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Octavio Paz, Julio Cortázar:


dos centenarios

Octavio Paz, Julio Cortázar:


Two Centenaries

Juan Gustavo Cobo (Colombia)


Escritor
coborda@gmail.com

Resumen Abstract
Este texto presenta un acercamiento a This text presents an approach to the
la trayectoria de vida de estos grandes life of these magnificent authors. Octa-
en la literatura. Octavio Paz, de vio Paz from Mexico and Julio Cortazar
México, y Julio Cortazar, de Argentina from Argentina are contemporary writers
son contemporáneos y su trayectoria who had similarities –such as surrealism
tuvo corrientes similares, tales como el as their favorite trend, and their love for
surrealismo, y gustos, como la pintura, painting– in spite of their political differ-
a pesar de sus discrepancias políticas. ences. This article shows some fragments
Este texto abarca las diferentes obras, of their work as well as a parallel of their
pequeños fragmentos de ellas y una resemblances, by locating them within a
descripción de sus afinidades, en un similar context in Latin American literature
cierto paralelismo, al ubicarlos en un and reality.
contexto similar en la literatura y en la
vida latinoamericana.

Palabras clave: literatura latinoamericana, Keywords: Latin American literature, surre-


surrealismo, Octavio Paz, Julio Cortázar. alism, Octavio Paz, Julio Cortázar.

Para citar este artículo / to cite this article


Cobo, J.G. (2015). Octavio Paz, Julio Cortázar: dos
centenarios. Poliantea, 10(8), pp. 313-321

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Octavio Paz, Julio Cortázar:


dos centenarios

Octavio Paz, Julio Cortázar:


Two Centenaries

Juan Gustavo Cobo (Colombia)


Escritor
coborda@gmail.com

Ambos nacieron en 1914. Uno en México, el otro en Bruselas, de padres


argentinos, y muy pronto iría a la que sería su patria para siempre: Buenos
Aires. Octavio Paz, el mexicano, vivió de cerca la historia de su país. Su pa-
dre, como su abuelo, fueron figuras públicas. Uno como patriarca liberal. el
otro como caudillo zapatista. Pero ambos eligieron la literatura como desti-
no. Cortázar, con el seudónimo de Julio Denis, publica en 1938, su libro de
poemas Presencia. Si bien Paz se inicia como poeta en 1933 con Luna silves-
tre, es en 1937 y en España, más concretamente en Valencia, donde apare-
cerán Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España. O sea que podemos
considerarlos, en dos (o tres) extremos del mundo miembros de una misma
generación que ya poseía un rasgo singular: un cierto cosmopolitismo via-
jero que no por ello perdía sus raíces.
Sin embargo, en 1947, Cortázar escribe su Teoría del túnel (que solo será
conocida y publicada en 1994), donde en un razonado ensayo analiza las ca-
racterísticas de la novela y sugiere cómo el futuro de ella debe darse a partir
de una síntesis de existencialismo y surrealismo. Surrealismo, concepción del
universo y no sistema verbal, que busca la restitución, el reencuentro con la
inocencia. Profundizará y será fiel a estos propósitos cuando en la década de
1950 viaja a París y luego se instala allí de manera definitiva.

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En 1945, Octavio Paz ingresa en Surrealismo compartido


