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MANUAL DE _ INGENIERIA DE TALUDES _ [MANUAL de Ingenieria de aides! Ayala Carcedo,F. Jay Andreu Po 2 reimp )- Mari: Instituto Geoligieo ¢ Miner de Espana, 2000 Fludit- (1 ed, 2, 456 pigs ls: 3.2m, ISBN: 84784062633 1. Bsahilidad laders 2. Esabilizacién 3Propiedad geotécica 4 Mecanica suelo 5.Estudi caso 6, Manual. [Instituto Gealigico y Miner de Espata ed IL Avala (Careed, Fy. dir IL, Andreu Posse, FJ. di © INSTITUTO GEOLOGIC MINERO DE ESPARA Rios Rosas, 23 28003 MADRID. [Ninguns parte de este libro puede ser repzoducidao transmit en cualquier forms o por cuslguier redo, electric 0 meciiceincluidoforcopias, gabaidno or eualgsier sistema de elmacenar informaci, sn previo pemiso escrito del autor y editor. L* Edicion: 1987 1? Reimpresion: 1991 24 Reimpresion: 2006 SBN: 64. 7840.6263 NIPO: «57.06.0140 Dept Lega N16288-2006 INDICE INTRODUCCION - TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS .. 2. rey 23. 26, 27. 28, RECONOCIMIENTOS GENERALES ...... 3 32. 33. INTRODUCCION INFLUENCIA DEL TIPO DEL MATERIAL . siiesteseee 2.2.1. Medios rocosos 10 7 222) Suelos 11 223. Rellenos 11 TIPOS DE MOVIMIENTOS .....0...00+5 Desprendimientos 12 Vueleos (toppling) 15 Deslizamientos 16 23.3.1. Deslizamientos rotacionales 17 2332. Deslizamientos traslacionales 18 2333. Extensiones laterales 20 234, Coladas 21 23.4.1. Coladas en roca 22 23.6.2, Coladas en suelos 22 23.8. Movimientos complejos 23 MORFOLOGIA Y PARTES DE UN DESLIZAMIENTO . FACTORES CONDICIONANTES Y DESENCADENANTES 28.1. Factores naturales 27 25.1.1. El agua 28 25.1.2. Helo y nieve 29 25.1.3. Sismicidad y vulcanismo 29 14. Actividad biolégica 30 3 3 a 232. 5.2.1. Excavaciones. 31 2522. Voladuras 31 2523. Sobrecargas 31 2528. Actividad minera 32 GEOMORFOLOGIA E IDENTIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS . TIPOLOGIA Y PELIGROSIDAD BIBLIOGRAFIA ALCANCE DE LOS, RECONOCIMIENTOS GENERALES LL ealona el Cami 7s ek tae usta as INVESTIGACIONES PREVIAS sessile : 3.2.1. Metodologia y procedimiento Drevias a gran escala 48 3.2.2. Téenicas de investigacién 50 3.22.1. Mapas 50 32221 Fotografia aérea 52 3.2.2.3. Fotogrametria terrstre 57 3.23. Sensores remotos 58 ZONIFICACION REGIONAL . 3.3.1. Tipos de materiales y suscepti y rotwras 60 32. Zonas con problemas especificos, 61 3. Causas senerales de los deslizamientos 62 33 33 Pig. 2 2 6 32 a 38 41 48 48 34. RECONOCIMIENTOS PREVIOS DE CAMPO 34.1. Generalidades 63 3.4.2. Evidencias de movimientos 63 3.4.3. Investigacion e idemtificacion del tipo de movimiemo 64 3.5. BIBLIOGRAFIA INVESTIGACION DE DETALLE ... 4.1. INTRODUCCION 4.2. FINALIDAD Y ALCANCE DE LA INVESTIGACION 4.3. METODOS DE INVESTIGACION 43.1. Calicatas y pozos 70 Sondeos mecinicos y peneiraciones 70 Métodos geofisicos 78 4.3.3.1. Geofisica de superficie 78 4.3.4. Ensayos «in su» 84 4.3.4.1. Medios rocosos 84 43.5, Deseripcién geomeciniea de’ mets rocosos 93 CCasificaciones geomecdnicas 93 5.2. Descripcidn geotéenica bisica 96 4.3.6. Ensayos de laboratorio 96 4.3.6.1. Ensayos en rocas, 96 43.6.2. Ensayos en suelos 103 2 4.4, ELECCION DEL TIPO"DE ENSAYO : 4.5, VALORACION COMPARATIVA DE COSTES 4.6. BIBLIOGRAFIA CARACTERIZACION GEOTECNICA DE MATERIALES 5.1. INTRODUCCION 5.2. CLASIFICACION DE LOS DIFERENTES TIPOS DE MATERIALES . S21. Generalidades 119 $22) Suelos 120 5.2.2.1. Suelos cohesivos y suelos no cohesivos 120 52.22, Suelos normalmente consolidados y preconsolidados 120 5.2.2.3. Suelos finos y suelos con particulas gruesas 122 5.2.3. Rocas blandas y suelos duros 122 S24. Rocas 122 5.3. RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS . S31. Generalidades 123, 53.2, Méodos directos 123 5.3.2.1. Conceptos basicos 124 5.3.2.2. Valoracion e interpretacin de los ensayos 127 5.3.2.3. Suelos parcialmente saturados 129 Métodes indirectos 129 S331. Correlaciones empiticas 130 53.3.2. Tablas y cuadros aproximativos 136 5.4. RESISTENCIA AL CORTE DE MATERIALES ALTAMENTE FRACTURADOS 5S. RESISTENCIA AL CORTE DE LOS MATERIALES ROCOSOS ... SS. Generalidades 140, 'S'5.2. Resistencia al corte de las discontinuidades planas lisas_ 141 5.5.3. Resistencia al corte de las discontinuidades rugosas 142 5.3.1. Critetio de PATTON (1966) 142 a de JAEGER (1971) 43 de LADANY! y ARCHAMBAULT (1970) 144 3.4. Criterio de BARTON (1976, 1985) 145, istencia al corte del macizo rocoso 147 4.1. Uillizacién de Ia clasificacién geomecdni de BIENIAWSKI (1979) 147 5.4.2. Método de HOEK y BROWN (1980) 148 ‘sistencia al corte de discontinuidades rellenas de suelo 150 SeSo1- Juntas rellenas de arcilla 150 S52 55:3. 5333. Tuntas rellenas de material granular 152 3, Aplicacion practica de los métodos descritos 152 5.5.6. Influencia de la presion intersicial -152 5.6, BIBLIOGRAFIA 4 o 9 70 70 na na na n7 119 19 123 39 140 183 6. sf ASPECTOS HIDROGEOLOGICOS . 6.1. CONCEPTOS GENERALES ..... 1.1. Aguas subterréneas: procedencia y localizacién 137 1.2. Comportamiento hidrogeolégico de los materiales 158 13. Niele fredtics y plezométiens 139 15. 28 Flujo de agua en un talud 159 Pardmeiros hidrogeolégicos de interés 163 1, Porosidad 163 2. Permeabilidad y gradiente hidréulico 165 ‘3. Transmisividad y coeficiente de almacenamiento 167 6.2. EFECTOS DEL AGUA EN LOS MATERIALES Y EN. SU ESTABILIDAD 6.2.1. Introduceién 168 6.2.2. Influencia del agua en el peso del suelo 168 6.2.3. Presiones interstciales 169 62:4. Influencia del agua en la resistencia al corte de los materiales 169 6.3. INVESTIGACION HIDROGEOLOGICA ... 6.3.1. Introduceién 170 6.3.2. Determinacién de la posiciGn del nivel fredtico 171 63.2.1 Métodos directos: sondeos y pozos 171 6322. Métodos indirectos 171 6.3.3. Medidas y determinaciones de presiones 172 64, PRESENCIA DE AGUA EN LOS MATERIALES «...... 6.4.1. Flujo de agua en el suelo 172 6.4.2. Flujo de agua'en el macizo rocoso 174 6.5, REDES DE FLUJO .. rammeareaenay sercai sts oe 6.5.1. Introduecion 175 6.5.2. Representacién gréfica y utilidad 176 6.52.1. Redes de flujo en medios homogéneos ¢ is6tropos 176 652.2 Redes de Mujo en medios homogéncs y anisétopos y en meios he- terogeneos 1 6.6, EFECTOS DEL DRENAJE 6.7. BIBLIOGRAFIA METODOS DE CALCULO . 7.1. ASPECTOS TEORICOS ...... : 7.1.1. Clasifcacion de los métodos de cdiculo 187 7.1.2, Métodos de equilbrio limite 188 TI3. Métodos de dovelas 189 Planteamiento del problema 189 Principales métodos de dovelas 190 Comparacién 190 Criicas 192 iodos de cdleulo en deformaciones 193 Rocas 193 714.2. Suelos 194 7.2. METODOS DE CALCULO DE ESTABILIDAD. 7.2.1. Definiciones previas 194 72.1.1. Caracteristcas resistentes del material constitutive del talud 195 12.1.2. Proyeccin semiesférica equiareal de Schmidt 195 7.2.2. Talud infinito 199 12.2.1. Generalidades 199 7222. Analisis de estabilidad de un talud infinite 200 7.2.3. Rotura planar 203 7.23.1. Generalidades 203 23.2. Geometria de la rotura planar 204 Andlisis de estabilidad en rotura planar 204 Colocacién de anclajes 210 7.24. Rotura’ por cunas 211 724.1. Generalidades 211 7242. Geometria de la rotura por cufas 211 72.43. Analisis de estabilidad en rotura por cunas 212 72.48. Colocacién de anclajes 223, 7.2.8. Rotura por vuelco 223 725.1. Generalidades 223 7.2.52. Geometria de la rotura por vuelco de bloques 223 11.4. 155 157 170 m 115 182 183 185 187 194 vn vin 73. 14, CORRECCION DE TALUDES . BL 82. 83. 84. 83. 7.2.5.3. Anilisis de estabilidad en 7.2.6. Pandeo de estratos 237 72.6.1. Generalidades 237 7262. Geomecria de la rotura por pandeo 238 72.6.3. Pandeo por flexién de placas continuas 238 72.64. Pandeo por flexién de placas diaclasadas planas 240 7.2.6.5. , Pandeo por flexién de placas diaclasadas curvas 245 7.2.7. Roturas circulares'y curvas 248 72.7.1. Generalidades 248 7.2.7.2. Método simplificado de BISHOP (1955) 248 7.2.73. Abacos de TAYLOR (1937) 250. 7.2.7.4. Abacos de BISHOP y MORGENSTERN (1960) 253 7.2.7.5. Abacos de HOEK y BRAY (1977) 254 7.28. Rellenos a media ladera 262 7.2.8.1. Generalidades 262 8.2. Rotura planar 263 7.283. Rotura circular incluida totalmente en el relleno 263 7.2.84, Rotura circular pasando por el terreno del talud preexistente 265, 7.2.9. Empujes de tierras sobre un muro 272 7.2.9.1, Tipos de empuje 272 72.9.2. Obtencién de los empujes sobre un muro 273 CALCULOS DE ESTABILIDAD PARA CORRECCION DE MOVIMIENTOS 7.3.1, Talud infinite 284 7.3.2. Roturas curvas 286 BIBLIOGRAFIA tra por vuelco de bloques 224 INTRODUCCION a CONSIDERACIONES GENERALES 8.2.1. Aspectos constructives 293 8.2.2. Aspectos econémicos 294 CORRECCION POR MODIFICACION DE LA GEOMETRIA DEL TALUD 8.3.1. Generalidades 297 83.2. Descabezamiento 297 3. Tacones de tierra 0 escollera 297 Bermas 299 CORRECCION POR DRENAJE 8.4.1. Generalidades 300 8.4.2. Drenaje superficial 301 8.4.3, Drenaje profundo 302 ‘Clasificacién y consideraciones generales 302 Drenes horizontales 305 843.3. Pozos verticales de drenaje 306 8434. Galerias de drenaje 307 84.3.5. Zanjas con relleno drenante 309 CORRECCION POR ELEMENTOS RESISTENTES ...... 8.5.1. Anclajes 310 Descripeién, clasficacion y materiales empleados 310 Distincién entre bulones y cables 311 artes de un anclaje: caracteristicas y ejecucién 312 ‘Anclajes activos y anclajes pasives 314) Proteccién contra la corrosién 316 Consideraciones constructivas y de proyecto 316 Generalidades 317 Muros de gravedad 318 Muros aligerados 320 Muros jaula 322 Muros de gaviones 324 Muros de tierra armada 324 Muros de apeo 326 ‘Muros anclados 327 | Drenaje 327 5.2.10, Relleno posterior al muro 328 8.5.3, Pilotes "329 284 289 291 293 293 2 300 310 9. nL. 12 8.5.4. Muros pantalla 331 86, CORRECCION SUPERFICIAL .... 