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Amor Insano (Neurótico): Causas y Tratamiento

Por Albert Ellis, Ph. D.

Permítanme comenzar con unos pocos prejuicios personales. Estoy


comprometido en la investigación del tema del amor - y quiero decir amor, no
exactamente sexo - desde 1938; esto es, desde hace más de 50 años. Mi primer
intento en la tesis para doctor en Filosofía fue sobre las emociones amorosas en
un colegio de chicas; y aunque la Universidad de Columbia no me autorizó a
realizar este trabajo (porque trataba sobre el amor, y por tanto relacionado muy
estrechamente con el sexo), yo no obstante terminé el estudio por mi mismo y lo
publiqué en una serie de artículos en revistas psicológicas y sociológicas (Ellis,
1949a, 1949b, 1949c, 1950).

Entonces me convertí en psicoterapeuta y en un buen conocido sexólogo.


Traté parcialmente o de soslayo con problemas de amor y publiqué buenos
artículos y libros sobre la materia (Ellis, 1954, 1958, 1960, 1979). En el desarrollo
de esta capacidad, traté con problemas de amor casi a diario durante medio siglo.
Durante este tiempo, es el problema básico del amor - ¿cuanto me acepto y
respeto a mi mismo y cuanto haces tú para cuidar de mi?- lo que hace que se
mueva el mundo; e incluso los así llamados problemas sexuales (tales como
impotencia, frigidez y desviaciones sexuales) son básicamente problemas de la
valía y falta de valor humanos (o amor a uno mismo)- como lo he mostrado en
muchos de mis escritos de psicoterapia (Ellis 1957,1962, 1971, 1972, 1988; Ellis y
Harper, 1961, 1975; Ellis y Dryden, 1987).

Hay muchos aspectos saludables y normales en el tema del amor; tal como
muchas autoridades en la materia han puesto de manifiesto (Fink, 1887; Maslow,
1953; Montagu, 1953; Grant, 1957; Levy y Munroe, 1938; Ortega y Gasset, 1960;
Sorokin, 1954; Stendhal, 1947); también hay muchos estudios sobre aspectos
anormales y poco saludables sobre el amor (de Rougemont, 1940; Lucka, 1922;
Reik, 1945). Deliberadamente centré la atención en algunos problemas insanos
sobre el amor. El tema del amor es amplísimo, y nunca hay suficiente tiempo ni
espacio para tratar todas sus ramificaciones. Kremen y Kremen (1971) han tratado
recientemente respecto al amor romántico e idealista desde un punto de vista
psicoanalítico clásico y Salzman (1971) ha tratado el enamoramiento y el amor
dependiente pero desde un punto de vista menos ortodoxo. Con mayor extensión,
repiten las observaciones realizadas por Fromm (1962), quien ha analizado
incisivamente algunos de los elementos del autoderrotismo sobre el
enamoramiento y el amor. Partiendo de un punto de vista contrario al psicoanálisis
y de acuerdo con datos clínicos contrastados, realizaré mi propio análisis sobre el
amor insano, así como lo que se puede hacer para ayudar de forma individual a
quienes están afectados por este problema.

La mayoría de las perturbaciones humanas son alguna forma de excesiva


demanda. La gente que ama de forma "neurótica" o "psicopatológica" (o, a veces,
"psicóticamente") no solamente prefiere o quiere unirse íntimamente con otra
persona; sino que demandan, dictan, insisten u obligan, de una manera
absolutista, que 1) tienen que encontrar una persona inusualmente atractiva,
generalmente del sexo opuesto; que 2) debe comportarse excepcionalmente bien
e impresionantemente con esa persona; y 3) esta persona les ame absolutamente,
devotamente, y todo el tiempo; y que 4) amen a esta persona de forma muy
íntima, profunda y de manera eterna. Pueden, además, tener muchas otras
demandas, tales como, que esta persona que descubren y que aman
intensamente sea asequible (esto es, no comprometida legalmente con ninguna
otra persona), viva cerca, tenga valores y objetivos similares a uno mismo, sea un
gran compañero sexual etc.

