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Inexistencia

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Para otros usos de este término, véase existencia.

La inexistencia, en Derecho, es una figura doctrinal que determina la plena


ineficacia del acto jurídico que carece de alguno de los elementos esenciales
impuestos por la norma. Excluye incluso la mera apariencia del acto o negocio
jurídico, pues carece de cualquiera de los elementos esenciales propios del
primero, ya sea el consentimiento, el objeto, la forma, la causa (en los
ordenamientos que contemplen este último elemento) u otro. Un ejemplo de
inexistencia sería un contrato de compraventa en el que las partes contratantes no
hayan dado su consentimiento, sin cosa vendida, o sin precio.

Índice

 1Antecedentes
 2Polémica doctrinaria
 3Diferencias entre inexistencia y nulidad
 4Véase también
 5Referencias
 6Enlaces externos

Antecedentes[editar]
La teoría de la inexistencia está estrechamente vinculada con la institución
del matrimonio. En el Derecho canónico se distinguía entre matrimonium
nullum (matrimonio nulo) y matrimonium non existens (matrimonio inexistente),
sobre la base de considerar al consentimiento como elemento esencial al acto del
matrimonio, por lo que su ausencia provocaba que aquel no fuera nulo sino
inexistente.
Modernamente, la teoría de la inexistencia matrimonial se debe al jurista Karl
Zachariae, de la escuela exegética, que la fundó en el artículo 146 del Código Civil
Francés: Il n'y a pas de mariage lorsqu'il n'y a point de consentement ("No hay
matrimonio sin consentimiento matrimonial"), disposición incluía en dicho cuerpo
legal, por recomendación del propio Napoleón, y quien la amplió, distinguiendo
entre requisitos o condiciones esenciales y requisitos o condiciones de validez.
Posteriormente, la teoría de la inexistencia se ampliaría a todos los actos jurídicos,
aunque hubo juristas que la mantuvieron restringida al ámbito matrimonial.

Polémica doctrinaria[editar]
Dentro de la doctrina jurídica existe polémica sobre esta figura. Los juristas
partidarios de la categoría argumentan que estos supuestos actos aparentan ser
jurídicos pero no lo son, no por un vicio inherente en los elementos esenciales sino
por la inexistencia de ellos. Esto trae aparejada la falta de efectos jurídicos, es
decir, no se pueden imputar consecuencias a algo que no tiene existencia jurídica.
Por el contrario, los detractores de la figura concluyen que debido a la escasa
trascendencia práctica, y la indeterminación de la frontera entre nulidad e
inexistencia, no es conveniente contemplar esta última como una categoría distinta
a la nulidad radical.

Diferencias entre inexistencia y nulidad[editar]


 La nulidad debe ser declarada por los Tribunales de Justicia, no así la inexistencia.
Ésta última opera de pleno derecho.
 El acto inexistente, no produce efecto alguno; en cambio, el acto nulo, mientras su
vicio no se declare judicialmente, produce todos sus efectos.
 El acto nulo puede sanearse con el transcurso del tiempo, el acto inexistente no.
La inexistencia es imprescriptible.
 La inexistencia no puede ratificarse o confirmarse. En cambio, la nulidad relativa
puede ratificarse o confirmarse.
 La nulidad puede alegarse como acción o excepción, mientras que la inexistencia
sólo como excepción.
 Cualquier persona puede alegar la inexistencia. Ello no ocurre con la nulidad, pues
sólo puede ser alegada por determinadas personas, según se trate de la nulidad
absoluta o nulidad relativa.
 La nulidad judicialmente declarada, produce efectos sólo en relación a las partes
en cuyo favor se ha decretado. La inexistencia, constatada judicialmente, permite a
todo interesado aprovecharse de ella.
 La nulidad es de Derecho estricto, requiere de norma expresa que establezca la
respectiva causal para que opere. En cambio, la inexistencia se produce por la sola
circunstancia de omitirse un requisito de existencia del acto jurídico.1

7.3. Adquisición originaria y derivativa de


los derechos reales
 Naujoël
 
 Última actualización: 19 Junio 2019

3.1. Adquisición originaria


Se habla de adquisición originaria cuando la titularidad dominical, de dominio (o
de cualquier otro derecho real) se obtiene con independencia del derecho del
titular anterior, ya sea:

a. Porque la misma adquisición coincide con el derecho (de propiedad),


haciéndolo nacer o generándolo: tal ocurre en el supuesto de la ocupación
de bienes muebles vacantes o abandonados.
b. Porque la titularidad jurídico-real (propiedad o cualquier otro derecho real
limitado, que sea susceptible de posesión) se consigue sin estar
fundamentada en el derecho del titular anterior a través, por ejemplo, de la
usucapión.

3.2. Adquisición derivativa


La adquisición derivativa tiene lugar cuando el titular cede o transmite su
derecho real (propiedad o cualquier otro, siempre que sea transmisible: uso y
habitación, por ejemplo) a otra persona, que pasa a ser el nuevo titular. El nuevo
titular ocupa la posición del anterior y, por consiguiente, el contenido y extensión
de su derecho se mantiene en las mismas condiciones en que lo ostentaba el
anterior titular.
Ahora bien, el anterior titular puede transmitir íntegramente su propio derecho o
una facultad de éste. Así, el propietario puede enajenar su derecho de propiedad o
bien constituir un usufructo o una hipoteca, manteniendo su titularidad dominical.
Para referirse, técnicamente, a ambas eventualidades se suele subdistinguir,
dentro de la adquisición derivativa, entre: traslativa y constitutiva.

A) Adquisición derivativa traslativa


Mediante ella, se transmite o adquiere el mismo derecho del titular anterior (el
propietario vende, el acreedor hipotecario cede su crédito hipotecario a otro, etc.).

B) Adquisición derivativa constitutiva


El titular transfiere o transmite parcialmente su derecho, dando origen a un
nuevo derecho real (el propietario constituye un usufructo; el usufructuario otorga
a otra persona derecho de habitación sobre la casa de la finca; el superficiario
constituye una hipoteca, etc.).

3.3. Razones de la diferenciación entre ambas


La confrontación entre adquisición originaria y derivativa no es la única
clasificación posible de las causas de adquisición o modos de adquirir, aunque
resulta la más útil y operativa.
La calificación de una causa de adquisición como originaria o derivativa, no está
privada de consecuencias prácticas: en caso, por ejemplo, de adquisición
originaria de la propiedad, ésta se ha de presumir libre de cualquier otro derecho
real limitado que anteriormente le afectara. Así, pues, la ocupación o la usucapión,
además de traer consigo la extinción del derecho de propiedad del titular anterior,
comportan la extinción de los derechos reales y cargas que pesasen con
anterioridad sobre la cosa.

3.4. Otras clasificaciones de los modos de


adquirir
Deben señalarse otros criterios de clasificación de los modos de adquirir:

1. Atendiendo a la existencia o no de contraprestación por parte del


adquirente del derecho real, cabe hablar de modos de
adquirir onerosos y gratuitos.
2. La adquisición de los derechos reales puede producirse tanto mediante
actos inter vivos cuanto mortis causa.
3. Teniendo en cuenta el ámbito objetivo de la transmisión o adquisición, se
habla de modos de adquirir universales (ejemplo paradigmático la
herencia, por recaer sobre un conjunto patrimonial) y particulares, en
cuanto referidos a la adquisición o transmisión de uno o varios derechos
reales, aisladamente considerados.
4. Se puede señalar que el vocablo “adquisición”, representa el
efecto de incorporar una cosa o un derecho a las esferas
patrimoniales de una persona por un hecho o acto jurídico.
5. En el derecho romano, se requerían el concurso de cuatro
condiciones, a saber: un sujeto que verifica la adquisición, un
objeto de la misma, un hecho, acto o negocio jurídico creador de
la relación, y finalmente, la regla que une lo anterior con el efecto
de la adquisición.
6. La adquisición de tales derechos se dividía en originaria y
derivativa, según que los derechos se adquiriesen
independientemente del derecho ajeno o se transfiriera de una
persona a otra, de modo que a ésta le derivasen de aquélla, ya
sea que el causante transfiriera todo su derecho, o bien que sólo
transfiera una facultad comprendida en el mismo.
7.
8.
9. ADQUISICIÓN ORIGINARIA
10.
11.
12. La forma originaria, es el modo de adquirir la propiedad sobre la
base de una relación directa del sujeto que adquiere con la cosa
adquirida, sin que medie relación personal alguna con el anterior
propietario o cualquier otro sujeto. Se incluyen en este grupo
la ocupación, accesión , especificación y adquisicion del tesoro.
13. Se adquiere la propiedad de una cosa, que no pertenece nadie,
sin que haya trasmisión de propiedad de un propietario anterior
al adquirente. Ejemplo, lo que ocurre en la ocupación, los
animales que son cogidos en tierra, en el mar, en el aire, las
frutas, etc.
14.
15.
16. ADQUISICIÓN DERIVATIVA
17.
18.
19. Por su parte, las formas derivativas son aquellas en que se
adquiere el derecho de propiedad sobre la base de una relación
con el anterior titular que transmite. Esto quiere decir, que la
transmisión de la propiedad u otros derechos reales, no es una
consecuencia directa del mismo contrato del que surgen los
efectos obligatorios entre las partes, sino que es necesario un
acto o negocio posterior encaminado a tal fin.
20.
21.
22. HECHO JURÍDICO
23.
24.

