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La Ilustración (Lumières, en francés; Enlightenment, en inglés; Illuminismo, en

italiano; Aufklärung, en alemán),6 en frase de uno de sus más importantes


representantes, D'Alembert, «lo discutió, analizó y agitó todo, desde las ciencias profanas
a los fundamentos de la revelación, desde la metafísica a las materias del gusto, desde
la música hasta la moral, desde las disputas escolásticas de los teólogos hasta los objetos
del comercio, desde los derechos de los príncipes a los de los pueblos, desde la ley
natural hasta las leyes arbitrarias de las naciones, en una palabra, desde las cuestiones
que más nos atañen a las que nos interesan más débilmente». Esto mismo nos indica que,
más que el contenido mismo de sus doctrinas, lo original del movimiento fue la forma
de pensamiento y valoración.
Según las interpretaciones marxistas, entre cuyas opciones se encuentra la de Lucien
Goldmann, la Ilustración puede ser definida como «una etapa histórica de la evolución
global del pensamiento burgués». Como tal, insertaría su filiación doctrinal en
el Renacimiento y, especialmente, en las corrientes racionalistas y empiristas del s. XVII
(de Descartes, a Locke, pasando
por Bacon, Bayle, Galileo, Grocio, Hobbes, Leibniz, Newton, Spinoza, o los libertinos), y
basa su posibilidad sociológica de desarrollo en las revoluciones políticas neerlandesa e
inglesa, en el empuje de la burguesía y en las transformaciones económicas en gestación,
apoyadas en una coyuntura en alza, que desembocarán en la Revolución francesa.

Esquema general e hispánico

Retrato de cuerpo entero de Jovellanos, pintado por Francisco de Goya y Lucientes en 1798,


considerado uno de los más emblemáticos personajes de la Ilustración española. Este intelectual
español accedió al cargo de ministro y emprendió reformas que no llegaron a consolidarse. En el
fondo se aprecia una estatua de Minerva, diosa de la sabiduría, que parece estar "bendiciéndole".

Desde Gran Bretaña, donde algunos de los rasgos esenciales del movimiento se dieron
antes que en ningún otro lugar, la Ilustración se asentó en Francia, donde la anglofilia fue
difundida por Voltaire, y produjo en Francia un cuerpo ideológico, el enciclopedismo, y sus
más difundidas personalidades (Montesquieu, Diderot, Rousseau, Buffon, etc). Ahora bien,
la filosofía ilustrada más sólida fue sin duda la más tardía alemana, que
con Kant culminará la creación del pensamiento propiamente moderno, ya muy por encima
de la ideología enciclopedista. La Ilustración también dio sus frutos propios en otras
lugares europeos y americanos. En ocasiones se recrearon proyectos ilustrados más o
menos autónomamente, pero en la mayoría de casos vinculados al pensamiento inglés y,
sobre todo en lo que se refiere a la ideología enciclopedista, a Francia (así en Países
Bajos, Polonia, Rusia, Suecia, la península italiana y la ibérica, etc., o en sus colonias
americanas). Desde el punto de vista sociopolítico fueron frutos condicionados por el grado
de desarrollo ideológico adquirido en el momento de lanzamiento de la nueva ideología y
por el proceso interno seguido a lo largo de su desarrollo. Si la Ilustración alemana fue por
necesidad teórica de asimilación lenta y compleja, el ideologismo ilustrado lo fue rápido y
con la superficialidad característica que le amparaba en la vida mundana, de la moda y las
costumbres.7