Si los objetivos individuales, metas y propósitos sobre el amor y ser amado


son deseos, es apropiado y sano. Pero si son, como muchas veces ocurre,
absolutismos, extremas necesidades o mandatos, si son incorporadas en el
sistema de necesidades que deben, tienen que o es obligatorio conseguir,
entonces no se considera apropiado ni sano; esa es la esencia de la perturbación
emocional. Vamos a ilustrarlo con el caso de una mujer que reconocí quien, a
pesar de su inusual gracia personal e inteligencia, tenía una larga historia de
errores en el terreno del amor e insistía en que nunca había tenido un razonable
buen encuentro amoroso que le hubiera durado tiempo y estaba segura de que
sería incapaz de conseguir o mantener uno apropiado. Por consiguiente se
encontraba ansiosamente deprimida e irritada.

Fui capaz rápidamente de demostrarle a ella que su problema emocional -


esto es, su ansiedad, depresión, ira y la incapacidad de mantener el tipo de
relación emocional íntima que decía querer mantener- podría ser entendida de la
mejor manera con el modelo A-B-C que se usa en la terapia racional emotiva. En
el punto A, los Eventos Activadores, ella encontraba gran dificultad para mantener
una relación intensa y duradera con un hombre adecuado; en el punto C, ella
sentía la Consecuencia emocional de la desesperación, pánico, ira y desolación.
Como en casi todos los casos parecidos, estaba plenamente convencida, durante
la primera sesión de que "debido a que tengo muchos problemas en conseguir
una relación duradera con alguien al que respete y ame, y debido a que estoy
convencida que probablemente nunca la tendré, es por lo que estoy deprimida".

"Oh, no", interrumpí inmediatamente, como con frecuencia hago en otras


ocasiones parecidas, "eso no es verdad. Ud. hace un salto mágico- desde una
situación externa a unos sentimientos internos. Y, al hacerlo, tanto como yo sé
científicamente, no existe la magia en el universo, su razonamiento no es
consecuente. No lo es en absoluto".

"¿Qué quiere decir? Preguntó ella.

"Bien, Ud., esta diciendo que los hechos Activadores, en el punto A - el


hecho de que tenga problemas para conseguir una relación duradera y la
posibilidad de que conseguirá ese tipo de relación que quiere- es lo que causa un
sentimiento en su interior, una Consecuencia emocional, en el punto C. Pero
¿cómo puede ser eso?. ¿Cómo puede cualquier hecho Activador o cualquier
estímulo nocivo que le ocurra, causar cualquier sentimiento en Ud. - a menos,
desde luego, que fuera una fuerza física que impacte sobre Ud.?. Un hecho
solamente puede causar, directamente, un daño físico; y después podría
reaccionar, emocionalmente, al dolor."

"¿Quiere decir que A no causa directamente C y que virtualmente nada


puede incomodarme emocionalmente?."

"Sí, eso es lo que quiero decir. Solamente Ud. puede directamente hacerse
sentirse mal a usted misma. Y es así porque se convence a sí misma con algún B,
su sistema de Creencias. Es más, cuando Ud. se siente intensamente incomodada
- depresiva, por ejemplo- Ud. invariablemente se convence a sí misma con algún
absolutismo irracional, alguna Creencia mágica, en B."

"¿Y cuál es?"

"Creo que sé exactamente cual es - como me figuro por lo que ocurre


generalmente, sobre la base de mi psicoterapia. Pero primero, vamos a ver si Ud.
puede adivinar que racional o sana Creencia tiene sobre sí misma, en el punto B,
justo antes de tener la creencia irracional e insana."

"¿Creencia racional?"

"Si, creencia racional sobre lo que ocurre en el punto A. Es tal como 'Estoy
teniendo una gran dificultad para conseguir y mantener una relación duradera con
un hombre que me quiera, y eso es ...' Eso es... ¿Qué?."

"¡Eso es terrible!"

"No ¡Esa es su creencia irracional! Es interesante ver como la mayoría de la


gente inteligente y educada como es Ud. me contesta con una creencia irracional
y cree que es racional. Pero volvamos atrás un momento. En principio, ¿qué
creencia racional, basada en la realidad empírica, cree que se dice a sí misma
inmediatamente antes de que se convierta en una irracional?"
"Mmm, Yo ... realmente no lo sé."

