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que nunca es necesario transmitir a las nuevas

generaciones. Por esta misma razón, el comba-


te que en su dı́a inició ella misma, para que se
supiese la verdad de lo que aconteció en Melilla
durante la guerra, lo han proseguido sus dos hi-
jas, Mariela y Carlota Leret, que están destinan-
do buena parte de sus esfuerzos en recuperar y
dignificar la memoria de sus padres que, como la
de la propia guerra, durante la transición demo-
crática se intentó hacer desaparecer. Bienvenida
la iniciativa y todas las iniciativas que nos permi-
tan recuperar la historia de los vencidos en una
guerra que no debiera haberse producido jamás.

El Capitán Virgilio Leret


DESEMBRE 2004

David Iñiguez

A las cinco de la tarde del 17 de julio de 1936


Virgilio Leret Ruiz, capitán de aviación, enca-
bezó la defensa de la base de hidroaviones del
150 Atalayón en Melilla frente a las primeras unida-
des del ejército de África que iniciaban la suble-
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vación. La lucha se prolongó unas horas hasta Virglio Leret fotografiado en la base aérea de Atalayón (foto
que agotadas la municiones, los defensores se cedida por Carlota Leret).
rindieron a las muy numerosas tropas de regula-
res indı́genas. A partir de aquel momento, poco Sobre el pasado republicano del capitán Leret,
más sabemos del capitán Leret. Se desconoce su posicionamiento favorable a la República y
con exactitud su cautiverio e incluso existe dis- el compromiso que adquirió con las libertades
paridad de fechas para establecer su asesinato, democráticas existen algunas evidencias en el
aunque algunas fuentes indican que Leret y los expediente del Archivo Histórico del Ejército del
alféreces González y Calvo, junto a otros subo- Aire. Ası́, en diciembre de 1930 y cuando Queipo
ficiales serı́an ejecutados al amanecer del 18 de
julio, momento en el que se iniciaba la subleva-
1. En el Archivo Histórico del Ejército del Aire se encuen-
ción en buena parte de la penı́nsula.1 Esta última
tran dos documentos en su expediente que aportan algunos
versión de los hechos se contradice con la ex- datos sobre la muerte del capitán Leret. El primero trata so-
traoficial que circuló por Melilla —plasmada en bre el hallazgo de los cadáveres de Leret y los alféreces Ar-
las memorias de su esposa, Carlota O’Neill2 — mando González Corral y Luis Calvo Calavia. El segundo,
en la que se afirma que serı́a encarcelado en el es un informe del evadido de la zona fascista, teniente de
ingenieros Gómez Fabián: “El Capitán Leret fue pasado por
fuerte de Rostrogordo y fusilado el 23 de julio las armas al amanecer del 18 de julio, semidesnudo y con
de 1936. Ası́ pues, Leret junto a los alféreces de un brazo roto (...) El suboficial Armando fue pasado por las
aviación Armando González Corral y Luı́s Calvo armas momentos después de haber sido retirado el cadáver
Calavia pasaron a formar parte de la intermina- del Capitán Leret (...) Ambos fueron enterrados en la fosa
común (...)”. Agradecemos a la misma Carlota Leret la docu-
ble lista de fusilados y desaparecidos, asesina-
mentación facilitada para la redacción de este artı́culo.
dos por los militares fascistas que secundaron el 2. O’NEILL, C. (2003): Una mujer en la guerra de España.
golpe en territorio norteafricano. Madrid: Oberón.
de Llano, Ramón Franco, Hidalgo de Cisneros3 veraneo será trágicamente interrumpido por el
y otros oficiales más toman los aeródromos de movimiento de fuerzas que se levantan contra
Cuatro Vientos y Getafe y lanzan manifiestos so- la República en un intento por hacerse con los
bre Madrid proclamando la República, él mismo centros de gobierno y las bases militares meli-
y once pilotos militares más, se niegan a obede- llenses. El destino final del capitán Leret será la
cer la orden de su superior de salir en persecu- ejecución sin juicio ni sumario alguno, mientras
ción de los sublevados. Virgilio Leret será con- su esposa vivirá durante casi un lustro la cárcel,
denado por el delito de sedición, siendo dado de alejada de sus dos hijas trasladadas a un orfa-
baja en el servicio. nato.
Sin embargo, no iba a ser esta la última vez que A lo largo de los años, la historia del capitán Vir-
se le condenara. La polarización del estamento gilio Leret y su estudio pionero sobre el Mototur-
militar y de la oficialidad a lo largo de estos con- bocompresor han permanecido en silencio. No
vulsos años será habitual, como lo muestran las obstante y gracias a Carlota Leret, hija del avia-
diversas adhesiones a la UME (Unión de Mili- dor, se han podido conocer los detalles acerca
tares Españoles) y la UMRA (Unión Militar Re- del diseño de este primitivo motor a reacción,
publicana Antifascista), organizaciones diame- contemporáneo a otros estudios, en Europa y
tralmente opuestas. Además, entre los cuadros Estados Unidos. Conocedor de la importancia
de oficiales se encontrarán simpatizantes falan- del diseño, Manuel Azaña le nombrarı́a en abril

