Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
William, O. (2012). Preguntas para una nueva educación. Del libro La lámpara maravillosa.
Bogotá, Colombia: Random House; pp. 9-33.
Reseña elaborada por Juan David Tovar Dávila, estudiante de Ingeniería Civil en la Facultad de
Ingeniería. Cursando la materia transversal CEPLEC de la Corporación Universitaria Minuto de
Dios.
titula preguntas para una nueva educación; el segundo, carta al maestro desconocido; el tercero,
uno de los escritores más destacados de las últimas generaciones; sus obras son mapas eruditos de
sus amores literarios, acompañados de posturas originales sobre la historia y el mundo moderno.
el Número. El autor en esta obra lo que se propone es crear y argumentar con cinco ensayos:
cuatro dedicados al problema de la educación y uno a elogiar la lectura. El capítulo que se reseña
críticamente es: preguntas para una nueva educación, en el cual, el autor se cuestiona los modelos
actual.
lectura hablando de la ignorancia que muchos jóvenes poseen gracias a la falta de información,
ignorante como esta, que nunca han estado las multitudes tan pasivamente sujetas a las
manipulaciones de la información, dado que, ahora todo quiere ser espectáculo: la arquitectura, la
que el periodismo ha dejado de informar para crear una sociedad novelera, es decir, las cosas
sólo se interesan por su novedad. En la misma manera, que casi cualquier dato es accesible; sin
embargo, tal vez nunca había sido tan voluble la información, tan frágil el conocimiento, tan
Por consiguiente, en el tiempo el poder del ejemplo lo tienen los medios de comunicación:
son ellos los que crean y destruyen modelos de conducta, por ende, se vive en una época que a
toda prisa ha de cambiar costumbres por modas, conocimientos por información y saberes por
rumores, a tal punto que las cosas ya no existen para ser sabías sino para ser consumidas. En otras
palabras, el autor profundiza que los medios de comunicación que se encuentran demasiado
gobernados por el lucro no pueden educar porque están dispuestos a ofrecer incluso cosas que
atenten contra la inteligencia y salud; ya que, no ha de importar lo que ofrezcan con tal de
educativo actual, ya que, es demasiado competitivo, hecho para reforzar la idea de individuo que
forjó y ha fortalecido la modernidad. Todo el modelo de civilización reposa en la idea “el hombre
es la medida de todas las cosas”, de modo que, se entrena para que solo uno sea el ganador y lo
demás sean perdedores; sin importar que suceda con los otros. El autor resalta uno de los
problemas que posee la educación actual al crear exámenes exactamente iguales para todos donde
se prioriza la memorización, por consiguiente, William Ospina argumenta que todo lo que se
memoriza finalmente se olvida y que más vale enseñar procedimientos y maneras de razonar que
respuestas que puedan ser copiadas. Dicho de otro modo, uno y uno son dos, decía, pero el que ha
conocido el amor y la amistad sabe que uno y uno no son dos, sabe que uno y uno son mil veces
uno. Para este fin no sirven simples verdades de la aritmética ni las comunes verdades de la
estadística; de igual manera, no toda formación tiene que buscar individuos superiores, hay por lo
menos un costado de la educación cuyo énfasis debería ser la convivencia y la solidaridad antes
Ahora bien, William Ospina manifiesta que hay una separación demasiada marcada entre
los medios y los fines, entre el aprendizaje y la práctica, entre los procesos y los resultados. Pero
aprender debería ser algo en sí mismo, no apenas un cambio para llegar a otra cosa. En efecto,
defiende la idea que la sociedad no debe ser cántaros vacíos que hay que llenar de saberes, sino,
cántaros llenos que habría que vaciar un poco, para que se vaya reemplazando tantas certezas por
algunas preguntas provechosas; crear interrogantes y dudar de todo aquello que se enseña, se
establecen humanos provechosos de los medios; así mismo, la educación formal debería ayudar a
conocimientos y no dar apenas un recurso para el trabajo, una fuente de ingresos, sino un
rentables sino de volver rentable cualquier profesión, por el hecho de que se ejerce con pasión,
con imaginación, con placer y con recursividad, ya que, la creencia de que el conocimiento no es
algo que se crea, sino que se recibe, hace que olvidemos interrogar el mundo a partir de lo que se
