manifest6 en el eredescubrimiento» y revalorizacién de las cultura y tradiciones indigenas, El si como en la utilizaciGn de temas indios cen la literatura y las artes visuales, frecuentemente organizados en términos de protesta social, Sin embargo, estos tres pintores tienen acttudes diferentes ant el tema, actitudes que en parte, pero no totalmente, estin condicionadas por las Ii- neas politica sindigenistay, oficial y no oficial, en vigor en México y Pera respectivamente La Madre campesina de Siqueiros, si bien pinta a una mujer india con suhijo, no destaca ¢l fictor étnico, sino la condicion social de la madre como pobre y explotada. Dia de las lores, de Rivera, en cambio, es un canto solemne a Ja vida nativa-mestiza de la época, mientras que la obra de Sabo- fal, que representa al jefe de una aldea andina, subraya las conexiones con los gobernantes prehispinicos del Pert, los incas, por medio de la tradi- ional vara de mando con adomos de plata tipica del puesto que ocupa, y su actitud orgullosa e independiente. Dia de las lores, un tema que Rivera repitié en versiones posteriores, ¢s tuna repeticion de parte del fresco del Ministerio de Educacién (1923-24) Viernes Santo en Santa Anita Canal, con cl vendedor de azucenas ahora visto de frente, y la india de rodillas ante él en la misma postura de las repre= sentaciones en piedra de la deidad azteca Chalchihuitlicue!, Bs una de las imagenes més espectaculares con que Rivera expresé su fascinacién por la forma de vida india/mestiza,fascinaci6n que data de su primera visita ala region maya de Yucatin en 1921, y que se reforz6 con su visita a Tehuan- tepec al ao siguiente. Dia de las flores es de tonos oscuros, comparado con los colores mis de- licados de! mural, y es macizo més que pintoresco, con unas formas entre- lazadas, estructuradas con gran precisi6n y casi geométricas que recuerdan el cubismo arquitecténico de 1915-16, Esto subraya su caricter estitico y hierdtico, en oposicién a lo decorativo, El vendedor de flores inclina sus flores hacia las mujeres, como un 4rbol, pero también como una cruz, evo- ~_cando a la vez el shaman y el Cristo, Los rostros de las mujeres estin gene- "talizados y implificados, con perfiles gruesos, aunque el brazo que se cur- ya de Ja mujer de'la izquierda recuerda las figuras ncoclisicas de Picasso, En Vendedor de «zwenas(Kimina 95], la gran masa de azucenas casi oculta ‘la figura masculina que hay detris. Rivera posiblemente conociera algunos 195 Delle de Limins 910, ah EI Mus Vary Diego River ev soni 180119 edna de aac, 1943, b1e0 sobre 1m, Coleccin Jacques y Notsha Gelman INDIGENISMO Y REALISMO SOCIAL oetas aztecs, como I siguiente canci6n amor, gue ey también una metifora de la misma poest: ots son He venido a oftecene canciones, flores que te hagan volver la cabeza iAy! Otra clase de flores que tu corazin reconacerd Vine a traértelas, las Mev a tu cast sobre mis hombres, flores arancadas. Por ti ‘me doblo bajo su peso?. Sin duda, Rivera tenfa el sentido de la enorme antigiedad de la ima gen del florista en la tradicién mexicana, En México, el indigenismo, como euna actitud oficial de alabanz y fo mento de los valores nativoss, tom6 diversas formas: lo mas important Ja enseftanza en la escucla y la universidad de la historia y la literatura pre- colombina, la excavaci6n y restauracién de las principales ciudades preco- Jombinas, como Teotihuuacan 0 Chichén-le, y la fundacién del gran Mu- seo de Antropologia de la Ciudad de México en 1964, que sc ha conver: tido en un gran baluarte para cl mantenimiento del orgullo por la heren- cia nacional y la idea de que la nacién tiene unas rafces comunes en el pr sado indio. Tambien