La novela Un Mundo para Julius va a ser un retrato pernicioso de una Lima en

una época de mediados del siglo XX, se va entrelazar un amargo glamour con
una realidad peruana con bases de una ciudad virreinal, de las cuales se
traslucirán la elegancia, la distinción, en la cual vive Julius, que poco a poco
irán evolucionando con la modernización que se dará en ese entonces,
tomando como modelo la poderosa vida de los Europeos y Norteamericanos,
pero no solo en ello, pues no se desprenderán de sus raíces sociales que le
fueron heredados, como también de aquellos privilegios con los que contaban.
Desde el comienzo de la novela se presenta que los maridos de Susan eran
señores de un espacio, considerado por el autor como palacios, en
consecuencia, de ellos vemos que el desarrollo va a darse con títulos aludidos
a la opulencia en la que vivía Julius. Dentro de uno de los párrafos de la novela
vemos que se ha de generar un cambio y que este se subrayaría como hito de
la nueva etapa que viviría el protagonista, caducaría aquel concepto de la
colonización hispánica que era respetable, atravesando la moral burguesa,
hasta llegar con un mundo hedonista, pagano e inclusive incestuoso como lo es
Beverly Hills, una transformación muy dura que experimentarían:
[…] Papá nunca jugaba al golf ni nada, sólo le interesaban las haciendas y el
nombre de su estudio y ganar juicios, sólo pensaba en el nombre de la familia,
no seré abogado... Todos allí parecieron sentir que algo caducaba, tal vez un
mundo que por primera vez veían demasiado formal, oscuro, serio y aburrido,
honorable, antiguo y tristón. […]  querían una casa llena de terrazas, una casa
donde uno salga siempre a una terraza y ahí estén Celso y Daniel sirviéndote
un refresco, donde lo antiguo sea un adorno adquirido o un recuerdo, no lo
nuestro.