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Desde Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos esenciales del movimiento se dieron
antes que en ningún otro lugar, la Ilustración se asentó en Francia, donde la anglofilia fue
difundida por Voltaire, y produjo en Francia un cuerpo ideológico, el enciclopedismo, y sus
más difundidas personalidades (Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon, etc). Ahora bien,
la filosofía ilustrada más sólida fue sin duda la más tardía alemana, que
con Kant culminará la creación del pensamiento propiamente moderno, ya muy por encima
de la ideología enciclopedista. La Ilustración también dio sus frutos propios en otras
lugares europeos y americanos. En ocasiones se recrearon proyectos ilustrados más o
menos autónomamente, pero en la mayoría de casos vinculados al pensamiento inglés y,
sobre todo en lo que se refiere a la ideología enciclopedista, a Francia (así en Países
Bajos, Polonia, Rusia, Suecia, la península italiana y la ibérica, etc., o en sus colonias
americanas). Desde el punto de vista sociopolítico fueron frutos condicionados por el grado
de desarrollo ideológico adquirido en el momento de lanzamiento de la nueva ideología y
por el proceso interno seguido a lo largo de su desarrollo. Si la Ilustración alemana fue por
necesidad teórica de asimilación lenta y compleja, el ideologismo ilustrado lo fue rápido y
con la superficialidad característica que le amparaba en la vida mundana, de la moda y las
costumbres.7
La Ilustración en España
Artículo principal: Ilustración en España
En España la Ilustración coincidió con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Si bien la
decadencia profunda en que se encontraba el país en el punto de partida obstaculizó una
posterior eclosión, el auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas
(especialmente Cataluña8) a lo largo del período y la actuación coadyuvante (aunque
tímida) desde el poder político facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de
ilustrados (Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Feijoo, Floridablanca, Jovellanos,
etc.)9 condicionado, no obstante, por el arraigo y la preponderancia del pensamiento
escolástico tradicional. La creación de las Reales Academias de la Lengua, de la
Historia, de la Medicina y del Real Gabinete de Historia Natural (actual Museo Nacional de
Ciencias Naturales), fueron algunos de los logros de la Ilustración española, que ni mucho
menos es unilateralmente relativa a influjo francés.10
La polémica acerca de la existencia o no de una Ilustración española (polarizada en las
opiniones contrarias de Ortega y Gasset y Eugenio D'Ors11), más el añadido de una
escasamente articulada investigación posterior durante gran parte del siglo XX, atendía a
razones más políticas que científicas y tuvo como consecuencia un gran retraso en el
reconocimiento de la existencia y reconstrucción de una sólida e internacionalizada
Ilustración española o hispánica, tanto humanística como científica, empirista y cristiana,
progresista pero muy escasamente política, una tardía Ilustración universalista de gran
envergadura, encabezada por Juan Andrés, creador de la Historia universal de las letras y
las ciencias, Lorenzo Hervás y Antonio Eximeno, constructores de hecho de
la Comparatística moderna. Se trata de una nutrida gama de intelectuales, algunos de
primer orden (Miguel Casiri, Raimundo Diosdado Caballero, Juan Bautista Muñoz, Juan de
la Concepción, Pedro Franco Dávila, Antonio José Cavanilles, José Celestino
Mutis, Vicente Requeno, Juan Ignacio Molina, Pedro José Márquez, Francisco Javier
Clavijero, entre otros), en buena parte jesuitas españoles expulsos en 1767, pero también
americanos y filipinos. Es lo que se ha venido en llamar Escuela Universalista Española
del siglo XVIII.12
La Ilustración en Hispanoamérica
Artículo principal: Ilustración en Hispanoamérica
Contexto histórico
Introducción
El término Ilustración se refiere específicamente a un movimiento intelectual histórico.
Existen precedentes e incluso una propia Ilustración en Inglaterra y Escocia a finales
del siglo XVII, como inmediatamente después en Alemania, si bien en su vertiente política
el movimiento se considera originalmente francés. La Ilustración francesa tuvo una
expresión estética, denominada Neoclasicismo, a diferencia de la alemana,
prototípicamente Gotthold Ephraim Lessing, que se alejaba por completo de esta, a la que
despreciaba. Desde Francia se expandió un tipo de ilustración sociopolítica por
toda Europa y América renovando especialmente los criterios políticos y sociales. Francia,
país eminentemente conservador, quedaba por principio abocado a la revolución política.
La aportación francesa es muy discutible en el terreno de las Artes y la Literatura.
La Estética como disciplina es una de las grandes invenciones dieciochistas, inglesa
(Francis Hutcheson y los empiristas) y sobre todo alemana (especialmente a partir
de Alexander Gottlieb Baumgarten).16
Según muchos historiadores, los límites de la Ilustración han alcanzado la mayor parte
del siglo XVI, aunque otros prefieren llamar a esta época la Era de la Razón. Ambos
períodos se encuentran en cualquier caso, unidos y emparentados, e incluso es
igualmente aceptable hablar de ambos períodos como de uno solo.
A lo largo del siglo XVI y siglo XVII, Europa se encontraba envuelta en guerras de religión.
Cuando la situación política se estabilizó tras la Paz de Westfalia (acuerdo entre católicos
y protestantes, 1648) y el final de la guerra civil en Inglaterra, existía un ambiente de
agitación que tendía a centrar las nociones de fe y misticismo en las revelaciones
"divinas", captadas de forma individual como la fuente principal de conocimiento y
sabiduría. En lugar de esto, la Era de la Razón trató entonces de establecer una filosofía
basada en el axioma y el absolutismo como bases para el conocimiento y la estabilidad.
Este objetivo de la Era de la Razón, que estaba construido sobre axiomas, alcanzó su
madurez con la Ética de Baruch Spinoza, que exponía una visión panteísta del universo
donde Dios y la Naturaleza eran uno, en la línea de la expresión bíblica: 'En Él vivimos,
nos movemos y existimos'. Esta idea se convirtió en el fundamento para la Ilustración,
desde Isaac Newton hasta Thomas Jefferson.
La Ilustración estaba influida en muchos sentidos por las ideas de Blaise Pascal, Gottfried
Leibniz, Galileo Galilei y otros filósofos del período anterior. El pensamiento europeo
atravesaba por una ola de cambios, ejemplificados por la filosofía natural de Sir Isaac
Newton, un matemático y físico brillante. Las ideas de Newton, que combinaban su
habilidad de fusionar las pruebas axiomáticas con las observaciones físicas en sistemas
coherentes de predicciones verificables, proporcionaron el sentido de la mayor parte de lo
que sobrevendría en el siglo posterior tras la publicación de sus Philosophiae Naturalis
Principia Mathematica. Pero Newton no estaba solo en su revolución sistemática
pensadora, sino que era simplemente el más famoso y visible de sus ejemplos. Las ideas
de leyes uniformes para los fenómenos naturales se reflejaron en una mayor
sistematización de una variedad de estudios.
Si el período anterior fue la era del razonamiento sobre los principios básicos, la Ilustración
se dedicó a buscar la mente de Dios mediante el estudio de la creación y por la deducción
de las verdades básicas del mundo. Esta visión de algún modo puede haber llegado hasta
nuestros días, en los que la creencia de los individuos en las verdades es más provisional,
pero en aquel momento, la verdad era una noción poderosa, que contenía las nociones
básicas sobre la fuente de la legitimidad de las cosas.