25. Es toda acción u obra del hombre o de la


naturaleza que cae bajo la percepción de nuestros sentidos. Los
hay capaces de producir consecuencias pero que, no
tienen fuerza gravitante en el área de lo jurídico. Estos son
denominados genéricamente hechos o hechos simples. Otros
hechos, positivos o negativos, por el contrario, cumplen
una función jurídica. A estos, se les denominan hechos
jurídicos y abarcan todas aquellas acciones del hombre o la
naturaleza captada por los sentidos, susceptibles de producir
consecuencias jurídicas (adquirir, modificar, transferir o extinguir
derechos). Ejemplo: la muerte y el nacimiento.
26.
27.
28. CLASIFICACIÓN DE LOS HECHOS:
29. (a) Naturales: Extraños a la voluntad del hombre.
30. (b) Humanos: Realizados por el hombre.
31. (c)  Voluntarios: Ejecutados con discernimiento, intención y
libertad.
32. (d) Involuntarios: Sin discernimiento o aptitud de razonar.
33. (e)  Lícitos: Permitidos por las leyes o por lo menos no
prohibidos.
34. (f)   Ilícitos: Prohibidos por las leyes.
35. (g) Positivos: Consisten en un hacer.
36. (h) Negativos: Consisten en un no hacer, en una omisión.
37. (i)   Simples: Producen un sólo efecto jurídico.
38. (j)   Complejos: Producen más de un efecto jurídico.
39. (k) Dependiente o accesorio: depende de otro hecho jurídico.
40. (l)   Independiente: No depende de otro hecho jurídico.
41.
42.
43.ACTOS JURÍDICOS

