Principalmente se resalta que la crisis en la salud colombiana es un problema que
viene mucho antes de que apareciera la ley 100 de 1993, aunque esta misma ley haya disminuido muchas desigualdades sociales en cuanto al acceso de salud a los colombianos, permitió que con este nuevo sistema existieran corrupciones por parte de las EPS, tanto como de las IPS. Según el Dr. J. E. Toro (2015), “el problema se remonta al año 1993 cuando empezó la ley 100, antes de la ley 100 la gente se acercaba al hospital a ver si alguien le hacia la caridad de atenderlo, hoy en día no tenemos un sistema de salud, sino un sistema de prestación de servicios asistenciales, un sistema de salud va mucho más allá de lo que nosotros tenemos”. La salud riñe con la rentabilidad en algunos casos y sobre todo en una serie de servicios, antes había más animo de servicio y el centro de sistema era la gente, hoy en día la gente es el medio para llegar a la plata, el mismo sistema está centrado en una unidad per cápita entre más asegurados tenga, más plata se recibe. Hoy en día el sistema de salud en Colombia tiene cobertura universal, todos los colombianos tienen cobertura en salud y estamos gastando más dinero del que se debe gastar por la salud de los colombianos. En estos momentos de pandemia podemos evidenciar de manera más sustancial la crisis que se viene presentando en el sistema de la salud que tenemos hace muchos años por una mala administración de recursos. Ahí es donde un proceso tan importante como lo es la facturación en salud viene a influir bastante ya que este es el encargado de llevar el control de cada servicio prestado por la entidad de salud. Si hay alguna falla o mala facturación o algún soporte faltante esto implica que hay una pérdida de recursos, por ello la facturación de servicios en salud debe ser bastante detallada. Además, la facturación integra bastantes procesos administrativos de los recursos.