se ha reconocido que tanto la mayorfa mestiza como Jos grupos indios conscrvan muchas cosas de su origen indio en la vida diz ia, como la comida, la medicina, el ritual, la historia y el lenguaje Pero, como Ledn-Portilla decta en 1975, «desgraciadamente, la alabar- za oficial de la herencia india no siempre sc ha traducido en formas cohe- rentes de actuacién que hicieran realmente posible el desarrollo de bs” munidades nativas. Es realmente asombroso que s6lo se hayan dado unos ocos pasos eficaces para poner fin a los abusos de que, durante siglos los indios han sido las victimas principales», ‘Una gran influencia sobre este nucvo interés por los indios, su pando yy su larga historia de antes de la Conquista, proviene de Manuel Genie ‘cuyo Forjando patria (1916) mencionsbamos en el capitulo 7 al bee Jas ideas sobre la identidad nacional dentro del movimiento a = mio, como Franz Boas, rechaza la teorfa de razas superiotes y ras inh” res que habfa dominado la ciencia social americana para explict la pom tencia de esos dos grandes grupos sociales, espaol ¢ indies que it tuno al Iado del otro en el mismo territori; eel uno, numéricamens ferior, presenta una cvilizacion avanzada y efica; otro, numenion ‘mayor, muestra una civilizacin atraadav’, Gamo emprendi6 dos proyectos imporantes: un de la poblacién del Valle de Teotihuacan, y la excavaci de Ia gran ciudad precolombina de Teotihuacan, cuyo flores mienza en 6poca de Cristo. La resauracin de ls grandes PIS, Jorrelieves y esculturas de Teotihuacan pusieron en primer Pam 198, esumen eworee jon y resin Jorecimiento INDIGENISMO Y REALISMO SOCIAL izaciones de las conciencia piblica las grandes te: vunetas ivilizacioney corer, que ahora efan reclamadas como parte de Li sherencia mexicg rapt relevamento cenogrfic revelO que aprosimadamente ct seseney Forcignto dea pblacfn del alle era de hecho indo, ye resto, mesizo reg mayor’ Gamo culpaba de [a miseria y cl atraso en que vivian af posreza, a vaa dicta ya lta de educacion, yreclamaka wna eforma vinyelretorno a la propiedad comunal, Un noventa por ciento de a tera vttvable era propiedad de uma pequeisinna faccién de la poblaci6n (si. te propitarios absentists) Habla habido, sin lugar a dudas, una enorme UJeuadencia de ls civilizaciones indias, sistemticamente suprimidas por los tspanoles desde Ia Conquist, pero Gamio habla descubicrta que ls con- Gieiones habfan empcorado considerablemente a partir de a Independen- da, sobre todo durante las reformas de la déacla de 1850 y bajo Ia dict Gua de Porfirio Diaz’, Aunque reconocié la continuacién de ls sculturas hatase de Andhuac, solo reconocta un valor estético a sus productos, ree Comendando vivamente la produccién de artesanlas populates: tjidos, ce- rimica, trabajo en metales y lcados. La conclusién de Gamiio es que en su propio interés y en cl de Mexi- co, fos indios tenfan que ser asimilados por la nacién mexicana modema: «La extension e intensidad de las muestras de vida folel6rica en la gran mayorla de la poblacion demucstran clocuentemente el atraso cul- tural en que vegeta la poblacién. Esta vida arcaica, que se mucve entre cl antficio y la ilusion y la supersticion, es curiosa, atractiva y original Pero en todos scntidos serfa preferible para Ia poblacin incorporarse a la civilizacion de las ideas avanzadas y modemnas»’. Esta conclusi6n «liberal-progresistae eerci6 cierta influencia sobre la poll- tica indigenista oficial de los aflos siguientes en la prictica que se conoce con el nombre de asimilacién inducida, aunque con demasiada frecuencia sc olvidaban las bases socio-econémicas del argumento de Gamio en las dis. ccusiones sobre el llamado eproblema