44.  Es toda acción u obra que ejecuta una


persona y que causa una consecuencia jurídica. El acto
jurídico es el hecho humano, voluntario o consciente, que tiene
por fin inmediato establecer entre las personas relaciones
jurídicas, crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones.
45. Los hechos en virtud de los cuales nacen las relaciones de
derecho, se llaman actos jurídicos, que a su vez pueden ser de
tres especies:
46. (a) Voluntario. Se basan en la voluntad del adquirente, como la
ocupación de una res nullius.
47. (b) Involuntario. Pueden consistir en una circunstancia
completamente ajena a la voluntad del que adquiere, cuya
circunstancia a su vez puede ser un hecho natural o el acto
voluntario de una tercera persona.
48. (c) Mixto.  Pueden consistir simultáneamente en un acto
voluntario del adquirente y en un hecho causal o en un acto
voluntario tanto del adquirente como de un tercero.
49.ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO
50.
51.
52. (i) Elementos Esenciales
53. Son aquellos sin los cuales no puede materializarse el acto
jurídico. Son los componentes imprescindibles, sin que la
autonomía de la voluntad pueda soslayarlos. Son los que
permiten que el acto en sí, se concretice y pueda alcanzar su
denominación distinguiéndose de otros actos jurídicos. Estos
requisitos son la manifestación de la voluntad, la capacidad, el
objeto, la causa y la forma o solemnidad. También pueden
coexistir con requisitos de carácter especial dependiendo del
acto jurídico en particular, pero que deben concurrir con los
elementos de carácter general. A tal efecto, se precisan a
continuación:
54. Manifestación de la voluntad del sujeto:
55.          - Oral: contrato stipulatio.
56.          - Escrita: testamento.
57.          - Tácita: se expresa por signos, gestos que hacen presumir
que la persona ha manifestado su voluntad.
58.          - Silencio: En toma no tiene valor el silencio. La excepción
está dada cuando por ley está obligado a pronunciarse y la ley
da por expresión positiva el silencio. Ej. Manumisión
solemne per vindicta. El problema de la manifestación de la
voluntad acompaña las tres etapas del derecho romano. En la
Antigua son formales y ritualistas. Era válido el acto si se cumple
la forma. En la clásica va madurando y aparece el contrato de
compra venta, mandato, sociedad donde se tiene en cuenta la
buena fe de las partes. En la etapa post clásica Cicerón
establece la polémica si era más importante la verdadera palabra
escrita del testamento o la voluntad que había querido expresar
el autor. Esto se desentrañaba de los escritos. Aparece así la
contraposición entre la verdad (palabra escrita textual) y
la voluntas (verdadera intención testamentaria).
59. Vicios de la voluntad. La manifestación de la voluntad es interna
y externa. Cuando ambas no concuerdan surgen los vicios de la
voluntad. Estos vicios pueden ser por error o por dolo.
60. -                     El error.
61. Cuando sea falso el conocimiento que se posee sobre un hecho
o una norma jurídica. En estos casos, se puede alegar siempre
que sea esencial (recaiga sobre u elemento esencial del acto
jurídico) y es excusable demostrando no haber incurrido en
grave negligencia.
62. El error puede recaer en el negocio mismo (error in negocio), en
la persona (error in persona) , en la cosa (error in
demonstratione) o en la causa (error in a causa). Por ejemplo, si
realiza un préstamo  y se cree que es una donación, se está
incurriendo en error del negocio jurídico y esto afecta la
naturaleza del acto mismo. Asimismo, se puede alegar la
existencia del error cuando se cree que se está contratando con
una persona y en realidad es con otra. Ej. Mandato, sociedades,
donde la persona es esencial.
63. Igualmente, se puede alegar el error cuando recae en la cosa,
por ejemplo, que la persona compre un fundo propiedad de “A” y
en realidad pertenezca a “B” (error in corpore) o, cuando la
sustancia sea distinta a la creída (error in substancia), por
ejemplo que se compre oro y en realidad sea cobre, vino o
vinagre. El error, también ocurre cuando no hay acuerdo en la
cantidad establecida. Ej. Prometes darme 10 ases, prometo
darte 3 ases. Fueron actos inválidos hasta que  Justiniano
aprobó estos negocios jurídicos por el monto menor. 
64. Los errores de derecho, no siempre podían alegarse por
seguridad jurídica. Nadie puede alegar desconocer las leyes.
Nadie puede alegar su propia torpeza salvo los casos de
menores de 25 años de edad, mujeres, rústicos, soldados.
65. - El dolo.
66. Es toda astucia, ardid o maquinación que realiza una de las
partes tendiente a hacer incurrir a la otra en error. Existió en
Roma dos clases de dolo:
67. Dolus Bonus: aplicado a situaciones tales como la alabanza
exagerada de un producto vendido de viva voz en una feria.
68. Dolus Malus: Pretoriano. Vieron que más allá de las formas
solemnes antiguas se debía observar la voluntad de las partes.
En el siglo I DC un pretor peregrino: Aquilio Galo tipificó como
delito otorgando acción a aquel que padezca dolo. Era la acción
de doli mali. Esta acción consistía en anular el acto y la
restitución de todo lo dado. También se le imponía la tacha de
infame al infractor. Esta acción por supuesto tenía su excepción
de doli mali. El dolo es inconsciente para el que lo padece.
69. - Violencia: Puede ser física (daño material); moral se produce
acción intimidatoria, amenaza, temor o miedo.
70. La violencia física (vis corpore illata o vis absoluta) o psicológica
(vis animo illata o vis impulsiva) que quita su libertad al
consentimiento, no lo suprimía como elemento del contrato: la
voluntad bajo coacción no deja de ser voluntad – coacta
voluntas tamen voluntas est (o sea, aun bajo coacción, la
voluntad no deja de ser voluntad). Sin embargo, el pretor ofrecía
ayuda a la parte perjudicada por intimidación, si esta última
reunía los siguientes requisitos en forma acumulativa:
71. a) Que la intimidación impresionara a un hombre muy valiente.
72. b) Que el intimidado, además de no comportarse cobardemente,
tampoco se comporte estúpidamente, aceptando, bajo amenaza,
un mal mayor de lo que hubiera resultado de la realización de la
amenaza misma.
73. c) Que la intimidación fuera ilegitima.
74. d) Que se tratara de una amenaza actual, verdadera, dirigida
contra sí mismo o sus hijos, que no consistiera en una mera
posibilidad de peligro.
75. En caso de reunirse estos requisitos, el pretor podía conceder,
en beneficio de menores, mujeres, etc., una in integrum
restitutio, anulándose el negocio en cuestión, a menudo en
perjuicio de terceros; además podía conceder a cualquier
la actio quod metus causa, que dejaba el negocio en pie, pero
obligaba al culpable a pagar a la victima cuatro veces el daño
sufrido. Para que los interesados ejercieran sus acciones
rápidamente, de modo que el culpable no viviera el resto de su
vida bajo la espada de Damocles de esta actio quod metus
causa, la victima que tardaba más de un año en ejercer su
acción, veía reducido su derecho a una sola vez el importe del
daño o perjuicio. Si el culpable moría, la víctima podía dirigirse
contra sus herederos, pero solo por el enriquecimiento obtenido
por los herederos a consecuencia de la intimidación.
76. Justiniano borró este dualismo entre la in integrum restitutio y
la actio quod metus causa. Solo dejó subsistente esta última
figura, pero dándole una característica tomada de la in integrum
restitutio: el efecto frente a terceros. Esta acción eliminaba así el
negocio en cuestión y podía tener repercusiones en terceros de
buena fe que hubieran comprado al culpable un objeto arrancado
con intimidación a la víctima.
77.(ii) Elementos Naturales
78. Son aquellos que normalmente llevan consigo cada negocio
jurídico, a no ser que sus autores los eliminen. Son los que están
insertos en la naturaleza de un acto jurídico concreto y
determinado, de tal manera que el derecho se los atribuye aún
cuando las partes no los hayan incluido. Su presencia en el
contenido de un acto jurídico determinado con prescindencia de
la voluntad de las partes es lo que los hace elementos naturales.
79.(iii) Elementos Accidentales
80. Son los que existen cuando las partes los determinan y agregan
expresamente al negocio. Son incorporados al acto jurídico por
voluntad de las partes en ejercicio de su autonomía sin que esto
afecte la validez del acto jurídico, pero siempre que no se
desvirtúe la esencia del acto y no exista prohibición de la ley. Los
elementos accidentales se diferencian de los naturales porque
son ajenos al acto jurídico, así estos serán modalidades
alternativas de realizar el acto jurídico. Algunos de los elementos
accidentales (o modalidades) del negocio jurídico son:
81. (a) La condición. Acontecimiento futuro e incierto del que
depende el nacimiento o extinción de un derecho y la obligación
que le es correlativa, que a su vez puede ser:
82. -         Resolutoria. Según que pone fin a un derecho o a una
obligación (ejemplo pagaré una mesada hasta que cumplas 18
años de edad, en este caso, el derecho del deudor se extinguiría
cuando el acreedor alcance la edad de 18 años, mientras tanto,
el acreedor podrá exigir la mesada correspondiente).
83. -         Suspensiva. Según que paraliza el nacimiento o exigibilidad
de la obligación (ejemplo te regalo mi casa cuando cumplas los
18 años, en este caso, hasta que no se verifique la condición de
los 18 años, la persona a la que se le regalaría la casa no tendrá
derecho a exigir su entrega).
84. Efectos de la condición: Que no se haya cumplido: produce una
expectativa de que se cumpla la condición para que nazca el
acto; que la condición se cumpla: surten los efectos y
obligaciones correspondientes y, que no se cumpla: entonces es
como que nunca existió.
85. Causas de la condición:
86. - Causales: dependen de un acontecimiento extraño a la
voluntad. Ej. Si baja una nave espacial te pago.
87. - Potestativas: dependen de la voluntad de las partes.
88. - Mixtas: dependen de un acontecimiento ajeno y uno de la
propia voluntad. Ej. Ser elegido cónsul.
89. (b) El plazo. Consiste en la época fijada para el cumplimiento de
una obligación, también se la define como un hecho futuro y
cierto del que depende la exigibilidad o extinción de una
obligación y del derecho que le es correlativo.
90. (c) El modo. Es la forma en que se adquiere un derecho.
91.
92.
93.Clasificación de los actos jurídicos
94.(a) Actos positivos. El nacimiento, modificación, extinción, etc. de
un derecho, depende de la realización del acto.
95.          (b) Actos negativos. La conducta jurídica consiste en una
omisión o abstención.
96.          (c) Actos unilaterales. Son aquellos cuando para su
perfección, requieren de la voluntad de una sola parte, que
puede ser una sola persona, en el caso del testamento; o la
voluntad de varias personas pero que son una sola parte, pues
su voluntad es expresada con el mismo sentido, como por
ejemplo en el caso de las comunidades que son representadas
por un administrador.
97.          (d) Actos bilaterales. Son aquellos que requieren el
consentimiento de dos o más voluntades (consentimiento).
98.          (e) Actos entre vivos. Son aquellos cuya eficacia no
dependen del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad
emanan, se llaman actos entre vivos, como son los contratos.
99. (f) Actos mortis causa. Son aquellos que producen efectos
después del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad emanan,
se denominan actos mortis causa o actos de última voluntad,
como son los testamentos.
100. (g) Actos gratuitos. Son aquellos en que la obligación está
a cargo de una sola de las partes y responden a un propósito de
liberalidad.
101. (h) Actos onerosos. Son aquellos donde las obligaciones
son recíprocas y cada contratante las contrae en vista de que la
otra parte se obliga a su vez; así ocurre en la compraventa, la
permuta, etcétera.
102. (i) Actos formales. Son aquellos cuya eficacia depende de
la observancia de las formalidades ordenadas por la ley.
103. (j) No formales. Son aquellos cuya validez no depende del
cumplimiento de solemnidad alguna.
104. (k) Actos patrimoniales. Son los que tienen un contenido
económico.
105. (l) Actos de familia. Se refieren a derechos y deberes de
familia o extra patrimoniales.
106.          (ll) Actos de administración. Sólo se transfiere la
tenencia, el uso; por ejemplo, el arrendamiento, comodato, este
acto no saca de la esfera de actuación del sujeto al bien en
cuestión, objeto del acto por el contrario.
107.          (m) Actos de disposición o enajenación. En el acto
de administración En los de disposición se transmite el dominio,
la propiedad de la cosa por ejemplo: la enajenacion y
el gravamen.
108. (n) Actos abstractos de causa. No obstante de constituir
una declaración de voluntad que revela el ánimo de generar
efectos jurídicos que, interesen al agente, no llevan la causa
incorporada en sí, ejemplo: el giro de una letra que conteniendo
una obligación de pago, es independiente de su causa.
109. (o) Actos abstractos causados. El acto causado tiene
causa evidente y notoria. Ejemplo: el arrendamiento.
110. (p) Actos positivos. El nacimiento, modificación, extinción,
etc. de un derecho, depende de la realización del acto
111.
112. (q) Actos negativos. La conducta jurídica consiste en una
omisión o abstención.
113.
114. NEGOCIO JURÍDICO
115. Es todo acto voluntario que
produce consecuencias de adquisición, modificación,
transferencia o extinción de derechos u obligaciones, en
consecuencia todos los negocios jurídicos son producto de un
acto jurídico, pero no todo acto jurídico puede ser producto de un
negocio jurídico.
116.
117.
118. INVALIDACIÓN DEL NEGOCIO JURÍDICO
119.
120.
121. La invalidación de los actos o negocios jurídicos en la
antigua Roma es de dos especies, a saber: nulidad (inexistencia)
y anulabilidad (rescindibilidad).
122. La ineficacia del acto jurídico es la privación de los efectos
del acto jurídico, sea como resultado de no cumplir los requisitos
legales, como resultado de una sanción o como vía
consecuencial.
123. (a) Nulidad de los actos o negocios jurídicos
124. Es aquel acto o negocio jurídico que existe sólo en
apariencia, o sea de hecho, pero que jurídicamente no subsiste.
La nulidad es, pues, la negación de la existencia jurídica de un
acto. Cuando el acto es nulo (inexistencia) no se requiere acción
alguna para conseguir su nulidad, antes al contrario, el ejercicio
de tal acción es imposible, puesto que legalmente no existe acto
o negocio alguno que haya de ser anulado.
125.  (b) Anulabilidad de los actos o negocios jurídicos
126. Es el acto o negocio jurídico que, si bien tiene existencia
jurídica, puede ser impugnado por una de las partes o por un
tercero interesado que tenga derecho a ello; a consecuencia de
esta impugnación, el acto jurídico puede ser declarado ineficaz.
Hasta tanto que el acto jurídico anulable no ha sido impugnado
por quien tenga derecho para ello, continúa subsistiendo, y así,
por ejemplo, un acto jurídico realizado por dolo o por violencia
ajena no es nulo, sino que tiene existencia jurídica mientras el
engañado o el amenazado no ejerciten el derecho de exigir su
anulación. Si el engañado o el amenazado no quieren usar de su
derecho de impugnar el negocio jurídico afectado del vicio de
violencia o de todo, la otra parte no puede prevalerse de la
anulabilidad del negocio, porque sería una exceptio ex iure tertii.
127. La invalidación de un acto puede existir desde el principio o
puede sobrevenir posteriormente. El acto no es válido desde el
principio, cuando le falta un requisito esencial a su existencia, o
cuando es contrario a una ley prohibitiva. Las causas por las
cuales un acto jurídico originariamente válido queda después
invalidado, son varias, según la naturaleza del acto, y no admiten
una clasificación general.
128. A veces, el acto jurídico se invalida a consecuencia de una
prescripción legal que tuvo presente el que lo realizó, pero
conteniendo en sí dicho acto todos los requisitos previstos por
otra disposición legal, y puede, por tanto, ser válido en este
aspecto.
129. Asimismo, un acto inválido puede ser convalidado
posteriormente. A este respecto, preciso es distinguir el caso en
que cesa la causa de invalidación, de aquel en que el acto se
ratifica.
130. En cuanto al primer caso, rige la regla general por la que el
acto jurídico nulo no se convalida por la cesación de la causa de
nulidad. Solamente por vía de excepción la ley admite que con
posterioridad pueda añadirse válidamente el acto lo que
originariamente le faltaba para su validez, lo cual ocurre
especialmente cuando la invalidación provenía de la falta de
consentimiento de una tercera persona, posteriormente obtenido.
131. En cuanto al segundo caso, hay que distinguir los actos
nulos de los actos anulados. Un acto jurídico nulo por defecto de
formalidad o por un motivo de orden público, no puede ser
subsanado por acto alguno confirmativo; porque, en efecto, un
acto que no existe no puede ser susceptible de confirmación. Lo
que impropiamente se llama confirmación de actos nulos no es
tal confirmación, sino un acto nuevo, que, reuniendo todas las
condiciones impuestas por la ley, producirá todos sus efectos,
pero sin tener fuerza retroactiva. Un acto jurídico anulable
puede, por el contrario, ser confirmado o ratificado por quien
tiene derecho a impugnarlo y llegar a ser válido por prescripción
de las acciones de nulidad o de rescisión.
132. La invalidación puede también ser parcial, ya respecto al
contenido del negocio, ya respecto a las personas. Un contrato
que obliga sólo a una parte se llama negotium claudicans; como
sucede, por ejemplo, en la venta hecha por el pupilo sine tutoris
auctoritate, en la cual sólo se obliga el comprador.
133.
134.
135. DERECHO DE COSAS Y BIENES
136. BIENES
137.
138.

