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Deja que el Amor de Dios te Salve del Temor

Del Pastor Rick Warren — June 27, 2020


“Aleja de mí la ofensa que temo… Yo he deseado tus preceptos; … Muéstrame, Señor, tu amor y
salvación, tal como lo has prometido. Así podré responder al que me ofenda, pues confío en tu
palabra”. Salmo 119:39-42 (DHH)
El temor al rechazo viene de todas partes: tu matrimonio, tu familia, tus padres, en la escuela, en el
trabajo, de viejos amigos, de decepciones, de la crítica, de sólo un vistazo. Incluso tenemos la expresión,
“si las miradas mataran”. ¿Alguna vez has visto a una persona manipular a otra simplemente levantando
una ceja?
¡Eso es miedo al rechazo! Y puede obstruir tu vida de muchas maneras.
El miedo al rechazo evita que demos y recibamos amor. Las heridas del pasado previenen relaciones
futuras. Algunas veces decimos, “Me quemé con la estufa caliente. ¡Nunca la volveré a tocar!” Y entonces
aplicamos eso a las relaciones: “Salí lastimado en mi matrimonio. ¡Nunca me volveré a casar!” El
problema es, las personas no son estufas. Las personas cambian.
Nuestro miedo al rechazo está basado en dos cosas —
Primero, todos necesitamos ser amados. Es un hecho. Lo necesitamos. Todos necesitamos
desesperadamente dosis masivas de amor en nuestras vidas para ser individuos sanos. Dios dice: "Quiero
amarte". La Biblia dice que Dios es amor. Necesitamos ser amados. Y Dios vuelve a decir: "Quiero
amarte".
Segundo, creemos falsamente que otras personas deberían suplir todas nuestras necesidades. Cuando
esperamos que alguien más satisfaga todas nuestras necesidades, nos exponemos a que nos hagan daño.
Nos estamos preparando para el rechazo.
Podemos decidir poner a Dios en primer lugar, porque Él es el único que en última instancia puede
satisfacer todas nuestras necesidades.
¿Acaso Dios nos puede amar a través de otras personas? Por supuesto. ¿Quiere Dios que amemos a otras
personas? Sí. ¿Nos quiere usar como canales de su amor? Absolutamente.
Pero nunca tendrás todas sus necesidades satisfechas por cualquier persona o grupo de personas. Dios
nunca quiso que fuera así. Simplemente no tienen suficiente amor porque el amor humano es limitado.
Pero el amor de Dios es ilimitado e incondicional. No importa cuán profunda sea tu necesidad, Dios puede
satisfacerla. Y nunca se agota.
Reflexiona sobre esto: 
¿A quién o qué acudes normalmente para satisfacer tu necesidad de ser amado?
¿Cómo has permitido que tus experiencias con las personas nublen la forma en que sientes el amor de
Dios?
¿Qué necesidad tienes hoy en día que sólo el amor de Dios puede llenar?
Muchas veces sentimos que todo se desvanece especialmente cuando los problemas se aumentan.
En medio de una de esas situaciones, cuando estaba ansioso, en medio de la oración Dios me
regaló este poema reflexión.  Te lo comparto ahora para ti:
Con amor de Serafín Contreras Galeano.
Aunque Parezcan oscuros los Cielos.
Cielos Oscuros
Aunque parezcan oscuros los cielos que me rodean.
Aunque me asustan los campos que amarillentos se ven.
Aunque todavía no lo tengo y parece que se escapa.
A pesar de las tormentas, en él aún esperaré.
Yo sé que mi alma se angustia.
porque se siente pequeña
Yo sé que mi corazón llora de tanto desfallecer
Yo sé cuánto se tiembla por no poder comprender.
los enigmas de la vida que me hacen estremecer.
Aunque Rodavía No
Aunque todavía no, yo sé que un día si será.
Aunque todavía no, mi espíritu descansará.
A pesar de lo que vea caminaré con confianza.
