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de textos, 4
La poesía medieval
MANUEL ALVAR
CARLOS ALVAR
JOSÉ MARÍA ALÍN
JOSÉ JESUS DE BUSTOS TOVAR
DIEGO CATALAN
MANUEL CRIADO DE VAL
JOSÉ FILGUEIRA VALVERDE
AGUSTIN GARCÍA CALVO
STEPHEN GILMAN
EMILIO GARCÍA GÓMEZ
FRANCISCO LÓPEZ ESTRADA
RAFAEL LAPESA
IAN MICHAEL
FRANCISCO MARCOS MARÍN
JULIO RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS
MIGUEL ANGEL PÉREZ PRIEGO
NICASIO SALVADOR MIGUEL
ISABEL URÍA MAQUA
"edítorlQGasiai ,IA
nunc
C°CNOSCO EX PART[
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Kahle/Austin Foundation
https://archive.org/details/elcomentariodeteOOOOunse
EL COMENTARIO DE TEXTOS, 4
LA POESIA MEDIEVAL
LITERATURA Y SOCIEDAD
DIRECTOR
ANDRÉS AMORÓS
EJXTORI/í^^ASTALIA.
I.S.B.N.: 84-7039-410-X
Depósito Legal: M. 35.726-1984
SUMARIO
géneros
Posible glosa
Una base textual se renueva y se recrea otra
obra por medio de una interpretación deter¬
minante.
I
Poemas extensos de la cua- _ Decires de la lírica cortés,_y Arte mayor. Vía selectora y
derna vía y otras formas más extensos y medios. renovadora de los precedentes
elevadas del verso. y de ingreso en las modas.
NOTAS
Y ante la «fiinda»:
La cantiga
I
Eu convidey hun prelado a jantar, se ben me venha.
Diz el en est’: «E meus narizes de color de berengenha?
Vós avede-los alhos verdes
e matar-m’íades con eles!»
II
III
IV
VI
Esta cantiga foy seguida per hua baylada que diz: «Vos avede-
los olhos verdes e matar-m’edes con eles». E foy feita a hum bispo
de Viseu natural d Aragón que era tan cardeo come cadahüa
destas cousas que conta en esta cantiga ou mays; e apoynham-lhe
que sse pagava do vinho.
Versión castellana
La «seguida»
Martín Moxa
Louvaniares
e prazenteares
an prez e poder
e de logares
ú nobres falares
soían dizer,
48 JOSÉ FILGUEIRA VALVERDE
vej’aourados
deitados,
do mund’eixerdados
e vense perder;
vej’achegados
loados,
de muitos amados
os de mal dizer.
Motivos axiales
Desarrollo
Parejas contrapuestas
Ojos
Narices
Rojo
1. «Alhos verdes»
2. «Figos ?ofeinos»
3. «Escarlata roxa»
4. «Gorda gar?a parda»
«rosa bastarda»
5. «Temporño figo maduro»
«morec’e scuro»
6. «Muitas boas asaduras»
«moras maduras»
JOAN DE GAIA. «SEGUIDA» DE ESCARNIO 51
BIBLIOGRAFÍA
Michaelis de Vasconcelos, C.: Op. cit., 41, 79, 89, 281, 465, 590.
Nunes, I. J.: Op. cit., pp. XXXV, XXVIII
Martin Moxa: Le poesie, Ediz. critica con intr. e note a cura di
L. Stegagno Picchio, Roma, 1967.
I. Texto
en la cabepa do entrades;
los buenos uos precian poco,
que del sabio facedes loco;
no es homne tan senado, 180
que de ti sea fartado,
que non aya perdió el sesso y el Recabdo.»
El uino con sana pleno,
dixo: «don agua, bierua uos ueno! *
Suzia, desbergonpada, 185
salit buscar otra posada;
que podedes a Dios iurar
que nu[n]ca entrastes en tal lugar;
antes amaryella e astrosa,
agora uermeia e fermosa.» 190
Respondió el agua:
«Don uino, que y ganades
en uillanias que digades?
Pero si uos ent apagardes, *
digamos uos las uerdades: 195
que no a homne que no lo sepa
que filio sodes de la pepa,
y por uerdat uos digo
que non sodes pora comigo;
que grant tiempo a que uuestra madre serye ardud [a], 200
si non fusse por mi aiuda:
mas quando ue[o] que le uan cortar,
ploro e fago la v[ua] levar.»
Respondió el uino luego:
agoa, enti[en]do que lo dizes por iuego. * 205
Por uerdat plapem de corapon,
por que somos en es [ta] Razón;
ca en esto que dizes puedes entender
como es grant el mió poder,
ca veyes que no e manos ni piedes 210
e io derribo a muchos ualientes;
e si farya a qua[n]tos en el mu[n]do [son],
e si biuo fuese, Sansón.
E dixemos tod lo al: *
la mesa si[n] mi nada non ual.» 215
60 JOSÉ JESÚS DE BUSTOS TOVAR
II. Comentario
1. Sistema vocálico
2. Sistema consonántico
4. La construcción oracional
La organización textual
2. La estructura de la enunciación
Suzia, desbergon<;ada,
salit buscar otra posada;
que podedes a Dios iurar
que nunca entrastes en tal lugar;
antes amaryella e astrosa,
agora uermeia e fermosa.
Final
NOTAS
.
Tres duelos
en el Poema de Mió Cid
Ian Michael
tirada 151
(vv. 715-717).
Et fueron .ccc caualleros los de la parte del £id que fueron ferir
en los moros como él mandaua; et derribaron luego de la prime¬
ra sennos caualleros de los moros et matáronlos, et passaron las
azes de la otra parte, et a la tornada mataron ál tantos et derri¬
baron otros. Et tan de rezio los firién los cristianos, que maguer
que los moros estauan bien armados, ningún arma non les tenié
pro que todas non ge las falsauan. Et otrossí fazié el Cid et los
que con éll eran por ó yuan. Et tanto fueron buenos todos, que
en poca ora mataron mili et ccc de los meiores.
(edic. de Menéndez Pidal, III, pp. 528b 35-529a 1; cur¬
siva mía).