139. RES. El vocablo “res”" era


empleado en latín con la misma amplitud con la cual en la
actualidad se utiliza la palabra “cosa”, aunque al ius solamente le
interesaban las cosas en cuanto podían ingresar a un
patrimonio, es decir, en cuanto eran susceptibles de apropiación
supuesto que reportaran una utilidad económica, por lo cual
modernamente se suele recurrir a la palabra “bienes” para
referirse a las cosas desde una perspectiva jurídica.
140. CLASIFICACIÓN DE LAS COSAS
141. En las fuentes romanas se distingue entre RES Intra
patrimonium y RES extra patrimonium, según que se
encontraran entre los bienes económicos de los particulares o
fuera de ellos.
142. Con esta clasificación las fuentes querían diferenciar las
cosas susceptibles de relaciones jurídicas, de las que no fueran,
pero tenía el defecto de aludir a un hecho o situación actual, que
la cosa se hallara o no comprendida en el patrimonio de una
persona, como sería un animal salvaje, que habría que
reputar RES extra patrimonium hasta el momento de su
aprehensión.
143. Por ello se considera equivalente, pero más comprensiva y
precisa, otra distinción, que aunque no se la formula
expresamente como la anterior no es ajena al lenguaje de las
fuentes: RES INCOMMERCIO y RES EXTRA COMMERCIUM, y
que sirve para designar las que entran en el tráfico jurídico de los
particulares y las que están excluidas de dicho tráfico por
disposición de la ley
144. Llámense, además res nullius las cosa in commersio que
no son propiedad de nadie y res derelictae aquellas a cuya
propiedad ha renunciado su dueño por abandono.
145.
146. - Res Extra Commercium.
147. Dentro de esta categoría, se encuentran las cosas no
susceptibles de relaciones jurídico – patrimoniales por
prescripción divina o por disposición de la ley positiva de donde
surge la división de cosas fuera del comercio por causa divina
(res divini iuris: cosas de derecho divino) o por causa humana
(res humani iuris: cosas de derecho humano).
148. (a) Res Divini Iuris; Sacrae, Religiosae, Sanctae.
149. Entre las cosas de derecho divino, se hallaban las cosas
sagradas (res sacrae) que eran la consagradas a los dioses
superiores y puestas bajo su autoridad, como los templos, los
terrenos, los utensilios que utilizaban en las ceremonias
religiosas, y también los donativos hechos a la divinidad; las
cosas religiosas (res religiosae), que eran las consagradas a los
dioses inferiores.
150. (b) Res Humani Iuris; Communes, Publicae, Universitates
151. Entre las cosa humanas excluidas del tráfico jurídico, se
contaban las cosas comunes (res communes ómnium), es decir,
las que por derecho natural pertenecían a todos los hombres:
el aire, el agua, el mar y sus riveras; las cosas públicas (res
publicae) eran propias del pueblo, es decir, de
la comunidad organizada como Estado y entre las que se
pueden mencionarlos ríos y sus orillas, los puertos, las vías
públicas, y las res universitates, esto es las cosas que
integraban el patrimonio de una comunidad y que estaban
afectadas al uso de sus miembros, como los teatros, los foros,
los baños públicos, las plazas, etc.
152.
153.
154. - Res Incommercio.
155. Dentro de esta categoría, se encuentran aquellas que
podrían servir de objeto a relaciones jurídico- patrimoniales, es
decir, las cosas susceptibles de apropiación individual,
comprenden la mayoría de los objetos corporales de que podía
disponer el hombre para satisfacer sus necesidades, y abarca
los siguientes grupos:
156. Res mancipi y res nec mancipi, cosas corporales e
incorporales, muebles e inmuebles, consumibles y no
consumibles, fungibles y no fungibles, divisibles e indivisibles,
simples y compuestas, principales y accesorias, y fructíferas y no
fructíferas.
157. (a) Res Mancipi y Res Nec Mancipi
158. Eran mancipi las cosas cuya propiedad - en cierto modo
privilegiada –se transmitía por un modo del derecho civil formal y
solemne, como la mancipatio, o mediante la in iure cesio, que
importaba un ficticio proceso de reivindicación realizado
formalmente ante el magistrado.
159. Eran cosas mancipables las de mayor valor en la
primitiva economía agrícola, como los fundos o las heredades y
las cosas situadas en el suelo, las servidumbres rurales de paso
(via, iter, actus) y de acueducto (aquae ductus) los esclavos y
los animales de tiro y carga. Todas las demás cosas se
agrupaban dentro de la clase de la res nec mancipi.
160.
161.
162. (b) Cosas corporales e incorporales
163. Las primeras eran aquellas cuya materialidad eran
percibidas por los sentidos, es decir, las cosas tangibles (quae
tangi possunt), como un fundo, un esclavo, al paso que eran
incorporales, por el contrario, las que son producto de una
abstracción, esto es que no pueden palparse (quae tangi non
possunt), como un crédito, el derecho de propiedad de
servidumbre, etcétera.
164. (c) Cosas muebles e inmuebles
165. Son muebles (res mobiles) las cosas inanimadas que
pueden trasladarse de un lugar a otro por una fuerza exterior, sin
ser deterioradas en su sustancia o su forma, al paso que son
inmuebles las que de acuerdo con su naturaleza, físicamente es
imposible que cambien de lugar dentro de la clase de los mobilia
se encuentran los semovientes (se moventes), como los
animales que se mueven de un sitio a otro por sus
propìos medios.
166. Pertenecían a la categoría de las cosas inmuebles los
fundos (fundi) o predios. Se dividían en urbanos (praedia
urbana), si en ellos estaba construido un edificio, y en rústicos
(praedia rustica), cuando eran terrenos sin edificación,
estuvieran en la ciudad o en el campo.
167. Los fundos rústicos podían tener límites determinados
por accidentes naturales del terreno (agri arcifini) o trazados
especialmente por agrirmensores (agrilimitati).
168. Dentro de los fundos cabía también la distinción en itálicos
y provinciales. Los primeros eran los situados en Italia o en
ciudades a las que se les hubiera concedido el ius italicum; los
segundos los que estaban enclavados en provincias. Sobre los
fundo itálicos el titular tenía el derecho civil o quiritario, en tanto
que sobre lo fundos provinciales solo una posesión sometida al
pago de un tributo (tributum o estipendium).
169. (d) Cosas consumibles y no consumibles.
170. Distinguieron también los romanos las cosas consumibles
(res quae usu consumuntur), es decir aquellas cuyo uso o
destino normal las destruye física o económicamente, como
los alimentos y el dinero, de las cosas no consumibles (res quae
non consumuntur), que son las susceptibles de un uso repetido
sin que provoque otra consecuencia que su mayor o menor
desgaste.
171. (e) Cosas fungibles y no fungibles
172. Otras clases de cosas entre las res in commercio, son las
fungibles y las no fungibles. Las primeras son las que pueden
sustituirse por otras de la misma categoría, es decir, que no se
toman en cuenta como individualidades, sino en cantidad, por su
peso, número o medida, (res quae pondere, número, mensurave
constant). Son no fungibles, en cambio, las que tienen su propia
individualidad y que no admiten, por ende, la sustitución de una
por otra. Integran las cosas fungibles, el vino, el trigo, el dinero,
mientras que corresponden a las no fungibles una obra de arte,
un esclavo, un fundo.
173. Sirve también para distinguir las cosas fungibles de las no
fungibles el hecho que las primeras son designadas según
el género (genus) a que pertenecen mientras las segundas
comprenden una cosa particular, determinada conforme su
individualidad (species).
174. Así, una cosa es fungible cuando en la relación jurídica de
que es objeto se la considera más bien según su género o su
cantidad que según su especie, de suerte que el sujeto habrá de
devolverla en su género (in genere) o en la misma cantidad y
cualidad (in eadem quantitate et qualitate).
175. Esta distinción carece en gran parte de precisión, porque
así como la fungibilidad es una cuestión objetiva, la
determinación genérica es subjetiva, pues depende
exclusivamente de lo que opinen las partes. Los esclavos no
eran cosas fungibles pero nada impedía que un vendedor se
comprometiese a entregar a un número de ellos sin
individualizarlos.
176. En este caso se estaba frente a una obligación genérica,
que se cumpliría entregando el genus.
177. (f) Cosas divisibles e indivisibles
178. Las cosas pueden ser divisibles o indivisibles. Un objeto
corpóreo es físicamente divisible cuando sin ser destruido
enteramente puede ser fraccionado en porciones reales cada
una de las cuales, después de la división, forma un todo
particular e independiente, que conserva en proporción
la utilidad de la cosa originaria; es indivisible, en cambio, el que
no admite partición sin sufrir daño o menoscabo o, como dicen
las fuentes, sin que la cosa perezca.
179. Un fundo es cosa divisible; un animal, una pintura son
indivisibles. Hay cosas legalmente divisibles, sin distinguir si la
partición física es posible o no, cuando muchas personas
pueden poseerla en común, es decir, en proporciones ideales
o intelectuales (partes insertae), que es lo que ocurre en el
régimen de la copropiedad, en el que los copropietarios
poseen pro indiviso.
180. También hay cosas legalmente indivisibles cuando en ellas
no se concibe la idea de una parte, como acaece en las
servidumbres, que los romanos consideraban res incorporalis.
181. (g) Cosas simples y compuestas
182. Se distinguían también las cosas simples de las
compuestas. Aquellas constituían un solo todo, una unidad
orgánica e independiente (corpora quae uno spiritu continentur)
como un esclavo, una viga, una piedra. Cosas compuestas eran
las que resultaban de la suma o agrupamiento de cosas simples.
Estas últimas se dividían en dos categorías, según que la
aglomeración de cosas simples fuera material y tuviese aspecto
compacto, como una nave o un edificio (corpora ex
contingentibus o universitas rerum coherentium), o que el vínculo
de unión de los componentes simples fuera inmaterial y cada
uno de ellos conservara su independencia, como por ejemplo un
rebaño o una biblioteca caso en el cual se habla de
universalidades de cosas (corpora ex distantibus o universitas
rerum distantium).
183. (h) Cosas principales y accesorias
184. Conocieron igualmente los romanos la clasificación de
cosas en principales y accesorias, considerando que las
primeras, eran aquellas cuya existencia y naturaleza están
determinadas por sí solas, sirviendo inmediatamente y por ellas
mismas a las necesidades del hombre; y las accesorias, las que
estaban subordinadas o dependían de otra principal, como el
marco respecto del cuadro, la piedra preciosa en relación al
anillo que está engarzada.
185. A propósito de las cosas accesorias regía el principio de
que lo accesorio sigue la suerte de lo principal (accessorium
sequitur principale).
186. (i) Cosas fructíferas y no fructíferas.
187. Dentro de las cosas fructíferas se comprenden aquellas
que, manteniendo su naturaleza y su destino, dan
con carácter periódico cierto producto o fruto (fructus), que se
convierte al separárselo natural o artificialmente en cosa
autónoma. Son cosas no fructíferas las que no tienen esa
cualidad.
188. Son frutos, por consiguiente, los productos naturales que
más o menos periódicamente suministran las cosas sin disminuir
su esencia, como la leña de los bosques, la cría de los animales,
la lana, la leche, y las frutas de los árboles.
189. Se entiende igualmente que pertenecen a la noción de
frutos, las rentas en dinero que suministra el empleo de
un capital, los alquileres, etc., que para diferenciarlos de los
anteriores se los ha llamado frutos civiles.
190. Los frutos pueden hallarse en diverso
estados: pendentes, cuando están adheridos a la cosa
productiva; percepti, cuando se los ha cosechado, percipiendi, si
estaban para cosechar y no se los cosechó por falta de
diligencia; existentes o extantes, cuando se hayan todavía en
poder del poseedor de la cosa y consumidos o consumpti si han
sido consumidos, transformados o enajenados.
191. En lo que concierne a los gastos o impensas (impensae),
que es todo lo que se desembolsa para una cosa determinada o
se emplea en ella, se distinguen los gastos para conseguir los
frutos de una cosa fructífera, de los gastos para la cosa misma.
A su vez, dentro de estos últimos cabe diferenciar las impensas
necesarias, las útiles y las voluptuarias, según estén destinadas
a conservar la cosa, aumentar su utilidad o renta o a
embellecerla, haciéndola servir para lujo o placer.
192.
193.
194. EL PATRIMONIO