8.6.1. Generalidades 333 8.62, Mallas de guiado de piedras 333 8.6.3. Siembra de taludes | 334 8.6.4. Hormigén proyectado 335 8.7, BIBLIOGRAFIA .... METODOS DE CONSTRUCCION ...... 9.1. CONSIDERACIONES GENERALES 9.2, EXCAVACION ....... 9.2.1. Empuje y carga 342° 922) Ripado 345 923. Voladura 349 923.1. Precorte 349 2, Efectos de las vibraciones 354 9.3. SECUENCIA DE LA EXCAVACION 9.3.1, Talud general y talud de banco "355 93.2, Bermas 357 93:3. Macizo de proteccién 359 93.4. Talud reforzado 360 9.3.5. Construccién por bataches 361, 913.6. Refino de taludes 362 9.4, INSPECCION DE OBRA ... 9.4.1. Seguimiento de la construccién 363 9.4.2. Historial del talud 365 9.5. BIBLIOGRAFIA . CRITERIOS DE DISENO EN TALUDES .. 10.1. INTRODUCCION ......2000005 102. RECOMENDACIONES DE DISERO 10.2.1. Criterios generales de diseno y actuacién 369 10.22, Recomendaciones de céleulo 370 10.3. SELECCION DEL FACTOR DE SEGURIDAD A ADOPTAR .. 10.3.1. Criterios para seleccionar el factor de seguridad 372 10.3.2. Valores habituales 375 10.3.3. Valores adoptados en otros campos de la Ingenieria Geotécnica 378 10.4. ANALISIS DE SENSIBILIDAD © PARAMETRICO . : 10.8. CONTROL MEDIANTE INSTRUMENTACION: ANALISIS| RETROSPECTIVO (BACK-ANALYSIS) . 3 10.6, CHEQUEO Y VALIDEZ DE LOS PROCESOS DE CALCULO . 10.7. BIBLIOGRAFIA . : . AUSCULTACION DE TALUDES . 1.1 INTRODUCCION 112. MAGNITUDES USUALMENTE SUJETAS A CONTROL 113,” SISTEMAS DE MEDIDA ooo sass iooe ie 11.3.1. Control de movimientos superfii 113.2. Control de movimientos en el interior del terreno | 389 11.33. Medida de deformaciones entre puntos superficales préximos 392 3.4, Medida de presionesinterstiales 394 1133. Control de fuerzas 11°3.6. Equipos para control de movimientos y tensiones en terraplenes en construccién 399 L14. PLAN DE LECTURAS. SISTEMAS DE TOMA DE DATOS . 11. BIBLIOGRAFIA ...... CASOS PRACTICOS ... 12.1. INTRODUCCION 12.2, DESLIZAMIENTO PLANO «.. 12.2.1, Descripeién del problema 12.22) Andlisis de. 12.2.2.1, Factor de se 409 ‘del talud 411 etidad con terreno saturado 412 333 336 339 341 355 366 367 369 369 am 379 888 28 IX 12.222. Variacion del factor de seguridad con la magnitud de las presiones intersticiales 412 1222.3. Colocacién de anciajes. Célculo de la tensién necesaria 413, 13.3, ROTURA POR CUNAS .... os 123.1. Descripcion del probiema 416 123.1.1. Geologia de la ladera 417 12.3.1.2.Reconocimientos y ensayos realizados 418 123.2, Analisis de estabilidad 419 12.4, DESLIZAMIENTO ROTACIONAL 12.4.1. Descripeién del problema 424 124.1.1. Geologia del desizamiento inactive 424 124.12. Estudio de materiales 425 12.4.1°3, Tipologia del deslizamiento 428 Anulisis de la estabilidad de la ladera 428 12.4.2.1. Reconstruccién del desizamiento original 428 1242.2. Situacién actual de la Iadera 430 12.4.2:3. Influencia de la construccién de la autovia 430 12.43. Descripcién del drenaje del desmonte 432 1243.1. Drenaje superficial 432 1243.2. Drenaje profundo 432 13, PROGRAMAS DE APLICACION A ESTABILIDAD DE TALUDES . 13.1. GENERALIDADES 13.2, METODOS DE EQUILIBRIO LIMITE 13.2.1. Programa BLOQUE 439 1322. Programa CULMAN 439 1323. Programa CUNA 440 13244 Programa RBISHOP 440 1325. Programa STABL 441 13.3, METODOS DE CALCULO EN DEFORMACIONES .....000.0ss000e0000 133.1. Programa JETTY 441 133.2. Programa TALUDEF 442 13.4. OTRAS APLICACIONES tefl albansenteli 134.1. "Programa BUZAM 442 13.42) Programa FEDAR 442 Indice de simbolos .......+.++++00+5 Tabla de conversién de unidades Procedencia de figuras y tables ...... Indice alfabético de materias 416 404 437 49 439 at 442 as 49 450 451 MANUAL DE INGENIERIA DE TALUDES* Este Manual ha sido realizado por el siguiente equipo: DIRECCION (1GME) DIRECCION (EPTISA): EQUIPO TECNICO: Francisco Javier AYALA CARCEDO. Dr. Ingeniero de Minas (Ingenieria Geolbgica). Jefe del Area de Ingenieria ‘GeoAmbiental del IGME. Profesor de Mecinica de Suelos dela ETS de Ingenieros de Minas, Universidad Politéenica de Madrid Francisco Javier ANDREU POSSE Ingeniero de Caminos. Canales y Puertos. Jefe del Departamento de Geologia y Geotecnia de EPTISA, Miguel FE MARQUES Ingenieto de Caminos. Canales y Pueros. Departamento de Geoloia y Geotenia de EPTISA. Mercedes FERRER GIJON Dra. en Ciencias Geoldgicas. Area de Ingenieria GeoAmbicatal del ITGE. Antonio DE SIMON GIL. Ingeniero de Minas, Jefe del Departamento de Mineria de EPTISA, Ignacio FERNANDEZ LLANA Licenciado en Ciencias Geologicas. Departamento de Geologia y Geotecnia de EPTISA, Claudio OLALLA MARANON * Ingenierd de Caminos. Canales y Puerios. Colaborador de EPTIS. Javier GOMEZ PUYUELO Ingeniero de Caminos. Canales y Puertos, Director de IIC (Ingenieria de Instr mentacion y Controb. es José SAMPEDRO QUIJANO Ingeniero'de Caminos. Canales y Puertos. Ingenieria de Instrumentacién y Control Francisco Javier CIENFUEGOS RUIZ-MOROTE, Ingeniero de Caminos. Canales y Puertos. Departamento de Geologia y Geoteenia de EPTISA, + Este libro ha sido realizado por el Instituto Geoligico y Minero de Espa (GME) y la empresa Estudios y Proyectos Téenicos Industrales. S. A. (EPTIS Ap. financidndose con fondos pillicos det Programa Inventario y Valoracién del Potencial Minero Energético (1985-1986). AGRADECIMIENTOS El Instituto Geolégico y Minero de Espafia (IGME) desea expresar su agradecimiento a todas las instituciones, tanto pitblicas como privadas, que han cedido cortésmente figuras yo tablas para la realizacién del presente Manual, especialmente a la Institution of Mining and Metallurgy (U-K.), CANMET (Canada), Editorial Rueda (Espafia) y Editorial Limusa-Wiley (México), asi como a las siguientes personas que han colaborado en su realizacién: Carlos de las Heras Meco y Rafael Portilla Hermosilla, Ingenieros de Caminos, y Roberto Martinez-Alegria Lépez y Ramén Roldan Torres, Ge6logos; todos ellos pertenecientes al Departamento de Geologia y Geotecnia de EPTISA. A D. Francisco Lépez Santiago, Ingeniero Técnico de Minas del IGME, por la preparacién técnica de la reedicién. 1. INTRODUCCION I, INTRODUCCION El objetivo basico de 1a realizacién del presente Manual ha sido el de prover de tuna herramienta de uso préctico, de utili- dad, a aquellos profesionales que en su préc- tica habitual se enfrenten con algiin proble- ma derivado de la inestabilidad de terrenos debida a su inclinacién, ya sea en terrenos naturales o en rellenos artificiales. Puede decirse que este propésito no es cier- tamente facil de alcanzar, y esto por varios motivos: Por una parte existe la dificultad de pre- tender que tenga un cardcter préctico y sin- tético, mientras que, simultaneamente, se de- sea que abarque casi todos los aspectos de interés relacionados con los taludes: investi- gaciones previas, métodos de célculo, dise- flo, aspectos constructivos, etc., y sean tra- tados los problemas con rigor. ‘Ademiés, es facil en cada uno de los cam- os a tratar, dar un pequefo salto y pasar del campo practico de utilizacién a aquellas innovaciones, teorias 0 formas de hacer que, por su novedad, no estén incorporadas a la prictica habitual del disenlo de taludes. Por estos motivos, la mayor dificultad en la realizacién de este Manual de Taludes ha consistido en pretender sintetizar adecuada- mente los conocimientos que en el mundo de la Ingenieria Geologica y Geotécnica se poseen en este campo y que son utilizables desde un punto de vista practico. Resulta curioso ‘comprobar que si bien en casi todos los textos bésicos de. Geotecnia se contemplan, al menos parcialmente, los problemas relacionados con la estabilidad de taludes, hay muy pocos compendios que re- cojan, en un solo volumen, de una forma coherente desde la perspectiva de la teoria y de la experiencia, toda la informacién que pueda ser util a aquellos que deberi reco- nocer, atravesar, evitar, diseflar, corregir, construir, controlar 0, en sentido general, trabajar con problematicas derivadas de la existencia de taludes. Quizas este hecho se deba a las des comentadas previamente. Es probable que, finalmente, este Manual se haya desviado ligeramente de su objetivo inicial y que aparezcan algunos capitulos en los que conviven los aspectos mas practicos del disefo de taludes con aquellos recogi- dos en las publicaciones técnicas mas recien- tes. Cuando asi se ha hecho ha sido por entender que, 0 bien se contribuia a com- prender los porqués del uso actual extensivo de una cierta metodologia, 0 porque se tra- ta de técnicas que con una cierta probabili- iculta- 4 Introduccion dad estardn incorporadas a la practica habi- tual en un futuro proximo. La ya mencionada escasa existencia de tex- tos dedicados especificamente a taludes re- sulta incluso més sorprendente, si se tiene en cuenta que los fenémenos de inestabili- dad de taludes son un tipo de problemas bastante habitual entre los profesionales re- lacionados con el mundo de la Geologia y la Geotecnia. Cuando se producen corrimientos inespe- rados en los taludes, los efectos que se pro- ducen pueden ser importantes. En efecto, valoraciones efectuadas por di- ferentes autores (KROHN y SLOSSON, 1976 y BROMHEAD, 1986) han estimado que el mtimero de muertos producidos como con- secuencia de deslizamientos en los Estados Unidos de América, es del orden de 25 per- sonas por alo. En