NOTAS
Introducción *
XI
XII
XIII
XIV
xv
Rogavan a Dios siempre de firme coragón,
que lis quisiesse dar alguna criazón,
que fues al su servigio, que pora otri non,
e siempre mejorasse esta devoción.
XVI
XVII
XVIII
XIX
xx
Desempató el mundo Oria, toca negrada,
en un rencón angosto entró emparedada,
sufrié grant astinengia, vivié vida lazrada,
por ond ganó en cabo de Dios rica soldada
XXI
XXII
XXIII
XXIV
xxv
Era esta reclusa vaso de caridat,
templo de pafiengia e de humilidat,
non amava palabras oir de vanidat,
luz era e confuerto de la su vezindat.
108 ISABEL URÍA MAQUA
XXVI
Por que angosta era la emparedaron,
teniéla por muy larga el su buen corazón;
siempre rezava psalmos e fazié oragión,
foradava los £ielos la su devog'ión.
XXVII
Tanto fue Dios pagado de las sus oragiones
que li mostró en £ielo tan grandes visiones
que devién a los omnes cambiar los coragones;
non las podrién contar palabras nin sermones.
y en la c. xxxix:
muy usado por Berceo (cf. S. Or. xa, xxiva, xcna, etc.) y
aquí condicionado por la rima.
Por tanto, Berceo, en xia, no se dirige a los vecinos de
San Millán —como algunos han pensado—9 para decirles
que la protagonista del poema es la santa de la que «sue¬
len» hablar, sino que el verso va dirigido al anónimo lector
de cualquier lugar y época, y no es más que una fórmula
para enlazar la Introducción con el Prólogo, en cuyos ver¬
sos ivcd, el poeta juega con la supuesta etimología del
nombre de Oria para decirnos:
La técnica narrativa
mera cuaderna (la xi), que queda «abierta», todas las de¬
más son «cerradas».
En la xii, el comentario subjetivo del v.d:
Forma y sentido
NOTAS
Carlos Alvar
Manuel Alvar
Introducción
El fragmento elegido
se convierte, simplemente, en
Conclusión
NOTAS
1 Manuel Alvar, La originalidad española del «Libro de Apo¬
lonio». Boletín del Museo e Instituto «Camón Aznar», IV, 1981,
p. 91.
144 CARLOS ALVAR/MANUEL ALVAR
I. Grafía y fonología
II. Morfología
III. Sintaxis
e destos tres fiios de Noe assi como dize moysen enel segundo
Capitulo del génesis nascieron todos los omnes que enel mundo
son que se esparzieron después por la tierra & la poblaron. Et
ansi como cuenta mahestre pedro enel libro délas generationes
del uieio testamento destos tres hermanos . salieron las Lxxa’ij ge¬
nerationes que tienen oy poblado todo el mundo.
sacris: initio autem quot gentes, tot linguae fuerunt, deinde plures
gentes quam linguae, quia ex una lingua multae gentes sunt exortae.
2. Linguae autem dictae in hoc loco pro verbis quae per lin-
guam fiunt, genere locutionis illo quo is qui efficit per id quod
efficitur nominatur: sicut os dici solet pro verbis, sicut manus
pro litteris.
De turre Babylon
XXII Desque cato dios aquella obra dixo. Euat que un pueblo
es este e uno el lenguage de todos. & comenfaron esto a fazer.
de mas que se non partieran de sus cuydares malos fasta que los
cumplan por obra. Mas uenid & descendamos alia & confonda-
mosles el lenguage que an agora todos uno. Et mezclemos gele
de guisa. Que maguer que se oyan que se non entiendan aun que
es ten muy de cerca unos dotros. Sobresto que dize moysen uenid.
departe la glosa que lo dixo la trinidat assi mesma. como enel
primer capitulo del génesis, fagamos ell omne. Mahestre Pedro
departe enel capitulo desta torre babel, que lo dixo dios alos
angeles. Seuilla cassandra segund retraye della iosepho enel seseno
capitulo dize ende assi. seyendo todos los omnes de un lenguage.
fizieron una torre muy alta para sobir por ella al cielo. Mas los
dioses enuiaron uientos que trastornaron la torre & la destroye-
ron. & partieron a cada uno el lenguage que era antes uno co¬
munal de todos. & diz. que de guisa fue partido que ninguno de
quantos se y asertaron non ouo y que un lenguage todo entero
retouiesse. nin que sopiesse dezir nombre nin palabra de toda
cosa, menos de non aprender & tomar ende alguna ayuda dell
178 FRANCISCO MARCOS MARÍN
Conclusión
NOTAS
(Pamphilus)
(Buen Amor)
Non vos diré más razones que asaz vos he fablado; 717
de aqueste ofÍ9Ío bivo non he de otro cuidado,
muchas vezes he tristeza del lazerio ya pasado,
porque non me es grades^ido nin me es gualardonado.
Los personajes
(Pamphilus)
(Buen Amor)
El escenario: Hita
La historia
Las intenciones
Lirismo
Contraposiciones irónicas
«en ora muy chiquilla sana dolor muy grand e sale grand
postilla» / «en ora muy chiquilla sana dolor muy grant e
sale gran mansiella». (796)
«que será soberviado del rico poderoso» / «que sea so¬
brado el rico poderoso». (819)
«venga a mi posada» / «venga a mi casa». (822)
«entro con ella en su tienda bien sosegadamente» / «en¬
tro con ella en casa bien sosegadamente». (871)
«omne do fuer lugar» / «omne de buen bogar». (823)
«las cantaderas» / «las escantaderas». (841)
«en aquestos pensamientos» / «en aquestos pesares». (855)
«yr con ella fablar» / yr con ella jolgar». (867)
La «fabta»
Antítesis
La «recreación» posterior
Recreación actual
(Pausa.)
Doña Endrina.
Cierto. Aquí quiere entrar. Mas ¿por qué yo no le
[hablo?
(En voz alta.)
Doña Endrina.
¡Idos! ¡Idos de mi puerta!
T rot aconventos .
¡Entrad en buena hora! ¡Yo veré lo que hacéis! (Sale.)
Don Melón.
¡Señora Doña Endrina! ¡Vos la mi enamorada!
206 MANUEL CRIADO DE VAL
Doña Endrina.
