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Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, leeos que la tentación a pecar estará
siempre al acecho. Por lo tanto, el apóstol Pablo nos exhorta en 1 Corintios 16:13
“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”.
Más adelante, también en el Nuevo Testamento, el apóstol Pedro escribe:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar;” (1 Pedro 5:8)
El profeta Jeremías también dijo:
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” (Jeremías 29:11).
El enemigo conoce esta realidad, y tiene planes para quitarnos de estas bendiciones de
Dios.
La buena noticia es que los cristianos no estamos a merced del enemigo, pero sí Dios
quiere que estemos alertas a las tácticas del diablo (puede ver esto en 1 Corintios 2:11).
Para ello, Él nos ha provisto de su armadura. El apóstol Pablo nos instruye:
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo.” (Efesios 6:11)
Pablo, además, la describe de esta forma:
“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la
coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre
todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del
maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y
velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;” (Efesios
6:14-18)
BOSQUEJO DE LA LECCION
¿Qué es la tentación?
Áreas más comunes para la tentación
La tentación de Jesús
Cómo resistir la tentación
La ley de la siembra y la cosecha
OBJETIVOS DE LA LECCIÓN
Cuando usted complete esta lección, será capaz de
1- Definir qué es la tentación
2- Identificar las áreas que más comúnmente son tentadas
3- Relatar la historia de la tentación de Jesús en el desierto
4- Explicar cómo vencer la tentación
5- Discutir acerca de la ley de la siembra y la cosecha
¿QUÉ ES LA TENTACIÓN?
Objetivo 1. Definir qué es la tentación
La tentación puede ser descripta generalmente como una seducción a hacer lo malo, a
disfrutar de los placeres prohibidos, a cumplir los deseos que son contrarios a la
voluntad de Dios, aún cuando eso significa volver a los pecados que nos tenían esclavos
antes de conocer a Cristo. Antes de nacer de nuevo, era normal que nos rindiéramos a la
tentación, porque éramos pecadores. Pablo escribe que estábamos muertos
espiritualmente:
“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y
pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos
en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne
y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los
demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos
amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con
Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:1-5)
Ser cristianos no nos exime de la tentación. A menudo podemos pasar por temporadas
de gran crecimiento en el cual ganamos sabiduría, conocimiento y fortaleza espiritual.
Sin embargo, aún en esas temporadas debes estar alerta, porque la tentación aún acecha.
Si no somos cuidadosos, podemos caer en ella. Aunque la tentación puede
sobrevenirnos en cualquier momento, somos más vulnerables cuando estamos cansados,
solos, o atravesando algún conflicto. La tentación aún puede levantar su fea cabeza
cuando estamos involucrados en el ministerio, porque estamos constantemente en
batalla. El apóstol Pablo nos advierte:
“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”. (1 Corintios
16:13)
Enfrentar la tentación no es lo mismo que caer en pecado. La tentación es la experiencia
que tenemos previamente a participar del pecado. Dios no nos considerará responsables
por enfrentar la tentación a menos que voluntariamente nos pongamos en situaciones
que puedan poner en peligro nuestra integridad. Es cierto que nosotros podemos evitar
algunas tentaciones, pero no podemos evadirlas a todas. Aún el Señor y Salvador Jesús
tuvo que enfrentar tentaciones. Esto nos recuerda que vivimos en la tierra. Hebreos 4:15
dice:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,
pero sin pecado.”
Usted, como todos los cristianos a lo largo de la historia, tendrás que hacer elecciones
importantes y poner a Dios en primer lugar en todas las áreas de su vida. Esto es lo que
Jesús nos enseña en el Sermón del monte:
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas.” (Mateo 6:24)
La Biblia dice que hay tres áreas principales que son afectadas por la tentación: los
deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. El apóstol Juan
escribe:
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1
Juan 2:16)
Hablemos acerca de estas tres áreas.