nuestro pais no existen datos sistema- tizados a este respecto. No obstante no es extrafio ver ocasionalmente noticias en los periddicos dando cuenta de fallecimientos ‘como consecuencia de movimientos de tie- rra, desprendimientos, etc., fundamentalmen- te durante el periodo de construccidn de las obras, como sucedié p.e. en la construccién del trasvase Tajo-Segura. También esta muy préximo en la memo- ria el deslizamiento producido en las pro- ximidades de la poblacién de Olivares, en Granada, con amenaza a las viviendas de un pueblo entero. En la actualidad (1986) todavia es motivo de estudios y actuaciones para poder eliminar o paliar definitivamen- te los dafios o riesgos producidos. Desde el punto de vista econdmico, tal como se decia anteriormente, los daflos que se producen por deslizamiento de taludes son importantes. Efectuar una valoracién global del conjunto resulta evidentemente muy com- plejo, cuando no aventurado. No obstante, en los Estados Unidos, R. L. SCHUSTER (1978) basdndose en datos propios, y otras cifras estimadas por KROHN y SLOSSON (1976), considera que una cifra razonable, tepresentativa de los costos directos ¢ indi- rectos debidos a los fallos en taludes, exce- de los mil millones de délares por aio. En Espafa, el Instituto Geolégico y Mi nero (IGME) ha emprendido un estudio pa- ra valorar el impacto de este y otros tipos de riesgos geolégicos. De igual forma, estu- dios efectuados por el Departamento de Mi- neria y Geologia de California, validos para el estado de California, han mostrado que los dafios debidos a movimientos de taludes representan aproximadamente el 20% del to- tal de los daftos por Riesgos Geoldgicos (te- rremotos, erosiones, inundaciones, suelos ex- pansivos, etc.) (ALFORS y otros, 1973), ‘Aunque estas cifras no son directamente apli- cables a nuestro pais, nos dan un indice de la trascendencia econémica de los desliza- mientos de tierras, y de la importancia de las cifras de dinero que se ven involucradas. Sin entrar en valoraciones de tipo cuanti- tativo, por falta de datos, basta pensar en el mimero de viviendas dafiadas por estar cimentadas en laderas inestables, en los gas- tos de mantenimiento que se producen para mantener en explotacién algunas grandes presas, en los costes de mantenimiento o de cambios de trazado posteriores al comienzo de las obras en autovias, carreteras naciona- les 0 vias férreas, etc., y esto por lo que re- fiere tnicamente a Ingenieria Civil. En Mineria es conocido el dato de una gran explotacién de carbén a cielo abierto en Galicia, para la cual una variacién de 1° en la definicién geométrica de sus talu- des de explotacién supone la cantidad de 11.000 millones de pesetas (80 M$ USA, 1986). A nivel mundial, en cuanto a daftos se re- fiere, la mayor profusién de informacién, proviene de fenémenos individualizados, co- nocidos por la clevada magnitud de sus con- secuencias, Asi por ejemplo, en el limite superior de los efectos producidos por movimientos in- deseados del terreno, el deslizamiento més desastroso acontecido en la historia europea es el producido en el embalse de Vaiont, en 1963, que provocé una ola de agua. Es- ta ola sobrepasé la presa, y destruyé aguas abajo cinco poblacionés, provocando la muer- te de entre 2.000 y 3.000 personas. En Peni, en los taludes det monte Huas- cariin, en Los Andes, se produjo una ava- lancha de tierras como consecuencia de un terremoto, en 1970, que «inundé» un va- le en una gran extensién y maté a mas de 18.000 personas. Sorprendentemente, puesto que es espec- tacular hablar de «records» en estos temas, el «Libro Guiness de Records» cita como tal un deslizamiento producido en China, en la provincia de Kansu, con un costo en vi- das de 200.000 personas (1). En el dominio de ta Ingenieria, en gene- ral, las magnitudes de los deslizamientos son obviamenie mas limitadas, de menores di- mensiones y consecuencias. in embargo, desde el punto de vista eco- némico, su importancia global es realmente grande. Se ha citado la cifra relativa a la importancia econémica de la definicién de taludes en mineria, dato que conduce ineli- diblemente a diseftar «estrictamente» sin ex- cesivos conservadurismos, este tipo de obras. Por contra, cuando se efectia un disco excesivamente «valiente» de un talud, y co- mo consecuencia se origina un deslizamiento, los trastornos que se producen en la explo- tacién de los minerales son evidentes. Hay riesgos de pérdidas de vidas humanas 0 de maquinaria y una feduccién de la produc- cién, con los costos que ello conlleva, y vienen a representar la otra cara de la mis- ma moneda que exige conocer con precision y fidelidad, de forma cuantitativa, las con- secuencias de cada disefto y de cada hipé- tesis. Este tipo de conocimientos son los que se Pretende transmitir enveste Manual, en la idea Manual de Taludes $ de ofrecer, como se decia al principio de es- ta Introduccién, un instrumento de trabajo fundamentalmente prictico. No obstante, traténdose de estabilidad de taludes, hay que tener siempre presente que puede haber algunos casos especialmente di- ficiles de tratar. A este respecto es apropi do recordar la anécdota citada por L. BJE- RRUM (1966) y recogida por R. B. PECK (1967), respecto al comentario de un inge- niero encargado de la elaboracién de ui forme sobre un gran deslizamiento ocurrido en Japén en arcillas fuertemente sobrecon- solidadas. Dicho comentario fue el siguiente: «El diablo del deslizamiento parece reirse de ta incompetencia humana». Han transcurrido 20 afios después de la aseveracion mencionada y aunque se ha avan- zado notablemente en muchos campos, es- pecialmente en los relativos a célculo e ins- trumentacién, no viene mal tener en cuenta que en ciertas condiciones cualquiera puede sentirse como el técnico que asi se expresd. Para cubrir el objetivo varias veces men- cionado, este Manual de Taludes est con- cebido y desarrollado de tal forma que se inicia con un capitulo dedicado a la defini- cién de los conceptos basicos. En él se han sistematizado los aspectos y términos mas frecuentes, y se ha clasificado y descrito la tipologia de los distintos movimientos posi- bles (Capitulo 2). Se continiia con dos capitulos en los que se desarrollan las distintas posibilidades de reconocimiento y estudios previos del terre- no que hoy ofrece la técnica, tanto a gran escala como de detalle (Capitulos 3 y 4), En el capitulo 5 se comentan los aspectos. y posibilidades que se deben cubrir en el re- conocimiento y caracterizacién geotécnica de los materiales. Se ha buscado como objeti- vo final de consecuencias précticas, la valo- racién de la resistencia al corte de los sue- los y las rocas Junto con el Capitulo 6, dedicado especi- ficamente a la descripcin de las incidencias 6 Introduceién debidas al efecto del agua, en el Capitulo 7 se desarrollan los distintos métodos de cilculo. De enire las diferentes posibilida- des existentes se han seleccionado para cada uno de los distintos tipos de deslizamiento posibles aquellos métodos que estén més en uso, tanto por su comodidad como por va- lorar adecuadamente el fenémeno analizado, dejéndose para el Capitulo 13 la descripcién de los principales programas utilizados en el célculo por ordenador. Por la importancia que tiene, se ha dedi- cado también especificamente un capitulo a describir criterios generales, normas de bue- nna préctica, que se debe tener presentes du- rante la concepcién y el disefio de un talud (Capitulo 10), Si bien son habitos que se adquieren con la experiencia, se ha preten- jo transmitir tanto las ensefianzas propias como las vertidas en revistas y documentos ializados. Bibliografia ALFORS, J. T.; BURNETT, J. L.wy GAY, TE. «dr. Urban. Geology: Master Plan for Californian. California Division of Mines and Geology, Bulletin 198, 1973. BJERRUM, L.: «Mechanism of progressive failure in slopes of overconsolidated plastic clays and clay sha- less, Preprint, ASCE Structural Engineering Con- ference. Miami, 1966. BROMHEAD, E. N.: «The Stability of Slopes». Su- rey University Press, 1986. Con respecto a los aspectos que estén liga- dos con el proceso constructivo se han sub- dividido éstos temas en tres capitulos, con objeto de dar una destacada importancia a cada uno de ellos. En el primero (Capitulo 8) se describen los diferentes procedimientos que se pueden utilizar para corregir un talud que se encuen- tre en situacién precaria, En el segundo (Capitulo 9) se habla espe- cificamente de los distintos métodos de cons- truccién, asi como del propio proceso cons- tructivo Y en el tercero (Capitulo 11) se exponen las posibilidades de auscultacién que las fir- mas comerciales especializadas en el tema ofrecen hoy dia en el mercado. Como complemento-a todo lo anterior, en el Capitulo 12 se describen una serie de ca- sos practicos, a titulo de ejemplo, por su evidente utilidad pedagégica. KROHN, J. P., y SLOSSON, J. E.; «Landslide pos | tencial in the United States». California Geology, vol. 29, n.° 10, octubre 1976. PECK, R, B.: «Stability of natural slopes». Journal of the Soil, Mechanics and Foundations Division, vol, 93, n.° SM4, ASCE, julio 1967. SHUSTER, R. L.: «Introduction», Cap. 1 de «Land- slide, Analysis and Control». Transportation Re- search Board. National Academy of Sciences. Wash- ington, D.C., 1978. 2. TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS 2. _TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS 2.1. INTRODUCCION INFLUENCIA DEL TIPO DEL MATERIAL 2.2.1. Medios rocosos 212.2. Suelos 2.2.3. Rellenos 2.3. TIPOS DE MOVIMIENTOS 2.3.1. Desprendimientos 213.2. Wuelcos (toppling) 2.3.3. Deslizamientos 2.3.3.1. Deslizamientos rotacionales 2.3.3.2. Deslizamientos traslacionales 2.3.3.3. Extensiones Taverales 2.3.4. Coladas 23.4.1. Coladas en roca 23.42. Coladas en suelos 2.3.5. Movimientos complejos 2.4. MORFOLOGIA Y PARTES DE UN DESLIZAMIENTO 2.5. FACTORES CONDICIONANTES Y DESENCADENANTES 2.5.1. Factores naturales 25.11. El agua 1.2. Hielo y nieve 1.3. Sismicidad y vulcanismo 1:4. Actividad bioldgica 1.5. Subsidencia regional 2, 2. 2.5.2. Actividad humana 1. Excavaciones ‘Voladuras 25.2.3. Sobi gas 25.2.4. Actividad minera 2.6, GEOMORFOLOGIA E IDENTIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS 2.7. TIPOLOGIA Y PELIGROSIDAD 2.8. BIBLIOGRAFIA Avotancha en wn ‘alud en roca. Foto: FJ. Ayala 2. TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS 2.1. Introduccién En cualquier parte de la superficie terres- tre la gravedad «empuja» continuamente los materiales hacia niveles inferiores. Los problemas que presenta la estabilidad de taludes, tanto naturales como excavados, han sido objeto de andlisis en varios domi nios de la actividad humana y con especial atencién en los incluidos en la ingenieria civil El término més cominmente usado para designar los movimientos producidos en los taludes es el de destizamiento. Dicho tér- mino, de acepcién muy extendida, implica movimientos de taludes formados por dife- rentes clases de materiales —roca, suelo, re- enos artificiales 0 combinaciones de los mismos— a través.de una superficie de ro- tura determinada. Dada la diversidad de inestabilidades que se producen, parece mds adecuado utilizar el término movimientos de taludes, para en- globar todos los tipos de roturas que puc- dan sufrir éstos. El objeto de este capitulo es reunir una completa descripcién de los factores que con- dicionan los distintos tipos de movimientos, su influencia en el desarrollo de los mismos y los rasgos morfoldgicos mas peculiares que ayuden a la identificacién de las inestabili- dades, pasos previos para un detallado and- lisisy solucién/correccién de las mismas. 2.2, Influencia del tipo de material La naturaleza intrinseca del material man- tiene una estrecha relacién con el tipo de inestabilidad que puede producirse, condi- cionando y pudiendo estimarse de antema- no la susceptibilidad de cada material, a que se desarrolle un movimiento determinado. Los terrenos en los que se producen los movimientos, pueden dividirse en tres gru- pos: — Macizos rocosos. — Suelos. — Materiales de relleno, El primer grupo se identifica con los me- dios rocosos, en los que existen una serie de discontinuidades naturales antes de ini- ciarse un movimiento (Fig. 2.1) Los suelos constituyen un agregadb de par- ticulas sélidas con diferente grado de conso- lidacién, que pueden desarrollarse «in situ» formando una cobertera de los macizos ro- cosos o bien pueden haber sufrido un cierto transporte (Fig. 2.2) 10. Tipologia y desarrollo de los movimientos Fig, 2.1.—Discontinuidades de un medio roco- ‘so (estratificacion y diaclasas ortogonales a Ia misma). ‘Como materiales de relleno se consideran los depdsitos acumulados debido a la reali- zacion de determinadas obras 0 actividades, generalmente compuestos de materiales he- terogéneos (Fig. 2.3). Sobre los diversos grupos actiian una se- rie de factores controladores, cuya interre- lacién origina que se produzca uno u otro tipo: de movimientos. 2.2.1. Medios rocosos La distinta naturaleza de las rocas que forman los mé )s rocosos implica una pro- blematica determinada en su comportamiento ante la estabilidad de taludes. ‘Un macizo rocoso constituye un medio dis- continuo que esencialmente se compone de Dbloques sdlidos separados por discontinui- dades. A partir de esta definicion, se puede deducir que las propiedades tenso-deforma- cionales de los macizos rocosos son de natu- raleza anisétropa, El comportamiento de un macizo rocoso, generalmente depende de las caracteristicas de las discontinuidades (estratificacién, di clasas, fallas, esquistosidad, lineas de debili- dad, etc.) que presenta, asf como de la i- tologia de la roca matriz y su historia evo- lutiva. En las discontinuidades ha de considerar- se el tipo y origen, distribucién espacial, ta- a Ae Ni Fig. 2.2.—Rotura producida en un suelo cotuvionar. Fig, 2.3.—Movimientos de un suelo afectando a un relleno. Fig, 2.4.—Caracteristicas de las discontinuidades (estratificacién y diaclasas, tamano, espaciado, etc). \ mafto y continuidad, espaciado, rugosidad, naturaleza del relleno, presencia de agua, etc, (Fig. 2.4). De la roca matriz ha de conocerse su na- turaleza, caracteristicas resistentes, meteori- zacién, alterabilidad, etc. Generalmente los diferentés tipos de rotu- ra que se producen en los medios rocosos siguen superficies preexistentes, aunque cuan- do los macizos estén fuertemente fractura- dos pueden desarrollarse nuevas superficies de corte, similares a las producidas en sue- los. El conocimiento del conjunto de caracte- risticas mencionadas constituye el paso pre- vio en el anilisis de estabilidad de taludes naturales y diseflo de desmontes a excavar en medios rocosos. 2.2.2, Suelos Las diferencias de comportamiento que Presentan estos materiales frente a los roco- Sos, se deducen de su definicién como: con- Junto de particulas sélidas, sueltas 0 poco cementadas, mis 0 menos consolidadas, de naturaleza mineral, fragmentos de roca, ma- teria. orgdnica, etc., con fluido intersticial rellenando huecos y que han podido sufrir transporte 0 desarrollarse «in situ», El comportamiento de las masas de suelo se asemeja al de un medio continuo y ho- ‘mogéneo. Las superficies de rotura se desa- rrollan en su interior, sin-seguir una direc- cidn preexistente, Basicamente suclen diferenciarse estos ma- teriales atendiendo. a su génesis: coluviones, aluviales, i: eluviales, Existen definiciones de tipo gradacional desde el punto de vista de la ingenieria ci- vil, asi — Derrubios: generalmente superficiales con alto contenido en material grueso. — Depésitos de barro: compuesto por ma- teriales con pocos gruesos y cuya.fraccién Manual de Taludes 11 més fina puede oscilar entre arenas no plas- ticas y arcillas de alta plasticidad. La dinémica de estos materiales depende de las propiedades y caracteristicas de sus agregados. Habra que considerar: — Tamaho, forma y grado de redondez de las particulas mas gruesas. — Proporcién del contenido en arenas y/o arcilla. — Contenido en agua del suelo y situa- cidn del nivel fredtico, etc. Toda esta serie de caracteristicas confie- ren a los suelos una resistencia intrinseca que constituye el factor dominante de su estabi- lidad. Cuando se desarrollan superficies de ro- tura en el contacto suelo-roca, las caracte- risticas de la estrecha franja del contacto di- fieren de las generales del suelo (Fig. 2.5). 2.23, Rellenos Se agrupan bajo esta denominacién to- dos aquellos depdsitos artificiales, realizados por la demanda de ciertas actividades, co- mo construccién de obra civil (terraplenes, presas de tierra, etc.) 0 bien como ciimulo de materiales de desecho, sobrantes, estéri- les, etc. (vertederos y escombreras).. Las consideraciones técnicas del comporta- Fig. 2.5.—Rotura incipiente en un contacto de coluvion y roca. 12 Tipologia y deserrolio de los movimientos miento de estos rellenos tienen una gran se- mejanza con el de los materiales tipo suelo. Los movimientos que se producen siguen la pauta de los que tienen lugar en los sue- Jos, desarrollindose a través del material, segiin una superficie no determinada previ mente. Dicho comportamiento puede modificar- se en determinados casos, cuando las carac- teristicas de los materiales en contacto difie- ran considerablemente. Tal es el caso de los terraplenes a media ladera, en los que pue- den producirse movimientos en @l contacto de los materiales que constituyen el nticleo y cimiento del terraplén respectivamente. ‘También pueden existir movimientos con- dicionados por materiales de distintas carac- teristicas, en el caso de presas de tierra con nuicleos inclinados, vertederos no controla- dos, etc. 2.3, Tipos de movimientos La inestabilidad de taludes se traduce en una serie de movimientos, que pueden ser clasificados en base a distintos criterios. Es- te apartado recoge los tipos de movimientos que se originan con mayor frecuencia, de acuerdo con los mecanismos que se produ- cen en diferentes materiales y los intervalos de tiempo en que tienen lugar. En la Figu- ra 2.59, al final de este capitulo, se mues- tra un cuadro general de los diferentes tipos de movimientos y su rango de velocidad. Cuando los movimientos producidos son complejos y combinacién de varios tipos, pueden conjugarse los términos mas senci- los para su completa definicién. La fase de reconocimiento y clasificacion del tipo de movimiento es de una gran im- portancia ya que puede condicionar el ana- lisis y conclusiones de control y estabiliza- cién del mismo. 2.3.1. Se define como desprendimiento, una ma- Desprendimientos Fig. 2.6.