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TEMA 10: LA EFICACIA CIVIL DEL MATRIMONIO CANÓNICO

Históricamente, el matrimonio canónico en occidente ha sido similar en todos los países. La influencia ha venido
de Roma, donde el matrimonio dependía de la afectio maritalis, que condicionaba la existencia del matrimonio.
El divorcia era por la falta de esa afectio maritalis.

En ese marco del matrimonio romano irrumpe el matrimonio canónico que se propugna desde la cristiandad a
partir del siglo IV y hasta el siglo XI, donde va a adquirir un protagonismo que ya no va a perder. Viene a
transformar la afectio maritalis romana en el consentimiento matrimonial; se introduce también la forma
canónica que va a admitir dentro del seno de la Iglesia el llamado matrimonio clandestino o adiuras. Esto
llevaba un cierto equívoco y es que ese matrimonio era válido para la Iglesia católica, ya que no consistía más
que en la posibilidad de que los contrayentes intercambiasen entre ellos únicamente el consentimiento
matrimonial. Dado ese intercambio, la Iglesia tenía que admitirlo porque la concepción de la Iglesia católica
sobre el matrimonio en esos momentos era que la causa eficiente del mismo era el consentimiento matrimonial.
El problema que planteaba era la falta de prueba del matrimonio clandestino. Desaparece el divorcio pero
aparecen las causas de nulidad matrimonial por falta de capacidad o falta de consentimiento. Se dota al
matrimonio romano del efecto de la indisolubilidad matrimonial. Tenía efectos a pesar de no ser considerado
como un negocio jurídico.

A partir siglo XII, se introducen una serie de modificaciones, como:

- el consentimiento como la única causa eficiente del matrimonio.


- el matrimonio rato: el matrimonio válido contraído entre bautizados o el celebrado de acuerdo con las
normas del derecho canónico.
- el matrimonio no consumado: si se podía probar la no consumación física, podía ser disuelto el
matrimonio por la autoridad religiosa suprema.
- el matrimonio nulo: se considera inexistente cuando no ha habido matrimonio sino simplemente
apariencia del mismo o falta de forma canónica cuando se exige como requisito de validez.

Hasta el concilio de Trento la iglesia daba valido el matrimonio clandestino y el matrimonio in facie elcesiae
(ante ministros, testigos…). A partir de este concilio (1545-1563), hay un documento, el llamado decreto
Tametsi, se exige la observancia de una determinada forma de celebración del matrimonio para tener por valido
ese matrimonio. Desaparece entonces, la eficacia de los matrimonios clandestinos. Este decreto, en España, en
1564 se integra como una ley más (Felipe II en el trono). Es el único matrimonio para el estado, el católico, el
celebrado según sus normas. Durará hasta 1870.

En 1870 se introduce una ley de matrimonio civil que va a regular el matrimonio civil obligatorio en España,
coincidiendo con el Sexenio Liberal. Perderían eficacia los matrimonios canónicos, incluso también las sentencias
de los Tribunales eclesiásticos.
Un decreto de 1875 introduce en España (recobra toda su fuerza) el matrimonio canónico; pero con una
circunstancia de que el sistema del matrimonio civil sería subsidiario respecto del matrimonio canónico (el
matrimonio civil no desaparece).

Se acoge este sistema en el CC de 1889 en el art. 42, de manera que se sigue dando plena eficacia al matrimonio
canónico, cuya competencia es de los tribunales eclesiásticos. Para realizar el matrimonio civil, había que probar
la acatolicidad de los contrayentes. Primero, había que ver que era profesar la religión, y se interpretó que
profesar era estar bautizado.

Posteriormente, vuelve a estar vigente un matrimonio civil obligatorio en la II República, con la que se reconoció
el divorcio. Se rompe con la integración del matrimonio canónico en el sistema español. Se estableció por la ley
de matrimonio civil de 1932, que duró muy poco.

