ae ae
Capilla
El Juicio Final
Sixtina
TERCERA PARTE
Cristo Juez,
representaco como
ura figura alética y
vigorosa, larzando el
ayo dol castigo. A su
derecha, la Virgen
(detalle ce £1 Juleto
Final, pégine
derecha,
Victor Nieto ALCAIDE
i Un angel portando e! Catedrético de Historia del Arte, UNED
i {ro con el nombre
e los elegidos
(Cetalle ce la parte
Inferior de El Julelo
Final.
UANDO MIGUEL ANGEL CONCLUY6 las
pinturas de la béveda de la Capilla Six
tina se hallaba muy lejos de imaginar
que afios més tarde volveria a enfren-
tarse con otra gran empresa artistica en los
muros de la misma Capilla, con la represen:
taci6n de un Juicio Final
Antes de la realizacién de esta pintura, lo
mismo que en la decoracién de la
boveda, existié un primer proyec-
to de’ dimensiones mucho mas
reducidas, Durante el pontifica-
do_de Clemente vil (1523
1534) se propuso a Miguel
Angel a realizacién de una
pintura, de reducidas dimen:
siones, dedicada a La Resurec-
iin de Cristo, para decorar
una de las paredes menores
de la estancia y de la que se
conservan varios dibujos
preparatorios. La figura de
Cristo aparece como un cla
ro antecedente de la que re-
presentaré posteriormente
Miguel Angel en la pintura
definitiva de El Juicio Final.
La muerte de Clemente Vil,
en septiembre de 1534, des.
vanecié la posibilidad de eje-
cucién de este proyecto. Sin
embargo, su sucesor Paulo Ill
(1534-1549), retomé la idea
Cuando ya contaba sesenta afios, Miguel Angel vuelve a
la Capilla Sixtina para enfrentarse, otra vez en solitario,
ante una pared donde se le pide que represente el Juicio
Final. Esta obra le convertird para siempre en un mito
de realizar una gran composicién con la repre
sentacién de El Juicio Final. Y, aunque no existe
certeza de cuando se iniciaron los primeros
acuerdos, lo cierto es que el 16 de abril de 1535
se comenzaba la construccién de los andamios y
que, un afio después, el muro se hallaba prepa~
rado para iniciar los trabajos. Mientras, el 1 de
septiembre de 1535, el nuevo pontifice nombra-
ba a Miguel Angel pintor, escultor y arqultecto del
Palacio vaticano,
Entre la conclusién de las pinturas de la bé-
veda de la Capilla Sitina yl inicio de 6 Jicio
Final, Miguel Angel habia desarrollado une serie
importante de obras de escultura como la conti-
uacién del Mausoleo de Julio ily las Tumbas me
diceas de San Lorenzo, en Florencia, en las que
se aprecia una evolucién, experimentada en el
‘campo de la escultura, con respecto a los mode:
los de desnudos desarrollados en la decoracién
de la béveda,
La pintura de El Juicio Final, en cuya ejecucién
trabajo Miguel Angel hasta el 18 de noviembre de
1541, supone el inicio de la etapa final de la tra
yectoria del artista en Roma hasta su muerte,
‘acaecida en 1564. Es el momento en que el gran
maestro se conwierte en la referencia y el mito de
haber logrado la suma perfeccién del ideal de be
lleza y la culminacién del arte de todos los tiem:
pos.
muro y el proyecto. La pintura de £1
uicio Final se proyect6 para cubrir la pared del
Tondo de ta Capilla hasta el arranque de la béve-
da. Inicialmente Miguel Angel pens6 respetar las
pinturas allf conservadas, fo que le habria llevado
2 una distribucién compartimentada de las pin:turas de carécter tradicional. Lo cierto es que
abandoné esta idea y proyect6 une compasicion
que ocupaba la totalidad de la pared. Antes de
comenzar el encargo, Miguel Angel tuvo que lo-
arer la totalidad de la pared para realizar su pin
fura. Para ello tuvo que suprimir dos ventanas ce-
aves, destrur el escudo de armas de las Della
Rovere y varias pinturas de Perugino como L3
Asunci6n, @ la que estaba dedicada la capilla y
gue fue mandads pintar por Sixto IV, una vez con:
luidas las obras en 1481, y dos composiciones,
Situadas encima de ésta, que representaban E/
INacimiento de Crista y Moisés salvado de las agues.
