Está en la página 1de 14

TEMA 2

COMPONENTES DE TALUDES DE SUELOS ARCILLOSOS

TALUD.
Un Talud o ladera es una masa de tierra que no es plana sino que presenta una
pendiente o cambios significativos de altura. En la literatura técnica se define
como Ladera cuando su conformación actual tuvo como origen un proceso natural
y Talud cuando se conformó artificialmente (Figura 2). Los taludes se pueden
agrupar en tres categorías generales: los terraplenes, los cortes de laderas
naturales y los muros de contención. Se pueden presentar combinaciones de los
diversos tipos de taludes y laderas. Las laderas o taludes que han permanecido
estables por muchos años, pueden fallar debido a cambios topográficos, sísmicos,
a los flujos de agua subterránea, a los cambios en la resistencia del suelo, la
meteorización o a factores de tipo antrópico o natural que modifiquen su estado
natural de estabilidad. Un talud estable puede convertirse en un Deslizamiento.
Partes de un Talud.
Existen algunos términos para definir las partes de un talud. El talud comprende
una parte alta o superior convexa con una cabeza, cima, cresta o escarpe, donde
se presentan procesos de denudación o erosión; una parte intermedia semi-recta y
una parte baja o inferior cóncava con un pie, pata o base, en la cual ocurren
principalmente procesos de depositación (Figura 3).
En un talud o ladera se definen los siguientes elementos constitutivos:

 Pie, pata o base. El pie corresponde al sitio de cambio brusco de la


pendiente en la parte inferior del talud o ladera. La forma del pie de una
ladera es generalmente cóncava.

 Cabeza, cresta, cima o escarpe. Cabeza se refiere al sitio de cambio


brusco de la pendiente en la parte superior del talud o ladera. Cuando la
pendiente de este punto hacia abajo es semi- vertical o de alta pendiente,
se le denomina Escarpe. Los escarpes pueden coincidir con coronas de
deslizamientos. La forma de la cabeza generalmente es convexa.

 Altura. Es la distancia vertical entre el pie y la cabeza, la cual se presenta


claramente definida en taludes artificiales, pero es complicada de cuantificar
en las laderas debido a que el pie y la cabeza generalmente no son
accidentes topográficos bien marcados.
 Altura de nivel freático. Es la distancia vertical desde el pie del talud o
ladera hasta el nivel de agua (la presión en el agua es igual a la presión
atmosférica). La altura del nivel freático se acostumbra medirla debajo de la
cabeza del talud.

 Pendiente. Es la medida de la inclinación de la superficie del talud o ladera.


Puede medirse en grados, en porcentaje o en relación m:1, en la cual m es
la distancia horizontal que corresponde a una unidad de distancia vertical.
Ejemplo: 45° = 100% = 1H:1V. Los suelos o rocas más resistentes
generalmente forman laderas de mayor pendiente y los materiales de baja
resistencia o blandos, tienden a formar laderas de baja pendiente.

LOS DESLIZAMIENTOS.

Son desplazamientos de masas de tierra o rocas (o ambos), por una pendiente


abajo en forma súbita o lenta, el deslizamiento o derrumbe, es un fenómeno de la
naturaleza que se define como “el movimiento pendiente abajo, lento o súbito de
una ladera, formado por materiales naturales – roca – suelo, vegetación o bien de
rellenos artificiales”. Los deslizamientos o derrumbes se presentan sobre todo en
la época lluviosa o durante períodos de actividad sísmica.

Los deslizamientos pueden ser lentos, los cuales dependen de las características


del terreno por donde se deslizan, la velocidad del movimiento es tan lenta que no
se percibe, este tipo de deslizamiento genera unos pocos centímetros de material
al año. Se identifican por medio de una serie de características marcadas en el
terreno.

Pueden ser rápidos, los cuales son movimientos bruscos, varios metros en pocos


minutos. La velocidad del movimiento es tal que la caída de todo el material puede
darse en pocos minutos o segundos. Son frecuentes durante las épocas de lluvias
o actividades sísmicas intensas. Como son difíciles de identificar, ocasionan
importantes pérdidas materiales y de vidas.
Los deslizamientos ocurren por lluvias torrenciales, por la erosión de los suelos y
por los temblores de tierra, pudiendo producirsen también en zonas cubiertas por
grandes cantidades de nieve (avalanchas) y actividad humana (cortes en ladera,
falta de canalización de aguas, etc.).