¡Vieja traidora! La dije que tuviese la puerta bien ce-
[rrada.
Mal día es éste en que halle tal celada.
(Se acerca suavemente hacia Don Melón.)
Don Melón.
Dios y la mi ventura os tuvieron guardada.
(La abraza y funde.)
Don Jueves.
Yo, Don Jueves, seré tu alférez con esa mala presa.
Yo lidiaré con ella: que cada año me sopesa.
Don Buey.
Señor, soy buey viejo, lindero
No soy bueno para lidiar en carrera ni en ero,
Pero te haré servicio con la carne y el cuero.
DOÑA ENDRINA: EL ARTE DE LA RECREACIÓN 207
El Jabalí.
La Liebre.
Don Jueves.
¡Salud a los cristianos, moros y judíos!
¡Viva Don Carnal, poderoso por la gracia de Dios!
El Jabalí.
¡Vivan las cecinas, los jamones enteros.
Los faisanes, lechones y cabritos!
¡Vivan los pavones y los vinos bien tintos!
El Ciervo.
¡Ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara!
Con la de Buenaval. ¡Arciprestes y dueñas!
¡Benedictus qui venit!
Don Tocino.
¡Salud con muchas carnes, a ti, Doña Merienda!
¡Hartémonos, bebamos! ¡Te amoren laudemus!
Don Jueves.
¡Mane nobiscum, Domine! ¡Mañana ayunaremos!
208 MANUEL CRIADO DE VAL
Tradición y recreación
NOTAS
Los vv. 397-444 los ofrecen también los cuatro mss., con alguna
copla desordenada en M.
397 Toda virtud, por buena que sea, tiene una medida deter¬
minada, que si uno la sobrepasa, su bondad se pierde.
401 Lo mismo da salirse por un dedo de la raya trazada que si
fuera una jornada de camino lejos de allí.
405 Creyendo el hombre insensato que tenía él menos en lo que
se perdía por much diferencia que en lo que por poca,
409 cuando por un pequeño impedimento perdió lo que busca¬
ba, del gran pesar que sintió no se consolaba nunca.
413 No sabe que, para taparse el ojo, lo mismo sirve un trozo de
tela que una torre de cal y canto;
417 lo mismo sé lo que hay al otro lado de esta mampara como
sé lo que se trae entre manos el del lado de allá del Tajo.
226 AGUSTÍN GARCÍA CALVO
601 Aunque sólo sea por guardarse de los intrigantes, debe uno
mudar a menudo su manera de ser.
605 Que el hombre es en verdad como el vado: antes de haberlo
pasado, recela de él la gente;
609 uno al otro le dice a grandes voces «¿Adonde os metéis? Es
cien brazas de hondo. ¿A qué os aventuráis?»;
613 una vez que ha atravesado hasta la orilla, dice «¿Qué andáis
dudando? No da ni por la rodilla. Pasad, no tengáis miedo».
617 Tal justamente es el hombre: desde el momento que se le
cala en alguna manera de ser, por ella se le ataca.
228 AGUSTÍN GARCÍA CALVO
* * *
621 Por esto es que los hombres, para evitar perjuicios, deben
mudar de maneras como quien muda de ropa:
625 hoy fiero y mañana manso, hoy sencillo, mañana presuntuoso,
hoy liberal, mañana mezquino, hoy monte, mañana llano;
629 unas veces rebajamiento y otras veces insulto, y en un tiem¬
po venganza, en otro tiempo perdón.
* * *
2501 la misma cifra que vale en este lugar cuatro, vale, cuando
se la saca de él, cuarenta en este otro;
2505 no vale más que eso ni a más asciende el hombre: su persona
es persona de bien y es de lo contrario, según la esfera gira,
2509 y un hombre que en el descenso <de la esfera> se ve reba¬
jado, ése mismo en su ascenso se ve lleno de honores.
El vicioso razónal’
bien, tién’lo por amigo;
el cuitado baldonal’,
tién’lo por enemigo;
Los vv. 2590-2591 los tienen diversamente alterados los tres ma¬
nuscritos; de sus discrepancias deduzco esta lección como proba¬
blemente originaria.—En el v. 2597 friera (que entiendo como
nombre de una era de trillar) es una conjetura a partir del tierra,
evidentemente absurdo para el sentido y además contra rima, que
dan los manuscritos.
2589 no es la esfera del cielo la que produce eso, que ella no se
mueve más de prisa por amor, ni envidia le entra de cosa
alguna.
2593 Bajo el cielo de continuo nos hallamos encerrados; él nos
hace noche y nos hace día, y nosotros no sabemos más cosa.
2597 A esta lejana trilladera le pusimos por nombre 'mundo’: si
es verdad o si es mentira, uno de él no sabe nada más,
2601 y ningún sabio le supo dar un nombre cierto, sino que se
limita a ser contador de su movimiento:
2605 <observando dos> caminantes, de los que el uno anda de
camino, en el tiempo que el otro ha llegado <a un punto
determinado>, una jornada doble de larga.
DON SEM TOB 233
VI
Las gentes han acordado 1
<de> despagarse del NON;
mas de cosa tan pagado
non só yo commo del NON,
Vv. 229-260
Vv. 397-444
Vv. 601-632
Tenemos aquí una muestra del curioso modo en que de
la constatación lógica («el Mundo, siempre el mismo
[cfr. 2613 y ss.], manifiesta su estatuto contradictorio en
forma también de cambio perpétuo») se deriva, por así
llamarla, una Moral: «tornarse a menudo / comm’ el mun¬
do se torna: / bezes seer escudo / e a vezes accona», como
anuncia ya en vv. 393-96, y aquí se desarrolla. Nótese
bien que esta Moral sería lo contrario de todas las Mo¬
rales habituales, que lo que necesitan es la fijeza de la
constitución personal, como asiento de la responsabilidad
y de la culpa. Pocas veces se habrá oído recomendar tan
a las claras la infidelidad a sí mismo como modo de «se
guardar de daño» (¿quién?), y pocas los vicios y las vir¬
tudes habrán quedado equiparados como en el balanceo
de los versos 625-32.