"Si lo sabe. Ud. esta pensado en ella. Ud. probablemente se dirá a sí


misma, justo ahora, otra creencia irracional que le está bloqueando su
pensamiento."

"Quiere decir, '¡No es terrible que yo no pueda pensar en la creencia


racional de que él me quiera encontrar!'"

"¡Exactamente! Pero volvamos a la creencia racional. ¿Qué podría


cualquiera decirse a sí misma en su posición, si desea mucho conseguir una
relación duradera y si tiene grandes problemas para hacerlo? "Tengo una gran
dificultad para conseguir una relación duradera con un hombre y eso es...'?"

"¿Decepcionante?"

"¡Bien! ¡Esto es decepcionante; es algo desafortunado; es deplorable, es


una desventaja; es un inconveniente! Todas estas cosas. Y si tiene que apegarse
a algo, apéguese rigurosamente solo a esta clase de creencia racional, esto es
decepcionante y desafortunado pero no más que eso por ser incapaz de
relacionarse con un hombre, ¿Cómo se sentirá entonces?"

"Supongo... que me sentiría, terriblemente triste."

"Bien, de nuevo. Se sentiría bastante triste, pesarosa, resentida, enojada o


como algo inconveniente. Por esto es lo que nosotros podríamos decir
justificadamente, que es más desafortunado si no se consigue relacionarse bien
con un hombre o quizá que nunca se encuentre en el futuro; y Ud. se sintiera más
apropiadamente triste y pesarosa respecto a ello. Pero, desde luego, Ud. siente
mucho más que eso; se siente muy deprimida. Ahora ¿qué irracional,
empíricamente inaceptable creencia, sería la que le hace tener, otra vez en el
punto B, este inapropiado sentimiento?"

"¿Por qué es inapropiado para mí sentirme deprimida?"

"Por muchas razones. Aunque la tristeza por no tener una relación puede
producir en Ud. que haga más para conseguirlo, la depresión no lo hace; puede
causar en Ud. una actitud de inactividad, de rendición, y sentir que es incapaz de
relacionarse. Por lo tanto, es disfuncional o autoderrotista. Además, la depresión
casi siempre incluye el autodecaimiento y el autocompadecimiento. Conteste a mi
pregunta sobre cual es la creencia irracional y creo que verá esto."

"¿Quiere decir mi creencia irracional sobre la falta de relación?"

"Si, además de sus creencias racionales de que es desafortunado y


decepcionante no mantener una relación."
"Bien, uh, creo, uh, que yo nunca podré mantener una relación."

"Si, eso es. Esta es la creencia irracional, porque es improbable. Ud. puede
probar que nunca ha tenido una buena relación; y que nunca pudo ser capaz de
tenerla. Pero ¿cómo puede probar que no puede ser posible, bajo ninguna
condición, tener una relación?"

"Mmm, creo que no puedo."

"¿Pero cuales son sus otras creencias irracionales?. Hay alguna otra cosa,
incluso más importante que el 'Nunca seré capaz de mantener una relación'?"

"Veamos. Uh. Oh, sí; y ¡eso es terrible si nunca lo consigo!"

"¡Bien! Esto es lo más abyecto; esa catastrofización que se crea en su


cabeza. Porque Ud. puede racionalmente creer que nunca se ha relacionado con
un hombre y que probablemente nunca lo hará, pero no creer que esto es terrible.
Cuando Ud. cree que cualquier cosa que haga (o no haga) es terrible, esto es
altamente irracional. ¿Porqué?"

"No lo sé. ¡Ello me parece ciertamente terrible! Especialmente si me esta


ocurriendo actualmente que no me he relacionado nunca con un hombre."

"Sí, pero cualquier cosa que piense que es terrible le hará sentirse
terriblemente a Ud. Esta es la forma como actuamos los humanos; cualquier cosa
que se piense o crea de forma intensa, así tendemos a sentirnos. Eso no prueba
que haya algo condenable sino que se ha tenido un sentimiento. Pero ¿por qué es
terrible el que nunca tengas una relación con un hombre?"