195.
196.
197. El vocablo proviene de patrimonium que equivale a lo
recibido del pater.
198. La concepción romana en la etapa antigua pensaba que el
patrimonio se componía por todas las cosas corpóreas y
materiales que se transmitían por herencia de generación en
generación. En la etapa clásica eran los componente del
patrimonio las cosas materiales, los derechos, acciones, todo lo
valuado positivamente deducidas las cargas o deudas. Nunca
fue considerado atributo de la persona. Sólo poseían patrimonio
los Sui Iuris.
199. En la concepción moderna del derecho propuesta
por Aubry y Rau el patrimonio es considerado atributo de la
persona humana (todo hombre es persona, en Roma no era así).
Otras corrientes de teorías alegan que el patrimonio puede o no
estar en una persona por lo que no constituye un atributo
personal.
200. El patrimonio está compuesto por derechos y cargas pero
no se transmite por acto entre vivos sino que cambia la cabeza
de los derechos cuando se transmite por sucesión - frente a la
muerte de su titular - a sus herederos.
201.
202.
203. CARACTERÍSTICAS DEL PATRIMONIO
204.
205. 1.     Forma una totalidad jurídica de derechos la cual sólo
permite división en partes alícuotas y nunca una fragmentación
en partes determinadas por sí mismas o susceptibles de ser
determinadas aparentemente.
206. 2.     Contiene dentro de sí, a los derechos reales y a los
personales; éstos últimos a su vez, comprenden el activo o los
créditos y el pasivo o las deudas.
207. 3.     Los derechos reales y los personales, por ser
patrimoniales, son apreciables económicamente.
208. 4.     Excluye los derechos extrapatrimoniales, no apreciables
en valor económico, o sea, los que reconocen su origen en el
matrimonio o la filiación, tales como el derecho a la patria
potestad, la autoridad marital.
209. 5.     Es un atributo innato de la personalidad, intrínseco a la
esencia misma de la persona, por lo que se extingue al ella dejar
de existir.
210. 6.     No puede concebirse a una persona sin patrimonio, por
cuanto toda persona por el hecho de serlo es un ente capaz de
adquirir derechos y de contraer obligaciones.
211. 7.     No existe patrimonio sin una persona que sea titular de
él.
212. 8.     Puede ser positivo, cuando el activo es mayor que el
pasivo; y negativo, cuando el pasivo es mayor que el activo, ya
que las deudas son constitutivas del patrimonio y subsisten, a
pesar de no existir bienes presentes.
213. 9.     La transmisión del patrimonio sólo es susceptible por
causa de la muerte y en ese caso el heredero continúa la
personalidad del causante, del de cujus, provocándose la
confusión resultante del patrimonio del causante con el del
heredero.
214.
215.
216. DERECHO REALES
217.