porque mi barco está anclado
en lo profundo del mar.
Ya viene una nueva mañana
Ya el sol anuncia un amanecer
La noche que parecía ser larga
se rindió ante los rayos dorados
que producen gran placer.
En Él Esperaré
Aunque parezcan oscuros los cielos que me rodean.
Aunque me asusten los campos que amarillentos se ven.
Aunque todavía no lo tengo y parece que se escapa.
A pesar de las tormentas, en él aún esperare.
Aunque el barco se estremezca sacudido por el mar
aunque las olas oscuras se estrellen
sin compasión
Yo pondré hoy mi confianza
en el eterno Señor
porque seguro me encuentro
refugiado en su amor.
Muchas cosas te pertenecen como hijo de Dios. Pero la mayoría de ellas no han sido liberadas en ti
porque las desconoces. Vas por la vida siendo guiado por falsas voces o tal vez por tus emociones.
Necesitas saber y declarar en alta voz cuál es tu identidad y cuáles son las bendiciones que ya has
recibido, para así comenzar a caminar en ellas y ver su manifestación en ti. Proverbios 23:7 enseña
“Como es el pensamiento de su corazón, tal es él”.
Eres lo que piensas o sabes .Te animo a hacer cada día estas declaraciones y oraciones basadas en las
promesas de la palabra de Dios. Tu vida será renovada cada día conforme creas y declares con fe cada
una de ellas.
Gracias Padre porque escuchas mi oración
Puedo acercarme a ti con confianza y audacia a través del camino nuevo y vivo que Jesucristo inauguro
por medio de su sacrificio.
Estoy aquí para hallar misericordia y el oportuno socorro que necesito.
Tu socorro hacia mi vida es oportuno porque es la mejor salida que tengo disponible.
Solo tú satisfaces mi necesidad verdaderamente y no preciso más que tú presencia y ayuda.
Conforme lo enseña tu palabra quiero reafirmar mi posición como hijo tuyo. Tu palabra dice:” Creí por lo
cual hable” por tanto declaro que soy más que vencedor en Cristo Jesús, no temerá mi corazón aunque
contra mí se levante guerra o la tierra sea removida.
Habito bajo la sombra del altísimo, él es mi guardador y quien me sostiene con su mano derecha.
Ninguna plaga tocara mi morada.
No temeré al terror nocturno; ni a saeta que vuele en el día; ni pestilencia que ande en la oscuridad ni a
cualquier destrucción que nos acecha.
Caerán mil a nuestra izquierda y diez mil a nuestro lado derecho pero a nosotros no nos tocará.
No temeré al hombre porque tú estás conmigo, no me dejaras ni me desampararas. Mis enemigos huyen
de mí.
Ningún arma forjada y creada podrá vencerme ni prosperar contra mí vida.
Mi Dios suple todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Él me ha dado la habilidad y el poder de hacer riquezas
Estoy por encima y nunca por debajo, soy cabeza y no cola
Dios ha enviado bendición sobre mis finanzas y no pediré prestado sino que prestare otros y financiaré la
extensión del reino.
Soy sano de toda enfermedad, porque en la cruz Cristo sufrió todos mis dolores y llevo consigo todas las
enfermedades conocidas y aun por conocer. Soy sano por las llagas de Jesús.
Soy templo del Espíritu Santo, morada de Dios, próspero, estable, para vivir largos días de salud, gozo,
paz y prosperidad.
Vivo en plenitud porque todas las cosas que necesito para esta vida me han sido entregadas por su
divino poder.
Soy bendecido con toda bendición.
Disfruto mi familia, mi casa, mi trabajo y todas mis cosas, porque Dios es quien nos da todo en
abundancia para que lo disfrutemos.
No camino en este día en temor, cobardía, preocupación y desanimo, porque Dios me ha dado un
