ser. Al mirarte te hago mía, al nombrarte te beso. Mi voz suena diferente al pronunciar tu nombre porque con esa palabra te expreso, aunque para definirte es necesario consultar las páginas de la ternura, la belleza, la comprensión y el amor. Puedo amarte sin verte, pero es imposible verte sin amarte. Dije que al contemplarte me adueño de ti, estoy equivocado y corrijo: al contemplarte te adueñas de mí. Así es este misterio de amar. TE AMO y te pertenezco. Soy de ti por ese sentimiento único, por esa inexplicable e indefinible expresión: "TE AMO". Te amo ahora, en este presente, que es el tiempo verbal de mi eternidad...