1
A partir del régimen franquista y hasta 1975 hay un sistema de matrimonio civil subsidiario en España; se
deroga la legislación matrimonial republicana, se restablece la vigencia del art. 42 CC (el sistema de matrimonio
civil subsidiario). Un Concordato de 1953, en el art 24 regula la eficacia del ordenamiento civil y de las sentencias
canónicas sobre eficacia del matrimonio, nulidad…

En 1975 se suaviza la aplicación del art. 42 CC. A partir de la CE, se instaura un sistema matrimonial de única
clase, el matrimonio civil, con pluralidad de formas tanto civiles como religiosas. Se trata del sistema más
coherente con los principios constitucionales. Ha habido matizaciones en relación con ese sistema. Sistema de
matrimonio civil con pluralidad de formas y con tolerancia jurisdiccional a favor de los tribunales eclesiásticos
( opinión del profesor)
Otras doctrinas, lo califican como:
a) sistema de matrimonio civil con pluralidad de formas equivalente al llamado tipo anglosajón.
b) Un grupo próximo al sector oficial de la iglesia católica que lo considera como un sistema de dualidad de
matrimonios, civil y católico, que admite otras formas, y por tanto, un sistema matrimonial de dualidad
de clases matrimoniales y pluralidad de formas.

En cuanto a la NORMATIVA REGULADORA DEL MATRIMONIO en la actualidad:

o la primera norma que hay que citar es el art. 32.2 CE, que habla sobre la configuración del sistema
matrimonial.
o El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.
o La ley regulará las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de
los cónyuges, las causas de separación y disolución y sus efectos
o Se destaca que hay una reserva de ley en cuanto a la regulación del matrimonio, en concreto la ley civil
que va a establecer los requisitos de validez del matrimonio: edad, capacidad…
o Además, ese artículo tiene una conexión con el principio de igualdad y no discriminación al menos en
cuanto a los requisitos de validez del matrimonio, a su acceso.
o La LO de libertad religiosa en su art. 2.1.b) habla del derecho a celebrar los propios ritos matrimoniales
como una facultad integrada en el contenido de la libertad religiosa, pero hay una diferencia entre la
forma jurídica del matrimonio y los ritos matrimoniales o meras formalidades. De estos ritos no se
deriva una trascendencia jurídica civil automática. “ dentro del contenido de la libertad religiosa estaba
la facultad del ciudadano para celebrar sus ritos matrimoniales, pero sin alcanzar/no comporta eficacia o
efectos civiles”

o El Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos celebrado entre el Estado y la Iglesia católica en 1979, en el art. 6 se
refiere a la eficacia civil del matrimonio celebrado según las normas de derecho canónico, y también en
el apartado segundo a la eficacia civil que pueden llegar a alcanzar las resoluciones eclesiásticas sobre
nulidad y decisión pontifica sobre el matrimonio rato y no consumado, todo ello siempre que cumplan
con lo dispuesto por el Estado.

Los Acuerdos de 1992 celebrados con evangélicos, judíos e islámicos, en el art. 7 regula la eficacia civil de la
celebración religiosa de matrimonio de acuerdo con los ritos de esas confesiones. La norma fundamental para la
configuración del sistema matrimonial español es el CC en una serie de artículos, en los que se indica que el
matrimonio es un matrimonio civil al que pueden acceder todos los ciudadanos en igualdad, y que va a reunir
para todos unos requisitos de validez que establece el propio CC. En esta regulación se comprueba que el
matrimonio civil puede celebrarse bajo la forma civil puramente o bajo la forma religiosa católica, evangélica,
judía, islámica y de otras confesiones que hayan alcanzado notorio arraigo. Para estas últimas no se va a
necesitar un Acuerdo, aunque esta previsión aun no está vigente.

1
o La LECivil 1/2000 en su art. 778 contempla la eficacia de las resoluciones eclesiásticas dictadas por los
tribunales religiosos católicos. No obstante, sigue vigente el art. 954 de la antigua LECivil. La Ley de
Cooperación Jurídica Internacional está en un trámite de enmiendas, aunque no se cree que vaya a
afectar al art. 80 CC.
o La Ley 20/2011 del Registro Civil entra en plena vigencia el 15 de julio 2015, y tiene aspectos
concernientes al expediente matrimonial civil, que se va a promover ante el Secretario del
Ayuntamiento (art. 58), a la inscripción, al matrimonio canónico y de las confesiones con Acuerdos y con
notorio arraigo (art. 59), presentación de la certificación de la comunidad religiosa y su envío directo al
Registro Civil (art. 63).

