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Calibrar la máquina para tatuar es, jugando con la estructura y la morfología, conseguir el mejor
resultado posible que pueda trabajar la máquina.
Conseguir que las líneas queden nítidas, que las sombras queden suaves (u oscuras) y no
irritadas, y los rellenos de color sean limpios, sin ríos de sangre corriendo por la piel.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es con qué material contamos, y que material
vamos a necesitar. Una vez tengamos el material necesario, pensaremos que trabajo queremos
realizar con la máquina en cuestión.
Lo más recomendable es no tener que calibrar las máquinas para tatuar a diario, de modo que
siempre se recomienda un mínimo de 2 máquinas: una para trabajar la línea, y otra máquina
para trabajar la sombra.
Primordial disponer de una máquina para tatuar, una pareja de flejes, un martillo, un tornillo de
contacto superior, tornillería variada, multi-herramienta para la tornillería, una herramienta para
montar el martillo y otra más para centrarlo.
Vamos a partir de una máquina para tatuar que ya está montada, dejando de lado el despiece
de la máquina y dando por supuesto que se conoce la máquina y su funcionamiento en
profundidad antes de adentrarnos a calibrar.
En el mundo del calibrado de las máquinas de tatuar nos podemos encontrar casi tantas
verdades como tatuadores existen: cada tatuador tiene su método, y todos son igualmente
válidos (o casi todos).
Es por eso que aquí voy a exponer el método que utilizo yo para calibrar mis máquinas para
tatuar, y cómo me funciona.
Esta es la configuración que utilizo yo para los flejes:
Estas configuraciones son estándar, es decir, dependiendo del tamaño, peso y posicionamiento
del martillo, así como del corte del fleje y sus dimensiones planas, podemos necesitar de otras
medidas para calibrar correctamente nuestra máquina para tatuar.
Muy fácil, dependiendo del trabajo que vamos a requerir a nuestra máquina, la profundidad de
la aguja, la fuerza de golpeo, el rebote del martillo y por consiguiente de la aguja, es lo que nos
va a diferenciar una máquina de otra.
Por ejemplo, si queremos calibrar una máquina de línea, necesitaremos que el impacto del
martillo sea seco, no tenga rebote, por lo tanto, necesitaremos de un fleje trasero duro que
controle el movimiento de vaivén del martillo, pero a su vez un fleje delantero corto y duro que
transmita toda la fuerza de las bobinas directamente al martillo. Es por eso que las máquinas
para tatuar de línea tendrán una mayor fuerza que las máquinas de sombra y relleno.
Si queremos una máquina de sombra, necesitamos que, aunque el martillo golpee con fuerza,
el fleje no ejerza demasiada resistencia y permita un movimiento de vaivén que dará suavidad
al martillo y nos permitirá no lastimar la piel, es por eso que tendremos que montar un fleje
delantero alargado y blando, apoyado con un fleje trasero duro que nos permita poder tatuar, ya
que sino la resistencia de la piel nos dificultaría el trabajo.
Y, por último, pero no menos importante, si queremos una máquina de relleno, necesitaremos
una mezcla de ambas configuraciones, un fleje delantero que nos permita pintar sin dañar en
exceso la piel, acompañado de un fleje trasero un poco más blando para tener un vaivén que
nos permita penetrar en la piel a cambio de trabajar con un poco más de potencia.
Simplificando, si queremos una máquina polivalente, tendremos que buscar una configuración
de un fleje delantero y trasero de dureza media, un #18.
Ya tengo los flejes, ¿y ahora?
Supongamos que hemos elegido montar una nueva máquina de sombra, necesitamos de un
fleje delantero estrecho y alargado, con un grosor de #16, y un fleje trasero corto, duro y ancho,
que soporte el movimiento de vaivén del martillo.
Si la máquina es para hacer línea o relleno (color-pack), el tornillo de contacto irá en posición
casi perpendicular al martillo, para infringir toda la fuerza posible a éste, cercano a los 90º.
Separación de martillo y chasis
Con un martillo muy separado, el movimiento será mayor que con un martillo junto al chasis.
Por lo tanto, para nuestra máquina de sombra necesitaremos que haya un espacio suficiente
para que la máquina de tatuar haga su trabajo correctamente.
Calibrando
Ya tenemos nuestra máquina totalmente montada, necesitamos comprobar que realmente hace
su trabajo y se mueve. Para esto, conectamos la máquina para tatuar a una fuente de
alimentación y pulsamos el pedal.
El movimiento del martillo, y el dibujo que imprime la punta de éste, nos dará la señal de que la
máquina funciona correctamente, para ellos nos basaremos en la regla del ocho, y
compararemos los resultados.
Si queremos más fuerza en el martillo, necesitaremos cerrar el ocho enroscando más el tornillo
superior, por el contrario, si queremos más abertura en el ocho, desenroscaremos el tornillo.
El falso mito
Nota: esta es una manera rápida de calibrar una máquina de tatuar, podemos incidir más en
cada apartado para lograr un calibrado más ajustado y perfecto, buscando configuraciones
entre bobinas, chasis, tornillería…