—Desprendimientos. sa separada de un talud (desmonte, acanti- lado, etc.) mediante una superficie de corte normalmente pequefia y cuyo recorrido se realiza en gran parte, a través del aire (Fi- gura 2.6). Frecuentemente estas inestabilidades afec- tan a bloques aislados, aunque también a ‘masas rocosas, originando en este caso-mo: vimientos de terreno con resultados catastré- ficos. Estos fendmenos suelen producirse en z0- nas constituidas geoldgicamente por alterian cias sedimentarias de capas resistentes y dé- biles (Fig. 2.7). Los mecanismos que pueden conducir a estas inestabilidades, generalmente sucesivos y complementarios, son: meteorizacién 0 ex- irusién de capas blandas (Fig. 2.8), concen- tracién de presiones en el borde y rotura por flexotraccién, Las posibilidades de que se produzcan ¢s- tas inestabilidades por descalce vienen con- dicionadas por una serie de factores como: fracturacién, buzamientos de la serie estrati- sgrafica, inclinacién del terreno y disposicién respecto al buzamiento, resistencia compara- tiva de los estratos més rigidos, potencia re- Fig. 2.7.—Desprendimiento de cus en una se- vie alternante. capa de carbon. ativa de los estratos resistentes respecto a los estratos menos competentes, etc. Existe una gran variedad de formas re- sultantes de los mecanismos que originan la inestabilidad: basculamiento de bloques, ro- tura por su base, deslizamiento de un estra- to, etc. (Fig. 2.9) (AYALA, 1984) Manual de Taludes 13 Fig. 2.9.—Algunas inestebilidades de bloques por descalce (AYALA, 1984) A continuaciéin se describe el mecanismo de rotura previa con traccién (Fig. 2.10) (AYA- LA, 1984), ya que los otros mecanismos sue- len ser combinacién de diferentes tipos. Dicho mecanismo es relativamente raro ya que la mayoria de los macizos se encuen- tran fracturados dando lugar a bloques indi- vidualizados. En una serie alternante de capas débiles ¥y competentes se empieza a descalzar la ca- pa competente suprayacente por,accién de una meteorizacién diferencial. Cuando progresa el descalce, se produce una concentracién de presiones en el borde de la roca débil subyacente. Si la roca que constituye la capa suprayacente es poco resis 14 Tipologia y desarrotio- de los movimientos Fig, 2.10,—Rotura previa por traccién. 1) Serie alternante. 2) Diferente grado de meteorizacién y erosién. 3) Basculamiento dela capa superior. 4) Rotura en el pie del bloque. (AYALA, 1984) tente, puede aparecer una rotura de la mis- ma por flexotraccién, con basculamiento de bloque. Si la capa es competente y esté in- dividualizada en bloques por fracturacién, también se produce un basculamiento debi- do a la excentricidad del peso. La concentracién de presiones en el bor- de de la capa débil subyacente produce un asentamiento diferencial, pudiendo originar Ja rotura en cufia de la misma y originando- se la caida del bloque por rotura del pi Los fragmentos originados por los despren- dimientos presentan recorridos varios, pu- diendo el material caer libremente, saltar 0 rodar, dependiendo de la inclinacién del ta- ud (Fig. 2.11). Segiin el tipo de mecanismo que produzca los desprendimientos, la velocidad con que se desarrollan varia. Una vez originada la arieta de traccién, suelen desarrollarse de forma répida afectando a los materiales que sc} ay Calda libre Rodamiento Fig. 2.11.—Trayectorias. 2.3.2. Vuelcos (toppling) Estos movimientos implican una rotacién de unidades con forma de columna o blo- que sobre una base, bajo la accién de la gravedad y fuerzas eercidas por unidades adyacentes 0 por inclusién de agua en las discontinuidades (Figs. 2.12 y 2.13). Este tipo de movimientos puede culminar en otros tipos, desprendimientos, deslizamien- tos, ete., dependiendo de los aspectos geo- métricos del material involucrado segin la distribucién de las. discontinuidades. Los vuelcos se pueden considerar exclusi- vos de medios rocosos, condicionados por la disposicién estructural de los estratos —ha- cia el interior del talud— y un sistema de discontinuidades bien desarrollado (Fig. 2.12). Existen variedades de estos movimientos como: a) VUELCO POR FLEXION Tiene determinadas caracteristicas que le confieren cierta singularidad entre los vuel- cos. Se desarrolla bajo un mecanismo compues- to por flexiones seudocontinuas del material, individualizado en columnas, debido a una serie de movimientos acumulados a lo largo de las discontinuidades (Fig. 2.14). ‘Cuando se desencadena el movimiento, por transmision de la carga en el pie del talud, Fig. 2.12.—Vuelco de estratos (toppling) Manual de Taludes 15 Fig. 2.13.—Vuelco lateral de estatos (lateral top- pling») en un macizo rocoso. Fig. 2.14.—Vueleo por flexién (HOEK y BRAY, 1977. Cortesia de Insi. of Min. and Met.). Fig. 2.15 —Gretas de traccin(atension cracks») debidas al vuelco de estratas. el mecanismo progresa hacia el interior det macizo rocoso, originando grietas de trac- cién con profundidad y anchura variables (Fig. 2.15). 16 Tipologia y desarrolio de los movimientos b) VUELCOS DE BLOQUES Es caracteristico de aquellos macizos ro- cosos que contienen sistemas de discontinui- dades ortogonales, dando lugar a una g¢0- metria de columnas divididas en bloques. El ‘empuje sobre los bloques inferiores origina su desplazamiento y una vez producido, el movimento progresa hacia la parte superior del talud. Cuando las columnas menos es- beltas son desplazadas hacia afuera del ta- lud, por Ia carga que efectiian las ya gira- das, se reinicia el proceso: (Fig. 2.16). ©) YUELCO MIXTO Es un caso que participa de las caracteris- ticas de los dos anteriormente descritos. Se produce cuando los bloques son alargados, debido a flexiones en el pie del talud ¢ inter- movimientos relativos de las distintas uni- dades (Fig. 2.17). 2.3.3, Deslizamientos Son movimientos qué se producen al su- perarse la resistencia al corte del material y tienen lugar a lo largo de una o varias su- perficies 0 a través de une franja relativa- mente estrecha del material. Generalmente las superficies de deslizamien- to son visibles 0 pueden deducirse razona- blemente (Fig. 2.18). La velocidad con que se desarrollan estos Fig. 2.17. —Vuelco mixto (HOEK » BRAY, 1977. Cortesia de Inst. of Min. and Met.). ". 1977. Cortesia de Inst. of Min. and Met.). movimientos es variable, dependiendo de la clase de material involucrado en los mismos. EI movimiento puede ser progresivo, pro- duciéndose inicialmente una rotura local, que puede no coincidir con la superficie de rotu- ra general, causada por una propagacién de Ja primera. La masa desplazada puede deslizar a una distancia variables de la superficie original de rotura, solapndose con ¢l terreno natu- ral y marcando éste una superficie de sepa- racién bien definida = Sobre los flancos y superficie sobre la que se produce el movimiento se originan estrias —slickensides— indicativas de la direccién del movimiento (Fig. 2.19). Fig. 2.18.—Superficie de rotura circular y cén- Fig. 2.19.—Estrias —slickensides— sobre el flan- co de un deslizamiento. Manual de Taludes 17 Extension’ en et pie Fig. 2.21.—Rotura tipica con forma cilindrica (WARNES, 1978. Cortesia de Transp, Res. Board). wales 2 Sire de oe td Seis Fig. 2.20.—Rotura tipica con forma de cucha- re (VARNES, 1978, Cortesa de Transp. Res. joard). 2.3.3.1. Deslizamientos rotacionales Tienen lugar a lo largo de una superficie de deslizamiento interna, de forma aproxi- madamente circular y cdncava (Fig. 2.20). EI movimiento tiene una naturaleza més Fig. 2.22.—Diferentes superficies circulares de rotura. 0 menos rotacional, alrededor de un eje dis- puesto paralelamente al talud (Fig. 2.21). La salida de las superficies circulares so- bre las que se produce la rotura puede ori- sinarse en tres partes diferentes del talud, segiin las caracteristicas resistentes del ma- 18 Tipologia y desarrollo de los movimientos terial, altura e inclinacién del talud, etc. (Fi- gura 2.22). Sila superficie de rotura corta al talud por encima de su pie, se denomina superfi- cie de rotura de talud. Cuando la salida se produce por el pie del talud y queda por encima de la base de di- cho talud, recibe el nombre de superficie de rotura de pie de talud. Si la superficie de rotura pasa bajo el pie del talud con salida en la base del mismo y alejada del pie, se denomina superficie de rotura de base de talud. En la superficie del terreno suelen apare- cer grietas coneéntricas y céncavas hacia la direccién del movimiento, con un escarpe en su parte alta, tanto mas acusado cuanto ma- yor desplazamiento sufra la masa deslizada (Fig. 2.23), La velocidad de estos movimientos varia de lenta'a moderada, teniendo gran influen- cia la inclinacién de la superficie de rotura en el pie del deslizamiento (Fig. 2.24). Si el perfil de la superficie deslizada se inclina ha- cia el monte, se mejora el equilibrio en la masa inestable, decreciendo el momento in- ductor y pudiéndose Hegar a detener el des- lizamiento. 2.3 Deslizamientos traslacionales En este tipo de deslizamientos la masa de terreno se desplaza hacia afuera y abajo, a lo largo de una superficie més 0 menos pla- na o suavemente ondulada, con pequefios movimientos de rotacién (Figs. 2.25 y 2.26). Comiinmente el movimiento de la masa des- lizada hace que ésta quede sobre la superfi- cie original del terreno. Los deslizamientos traslacionales estén con- trolados por discontinuidades (estratificacién, esquistosidad, diaclasas, fallas, etc.), influ- yendo la variacién de la resistencia al corte entre estratos de diferente naturaleza, dife- rente grado de meteorizacién, distintos tipos de relleno en discontinuidades, etc. Gene- ralmente se desarrollan en macizos rocosos, con discontinuidades bien marcadas (Figu- ras 2.27 y 2.28). El progreso de estos deslizamientos tiende a.ser indefinido, siempre que la inclinacién de la superficie de deslizamiento sea lo sufi- cientemente grande, y la resistencia al corte ferior a las fuerzas desestabilizadoras. Dentro de un destizamiento traslacional pueden existir varias unidades seudoindepen- dientes, denomindndose entonces deslizamien- Fig. 2.24.