MAMPOSTERÍA

Se denomina mampostería al sistema tradicional de construcción, y por ende

el más antiguo realizado por el hombre, el cual consiste en erigir muros
utilizando materiales fácilmente manipulables, y los cuales suelen ser pétreos
o arcillosos. Podemos encontrar por ejemplo rocas de tamaños y pesos que
son manejados por un solo hombre sin necesidad de maquinaria pesada, es
decir caben en su mano y su peso no excede el esfuerzo del sistema
musculoso del ser humano, ya que oscilan entre los 40 y 50 kg. También
encontramos los ladrillos o tabiques, los cuales por su tamaño y peso son
fácilmente manejados en la construcción, generalmente tiene forma de
paralelepípedo.

Mampostería Ordinaria Pegada con Mortero: Las piedras de formas

irregulares, se colocan tratando de formar capas o hiladas horizontales,
llenando los espacios con mortero; no alcanza notable resistencia a la
compresión.

Mampostería de Piedra Labrada: Cuando las piedras ordinarias se trabajan

con puntero y maceta se transforman en piezas de formas regulares, con
ellas se obtienen superficies muy parejas y las juntas se pegan con mortero.

Mampostería de Sillería o de Piedra Tallada: Se emplea la piedra natural que

se labra por todas sus caras y recibe el nombre de sillería; este proceso es la
estereotomía, ciencia dedicada al tratamiento geométrico de la piedra.

Las superficies del sillar se terminan con la herramienta llamada buzarda, la

cual le da un aspecto tosco muy apreciado en las obras clásicas.

Las tenazas ó castañuelas son las herramientas más empleadas para manejar
el sillar.

La longitud de la piedra debe ser por lo menos igual a su altura (la relación
conveniente debe ser 1 a 2), las piedras largas se rompen con más facilidad.
Para la construcción de un muro, las piedras se colocan en un plano
horizontal, a esto se le denomina zoga cuando la longitud de la piedra
coindice con el paramento del muro, y tizón cuando la longitud es
perpendicular a la dirección del muro. Lo conveniente debe ser la traba zoga-
tizón.

Ladrillos: Desde el punto de vista de su manufactura se distinguen los

adobes, los ladrillos hechos a mano, y los ladrillos prensados y cortados a
máquina. Desde el punto de vista de su cocción se distinguen ladrillos
rosados, ladrillos cocidos y ladrillos recocidos.

Los adobes no tienen cocción alguna, mientras que los ladrillos que son
hechos a mano no cumplen las condiciones exigidas para los buenos ladrillos
y sus dimensiones varían.

A los ladrillos rosados la humedad los desintegra y descompone. El ladrillo

cocido es el más recomendable por su estabilidad y dureza.

Los ladrillos recocidos adquieren un color más rojizo, son muy impermeables,
muy resistentes a los agentes atmosféricos. Por su forma y dimensión se
clasifican en:

Toletes: Son de masa compacta, dimensiones generales: 12 x 25 x 7 cms.

Huecos (Bloques): Tienen los vacíos en el sentido longitudinal, dimensiones:

longitud 37 cms; ancho 23 cms, espesor 5 cms, 9 cms, 12 cms y 15 cms. Y
corresponden a los números comerciales 2, 4, 5 y 6 respectivamente.

Propiedades: Las propiedades mecánicas de los ladrillos es su resistencia a la

compresión, la cual oscila entre los 80 y los 300 Kg/cms2.