La eudaimonia es un concepto imprescindible en la construcción del ser, esta lo conlleva
a la preposición de un fin último. La concepción clásica de dicho competo nos lleva a
pensarla como un fin al que todo llega, como un carácter de la “crematística” que se traslada a lo moral e impera como senda para la plenitud de nuestro existir; es la riqueza de la búsqueda de nuestro fin último indicado en la felicidad el cual da apertura a nuestra noción del sentido de nuestra vida misma “lo absolutamente final declaramos es aquello que es apetecible en si por siempre y por medio de otra cosa” (Aristóteles, 1954, pág. 15)
En el video se habla entonces de una posible “ética de la eudaimonia” manifiesta en el
ejercicio moral para el trazo de la senda al fin último que se desarrolla en lo feliz, la práctica de la virtud conlleva al desarrollo del bien y es a su vez la divulgación de dicho concepto el que debe ser perdurable pero desarraigada desde una perspectiva propia de todo aspecto científico, pues si bien la eudaimonia es un concepto humano y es un facultad que per se ha de desarrollarse más allá de una práctica inductiva, es la ciencia la limitante de dicho despliegue y la única evidencia substancial es el acto moral y la virtud.
Finalmente se puede concluir que la veracidad en la práctica de la felicidad es eficaz por
el medio moral, es la virtud cultivada que subyace como producto de los hechos benevolentes y se consolida como la verdadera pauta para la felicidad que a fin de cuentas se hace reciproca nuestra virtud contribuye al flujo de la polis y a cambio de esto ella nos contribuye con lo que son aportaciones a nuestra búsqueda individual y más que el placebo de esta, es el deber ontológico quien nos impulsa a ello pues la eudaimonia es el sentido mismo “La felicidad; más que un deseo, alegría o elección, es un deber” (Kant, 1913, pág. 289)
Bibliografía
Aristóteles (349 a.C) ética a Nicómaco. Universidad Nacional Autónoma. México,
1954. Kant, I (1788) critica de la razón práctica. Verbum editorial. Madrid, 2020.