Depende de las siguientes variables: Clase de rocas y suelos; Topografía (lugares


montañosos con pendientes fuertes); Cantidad de lluvia en el área; Actividad
sísmica de la zona; Actividad humana (cortes en ladera, falta de canalización de
aguas, etc.); Erosión (por actividad humana y de la naturaleza).

Partes de un Deslizamiento.

En la Figura 4, se muestra un deslizamiento típico o desplazamiento en masa. Las


partes principales son las siguientes:

 Cabeza. Parte superior de la masa de material que se mueve. La cabeza


del deslizamiento no corresponde necesariamente a la cabeza del talud.
Arriba de la cabeza está la corona.
 Cima. El punto más alto de la cabeza, en el contacto entre el material
perturbado y el escarpe principal.

 Corona. El material que se encuentra en el sitio, (prácticamente inalterado),


adyacente a la parte más alta del escarpe principal, por encima de la
cabeza.

 Escarpe principal. Superficie muy inclinada a lo largo de la periferia


posterior del área en movimiento, causado por el desplazamiento del
material.

La continuación de la superficie del escarpe dentro del material conforma la


superficie de la falla.

 Escarpe secundario. Superficie muy inclinada producida por el


desplazamiento diferencial dentro de la masa que se mueve. En un
deslizamiento pueden formarse varios escarpes secundarios.

 Superficie de falla. Área por debajo del movimiento y que delimita el


volumen del material desplazado. El suelo por debajo de la superficie de
la falla no se mueve, mientras que el que se encuentra por encima de
esta, se desplaza. En algunos movimientos no hay superficie de falla.

 Pie de la superficie de falla. La línea de interceptación (algunas veces


tapada) entre la parte inferior de la superficie de rotura y la superficie
original del terreno.

 Base. El área cubierta por el material perturbado abajo del pie de la


superficie de falla.
 Punta o uña. El punto de la base que se encuentra a más distancia de la
cima.

 Cuerpo principal del deslizamiento. El material desplazado que se


encuentra por encima de la superficie de falla. Se pueden presentar
varios cuerpos en movimiento.

 Superficie original del terreno. La superficie que existía antes de que se


presentara el movimiento.

 Costado o flanco. Un lado (perfil lateral) del movimiento. Se debe


diferenciar el flanco derecho y el izquierdo.

 Derecha e izquierda. Para describir un deslizamiento se recomienda


utilizar la orientación geográfica (Norte, Sur, Este, Oeste); pero si se
emplean las palabras derecha e izquierda, deben referirse al
deslizamiento observado desde la corona hacia el pie.

CRITERIOS A TENER EN CUENTA


Las acciones sobre los taludes serán de tipo puntual, debiendo justificarse
adecuadamente en proyecto. Dichas actuaciones tendrán como objeto la
protección del camino natural, así como la forma de ejecución y los
condicionantes necesarios para mejorar su integración ambiental. En el
presente capítulo se van a definir una serie de soluciones estructurales tipo,
que podrán ser acompañadas o no de técnicas de integración ambiental
adicionales (bioingeniería), en el caso de que estas no vayan incluidas en la
propia solución estructural. Siempre que sea posible, y como paso previo a
la aplicación de otras técnicas, se diseñarán actuaciones de remodelación
de la geometría de los taludes, que permitan la disminución de la pendiente
y/o de la longitud de ladera, tales como:
• Descabezado de taludes.
• Retirada de materiales inestables.
• Tendido o reperfilado de taludes.
• Banqueo de los taludes.
El siguiente paso a la remodelación geométrica será la utilización de
técnicas blandas propias de la bioingeniería (mantas y redes vegetadas,
hidrosiembras, fajinas, plantaciones de cobertura, etc.), que deberán
primar, siempre que sea posible, sobre tratamientos duros basados en
estructuras (de hormigón, mampostería, gaviones, etc.), o técnicas mixtas,
donde se mezclan estructuras con plantaciones.
En todo caso, dadas las características intrínsecas de los proyectos y obras
que nos ocupan, los elementos de protección y contención deberán estar
integrados en el paisaje, formados por materiales de la zona, ser duraderos
y de bajos costes de ejecución y mantenimiento. Asimismo, la elección de
la solución dependerá de ciertas condiciones asociadas al proyecto, como
esfuerzos previsibles, espacio disponible, plazo de ejecución, impacto
ambiental, etc. Los diferentes sistemas de protección y contención a aplicar
en cada caso, dependerán del tipo de talud o ladera, de los materiales que
lo forman y de los factores que afectan a la estabilidad de los mismos.

