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La moral como objetivo: golpe suave a la simbología chavista

La épica del chavismo siempre ha estado acompañada de una producción simbólica e identitaria, es
parte fundamental de su fortaleza. En los dos últimos años de la guerra contra Venezuela, la agresión en
ese plano simbólico y el intento de su adulteración y manipulación, ha vivenciado una escalada
significativa que confirma que al día de hoy esa simbología es uno de los campos de batalla
fundamentales. La moral chavista es el objetivo.

En la guerra psicológica desmovilizar al adversario socavando su moral es el objetivo fundamental,


esto es tan antiguo como la guerra misma. Eso que Sun Tzu en El arte de la guerra concebía como el
frente interno. Su "evolución" ha ido a la par con la sofisticación tecnológica de la muerte.

En estos tiempos de guerra postmoderna en los que el principal objetivo es la población civil (y su
conciencia), el sustrato moral que hace al chavismo una llave hasta ahora irrompible (pueblo-gobierno),
ha sufrido momentos confrontacionales de alta intensidad, innumerables intentos fallidos por parte de
los operadores de la ultra y el asedio moral antecede a todos los ataques.

A lo interno, en el plano estrictamente político, la oposición tiene grandes límites de credibilidad,


representación y acciones. No han sido capaces en 26 años de generar una identidad que rivalice con la
Revolución Bolivariana. De ahí que producto de esa incapacidad, los laboratorios de guerra psicológica
se han visto obligados a cambiar e intensificar sus procedimientos, ahí donde todo vacío del discurso
MUD necesita ser rellenado.

Grupo 4

Al menos desde 2006 se sabe que para el caso Venezuela el Pentágono ha destinado al Grupo 4 de
Operaciones Psicológicas y al Centro Nacional de Inteligencia para trabajar desde este frente. La
misión de dicha unidad es la de "desplegarse rápidamente en cualquier lugar del mundo para planificar,
desarrollar y conducir operaciones sicológicas y asuntos civiles en apoyo a las fuerzas y las agencias
gubernamentales estadounidenses", señala el investigador Álvaro Verzi Rangel.

"El personal del Grupo 4 está compuesto por expertos regionales, expertos en mercadeo, publicistas,
historiadores, sociólogos y lingüistas que pueden comprender las sutilezas y particularidades políticas,
culturales, étnicas y religiosas y que desarrollen su trabajo a través de plataformas periodísticas
(gráficas y de diseño e imagen, sonoras, audiovisuales, comunicaciones tácticas) para lograr influir en
los imaginarios colectivos", añade.

Los laboratorios tienen nombre, rostro y una considerable nómina. Política de guerra.

Quebrar al enemigo desde adentro

Ante la conmoción del pueblo chavista por la muerte del Comandante, la toma de símbolos del
chavismo, como Simón Bolívar, apunta a apropiarse de conceptos que juntaron en bloque a la
población venezolana que se siente identificada y hace vida política (gubernamental y de base) con el
chavismo para la desunión.

Existen varios ejemplos en el pasado próximo de este tipo de estrategias.

Iconografía chavista en contra

Un antecedente descriptivo, en tiempos del Comandante en vida, lo representó el uso de un fragmento


mínimo y descontextualizado del discurso ante el Congreso de Angostura que El Libertador dio el 15
de febrero de 1819, donde, según la pieza de propaganda, se condenaba la "reelección indefinida" (de
acuerdo al argot del momento). Bastaba leer las dos líneas a continuación para evidenciar la
manipulación del discurso bolivariano y su "oportuno" ajuste al interesado contexto histórico-político
de Venezuela.
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En 2013, la conversión que hizo la MUD del ícono del Bolívar Bicentenario desde antes de la campaña
presidencial del 14 de abril de 2013, en el que el comando de la oposición fue denominado,
precisamente, Simón Bolívar, se destaca como otro acto provocador e igual de postizo que el caso de
2009.

Cuando Capriles y cía tomaron el ícono lo presentaron junto a un combo de engañabobos llamado
“Chavistas con Capriles”. En su página de Facebook, que consta de 11.962 seguidores hasta el día de
ayer, tiene como descripción: “#RAV Resistencia, luchamos por una Venezuela libre, justa y de
progreso. Apoyamos a los lideres (sic) opositores, pero no luchamos por ellos sino por el futuro”.
Lenguaje muy de la derecha oenegista que trata de profundizar la matriz de que, a lo interno, el
chavismo está roto.