El proyecto de ley de Jurisdicción Voluntaria, en el Senado todavía, contiene algunos artículos que se refieren al
matrimonio: la dispensa de edad que modifica el art. 48 CC, el art. 49 se refiere a la forma del matrimonio, el art.
51 extiende la competencia de celebrar el matrimonio al notario y a otros cargos…

En cuanto al MATRIMONIO CANÓNICO, (La eficacia civil del matrimonio canónico en el sistema matrimonial
español vigente)

En cuanto al matrimonio canónico (se puede extrapolar al resto de las confesiones con notorio arraigo):

1.º lo primero que hay que decir es hay libertad para contraer matrimonio en la forma civil y religiosa
2.º la promoción del expediente prematrimonial en orden a las averiguaciones sobre la libertad y capacidad
de los contrayentes se lleva a cabo en el ámbito canónico, sin tener que pasar previamente por el
ámbito civil.
3.º Una vez resuelto ese expediente, se pasa a una fase muy importante como es la celebración del
matrimonio, según la forma jurídica canónica matrimonial.

La forma jurídica sustancial (reúne los elementos con fuerza para constituir el matrimonio) viene resumida en el
Canon 1108 del Código de Derecho Canónico, y consiste en prestar el consentimiento matrimonial ante el
ordinario del lugar, o el párroco o ante un sacerdote delegado de estos, y la presencia de dos testigos. Si faltases
cualquiera de estos dos elementos, se infringiría los requisitos canónicos y el matrimonio sería inválido.

También se contempla una forma extraordinaria en el Canon 1116, porque se permite que falte algún elemento
de los exigidos en la forma ordinaria para poder celebrar matrimonio en determinadas circunstancias como el
peligro de muerte sin la asistencia de los ordinarios del lugar, párroco o delegado de estos.

La producción de efectos civiles del matrimonio canónico está contenida en los art. 6 del Acuerdo sobre
Asuntos Jurídicos y art. 60.1 CC.

Art 6 de los Acuerdos de 1979:


1) El Estado reconoce los efectos civiles al matrimonio celebrado según las normas del Derecho Canónico.
Los efectos civiles del matrimonio canónico se producen desde su celebración. Para el pleno reconocimiento
de los mismos, será necesaria la inscripción en el Registro Civil, que se practicará con la simple presentación
de certificación eclesiástica de la existencia del matrimonio.

2) Los contrayentes, a tenor de las disposiciones del Derecho Canónico, podrán acudir a los Tribunales
eclesiásticos solicitando declaración de nulidad o pedir decisión pontificia sobre matrimonio rato y no
consumado. A solicitud de cualquiera de las partes, dichas resoluciones eclesiásticas tendrán eficacia en el
orden civil si se declaran ajustadas al Derecho del Estado en resolución dictada por el Tribunal civil
competente.
3) La Santa Sede reafirma el valor permanente de su doctrina sobre el matrimonio y recuerda a quienes
celebren matrimonio canónico la obligación grave que asumen de atenerse a las normas canónicas que lo
regulan y, en especial, a respetar sus propiedades esenciales.

1
El primero de ellos indica que el Estado reconoce los efectos civiles al matrimonio celebrado según las normas
del derecho canónico, de manera que en principio se tiene también por matrimonio en el ámbito civil en cuanto
a forma se refiere. Este artículo establece también que estos efectos se producen desde su celebración, y
además que para el pleno reconocimiento de los mismos será necesaria la inscripción en el Registro Civil,
practicada con la simple presentación de certificación eclesiástica de matrimonio. Esto ha llevado a confusión
por pensar que los efectos civiles del matrimonio canónico no se producen hasta que no se inscribe el mismo en
el Registro Civil, lo cual no es cierto.

Una vez celebrado el matrimonio, en relación con el Protocolo Final del mismo Acuerdo, el art. 6.1 indica que se
expedirá una certificación eclesiástica de la celebración de matrimonio, que será entregada a los cónyuges para
que la presenten en el Registro Civil, cuyo encargado inscribirá el matrimonio a partir de dicha certificación. Si no
se presenta esa certificación, el Protocolo Final indica que el sacerdote debe transmitir al encargado del Registro
Civil el acta de matrimonio para que se practique la inscripción si no se ha practicado. El no presentar la
certificación puede darse en caso de mujeres viudas que hayan vuelto a contraer matrimonio, para no perder la
pensión de viudedad. Cuando no se lleva a cabo la inscripción, no tiene plenos efectos, porque no hay publicidad
para terceros. La inscripción no es constitutiva, ni del matrimonio ni de los efectos del matrimonio. Sirve para el
pleno reconocimiento. El matrimonio no se produce desde la inscripción, sino desde el momento de la
celebración. Hay matrimonio antes de la inscripción, esta no añade nada a la constitución del matrimonio. Pero
puede haber una inscripción tardía, pasado el plazo de la misma.