"Mmm, no lo puedo decir realmente."

"¡Nunca lo podrá decir! Porque es una mágica, improbable hipótesis.


Cuando Ud. dice 'Es terrible (o desastroso u horrible) si nunca consigo tener una
relación,' quiere decir 1) 'Es un inconveniente o una contrariedad', como hemos
comentado y 2) '¡Es mas de un 100 % de inconveniente o de contrariedad!'
Ahora, ¿Cómo es esto posible?. ¿Puede cualquier cosa que ocurra ser más que
un ciento por cien de desafortunado o inconveniente?"

"No, creo que no."

"Y, de nuevo, cuando Ud. dice de una cosa que es terrible, quiere decir: 1)
'es muy inconveniente' y 2) 'Debido a que es muy inconveniente, ¡no debería
existir esa inconveniencia!'. Bien, no hay nada en el Universo que, debido a que es
terriblemente inconveniente para Ud., no debería, no tendría, no pueda existir?"

"No, no si realmente existe."


"¡Exactamente!. Todo lo que existe, existe. No importa cuan
desagradablemente errónea sea una relación para Ud., si es lo que siempre
ocurre, es lo que siempre ocurre. Es una tontería y una grandiosidad, decir que no
debería ocurrir."

"¿Esta Ud. diciendo, entonces, si me desembarazo de todos los


tremendismos y acepto la realidad de que cuando las cosas obvias existen y no
hay razón por las que no deberían existir, no me disgustaré sobre ser rechazada
por los hombres que me gustan y respecto a no tener éxito en una relación
durante un largo periodo de tiempo con ninguno de ellos?"

"No, no estoy diciendo que Ud. no se sentirá disgustada en absoluto; estoy


diciendo que bajo esas condiciones no se sentirá disgustada excesivamente,
irracionalmente o autoderrotada. Se sentirá extremadamente triste y pesarosa por
no tener relaciones; pero no se deprimirá por ello. Y trabajará para evitar o librarse
a sí misma de esa sensación de irritación - porque está disgustada por ello y
desea eliminar este disgusto- y estará en las mejores condiciones para establecer
relaciones."

Al mismo tiempo que estaba mostrando a esta mujer que su suerte sobre
mantener relaciones no era la causa de estar deprimida sino que ella, con sus
creencias irracionales sobre su deplorable situación respecto a mantener
relaciones, era lo que la deprimía. También la mostré que su ansiedad y su ira
eran causadas de forma similar. Para ponerse a sí misma ansiosa, ella se decía
de forma racional, también, que sería muy desagradable si errará en una relación;
pero irracionalmente, se decía que tenía que mantener una relación estable y que
era una persona despreciable, una mala persona, si no lo conseguía. Estaba
calificándose totalmente como persona, ella respecto a sí misma, sobre la
posibilidad de no mantener una relación; y naturalmente, como en una predicción,
volviéndose a sí misma inapropiadamente ansiosa.

Respecto a su autocreada ira, se estaba diciendo a sí misma de forma


sana, "Es malo si un hombre no aprecia mis buenas cualidades y rehusa mantener
relaciones íntimas conmigo", e insanamente se decía "Es horrible si no aprecia
mis buenas cualidades; que terrible es que no se de cuenta."

Para resumir; en el caso de la depresión, ella estaba demandando


excesivamente que debía conseguir lo que quería respecto a mantener relaciones
íntimas y se volvía desesperada y con tendencias suicidas cuando sus demandas
no se cumplían. En el caso de la ansiedad, ella insistía en que debía tener éxito en
una relación con cada hombre que quisiera y poniéndose a su entero ser, su
persona total, decaída cuando no era así. En el caso de la ira, ella exigía que un
hombre en el que ella estaba muy interesada debía igualmente apreciarla a ella, y
por tanto le odiaba totalmente si se mostraba desagradecido.

