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BOSQUE DE PIEDRAS DE HUAYLLAY-PASCO

Una de las siete maravillas naturales del Perú es el bosque de piedras de


Huayllay, con más de 6 mil hectáreas de figuras pétreas se pueden distinguir
diferentes formas de animales, personas, plantas, objetos y más figuras que la
imaginación conlleve a cada uno. El bosque de piedras de Huayllay fue premiado
como una de las Siete Maravillas del Perú, representando al departamento de
Cerro de Pasco, en el concurso organizado por el diario El Comercio y
Panamericana Televisión en el 2008.

Al formar parte de Las Maravillas Naturales del Perú es aún casi desconocida, a
pesar de tener un interesante paisaje turístico por sus monumentos arqueológicos,
pinturas rupestres, centros magnéticos y expresiones culturales de sus
pobladores. Es el Parque Geológico más grande del Perú, protegido por el estado
al ser declarado en 1974 como “Santuario Nacional de Huayllay”, debido a su gran
riqueza y originalidad.

Se sitúa a partir de los 4,200 metros sobre el nivel del mar en los andes


centrales del Departamento de Cerro de Pasco, donde se pueden apreciar
chimeneas volcánicas moldeadas por erosiones originadas del viento, la lluvia y el
deshielo de los glaciares, caracterizando una flora y fauna única. Además de
lagunas verdes turquesas rodeadas de hermosas aves y camélidos. Se pueden
apreciar figuras en las rocas de 10 a 100 metros de altura, el más alto del mundo y
por la forma de sus inmensas rocas tiene mucha atracción mística, que va
ganando adeptos sobre los contactos extraterrestres.
HISTORIA:

Hace millones de años fue parte del fondo marino en el Paleozoico. Hubo una
explosión volcánica que originó que las rocas al caer en el mar de lava se
enfriasen de manera antojadiza, unos setenta millones de años, iniciando el
Cenozoico o Era Terciaria en el Perú. Sus primeros habitantes fueron Los
Huancas, que, al ser dominados por los Incas, pasaron a formar parte del
Chinchaysuyo.

En la época Incaica, fue parte del Camino Real Cápac Ñan, según refiere nuestro
guía Oswaldo Guerreros: “Algunas áreas fueron usadas como centros de acopio y
Tambos, exclusivamente como refrigeradoras naturales para conservar los
alimentos cada treinta kilómetros para los emisarios chasquis o para el mismo
Inca, además de otros materiales básicos para la supervivencia en casos de
escases climáticas o desastres naturales, algo que en la actualidad se debería
continuar haciendo”.

NUESTRA VISITA:

Estar allí rodeado de más de 4,000 formas rocosas entre rocas volcánicas y


sedimentos da la sensación de estar siempre acompañado por todos lados. Un
grupo de gigantes en formas de frailes o monjes humanos, una tortuga mirando
nuestro andar, una alpaca pasteando, el imponente cóndor y un elefante
prehistórico nos acompañaron un día de camino. Además, el sol resplandeciente
se impone en nuestro rostro, la resonancia del viento en las rocas, el sonido del
eco que aparentemente responde cual ser vivo, originan una acústica única que
acompaña cada paso de tierra y piedra. En la noche, la luna y las estrellas opacan
al frío incipiente.
Debido a la presión de la altura los latidos del corazón se aceleran, rápidos y
profundos dejan entrever que es un área inhóspita para quien no está habituado,
por lo que andar merece ciertas paradas para aprovechar de las figuras y sentir la
atención de las presencias incaicas para los más susceptibles sensoriales.
Aquellos que fueron al Cusco podrán entender. En medio de este anfiteatro
natural, el espíritu expedicionario se manifiesta en un laberinto de rocas como si
se estuviese en otro mundo.