Espíritu de poder, amor, dominio propio y fortaleza.
Decido caminar hoy en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
Avanzo en tu diseño perfecto para mi vida y familia
Soy un ungido de Dios puedo desatar bendición, sanar enfermos, expulsar fuerzas del mal, extender el
reino y ser un canal de bendición para el mundo.
Me das la sabiduría, la capacidad y los dones para realizar con excelencia todo lo que me has llamado a
hacer.
Tú estableces contactos y entrevistas divinas que me proyectaran hacia el llamado que tienes para mí.
Pido creo, declaro y afirmo estas promesas y declaraciones sobre mi vida en el nombre de Jesús, amen.
«porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Tener fe significa confiar en Dios». Gálatas 5:6 (RVR1960)
La fe agrada a Dios y accede a sus bendiciones.
En realidad, fe es sencillamente confiar, confiar en Dios.
Pero mi querido amigo/a, es difícil confiar en alguien que no te ama o a quien le tienes miedo.
Es difícil poner nuestra confianza en alguien que posiblemente use su poder, o influencia para
perjudicarnos o hacernos sufrir.
La religión intentó usar al miedo como motivación para obedecer a Dios. Muchos hijos de Dios
viven bajo la sombra de la condenación y el temor al castigo.
Pero nunca podremos confiar en Dios hasta que estemos convencidos plenamente de que Él nos
ama. Solo podemos confiar en Dios y tener una fe sostenida y estable ante cualquier dificultad
cuando creemos que Él nos ama incondicionalmente y que no usara su poder para perjudicarnos.
Allí es cuando la fe despega a alturas inimaginables y no puede ser opacada por la incredulidad.
La fe funciona, se activa y energiza en base al claro conocimiento y convencimiento de cuanto
nos ama nuestro padre celestial. Se fortalece cuando empiezas a tomar conciencia y experimentas
el amor continuo e incondicional que Dios tiene para ti.
Solo cuando comprendes que nada ni nadie te podrá separar de su amor, tu fe se potencia.
Pero es allí, en ese conocimiento de su amor cuando también aprendes a obedecer con la
motivación adecuada.
No debes funcionar en base al miedo o condenación. Debes estar motivado por el amor. Cuando
creemos que Dios nos ama entonces lo obedeceremos. Si, Cuando lo amemos, será fácil
obedecerlo. Debes saber y creer que Dios te ama.
«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado
así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. En el amor no hay temor, sino que el
perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no
ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero». 1° Juan
4:10-19
No mires tus circunstancias Mira el amor de Dios y tu fe crecerá.
Oremos así:
Querido padre celestial quiero realmente saber y comprender los alcances de tu amor. La
prueba más grande de ello se revelo cuando enviaste a tu hijo a morir por mí y darme vida
eterna y salvación.
Papito, gracias por que puedo acercarme a ti con confianza y libertad. Tu amor me cubre y me
sana. Gracias porque nada ni nadie me podrá separar jamás de tu amor por mi mediante Cristo
Jesús. Amen
LETRA – La Bendición (The Blessing)
Dios te guarde
Y bendiga
Que extienda Su amor
Y te muestre favor
Dios te mire con agrado
Y te dé paz
Amén
Que te cubra con Su gracia
Hasta mil generaciones
Tu familia
Y tus hijos
Y los hijos
De tus hijos
Su presencia te acompañe
Donde quiera que tú vayas
Que te llene
Te rodee
Va contigo
De mañana, y de noche
En tu entrada y salida
En tu llanto y alegría
Él te ama
DIOS TE HABLA… Cuando lo Buscas en Intimidad