indio» (tra de las tendencias inherentes al indigenismo cs la de mezclara to- dos los pucblos indios juntos como formando la otras nacién. Mientras que en Pert y otros patses andinos los incas habfan introducide el que- cchua en los ailos inmediatamente anteriores a la Conquista como lengua ‘oman de los diversos grupos, imponicndo asf una medida de unidad, en México habla muchos grupos diferentes con lenguas diferentes. En el Var Ile de Mexico, por ejemplo, se hablan tanto ¢} otomt como el nshuath ¥ os mayas hablan lenguas que son mutuamente incomprensibles. Para los defensores de la asimilaci6n éste es el principal obsticulo. Eu- genio Maldonado, por ejemplo, cn «El problema indio», (1938) identifi ‘aba éste como el primer problema, seguido del segundo, que paral com sistfa en «la reorientacién de su proceso mental, Poco se ha conseguide & «ste sentido, sobre todo porque ello implica cl conocimiento previo de + mente india y hasta la fecha las diversas instituciones que han ‘emprendido el estudio de los procesos psicoldgicos del indio han chocado con dos obs téculos fundamentales: la insuficiencia del personal dedicado a eos y ¢l tamaito de la poblacién a estudiars*. Tales actitudes, implicitamente neo coloniales, han sido combatidas vigorosamente por las naciones indis 200 INDIGENISMO Y REALISMO SOCIAL como la yaqui, que finalmente se ganaron el derecho a la autodetermina i6n, y por algunas autoridades en el campo, como Leén-Portilla, que re ‘onocié la base econdmica y material de tales divisiones sociales, «el con: inamiento en tierras empobrecidas y frecuentemente sin agua; Ii frecuen: te incertidumbre de sus titulos de propiedad; cl aislamiento de sus comu: niidades; la ausencia de los mis elementales servicios pablicos;y el caricter no operativo de determinadas estructuras sociorpoliticas que se les han im. puesto, A esto hay que afiadir otras injuriasa su moral.» El amor de Rivera por lo «curioso, atractivo y original» de la vida de Jos indios [lamina 9.6], por utilizar la fiase de Gamio, no estaba modulado por ningdn tipo de preocupacién por la politica oficial de asimilacién; en realidad, s6lo Orozco parece preocuparse y estar de acuerdo con la con: clusion de Gamio, Rivera tiende a trata la injustcia hacia los indios mis en términos historicos que en el contexto de su época, subrayando en los murales del Palacio Nacional la brutalidad de la Conquista, y destacando, en los del Ministerio de Educacién, los esfuerzos positivos de la Revolu- cin mexicana para la redistribucin de la tier, ast como las mejoras en la ‘educacién, a a vez que cantaba los aspectos pintorescos de la cultura india, La Revolucion transforms la conciencia del pats, peto los cambios y hs mejoras caminaban con gran lentitud. La Mujer campesina de Siqueiros estd pintada en un contexto que se entendia como tna revolucién permanente. ‘Un manifiesto publicado en E/ Machete, y firmado por Siqueiros como se- cretario general del Sindicato de Obreros, Técnicos, Pintores y Escultores Mexicanos, alertaba, tras la rebelion de finales de 1923 de servadoras respaldadas por los militares, contra el nuevo y amenazador po- der de la burguesia, «que se apropiars de la tierra y el bienestar de vuestros hermanos con las mism{simas armas con que la Revolucién les ha garanti- zado |a tern. ‘Madre campesina y su compaitero Madre proletaria (Kamina 9.7] estin pine tados con la conciencia de que México est en un perfodo de transicion, de que cl viejo orden todavia no esti totalmente derrotado y que el obrero y el campesino todavia segufan siendo explotados y tenfan que defenderse ¥ exigir las reformas prometidas:«... ti, obrero del campo, fecundas la tie- 