—Deslizamiento rotacional en macizo rocoso muy fracturado. Fig. 2.25.—Deslizamiento traslacional en el con- {acto suelo-roca. Fig, 2.27.—Deslizamiento traslacional en maci- 20 rocoso. Fig. 2.28.—Detalle de una superficie de esquis- tosidad con arcilla, sobre la que ha deslizado una masa rocosa. 10 quebrado, Cuando la masa deslizada cons- ta de una unidad no muy deformada 0 va- rias unidades estrechamente relacionadas, se denomina tipo blogue (Fig. 2.29) Existen deslizamientos traslacionales de gran variedad en su tamafo, formados por. la interseccién de dos discontinuidades 0 su- perficies de debilidad (Fig. 2.30). ymbas superficies se inclinan en senti- do diferente, se-denominan cuAas directas Manual de Taludes 19 Fig. 2.29.—Deslizamiento traslacional de tipo blogue». Fig. 2.31.—Cufas directas. (Fig. 2.31). Cuando la inclinacién es hacia el mismo sentido reciben el nombre de cu- Aas inversas (Fig. 2.32) El deslizamiento se produce a lo largo de la linea de interseccién de las superficies, ‘cuando se inclina a favor del talud y con menor pendiente que éste (Fig. 2.33) Cuando coinciden una serie de condicio- nes estructurales y geométricas determinadas, en un macizo rocoso, pueden aparecer desti- 20 Tipologia y desarrollo de los movimientos Fig. 2,32.—Cuha inversa, zamientos peculiares denominados pandeos (buckling) (Fig. 2.34). Este fendmeno apa- rece cuando la estratificacién es subvertical y existe gran diferencia, entre al menos dos de las tres dimensiones que definen geomé- tricamente la estructura. Si existe una serie de diaclasas seudoortogonales a la estratifica- cién, pueden producirse pandeos por flexién de placas fracturadas (Figs. 2.35 y 2.36). Generalmente en los deslizamientos de ti- po traslacional el movimiento se produce de forma répida. 2.3.3.3. Estos movimientos no son frecuentes, si bien aparecen cuando concurren determina- das caracteristicas geol6gicas complejas. EI movimiento consiste en una extensién lateral controlada por superficies de corte y/o fracturas de tensién. Pueden aparecer sobre macizos rocosos con diferente com- Extensiones laterales Fig. 2.34.—Pandeo por flexion de placas lisas. petencia (Fig. 2.37) 0 bien sobre materiales con cardcter de suelo (Fig. 2.38). El mecanismo de rotura suele ser comple- jo, pudiendo comprender formas de. trasla- cin, rotacién, flujo y Hicuacién del mate- rial. Cuando estos mecanismos se producen en medios rocosos se desarrollan con lentitud. Por el contrario, en materiales de tipo suelo son répidos 0 muy répidos, iniciéndose sti- bitamente, Con cardeter genérico pueden subdividir- se en dos tip — Movimientos que comprenden una ex- tensién, sin que se reconozca o exista una superficie basal neta de corte o seproduzca un flujo plastico. Son propios de crestas mo- deladas en medios rocosos estratificados. — Movimientos que pueden comprender una extensién y fracturacién del material Manual de Taludes 21 Fig, 2.35.—Pandeo por flexién de placas fractu- radas. més competente (roca’o' suelo), debido a una licuacién o flujo plastico del material subyacente. Simultaneamente en los materia- les superiores pueden producirse fenémenos de subsidencia, traslacién, rotacién e inclu- so licuacién y flujo, dependiendo de la na- turaleza intrinseca del material. 2.3.4, Coladas Se contemplan bajo esta denominacién ciertos movimientos producidos en materia- les rocosos, caso menos frecuente, y en’ ma- teriales. de tipo suelo, que constituyen las coladas en sentido estricto. Los que tienen lugar en roca son propios de macizos estratificados, con una disposi- cién proclive a desarrollar fenémenos de pandeo y que han sufrido un intenso plega- miento. Pueden considerarse como coladas de unidades de roca intacta. Fig, 2.36.—Pandeo por flexion de placas curvas y fraciuradas. Fig, 2.38.—Extensién lateral en suelos. En las coladas de materiales tipo suelo existen una serie de factores que tienden a diversificarlos u originar subtipos. Asi la gra- nulometria del material y el contenido en 22. Tipologia y desarrollo de tos movimientos agua son los dos factores mas determinan- tes en el desarrollo de este tipo de procesos. Los mecanismos son producto de una con- tinua deformacién bajo esfuerzos impercep- tibles, que implica una distribucién de velo- cidades variable, de extremadamente lenta a muy répida. 2.3.4.1, Coladas en roca Son poco frecuentes y propias de macizos Focosos no muy competentes, con una es- tratificacién definida y afectados por plega- mientos u otras manifestaciones de compor- tamiento pldstico. Incluyen deformaciones que se distribuyen entre fracturas grandes 0 pequefias ¢ incluso entre microfracturas sin aparente conexin entre ellas. No existe una concentracién de desplazamiento continuo sobre una superficie definida, entre unida- des relativamente intactas (Fig. 2.39). Estos movimientos son generalmente muy lentos y mas 0 menos estables, afectando a zonas superficiales o de cierta profundidad. 2.3.4.2. Coladas en suelos Se reconocen como coladas en sentido es- Fig. 2.40.—Reptaciones ecreepr. trict: debido a la semejanza de comporta- miento con los fluidos viscosos. Son propios de materiales tipo suelo. Las superficies de deslizamiento no sue- len estar bien definidas y si se producen son cefimeras. El limite entre la masa que se ha movido y la que permanece «in situ» puede estar marcado por una estrecha franja, en la que se producen movimientos diferenciales o con una diferente distribucién de la resistencia al corte. La velocidad con que tienen lugar suele ser muy’ répida, aunque existen casos de ex- trema lentitud, En este tipo de coladas existen una serie de caracteristicas generales como son: gran- des desplazamientos de la masa movida y el efecto fluidificante del agua como parte del_ proceso. Existe una completa gradacién de coladas en suelos, atendiendo a la granulometria de Jos mismos, contenido de agua, movilidad y cardcter del movimiento. Seguidamente se comentan las caracteristicas de los subtipos ms representativos. — Reptaciones (creep) (Fig. 2.40): consti- tuyen deformaciones continuas, generalmente superficiales y extremadamente lentas, que pueden aparecer acompafiando a otros ti- pos de movimientos de los materiales sub- yacentes. ‘Tradicionalmente se ha considerado que estos movimientos presentan desplazamien- tos imperceptibles. Sin embargo, los nuevos procedimientos de medida han permitido de- terminar que realmente se producen movi- ‘mientos perceptibles que preceden inmedia- tamente a la rotura catastrofica — Colada de derrubios (debris flow): ca- racteristico de materiales con un elevado por- centaje de fragmentos gruesos (Fig. 2.41) La masa que desliza se divide en pequefias partes con movimiento lento. Cuando éste es répido y progresivo suele utilizarse el tér- min avalancha (Fig. 2.42). — Coladas de barro (mud flow): se pro- duce en materiales con al menos un $0% de fraccién fina y con un contenido en agua suficiente, para permitir fluir al material (Fi- gura 2.43). Existe una diversidad de caracteristicas in- fluyentes en estos movimientos que permi- Fig, 2.42,—Avalancha, Manual de Taludes 23 ten una amplia definicién de los mismos. Asi, se habla de soliftuxidn cuando intervie- ne el fenémeno hielo-deshielo en la parte més superficial de los suelos, coladas de ma- teriales finos sin contenido en agua, etc. 2.3.5. Movimientos complejos Son el resultado de la combinacién de mas de un tipo de los diferentes movimien- tos descritos anteriormente. En las Figuras 2.44, 2.45 y 2.46 se muestran algunos ejem- plos. También se consideran como tales aque- los que ‘presentan diferentes estados en el desarrollo de los movimientos. Se puede incluir la combinacién miitiple de un mismo tipo de rotura y también aque- los movimientos en que la distribucién in- terna de las velocidades de Ia masa que des- liza, pueda o no asemejarse a un fluido vis- coso (Fig, 2.48), Fig, 2.43.—Coladas de barro («Mud flown). Consecuentemente las diferentes velocida- des con que se producen estos movimientos, asi como su distribucién espacial, viene con- dicionada por los tipos de movimientos qué componen Ia rotura (Fig. 2.46). 2.4. Morfologia y partes de > un deslizamiento Algunas de las clasificaciones de movi- mientos existentes se basan en la interrela~ cidn de términos descriptivos relacionados 24 Tipologia y desarrollo de los movimientos Fig. 2.45.—Destizamiento traslacional y colada de barro, Fig. 2.46.