. SOLUCIONES DE TIPO ESTRUCTURAL

Según lo expuesto anteriormente, las soluciones de tipo estructural consistirían


básicamente en:

• Muros de hormigón en masa y armado.

• Muros de escollera.

• Muros de gaviones.
Definiéndose muro como toda estructura continua que de forma activa o pasiva
produce un efecto estabilizador sobre una masa de terreno (Ministerio de
Fomento, 1999).
1. Muros de hormigón o de gravedad: Son muros con gran masa que resisten el
empuje mediante su propio peso y con el peso del suelo que se apoya en ellos, no
están diseñados para trabajar a tracción.

Como ventajas de los muros de gravedad:

• Son de construcción rápida y simple.

• Pueden construirse en curva y con diferentes formas.

• Admiten fácilmente el chapado de sus paramentos, lo que favorece su


integración ambiental.

Las desventajas son:

• Necesita un volumen considerable de hormigón.

• Generalmente son antieconómicos para alturas mayores de tres metros.

• No se adaptan a los movimientos del terreno.

2. Muros de hormigón armado: Son muros amados interiormente con barras de


acero, diseñado para poder soportar esfuerzos de tracción. Las principales
ventajas de este tipo de muros son:

• Suponen un consumo mínimo de hormigón.

• Pueden emplearse en alturas grandes (superiores a cuatro metros).

Como desventajas se puede mencionar:

• Requieren mejores terrenos de cimentación.

• Pueden ser antieconómicos en alturas superiores a siete metros.

• Su poco peso los hace poco efectivos en casos de estabilización de


deslizamientos de masas grandes de suelo.
• El armado mediante redondos de acero en su estructura obliga a realizar una
ejecución cuidadosa.

3. Muros de escollera: Las obras de escollera están constituidas por bloques


pétreos, con formas más o menos prismáticas y superficies rugosas.

Entre las ventajas que presentan se puede destacar:

• Costes bajos.

• Capacidad drenante importante a través de los orificios creados por los bloques
de roca. Es necesario dejar material granular filtrante, de tamaño menor de 15 cm,
en el trasdós para facilitar el drenaje.

• Amortigua los posibles movimientos del talud sin perder sus propiedades
resistentes.

• Se integra perfectamente en el medio ambiente debido al carácter natural de sus


componentes, siendo fácilmente revegetados.

Las desventajas que presentan serían:

• Requieren de la utilización de bloques o cantos de tamaño relativamente grande.

• Además, este tipo de estructuras deben ser estudiadas aplicando los principios
de la mecánica de suelos, ya que existe la posibilidad de que se puedan producir
procesos de roturas internas dependiendo de la geometría del contrafuerte. Por
esta razón, para llevar a cabo un estudio teórico de estabilidad del muro de
escollera, será imprescindible tener en cuenta el ángulo de rozamiento interno y la
densidad de la escollera.

4. Muros de gaviones: Están formados por la superposición de cajas de forma


prismática, fabricadas generalmente de enrejado de alambre galvanizado,
rellenadas de rocas de pequeño tamaño. Como ventajas principales de los muros
de gaviones, cabe comentar:

• No precisan cimentación.

• Adaptación al terreno.
• Fácil diseño y rápida construcción.

• Mano de obra no especializada.


• Trabajan fundamentalmente por gravedad.

• Son flexibles y son capaces de soportar ciertos asentamientos sin fracturarse.

• Presentan condiciones de drenaje y durabilidad excelentes.

• Utilización de materiales de la zona.

• Bajo coste. Las principales desventajas son:

• Las mallas de acero galvanizado se corroen fácilmente en ambientes ácidos.

• Los bloques de roca no necesariamente están disponibles en todos los sitios y


pueden condicionar el coste de la obra.

• Al ser muros de gravedad, su espesor aumenta proporcionalmente con la altura,


por lo que para grandes alturas el volumen de piedra aumenta de tal forma que
hace antieconómica la solución.