La Ilustración en España
Artículo principal: Ilustración en España

En España la Ilustración coincidió con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Si bien la
decadencia profunda en que se encontraba el país en el punto de partida obstaculizó una
posterior eclosión, el auge dinámico de algunas de sus zonas geográficas
(especialmente Cataluña8) a lo largo del período y la actuación coadyuvante (aunque
tímida) desde el poder político facilitaron la aparición de un nutrido y valioso grupo de
ilustrados (Cabarrús, Cadalso, Campomanes, Capmany, Feijoo, Floridablanca, Jovellanos,
etc.)9 condicionado, no obstante, por el arraigo y la preponderancia del pensamiento
escolástico tradicional. La creación de las Reales Academias de la Lengua, de la
Historia, de la Medicina y del Real Gabinete de Historia Natural (actual Museo Nacional de
Ciencias Naturales), fueron algunos de los logros de la Ilustración española, que ni mucho
menos es unilateralmente relativa a influjo francés.10
La polémica acerca de la existencia o no de una Ilustración española (polarizada en las
opiniones contrarias de Ortega y Gasset y Eugenio D'Ors11), más el añadido de una
escasamente articulada investigación posterior durante gran parte del siglo XX, atendía a
razones más políticas que científicas y tuvo como consecuencia un gran retraso en el
reconocimiento de la existencia y reconstrucción de una sólida e internacionalizada
Ilustración española o hispánica, tanto humanística como científica, empirista y cristiana,
progresista pero muy escasamente política, una tardía Ilustración universalista de gran
envergadura, encabezada por Juan Andrés, creador de la Historia universal de las letras y
las ciencias, Lorenzo Hervás y Antonio Eximeno, constructores de hecho de
la Comparatística moderna. Se trata de una nutrida gama de intelectuales, algunos de
primer orden (Miguel Casiri, Raimundo Diosdado Caballero, Juan Bautista Muñoz, Juan de
la Concepción, Pedro Franco Dávila, Antonio José Cavanilles, José Celestino
Mutis, Vicente Requeno, Juan Ignacio Molina, Pedro José Márquez, Francisco Javier
Clavijero, entre otros), en buena parte jesuitas españoles expulsos en 1767, pero también
americanos y filipinos. Es lo que se ha venido en llamar Escuela Universalista Española
del siglo XVIII.12

La Ilustración en Hispanoamérica
Artículo principal: Ilustración en Hispanoamérica

A Hispanoamérica llegaron las ideas de la Ilustración a través de la metrópoli. 13 Existe,


junto al marbete de Ilustración Española, el más general de Ilustración Hispánica, que
abarca tanto el español como el hispanoamericano. 14
En los ámbitos de la política y la economía, las reformas impulsadas por el despotismo
ilustrado a finales del reinado de Fernando VI y durante el de su sucesor Carlos III tenían
por objeto reafirmar el dominio efectivo del gobierno de Madrid sobre la sociedad colonial y
contener o frenar el ascenso de las elites criollas.
Las autoridades españolas procedían a una explotación más sistemática y profunda de las
colonias. Procuraban, además, fortalecer y aumentar la marina de guerra y establecer
unidades del ejército regular español en las diversas regiones de América.
En la Nueva España (México), en el ámbito de los colegios de la Compañía de Jesús,
vemos surgir un importante grupo de científicos y filósofos ilustrados, encabezados
por José Rafael Campoy (1723-1777), que defienden una clara separación entre la
filosofía y las ciencias naturales, una mayor especialización en el estudio científico y una
simplificación en el método de la enseñanza filosófica, evitando las sutilezas silogísticas,
así como la sumisión incondicional a las autoridades. 15 En este grupo de estudiosos que
trabaja principalmente en la Ciudad de México, Tepotzotlán, Guadalajara y Valladolid
(Morelia), destacan el historiador y naturalista, jesuita expulsado, Francisco Javier
Clavijero (1731-1787), miembro sobresaliente de la Escuela Universalista Española del
siglo XVIII, que empleaba un método histórico sistemático y sorprendetemente moderno; el
filósofo Andrés de Guevara y Basoazábal (1748-1801), que se basa en Bacon, Descartes y
los censistas para plantear la necesidad de una filosofía moderna, justificar el método
inductivo y experimental, y denunciar el abuso del método deductivo; y
principalmente Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos (1745-1783), crítico de la
escolástica y defensor de la ciencia y de la modernidad, cuyo eclecticismo ilustrado está
principalmente regido por los valores del buen sentido, la racionalidad, la tolerancia y la
utilidad para el hombre.
En el sur del continente, el pensamiento ilustrado tuvo un primer gran empuje en la Real
Audiencia de Quito mediante la llamada Escuela de la Concordia, fundada en la ciudad
de Quito por el Dr. Eugenio Espejo en 1791, y a la cual pertenecían nobles de la élite
criolla y profesionales mestizos. Los pensamientos y debates surgidos en la Escuela de la
Concordia plantaron las primeras semillas de nacionalismo e independencia
de Sudamérica, ya que a partir de varios sucesos ocurridos con sus diferentes miembros,
la ilustración se propagaría hacia el resto de territorios de los virreinatos de Nueva
Granada y Perú.

