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CAUSAS DE LA HIPERACTIVIDAD

No se conocen las causas de la hiperactividad, aunque los diferentes estudios


que se han realizado en este sentido apuntan a que hay un componente
genético importante, hasta el punto de que algunos expertos consideran que
existe un 76% de posibilidades de que los hijos de una persona con este
trastorno también lo desarrollen. Asimismo, los estudios más recientes
consideran que el ambiente familiar (hogares desestructurados) y el entorno
social (relaciones conflictivas) sólo pueden actuar como impulsores de los
síntomas, pero no contribuir a la aparición de la enfermedad.

La hiperactividad no es lo mismo que ser muy activo: Es constante y no la


pueden controlar. Los niños no son hiperactivos por falta de disciplina o porque
sean rebeldes. De hecho, los que son demasiado activos suelen querer
tranquilizarse para poder ser parte de lo que está ocurriendo a su alrededor.
Puede ser muy frustrante tener dificultad para realizar lo que saben que se
espera de ellos.

La edad es algo a tener en cuenta. Los niños tardan en desarrollar las


habilidades de autorregulación que necesitan para controlar su
comportamiento, y no todos se desarrollan a la misma velocidad. Un niño
podría tener un buen autocontrol a los 4 años, mientras que otro lo logra
cuando tiene 6 años.

Sin embargo, llega un momento en el que la mayoría de los niños en un rango


de edad tienen habilidades de autorregulación similares. Es en ese momento
cuando se suele evidenciar si los niños tienen algún retraso.

Una de las causas principales de la hiperactividad es el TDAH, una condición


común causada por diferencias a nivel del cerebro.

La hiperactividad es un síntoma fundamental del TDAH. El TDAH no


desaparece al crecer, pero la hiperactividad a menudo sí o se vuelve menos
extrema. Eso suele ocurrir en la adolescencia.

El origen de la hiperactividad con exactitud así como los factores específicos


que contribuyen a sus aparición se desconocen a día de hoy a pesar de las
múltiples investigaciones que se llevan a cabo en este campo. Los estudios
hasta la fecha sugieren que no existe una causa única que provoque la
hiperactividad y  las características de su cuadro sintomático, sino que éste se
origina, más bien, en respuesta a la interacción de muchas factores durante la
etapa gestacionaria.  

En este sentido, podemos distinguir entre factores de origen biológico y


factores psicosociales-ambientales como posibles agentes desencadenantes,
faciliatadores y/o agravantes.

 Factores genéticos

Se han demostrado que los factores de origen hereditario explican en un 80%


de los casos la aparición del trastorno, siendo la probabilidad de presentar el
trastorno mayor si algún progenitor  está afectado, esto es,  que el padre o la
madre tengan hiperactividad multiplica por 8,2 el riesgo de padecer el trastorno.

El coeficiente de heredabilidad de la hiperactividad es de 0,76, lo que significa


que si el niño tiene hiperactividad, el 76 por cierto se explica por causa
genética. A pesar de estas cifras, no existe una acción genética directa, por lo
que un padre tenga hiperactividad no determina con exactitud que sus hijos
vayan a desarrollarlo, tan sólo que existe una probabilidad mayor, como ocurre
con otras patologías psiquiátricas como la depresión, o la esquizofrenia.

Los estudios de genética molecular han relacionado el trastorno


fundamentalmente con varios genes en diferentes cromosomas y sus
variaciones en el número de copias. Se trata, por tanto, de un trastorno de
herencia poligénica, es decir,  múltiples genes contribuyen al fenotipo de la
hiperactividad. El principal candidato sería el gen DRD4*7, en el cromosoma
11, responsable de producir el receptor D4 del neurotransmisor dopamina y
que en el caso de los afectado por TDAH este gen está alterado hasta en un
50-60% de los casos (Soutullo y Díez, 2007). 

Por todo ello,  es que la hiperactividad no se trata de un constructo social, o


algo relacionado únicamente con el entorno del niño y su educación, sino que
el origen  de la hiperactividad se debe en buena parte a modificaciones
específicas en determinados cromosomas que componen el genoma humano,
como explicación más plausible hasta la fecha.

Factores neuroquímicos

Las teorías explicativas neuroquímicas describen como origen de las


disfunciones comportamentales y cognitivas y emocionales atribuidas a la
hiperactividad a un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales del córtex
prefrontal, los ganglios basales y las conexiones frontoestriadas, lo que
provoca fallos en el sistema ejecutivo del cerebro y los mecanismos de
inhibición y autocontrol.