Los deseos de la carne
En este caso, la “carne” se refiere al cuerpo físico y sus apetitos. Es nuestro cuerpo el
que nos permite saber si tenemos hambre, sed, o estamos cansados. Nuestro cuerpo
también es afectado por la naturaleza pecadora puede desear gratificación en áreas que
están fuera de los límites del creyente. Estas áreas incluyen la inmoralidad sexual, el
placer, la pornografía, el alcoholismo, la glotonería, las fiestas descontroladas, las
drogas, y más.
Ni siquiera el apóstol Pablo, un hombre de integridad inquebrantable y pureza, tenía
confianza en su propia carne. Tanto que, en Romanos 7:8, escribe:
“Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda
codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.”
Jesús también nos advirtió de que nuestra carne será débil cuando venga la tentación,
cuando dijo en Mateo 26:41
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil.”
Usted sentirá que se desata una batalla entre los deseos de la carne y los deseos del
espíritu por agradar a Dios. Su espíritu, que es la parte invisible de usted, se relaciona
con Dios, y los deseos de su cuerpo, la parte visible de usted, deben someterse al
espíritu de la misma manera que su espíritu ha de someterse al control del Espíritu
Santo de Dios.
En Gálatas, capítulo 5, Pablo nos provee dos listas: los actos de la naturaleza pecadora,
y los frutos del Espíritu. No hay nada en las obras de la naturaleza pecaminosa que
debemos desear, porque estas cosas nos alejarán de la presencia de Dios. Estos
comportamientos son adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas (Gálatas 5:19-21).
Ahora, el comportamiento honroso de los frutos del Espíritu, incluye: amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23)
Nuestro objetivo debiera ser siempre vivir a través del Espíritu Santo.
LA TENTACIÓN DE JESUS
Objetivo 3. Relatar la historia de la tentación de Jesús en el desierto.
Como señalamos anteriormente, la Biblia dice que Jesús fue tentado en todo. Esto no
significa que Jesús lidió con las tentaciones específicas de la vida moderna, tales como
la pornografía por Internet, las películas para adultos, o el robo de tarjetas de crédito,
porque tales cosas no existían en esa época. Sin embargo, Jesús, siendo completamente
hombre, lidió con las tentaciones que son comunes a todas las personas. Así que, Él
conoce lo que experimentamos cuando somos tentados. No obstante, Él jamás sucumbió
ante ninguna tentación, sino que se mantuvo sin pecado.
Las Escrituras ofrecen numerosos ejemplos de personas que lograron vencer la
tentación, pero la ilustración preeminente de resistencia a la tentación es la que se relata
de Jesús en el desierto. Esta tentación ocurrió al comienzo del ministerio de Jesús,
inmediatamente después de haber sido bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán.
Satanás mismo vino a Jesús para tentarlo. Tome unos minutos para leer el relato en el
evangelio según Mateo 41:1-11. En este pasaje, vemos que el Espíritu Santo guió a
Jesús hacia el desierto para tener un ayuno de cuarenta días. Pasados esos días, el diablo
se acercó y tentó a Jesús en las tres áreas que hemos mencionado anteriormente (los
deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida). En cada área tentada, Jesús
venció al enemigo usando la Palabra de Dios. La primera tentación de Satanás a Jesús
fue incitarlo a convertir las piedras en pan. Tenga en cuenta que Jesús habrá estado
hambriento después de haber pasado un período de ayuno tan largo. La idea del pan
seguramente habrá sido muy atractiva para su carne, pero cualquier sugerencia o
requerimiento que viniera de parte de Satanás debía ser ignorada. Esta tentación cae
bajo la categoría de “deseo de la carne”. Al tratar con esta tentación, Jesús citó el pasaje
de Deuteronomio 8:3
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no
conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de
pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el
hombre.”
Más tarde, Jesús les dijo a sus discípulos:
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
(Juan 4:34)
En la siguiente tentación, Satanás desafía a Jesús a tirarse desde el punto más alto del
templo de Jerusalén, y que los ángeles de Dios lo rescataran de la muerte. Al realizar
esta hazaña, Jesús podría haber captado la atención y la fama de las personas, quienes lo
considerarían inmediatamente el Mesías. El problema era que ese acto hubiera sido
llamativo, dramático e inapropiado. Satanás, tal vez, tenía la esperanza de que Jesús
viera esto como un atajo hacia la popularidad, evitando las pruebas que le vendrían en
los siguientes tres años de ministerio. Pero Jesús sabía que era mejor seguir el plan del
Padre. Así que, aquí cita el pasaje de Deuteronomio 6:16
“No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.”