por separar todo, llegando a creer que es posible estudiar por separado la geografía y la historia,
se cree que no hay ninguna relación entre la geometría y la política. Sin embargo, en la sociedad
está claro que estar en el centro o en la periferia es ciertamente un asunto político. Por otro lado,
se sustenta que se suele ver la educación como el gran remedio para los problemas del mundo; el
aprendizaje, como lo más grande de las virtudes humanas. Y lo es, pero hay que decir que ese
aprendizaje es también una grave responsabilidad de la especie; particularmente, las virtudes son
Por último, en el texto se realza que la educación se puede entender como transmisión de
vivimos, aunque, William Ospina en el texto expone que el modelo de desarrollo suele definir el
modelo educativo. Durante mucho tiempo los modelos de Occidente han sido la productividad, la
rentabilidad y la transformación del mundo. Pero hay un tipo de productividad que ni siquiera da
empleo, un tipo de rentabilidad que ni siquiera elimina la miseria, una transformación del mundo
que hace vivir en la sordidez, más lejos de la naturaleza queden los infiernos de la Edad Media;
en síntesis, las generaciones que vienen son las que se encargarán del futuro, y tienen todo el
derecho de dudar de la excelencia del modelo que se ha creado o perpetuado, y pueden tomar otro
tipo de decisiones con respecto al mundo que quieren pegarles a sus hijos.
conocimiento no es algo que se crea, sino que se recibe, hace que se olvide interrogar al mundo a
partir de lo que la sociedad es, y fundar expectativas en las necesidades de la misma (P.29).
Interrogar al mundo a partir de lo que es, se puede interpretar como un acto de valentía, pero se
olvida debido a que los maestros de las escuelas, universidades y demás entes educativos
transmiten ideas que para la sociedad son abstractas, problemas que no tienen que ver con la
realidad cotidiana; por ende, los educandos pierden el interés de interrogar al mundo, de fundar
ideas y expectativas. La educación actual no establece relaciones para comprender los
donde se transmiten diferentes conocimientos, de esta manera Freire (1968) dice: “El educador
que aliena la ignorancia, se mantiene en posiciones fijas e invariables. Será siempre el que sabe,
en tanto los educandos serán siempre los que no saben” (P.67). Por lo tanto, el docente que se
encuentra reprimiendo un intelecto que puede explorar diferentes posiciones y de esta manera
escoger una propia; también, el educador que se conserva en formulas y procedimientos que
someten las mentes, forman una sociedad que se niega a dudar por el miedo a no memorizar
sino a decir su propia palabra y ese aprendizaje solo se adquiere con una indagación de sí mismo
sociedad sabe, brindar instrumentos para avanzar en la sustitución de conocimientos (26). Lo que
presentan en el aula de clases no se puede “comer” entero, se tiene que dudar, consultar,
investigar e ir más allá de lo que se dice; aunque, el docente se encuentra para transmitir
grupo de alumnos tengan una mayor idea de cierto tema el docente ha de plantear unas preguntas
y estos mismos deben destinarse en una búsqueda a una solución profunda y concreta del
interrogante, por lo que se pone en práctica conceptos críticos y de innovación. Ahora bien, la
educación actual ha de enfocarse en crear motivaciones para avanzar en nuestro conocimiento,
brindando nuevas herramientas y que estas formen gran interés en áreas afines de su formación
relaciones que conllevan a la investigación activa estimulada por la duda o gusto creada por y de
interrogar al mundo.
Por último, entender que la educación es la base de la vida, es encaminar a una sociedad
al entendimiento del mundo, al saber del ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Cuándo? Y ¿Dónde? De todas las
cosas; por este motivo, se ha de considerar que la educación forme personas que duden de lo
que se dice y con ello forjar un camino de conocimientos que avanza, más no que se estanca;
que lee, que se informa por sus propios medios, que siempre se encuentra al día con la
información y además se orienta a ir más allá, creando su propio contexto, pero también se vale
ciudadanos que saben lo que desean, que no se atan a la condición de una sociedad consumista;
evaluación y el criterio?
REFERENCIAS
William, O. (2012). Preguntas para una nueva educación. La lámpara maravillosa. Bogotá,