También Miguel Angel tuvo que destruir dos com-
posiciones realizades por el mismo artista afios
antes cuando acomstié la decoracién de la b6ve
Ge, concretemente los dos timpanos, que rema:
taban ia pared del testero y que contenian las re
Dresentaciones de Fards, Esrom y Aram, en uno, y
Abrahén, isaac, Jacob y Judes, en el otro.
La destruccién de estas pinturas fue une ex
gencia inevitable para poder realizar una gran de-
oracién en la pared del testero, aunque la su:
presiGn de las representaciones' de personajes
del Antiguo Testamento de los timpanos y de las,
oe
Un angel sostiene la
column de la
‘tegelacon de cristo
(detalle ce a escena
‘superior, derecha, de
£1 Julelo Fina,
composiciones con el Nacimiento de Cristo y Moi
65 salvado de las aguas, restase piezas impor
tantes de los ciclos iconograticos preexistentes y
de la referencia de la consagracién de la capilla
a La Asuncién. La raz6n de esta decisién ha de
buscarse en la concepcién plastica que preside la
obra y el deseo de concebirla como un conjunto
coherente, dotado de una rigurosa unidad tema:
tica y compositiva. Miguel Angel, una vez conse
Buida la totalidad de la pared, la transforms, pri:
vandola de su condicién de cierre, creando la fi
cién de un cielo que crea un inmenso escenario
abierto,
La transformacién experimentada por Miguel
‘Angel en la forma de concebir la composicién del
fresco con respecto a las pinturas de la béveda
no pudo ser més elocuente. En El Juicio Final Mi
gue! Angel prescinde de los efectos escenogréfi
cos de las arquitecturas utilizados en la decora
cin de la bveda para condenser la tensién en el
contrapunto entre espacio y figura, 0 mejor di:
cho, entre el espacio y las concentraciones de fi
guras que toman diversos niicleos. Puede decir.
se que el equilirio entre el argumento cristiano
y el clasicismo pagano de las composiciones im-
perante en la béveda se rompe en favor de un pa
tetismo expresivo y angustiado,
En la evolucién artistica de Miguel Angel, E
Juicfo Final supone el inicio de una ruptura radi
cal con las concepciones clasicistas del arte, que
alcanzaré una proyeccién Iimite en las esculturas
de esta etapa final, como la Piedad de la catedral
de Florencia, realizada en 1550-55, en la que el
artista inicia una trayectoria desentendida del
sometimiento y respeto a la norma y que tendré
su méxima exoresién en la Piedad de Palestrina
(Florencia, Galeria de la Academia) y, sobre todo,
Su postrera Piedad Rondanini (Milén, Castillo
Sforza).
Transformacién Ideolégica. Este cam-
bio de la sensibilidad de Miguel Angel con res:
pecto a su pintura anterior no fue exclusivamen
te consecuencia de una evolucién de su carécter.
‘Aunque es evidente que Miguel Angel plantee una
En la pintura de Miguel
Angel el dramatismo
alcanza unas cotas
insuperables a través
de la expresién que
proporciona su sentido
de la terribilitaconcepcién pléstica nueva que serviré de
modelo y referencia paradigmatica a nu-
merosas realizaciones del Barroco, del
que en muchos aspectos constituye un
preludio, existen otros aspectos que tu:
vieron una incidencia decisiva en esta
nueva orientacién del artista. Uno de ellos
fue la tematica de las pinturas. EJ Juicio Fi:
ral, aunque era un tema ampliamente de-
sarrollada por la iconografia preexistente,
permitfa un desarrollo monumental en el
que eran consustanciales la representa:
ign de efectos patéticos. Sin embargo,
fen la pintura de Miguel Angel, el drama:
tismo alcanza unas cuotas insuperables a
través de la expresién que proporciona su
sentido de la terribilita. Hasta el punto de
que este efecto desarrolla una auténtica
inflexién de la iconografia convencional
del tema.