Esto, supuse, era lo que casi invariablemente ocurría en el caso del amor
insano. Como mi cliente deprimida, la gente dogmáticamente ordena que el
mundo se conforme de acuerdo a sus objetivos en el amor. Debido a este tipo de
orden divina, se hacen a sí mismos inapropiadamente inseguros, ansiosos o
airados cuando no son amados por alguien a quien han elegido; inducen
sentimientos de depresión, desesperación, y tendencias suicidas cuando no son
correspondidos; y frecuentemente se muestran airados, con hostilidad y
enfurecidos contra las personas concretas que rehusan darles el amor que
demandan.

¿Esta idealización superromántica, que se describe en The American


Sexual Tragedy (Ellis, 1954), y que Kremen y Kremen (1971) describen
acertadamente, y que muchos autores en sus libros mencionan de forma
significativa, proviene también de esta clase de demanda excesiva?. Tanto como
alcanzo a entender, en gran parte así es. Por una parte, es compensatorio. Los
seres humanos no se denigran simplemente por errar en mantener relaciones,
sino por muchas otras cosas también; por ejemplo, errando en conseguir una
buena posición en los negocios, el arte, la ciencia o las relaciones sociales.
Cuando se califican tontamente (en lugar de calificar sencillamente sus intentos
por mejorar), se sienten excepcionalmente inadecuados, inferiores o denigrados.
Consecuentemente, si pudieran idealmente enamorarse con un miembro del otro
sexo y él o ella les correspondiera gozosamente, este maravillo y romántico
sentimiento (imaginan) finalmente, en parte, acabaría con sus desgracias; y
podrían (al menos temporalmente) sentirse mucho mejor consigo mismos. Así
tendrían suficientes incentivos para creer que sus amadas serían las mejores
desde Eva, y que la aceptación de ellos les hace los mejores desde Adán.

Hay, no obstante, muchas otras razones de porque los humanos tienden a


idealizar a un miembro del otro sexo (o en su caso de la homosexualidad, del
mismo sexo) y caer locamente, y a veces irrevocablemente, enamorados con
alguien que es altamente cuestionable, particularmente si contemplan el casarse
con esa persona. Estas otras razones irracionales incluyen:

Percepción errónea. El amado es realmente una persona con características


normales, pero es percibido erróneamente como poseedor de rasgos especiales.
Los amantes necesitan (o creen necesitar) que sus amantes sean brillantemente
inteligentes, bellos, sexys, o sinceros; por tanto, ellos les ven con esos rasgos que
no poseen.

Fijación. La persona que es tratada bien por miembros del otro sexo (tal como un
padre, tío o hermano) durante su juventud, se enamora, para el resto de sus días,
de otros miembros de este sexo que son de forma similar como las primeras
personas (por ejemplo, pelo rubio, ojos verdes o alta inteligencia).

Identificación mágica. Las personas desesperadamente necesitan ser fuertes y


bien parecidas (incluso, debido a sus propios sentimientos de inadecuación) y se
enamoran con alguien (incluso miembros de su propio sexo) que tiene esas
características, creyendo mágicamente que las poseerán si esa persona les ama a
ellos.
Narcisismo. Al amante realmente le gusta algunas de sus propias cualidades
(como su favorable apariencia) y solamente se enamorará apasionadamente con
aquellas personas que tienen esas mismas cualidades, no importa como son el
resto de rasgos.

Hostilidad. El amante odia a sus padres u otras figuras de autoridad y consciente


o inconscientemente se enamorará de aquellos que posean las características
con las que tenderían a ser más ofensivos con las personas que odia.

Seguridad. El amante no puede soportar ningún tipo de rechazo y cree que


necesita ser amado totalmente y para siempre; consecuentemente estará
encantado con compañeros que parezcan estar absolutamente seguros a este
respecto y que supuestamente les adoren para siempre.

Ilusiones románticas. El amante cree que el "amor verdadero" durará para


siempre y solamente le permitirá estar enamorado apasionadamente con una
persona que tiene las mismas ilusiones románticas y le jure devoción eterna.

Necesidad de atención. El amante cree que no puede soportar sostenerse por sí


misma y que el mundo es demasiado duro para él, así es que se une fuertemente
a una persona que presumiblemente cuide de él y haga las cosas por él para el
resto de su vida.

