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Derecho al mate y a la siesta

¿Qué pensaría el lector de un proyecto de ley que instituyera el derecho a tomar mate y a dormir la siesta
para los trabajadores? Bueno, tuvimos una legislación consagrando esos derechos ¿fue Irigoyen, fue Perón?
No, fue nuestro primer virrey, el virrey Cevallos, mejor identificado como Don Pedro Antonio de Cevallos,
Cortes, Hoyos, Calderon, Cos, Arevalo, Barreda, La Vega, Porras, Estrada, y Escalante. Designado al momento
de crearse el Virreinato en agosto de 1776, recién ocupó efectivamente el cargo el 15 de octubre de 1777.
Quizá la demora fue ocasionada porque vino con una flota de más de 120 buques. Quizá intuyendo su
cercana muerte (diciembre de 1778) dictó números normas de ordenamiento del nuevo virreinato. Al mes
de haber llegado ya había dictado una de las primeras legislaciones laborales en nuestro territorio: el Bando
N°39. En doce artículos sintetiza cuestiones de jornada, descansos, remuneración, anticipos, condiciones
laborales, etc.
Otro dato curioso sobre el virrey: su hijo Pedro Antonio de Ceballos Pinto fue ministro de Hacienda del
general Martín Miguel de Güemes cuando este era gobernador de Salta.
A puro mate
El bando regula el trabajo en el campo disponiendo: “4° Se han de levantar a las quatro de la mañana p.ᵃ
beber mate y entrar inmediatamente al travajo y a la hora y media q.ᵉ esten en el, se les dará otro mate y
media hora despues el Almuerzo, y a la hora de este otro mate—y de ay en adelante hasta que salgan del
travajo toda la agua fria q.ᵉ quiciesen.”
Pero, ahí no se acababan las mateadas: “A las once y media se retiraran a la Casa, donde descansaran media
ora, y a las doce se les dará de Comer para que duerman la siesta hasta las dos que se les dispertará
dándoles mate, y bolveran sin demora otra vez a la faena: Alli se les serviran otros dos Mates, y despues toda
la agua fria hasta que del todo dejen el travajo que será una ora después deentrado el Sol: De modo que en
todo el discurso del dia se les daran seis Mates con los dos que en las Casas tomaran mañana, y tarde, antes
de ir al Sembrado.”
Cuidadito con pedir anticipos
Los anticipos de sueldo son un problema ahora y lo eran hace doscientos años. Y no se andaban con
chiquitas a la hora de sancionar el osado pedido, como podemos ver: “8° Por ningun motivo ni pretexto se
les pague adelantado, ni puedan los Peones pedirlo con la boluntariedad que acostumbran amenazando, y
aun efectivamente yendose sino les dán todo lo que piden pena de cien azotes por las Calles, y un año de
destierro a los Presidios, si fuese Indio, Mulato, ó Negro, y si fuese Español dos años de destierro, por que
deviendo dár estos buen exemplo, son por lo común los que pervierten las demas gentes con sus malos
consejos y operaciones.”
Otra conducta severamente sancionada era fumar en los campos: “Asi mismo nadie tomará tabaco de humo
ni yendo P. los caminos Reales, pues es mui facil que el viento conduzga a los Sembrados el fuego de los
mismos Sigarros encendidos que sin precaucion arrojan los Pasageros, o de las chispas que se desparraman
al tiempo de fumar, lo q.ᵉ se executará de vajo de pena Capital, si se averiguase ser malicioso el incendio; y si
és solo por contravencion a este mandato de doscientos azotes por las calles, y de cinco años de destierro a
los Precidios de S. M., si fuese Indio, mulato ó negro, y si Español por el exemplo que deve dar diez años de
destierro.
En estas normas se da un ejemplo de lo que modernamente se llama discriminación positiva dándole un
trato más benigno a los más desamparados (indio, mulato o negro).

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