El contexto ideol6gico y espiritual que
rodea la ejecucién de El Juicia Final era ra
dicalmente distinto del que existia cuando
Miguel Angel acometié las pinturas de la
béveda de la capilla. Entre una y otra obra
se habian producido diversos aconteci
mientos que tuvieron una incidencia pro
funda, Roma habia dejado de vivir la eufo-
ria de las ‘certidumbres romanas" de
principios de siglo para vivir sometida a
tna profunda crisis después de los efectos psico-
logicos y materiales producidos por el saco de la
ciudad acaecido en 1527. A ello se sumaba, por
otra parte, el creciente arraigo de los principios
de la Reforma y la correspondiente respuesta de
la Contrarreforma y su repercusién en los progra:
mas y concepciones del arte religioso.
Ei Juicio Final de Miguel Angel resulta, a este
respecto, una de las maximas expresiones de
esta crisis y, a la vez, un intento de fir
macién y supervivencia. Sin embargo,
todos estos condicionantes no son
Uno de os elegidos
fs ayudaco a subir at
elo por tro que le
sostione con su
‘mane (artibg). Grupo
e almas que rodean
2 Cristo y ala Virgen
(abajo).
suficientes para explicar la magnitud de
la pintura de Miguel Angel, que pronto
fue objeto de duras criticas. Sernini, en
tuna carta del 19 de noviembre de 1541
al cardenal Gonzaga le transmit a op
nién de algunos que “...dicen no estén
bien los desnudos en tal lugar, que mues
tran sus partes’. Las criticas de orden
moral determinaron que la Congregacién
del Concilio de Trento ordenase, el 21 de
enero de 1564, que se cubriesen las per
es “ofensivas" de los cuerpos. Sin em
bargo, estas criticas, dirigidas a los ces
rnudos, nada tenian que ver con una falta
de ortodoxia de la pintura, como se ha
querido suponer recientemente.
Es evidente que Miguel Angel ha cambia-
do, pero no lo es menos que su pintura se
‘orienta a conmover y a expresar un esta
do de énimo interior mas que a estable
cer una demostracién triunfante, como
en las pinturas de la boveda. Miguel
Angel, en los ignud de la b6veda, habia
desarrollado un corpus de modelos de
desnudos articulados desde el principio
de secuencia y variaci6n. En El Juicio Fi
nal, Miguel Angel lleva hasta sus citimas
consecuencias esta preocupacién por 2
desnudo a través de las casi cuatracien
tas figuras de la composicién. Hasta el
punto de que las carnaciones de los cuerpos de-
terminan el efecto cromético dominante en el
conjunto, salpicado por las notas de color, lum.
1noso e hiriente, de aigunas indumentarias y des
tacandose sobre el fondo azul del cielo.
A diferencia del efecto de serialidad y varie
cién de las pinturas de la béveda, Miguel Ange!