Cálculos

Para el cálculo de las estructuras de gravedad que actúan por su propio peso
(hormigón en masa, escollera y gaviones) se realizarán las siguientes
comprobaciones de la estabilidad estructural:

• Comprobación a deslizamiento.

• Comprobación a vuelco.

• Comprobación a núcleo central.

• Cálculo de la puntera.

• Cálculo del talón.

Además, para el caso de muros de hormigón armado se realizarán los siguientes


cálculos adicionales.

• Cálculo del alzado:


- Comprobación a flexión.

- Comprobación a esfuerzo cortante.

- Comprobación a esfuerzo rasante en las juntas de hormigonado.

- Comprobación a fisuración.

A continuación, se desarrollan las fuerzas actuantes correspondientes a muros de


contención de gravedad u hormigón armado:

Las fuerzas actuantes son las siguientes:

a) Empuje de tierras:

Et = t /2 x (H+hc) 2 x h
donde, h es el coeficiente horizontal de empuje activo, según la teoría de
Coulomb:

b) Peso del alzado del muro:

P1 = γ f × e × H
P = γ f × az × H
(Nulo en el caso de muros de hormigón armado)

c) Peso de la zapata del muro:

d) Peso del terreno sobre el talón de la zapata:

b. Taludes existentes.

Cuando se analiza un talud antiguo para determinar la extensión de


cualquier obra correctiva o preventiva requerida, la historia del
comportamiento de dicho talud puede ser de gran importancia para el
diseñador. Se presenta por ejemplo, la oportunidad de examinar la
geología del talud
mucho mejor que en el caso de un sitio por desarrollar y de obtener una
información más confiable del agua subterránea. El diseñador puede,
por lo tanto, adoptar con confianza unos factores de seguridad para las
obras remediales o preventivas, menores de los señalados
anteriormente para los taludes nuevos. Siempre que se realicen unas
investigaciones rigurosas de geología y geotecnia (las cuales incluyen
un completo examen de la historia del mantenimiento del talud, los
registros del agua subterránea, los registros de lluvias y los registros de
instrumentación del talud), se podrán utilizar los factores de seguridad
incluidos en la tabla 4.4 para el diseño de obras remediales o
preventivas, siempre y cuando que las condiciones de carga, la forma
básica del talud modificado y el régimen del agua subterránea se
mantengan substancialmente iguales a aquellas del talud existente.
Para el diseño de las obras remediales o preventivas, se puede asumir
que el talud existente tiene un factor de seguridad mínimo de 1,00 para
las condiciones más críticas de cargas y de aguas subterránea. En el
caso de un talud fallado o peligroso, se deben identificar las causas de
la falla o del peligro para tenerlas en cuenta en el diseño de las obras.
En aquellos casos donde el talud se modificará sensiblemente, o donde
su estabilidad será afectada por nuevas obras, se deben adoptar los
factores de seguridad recomendados en la tabla 4.1.

Tabla 4.4 Factores de seguridad recomendados para el análisis de


taludes existentes y para el diseño de las obras remediales y
preventivas, considerando una lluvia con período de retorno de 10 años.

c. Taludes naturales

Los taludes naturales generalmente se encuentran cerca del equilibrio


límite en áreas extensas, de tal manera que las medidas preventivas
pueden ser costosas y difíciles. Obviamente no es recomendable en
estos casos acometer el abatimiento del talud para lograr solo un
mejoramiento marginal de estabilidad. En tales casos se pueden
desarrollar rápidamente presiones de poros altas. En estos casos
generalmente no se produce una señal previa al deslizamiento, y el
material en movimiento, si hay licuación, puede viajar grandes
distancias a velocidad alta, aún sobre superficies relativamente planas.
Materiales como un peso unitario seco menor que la densidad crítica se
pueden formar bebido a la compactación inadecuada de un relleno, por
la disposición de material coluvial en un estado suelto o por la
meteorización in situ. Las rocas que tienen una meteorización alta o
total se pueden comportar como suelo en términos de sus propiedades
de ingeniería, de tal manera que los taludes con estos materiales se
deben evaluar analizando una amplia variedad de superficies
potenciales de falla. En roca menos meteorizada la falla del talud es
controlada por el sistema de fisuras.

También podría gustarte