el servicio exterior mexicano. Uno de En 1949, Julio Cortázar publicó
sus primeros destinos será París (más una nota titulada “Un cadáver vivien-
tarde Japón y la India), donde a tra- te”. Comenzaba así: “Claro, me refiero
vés de figuras, como Benjamin Péret al surrealismo”. Y luego de demostrar
o Paul Éluard, estará cerca del grupo en forma palmaria que no estaba tan
surrealista y su figura central: André muerto como se deseaba, concluía:
Breton. Escribirá un poema, “No-
che en claro”, incluido en Salaman- Conviene acordarse de que del primer
dra (1962), donde revive su diálogo juego surrealista con papelitos nació
nocturno por las calles de París con este verso: “El cadáver exquisito be-
Breton y Péret. Pero quizás el mejor berá el vino nuevo”. Cuidado con este
fruto de su estadía en París sería pre- vivísimo muerto que viste hoy el más
parar y ver publicado en México en peligroso de los trajes, el de la falsa
1949 su libro Libertad bajo palabra. ausencia, y que presente como nun-
Que Julio Cortázar reseñará en la re- ca, allí donde se lo sospecha, apoya
vista SUR, de Buenos Aires (número sus manos enormes en el tiempo para
182, diciembre de 1949). no dejarlo irse sin él, que le da sen-
tido. Cuidado, señores, al inclinaros
Sabe distinguir entre (las palabras) sobre la fosa para decirle hipócrita-
que se ordenan poéticamente y las mente adiós, está detrás vuestro y su
que solo por prestigio retórico o alegre, necesario empujón inesperado
psicológico tienden a instalarse en puede lanzaros dentro, a conocer de
el poema; a estas últimas las arroja veras esta tierra que odíais a fuerza
por la borda, o las neutraliza some- de ser finos, a fuerza de estar muer-
tiéndolas a curiosas significaciones tos en un mundo que ya no cuenta
marginales, que son uno de los en- con vosotros (Obra crítica 2, Madrid,
cantamientos de su verso (Obra crí- Alfaguara, 1994, pp. 179-180).
tica 2, p. 207).
En 1954, Octavio Paz dictaba
Elemental y entrañable para ha- una conferencia en la Universidad
cerse comunicable, tal la opinión de Nacional de México que se titulaba
Cortázar en su primera lectura de “El surrealismo” y que compartía el
Octavio Paz. mismo tono de Cortázar en su nota:

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Pero el cadáver estaba vivo. Tan vivo interior donde nos descubrimos no-
que ha saltado de su foso y se ha pre- sotros mismos.
sentado de nuevo ante nosotros, con
su misma cara terrible e inocente, III.
cara de tormenta súbita, cara de in- Los primeros cuentos de Julio
cendio, cara y figura de hada en me- Cortázar (Bruselas, 1914-París, 1984)
dio del bosque encantado. Seguir a aparecen fechados en 1937 y tratan
esa muchacha que sonríe y delira, temas que ya identificaríamos con
internarse con ella en las profundi- su obra: vampiros, brujas, señoritas
dades de la espesura verde y oro, en de provincia, que se aburren y sue-
donde cada árbol es una columna ñan. También fantasías de muerte
viviente que canta es volver a la in- y crímenes que parecen suceder en
fancia. Seguir ese llamado es partir otro plano, en una imprevista for-
a la reconquista de los poderes in- ma de resolverse, con abuelas y fa-
fantiles. Esos poderes —más gran- milias ceñidas a estrictos horarios
des quizás que los de nuestra ciencia de comidas, noticieros y piyamas y
orgullosa— viven intactos en cada pantuflas a una hora inalterable. Pero
uno de nosotros. Son imaginación siempre ocurrirá algo no programa-
y deseo (Octavio Paz, Las peras del do en esos escenarios que cambian
olmo, Barcelona, Seix Barral, 1982, de forma y orientación. Citemos dos
pp. 136-151). fragmentos, uno de 1943 que refleja
muy bien el tono y la atmósfera ya
La actividad poética como ope- tan cortazariana:
ración mágica y el triángulo clave de
libertad, amor y poesía son otros de La juventud de Paula ha sido tris-
los principios cardinales que Paz se- te y silenciosa, como ocurre en los
ñala. El humor y la imaginación hacen pueblos a toda muchacha que pre-
que el mundo ya no sea más un “ho- fiere la lectura a los paseos por la
rizonte de utensilios”, sino un campo plaza, desdeña pretendientes regu-
magnético. Donde el yo convertido en lares y se somete al espacio de una
ilusión (hablar sería crear) nos acer- casa como suficiente dimensión de
ca la convicción de que el amor es la vida. Por eso, al apartar ahora los
forma más alta de la libertad: libre claros ojos del tejido —un pull-over
elección de la necesidad. Aventura gris simplísimo—, se acentúa en

