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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora

San Cristóbal – Táchira

ADMINSITRACION FINANCIERA

Autor

Walder Hernández

C.I. 26.892.321

Administración Financiera

San Cristóbal, Febrero 2020


OBJETIVO BASICO FINANCIERO

Generalmente dentro de las finanzas el termino de objetivo básico


financiero se confunde con el de obtener el máximo nivel de utilidades,
este concepto es el que se maneja de forma cotidiana, no obstante se
habla de un término totalmente incorrecto. Cuando la organización
establece objetivos claros donde el administrador financiero determine un
marco de referencia donde enfoque sus decisiones únicamente al alcance
de la máxima utilidad se corre el peligro de que con ellas no se garantice
el futuro de la empresa puesto que la búsqueda de la máxima utilidad es
un concepto cortoplacista.

Cuando se habla de que los objetivos de la empresa únicamente


son la obtención máxima de utilidades se pueden llegar a tomar
decisiones administrativas equivocadas que pueden conducir a la
empresa a un escenario desfavorable. Las acciones normales que se
toman en cuenta cuando se tiene este tipo de objetivos son generalmente
la reducción de costos y gastos y estas como alternativa mal enfocada se
puede llegar a decisiones como la utilización de mano de obra mas barata
y poco calificada, utilización de materia prima de dudosa calidad y la
disminución de los costos por mantenimiento y controles de calidad
seguido de un aumento de precio en los productos. No obstante, este
escenario en principio llega a producir una utilidad muy alta pero estas no
son sostenibles en el tiempo y a largo plazo la empresa llegara a ser
improductiva por la baja inversión en mano de obra, así como la pérdida
de calidad en sus productos y la pérdida de clientes.

Dos de los objetivos más importantes para toda empresa son el


crecer y permanecer, y el escenario anteriormente descrito no va acorde
con estos objetivos.

Entendido lo anteriormente expuesto se concluye que el objetivo


básico financiero definido como la maximización de su utilidad no
garantiza crecimiento ni permanencia a la empresa. Por otro lado la
maximización de las utilidades es un concepto cortoplacista y esta debe
obedecer más a una estrategia planificada a largo plazo que a la
explotación incontrolada de las oportunidades que le da el mercado a las
empresas.

Por otro lado debemos observar fuera de lo anteriormente expuesto


como se puede definir el objetivo básico financiero tomando en cuenta las
fallas en los escenarios anteriores cuando se buscaba la maximización de
utilidades. Para ello debemos definir quiénes son los mayores interesados
en que la empresa llegue a su objetivo básico financiero, principalmente,
se habla de los accionistas o socios de la empresa los cuales son los que
obtendrán los beneficios por los aportes a la empresa.

Se encuentra entonces que el principal objetivo de los accionistas


es que la empresa crezca y de esta manera ellos obtengan mayores
beneficios por los aportes de capital a la empresa, por lo tanto, podemos
definir al objetivo básico financiero como la maximización de la riqueza de
los accionistas o lo que es lo mismo la maximización de la riqueza de la
empresa.

De acuerdo a esta nueva conclusión se toma en cuenta que la


empresa no necesariamente debe maximizar las utilidades sino que más
bien debe aprovechar oportunidades para generar valor y aumentar la
riqueza de la empresa como tal. Para saber si el valor de la empresa está
aumentando se debe estudiar el valor de las acciones que se negocian en
bolsa ya que el aumento o la disminución del valor de las acciones serán
directamente proporcional con el crecimiento o disminución de la
empresa. En conclusión, en las sociedades anónimas con presencia en el
mercado de valores, el valor de mercado de la acción determina el
alcance del objetivo básico financiero.
A pesar de tener esta forma para medir el valor de la empresa cabe
destacar que las sociedades anónimas abiertas a bolsa representan solo
la mínima parte de las empresas en operación y por ende la manera de
medir el valor de la empresa tiende a volverse un poco más complicado
ya que la empresa no está en venta y el propósito de la valoración puede
conducir a estimaciones diferentes.