Vv. 1121-1134
Vv. 2493-2512
Vv. 2561-2620
Esta trova o canción (que sin duda lo es, como la n.° VI,
con el ritmo octosilábico y con la segunda copla como
238 AGUSTÍN GARCÍA CALVO
VI
NOTAS A LA INTRODUCCION
»
“ Las Serranillas ”
del Marqués de Santillana
Rafael Lapesa
Na térra de Cintra
a par d’esta serra,
vi na serrana
que braadava guerra 3.
De Lozoya a Navafría,
agerca de un colmenar
topé serrana que amar
todo hombre cobdigia havría.
Madrugando en Robredillo
por ir buscar un venado,
fallé luego al colladillo
ca^a de que fui pagado.
Senyor, yo me maravillo,
siendo vos galán onrrado,
este fecho tan poquillo
aver vos tan agradado.
248 RAFAEL LAPESA
[1] Serranillas de
Moncayo . S, fols. 245v.°-246 . M, fols. 214v.°-215.
[8] De Vytoria me
partía . » » 251v.°-252 . » » Falta.
[1]
Serranillas de Moncayo,
Dios vos dé buen año entero,
ca de muy torpe lacayo
faríades cauallero.
Ya se passava el verano, 5
al tiempo que hombre s’ apaña,
con la ropa a.la tajaña.
Engima de Boxmediano,
vi serrana sin hargayo
andar al pie d’un otero, 10
más clara que sal’en mayo
ell alúa, nin su luzero.
Finida
[2]
En toda la Sumonta[n]a,
de Trasmoz a Veratón,
non vi tan gentil serrana.
Partiendo de Conejares,
allá suso en la montaña, 5
perca de la Trauessaña,
camino de Trasouares,
encontré mopa lopana
poco más acá de Añón,
riberas d’una fontana. 10
Respondióme: «Cauallero,
non penséys que me tenedes,
ca primero prouaredes 20
este mi dardo pedrero;
ca después desta semana
fago bodas con Antón,
vaquerizo de Morana».
[3]
Después que nas?í,
non vi tal serrana
como esta mañana.
Allá a la vegüela,
a Mata el Espino, 5
en esse camino
que va a Loqoyuela,
de guisa la vi
que me fizo gana
la fruta temprana. 10
Garnacha traya
de color presada
con broncha dorada
que bien reluzía.
A ella boluí 15
e dixe: «Serrana,
¿si soys vos Yllana?»
—«Sy soy, cauallero;
si por mí lo hauedes,
dezid qué queredes: 20
fablad verdadero».
Respondíle assí:
«Yo juro a Sant Ana
que non soys villana»
[4]
Mo?uela de Bores,
allá do la Lama,
púsom’en amores.
Mas vi la fermosa
de buen continente,
la cara plaziente,
fresca como rosa,
de tales colores 15
qual nunca vi dama
nin otra, señores.
Dixo: «Cauallero, 25
tirad vos a fuera:
dexad la vaquera
passar all otero;
ca dos labradores
me piden de F[r]ama, 30
entrambos pastores».
«LAS SERRANILLAS» DEL MARQUÉS DE SANTILLANA 257
—«Señora, pastor
seré si querredes:
mandarme podedes,
como a seruidor: 35
mayores dulzores
será a mí la brama
que oír ruyseñores».
Assí concluymos
el nuestro pro^esso 40
sin fazer exzesso,
e nos avenimos.
E fueron las flores
de cabe Espina [m] a
los encubridores. 45
[5]
[6]
Preguntéle dó venía,
—desque la houe saluado—
o quál camino fazía. 15
Díxome que d’un ganado
queP guardauan en Ragena,
e passaua al olivar
por cojer e varear
las oliuas de Ximena. 20
[7]
Faziendo la vía 5
del Calatraueño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa,
perdí la carrera, 10
do vi la vaquera
de la Finojosa.
En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado 15
con otros pastores,
la vi tan graciosa
que a penas creyera
que fuesse vaquera
de la Finojosa. 20
[8]
De Vytoria me partía
un día desta semana,
por me passar [a] Alegría,
do vi mo?a lepuzcana.
De la moga de Bedmar,
a fablarvos gierta mente,
razón houe de loar
su gran e buen continente;
mas tan poco negaría 25
la verdad: que tan logana,
aprés la Señóra mía,
non vi dona nin serrana.
La serrana de Manzanares
Serranillas de Moncayo,
Dios vos dé buen año entero,
ca de muy torpe lacayo
faríades cavallero.
¿Serranillas o pastorelas?
Gaya pastorelha
trobey l’autre día
en una ribeira...
Señora,
(le dixe), «en verdad,
la vuestra beldad
saldrá desd’agora
d’entre estos alcores,
pues meresge, fama
de grandes loores...»
— «Mandar me podedes
como a seruidor...»
Cuydé qu’oluidado
Amor me tenía,
como quien s’avía
grand tiempo dexado
de tales dolores
que más que la llama
queman amadores...
ca Miguel de Jamilena
con los de Pegalajar
son passados [a] atajar...
Si mi voluntad agena
non fuera en mejor lugar,
non me pudiera escusar
de ser preso en su cadena.
Non curedes,
señor, de mi compañía;
pero gracias e mercedes
a vuestra grand cortesía...
Garnacha traía
de color presada
con broncha dorada
que bien paresia...
ombre se apaña
con la ropa a la tajaña,
NOTAS
Stephen Gilman
NOTAS
A la memoria de mi hermana,
María Teresa
en un longuíssimo ervado 10
et de gravíssima anchura,
el qual era circundado
de selvas de grand altura,
montañas ultra mesura
en la su circunferencia, 15
que salir por diligencia
nin por humana potencia
non lo consiente natura.
304 NICASIO SALVADOR MIGUEL
Et vi a Iulia venir
con su amado Antonino,
e dize: «Quered oyr
nuestro justo destino».
Biblis, con viso benino,
pide de Cauno justicia,
e Pírramo la misticia
muestra con tanta tristicia
a Thesibe ser vezino.
306 NICASIO SALVADOR MIGUEL
E vi venir Diamira
que de Hércules se quexava,
e Neso vi que los mira:
él mesmo se condenaua;
vi una dueña que andava 95
con el rey Lico, thebano,
e traya por la mano
un su fijo bien locano
que su mujer la llamava.
