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Etimología

La palabra procariota se compone, etimológicamente, del prefijo pro- que


significa “antes de” y karyo que se refiere a "núcleo", por lo tanto, se considera
a la célula procariota anterior a la célula que tiene un núcleo celular o célula
eucariota. [3]

Los términos Procariotas y Eucariota se deben a E. Chatton y se empezaron a


usar a principios de 1950. [4]

Las células procariontes varían de 0.1 a 5.0 micras (mm) en diámetro y son
significativamente más pequeñas que las eucariontes, que generalmente van
de 10 a 100 mm. [5]

El éxito de los procariotas se debe a su gran diversidad metabólica y a su


rápido ritmo de división celular.

Desde un punto de vista ecológico, son los más importantes


descomponedores, que degradan el material orgánico para que pueda ser
utilizado por los autótrofos. Desempeñan un papel importante en el proceso de
fijación del nitrógeno, aunque este abunda en la atmósfera, los eucariotas no
son capaces de utilizarlo directamente de la atmósfera, y así el primer paso
crucial en la incorporación del nitrógeno a los compuestos orgánicos depende
principalmente de ciertas especies de procariotas.

Evolución
Los antepasados de los procariotas modernos fueron los primeros organismos
(las primeras células) que se desarrollaron sobre la tierra, hace unos 3.800-
4.000 millones años. [6]

Durante cerca de 3.000 millones de años más, todos los organismos siguieron
siendo microscópicos, siendo probablemente bacterias y arqueas las formas de
vida dominantes. Aunque existen fósiles bacterianos, por ejemplo los
estromatolitos, al no conservar su morfología distintiva no se pueden emplear
para estudiar la historia de la evolución de los organismos procariotas. [7]

Las células procariotas, que conforman el reino Monera, fueron las únicas
habitantes de la Tierra por más de 2.000 millones de años, hasta que
aparecieron las células eucariotas.

Las procariotas que hoy existen se clasifican en bacterias y cianobacterias


(grupo de procariotas fotosintéticas). Las células procariotas constituyen,
siempre, seres vivos unicelulares que pueden, en algunas especies, coexistir
en racimos o colonias.
Características
Una célula procariota es un organismo unicelular simple, que carece de
un núcleo y de organelos rodeados de membranas, las células procariontes no
están divididas internamente por paredes membranosas, sino constan de un
solo espacio. [8]

La característica más prominente en la célula procariota es el núcleoide, la


región en la cual está situado el cromosoma.

Estructura

Todos los cromosomas procariotas analizados hasta el momento han mostrado


que consisten en una sola molécula continua “circular” de ADN asociada a una
pequeña cantidad de ARN y proteínas no histónicas.

El citoplasma de la mayoría de las procariotas carece relativamente de


estructura interna, aunque tiene una apariencia granulada dada por sus
muchos ribosomas, generalmente carece de orgánulos y de divisiones
citoplasmáticas. La excepción la constituyen las cianobacterias que contienen
un extenso sistema de membranas que contienen clorofila y otros pigmentos
fotosintéticos.

La membrana celular de las procariotas carece de colesterol u otros esteroides


(con excepción de los mycoplasmas, que sí los tienen). Poseen, además una
pared celular que da a los diferentes tipos sus configuraciones características;
esta pared permite la integridad de las procariotas que, al ser hipertónicas en
relación con su ambiente evitan que la misma estalle.

Algunos tipos de bacterias tienen extensiones largas y delgadas, conocidas


como flagelos y pelos. Cada flagelo bacteriano está constituido por una
pequeñísima proteína globular, la flagelina, ensamblada en cadenas de triple
hélice con una zona central hueca, carecen de la membrana que se observa en
las eucariotas y constituyen el medio de movilidad de las células, cuando éstas
habitan en un medio acuoso. La dirección y tipo de movimiento están dados por
los gradientes de concentración de las sustancias químicas atractivas o
dañinas presentes en el medio circundante, medidos por los receptores de la
membrana celular.
Los pelos, ensamblados a las bacterias en monómeros de proteína (la pilina),
son varillas cilíndricas rígidas. Sirven para unir las bacterias a una fuente
alimenticia, a la superficie de un líquido, o a dos bacterias en el proceso de
conjugación.

Las formas no flageladas o pilosas se mueven deslizándose sobre la superficie


de un mucus o mucílago secretado por la misma bacteria. Pared celular: la
mayoría de las células procarióticas son hipertónicas en relación al medio que
las rodea, y presentan rodeando a la membrana plasmática una pared celular
que evita que estallen, los micoplasmas, que viven como parásitos
intracelulares en un ambiente isotónico, carecen por completo de pared. La
resistencia de la pared se debe a la presencia de peptidoglucano que consiste
en dos tipos de azúcares poco comunes unidos a péptidos cortos.

La pared celular provee una capa de protección extra, ayuda a mantener la


forma de la célula y evita la deshidratación. Muchas procariotas tienen también
una capa más externa de carbohidratos llamada cápsula. La cápsula es
pegajosa y ayuda a que la célula se adhiera a las superficies de su medio
ambiente. [9]

Entre las características de las células procariotas que las diferencian de las
eucariotas, podemos señalar: el ADN principal que está desnudo (sin un denso
acompañamiento de proteínas) y lo más frecuente, en forma de una sola hebra
circular; la división celular por fisión binaria sin un mecanismo complejo de
reparto comparable a la mitosis de los eucariotas; la carencia de orgánulos
membranosos en el citoplasma, que forma un solo compartimento; la
existencia, salvo en algunos parásitos endocelulares, de un segundo
compartimento acuoso rodeando el citoplasma, el periplasma, limitado
internamente por la membrana plasmática y externamente por una segunda
membrana o una pared densa. El citoplasma no contiene objetos reconocibles,
salvo granos de reserva, de composición variada y agregados moleculares.

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