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gistas, monárquicos, comunistas, tradicionalis- del 36 profesor de la Escuela de Mecánicos del
tas,... todo un cruce de ideologı́as entre com- aeródromo de Cuatro Vientos.
pañeros de armas. Cuando el capitán Leret de- La ocultación premeditada de la vida del ca-
nuncia la emisión por radio de la carta de un le- pitán Leret, como en tantos otros casos, lejos de
gionario en la que se vierten opiniones polı́ticas ser anecdótica, evidencia que la historia de la
—contraviniendo el decreto del 19 de julio de aeronáutica militar en España se ha escrito du-
1934 en el que se prohibı́a a los militares a reali- rante años con tintes parciales y arbitrarios. Para 151
zar manifestación de ideologı́a polı́tica alguna o esta historiografı́a, mayoritariamente continua-

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pertenecer a partidos polı́ticos— su superior el dora del proceder franquista, la figura de un per-
general Romerales le abre expediente judicial, sonaje destacado de la aeronáutica española,
se le encarcela en el fuerte del Hacho en Ceuta un militar profesional condecorado hasta seis ve-
y recibe la “recompensa” de dos meses y un dı́a ces en la guerra de África y fiel a la República, si-
de arresto.4 Y por si fuera poco, una vez cum- gue incomodando por el bagaje de asesinatos y
plido su cautiverio el jefe de las Fuerzas Milita- ejecuciones cometidos contra destacados profe-
res de Marruecos el general de División Gómez sionales de diversas armas que cumplieron con
Morato, ordena que se le arreste otro mes por su juramento de lealtad a la bandera republica-
haberse mantenido fiel a la República durante la na.
“Sanjurjada” de 1932. Finalmente, Leret será li- Con el asesinato de Virgilio Leret se quiso elimi-
berado el 1 de febrero de 1935. No obstante, nar la figura de un militar e ingeniero que posi-
su encarcelamiento servirá para que el proyec- blemente trazó las lı́neas a seguir para la crea-
to de diseño del Mototurbocompresor avance a ción del diseño del motor a reacción, el prime-
buen ritmo. Con posterioridad, será trasladado
a Melilla como máximo responsable de la base 3. En julio de 1936 Queipo de Llano y el hermano del gene-
ral Franco se posicionarán a favor del golpe de estado contra
de hidros de Dornier Do-Wal en el Atalayón. Es- la República, mientras por su parte, Hidalgo de Cisneros lle-
tos hidroaviones bastante anticuados se encon- gará a ser el máximo responsable de la aviación republicana
traban con los motores desmontados y buena durante la guerra.
parte del personal de la base se hallaba fuera 4. El general Romerales, liberal, masón y amigo de Azaña,
de servicio. Por estas fechas, Leret disfruta del sin duda se vio forzado a tomar tal decisión debido al entor-
no hostil dominado por los militares más reaccionarios en el
destino y de unas vacaciones junto a su espo- norte de África. Sin embargo, su gesto no le servirá de nada,
sa y dos hijas, Carlota y Mariela, en una draga ya que el mismo Romerales será pasado por las armas el 28
en la Mar Chica. Desgraciadamente, el apacible de agosto de 1936.
ro patentado, pero también esta historiografı́a, fensa, haga buen uso del material cedido por la
hasta la fecha, parece haber querido borrar su hija de Virgilio Leret, Carlota Leret para el estu-
huella, su lealtad y su participación en uno de dio e investigación y sobre todo para la difusión
los primeros enfrentamientos armados contra la de un ingeniero, de convicciones republicanas