E vi al músico Orfeo
andar sonando la lira, 110
e vi al fijo de Ageo
contra Cupido con ira,
e vi después que se tira
contraversa la de Urías,
et vi después a Maclas 115
e otros que de sus días
amor asy los regira.
E vi a Sardanapolo
con mucha debilidat,
e a Nerón todo solo
llorando su crueldat,
e la mala calidat 140
de Cleopatra luxuriosa,
et a Porcia desdeñosa,
et muestra de estar sañosa
por su poca humanidat.
Miré en torno de mí
por ver sy viera lugar
donde pudiera de allí 165
la turba mejor mirar,
e, queriéndome mudar,
oy una boz divina
que muestra por su doctrina:
«Que vengan todos ayna, 170
porque los quieren juzgar.
Al conde Camarlengo
yo remito la sentencia,
el qual por cierto me tengo
que es de tanta prudencia
que verá la diferencia 185
que han estos doloridos
que veys que aquí son venidos,
et, syendo bien entendidos,
los juzgará con clemencia».
Fyn
I. El autor
II. El texto
III. La forma
138, 152, 154, 156, 159, 168, 173, 185, 189, 191, 195,
197, 214), mientras que son mucho menos numerosas las
que exigen diéresis (Adriana, 69; cruelmente, 79; nues¬
tro, 85; cruel, 134; crüeldat, 139; réys, 161). Hay que
leer con sinéresis tenía, dezía, venía y Cleopatra en los
versos 39, 75, 127 y 141, respectivamente.
IV. El tema
V. La estructura
Andújar Santillana
Andújar Santillana
non sé cómo fuy tornado bien así fuy yo levado
allí de do me partí, que non sope de mi parte
e casi como espantado nin por qual manera e arte
de tal visión como vi fuy de aquel centro librado
(vv. 199-202) (vv. 541-544).
332 NICASIO SALVADOR MIGUEL
VII. Conclusiones
NOTAS
(ob. cit., VI, pp. 449-450, n. 1), referido a otra de las composicio¬
nes de Andújar.
18 Cf. supra, pp. 315, 323, 331.
19 Como indico ya, con menores precisiones, en La poesía can¬
cioneril..., ob. cit., p. 50.
20 Cf. H. R. Patch, El otro mundo en la literatura medieval
[1950], México, 1956.
21 H. Lausberg, Manual de retórica literaria, Madrid, 1967, III,
pp. 284-286 (núm. 897).
22 Para la acepción de corridos como «avergonzados», cf. L.
Spitzer, LexiKalisches aus dem Katalanischen und dem Übrigen
Iberorromanischen Sprachen, Ginebra, 1951, p. 158.
23 M.a R. Lida de Malkiel, Juan de Mena..., ob. cit., p. 180.
24 Para la identificación de Erífila con Ysifle, cf. injra, pp. 328-
329.
25 En efecto, Cornelia, esposa de Cneo Pompeyo (106-48 a. J. C.),
contempló, desde una nave, cómo lo asesinaban en la playa Sep-
timio, Aquilus y Salvio cuando, tras la derrota en Farsalia, trató
de refugiarse en Egipto (Lucano, Farsalia, V, 577-660). Pero, dado
que Septimio había servido a las órdenes de Pompeyo en la guerra
contra los piratas, es lógico que Cornelia le considere traidor a
su marido. El sintagma «traydor de Agito» habría que entenderlo
como «traidor del de Egipto» o, sin más, tomar Agito como meto¬
nimia por Pompeyo. La transcripción y puntuación que, en sus
respectivas ediciones de M, ofrecen Fuensanta-Rayón y M.-E. Al¬
var evidencian la no intelección del texto.
26 Vid. P. Grimal, Diccionario de la mitología griega y romana,
Barcelona, 1946, p. 147<z, s.v. Edipo.
27 Por eso, ocupa lugar destacado en el Infierno de los enamora¬
dos del Marqués: «e finalmente Magias / en España fuy nom¬
brado» (vv. 511-512); ed. cit., p. 39.
28 Cf. supra, p. 318.
29 Las variantes en la leyenda de Dido son numerosas, pero esta
fue la interpretación más difundida en el Medievo, donde la figu¬
ra de Dido se forjó exclusivamente a través de la Eneida de Vir¬
gilio, como establece M.a R. Lida de Malkiel, Dido en la literatura
española. Su retrato y su defensa, London, 1974, pp. 3-5. También
Dante, conocido por Andújar, la presenta como traidora «al cener
de Sicheo» («Inferno», V, 61-62).
30 La doble valoración pudo originarse en Dante, quien, tras
haberla colocado en el segundo círculo del infierno, destinado a
los lujuriosos (IV, 128), en el «Purgatorio» (I, 79) la considera
casta e interpreta, alegóricamente, su vuelta a Catón como el
retorno del alma a Dios. Para comprenderlo, hay que leer despacio
cuanto escribe Plutarco.
31 Y cf. supra, p. 318.
32 Cf. N. Salvador Miguel, ob. cit., p. 283, con otros ejemplos.
33 Ibid., pp. 287-291.
336 NICASIO SALVADOR MIGUEL
•
Poesía de tipo tradicional.
Cinco canciones comentadas
Introducción general
Mariquita me llaman
los arrieros;
Mariquita me llaman,
voyme con ellos,
340 JOSÉ MARÍA ALÍN
Recordedes, niña,
con el albore;
oiredes el canto
del ruiseñore.
En Cañatañazor
perdió Almanfor
ell atamor.
Yo me yva, mi madre,
a Villa Reale,
errara yo el camino
en fuerte lugare,
apenas nada.
346 JOSÉ MARÍA ALÍN
Levantéme, oh madre,
mañanica frida,
fui cortar la rosa,
la rosa florida.
Malo es de guardar.
Viñadero malo
prenda me pedía;
dile yo un cordone,
dile yo mi cinta.
Malo es de guardar.
POESÍA DE TIPO TRADICIONAL 349
Levantéme, oh madre,
mañanica clara,
fui cortar la rosa,
la rosa granada.
Malo es de guardar.
Viñadero malo
prenda me demanda,
dile yo un (cordone,
dile yo una banda).