Es muy importante la función calificadora acerca de los requisitos de validez que tiene el encargado del Registro,
porque puede comprobar que ese matrimonio del que se pide la inscripción no reúne los requisitos de validez
que establece el CC. En este caso, se podrá denegar la práctica de la inscripción en el Registro. El art. 63.2 CC
dice que se denegará la práctica del asiento cuando de los documentos presentados o de los asientos del
Registro conste que el matrimonio no reúne los requisitos exigidos en los arts. 46 y 47 CC (de validez).

Los autores en relación con estas formas canónicas han dicho que habría desde el punto de vista del derecho
civil una especie de remisión material; pero también encaja la técnica del presupuesto.

EFICACIA DE LAS RESOLUCIONES ECLESIASTICAS sobre el matrimonio canónico (jurisdicción).

Está establecida en el art. 6 del Acuerdo de 1979, donde se contempla una cláusula potestativa, voluntaria, a
favor de los cónyuges unidos por matrimonio canónico, para que puedan acudir a los tribunales eclesiásticos
para solicitar la nulidad de su matrimonio o decisión pontifica sobre matrimonio rato y no consumado. También
pueden acudir a la jurisdicción civil aunque su matrimonio haya sido canónico; en ella se puede plantear la
nulidad de su matrimonio por causas civiles contempladas en el art. 73 CC, o pedir la disolución de su
matrimonio por divorcio de acuerdo con el art. 85 CC.

Una vez que los tribunales eclesiásticos resuelven, las resoluciones eclesiásticas pueden alcanzar eficacia civil si
un juez aprecia que se ajustan al derecho del Estado, es decir, que cumplen con la cláusula de ajuste al derecho
del Estado.

El problema que se ha planteado en relación con la eficacia civil de las resoluciones eclesiásticas ha sido en
relación con la interpretación de esa cláusula: ¿qué debemos entender por esa condición que se establece? Ha
habido autores que han interpretado que ese ajuste no pasaba de ser un simple control formal por parte del
juez civil de la resolución eclesiástica acerca de si la misma no contravenía el orden público español, sin entrar a
examinar el fondo de la cuestión. La otra teoría implica que el juez debe comprobar si la causa de disolución del
matrimonio cumple con las que recoge el CC y consiguientemente, si hay una coincidencia entre unas causas y
otras, de haber acudido a la jurisdicción civil hubieran obtenido el mismo resultado que habiendo acudido a la
jurisdicción eclesiástica. Si no hubiera esa coincidencia, la resolución no tendría eficacia civil. El art. 80 CC recoge
la eficacia civil de las resoluciones si se ajustan al derecho del Estado, pero añade que esto debe ser de
conformidad con las condiciones establecidas en el art. 954 LECivil, en orden a la homologación de las sentencias

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judiciales extranjeras. Estas condiciones son que la causa por la que se haya dictado resolución sea derivada de
una acción personal (se cumple siempre), que la resolución no se haya dictado en rebeldía o ausencia de alguna
de las partes, que la acción sea lícita en el orden español, y que la resolución sea auténtica, para evitar que la
dicten otros tribunales u otras autoridades no competentes.

Aun después de la ley 30/2015 en cuyo art.46 recoge las causas de derogación del reconocimiento refiriéndose a
sentencias extranjeras son las que se han querido equiparar a las sentencias españolas.

La dirección jurisprudencial ha seguido la tendencia de poner los menos obstáculos posibles y de dar eficacia a
prácticamente casi todas las decisiones eclesiásticas o pontificias, interpretando esa cláusula de ajuste como un
simple control formal. Se debería haber seguido un control más estricto.

Hay un reconocimiento de la jurisdicción eclesiástica, la tolerancia jurisdiccional, por el que el sistema


matrimonial español es un sistema de única clase con tolerancia a favor de los tribunales eclesiásticos. El sistema
anglosajón no da esta relevancia a ningún tribunal eclesiástico o religioso.

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