Contexto histórico
Introducción
El término Ilustración se refiere específicamente a un movimiento intelectual histórico.
Existen precedentes e incluso una propia Ilustración en Inglaterra y Escocia a finales
del siglo XVII, como inmediatamente después en Alemania, si bien en su vertiente política
el movimiento se considera originalmente francés. La Ilustración francesa tuvo una
expresión estética, denominada Neoclasicismo, a diferencia de la alemana,
prototípicamente Gotthold Ephraim Lessing, que se alejaba por completo de esta, a la que
despreciaba. Desde Francia se expandió un tipo de ilustración sociopolítica por
toda Europa y América renovando especialmente los criterios políticos y sociales. Francia,
país eminentemente conservador, quedaba por principio abocado a la revolución política.
La aportación francesa es muy discutible en el terreno de las Artes y la Literatura.
La Estética como disciplina es una de las grandes invenciones dieciochistas, inglesa
(Francis Hutcheson y los empiristas) y sobre todo alemana (especialmente a partir
de Alexander Gottlieb Baumgarten).16

Siglo XVII: la era de la Razón


Estatua de Newton en Trinity College, Cambridge.

Según muchos historiadores, los límites de la Ilustración han alcanzado la mayor parte
del siglo XVI, aunque otros prefieren llamar a esta época la Era de la Razón. Ambos
períodos se encuentran en cualquier caso, unidos y emparentados, e incluso es
igualmente aceptable hablar de ambos períodos como de uno solo.
A lo largo del siglo XVI y siglo XVII, Europa se encontraba envuelta en guerras de religión.
Cuando la situación política se estabilizó tras la Paz de Westfalia (acuerdo entre católicos
y protestantes, 1648) y el final de la guerra civil en Inglaterra, existía un ambiente de
agitación que tendía a centrar las nociones de fe y misticismo en las revelaciones
"divinas", captadas de forma individual como la fuente principal de conocimiento y
sabiduría. En lugar de esto, la Era de la Razón trató entonces de establecer una filosofía
basada en el axioma y el absolutismo como bases para el conocimiento y la estabilidad.
Este objetivo de la Era de la Razón, que estaba construido sobre axiomas, alcanzó su
madurez con la Ética de Baruch Spinoza, que exponía una visión panteísta del universo
donde Dios y la Naturaleza eran uno, en la línea de la expresión bíblica: 'En Él vivimos,
nos movemos y existimos'. Esta idea se convirtió en el fundamento para la Ilustración,
desde Isaac Newton hasta Thomas Jefferson.
La Ilustración estaba influida en muchos sentidos por las ideas de Blaise Pascal, Gottfried
Leibniz, Galileo Galilei y otros filósofos del período anterior. El pensamiento europeo
atravesaba por una ola de cambios, ejemplificados por la filosofía natural de Sir Isaac
Newton, un matemático y físico brillante. Las ideas de Newton, que combinaban su
habilidad de fusionar las pruebas axiomáticas con las observaciones físicas en sistemas
coherentes de predicciones verificables, proporcionaron el sentido de la mayor parte de lo
que sobrevendría en el siglo posterior tras la publicación de sus Philosophiae Naturalis
Principia Mathematica. Pero Newton no estaba solo en su revolución sistemática
pensadora, sino que era simplemente el más famoso y visible de sus ejemplos. Las ideas
de leyes uniformes para los fenómenos naturales se reflejaron en una mayor
sistematización de una variedad de estudios.
Si el período anterior fue la era del razonamiento sobre los principios básicos, la Ilustración
se dedicó a buscar la mente de Dios mediante el estudio de la creación y por la deducción
de las verdades básicas del mundo. Esta visión de algún modo puede haber llegado hasta
nuestros días, en los que la creencia de los individuos en las verdades es más provisional,
pero en aquel momento, la verdad era una noción poderosa, que contenía las nociones
básicas sobre la fuente de la legitimidad de las cosas.

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