Malo es de guardar.
E van-se as frores
d’aqui ben con meus amores.
Idas son as frores
d’aqui ben con meus amores.
Cuál es la niña
que coge las flores
si no tiene amores.
En este mi huerto
una flor hallé,
¡oh bien de mi alma, oh bien de mi vida!
¿si la cogeré?
354 JOSÉ MARÍA ALÍN
Gentil caballero:
dédesme hora un beso,
siquiera por el daño
que me habéis hecho.
Venía el caballero,
venía de Sevilla;
en huerto de monjas
limones cogía,
y la prioresa
prenda le pedía:
—Siquiera por el daño
que me habeys hecho.
II
Yo me iba, mi madre,
a la romería;
por ir más devota
fui sin compañía.
So ell enzina.
Halléme perdida
en una montiña,
echéme a dormir
al pie del enzina.
So ell enzina.
A la media noche
recordé, mezquina;
halléme en los bra?os
del que más quería.
So ell enzima.
Pesóme, cuytada,
de que amanecía,
porque yo gomaba
del que más quería.
So ell enzima.
Halléme perdida
en una montiña;
echéme a dormir
al pie del enzina.
So ell enzina.
Echéme a dormir
al pie del enzina;
a la media noche
recordé, mezquina.
So ell enzina. Etc.
Yo me iba, mi madre,
a la romería;
por ir más devota
fui sin compañía.
III
dentro en Avila.
\
IV
A mi puerta la garrida
nasce una fonte frida
donde lavo la mi camisa
y la de aquél que yo más quería.
¿Por dó saliré que no me moje?
passa seu amigo, / que lhi ben queria. / Leda dos amo¬
res, / dos amores leda. // Passa seu amigo, / que lhi ben
queria; / o cervo do monte / a auga volvía...», o en
esta otra del mismo: «Enos verdes prados / vi os cervos
bravos, / meu amigo... // E con sabor d’elos / lavei meus
cábelos, / meu amigo».
Y también en esta misma lírica encontramos, como en
nuestra canción, el de «lavar las camisas», igualmente
entrañado de erotismo. Una cantiga del rey D. Denís dice:
«Levantou-s’ a velida, / levantou-s’ alva, /e vai lavar
camisas...». En la poesía castellana: «Madre, tres mo-
(juelas, / non de aquesta villa, / en aguas corrientes /
lavan sus camisas» [331]. Y este mismo tema junto con
el de los ciervos: «Cervatica tan garrida, / no enturbies
el agua fría, / que he de lavar la camisa / de aquel a
quien di mi fe» [205]. La poesía tradicional sefardí con¬
serva igualmente estos temas: «Debajo del limón / dormía
la niña / y sus pies en el agua fría; / su amor por ai ven¬
dría: / —¿Qué hasés mi novia garridá? / —Asperando
a vos mi vidá / lavando vuestra camisa / con jabón y
lejía». / Debajo del limón la niña; / sus pies en el agua
fría; / su amor por ai vendría» (Alvar, 190).
Vemos, por tanto, que hay en estos temas toda una
tradición simbólica (podríamos añadir más: el de la pér¬
dida de una prenda en el agua, todo lo relacionado con
el día de San Juan, las orillas o riberas del río, presente
también en el folklore judeo-español: «Fuérame e bañar /
a orillas del río; / allí encontré, madre, / a mi lindo
amigo...», etc.), de contenido erótico. Otra canción cas¬
tellana citada antes, cuya relación con la que estamos co¬
mentando resulta evidente, desarrolla el tema de los cier¬
vos que «vuelven» el agua y el de lavar las camisas en
estrofas zejelescas paralelísticas:
A mi puerta la garrida
nasce una fonte frida...
NOTAS
Texto
Panadera, soldadera 1
que vendes pan de barato,
cuéntanos algún rebato
que te aconteció en la Vera.
Di, Panadera. 5
Un miércoles que partiera
el príngipe don Enrique
a buscar algún buen pique
para su espada ropera,
saliera sin otra espera 10
de Olmedo tan gran compaña
que con muy fermosa maña
al puesto se retrujera.
Di, Panadera.
El señor rey, desque viera 15
como el príngipe venía,
con muy gran malancolía
luego en punto proveyera;
y mandó sacar afuera
el su pendón ensalgado 20
para pasar luego el vado
con noble gente guerrera.
Di, Panadera.
376 JULIO RODRÍGUEZ PUÉRTOLAS
de la tu santa triaquera,
porque ya, Señor, siquiera 415
hayamos paz algún rato,
ca del dicho disbarato
a muchos queda dentera.
Di, Panadera.
Comentario
Todo lo cual
(Mena)
Iñigo, no mariscal,
capitán de la porquera,
más liviano que gendal
ni que flor de ensordadera,
malde<pdes con dentera
a quien mere9e corona:
otros ponen la persona,
vos parláis de talanquera.
«COPLAS DE,LA PANADERA» 391
(Mariscal)
Hanme dicho, Juan de Mena,
que en coplas mal me tratastes:
pues yo os juro al que matastes
que no os me vais sin pena,
salvo si lo desordena,
por punto de barahá,
aquel que libró a Joná
del vientre de la ballena.
(Mena)
Don cara de aguzadera,
aquesto deziros oso:
que andáis más peligroso
que redoma sin vasera,
mas do la da calavera,
flacos hechos, ruines manos,
langa vil, sesos livianos:
ándaos bien la parlera.19
(vv. 27-31).
(vv. 240-247).
NOTAS
BIBLIOGRAFIA
a) Historia y sociedad
b) Literatura
Introducción
a '
Vuelta = cantar de tu alegría.
03
<4-4 í El primer gozo que s’lea.
Mudanzas | En cibdad de Galilea,
<D / Nazaret creo que sea,
03
B 1 Reinas con tu fijo quisto,
;strofa
y últ
Textos
Jínglalas, Juan,
que como vienen se van (395),
Dejadme llorar,
orillas de la mar (412)
repetido.
Se trata del frecuente tema «del amante indelicado».