Esta tentación cae en la categoría de la vanagloria de la vida, porque buscaba hacer a
Jesús mostrar su poder en una forma que no glorificaba a Dios el Padre.
La tercera y última tentación, cae en la categoría de “deseo de los ojos”. El enemigo
toma a Jesús y lo lleva a un monte alto, y le muestra desde allí el esplendor de los reinos
del mundo. Entonces le ofrece a Jesús todo lo que una persona ambiciosa pudiera
desear: riquezas, comodidad, influencia y poder. Satanás sabía que Jesús estaba
destinado a ser el Rey de reyes y que gobernará el mundo, pero solo después de un gran
sufrimiento. Así que le ofrece un atajo para convertirse en rey. Sin embargo, había una
trampa. El enemigo quería que Jesús se inclinara ante él y lo adorara. Jesús, en cambio,
lo reprende, citando el pasaje de Deuteronomio 6:13
“A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.”
En cada una de estas tres tentaciones, Jesús citó palabras de Dios del Antiguo
Testamento, y resistió los ataques del enemigo.
CONCLUSION
Necesitamos entender qué es la tentación y reconocer las áreas de nuestra vida que más
comúnmente son atacadas. Jesús usó la Palabra para resistir la tentación, proveyéndonos
un valioso ejemplo que, como cristianos, debemos seguir. Dios ha revelado a través de
su Palabra numerosas estrategias que podemos aprender y utilizar.
AUTOEXAMEN
Luego de estudiar esta lección, por favor lea cada pregunta cuidadosamente, y circule la
respuesta correcta. Hay solo una respuesta correcta para cada pregunta.
1- La tentación viene a
a. Solo los más débiles
b. Solo a las personas que no van a la iglesia
c. A todos
2- Dios
a. Es el origen de las tentaciones
b. Está esperando a que cedamos a la tentación
c. Nunca fue, es o será el origen de las tentaciones
3- 1 Pedro 5:8 identifica a nuestro enemigo como
a. El diablo
b. Aquellos a quienes no les caemos bien
c. Los lideres de la iglesia
4- De acuerdo con las Escrituras, las tres áreas principales para ser tentadas son:
a. Alcohol, drogas, tabaco
b. Deseos de la carne, deseos de los ojos y vanagloria de la vida
c. Dinero, sexo e Internet
5- El objetivo de la tentación es
a. Hacer que Dios tenga que quitar de nosotros su bendición
b. Mostrarnos qué tan débiles somos
c. Mostrarnos qué tan fuertes somos
6- Jesús contraatacó a las tentaciones del diablo
a. Cerrando los ojos
b. Huyendo
c. Citando y aplicando las porciones adecuadas de las Escrituras
7- Ceder ante los deseos de la carne es generalmente
a. Ceder a nuestra naturaleza pecaminosa
b. Tener hambre
c. Estar cansado
8- Una forma práctica de escapar de la tentación y practicar una vida agradable a
Dios es
a. Nunca dejar tu hogar
b. Cambiar el tema de conservación si se está hablando de algo no
agradable a Dios
c. Ceder a la tentación
9- La experiencia de Jesús en la tierra fue que
a. Jesús fue tentado al principio de su ministerio
b. Jesús cedió ante la tentación del enemigo
c. Jesús nunca fue tentado
10- Ceder a la tentación puede llevarnos a
a. Caer de la gracia de Dios
b. La destrucción de nuestra familia
c. Ambos
RESPUESTAS AL AUTOEXAMEN
Nota: Si usted ha respondido alguna pregunta incorrectamente, puede encontrar el
objetivo del que surge la pregunta, mirando la referencia entre paréntesis
1. c (11.1)
2. c (11.4)
3. a (11.1)
4. b (11.2)
5. a (11.1)
6. c (11.3)
7. a (11.2)
8. b (11.4)
9. a (11.3)
10. c (11.5)