Si examinamos detalladamente estos diversos tipos de amor idealizado, se


observa que son todas ellas formas de excesiva demanda. El amante quiere
obtener ventajas de una relación íntima; él o ella, entonces, arbitrariamente y de
forma absoluta establece algunas características que deben existir si se da una
relación ideal; estas características son entonces descubiertas o inventadas en
otra persona; y el amante por lo general se convence profundamente que el otro
1) realmente posee estas ejemplares características; y 2) las tendrá para siempre;
3) las usará en beneficio del amante; y 4) tendrá una gloriosa relación continuada
con el amante en lugar de cualquier característica desafortunada que el amante
puede poseer o tener condiciones adversas bajo las que la relación pueda existir.

Debido a que es altamente improbable que, especialmente a largo plazo,


estas predicciones insistentes y absolutistas del amante se realizarán, el amor
insano casi siempre terminará en diferentes tipos de sentimientos perturbadores.
Por ejemplo:

Ansiedad. El amante estará incesantemente sobre preocupado sobre si


encontrará al amante "ideal", y siempre permanecerá atado al otro en la misma
medida que el primero demanda que esté unido.

Celos. El amante se muestra frecuentemente celoso de su partener, cree que


está sobre manera interesado en otro potencial amante, no puede soportar la idea
de que comparta cualquier salida con otra persona, con tendencia a espiarle, y
paranoicamente creer que no tardará en dejar de amarle y en su lugar se buscará
a otro amor.

Depresión. El amante piensa que su compañero no le ama suficientemente; y que


nunca lo hará; y que nadie le amará con suficiente intensidad; y que mantiene una
relación horrible y que nunca será capaz de poder disfrutar de la vida de ninguna
manera excepto cuando sea amado por una persona encantadora y que él la ama
a su vez.

Inercia. El amante esta convencido de que es demasiado duro para él conseguir


lo que quiere en una relación; que no debería ser tan difícil y que debería rendirse
y no hacer nada para intentar arreglarlo y conseguir la clase de relación que
piensa que debería tener.

Hostilidad. El amante cree que es terriblemente injusto que no sea amado de la


manera que debería por la persona que ha elegido y que es horrible que esta
clase de injusticia exista y que la persona que no le ama debería amarle y que esa
persona es además despreciable por ser tan injusto con él.

Falta de dignidad. El amante imagina que no es querido por la persona que ha


elegido porque esa persona es una persona con escasa dignidad y debido a que
es una persona corrompida, no merece ser querido por nadie.

Ceguera amorosa. Ocasionalmente, el amante obtiene considerable evidencia de


que la persona que ama no toma suficiente cuidado de él, y que incluso le detesta,
pero rehusa esta evidencia y se convence a sí mismo que esa persona realmente
mira por él y quizá incluso esta locamente enamorado de él.

Asumiendo que el amor insano, o la horrible necesidad de mantener


relaciones íntimas con otra persona, generalmente proviene de las demandas
dogmáticas y absolutistas de que el mundo tiene que ser tal como ella quiere que
sea y asumir que es un tipo distintivo de perturbación emocional que puede incluir
fuertes componentes de ansiedad, depresión, indignidad y hostilidad, ¿que se
puede hacer para mejorar esta situación?. La respuesta es, aunque no
necesariamente como única y definitiva, una psicoterapia intensiva. Se pueden
dar, a mi juicio, dos posibles soluciones: métodos paliativos o curativos.
Desafortunadamente, la mayoría de la terapia actual es muy variada y
básicamente consiste en los siguientes submétodos:

Relación sustitutiva. El terapeuta calurosamente anima a la persona rechazada y


deprimida y le propone una relación sustitutiva. El mensaje básico que se trasmite
al cliente es: "De forma permanente, nadie puede cuidar de uno, y nunca podrá:
pero yo si le quiero. No obstante, Ud. es una persona realmente digna y valiosa,
en lugar de la piltrafa que cree ser, y siempre encontrará otras buenas personas
que le puedan amar." Las limitaciones de este método son: al cliente se le
confirma en su creencia irracional de que necesita ser amado para ser una
persona valiosa; y ahora que esta recibiendo cariño del terapeuta, se siente bien.
No le está ayudando a cambiar su excesiva demanda de fondo y probablemente
se le volverá a presentar el problema más tarde, cuando elija otro potencial
amante y descubra que realmente tampoco le quiere.