desarrolla en El.Wuicio Finai la idea de une diversi
dad_infiniRepresentacién de
san Sebastian,
marti, que leva en
sus manos un haz de
‘techas, aluclenco
‘su martio,
ta, Una diversidad en la que las figuras dejan de
ser las plezas ordenadas de un c6digo o un siste
ma para convertirse en la imagen de las infinites
posibilidades de la expresién individual como lu
cha contra lo fatidico. En El Juicio Final, la tensién
de las figuras es la consecuencia de la rebelién
frente a la fatalidad del torbellino imparable del
ritmo circular, ascendente y descendente, de la
Fortuna expresado por la rueda de los elegidos y
‘condenados. Expresion individual cargada de una
tensién que ya aparecia sugerida en las figuras
del Mgusoleo de! Papa Jitio Il, pero que aqui Mi-
‘uel Angel acentda a través de los ndcleos de
energia concentrada que forman los diferentes
grupos. Antes de Miguel Angel, solamente Luca
Signorelli en El Juicio Final de la catedral de Or-
Vieto (1499-1500) habia introducido un efecto
distorsionador en las actitudes de los personajes
‘que preludia el patetismo de Miguel Angel
Ja Capilla Sixtina, que sacé a ta luz la au
téntica intensidad del color de la obra de
Miguel Angel. Los frescos, ademas de a abundante
suiciedad, tenia numerosos repintes ¥capas de agua
de cola que ennegrecian sensiblemente el conjun-
40, Los trabajos de restauracién fueron llevados a
"Gabo entre la primavera de 1990 y marzo de 1994,
j idirigidos por Gianluigi Colalucc, rstaura-
ticanos, Para la restauracién
| Juicio Fina fue objeto de una restaurackén
I reciente, al igual que las demas pinturas de
Cristo como juez. Miguel Ange! concibi6 E1
Juicio Final como una composicién unitaria, ca-
rente de compartimentaciones arquitectonicas y
dividiéndola en cuatro registros horizontales de
figuras. Los dos superiores estén dedicados al
mundo celestial, mientras que los dos inferiores.
al terrenal y al infierno. En los medios puntos del
remate, representé grupos de éngeles portando
los atributos de la pasién.
EI cuerpo inmediatamente inferior es el que
presenta un mayor desarrollo compositivo y el
ue posee una mayor condensacién simbélica y
significativa del conjunto. En el centro, presicien
do todo el conjunto, se halla Cristo juez, destaca-
do pléstica y visualmente como una figura atléti-
a, vigorosa e iluminada, lanzando el rayo del
castigo al grupo que se halla a la izquierda, A su
dereche, en un plano secundario, aparecen la Vir
gen y figuras de apéstoles y patriarcas, mértires,
Virgenes y bienaventurados, a ambos lados, entre
las que se ha querido ver una representacién de
los profetas en las atléticas figuras a nuestra de:
recha, en contraposicién de la representacién de
las sibilas del lado contrario.
La figura de Cristo como representacién de la
Justicia, contrasta con la de la Virgen, evocadora
de la misericordia. Sin embargo, aunque contra-
puestas y diferenciadas ambas figuras, expresan
tna misma idea y un mismo principio y sent
miento. A los pies de Cristo destacan las figuras
de san Lorenzo y san Bartolomé, probablemente
por que a elias, ademds de a la Asuncién, se de-
dicd la Sixtina, En la piel que sostiene san Barto
lomé, Miguel Angel se represent6 a sf mismo co
imo la Gnica alma no encarnada de toda la com.
posicién que no era merecedora de la presencia
de Cristo ante quien intercede el santo y el artis.
4a ofrece la pinture como una buena obra
En el espacio central del registro inferior, se
halla el grupo de éngeles tocando las trompetas
ara despertar a los muertos, mientras dos de
ellos sostienen, segiin describe el Apocalipsis
PCC Cee
‘contd con la colaboracién de Maurizio Rossi, Pier
Giorgio Ronettiy Bruno Barat La supervisién co-
‘6 a cargo de Carlo Pietrangeli y Fabrizio Manci-
nell. Antes de iniciar los trabajos se desaroll6, du-
‘ante todo un afio, una fase previa de andlisis de la-
oratorio, orientada a determinar el estado de con:
servacion y la técnica utilizada por el pintor. Se vio
que, frente a la division del conjunto en diversas
‘onas de la béveda, El Juicio Final se acometi6 co-
‘mo un conjunto unitatio, cuya superficie pintada
cocupa 180,21 mettos cuadrados,Angel se representé a si mismo como la Gnica
| En Ia piel que sostiene san Bartolomé, Miguel
alma no encarnada de toda la composicién
Grupo de santos en
tomo 8 Cristo. Als
erecta, Miguet Anges
ha represented i
‘figura de san Pedro.