sublevación. Debemos destacar que la defensa asesinado y torturado por miembros del ejérci-
de la base de hidros encabezada por el capitán to sublevado, de quien hoy dı́a desconocemos
piloto Leret no fue un simple tiroteo. En él par- cuándo fue pasado por las armas y dónde se le
ticiparı́an civiles, trabajadores y militares leales, enterró.
frente a unidades bien pertrechadas a las que En cuestiones relativas a la represión y depu-
opusieron una dura resistencia. Sin ir más lejos, ración de profesionales, suele ser habitual ha-
las dos primeras bajas del ejército sublevado se blar de colectivos que durante la guerra y la pos-
produjeron justamente en la defensa de la base guerra fueron duramente castigados por el fran-
de hidros encabezada por el aviador Leret. quismo. La clase polı́tica dirigente, cuadros sin-
Sin duda, el ejercicio de ocultación de persona- dicales, maestros, médicos, abogados y otros
jes como Leret no es casual. Hasta 1999 la Re- profesionales relacionados con el mundo de la
vista Aeroplano —del Ministerio de Defensa— cultura y de talante progresista, iban a ser las
no publicó la historia de una destacada figura de principales vı́ctimas de la represión. No obstan-
la aviación gubernamental, Manuel Cascón, eje- te, muy a menudo se olvida que uno de los co-
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cutado por los vencedores al finalizar la contien- lectivos que más sufrirı́a la depuración y el asesi-
da. Y también tuvimos que esperar para que en nato serı́a el de aquellos militares profesionales
la misma publicación se abordara la vida y el tra- que, como el mismo Virgilio Leret, defendieron el
bajo de Virgilio Leret,5 aunque corriendo un tupi- régimen democrático. No nos quepa ninguna du-
do velo sobre su “trágico final”. El caso de Leret, da que si el capitán o comandante Leret hubie-
ejemplifica como pocos la situación de militares se sido un destacado aviador sublevado, cono-
152 destacados leales a la República, ejecutados y cerı́amos mucho más de sus logros y de su vida
olvidados que han permanecido en la sombra. e incluso hoy dı́a, algún hospital, calle o plaza,
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Con este panorama sesgado y arbitrario es co- llevarı́a su nombre grabado en una placa.
mo debemos entender el anonimato y la amne-
sia premeditada de figuras como Virgilio Leret.
Sin embargo, no perdemos la esperanza que Referencias bibliográficas
algún dı́a esta situación se normalice, que las
instituciones militares se abran al estudio, el CUESTA, M. (2002): El motor de reacción de Virgilio
conocimiento y la divulgación sin ocultar ni Leret. Revista Aeroplano No 20. Madrid: Ministe-
rio de Defensa.
ofrecer visiones parciales, que las publicaciones
mantengan rigor histórico y que otras entidades MONTERO, A. (1999): Manuel Cascón: 60 años
como por ejemplo el Museo del Aire restituya de silencio. Revista Aeroplano No 17. Madrid:
los sı́mbolos y objetos republicanos depositados Ministerio de Defensa.
allı́. Deseamos también que los fondos del
O’NEILL, C. (2003): Una mujer en la guerra de Es-
citado museo, dependiente del Ministerio de De- paña. Madrid: Oberón.

5. Para el artı́culo de Manuel Cascón: MONTERO, A.


(1999): Manuel Cascón: 60 años de silencio. Revista Aero-
plano No 17. Madrid: Ministerio de Defensa.. Para el de Virgi-
lio Leret CUESTA, M. (2002): El motor de reacción de Virgilio
Leret. Revista Aeroplano No 20. Madrid: Ministerio de Defen-
sa.

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