CÓMO LLEGAR:

Un verdadero turismo vivencial es ir al Santuario de Rocas de Huayllay, el cual


tiene tres caminos desde Lima. Uno de los más mochileros y económicos es
desde el terrapuerto de plaza norte o también desde Acho hasta Huaral. En el grifo
Pinasco salen las custers o minivan que subirán hasta 4,600 msnm.
Aproximadamente, para después descender hasta Huayllay. Para algunos es
necesario prevenir con algunas medicinas y tampones para los oídos ya que la
altura es algo que puede afectar.

Otro camino mochilero es de Lima a Canta. Actualmente se está construyendo y


mejorando la carretera hacia el santuario. El tercer camino es en bus, hacia Cerro
de Pasco en un viaje de siete horas, si se toma el bus de las 9:45 pm. estará en la
ciudad casi al amanecer, más media hora hacia Huayllay. Buen momento para
aclimatarse y ver el rostro del Inca, formado en una montaña rocosa arriba del
pueblo.
CENTRO MAGNÉTICO:

Nuestra visita fue para realizar sesiones de Relajación Progresiva y Biodanza en


el Centro Magnético del Santuario al aire libre, donde se tuvo la oportunidad de
desarrollar entre los participantes la tranquilidad mental, disminuir la presión
cardíaca y experimentar la mejora de la circulación sanguínea mediante el
aprendizaje de la relajación. Así mismo, reducir el estrés y experimentar la fluidez
de la energía hacia la espiritualidad, apreciando la naturaleza.

FESTIVAL ECOTURISTICO RURAL TOUR HUAYLLAY:

Cada año en el primer fin de semana del mes de septiembre se celebra el Festival
Ecoturístico “Ruraltour” Huayllay, este año nos tocó visitar el XX Festival, allí los
turistas tienen todas las facilidades de acceder a paseos con guías turísticos,
exposiciones, conferencias, bailes y conciertos artísticos.

En Canchacucho se inaugura este festival con una ceremonia de ofrenda a la


tierra y permiso a los Apus del Santuario por el “Auquillo”, persona encargada de
estos rituales como muestra del respeto a nuestros antepasados. Se siente la
hospitalidad de su gente en todo instante, algo muy bueno que destacar.

El lugar es ideal para hacer trekking y algunos pueden ser parte del Ciclismo de
Alta Montaña al interior del Bosque de Piedras, en una travesía de varios
kilómetros de carrera a largo aliento. En el medio de la pampa, muy cerca de las
enormes rocas, un grupo de rapel acampaba, mientras turistas y visitantes
escalaban las rocas.
El paisaje serrano acompaña el Festival de Comida, y el Concurso de Danzas,
entre los que se encuentran los negritos de Huayllay, danza más representativa
del lugar, en ella los pobladores recuerdan los tiempos de la colonia, cuando los
esclavos negros iban a trabajar a las alturas. La competencia de llamas cargueras
forma parte de la Feria de Camélidos Sudamericanos de las comunidades
campesinas o cooperativas comunales en la que se aprecian la belleza de
nuestros animales oriundos.

Una actividad ancestral es el Trueque Andino, un grupo de comuneros hicieron la


demostración de cómo nuestros antecesores intercambiaban sus productos sin
necesidad del dinero. La diversión se aprecia en todo momento con juegos para
niños y paseos a caballo, adornando la tranquilidad que se siente en el ocaso del
Sol. Las nubes y el cielo se vuelven rojizos, contrastando las siluetas oscuras de
las rocas convirtiendo a los símbolos de piedras más hermosos a contraluz.

CONCLUSIÓN:

Hay mucho por mejorar en infraestructura, pero se ve el esfuerzo de quienes


buscan hacer mejor las cosas. Un lugar nuevo para hospedarse son los llamados
“bungalows” que se encuentran en el mismo Santuario de Huayllay, modernos y
de una arquitectura propia del lugar. Solo pudimos hacer una ruta de sus más de
once rutas turísticas por lo que es necesario volver a ir para poder apreciar su
maravilloso espacio natural.

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