Autoestima. El terapeuta muestra al cliente que aunque pueda equivocarse en


conseguir a A como amante, tiene la habilidad de conseguir B, C o D; y que
puede hacerlo lo mismo que con otras cosas - como un trabajo o una ocupación
artística. Consecuentemente, la idea le convence de que realmente no es un
gusano. Limitaciones: el cliente no es nunca desengañado de la noción de que
debe tener éxito en cualquier cosa para ser aceptado y disfrutar de su existencia.
Continua permaneciendo dependiente del éxito para considerarse valioso y
mantiene en el fondo la ansiedad de que puede errar en un propósito importante
en el futuro.

Catarsis y abreacción. El terapeuta anima al cliente a airear sus sentimientos,


particularmente su sentimiento de autocompasión e ira. Limitaciones: Aunque
algunos clientes momentáneamente se sienten mucho mejor usando este método,
raramente consiguen estar mejor a la larga. Por el contrario, de forma más
frecuente mantienen la creencia de que es terrible que no sean amados de forma
extraordinaria y que las personas que le rechazan son despreciables. Su
autocompasión e ira, como mucho, solo de forma temporal la rebajan de este
modo mientras su filosofía creadora de perturbación se mantiene.

Métodos de distracción. El terapeuta provee varias técnicas de distracción,


durante o fuera de las sesiones de terapia. Pueden incluir relajación, masaje,
meditación, ejercicios de yoga, entrenamiento en conciencia sensorial,
ocupaciones artísticos, discusiones intelectuales y un gran número de otros tipos
de distracciones. Limitaciones: estas técnicas pueden fácilmente inducir al cliente,
para esa ocasión, en centrarse en propósitos más placenteros y constructivos que
el haber estado anteriormente preocupándose; y puede temporalmente olvidar la
"terrible" necesidad de amor. La mayoría de las veces, no obstante, la distracción
no combate de forma permanente su tendencia a la demanda excesiva.

Desensibilización. El terapeuta puede desensibilizar al cliente de su ansiedad


respecto de alguien que le rechaza o sobre su fobia de conseguir un amante que
le pudiera rechazar. Limitaciones: la Desensibilización, a menos que sea
acompañada de una generalización cognitiva, tiende a funcionar solamente
respecto al rechazo para una persona particular o respecto a la fobia sobre un tipo
especial de relación arriesgada. Para que sea verdaderamente efectiva, el cliente
debe ser desensibilizado muchas veces en conexión con muy diversas ansiedades
o fobias de relación.

Condicionamiento operante. El terapeuta puede usar refuerzos o castigos para


ayudar al cliente a relacionarse con una persona adecuada o dejar de relacionarse
con aquel que le perjudica. Limitaciones: Esta clase de terapia de nuevo tiende a
ser demasiado específica en lugar de descondicionar las tendencias de demanda
excesiva del cliente, que puede ser fácilmente transferida a otra relación amorosa.
Complementariamente a estos métodos paliativos y escasamente elegantes
de terapia, existe un número de métodos más curativos y elegantes. Estos tienen
que ver con hacer al cliente más consciente de que son ellos unos demandantes
en exceso, mostrarles porque su punto de vista filosófico no es precisamente el
más efectivo para ayudarles a conseguir lo que buscan y evitar lo que no desean,
y persuadir, educar y entrenarles para eliminar su tendencia a la excesiva
demanda y trabajar hacia los objetivos que fuertemente desean más que aquellos
que creen que necesitan de forma absoluta. En la terapia racional emotiva, en
particular, algunos de los métodos más elegantes que son empleados de forma
regular incluyen los siguientes:

Eliminar la demanda excesiva. El terapeuta muestra al cliente, de acuerdo con la


teoría del A-B-C de creación de síntomas delineado previamente en este artículo,
esto es, que la perturbación emocional no es creada por la influencia de
situaciones externas por los Acontecimientos activadores (A) sino en mayor
medida procede del sistema de creencias (B) y particularmente de las creencias
irracionales de que debería, tiene que, debo de conseguir los objetivos en el amor
que yo deseo. Al cliente se le muestra también como analizar, atacar, mejorar o
eliminar esas creencias irracionales a través de la Disputa lógica-empírica de las
mismas (en el punto D).