Estos fallos en el funcionamiento cerebral se explican debido al desequilibrio de


los neurotransmisores dopamina y adrenalina (sustancias químicas del cerebro
encargas de transportar la información) que provoca que la producción de
estos dos neurotransmisores sea irregular. Este déficit de dopamina y
noradrenalina genera problemas en los circuitos reguladores de varias zonas
del cerebro como el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales
lo que altera el funcionamiento de las funciones ejecutivas, responsables de
dirigir el foco de atención, planificar, organizar y regular la conducta e inhibir
estímulos irrelevantes del entorno.

 Factores psicosociales

Más allá de los agentes ambientales que no parecen implicados en el origen


del trastorno (aditivos, determinados alimentos) algunos estudios si relacionan
algunos agentes externos como precipitantes o contribuyentes a la aparición de
la hiperactividad durante la etapa gestacional (factores Prenatales) o cerca del
nacimiento (perinatales) como: el tabaquismo (Langley, 2005 y Thapar, 2009) y
el estrés y ansiedad maternas durante el embarazo (Rice 2010,  Van der Bergh
y Marcoen, 2004,2005). Pero no existen evidencias científicas concluyentes
acerca de que exista una relación directa de causa efecto sobre estas
variables.

A pesar de que el estilo de crianza y la educación recibida no es origen del


trastorno, si contribuye a agravar los síntomas y la evolución del trastornos en
niños que ya presentan el trastorno, por lo que la elección de intervenciones
psicológicas, educativas y familiares adecuadas contribuyen a una mejoría de
los síntomas y a un mejor pronóstico.

 Alteraciones cerebrales

Una investigación realizada recientemente en el Departamento de Psiquiatría


de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos,
ha encontrado que el cerebro de los niños hiperactivos madura más
lentamente, sobre todo en el momento de establecer las conexiones neurales.
En otras palabras, las conexiones que se establecen en la red cerebral que
controla el pensamiento y la red que le permite al pequeño concentrarse en las
actividades externas, funcionan de manera más lenta que en el resto de sus
coetáneos. Esto explica por qué les resulta tan fácil distraerse y tan difícil
mantener la concentración durante largos períodos de tiempo.
Asimismo, se ha confirmado la existencia de pequeñas lesiones cerebrales en
el lóbulo frontal (el principal encargado de modular el comportamiento), como
consecuencia de la exposición a algunas toxinas o como resultado de un daño
físico.

 Factores ambientales

En los últimos años los casos de hiperactividad infantil se han incrementado


notablemente por lo que los investigadores han comenzado a escrutar los
factores ambientales en busca de una explicación. Muchos expertos opinan
que fumar durante el embarazo es un factor de riesgo para la aparición de la
hiperactividad infantil pues la nicotina puede causar hipoxia (falta de oxígeno)
en el útero materno y afectar el desarrollo cerebral del niño.
Además, se conoce que el consumo de cocaína y heroína durante el
embarazo, así como la exposición durante la etapa intrauterina a metales como
el plomo y el zinc, el bajo peso al nacer y el nacimiento prematuro son otros
factores que pueden provocar hiperactividad infantil.

 El medio social
Por lo general, los factores sociales no se consideran determinantes para la
aparición de la hiperactividad en niños pero desempeñan un papel fundamental
en la agudización del trastorno. Hoy se conoce que algunas situaciones,
como un divorcio mal manejado, el estrés familiar o la violencia doméstica
pueden incidir negativamente en el niño y acentuar los síntomas propios de la
hiperactividad.
 La dieta
Varias investigaciones han intentado desvelar el papel que desempeña la
alimentación en la aparición de la hiperactividad infantil. Hoy se conoce que la
comida basura (los alimentos ricos en grasas y azucares que aportan pocos
nutrientes) ejerce una influencia negativa sobre la conducta y puede exacerbar
la hiperactividad. Asimismo, se ha encontrado que una dieta baja en ácidos
grasos omega 3, implicados en el desarrollo y el funcionamiento cerebral,
puede contribuir al desarrollo del trastorno.
BIBLIOGRAFÍA

 Soutullo, C. y Díez (2007). Manual de Diagnóstico y Tratamiento del


TDAH. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

 Cunningham, B (2014). Entender la hiperactividad de su hijo.


Understood. UNDERSTOOD.ORG USA LLC.

 Sanita. (2016). Parte de la Bupa. TDAH: qué es, síntomas y causas.

 Delgado J. (2015). Causas de la hiperactividad infantil. Etapa Infantil.

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