Aquí vale la pena citar, como paralelo de sentido, nada
menos que lo que dice Melibea en la Celestina (acto 19):
«No me destroces ni maltrates... Me es enojoso tu riguroso
trato... ¿Qué provecho trae dañar mis vestiduras?... Deja
estar mis ropas en su lugar».
Debo, por último, advertir que la misma jarcha fue
también utilizada en una de sus moaxajas hebreas por
Yehudá Haleví (muerto en 1170).
Los galancitos
esto tenemos:
que donde no nos quieren
allí queremos (961)
El de la capa y el de la cuera
y el de la caperuza montera (163).
Mátenme buenos
y no me den vida ruines (396).
Malairados vienen
mis amorés,
y no sé por qué (585).
Comentario
Literatura española
Es verdaderamente curioso que Stern, cuando me envió
su artículo, no se dio cuenta de su trascendencia, como
tampoco me la di yo al publicarlo, ni Menéndez Pidal
a quien consulté. Pasa con muchos descubrimientos: el
que los hace no sabe exactamente lo que descubre, y cuan¬
do después otros aprovechan lo descubierto, él se encuen¬
tra en una situación paradójica, pues, de un lado, le ha¬
laga que se conozca lo por él hecho, y, de otra parte, le
enoja que se aproveche como él no pensó. Stern reaccionó
colocándose luego en posición adversa a la escuela espa¬
ñola. En la cual el que dio el toque de atención fue Dá¬
maso Alonso, primero en un artículo periodístico y des¬
pués en el estudio que cito en nota al ejemplo de jarcha
número VIII. Fue quien nos abrió los ojos.
El hecho de que las jarchas sean los textos populares
poéticos más antiguos que se conservan de la lírica de las
lenguas romances, crea dentro de éstas —tanto en el te¬
rreno teórico como en el personal de cada especialista—
serios problemas en los que me es imposible entrar.
422 EMILIO GARCÍA GÓMEZ
Literatura arábigoandaluza
II
III
IV
VI
VII
VIII
Mi lealdad, amadores,
vuestras obras non devidas
faze a poder de dolores
de cobrar merecedores
con mi muerte vuestras vidas. 70
Usando de tal manera,
tal manera mi bivir
estrañamente,
me será gloria que muera,
que muera por redimir 75
a tanta gente.
430 MIGUEL ÁNGEL PÉREZ PRIEGO
IX
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
Cabo
Y leuántese Ceruero
con el su cuello tridente,
cobre sañoso acídente
contra mí, que desespero;
Pásseme el viejo Acarón
por las ondas de oluidan?a
donde están, mas sin holgaba,
las hijas de Nox y Acherón.
Mi vida se desespere,
mi esperaba se destruya,
siempre la muerte me huya
quando más tras ella fuere:
pues en todo fui menguado
crezca mi pena y tormento,
fálteme el contentamiento
que tengo de ser penado...4
de cobrar merecedores
con mi muerte vuestras vidas (w. 69-70),
EL «CLARO ESCURO» DE JUAN DE MENA 447
NOTAS
Rosa Lida de Malkiel, de las Epístolas del Ponto, IV, X, 26, «don¬
de Ovidio menciona las Heniochae rates entre Escila y Caribdis.
Ovidio se refiere a las barcas de los piratas heníocos, pobladores
de la costa caucásica del Mar Negro, pero Mena transformó las
'barcas heníocas’ en 'mar Heníoco’» (M.a Rosa Lida, «La General
Estoria: notas literarias y filológicas (II)», RPh, XIII, 1959, p. 24,
n. 4).
3 Todos los nombres que introduce Mena en la copla están
tomados del episodio de las Metamorfosis (VIII, 301 y ss.) en que
se narra la cacería del jabalí de Calidón (si bien, como mostró
M.a Rosa Lida, art. cit., pp. 7-8, la fuente inmediatamente utilizada
es la correspondiente traducción del episodio en la General Esto¬
ria), a excepción de Cefeo que no pertenece ya a ese contexto
ovidiano. En el Cancionero general la copla fue rehecha mediante
la inserción de otros nombres (Atis, Emathion, Phineo, Clicio,
Phorbante) que pertenecían al pasaje literario evocado precisa¬
mente por la mención de Cefeo, el de las bodas de Perseo y
Andrómeda (Metamf., V, 1 y ss.). El Brócense en su reconstrucción
se atiene exclusivamente al primer contexto ovidiano.
4 Cf. Patrick Gallagher, The Ufe and works of Garci Sánchez
de Badajoz, London, 1968, pp. 84-90. Creo, no obstante, que sim¬
plifica mucho al afirmar que «despite its title, this poem has little
in common with Juan de Mena’s Claro oscuro apart from classical
allusions» (p. 86).
5 C. R. Post, «The sources of Juan de Mena», RR, III (1912),
p. 274.
6 Cf. P. Le Gentil, La poésie lyrique espagnole et portugaise á
la fin du Moyen Áge, Rennes, 1949, I, p. 231.
7 Los orígenes y trayectoria de este motivo en la literatura es¬
pañola fueron documentadamente estudiados por M.a Rosa Lida
de Malkiel, «El amanacer mitológico en la poesía narrativa espa¬
ñola», recogido ahora en La tradición clásica en España, Barcelona,
1975, pp. 119-164.
8 F. Lázaro Carreter, «La poética del arte mayor castellano», en
Studia hispánica in honorem R. Lapesa, I, Madrid, 1972, pp. 343-
376, también recogido en Estudios de poética, Madrid, 1976, pá¬
ginas 75-111.
9 Ibid., p. 92.
10 Vid. nota 3.
11 Se trata de una sentencia tomada, como señaló M.a Rosa Lida,
de las Heroidas, X, 82, «morsque minus poenae quam mora mortis
habet», aunque también aquí a través de su traducción en la
General Estoria, II, 427a: «et menor pena me es la muert que non
la tardanza delía» («La General Estoria...», art. cit., p. 6). Ya la
había recogido antes Mena en la c. XVIII de la Coronación', «la
muerte menos temiendo / que no la tardanza della».
12 Juan de Mena, poeta del prerrenacimiento español, México,
1950, especialmente, pp. 529 y ss.