218. Es aquel que crea una relación


inmediata y directa entre una persona y una cosa, o sea que el
derecho real viene a ser la relación directa de una persona con
una cosa determinada, de la cual aquella obtiene un beneficio.
Sus elementos son:
219. - Un sujeto activo. Persona titular del derecho.
220. - El sujeto pasivo. Constituido por la sociedad total, la cual
debe respetar el ejercicio del derecho.
221. - Un objeto. Cosa sobre la cual se ejerce.
222.
223. CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO REAL
224.
225. El derecho real es absoluto; “erga omnes”, es decir, que
vale contra todos; se transmite a través de los modos de
enajenación y de adquisición, que estableció el derecho civil y
también el derecho de gentes; tiene una función económica en
general, más estable y perpetua y no se extingue por el no uso,
se aplica la prescripción adquisitiva.
226.
227.
228. DERECHOS PERSONALES
229.

230. Es una relación de persona a


persona, que permite a una de ellas, llamada acreedor, exigir de
la otra, llamada deudor, el cumplimiento de una determinada
prestación.
231. ELEMENTOS DEL DERECHO PERSONAL
232. - Sujeto activo. La persona en cuyo beneficio se ha creado
la obligación.
233. - Sujeto pasivo. Es la persona en cuyo prejuicio se
establece la obligación.
234. - Objeto. Viene a ser la prestación que debe realizar el
deudor a favor del acreedor y que puede consistir en lo
siguiente:
235. “DARE”: implica una transmisión de la propiedad o de un
derecho que una persona hace a otra, bien de la propiedad de
una cosa o de un derecho real sobre ella.
236. “PRESTARE”: implica la idea de la entrega que una
persona hace a otra, sin transmisión de la propiedad, de un
determinado bien.
237.  “FACERE”: consiste en realizar un acto que favorezca a
otra persona.
238.  “NON FACERE”: consiste en dejar de hacer una cosa,
cuando esta abstención produce un beneficio a otra persona.
239.
240.
241. CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO PERSONAL
242.
243. El derecho personal permite al acreedor exigir un hecho al
deudor, pero sólo este deudor está personalmente obligado a
satisfacer una prestación determinada; puede no haber
preferencia, lo que significa que el deudor que está obligado con
un acreedor, puede obligarse también con otros; es amplio, ya
que una de sus fuentes es el contrato, el cual en muchas
ocasiones engendra obligaciones y se defienden mediante
acciones “in personam”.
244.
245.
246. Publicado hace 11th July 2015 por Anonymous
247.  
248. 0 
249. ADQUISICIÓN DE LOS DERECHOS.

La “adquisición”: es un concepto lógico-jurídico general, y significa


concretamente la incorporación de una cosa o de un derecho, a la esfera
patrimonial de una persona. En el derecho privado existen varias
modalidades de adquisición de derechos: de bienes, de dominio, de frutos,
de medianería, de nombre, etc.

Modos de adquisición de la propiedad:

Los modos de adquisición de la propiedad son los hechos jurídicos, de los


cuales el derecho positivo hace depender el nacimiento del pleno señorío
de una persona sobre una cosa.

Los clásicos distinguían entre modos de adquisición de, a) derecho civil,


solemnes y formales, reservados a los «civis», y modos de b) derecho
natural o de gentes, comunes a todos los pueblos. Tal distinción, aunque
no tuviera valor práctico alguno después de la concesión de la ciudadanía a
todos los súbditos del imperio, es, sin embargo, conservada en el derecho
justinianeo.

Los intérpretes han sustituido tal distinción por la de modos originarios y


modos derivativos, según que la adquisición tenga lugar por una relación
directa con la cosa (ocupación, accesión, especificación, confusión,
conmixtión, adquisición de los frutos, adjudicación, usucapión), o bien con
base a una relación con el anterior propietario (mancipado, in iure cessio,
traditio).

MODO ORIGINARIO DE ADQUIRIR LA PROPIEDAD:


Hay adquisición originaría, (cosas, derechos y obligaciones), cuando no ha
existido una relación anterior que vincule la cosa, derecho u obligación a
una persona, la adquisición es virgen, efectuada por primera vez, tal es la
ocupación de una cosa que no tiene dueño "Res nullius", La ocupación
consistía en la toma de posesión de una «res nullius» con la voluntad de
hacerse propietario, era de derecho natural y de ella, según los romanos,
derivaba la fuente de la propiedad. En la época clásica además de las
cosas del enemigo que no formaban parte del botín del Estado, podían ser
objeto de ocupación, los animales salvajes o indómitos, las cosas que han
sido abandonadas por su anterior dueño "Res Derelictia".

MODO DE ADQUISICIÓN DERIVATIVO:


Cuando la cosa, derecho u obligación, es traspasada de un titular a otro;
hay una relación jurídica preexistente; hay un traspaso de un dominio que
puede ser pleno o con ciertas limitaciones, siendo el principio general que
nadie puede transmitir a otro más derechos de los que él mismo tuviere
“Nemo plus juris ad alium transferre potest, quam ipse haberet" (Ulpiano).

HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS

En virtud que la adquisición es ocasionada por un hecho o por un acto


jurídico, debemos estudiarlos, ya que la adquisición importa una relación de
derecho.

HECHO JURÍDICO

Los hechos son aquellos acontecimientos que ocurren en nuestro mundo y


como consecuencia de los mismos estos pueden o no tener incidencia en el
mundo del Derecho, así nos encontramos con los hechos jurídicos y los
hechos no jurídicos.

Los hechos no jurídicos como se puede apreciar en su misma


denominación, son aquellos acontecimientos que cuando ocurren o
suceden, estos no importan al derecho, ya que los efectos que producen
estos hechos no son relevantes jurídicamente y por ende no son tomados
por el derecho, por ejemplo: el sacar la basura fuera de la casa, hacer una
caminata, lavar la ropa, etc.

Los hechos jurídicos a diferencia de los hechos no jurídicos, si tienen


relevancia en el derecho, los acontecimientos que ocurren o suceden
afectan al derecho, tienen relevancia jurídica, los efectos producidos por un
hecho jurídico acarrean una consecuencia jurídica que será estudiada por
el derecho, ejem. La muerte, la promulgación de una ley, una declaración
de guerra, etc.

Dentro de los hechos jurídicos tenemos a aquellos llamados hechos


simples y complejos; los primeros son aquellos hechos que sólo basta un
acontecimiento para producir un efecto jurídico señalado, los segundos
requieren el acontecimiento sucesivo de más un hecho jurídico para
provocar un efecto jurídico determinado; tenemos también los hechos
positivos que consiste en la realización de una hecho; y los hecho negativos
que consiste en la no realización de un hecho o su omisión.

En conclusión, los hechos jurídicos son aquellos que pueden ser producto
de la naturaleza o del hombre, pero que sus efectos van a tener
trascendencia en el campo del derecho.

CLASIFICACIÓN DE LOS HECHOS

Si nosotros definimos los hechos jurídicos como los acontecimientos que


producen consecuencias jurídicas podremos clasificarlos en:

Naturales: Extraños a la voluntad del hombre.


Humanos: Realizados por el hombre.
Voluntarios: Ejecutados con discernimiento, intención y libertad.
Involuntarios: Sin discernimiento o aptitud de razonar.
Lícitos: Permitidos por las leyes o por lo menos no prohibidos.
Ilícitos: Prohibidos por las leyes.
Positivos: Consisten en un hacer.
Negativos: Consisten en un no hacer, en una omisión.
Simples: Producen un sólo efecto jurídico.
Complejos: Producen más de un efecto jurídico.
Dependiente: o accesorio, depende de otro hecho jurídico.
Independiente: No depende de otro hecho jurídico.

ACTO JURÍDICO.

Las leyes en los distintos países y en las diferentes épocas reconocen al


individuo el poder de dirigir sus intereses propios por medio de su voluntad
adecuadamente expresada. Este poder de las personas, sean individuales
o jurídicas, tiene como vehículo más importante, el acto jurídico.

En un acto jurídico, la voluntad de la persona es esencial. Haciendo una


distinción entre hecho jurídico y acto jurídico, un hecho jurídico no tiene
porque ser voluntario ni controlable por la persona. Por lo tanto, todos los
actos jurídicos son hechos jurídicos, pero no todos los hechos jurídicos son
actos jurídicos.

CONCEPTO DE ACTO JURIDICO:

Podemos definir pues el acto jurídico, como el instrumento ordinario a que


recurren las personas para regir por sí mismas sus intereses dentro de los
límites de la ley. También podemos definirlo como el acto voluntario lícito
que tiene por finalidad establecer entre las personas relaciones jurídicas;
crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos.

Para muchos autores la expresión acto jurídico resulta sinónima de negocio


jurídico, por lo que no corresponde ninguna diferencia. Para otros en
cambio existe un criterio diferenciativo, así en el acto jurídico interviene la
voluntad que actúa como un elemento cuyos presupuestos, modos y
consecuencias están previamente establecidos por el derecho, en el
negocio jurídico en cambio, la voluntad juega más libremente, hay un juego
más libre de la voluntad.

CLASIFICACIÓN.