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su rostro la sombría conformidad Thomas de Quincey y una tremenda


que alcanza la paz a través de mo- bibliografía acerca de Sandro Botti-
derado razonamiento y no con el celli (p. 82).
alegre desorden de una existencia
total. Es una muchacha triste, buena, La provincia y la lectura, el ma-
sola. Tiene veinticinco años, terro- gisterio y la aventura, tanto su perso-
res nocturnos, algo de melancolía. naje, Paula, como su autor, Cortázar,
Toca Schumann en el piano y a veces profesor, traductor, melómano, se nu-
Mendelssohn; no canta nunca pero tren en aquellos años quietos. Ya que
su madre, muerta ya, recordaba an- por debajo comienzan a insinuarse
taño haberla oído silbar quedamen- las relaciones inquietantes, las pose-
te cuando tenía quince años, por la siones diabólicas, las máscaras que
tarde (Bruja, p. 66, Julio Cortázar, son rostros, los encuentros a deshora.
Cuentos completos, vol. I, Buenos Que muestran en climas anodinos y
Aires, Alfaguara, 1999). sofocantes las pulsiones sin nombre
de esas estancadas cárceles que son
Ahora pasemos al propio Julio los pueblos camuflados bajo las cere-
Cortázar, que también en 1943, en monias rituales, detrás de las aparien-
“Distante espejo” nos habla de la ciu- cias solo por fuera comunes. Ya arden
dad de Chivilcoy, en la provincia de las llamas de lo insólito y marginal,
Buenos Aires, donde se desempeña como sucederá cuando se instale en
como profesor de la Escuela Normal Buenos Aires y publique, en 1951, su
y en horas libres lee la Biblia de Lu- primer libro de cuentos, Bestiario, a
tero, escucha jazz y mantiene un re- los que seguirán entre otros, Las ar-
gistro de sus pasiones intelectuales: mas secretas (1959) y Todos los fuegos
el fuego (1966).
En 1939 fueron las obras completas Se ha casado con Aurora Bernár-
de Sigmund Freud; en 1940 novelas dez, ella traduce a Faulkner y Sartre,
inglesas y norteamericanas, poesía él las Memorias de Adriano, de Mar-
de Éluard y Saint-John Perse; 1941, guerite Yourcenar, y ambos trabajan
Lewis Carroll (exhaustivamente), en la Unesco como traductores profe-
Kafka y unos libros indios de Fan- sionales en insólitas conferencias por
tone; en 1942, la historia de Gre- el mundo, que se enlazan con otras de
cia de Bury, las obras completas de la FAO o de la Comisión de Energía

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Atómica, con sede en Viena, que les fuera alguien que me está mirando”
permiten vivir y viajar por muchas (p. 461). Y a partir de Morelli, teóri-
partes. Entre otros lugares, a Nueva co que dentro de la novela reflexiona
Delhi, donde Octavio Paz, embajador sobre ella, una muy amplia, erudita
de México en la India, lo alojará en la y exhaustiva meditación sobre el he-
residencia oficial. cho de escribir. Donde el lector será
Allí se incrementará, en textos y copartícipe y copadeciente de la ex-
poemas, un diálogo que se había rei- periencia por la que pasa el novelista,
terado con la inclusión de un poema “en el mismo momento y en la misma
de Octavio Paz en Rayuela (1963) y forma” (p. 453). Porque el lenguaje,
de un elogioso ensayo de Cortázar ya petrificado en fórmulas, ya fosi-
sobre Libertad bajo palabra (1949). lizado en lugares comunes, necesita
En la página 618 de Rayuela: ser revivido, “del ser al verbo, no del
verbo al ser”. Lo que cuenta no es es-
Mis pasos en esta calle cribir. Es desescribir.
Resuenan Por ello, es necesario considerar
En otra calle el lenguaje como el tema capital. La
Donde oigo mis pasos ruptura y demolición de lo que es-
Pasar en esta calle taba congelado y que era necesario
Donde dinamitar. En los textos de Aguila
Solo es real la niebla o sol (1949-1950), Octavio Paz in-
(Octavio Paz) cluye una sección titulada “Trabajos
del poeta”. Comparto el número XII,
Por ello, mantendrá los versos que muestra muy bien sus propósitos.
de Octavio Paz como una clave que Concentrados ataques a las mismas
abre otras puertas, que convoca nue- limitaciones que nos hemos impuesto.
vos sentidos y aperturas a otros mun- Obstáculos que por negligencia, des-
dos. En la página 484 citará Cortázar idia o dejadez complaciente nos im-
a Octavio Paz: “muslos de sol, recin- piden superar esa pasividad de quien
tos del verano”. apenas sí subsiste entre lugares comu-
Pero también se da, vía Susuki, nes y fórmulas desgonzadas. Quizás
el budismo zen: desprendernos de al otro lado del muro encontremos la
nosotros, vernos alejarnos. Media la vida plena y no soportada o recortada.
incurable nadería del yo “como si yo