Cuando buscas en intimidad a Dios, cuanto decides enfocarte en Él y en tener una relación
de amor, una amistad sincera, Él hablará a tu corazón.

Dios muchas veces nos habla en la quietud, en el silencio. Todos necesitamos tener un momento
para dejar nuestras cargas, buscarlo con intensidad y así dejar nuestro ser interior más libre y con
el gozo del Espíritu Santo.

Hay cosas que se producirán en nuestra vida, si dedicamos un momento a solas con Dios.

Todas las culpas se irán, todos los pecados serán perdonados, todas nuestras cargas serán
levantadas. La intimidad con Dios fortalece nuestra fe y espíritu para seguir adelante. Si hoy
doblas tus rodillas por un momento a solas con Dios, encontrarás una respuesta, pronto el Señor
traerá la solución. A veces es rápido a veces llega la sabiduría que necesitas o la paz que estabas
buscando, pero en esa batalla de rodillas es donde obtenemos nuestras victorias.

«Busquen al SEÑOR mientras haya oportunidad de encontrarlo;


    llámenlo mientras esté cerca». Isaías.55:6

Comentario devocional del Salmo 46 escrito por Esteban Correa


Versículo 1
EL autor aquí nos muestra que Dios es el único amparo al que debemos acudir en nuestros
problemas, no es una posibilidad más que podemos probar, sino nuestro verdadero amparo, ya
que Dios puede valerse de cualquier medio disponible para ayudarnos o hacerlo directamente de
forma sobrenatural.
Dios puede darnos protección y ayuda con sabiduría y estrategia. Puede darnos respuesta con el
poder de su palabra trayendo paz y seguridad a nuestra alma. Puede movilizar a otras personas
para que nos ayuden de alguna manera. Hay infinitas formas en las que Dios puede operar para
ser nuestro amparo.
La frase “Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” hace referencia a que Él no estará ajeno o
lejano cuando necesitemos ayuda, siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Tal
vez el miedo quiere invadir tu corazón por las cosas que pasan en el mundo, por la enfermedad,
las desgracias, la muerte, o cuando la escasez azota ciudades y naciones trayendo hambre y
necesidad, pero el Señor está pronto, rápido y dispuesto a darnos de su mano, movilizando su
ayuda para que no quedemos desamparados.
Estimado amigo/a El Señor te ayudará en este momento, te dará su paz y fortaleza, te dará su
provisión para que sea suplida tu necesidad. Hazlo a Él tu amparo, declara su majestad en tu vida
y familia para que puedas ver su mano obrar justo a tiempo.
Versículo 2 y 3
Este versículo dos es ideales respondiendo nuestras preocupaciones en momentos difíciles, en
situaciones extremas, en tiempos duros que pueda atravesar nuestro país o nuestra nación, cuando
todo parece derrumbarse no debemos olvidar que hay un Dios que lo sobrepasa todo. Las
montañas nos hacen pensar en aquello que parece alto e inconmovible, los que parece firme y
seguro a la vista de todos.
Un terremoto es aquello que viene a sacudir o destruir lo que el hombre piensa como una
fortaleza indestructible, los terremotos pueden venir de repente sin previo aviso, pueden ser
devastadores. Pero la proclamación que nos llama a hacer este salmo es que “no temeremos”.
Cuando lo seguro parezca desvanecerse, no temeremos; cuando pasa lo que creíamos que nunca
sucedería, no temeremos; si las montañas se caen, si lo seguro se hace trizas delante de nuestros
ojos: ¡no temeremos!
El temblor de la tierra puede ser algo que deja perplejos a todos, una devastación en las
economías del mundo que traigan hambre y miseria. Una epidemia o pandemia que trae muerte,
terror y sufrimiento. Una crisis social y política, un violento conflicto civil o una guerra entre
naciones. Estas cosas hacen estremecer al mundo, y sacude los cimientos de la sociedad.
El temblor del mundo, podría también aplicarse a otras amenazas terribles como bombas
nucleares o un fenómeno natural como huracanes, terremotos o tsunamis.
Si el ser humano comprendiera que solo en Dios está la respuesta y que esa respuesta es seguir a
Jesús, nada de estas cosas sucederían. Pero, aunque pase a nuestro alrededor, nosotros debemos
rechazar el temor. Dios te dice ¡No temas yo estoy contigo!
Versículo 4 y 5
Si bien no hay ríos en Jerusalén, sino algunos arroyos, aquí el salmista no se refiere a un río físico
en particular, sino a un río que trae gozo a la ciudad de Dios, es la unción de Dios fluyendo donde
habitan sus hijos, su pueblo escogido. La presencia de Dios habita donde se reúnen dos o más a
buscar a Dios en acuerdo mutuo, como lo dice Mateo 18:20
“Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos”.
Jesús está en medio de aquellos que se ponen de acuerdo a buscarlo, cuando te pones de acuerdo
en tu familia, con tus hermanos, tu matrimonio, tus líderes o con quien sea, para glorificar a Dios
allí donde estés, fluirá el río del cielo que trae gozo, paz, sanidad y abundancia. Este río aparece
en el antiguo y nuevo testamento, y aunque ahora lo recibimos en forma espiritual, un día lo
veremos directamente, ya que este río nace desde el trono de Dios, lo dice en Ezequiel 47:12 y
también en Apocalipsis 22:1-5
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del
trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba
el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran
para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero
estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No
habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el
Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos”.
Jerusalén es también un tipo de la iglesia, el lugar donde Dios habita, que por cierto no es un
edificio, porque Dios no habita en lugares físicos, sino que se manifiesta cuando se reúnen al
menos dos o más, su presencia será quien proteja esas vidas.
Nadie puede sacudir un lugar donde Dios habita. Nuestras vidas están en sus manos y somos el
templo del Espíritu Santo, por eso mientras estemos siempre dando lugar a la fe Dios será nuestro
refugio.
Versículo 6 y 7
Dios tiene sus tiempos y manifestaciones para detener la maldad. Sus juicios son justos para
poner un freno a la violencia, la corrupción y sobre todo ídolo que el hombre levanta cuando se
alejan del creador quebrantando sus leyes una y otra vez.
Los juicios de Dios no son para destruir todo, sino para detener el avance de la agenda del
maligno.
En la biblia vemos que cuando la maldad llega a extremos, Dios advierte de distintas formas; una
y otra vez su voz sale para que el hombre cambie, pero si los poderosos aumentan más y más su
oscuridad, llegará el tiempo cuando Dios ejecute sus justos juicios y destruya las obras del diablo.
Todo esto nos muestra el verso seis, pero el siete nos dice que el Señor de los ejércitos celestiales
es nuestra protección.
Así como nos dice el libro de Éxodo, que el pueblo de Israel debió quedarse en su casa encerrado
y poner la sangre de un cordero en los postes de su puerta cuando vino juicio sobre Faraón y llegó
el ángel de la muerte a Egipto, así también nosotros a veces debemos estar tranquilos y quedarnos
quietos, viendo como Dios pone las cosas en su lugar y confiando, porque esa sangre del cordero
que pusieron los israelitas en los postes de la puerta, hoy está sobre nosotros y es la Sangre del
Cordero de Dios, de Cristo Jesús, que limpia nuestros pecados y nos guarda del mal cuando sus
juicios llegan a la tierra.
Versículos 8 y 9
Este versículo nos llama al entendimiento para ver la gloria de Dios sobre las naciones. Muchos
gobernantes tiranos, autoritarios y crueles, hay sometido a su pueblo por muchos años a la
opresión, el dolor extremo y a un sufrimiento atroz, pero Dios les pone fin.
Él tiene paciencia y envía su palabra una y otra vez, esperando el arrepentimiento de los
gobernantes, como dice el Salmos.103:8 “El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y
grande en amor”.
Pero luego de mucho tiempo de esperar un cambio, hay un punto, donde ya su misericordia ha
cumplido su ciclo y no puede ser injusto, envía un juicio para terminar con la gran soberbia de los
hombres. Podemos ver cómo Dios ha obrado a lo largo de toda la biblia. Aprendamos a ver su
gloria también en lo que sucede ahora.
Y en el verso nueve nos muestra que también le pondrá un fin a las guerras y los conflictos
cuando deba ser, trayendo paz a su pueblo. Las guerras cesarán y llegará también la ansiada paz.
Tenemos que estar tranquilos, porque al final siempre nos da su victoria.
Versículo 10
Este versículo comienza diciendo: “Estén quietos”, es una forma de decirnos, “ahora solo
observen y vean quién soy, vean lo que hago, entiendan mis juicios, conozcan mis obras en toda
la tierra”.
Dios necesita que sus hijos tengan comprensión de los tiempos que vivimos, el versículo dice:
“Estén quietos y reconozcan que yo soy Dios. Exaltado he de ser entre las naciones; exaltado seré
en la tierra”.
Los juicios y las obras de Dios se han manifestado de diferentes formas a lo largo de la historia.
Tenemos que estar preparados porque una gran cosecha de almas salvadas va a ocurrir, ya que
será predicado este evangelio del reino a todas las naciones y entonces vendrá el fin de esta era,
cuando sea arrebatada la iglesia y de comienzo a la gran tribulación para este mundo. Y como
dice Romanos 14:11 “Escrito está: «Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y
toda lengua confesará a Dios.»”. Por eso concluye este verso diciendo: “exaltado seré en la
tierra”.
Versículo 11
El salmo termina con la declaración que “el Señor de los ejércitos está entre nosotros, el Dios de
Israel es nuestra fortaleza”. También aparece la palabra “Selah” que se interpreta como un
momento de silencio en la música, donde hay que callar y escuchar.
Los momentos de silencio son buenos para meditar en lo que Dios nos está diciendo.
En medio de un mundo lleno de conflictos, también debemos callar para escuchar su voz, esto es
un llamado a observar en silencio y recibir la revelación de lo que Dios nos quiere mostrar.
Entender lo que está haciendo y estar confiados.
Hagamos ahora juntos una oración basada en el Salmo 46
“Dios mío gracias por siempre estás dispuesto para ayudarme en medio de toda tormenta”
“Ayúdanos a entender que simplemente no debemos temer, porque tú estás conmigo y no temeré”
“Proclamo que, aunque la tierra tiemble no temerá mi corazón, estaré siempre confiado en ti”
“Que el río de tu Espíritu Santo traiga paz, sanidad, alegría y prosperidad en mi vida y mi casa”
“Aunque haya caos en las naciones, tu eres mi Dios, el creador de todo y la sangre de tu Hijo
Jesucristo me protege del mal”
“Enséñame a ver tu gloria, a comprender tus juicios a los poderes del mal”
“Me inclino de corazón con reverencia hacia ti porque comprendo que tú eres Dios y nadie puede
escapar de tu mano”
“Te honro con mi familia de todo corazón, gracias por ser mi Dios y guárdanos de toda especie
de mal”
“Te doy toda la gloria en el nombre de Jesús. Amén”

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