Las Ranas- Aristófanes.

Durante este pequeño ensaño, relataré brevemente la historia de una de las obras más
importantes del subgénero dramático de la comedia, “Las ranas”, la cual fue escrita por el
maestro de la comedia griega clásica.

Empezando esto, podemos hablar un poco de cómo se aplicaba la comedia en los tiempos
antiguos de Grecia, este subgénero actuaba como una mofa a los sistemas socio-políticos de
la antigua Grecia, y, al contrario de la naturaleza realista del drama Griego, la comedia se
solía basar en el estereotipo y la generalización.

Tocando superficialmente a Aristófanes, lo podemos describir según testimonios y lecturas

suyas como un hombre sarcástico, profundamente sabio y ágil, riéndose de toda situación
posible.

Comprendiendo el contexto de la obra, podemos tocar en la historia de este gran subgénero.

Las ranas de Aristófanes trata de la travesía del Dios del vino y la fiesta, Aristófanes, donde
él, al darse cuenta de la terrible calidad de las tragedias muertas, decide ir a por Eurípides,
el gran escritor de tragedias, al infierno de su hermano y Dios, Hades.

Bajo esta premisa tan exótica y única, podemos encontrar una gran comedia satírica que
explora la decadencia en ese momento de la escritura y llega hasta el límite de que el
mismo Dios Dionisio intente recuperar la calidad de las obras a través de este viaje.

Hablando de los aspectos más impresionantes que pude encontrar dentro de la obra es la
gran comedia que se trata, desde el primer chiste podemos observar un humor experimental
basado en la consciencia de Dionisio y de su esclavo sobre el actuar en la comedia, con
referencias a la poca calidad y los chistes triviales de la época. Siguiendo esta gran línea
humorística, observamos un trasfondo muy obvio desde la primera página, como el esclavo
de Dionisio supera en cada frase a Dionisio, siendo irreverente y consciente de su entorno.

Ciertamente podría hablar de estas grandes interacciones por mucho más tiempo, pero basta
en resumir mi opinión de este texto como en pináculo de la comedia auto-referencial, una
gran obra ciertamente adelantada a las tragedias simplistas de la época, un jugueteo con la
cuarta pared, un ejercicio de reflexión artística envuelto en una gran comedia.