fundador de
Iglesia, en acti oe
evoNver las aves &
(isto, La fgwra-en
primer piano,
sertads, 22
leaulerda, es sam
Bartolomé, que fev
‘una piel desolada en
Jo que Miguel Angst
se autorretraté,
come querienso
Indlear que no ere
digno de estar ents
presencia de Crist,re |
(20, 12) el pequero Libro de la Vida y el gran Libro
de la Muerte. A ambos lados, describiendo un mo:
vimiento contrapuesto, ascendente y descendente,
se hallan dos grupos. A la izquierda, aparecen los
que ascienden para ser juzgados; a la derecha, los
condenados que se precipitan al infierno.
En correspondencia con estos dos grupos, se
hallan las figuras del registro inferior con la re.
presentacién de la resurreccién de los muertos y
os condenados que son trasladados en la barca
de Caronte, escena que se ha querido ver inspira.
da en el Infierno de Le Divina Comedia de Dante
(lll, 109.111). En el centro de este registro infe-
rior, situado como contraposicién en el mismo eje
en que se halla la figura de Cristo, Miguel Angel
represent6 la boca del Infierno.
En la composicién de E! Juicio Final, al igual
que anteriormente en la decoracién de la béveda,
Miguel Angel ha prescindido de los efectos nor-
mativos de la perspectiva tridimensional. Las fi,
guras experimentan un aumento de escala a me-
dida que se hallan en los registros superiores. El
central, con la figura de Cristo, contiene figuras
representadas a una escala mayor que el superior
El efecto final es el de
una composicion
plasmada sobre una
superficie convexa en
cuyo centro se halla la
figura de Cristo
Grupo de santos en
torno a Cristo. En o!
cent, san Juan
Bautista vste un
manto de pie,
simbolo de
penitenci. El que se
woelve de espaldas
puede ser san
‘Andrés, que leva una
cruz en forma de
spe.
Vista general de
syupo de angeles
‘trompeteros cue
Miguel Angel stub en
el conto de su
composicién,
Justamente dejado de
la figura de Cristo,
abai.
y los dos inferiores. Ademés, el grupo central,
presidido por Cristo, ha sido concebido a una es.
cala mayor que los grupos de figuras laterales de
este mismo registro.
Miguel Angel establece asf una alteracién de la
perspectiva en funcién de la jerarquia y del signi
ficado de las figures que rompe toda sensacién
planimétrica de la composicién y el efecto de ho
rizontalidad que podrian producir os distintos re
gistros. El efecto final es, por el contrario, el de
na composici6n plasmada sobre una superficie
convexa -que subrayan las acentuadas composi
ciones en diagonal de los angeles de los timpanos
con los atributos de la PasiGn- en cuyo centro se
halla la figura de Cristo. Esta solucién introduce
tn efecto de perspectiva invertida pero, sobre to:
do, transmite a toda la composicién un efecto de
movimiento rotatorio cuyo centro es la figura lu
minosa de Cristo, a la manera de un sol divino, de
Un Sol justitiae.
Desde los primeros tiempos del cristianismo
la identificacién de Cristo con la luz y el sol se
habia sucedido ininterrumpidamente. En la con:
cepcién general de la composicién, Miguel Angel
ha descrito una ordenacién cosmol6gica de los
cuerpos en el universo siguiendo, como ha apun:
tado Tolnay, una concepeién heliocéntrica ~que
se_adelanta al descubrimiento de Copérnico
(1543), recuperando la hipétesis de la Antigile
dad- presidida por Cristo, como el astro lumi
noso que preside el sistema solar y el orden del
universo.
Para saber mas
LLORENS, Toms, Miguel Angel, Madrid, Histo
ria 16, 1994. TOLNAY, Carles de, Miguel Ange!,
escultor, piotor y arquitecto, Madrid, Alianza,
1985, PARTRIDGE, Loren, MANCINELLI, Fabri
io, COLALUCCI, Gianluigi, El Juicio Final. La
obra y su restauracin, Madrid, Nerea, 1998.