1. Unilaterales o bilaterales.
En los Unilaterales, la existencia del acto o negocio dependerá de un solo
sujeto: testamento, manumisión, aceptación de herencia.
En los bilaterales la existencia dependerá de un acuerdo "Consensus" de
dos o más sujetos: Sociedad, matrimonio, etc.

2. Solemnes o no solemnes. Dependiendo de la observancia o no de


formas previamente establecidas y de cumplimiento preciso.

3. Onerosos o gratuitos. Los primeros establecen una ventaja económica


que se adquiere por contraprestación de un desprendimiento patrimonial,
en los segundos la ventaja se realiza sin contraprestación.

4. Inter vivos o mortis causa. Los primeros tienen eficacia en vida de las
partes, los segundos regulan sus efectos para después de la muerte del
disponente.

5 formales o no formales. En los primeros, la ley exige ciertas formalidades,


en los segundos sólo actúa la voluntad de las partes, sin formalidad.

6. Principales o accesorios. Los primeros existen por sí mismos, los


segundos dependen de una obligación principal.

7. De derecho estricto o de buena fe. Los primeros concluyen conforme a


los modos establecidos por el derecho, en los segundos la validez queda
supeditada a la resolución del pretor.

8. Simples o complejos. Los simples producen un sólo efecto jurídico, los


complejos más de un efecto jurídico.

9. Positivos o negativos. Los positivos tienen por objeto un "Facere", "Dare"


o "Praestare". Los negativos un "Non Facere".

10. Causales o abstractos. En los primeros la existencia de la causa


aparece unida a la existencia del acto o negocio. Ejemplo, la compra-venta.
En los abstractos si bien puede existir una causa, ésta no depende de la
existencia del acto. Ejemplos la "Stipulatio", "Mancipatio", etc.

ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO.

En la legislación justinianea se distinguen tres clases de elementos en el


acto o negocio jurídico: esenciales, naturales y accidentales.

Elementos Esenciales. Son aquellos sin los cuales no puede existir el acto
o negocio jurídico, por ello se denominan también requisitos:

1. La manifestación de voluntad. Es la disposición de ánimo o resolución


de hacer alguna cosa, la voluntad se manifiesta por el consentimiento. En
cuanto al silencio, en principio, no tiene valor, sin embargo existen
excepciones cuando por las circunstancias concretas la parte tiene
obligación de expresarse y no lo hace. Ejemplo en la "In jure cessio", ante
la afirmación de una de las partes que vindica la cosa afirmando ante el
magistrado ser suya, el silencio de la otra parte debe tomarse como de
conformidad con el acto. Igual sucede en la adopción, manumisión
"Vindicta", etc.

Existen unos requisitos o presupuestos de la voluntad; que el sujeto pueda


realizar el acto por tener capacidad; que quiera realizarlo (Volición efectiva);
que manifiesta esa voluntad en forma expresa; oral o escrita; tácita o por
medio de otro (Representación) y por último que no haya dolo o violencia
(Con libertad).

2. El objeto. Se entiende por objeto la cosa o derecho sobre el cual las
partes crean, modifican, transmiten o extinguen una relación jurídica. Según
Paulo el objeto consiste en:
"daré", transmitir la propiedad o constituir un derecho real sobre algo;
"Prestare"', entrega para uso o tenencia sin transmitir la propiedad ni crear
un derecho sobre ella;
"Faceré", hecho positivo constituido en deuda, y
"Non faceré", abstención por el deudor para beneficio del acreedor.

Los requisitos o presupuestos del objeto son: debe ser lícito, es decir, ni
contrario al derecho ni a las buenas costumbres; debe ser posible, es decir,
factible tanto material como jurídicamente; determinado o determinable, la
determinación puede ser específica, el esclavo Sficho, o genérica (Peso,
número o medida).

3. La Causa. En el primitivo Derecho romano los negocios eran abstractos,


es decir, no interesaba la explicitación de la causa, aunque fuera ilícita o
contraria a "Mores". Posteriormente se establecen ciertas defensas para el
supuesto de ausencia de causa o ilicitud de la misma. La palabra causa fue
empleada en varios sentidos: como la formalidad cumplida (La entrega de
la cosa). Como fuente de la obligación, así por ejemplo no es lo mismo la
entrega de la cosa en una "tradictio" que opera la transmisión de la
propiedad, que la entrega en un depósito o comodato. Como causa-fin,
entendiéndose por tal el fin objetivo por el cual se realiza el negocio o acto,
decimos objetivo para diferenciarlo del motivo, (Si tú compras, la causa-fin
será convertirte en propietario, el motivo puede ser variado y no interesa al
derecho; porque te gusta cerca de tu trabajo, etc.).

4- La forma. Este elemento aparece sólo cuando el acto o negocio es


solemne y en el antiguo Derecho romano la regla general era la
solemnidad, generalmente ritos verbales "Certa et sollemnia verba".

Elementos Naturales. Están en la naturaleza misma del acto o negocio pero


no resultan necesarios para concebirlo. Aunque las partes no lo mencionen,
ellos están implícitos, pero por no ser esenciales, las partes pueden
determinar expresamente su exclusión. Ejemplos de ellos serían las
garantías de evicción, vicios ocultos, etc.

Elementos Accidentales. Son aquellos que las partes pueden legalmente


incorporar al acto o negocio y cuya existencia ni es esencial ni se presume,
dependen de la voluntad y normalmente son las condiciones, el plazo, el
modo y las cláusulas penales "Stipulatio Penae" y en general los distintos
factores que se puede agregar a un contrato:

1. Condición. Es un acontecimiento futuro e incierto de cuya realización


depende la eficacia del negocio jurídico. Ej.: Te alquilaré la casa si Tirsio
regresa de Italia.

Es suspensiva la condición cuando el cumplimiento de la condición


determina el nacimiento del negocio y es resolutoria cuando el
cumplimiento de la condición produce la extinción del negocio.

En la condición suspensiva, mientras la condición no se ha cumplido


"Pendente conditione", existe sólo una expectativa de derecho, la cual es
transmisible por vía hereditaria y el titular expectante puede lograr medidas
conservatorias y si el deudor impide fraudulentamente el cumplimiento de la
condición, la misma se reputará como cumplida. "Condicis extitii", cumplida
la condición el negocio adquiere toda su eficacia como si fuere puro y
simple. Resulta controversial entre los autores el problema de sí opera la
retroactividad, es decir, si los efectos operan desde que se celebró el acto o
desde que se cumple la condición, pero en la época de Justiniano sí existió
la retroactividad."Defecta conditione", si la condición no se cumple, o se
torna cierto que jamás se cumplirá, se extingue la expectativa de derecho y
todo transcurre como si nunca hubiese existido el acto o negocio.

En la condición resolutoria distinguimos la condición extintiva, el


cumplimiento de la condición hace cesar la permanencia del beneficio para
el porvenir sin alterar los efectos de la existencia pasada (Te presto mi casa
hasta que le consiga comprador y la venda), y la condición resolutoria
propiamente dicha, en la cual el cumplimiento de la condición extingue la
situación desvaneciendo jurídicamente lo ya realizado.

La condición puede ser positiva, subordinando la eficacia del acto a la


realización de un acontecimiento futuro e incierto; y negativa,
subordinándolo a la no realización. La doctrina también establece las
posibles e imposibles, lícitas e ilícitas, casuales, potestativas y mixtas.

2. Término o plazo. Acontecimiento futuro y cierto del cual se hace


depender el nacimiento o la extinción del acto o negocio jurídico, puede ser
suspensivo, si su función consiste en dilatar o retrasar el nacimiento; y
resolutorio, si se busca la extinción. Es de advertir que para los romanos se
puede admitir una cierta incertidumbre en el plazo. Supuestos romanos:
A. "Dies certus an certus quando". (Te daré un caballo en Enero) se sabe
qué sucederá y cuándo.

B. "Dies certus an incertus quando". (Te daré un caballo cuando muera


Simplicio) Se sabe qué ocurrirá pero no se sabe cuándo.

C. "Dies incertum an certus quando". (Te daré un caballo cuando cumplas


20 años). No se tiene certeza si ocurrirá, pero de ocurrir, se sabe cuándo.

D. "Dies incertus an incertus quando". (Te daré un caballo el día que se


case Simplicio). No se sabe si ocurrirá y tampoco cuándo ocurrirá.

3. Modo. Sirve para designar una cláusula agregada a los actos de


liberalidad, por medio de la cual se impone al beneficiario un
comportamiento determinado. Ej.: Que sea Simplicio mi heredero, pero que
en la hacienda construya una iglesia.

INEFICACIA DEL NEGOCIO JURÍDICO.

Se debe distinguir dos supuestos: la nulidad y la anulabilidad.

La nulidad está ligada manera absoluta a la idea de las formas del negocio
jurídico, o que las personas sean incapaces, o carezcan de alguno de los
otros elementos esenciales. El acto se considera inexistente y por tanto no
susceptible de confirmación, es de pleno derecho y puede ser invocada por
cualquiera.