El romancero medieval
Diego Catalán
das las cuestiones que aquí quiero ilustrar; por otra parte,
ese romance, habiendo seguramente merecido la atención
de la erudición desde antiguo, me obligaría a entrar a
propósito de él en discusiones con el «pasado» crítico,
discusiones que no me interesa renovar.
De resultas de esa decisión, el estudio del romance
elegido, el de Espínelo, parecerá a más de un lector como
fuera de lugar en una lectura crítica de textos medieva¬
les; pero en el curso de este ensayo intentaré convencerle
de que debe superar sus prejuicios.
y como sucesor:
la reina exclama:
NOTAS
16 Son las que comienzan: «Si libres alcé mis ojos» (fol. 25v),
«Madre, por el cavallero» (f. 26v), «Las grandes passiones mías»
(«Villancico», f. 27) y «A este pobre romero» («Otro villancico»,
f. 28v).
17 Según creyeron los editores modernos de la Flor: «Repa¬
sando las Silvas y el Cancionero s.a., solamente encontramos im¬
presos en ellos trece, de los cuales doce proceden de la Silva
impresa el año inmediato anterior en la misma ciudad y por
Jaime Cortey. Es tan segura esta procedencia que en ninguna
otra edición de las Silvas o Cancioneros hallamos nueve de ellos»
(pp. xxi-xxii). La deducción tropieza con una grave dificultad:
¿qué pudo inducir al editor de la Flor de 1562 a interesarse
únicamente por los romances añadidos por la Silva de 1561,
dejando de lado todos los restantes que el cancionerillo de 1561
incluía?
18 Como alternativa a lo propuesto por los editores modernos
de la Flor cabe sugerir que el *pliego suelto original de Doze
romances de amores muy sentidos incluyese los poemas líricos y
fuese independientemente utilizado, como fuente, por el pliego de
Granada, por la Silva «recopilada» y por la Flor de enamorados.
Hugo de Mena (1570) pudo cercenar la parte lírica, considerán¬
dola obsoleta, la Silva de 1561 omitir el titular («de amores muy
sentidos») y la Flor de 1562 enriquecer la sección de «romances
muy sentidos de amores» con otros textos que tenía a mano.
19 Joan de Timoneda i la «Flor de enamorados», canconer bi¬
lingüe. Un estudi i una aportado bibliográfica. Discurs llegit el
dia 20 de febrer de 1972 en l’acte de recepció pública de Josep
Romeu i Figueras... (Barcelona: Reial Academia de Bones Lletres,
1972). Reproduce fotográficamente el privilegio J. Fuster, en su
edición de la sección catalana de la Flor: Joan Timoneda, Flor
d’Enamorats (Valencia: Clásics Albatros, 1973), pp. 114-115.
20 El libro «repartit en dos volúmens, 90 és, en primera e
segona part» estaba formado por obras varias: «can9ons, vilanci-
cos, romangos, chistes, endechas, lamentacions, epistoles, sonetos,
comedies, representacions de varíes histories, ací no contengudes».
Timoneda había obtenido anteriormente (30 jul. 1553) el derecho
de someter a los jueces competentes «ciertas obras, assí de coplas,
como de romanges y chistes, comedias, farsas, auctos de Sagrada
Scriptura, y otras obras de varias historias» con vistas a que le
autorizaran su edición (A. Rodríguez Moñino, Pliegos poéticos. .
del Marqués de Morbecq, Madrid, 1962, pp. 79-80); los documen¬
tos eran conocidos desde 1927 en que los publicó L. Fullana.
21 Según demuestra cumplidamente Romeu i Figueras, en el
discurso citado, y confirma Joan Fuster, en el excelente prólogo
que encabeza su edición parcial de la Flor.
22 Sólo excluyó, según mis confrontaciones, cuatro romances de
un total de veintiocho. Utilizo una fotocopia de la ed. de 1573 de
las «Rosas»; pero pueden consultarse en la reedición moderna
488 DIEGO CATALÁN
TÍTULOS PUBLICADOS
2 / Andrés Amorós
VIDA Y LITERATURA EN «TROTERAS Y DANZADERAS»
Premio Nacional de Crítica Literaria «Emilia Pardo Bazán», 1973
5 / Andrés Amorós, René Andioc, Max Aub, Antonio Buero Vallejo, Jean-
Fran^ois Botrel, José Luis Cano, Gabriel Celaya, Máxime Chevalier, Alfonso
Grosso, José Carlos Mainer, Rafael Pérez de la Dehesa, Serge Salaün, Noel
Salomón, Jean Sentaurens y Francisco Ynduráin
CREACION Y PUBLICO EN LA LITERATURA ESPAÑOLA
6 / Vicente Lloréns
ASPECTOS SOCIALES DE LA LITERATURA ESPAÑOLA
8 / José María Martínez Cachero, Joaquín Marco, José Monleón, José Luis
Abellán, Jesús Bustos, Andrés Amorós, Pedro Gimferrer, Xesús Alonso Mon¬
tero, Jorge Campos, Antonio Núñez, Luciano García Lorenzo. Apéndices
documentales: Premios literarios
EL AÑO LITERARIO ESPAÑOL 1974
9/ Robert Escarpit
ESCRITURA Y COMUNICACION
10 / José-Carlos Mainer
ANALISIS DE UNA INSATISFACCION: LAS NOVELAS
DE W. FERNANDEZ FLÓREZ
25 / Leda Schiavo
28 / Víctor G. de la Concha
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Ift M 1 5 18SC
864667
Dentro de una serie bien conocida por su altura científica
y su utilidad pedagógica, este nuevo volumen abarca el
mundo complejo y fascinante de la poesía medieval en
dieciséis comentarios de textos, realizados por los más
reputados especialistas, precedidos de una visión de
conjunto de los géneros poéticos en este período. Se
analizan, así pues, textos de nuestros grandes poetas
(Berceo, Juan Ruiz, don Sem Tob, Santillana, Mena,
Jorge Manrique) junto a obras capitales de nuestra lírica y
géneros poéticos: las jarchas, las cantigas galaico-
portuguesas, la poesía satírica y la de tipo tradicional, el
romancero... De este modo, se obtiene una lectura viva y
actual, desde el punto de vista muy diversos, de nuestra
gran poesía de la Edad Media.
LITERATURA 0 Y SOCIEDAD