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Luego de haber cortado todos los Piensa en esto: cuando te regalan un


brazos que se tendían hacia mí; luego reloj te regalan un pequeño infierno
de haber tapiado todas las ventanas florido, una cadena de rosas, un ca-
y puertas; luego de haber inundado labozo de aire. No te dan solamente
con agua envenenada los fosos; lue- el reloj, que los cumplas muy felices
go de haber edificado mi casa en la y esperamos que te dure porque es
roca de un No inaccesible a los ha- de buena marca, suizo con áncora
lagos y al miedo; luego de haberme de rubíes; no te regalan solamente
cortado la lengua y luego de haberla ese menudo picapedrero que te ata-
devorado; luego de haber arrojado rás a la muñeca y pasearás contigo.
puñados de silencio y monosílabos Te regalan —no lo saben, lo terrible
de desprecio a mis amores; luego de es que no lo saben—, te regalan un
haber olvidado mi nombre y el nom- nuevo pedazo frágil y precario de
bre de mi lugar natal y el nombre de ti mismo, algo que es tuyo pero no
mi estirpe; luego de haberme juzga- es tu cuerpo, que hay que atar a tu
do y haberme sentenciado a perpe- cuerpo con su correa como un bra-
tua espera y a soledad perpetua, oí cito desesperado colgándose de tu
contra las piedras de mi calabozo muñeca. Te regalan la necesidad de
de silogismos la embestida húmeda, darle cuerda todos los días, la obli-
tierna, insistente, de la primavera. gación de darle cuerda para que siga
siendo un reloj; te regalan la obsesión
Por su parte, en 1962, Julio Cor- de atender a la hora exacta en las vi-
tázar, en sus Historias de cronopios y trinas de las joyerías, en el anuncio
de famas emplea otra arma peligrosa: por radio, en el servicio telefónico.
el humor. Y lo hace contra el mayor Te regalan el miedo de perderlo, de
enemigo posible: aquel que está den- que te lo roben, de que se te caiga
tro de nosotros y, poco a poco, nos al suelo y se rompa. Te regalan su
encoge, arruga y hace desaparecer: el marca, y la seguridad de que es una
tiempo mismo. Que creemos usar y marca mejor que las otras, te rega-
dominar y es él quien nos esclaviza lan la tendencia a comparar tu reloj
como en este “Preámbulo a las ins- con los demás relojes. No te regalan
trucciones para dar cuerda al reloj”: un reloj, tú eres el regalado, a ti te
ofrecen para el cumpleaños del reloj.