En la anulabilidad el acto o negocio existe, y en principio produce los


efectos jurídicos que se propusieron las partes, pero éstas pueden pedir su
anulación, o decretarla el magistrado debido a un obstáculo jurídico
existente. Los actos anulables son susceptibles de confirmación.

REPRESENTACIÓN.

Existen casos en los cuales la manifestación de voluntad es realizada por


persona distinta y estamos en presencia de la representación.
Cuando el representante obra en nombre y por cuenta del representado,
estamos frente a la denominada representación directa, todos los efectos
jurídicos resultantes del acto se producen en la persona del representado.
Cuando el representante obra a cuenta del representado pero a nombre
propio, estamos frente a la representación indirecta, los efectos del acto se
producen en el representante, esta última fue la que utilizaron los romanos.

En Roma podemos dar una aproximación de los casos que se presentan:


1. La acción de los "Filiifamiliaes"; mujer "Inmanus" y esclavos que
adquieren sin noticia del "Pater", lo adquirido ingresa al patrimonio de éste;
pero en cambio no lo pueden obligar, salvo la decisión del pretor de
establecer en aras de la equidad las "Actiones adirecticiae qualitatis"

2. Las figuras del mandato y la de gestión de negocios, comunes en el


derecho clásico.
3. La actuación del tutor y del curador, explicable por una "Fiducia", relación
de confianza basada en la Fides.
4. La figura del "Procurator", persona extraña que se ocupa de los negocios
de otra, incluso adquiría la posesión.

VICIOS DE LA VOLUNTAD.

La doctrina romana presenta como vicios de la voluntad y causas de


anulabilidad el error, el dolo y la violencia.

1. El Error. Falso conocimiento o ausencia de idea verdadera que se tiene


sobre el acto o negocio, o sobre un aspecto esencial del mismo. Este error
es llamado de hecho "Error facti". Existe el error de derecho “Error Juris"
que versa sobre la ignorancia o ausencia de conocimiento de las reglas
jurídicas objetivas, por seguridad jurídica el error de derecho es
inexcusable, pero en Roma puede ser invocado por ciertas personas:
soldados, rústicos, mujeres, menores, etc.

En doctrina se discute sobre la ignorancia y el error, y se atribuye a los


romanos las siguientes máximas: “Ignoratia facti excusant" eximiendo de
responsabilidad e '''Ignorancia non excusant legem", la ignorancia no
excusa de cumplir la ley. El error puede versar sobre el acto mismo o sobre
distintos aspectos de él. Errores esenciales son:
A. Error in negotio. Existe cuando hay un desacuerdo entre lo que las
partes han querido celebrar y lo realmente manifestado. Ejemplo: Simplicio
entrega una cosa a Tiburcio en depósito y éste cree recibirla en donación.
B. Error in personae. Existe cuando se realiza el negocio con una persona
distinta de aquélla con la cual se quería celebrar el mismo. La sola
equivocación sobre el nombre no resulta esencial, cuando el error recae
sobre las cualidades entonces si puede acarrear la nulidad.
C. "Error in corpore". Existe cuando el negocio se ha realizado sobre un
objeto distinto del que creía celebrarlo. Yo creo comprar al esclavo Lucio y
el vendedor cree venderme al esclavo Simplicio. El mero error sobre el
nombre del objeto no es esencial.
D. "Error in substantia". Recae sobre las características esenciales del
objeto del negocio. Creo comprar una barra de oro y se me vende una de
cobre. Los juristas romanos tuvieron divergencias sobre este error, así
diferían Ulpiano, Marcelo y Juliano.
E. "Error in quantitate". El error recae sobre la cuantía del objeto, sobre
aumento o disminución, aparece generalmente en la "Stipulatio". Me
prometes diez; te prometo cinco. Es nulo si el vendedor cree por 1.000 y el
comprador por 500. Pero al contrario no es nulo.

2. El Dolo. Realización de artificio o maquinación con el objeto de inducir


una declaración de voluntad constitutiva de un acto de derecho. Este dolo
es el dolo malo para los romanos, en el comienzo el "Ius civile" no admitió
causal de ineficacia, luego el pretor Aquilio Galo creó la "Actio dolí", acción
penal con carácter infamante y más tarde la "Restitutio in integrum". El dolo
bueno es el normal artificio utilizado en los negocios comunes, es cierta
alteración de la verdad.

Para que exista dolo se requieren ciertos presupuestos:


A. Debe provenir de la contraparte y no de un tercero.
B. El dolo debe ser causa determinante de la realización del acto (Dolo
principal, para diferenciarlo del dolo incidental, en cuyo caso el acto se
realiza, aunque con ciertas modificaciones).
C. Debe ocasionar un daño importante.
D. No debe haber dolo de ambas partes (El dolo de uno se subsume en el
dolo del otro).

La Violencia. Coacción ejercida para obtener la realización de un negocio o


acto jurídico. Puede ser física “Vis absoluta” o moral “Vis coactiva”. En la
primera es evidente que hay una inexistencia de la voluntad, requisito
esencial de realización del acto. La segunda dio motivo a la fórmula
octaviana "Actio quod metus causa" por la cual se pretende la restitución de
lo entregado o el cuádruplo de su valor, también existe la "Exceptio quod
metus causa" para repulsar la acción. Si la violencia es moral no hay
inexistencia de la voluntad, sino que ésta ha sido alterada o viciada.
También aparece la "Actio rem scripta" contra el tercero que se aprovecha
del miedo, sin perjuicio de ejercitar la "Restitutio in integrum".
Para que la violencia sea vicio del consentimiento se requiere: que sea
injusta; que el mal amenazado sea grave e inminente; que la amenaza sea
seria, capaz de impresionar a una persona normal y que la intimidación sea
utilizada como medio para la realización del acto.
250. Publicado 13th July 2010 por Unknown
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Para la adquisición de un derecho se requiere el concurso de cuatro
condiciones, a saber: un sujeto que verifica la adquisición, un objeto de la
misma, un hecho creador de la relación jurídica, y, finalmente, la regla
jurídica que une con aquel hecho el efecto de la adquisición.
- Actos jurídicos en Derecho romano: definición y tipos

Los hechos, en virtud de los cuales nacen las relaciones de derecho, se llaman actos jurídicos,
que a su vez pueden ser de tres especies. En primer lugar, pueden consistir en un acto
voluntario del adquirente, como la ocupación de una res nullius; en segundo lugar, pueden
consistir en una circunstancia completamente ajena a la voluntad del que adquiere, cuya
circunstancia a su vez puede ser un hecho natural (1), o el acto voluntario de una tercera
persona (2); en tercer lugar, pueden consistir simultáneamente en un acto voluntario del
adquirente y en un hecho causal o en un acto voluntario tanto del adquirente como un de un
tercero (3).

- Adquisición inmediata de un derecho (ipso iure)

Cuando un derecho nace en virtud de un hecho completamente casual, el derecho se


adquiere inmediatamente con la realización del mismo hecho, sin necesidad de que el
adquirente ejecute acto alguno y aun sin que tenga conocimiento del hecho. En tales casos se
dice que existe adquisición inmediata de un derecho (ipso iure).

- Adquisición de derechos: originaria o derivativa

La adquisición de los derechos se divide en originaria y derivativa, según que los derechos se
adquieran independientemente del derecho ajeno o se transfieran de una persona a otra, de
modo que a ésta le deriven de aquélla, ya sea que el causante transfiera todo su derecho, o
bien que sólo transfiera una facultad comprendida en el mismo.

+ Ejemplos de adquisición originaria y derivativa

Adquisición originaria es, por ejemplo, la de la propiedad de un objeto por ocupación y


también por usucapión, y adquisición derivativa es la adquisición de la propiedad por entrega
que de la misma hubiera hecho el precedente propietario, como también la constitución de
un usufructo por parte de éste.

- Adquisición de derechos: onerosa o gratuita

La adquisición de los derechos se divide también en onerosa y gratuita, según que se verifique
o no a cambio de equivalente.

+ Ejemplos de adquisición onerosa o gratuita

Es onerosa, por ejemplo, la adquisición hecha mediante compra o permita; gratuita, por el
contrario, la adquisición de un derecho por herencia o por donación; la hecha por usucapión,
lo mismo puede ser gratuita que onerosa.

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(1) Ejemplos de adquisición de derechos por causa de un acontecimiento natural son la


adquisición del derecho de ciudadanía por nacimiento y la adquisición de un legado por
muerte del testador.

(2) Se adquiere, por ejemplo, un derecho por actos de un tercero cuando se construye un
edificio sobre terreno nuestro.

(3) Tales serían, por ejemplo, la adquisición de una herencia mediante adición, la adquisición
de propiedad mediante traditio y la adquisición de un crédito mediante contrato.

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Fuente:
Derecho romano, Felipe Serafini, página 236 - 238.

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