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ROCK: UN NUEVO 1954

Hoy la pandemia hace que nadie la esté pasando bien, y menos los músicos, al igual que
los demás trabajadores que tengan algún vínculo profesional con los escenarios. Los
grandes percances por que atravesó la humanidad siempre produjeron cambios y al
mismo tiempo surgió también siempre una corriente de personas que se oponían a los
cambios, empecinándose en que todo siguiera igual. Esta pandemia va a traer
consecuencias, que a su vez van a modificar necesariamente muchas cosas.

Así como la escasez de combustible que siguió a la Segunda Guerra Mundial encareció
extraordinariamente el transporte de músicos de show en show y las grandes orquestas
dejaron paso a conjuntos reducidos, formados por dos guitarras, bajo y batería, del mismo
modo se presiente que algo está por suceder en la industria musical del futuro cercano.
Ya no serán sólo la digitalidad y el streaming, tendencias de estos años recientes que,
casualmente, dejaron afuera del negocio a los propios músicos. El cambio será mucho
más profundo.

Como la amable invitación que recibí del portal Canción Argentina no se refería a
futurología ni a artes de la adivinación, creo que mi aporte más prudente será comenzar a
desmenuzar en una serie de artículos cómo sucedió y en qué consistió el Gran Cambio
más reciente que conmocionó a la música del mundo en general y de nuestro país en
particular: el nacimiento del Rock. Tal vez este camino nos lleve a imaginar cuál podría
ser el próximo paso.

Algunos estudiosos suelen pujar y debatir por encontrar una fecha o un acontecimiento al
que bautizar como “El Nacimiento del Rock and Roll”. Humildemente creo que no existe
tal cosa, sino que durante más de tres décadas previas se fueron anunciando indicios y
afirmaciones contundentes haciendo oír que se estaba acercando una verdadera
estampida, y que vino a quedarse pastando en nuestras llanuras al menos hasta ahora.

Si Chuck Berry un día decidió transportar la habitual frase de dos notas del jump blues del
piano a la guitarra eléctrica, es porque antes contó con una guitarra, un amplificador y un
micrófono apropiados, pero también porque venía escuchando a muchos precursores que
tomaban ese sonido nuevo nacido de la cercanía con que vivían por primera vez en la
historia familias de afros y de blancos, y era inevitable que unos escucharan lo que
cantaban los otros.

Ya en 1934 las Boswell Sisters aparecieron cantando el tema “Rock and Roll” en una
película, y sabían que ese nombre aludía a los movimientos corporales del góspel durante
el rezo, pero resonaba aún más en sus oídos esa expresión al ser usada para describir
los movimientos de caderas durante las relaciones sexuales. Cientos de elementos
musicales se iban sumando desde el jazz, el swing, el rhythm and blues, el góspel, el
blues y el country, hasta que en 1944 Sister Rosetta Tharpe grabó “Strange Things
Happening Every Day”. Estoy mencionando a mujeres como precursoras del Rock and
Roll.

Así, avanzando los años de diez en diez y con muchas escalas intermedias, llegamos al
famoso Año 1954, en que además de haber nacido yo y seis días más tarde haber sido
creada AADI, se produjeron las dos grabaciones que dieron origen al debate y la
discordia: en abril Bill Haley y sus Cometas grabaron “Rock Around the Clock” y en Julio,
ya cuando todos se estaban yendo del estudio, Elvis Presley tomó su guitarra y grabó
“That’s All Right”. El Rock and Roll había nacido, aunque hasta el año siguiente no le
llegaría su primer éxito.

En ese 1955 se producía en Argentina un cambio cataclísmico también en la música: el


golpe militar derogaba el Decreto de Protección de la Música Nacional de 1949 y el tango
al igual que el folklore pasaban del auge al desamparo, pero no dejaron el lugar vacante a
una corriente musical extranjera como pretendían las autoridades de facto, sino que
comenzaba su erupción una vibración inédita traída en brazos por una generación con
una voz propia en formación, un sonido propio embrionario y una poética propia que
abrevaba de todas las poéticas del pasado. En 1955, como una broma inocente en forma
de rock and roll, el trombonista Eddie Pequenino grababa en castellano “Rock con
Leche” bajo el nombre de Mr. Roll y sus Rockers.

Así comienza la fecunda historia de un movimiento que ya lleva más de 60 años como
cauce de nutridas, variadas y caudalosas aguas, pero la idea de estos artículos no es
historiar meticulosamente el Rock Argentino sino explorar sus orígenes buscando pistas
de cómo será el Gran Cambio por venir al que me refería al inicio. Los invito a que
hagamos juntos esa búsqueda.

Quedándote o yéndote… ¡nos veremos!

Pablo Perel
Director de cine, escritor
Autor, compositor, intérprete

Tags: Pablo Perel, Rock and Roll, rocanrol, Historia del Rock Argentino, Pandemia. COVID19

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