Aceptación incondicional positiva. El terapeuta muestra al cliente aceptación


incondicional de que le puede aceptar sin importar lo que hace o si comete
errores. Además (y más importante) el terapeuta muestra al cliente como
aceptarse a sí mismo de forma incondicional o autoaceptación; esto es,
absteniéndose siempre de calificarse a sí mismo como persona, de forma total, y
evaluar sus acciones, comportamientos y conductas. El terapeuta enseña al
cliente, con el trabajo y el ejemplo, a tolerarse a sí mismo y a los demás.

Alta tolerancia a la frustración. El terapeuta indica al cliente como puede elevar


su tolerancia a la frustración; esto es ayudar al cliente a convencerse a sí mismo
de que realmente no necesita lo que quiere; que puede superar las pérdidas y el
rechazo aunque nunca le gustarán; que la frustración puede ser molesta e irritable
pero nunca es terrible, horrible o catastrófica.

Ejercicios emotivos. El terapeuta, para mostrar al cliente como ser tolerante


consigo mismo, con los otros y con las dificultades del mundo, y como dejar de
demandar de forma excesiva infantilmente que sus deseos deben ser
inmediatamente gratificados, usa una variedad de ejercicios emocionales
dramáticos tales como rol-playing, entrenamiento asertivo, auténtico auto
descubrimiento y varias clases de métodos de relación emotivos. Estas técnicas,
no obstante, no son usadas como fines en si mismos sino con el fin de efectuar
una reestructuración filosófica o para revelar al cliente los valores autoderrotistas
que mantiene y cómo los puede cambiar.

Métodos de terapia de conducta. El terapeuta que usa la metodología racional


emotiva emplea generalmente actividades in vivo en las tareas para casa. Así, le
asigna tareas graduadas con las que el cliente asume riesgos de encuentros, citas
y relaciones con potenciales amantes; y el cliente es ayudado a permanecer en
situaciones de frustración (tales como una mala relación) para aprender a tolerar
esas condiciones antes de que finalmente (racional y resueltamente mas que
irracional y dudosamente) las abandonen.

            De muchas maneras, entonces, los practicantes de la TREC usan una


combinación de métodos cognitivo-emotivo-conductuales para revelar a los
clientes cuales son sus filosofías autoderrotistas y antisociales y como pueden
activamente y de forma precisa cambiarlas. El objetivo es ayudar al cliente en
mayor medida a aceptar la realidad (incluso cuando ésta no le gusta), dejar de
lamentarse y de quejarse, dejar de agravar las cosas tontamente y persistir en
intentar activamente el cambio para mejor. El terapeuta intenta mostrar al cliente
como abandonar su dogmatismo, con la compulsividad que conlleva, fijación y
fetichismo y a maximizar su libertad de elección y ser capaz de incrementar su
potencial humano para el desarrollo y la felicidad (Ellis, 1962, 1988; Ellis y Grieger,
1986).

            El amor es una de las más grandes fuerzas de influencia en la vida


humana. Nos puede proveer de grandes beneficios y ganancias. Pero cuando la
gente cambia de un poderoso deseo a una presunta necesidad, de forma no
realista lo hacen peligroso y minimizan su poder. Además, generalmente crean
ansiedad innecesaria, depresión, sentimientos inadecuados y hostilidad. Pero no
todo esta perdido. Tienen la capacidad de cambiar sus demandas infantiles, para
crecer, y amar de una manera no absolutista. Uno de los principales propósitos de
la psicoterapia efectiva es ayudarles a ser capaces de amar completamente pero
no de forma compulsiva. ¡Una difícil pero no imposible meta!.

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