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Ubicada en la cabecera norte del Valle del Mantaro, la actual localización de Jauja acogió en su
momento varias expresiones culturales preincaicas. Incluso durante el Imperio inca existían
agrupamientos de indígenas huancas. Durante el incanato se estableció el poblado de Hatun. Uno
de los episodios más notables que la tradición oral ha rescatado, fue la masacre que el Inca
Pachacútec infligió a los huancas de la zona que se levantaron contra el imperio. La tradición
señala que el inca ordenó la mutilación de las dos manos a todos los varones y la mutilación de la
mano derecha a todas las mujeres. Ese episodio tuvo lugar en la pampa de Maquinhuayo, a
escasos cinco kilómetros al sur de la actual ciudad de Jauja.
Durante el viaje de los conquistadores hacia la ciudad del Cuzco, Francisco Pizarro decidió la
conveniencia de fundar una ciudad que sirviera como cabecera o capital de los territorios que
estaba descubriendo. De esa manera, el 25 de abril de 1534, Pizarro funda la ciudad aprovechando
el amplio valle en el que se ubicaba (el más ancho de toda la Cordillera Andina. La fundación se
realizó bajo el nombre de "Santa Fe de Hatun Xauxa" utilizando la denominación quechua que los
incas otorgaron a la localidad.
En cuanto al origen del nombre, a pesar de que las raíces etimológicas de la palabra "Jauja" se
suelen buscar en vocablos quechuas o aymaras, es más que probable que simplemente se
adoptara ese nombre en recuerdo y homenaje a la ciudad española de Jauja, como sucedió con
tantos otros topónimos en el proceso de colonización. No debe olvidarse que en cas tellano antiguo
Jauja se escribía "Xauxa" porque la letra X se pronunciaba como una "J" débil, como aún sucede en
México. La ciudad española de ese nombre fue fundada por los árabes en el siglo XII sobre
poblados mucho más antiguos. En lengua árabe la palabra jauja se puede traducir como pasillo,
pasadizo o portillo.
Durante el año 1534 Pizarro y su tropa hicieron una prolongada etapa en el valle de Jauja antes de
marchar hacia el Cusco, para esa época Jauja con su ameno clima era sede de enormes tampu o
tambos (depósitos) en donde los incas habían acumulado enormes cantidades de alimentos,
vestimentas y riquezas varias que permitieron a los españoles vivir holgadamente durante meses.
Precisamente, esta abundancia fue probablemente lo que les hizo recordar a la española Jauja, en
la cual, según relata con exageración Lope de Rueda, las calles estaban empedradas con piñones
y por ellas corrían arroyos de leche y de miel. Así se asentó la legendaria magnificencia del valle
del Mantaro, y más en concreto del País de Jauja.
Los españoles establecieron la ciudad como la primera capital del Virreinato del Perú aunque luego,
con la fundación de la ciudad de Lima, se mudó la capital a dicha localidad para aprovechar la
cercanía al puerto (actual puerto de El Callao). Esto debido a la importancia que tenía para los
conquistadores la comunicación marítima con la metrópoli.
Durante la Guerra del Pacífico Jauja intervino en los momentos finales, ya consumada la derrota
peruana y efectuada la invasión chilena. Los grandes fundos que se habían establecido en la zona
fueron saqueados tanto por el invasor como por el ejército de resistencia comandado por Andrés
Avelino Cáceres. El territorio de Jauja fue escenario de la "Campaña de la Breña", en la cual las
huestes peruanas intentaban causar un repliege en el avance chileno.
Luego de la guerra, la ciudad de Jauja empezó a tomar renombre como un lugar de clima
saludable, especialmente para los enfermos de tuberculosis y otras afecciones respiratorias. El
establecimiento del Sanatorio Domingo Olavegoya hizo que a Jauja acudieran enfermos de muchas
partes del mundo, que hicieron de Jauja una ciudad pequeña pero muy cosmopolita, descrita
magistralmente en la novela País de Jauja, de Edgardo Rivera Martínez. En el cementerio de Jauja
se pueden ver lápidas con nombres provenientes de muchas partes del mundo. Luego del
desarrollo de los antibióticos, la ciudad dejó de tener importancia en ese aspecto.
CARNAVAL JAUJINO
Es una fiesta popular de la Provincia de Jauja, esta fiesta empieza a mediados del mes de Febrero
después de la fiesta del distrito Villa de Paca “Sr. Animas de Paca” y se celebra ordenadamente en
cada barrio de la ciudad de Jauja, entre los corta-montes que hay los mas majestuosos y antiguos
son. barrio de la libertad y de Huarancayo tienen dos fechas, el corta-monte de la juventud (entre 15 a
25 años) y otro de los mayores (de los 20 hasta el mas anciano )Esta tradicional fiesta cuenta con
dos partes que son:
Los v arone s llevan un pantalón negro de casim ir cam isa blanca de lana,
poncho m arrón listado al estilo Jaujino y som brero negro de paño.
Dam as y varones se adornan el cuello cor serpentina de colores y se pintan con talco
la cara los bailantes danzan al com pás de una orquesta que está com puesta por dos
clarinetes , violines, wajra y tinya
TUNANTADA
La tunantada es una danza principal de las fiestas del 20 de enero en Jauja que se baila
celebrando la Festividad de los patronos San Sebastián y San Fabián. Mediante esta danza los
pobladores imitan a los españoles, en forma de sátira con máscaras de malla de alambre, con
ojos, bigotes y tez blanca pintada. Algunos de los danzantes llevan un bastón de mando y
pantalones a la rodilla, como si fueran españoles de pura cepa. La música inicialmente empieza
con sonidos de guitarras, y entre los danzantes se identifica a las clases sociales de la colonia,
al español como máxima autoridad y a los indios como sometidos a los blancos.
Posteriormente se agregan a la música los sonidos de clarinetes, arpas, saxos, etc.
Huaripampa es el único pueblo que conserva la tunantada original, los demás pueblos la han
evolucionado, variado la fecha y aumentado los personajes.
Esta danza folclórica también se baila en otras partes del interior del Perú como en el Valle del
Mantaro, en el Valle de Yanamarca, Villa turística de Chucllú, Valle Azul, quebrada del Mantaro,
etc. Los historiadores escriben poco sobre el origen de la Tunantada y los personajes
principales que bailan esta danza.
PERSONAJES
El Príncipe
El arriero de mulas
El boliviano
La Chupaquina o Huanquita
La Jaujina
La Sicaina
El Chuto
El Huatrilla
La Maria phishana
El auquish
Entre los personajes de la tunantada, que refleja la estructura social del coloniaje, se aprecia al
español, llamado también príncipe o tunante; la chupaquina o huanquita, mujer de estirpe
indígena que se convierte en la compañera y amante del español, sin importarle su linaje; el
chuto y el huatrilla representan al indio y al pueblo esclavizado. El tucumano o argentino es el
personaje que representa en la tunantada al bravío arriero de mulas y comerciante que unía al
Perú con el Río de la Plata. Existen otros personajes en la tunantada como la jaujina, el jamille
o boliviano que proveniente del Altiplano oficiaba de curandero con sus hierbas, el doctor, etc.
La tunantada se baila con mucho sentimiento con el acompañamiento de una orquesta típica
conformada por ejecutantes de arpa, violín, clarinetes y saxofones.
DULCE JAUJINOS