Como se explicó anteriormente, para saber si una empresa cumple


el objetivo básico financiero el accionista referenciara el valor de la acción
con el valor de mercado, es decir, el valor de la acción multiplicado por el
número de acciones. Esto procedimiento no se cumple para aquellas
empresas que no circulan en bolsa y es allí donde se enfrenta a un serio
problema porque el procedimiento para establecer el valor de un negocio
puede ser dispendioso dependiendo del tamaño y la complejidad de la
empresa.

Para dar valor a una normalmente se suele tener la creencia que la


empresa vale lo que valen sus activos, pero hay que considerar que la
venta del negocio no se trata por liquidación si no porque otro individuo
quiere comprarlo y por ende se habla de un negocio en marcha. De
acuerdo con esto debemos entender que la empresa valdría lo que
genere por flujo de caja o potencial de generación de flujo de caja.

Tomando un ejemplo sencillo, se dice que un empresa genera de


rentabilidad al mes la suma de 100 unidades monetarias, lo que
representaría el potencial de generación de flujo de caja, tomando en
cuenta que el propietario al vender la empresa se ubica en otro mercado
de igual o mayor rentabilidad hablamos de que para que en otro negocio
el obtenga la misma rentabilidad mensual de 100 unidades a un interés
del 5% el propietario debería vender su empresa en 2000 para que de
acuerdo al interés él siga teniendo un ganancia de 100 al final de cada
mes.
De acuerdo a este análisis concluimos en que el propietario
debería estar dispuesto a recibir por mínimo 2000 unidades monetarias
para que al ponerlo en otro mercado de igual rendimiento siga generando
el mismo flujo de caja. Así mismo la decisión de vender o no tendría un
coste de oportunidad adicional si ponemos el escenario en que el
propietario reinvierte ganancias para hacer crecer la empresas y generar
más flujo de caja con lo que se vería reflejado como un crecimiento de la
empresa y de las ganancias.

Por otro lado si la venta se realizase, hablaríamos de que la


diferencia entre el precio de venta de la empresa y el valor de todos los
activos que están involucrados formarían a ser el premio que el
propietario estaría ganando por renunciar al flujo de caja que la empresa
está generando, a esto se le llama prima del negocio.

ANALISIS DEL FLUJO DE CAJA

El análisis del flujo de caja es una de las herramientas que nos


pueden ayudar para saber si la empresa está alcanzando su objetivo
básico financiero o si por el contrario está teniendo desmejoras. De esta
manera podemos ahorrarnos el trabajo complejo que implica establecer
valor a la empresa para determinar si se está alcanzando o no el objetivo
básico financiero.

Existe una forma para explicar el concepto de flujo de caja,


consiste en poner de ejemplo una tienda sencilla cuyo propietario desea
saber si su riqueza se está aumentando o no, es decir, si se está
alcanzando el objetivo básico financiero.

Para determinar si el flujo de efectivo permitió alcanzar el objetivo


básico financiero debemos tomar en cuenta si la empresa pudo cumplir
con tres objetivos fundamentales, reponer el capital de trabajo, repartir
utilidades según las expectativas de los socios y atender el servicio a la
deuda.
De acuerdo a los objetivos anteriores, una empresa puede
considerarse como un buen negocio y por lo tanto afirmarse que está
cumpliendo su objetivo básico financiero si genera una corriente de
efectivo que le permita reponer el inventario y atender los requerimientos
de inversión en activos fijos, así mismo, atender el servicio a la deuda y
por último repartir utilidades a los socios de acuerdo con sus expectativas.

Todo esto como consecuencia de la posesión y aprovechamiento


de ventajas competitivas lo cual implica un efecto favorable sobre su valor
y deberá coincidir con una atractiva rentabilidad. Son estas, por lo tanto,
las tres únicas destinaciones que la empresa hace de su flujo de efectivo.

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