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Octavio Paz y Julio Cortázar se avecina. “De los ochenta nos han
recuerdan al Che Guevara matado por lo menos a cincuenta o
En 1967, desde Nueva Delhi, Octavio sesenta”. Pero que también cambia el
Paz le responde al poeta español León tono al recordar un cuarteto de Mo-
Felipe agradeciéndole una carta poe- zart, llamado La caza, al trasponer
ma y lamentando un desencuentro en “una ceremonia salvaje a un claro goce
México. Mientras le escribe llega la pensativo”, “una torpe guerra a un or-
noticia: la muerte del Che Guevara. den que le dé sentido”. Conmovido por
su muerta, Cortázar dedicará al Ché
La muerte del Comandante Guevara un poema fraterno.
Guevara
también es ruptura
no un fin AL CHE
Su memoria Yo tuve un hermano.
no es una cicatriz No nos vimos nunca
es una continuidad que se desgarra
pero no importaba.
para continuarse
La poesía Yo tuve un hermano
es la hendidura que iba por los montes
y el espacio mientras yo dormía.
entre una palabra y otra
configuración del inacabamiento. Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
En la edición de su Obra poética caminé de a ratos
(1935-1988), que Octavio Paz publica cerca de su sombra.
a fines de 1990, hay una nota aclarato-
No nos vimos nunca
ria que plantea una matización sobre pero no importaba,
esta figura, y acorde con el poema un mi hermano despierto
desgarramiento que es continuidad, mientras yo dormía,

en un propósito de unidad de estas mi hermano mostrándome


naciones. El sueño trunco de Bolívar. detrás de la noche
Cortázar, en Todos los fuegos el su estrella elegida.
(Madrid, La Estafeta Li-
fuego, de 1966, había incluido un cuen- teraria, núm. 383, 18 de
to que rendía un homenaje al Che. El noviembre de 1967).
Che, que desembarca, con asma y entre
pantanos, para internarse en la selva y Grandes traductores ambos, a
luego ascender a la montaña en Cuba. Paz y a Cortázar los une también su
Alguien que ya prevé el desastre que pasión por la pintura. Escribieron

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sobre pintores amigos y llegaron a Sola, G. (1968). Julio Cortázar y el


coincidir en textos complementarias hombre nuevo. Buenos Aires: Sura-
sobre el pintor catalán Antoni Tàpies. mericana.
Son tantos sus puntos en común y
Yurkievich, S. (1987). Julio Cortázar,
también, quizá, sus discrepancias po-
al calor de tu sombra. Buenos Aires:
líticas que hoy, al celebrar su doble
Legasa.
centenario de nacimiento, lo mejor
es señalar estas primeras afinidades
y volver a leerlos y releerlos porque Bibliografía sobre Octavio Paz
ellos dos juntos cambiaron la litera- Ruy Sánchez, Aberto .Una introducción
tura latinoamericana en un momento a Octavio Paz. México, Breviarios 579,
clave de su historia. Fondo de Cultura Económica, 2013.

Phillips, Rachel. Las estaciones poéticas


Bibliografía sobre Julio Cortázar de Octavio Paz México, Breviarios 257,
Bernárdez, A. y Álvares Garriga, C. Fondo de Cultura Económica, 1976.
(editores) (2014). Cortázar de la A a
la Z. Álbum biográfico. Bogotá, Al- Xirau, Ramón .Octavio Paz: el sentido
faguara. de la palabra. México, Joaquín Mor-
tiz, 1970.
García Canclini, N. (1968). Cortázar
una antropología poética. Buenos Ai- Poniatowska, Elena . Octavio Paz. Las
res: Nova. palabras del árbol. México, Plaza y Ja-
nés, 1998.
Goloboff, M. (1998). Julio Cortázar.
La biografía. Bogotá: Seix Barral. Schärer-Nussberger, Maya .Octavio Paz.
Trayectorias y visiones. México, Fondo de
Lastra, P(editor). (1981). Julio Cor- Cultura Económica, 1989.
tázar. Madrid: Taurus.
Gianferrer, Pere . Lecturas de Octavio Paz
Lezama Lima, J. y Vargas Llosa, M. Barcelona, Anagrama, 1980.
et al. Cinco miradas sobre Cortázar
Buenos Aires: Tiempo Contempo- Octavio Paz. Volumen colectivo editado
ráneo. por Pere Gimferrer. Madrid, Taurus,
1982. Incluye el texto de Julio Cortá-
Peri Rossi, C. (2001). Julio Cortázar, zar : “Homenaje a una estrella de mar”.
Barcelona: Omega.

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