—Deslizamiento rotacional y vuelcos. con el tamafo, forma y morfologia de los deslizamientos, Por otra parte, se ha comprobado, a tra- vés de diferentes y numerosos estuidios que existe una estrecha relacién entre la morfo- logia de un determinado tipo de deslizamien- to y su génesis. En un deslizamiento se suelen distinguir varias partes, aunque no todas se desarro- lan de igual forma en los diferentes tipos. Incluso existen ciertas peculiaridades morfo- légicas propias de cada tipologia. La Figura 2.47 (VARNES, 1978) muestra un tipico deslizamiento rotacional, con las diferentes partes y su nomenclatura usual. Los términos empleados son: — Escarpe principal: superticie que se for- ma sobre el terreno no deslizado en la peri- feria del deslizamiento. Se desarrolla a cau- sa del movimiento del material deslizado ha- cia abajo y adentro respecto del material in- tacto. — Escarpe secundario: superficie escarpada que se forma dentro del material desplaza- do debido a movimientos diferenciales del mismo. SUPERFICIE ORIGINAL, DEL TERRENO ~ Ossie. i Foret: ae an tee rotrtonat FYARNES, 1978 Cortate de Trae, Se — Cabeza: parte superior del material des- lizado. — Coronacién: lugar geométrico de los puntos més altos del contacto entre el mate- tial desplazado y el escarpe principal. — Pie de la superficie de rotura: intersec- cin de la parte inferior de la superficie de rotura y la superficie original del terreno. + Borde del material desplazado: \imite del material desplazado més alejado del es- carpe principal. — Punta: extremo del borde més distan- te de la coronacién. — Pie: porcién de material desplazado, que se apoya sobre el terreno original a par- tir del pie de la superficie de rotura. — Cuerpo principal: porcién del material desplazado apoyado sobre la superficie de ro- tura entre su pie y el escarpe principal. — Flancos: laterales del deslizamiento (de- recho e izquierdo). — Cabecera: material précticamente «in situ», adyacente a la parte superior del es- carpe principal. — Superficie original del terreno: talud existente antes de ocurrir el movimiento. Pue- de considerarse como tal la superficie de un antiguo deslizamiento estabilizado. — Superficie de rotura: superficie a tra- vés de la cual tiene lugar el movimiento. — Superficie de separacién: superficie que limita el material desplazado del terreno ori- ginal. — Material desplazado: masa de material movida hacia fuera del talud, desde su posi- cidn original en el mismo. Puede encontrar- se en un estado deformado. — Zona de deflacién: rea dentro de la cual, el material desplazado se encuentra por debajo de la superficie original del terreno. — Zona de acumulacién: area en la que Manual de Taludes 25 el material desplazado se dispone por enci- ma de la superficie original del terreno, — P: maxima profundidad del deslizamien- to medida perpendicularmente al plano del talud. — L: maxima longitud del deslizamiento medida en el plano del talud. — HD: altura del deslizamiento medida entre la cabecera y el pie, en una misma seccién. — LD: distancia horizontal desde el pie a la cabecera, medida en una seccién longi- tudinal del destizamiento. Existen otra serie de manifestaciones de- Fformacionales que acompafian a \ss movi- mientos de taludes y que pueden desarro- arse en las inmediaciones o interior del ma- terial desplazado. Asi, se producen grietas de traccién dispuestas transversalmente a la direccién del movimiento. También se desarrollan grietas radiales y una serie de crestas transversales en el pie del material desplazado. Los diferentes tipos de movimientos pre- sentan ciertos rasgos morfoldgicos que ayu- dan a su identificacién y que vienen condi- cionados por la clase de material y disposi- cidn del mismo (Fig. 2.48). Los desprendimientos son frecuentes en materiales rocosos de distinta competencia sobre los que se da una erosién diferencial, quedando zonas en voladizo susceptibles de caer. Forman depésitos, en los que el tama- fio de sus componentes depende de-la tra- yectoria seguida en su caida. Los vuelcos (toppling) sobre medios roco- sos con un desarrollo de discontinuidades bien marcado, suelen originar acumulacio- nes de bloques de forma columnar dejando tun perfil aproximadamente dentado. ~ Los deslizamientos rotacionales suelen te- ner una morfologia tipica de cuchara 0 con- cha, no obstante si el deslizamiento es de gran extensién segiin el sentido longitudinal del talud, pueden asemejarse a una superfi- 26 Tipologia y desarrollo de los movimientos Fig, 2.48.—Diferentes movimientos en una ladera. cie cilindrica de eje paralelo al talud (Figs. 2.20 y 2.21). En los deslizamientos de tipo traslacional en roca existen las denominadas cwAas cu- yo rasgo morfol6gico més caracteristico son los huecos de forma fetraédrica que dejan en el talud al deslizar (Fig. 2.49). ‘También los fendmenos de pandeo (buck- ling) se caracterizan por abombamientos de placas sobre el talud con derrubios de simi- lar geometria. En las extensiones laterales. es caracteris- tica una sucesin de bloques rocosos que al- ternan sobresaliendo unos sobre otros. Las coladas originadas en suelos presen- tan una cicatriz dentada o en forma de V que se adelgaza hacia la cabeza. 2.8. Factores condicionantes y desencadenantes En el andlisis de los movimientos es de primordial importancia el reconocimiento de los factores que condicionan la estabilidad de los taludes y aquellos otros que actian como desencadenantes de los movimientos. El conocimiento de ambos factores permite una evaluacién del peligro existente y, por tanto, las medidas necesarias para evitar 0 corregir los posibles movimientos. La susceptibilidad de que se prodiizean mo- vimientos en los taludes esté condicionada por la estructura geoldgica, 1a litologia, las condiciones hidrogeolégicas y la morfologia propia de un area determinada, Fig, 2.49.—Cuna deslizada, Una variacién de algunos de los condicio- nantes mencionados, producida por causas naturales o debida a la actividad humana, puede traducirse en un incremento o dismi- nucién del esfuerzo de corte cuyo efecto in- ‘mediato desencadena la inestabilidad de una masa de terreno. Manual de Taludes 27 La gran variedad de movimientos en los taludes es reflejo de la diversidad de facto- res que pueden originarlos. Se describen a continuacién algunos de los factores mas im- portantes que influyen en la estabilidad de los taludes, 2.5.1. Factores naturales Fundamentalmente constituyen factores con- dicionantes cuando se trata de agentes que integran la meteorizacién, siendo fos agen- tes erosivos los que tienen una mayor in dencia como factores desencadenantes, ast como los fenémenos de caracter tecténico que influyen en la corteza terrestre (Figu- ra 2.50). Existe una distribucién geogréfica en don- de se da un predominio de unos u otros fac- tores, que facilitan 0 producen determinadas inestabilidades. La orientacién de los taludes hacia el N favorece que se produzcan determinados fac- tores condicionantes de la estabilidad. Las areas con una determinada climato- logia 0 ciertas condiciones de sismicidad y vulcanismo, constituyen entornos mas pro- clives a que se desarrollen factores condicio- nantes y desencadenantes de los movimien- tos, respectivamente. Fig. 2.50.—Deslizamiento planar debido a causas naturales. 28 Tipologia y desarrollo de los movimientos 2 .1. El agua Constituye el agente natural de mayor in- cidencia como factor condicionante y desen- cadenante en la aparicidn de inestabilidades. Dadas las diversas formas con que se pre- senta en la naturaleza, se describen los efec- tos que produce segtin su procedencia a) Rios ¥ OLEAJE Las corrientes de agua con su poder ero- sivo y de transporte constituyen un gran fac- tor desencadenante, tendiendo a conseguir el perfil de equilibrio de las laderas de los v: Iles por los que discurren. Pueden actuar de forma continua con de- sigual importancia, segin la intensidad de la corriente, produciendo socavaciones en el pie de los taludes, que disminuyen o elimi nan su soporte en la base ¢ incrementan el esfuerzo de corte en los materiales. La accién de los rios se incrementa nota- blemente cuando se modifican las condicio- nes normales de caudal y geometria. Asi, durante las méximas avenidas aumenta su poder abrasivo y de socavacién debido al cardcter esporddico y tumultuoso. El oleaje también contribuye al modelado de los acantilados costeros, actuando como un factor desestabilizador de los mismos. Durante los periodos de tormenta, el olea- je produce una socavacién en el pie de los acantilados. El violento choque de las olas lanza fragmentos de piedras contra la costa, produciendo una degradacién de la estabili- dad de la misma, dependiendo de la compe- tencia de los materiales. También se producen vibraciones que pue- den suponer un factor condicionante de la estabilidad a través de discontinuidades. Debido a la refraccién de las olas por ‘cambio de direccién de sus frentes, los sa- lientes de las costas son los que més inten- samente sufren sus efectos. EI retroceso generalizado de los acantila- dos por efecto de las olas, hace que éstas constituyan un factor condicionante de la ac- cin de los rios que desembocan en la costa Cuando el acantilado se erosiona répidamen- te, el valle fluvial queda colgado, bajando el nivel de erosién del rio. b) AGUAS SUBTERRANEAS Se consideran como tales, las corrientes y niveles subterraneos y el agua distribuida fen el interior de la red de fracturacién de tun macizo rocoso o de forma intersticial en los suelos, que condicionan la estabilidad de los mismos. Ejercen una serie de disoluciones y otros cambios fisico-quimicos en el terreno, que disminuyen las caracteristicas resistentes del mismo. En regiones karsticas, su progreso puede producir el hundimiento de cavernas afec- tando a los taludes mas. préximos. La absorcién del agua de infiltracién pro- duce una continua expansién y contraccién de