17a para que su brote se lo trague la rapacidad del encomendero y del po- Iitico, mientras td revientas de hambre; en el que tt, obrero de la ciudad, mueves las fbricas,hilas as telasy formas con tus manos todo el confort modemo para solaz de las prostituts y de los z4nganos mientras en ti mis- mo se te rajan las cares del fifo..n’, Siqueiros no limitaba su duro ma- nifiesto a los problemas estrctamente sociales y politicos, sino que To am: pliaa toda la cultura como parte orginica de ellos: «. la victoria de la cla- se trabajadoratraeré consigo el unsnime florecimiento del arte émico, cox mol6gica ¢ historicamente trascendente en la vida de nuestra raza, compa rable al de nuestras maravillosis civiizaciones autdctonas», Pero diferencia ‘sto de la eaprobacién criolla y burguest (que es totalmente corrupta) de Ja msi, la pintura y la literatura populares; el reino de lo “pintoresco”» ‘Cuil pueda ser la relaci6n entre cl «florecimiento del arte étnicov y los propios muralistas no est4 nada claro, Fs evidente que Siqueiros vio su pa- pel como creador de un arte de propaganda para el pucblo, A diferencia de Rivera, Goitia 0 Francisco Leal, Siqueiros rara vez pinta indios, pero, cuando lo hace, es en un claro contexto de protesta social 5 fucreas con- 201 9.6 Dio Rivera Dia de fos menos nl campo, Carbonclo, za y Lip sobre papel, 40d 30 em, The Museum fof Modern Art, Nusa York: dnacion ancnima INDIGENISMO Y REALISMO SOCIAL En Perd, donde Sabogal pinta su Alcalde indi, la suposicién es diferen- te, pues aunque la situacién de muchos de los indios no era menos deses perada que en México, no habla habido ningiin levantamiento politico y Social comparable al de la Revolucién Mexicana, y los movimientos de re- forma o protesta estaban mucho mis circunscritos, sDicz.afios después del Jevantamiento popular mexicano, la lucha social més completa ¢ intenst en Perd se limitaba, en lo geogrifico, a la capital, yen cuanto a objetivos, 2 conseguir cl reconocimiento de la jornada de trabajo de ocho horas! La dura dictadura del presidente Leguta dur6 de 1919 a 1930, pero du rante este perfodo se findaron nuevos partidos, el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) y el Partido Socialista Peruano de Maridtegui ‘Aunque éste fundé su partido sobre una base marxista, no tomé como mo- delo el socialismo curopeo, sino la comuna india peruana, o ayllu, que se basiba unas estructuras sociales incas anteriores a la Conquista ‘scritores como los artists peruanos estaban estrechamente relacionados con Maridtegui y compartian sus ideas, colaborando en su revista de van- guardia Amauta [limina 9.8} (véase capitulo 6), Sabogal dominé la pintura indigenista del Perd durante las décadas de 1920 y 1930, y su pintura, més que ninguna otra, eencama las contradic ciones inherentes al movimientos'®. En este punto nos serévitl otra com- paracin, esta vez entre Sabogal y cl artista peruano del siglo XIX Francisco 1230, Fue éste el primer academicista del Pert republicano que dirigié su atenciOn hacia los habitantes locales. Entre 1850 y 1853, viaj6 a través de los Andes, donde hizo numerosos apuntes del natural de escenas y acon- tecimientos locales, as{ como de tipos del lugar (limina 9.9]. Las pinturas finales, no obstante, las hizo en el estudio, con ayuda, también, de la foto- grafla. En pinturas como Descanso en la montaia 0 El alfarero indio (lam 1a 2.16}, ls figuras se nos presentan altamente dignificadas y estiticas. Hay poca relacin entre la pintura de Laso y las escenas costumbristas pintores- ‘as de los artistas viajeros, y su manera de trata los temas va en contra de Ja actitud de ls elites urbanas de clase media y alla (criollos