En 2014, a la par de la guarimba, un esténcil, valiéndose del ya clásico ícono de la mirada del
Comandante, pretendió ser reubicado dentro del imaginario simbólico denunciando "la traición del
legado" de Chávez por parte de Nicolás Maduro y su gabinete.
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Los ojos de Chávez que miran "el desastre del rrrrrégimen" como imaginario que concilia la “vigilancia
del pueblo” con el “fracaso del modelo”: un rompecabezas simbólico en detrimento de la unidad del
chavismo. Trata de cimentar en el núcleo de la base el imaginario de que Chávez mismo desaprobaría
la gestión del presidente Maduro, creando en el plano afectivo un decaimiento en la moral colectiva y
en lo perceptivo una sensación de ingobernabilidad.

Cuenta falsa de Twitter: caso “colectivo” 5 de marzo

En una nota anterior se desmontó la ambigua impronta del grupo “chavista” 5 de marzo. Se clarifica
que “la cuenta del «colectivo» permanece activa y trina un muy interesado mensaje que a su vez apunta
a generar confusión. El discurso entronca de una forma más agresiva pero similar al presunto estado de
malestar y crítica de algunos que vienen promoviendo los últimos meses. Asimismo, se demostró que
este grupo de choque funcionaba para “criminalizar a los verdaderos colectivos organizados que
realizan permanentemente tareas de labor social”.

Lo significativo, que incumbe la guerra simbólica en Venezuela, es el nombre del colectivo: la fecha de
la muerte del Comandante. La apropiación de la fecha para el nombramiento de un grupo de fachada
chavista (y armado) en contra del gobierno de Nicolás Maduro tiene una función negativa en la
población que apoya la Revolución Bolivariana: trata de incidir en la percepción de que los
“colectivos” “armados” (doble comillas), desde la muerte de Chávez, ahora luchan “por la libertad”.

El 27 de febrero de este año (otra fecha simbólicamente cardinal del chavismo) el “colectivo” tuiteó lo
siguiente:

El #27FRompimosCadenas Hoy el pueblo debe hacer lo mismo. Basta de MegaInflaciones,


Object 1

MegaDevaluaciones, Corrupción,Escasez,Colas #ConcluGOLPE

— Colectivo 5 de Marzo (@Colectivo5M) febrero 27, 2015

Este tipo de tuits (propaganda) corresponde a la condición efímera de la circulación de información en


redes sociales: su golpe es inmediato y se esfuerza por no dar lugar a ninguna capacidad reflexiva o de
contraste que cuestione lo enunciado. Incluye lo dicho, la sumisión a una lógica del espectáculo que de
la misma forma que intoxica a través de redes lo hace atravesando el resto de la plataforma mediática
(prensa, televisión) que suprima el contexto de la expresión (sea éste un tuit o un estado de Facebook).

Incluso que la inmensa mayoría que retuitee esta cuenta sean furibundos antichavistas es para tomar en
cuenta. Esto, con el condimento de que tiene una cantidad nada desdeñable de más de 53 mil
seguidores.

Intentos de ir por el alma del chavismo

El 13 de enero de 2013 el diario español El País colocó como foto de portada un tubazo falsimediático:
la imagen del Comandante entubado, moribundo. Para socavar la moral y esperanza chavista de un
Chávez recuperado, fue montada y en pocos minutos desmontada de su portal web, y paralizada la
circulación de la edición impresa. El target apuntaba al seudomanejo de la ignorancia de un público
cautivo como recurso, que da por sentado la veracidad inmediata de la fuente y de la imagen en sí.
falsoaudio.jpg

El falso audio del Comandante, el cual fungió como definitiva declaración de guerra en octubre de
2013 contra el chavismo, trató de fomentar el caos afectivo: un golpe que dentro de su lógica
inmediatista ni siquiera podría decirse que buscaba la confusión sino la agresión directa.

Habíamos anunciado desde esta tribuna que, a partir del audio piche aquel, el fascismo criollo, bajo
tutela foránea, “va directo contra nosotros en pleno, sin matices baratos de democracia o alternativa
democrática. Quieren ir por su alma (la del chavismo)”. Tienen las herramientas, los espacios y los
think-tank necesarios para seguir fomentando la guerra simbólica, operaciones psicológicas mediante.

Lo que no tienen es la entraña profunda de la historia que hizo que este pueblo, en su épica, fuera capaz
de representarse en sus propios símbolos, y con ellos, enfrentar la guerra.

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