y algunos mes- tizos), que daban por hecho la inferioridad del indio. Su forma de destacar cl aaricter individual de los rostros, en oposicién al tipico tratamiento ‘como masa indiferenciada, es un tanto singular, aun cuando el blando es- tilo académico tiende a idealizar y romantizar. El alfarero es, sin duda, un tetrato (aunque no aparezca el nombre), pero al mismo tiempo, al apare- cer la ara en la sombra, la atencién pasa del hombre a su vestido y el ca- charro precolombino, su atributo ocupacional. El alfirero esti sosteniendo un cacharro moche; aunque no esté total mente claro queé significa eso, si parece natural establecer alguna relaci6n entre os indios y la antigua civilizacién moche (hacia el 500 d, de C.), Px rece, en otras palabras, independiente, sin deber nada a los colonizadores ‘spaftoles. En su Descanso en las montarias también aparece un cacharro mo- che ante una figura con una impresionante capa, con su extraflo sombrero auiz4 tanto éste, como el igualmente extrafo vestido, quisieran ser el tra Je auténticom, Tiene a Ja vez algo de intemporal y de enorme antigiedad, €n cierto modo similar a la de los pintores orientalistas europeos (es inte- fesante que en Parfs Laso trabajara en el estudio de Delaroche, un orien- talista academicista) Aunque las escenas de Laso no tienen claras connotaciones sociales, ste 203 Tanto los ~AMAUTA cy ood Pere eeeees Pe yrrrccrecces 9.8 Ama septiembre de 1926, Porta, 9.7. David Aléro Siqucitor, Mare polar, 1930, Musco de ‘Ave Moderna, Cludad de Mexico (NDA, 9.9) Francisco Laso. Deans en is mona, 1859, éleo sobre lienzo, 138 © 147 em. Banco Cental de lx Resena del Per Lima ~ INDIGENISMO Y REALISMO SOCIAL parece, al mismo tiempo, resistrse a una ex su interés no cra Unicamente el del observador de fet? €Onfirmae Si bien es verdad que los dignificados indios de Ptorsco, ticos upaban la situacién de explotacign exisnecs - Mob Sean mb oe qe eon an Same a al indio como ser inferior. De aqut partirfa una eadicn oePo Peau dio como inca ~es decir, que presenta la grander on fue Present de wna nacién que necesitabs afrmar su Unidad Mees”! COmene que habria que hablar de un etahuantinsuyuismos en nt? EU" sige digenismor en pintura y en literatura, y critica duran goon"? Ut ig Es un formalismo academicista que explots el oroy ne em product la estricturajerdrquica de su propia socieds] Pu™SY Wer ‘rico; su gran logro fe hacer a los desmutridos munca co his ricos a los desharrapados lujosos,y crear en la mente rape 2 obs entre el passdo y el presente del pueblo andinos'! PPM 82 distg El indio de Sabogal esté atrapado entre estos dos m al presente yal paso; una Sigura idcalizada, pero alavec sen Pere chos speciosa los indies dels rites peruanos ee aoe Sabogal, como Arguedas 0 Ciro Alegria. Rosendo Maguir cle dca de El mand es ance yan (197), de Co Neg eet gente que conduce bien asu pueblo, media en sus disque yp nee spats y vie en ‘monia con el mundo natural, Pero, al desconocer ls prctcas poco co prosas de los nvasores (ahora terratenientescriollos), no sabe dcendonn, ala, es engatado por la ley, y l novela termina con un termtenient de fendido por el cjército, que expulsa alos indios dela tema que semper, les perteneci6. En esta novela Alegria pas la iccién lo que entoncesen prictica comin de los trratenientes, que se ancxionaban ls tems de indios obligindoles a someterse en calidad de servos (gnonalm). Me riftegui argila en «El problema del indioe que la causa principal er elit tema feudal de propicdad de lis tiers: «La critica socials lo descubrey esclarece, porque busca sus cass en la economa del palsy no en sume

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