los suelos, en periodos alternantes de llu- via y sequia, que varia las caracteristicas re- sistentes de los mismos. Cuando el agua se halla confinada puede producir subpresiones en los materiales su- prayacentes. Puede originar la licwacién de suelos arenosos por un aumento de la pre- sién intersticial, debido a bruscos cainbios en el nivel fredtico. ‘Cuando discurre entre las discontinuida- des, aumenta la presién entre las mismas y acta como lubricante segin el contenido en minerales arcillosos. ©) Luuvia Constituye un factor desencadenante de inestabilidades, contribuyendo a aumentar la accién de diversos factores condicionantes: meteorizacién, accién de las aguas subterrd- reas, etc. El impacto de las gotas de lluvia sobre los suelos produce salpicaduras que levan- tan y dejan caer las particulas, tendiendo a transportarlas hacia niveles inferiores de la vertiente. Consecuentemente, se origina una removilizacién superficial de los suelos, que puede disminuir la capacidad de infiltracién del mismo, al taponar las particulas movi- das las aberturas naturales del suelo, Cuando el régimen de Iuvias es torren- cial, el agua caida se canaliza en zonas de- primidas causando acciones similares a las corrientes de agua. Aumenta las subpresiones del terreno al infiltrarse por discontinuidades y grietas, y produce una sobrecarga debida a su propio eso. Cuando se trata de materiales cohesivos, se puede dar una absorcién de agua por los minerales arcillosos y producirse un hincha- ‘miento de los mismos, incrementandose tas presiones efectivas del terreno. 2.8.1.2, Hielo y nieve Se pueden diferenciar cuantitativamente los efectos de las masas de hielo y nieve que forman los glaciares y los producidos por la accién hielo-deshielo del agua que contie- ne el terreno. Los glaciares en su recorrido modelan los valles, debido a los fragmentos rocosos que contienen y que aumentan el poder abrasivo del hielo, originando escarpadas paredes r0- cosas El repetido crecimiento y fusién del hielo en que se transforma el agua intersticial del terreno y la contenida en las discontinuida- des, produce una disgregacién mecdnica de la estructura del mismo. Esta se traduce en una reduccién de la cohesién y ensancha- miento de las discontinitidades condicionan- do el terreno ante la accién de otros fac- tores. También se produce una dificultad del dre- naje del talud a través de su superficie. Las acumulaciones de pieve en algunos. puntos producen sobrecargas y aumentan ef contenido en agua del terreno durante la fu- sién, dando paso a la accién especifica del agua, Manual de Taludes 29 2.5.1.3, ismicidad y vulcanismo Constituyen factores desencadenantes de grandes deslizamientos, pudiendo ocasionar dafos graves. Cuando ocurré un sefsmo se generan una serie de vibractones, que se propagan como ondas de diferente frecuencia. La acelera- cidn, vertical y horizontal asociada a esas ‘ondas, origina una fluctuacidn del estado de esfuerzos en el interior del terreno afectan- do al equilibrio de los taludes. Asf se puede producir una perturbacién de la trabazén intergranular de los materiales, disminuyen- do su cohesién. En algunas arenas finas sa- turadas sin drenaje y arcillas, el desplaza- miento 0 rotacién de los granos puede dar como resultado una sibita licwefaccién del suelo, como consecuencia de un incremento de presién del agua intersticial. Esta accién sismica es compleja y origina unos fenémenos deformacionales que pue- den ser de tipo sismotecténico 0 sismogra- vitacional. El primer tipo es manifestacién de los mo- vimientos que se producen en la corteza, a lo largo de fallas, plegamientos, étc., produ- cidos durante terremotos de intensidad ma- yor de 6,5 (Escala de Mercalli). Las caracte- risticas de la deformacién dependen de la naturaleza de los esfuerzos con independen- cia de las fuerzas gravitacionales. Los fenémenos deformacionales de tipo sismo-gravitacional tienen una dindmica es- pecifica. Los materiales movilizados se ex- tienden sobre areas mucho mayores que los movimientos debidos a la gravedad, parti- cularmente si ha habido vibraciones de lar- ga duracién Originan grandes deslizamientos, avalan- chas, desprendimientos y coladas. El factor sismico de mayor incidenciai en los movimientos de los taludes es la intensi- dad de la sacudida, a partir de 6,5 (Escala de Mercalli), y en menor medida su dura- cién. En las regiones sismicamente activas, los 30. Tipologia y desarrollo de los movimientos terremotos son la causa predominante de los movimientos de taludes. Los volcanes en actividad llevan asocia. dos movimientos sismicos de caracteristicas especificas en cuanto a su intensidad, fre- cuencia, ete, Originan modificaciones en las laderas que forman sus conos y en los mate- riales depositados sobre los mismos (hielo, nieve, derrubios, etc). El campo de esfuerzos existente en los co- nos volednicos puede modificarse como resul- tado de una dilatacién de las cémaras mag- miaticas, cambios en el nivel del magma de los mismos y aumento de los temblores ar- ménicos que continuamente se dan. Dichos fenémenos alteran el equilibrio de los talu- des que rodean a los crateres, produciendo generalmente fallas y colapsos. 2.5.1.4. Actividad biolégica No constituye un factor determinante en la estabilidad de los taludes, aunque condi- ciona de forma notable la accién de otros Factores, que pueden originar movimientos en los taludes. Tienen especial interés las acciones que ejerce la vegetacién, en sus aspectos pos vos y negativos. La cubierta vegetal, a tra- vés de sus raices ayuda a mantener la esta- bilidad de los taludes debido a que sirve de unién entre los componentes de los suetos. También contribuye al drenaje absorbien- do parte del agua contenida en el terreno y atentia la degradacion superficial del mis- ‘mo, dificultando la accién de otros factores En su aspecto negativo, existen rafces ca- paces de disgregar el terreno y desplazar blo- ques de magnitud considerable, debido a sus efectos mecdnicos en grietas y fisuras, ac- tuando a modo de cufias. La deforestacin de ciertos taludes.inci- de adversamente en el régimen de agua en las capas més superficiales, contribuyendo a la actuacién de otros factores desestabili- zadores. La actividad de organismos animales, con- tribuye en menor medida a crear inestabili- dades. Asi la accion de gusanos, roedores, etc., modifica ef interior del terreno facili- tando el desarrollo de otros factores, 2.5.1.5. Subsidencia regional Diversos estudios y evidencias han puesto de manifiesto los movimientos que existen en la corteza terrestre, en orden a establecer un equilibrio de la misma, Uno de los refle- Jos de estos movimientos es la subsidencia, de cierta importancia en la estabilidad de taludes. Actiia como un factor que condiciona gra- dualmente la estabilidad de los taludes y de: sencadena movimientos, cuando esta asocia- da a fendmenos sismo-tecténicos. Se consideran como subsidencias regio- nnales, los desplazamientos verticales que se producen en los niveles del mar y de la tie- ra, en grandes areas de la corteza terrestre También existen subsidencias estrechamen- te relacionadas con grandes accidentes tec- t6nicos y otras que acompafian a movimien- tos mas violentos y constituyen acciones de reajusie posterior. Estas tienen un cardcter local Las subsidencias tienen una desigual dis- tribucién espacial y se desarrollan de forma gradual y muy lenta, précticamente impercep- tibles, salvo las que acompafan a seismos. El efecto que causa es un progresivo aumento del dngulo det talud, que contribu- ye a la aparicién de algunos deslizamientos. Produce un cambio de los esfuerzos existen- tes en el interior del terreno, alterando las condiciones de equilibrio por un aumento del esfuerzo de corte. Es necesario que el talud esté préximo a las condiciones de equi- librio limite, para que este pequefio y lento movimiento tenga efectos notables. 2.5.2. Actividad humana ~ El desarrollo de los paises incluye un con- junto de actuaciones adecuadas a crear una infraestructura que permita el progreso de los mismos. Destacan los sectores dirigidos a procurar los recursos naturales y aquéllos que permi- tan los servicios necesarios para su transfor- macion y distribucién, Dos de las parcelas mas importantes son la mineria y las obras civiles (Fig. 2.51). La actividad humana que se deriva cons- tituye una de las causas con mayor inciden- cia en los movimientos de taludes. Aunque éstos generalmente tienen consecuencias de menor entidad que los producidos por cau- sas naturales, a veces producen dafos de mayor cuantia 2.5.2.1. Excavaciones Constituyen uno de los factores desenca- denantes mas extendidos, debido a la nece- sidad de las mismas en las obras civiles (des~ montes, tuneles, etc.). Necesitan de un detallado estudio que ga- rantice la estabilidad de los taludes creados. Producen una variacién del estado de equi- librio del terreno, traduciéndose en subsi dencias, descalces de potenciales superficies ‘de deslizamiento, desequilibrio de masas, etc. 2.5.2.2. Voladuras Los efectos inmediatos de las voladuras ‘son los derivados de las caracteristicas de la ‘onda que se propaga y de los gases que se originan. Pueden actuar como desencadenan- tes de los movimientos, condicionando y dis- minuyendo la estabilidad de los macizos ro- cosos. El comportamiento del terreno, como me- dio transmisor, depende pri almente de sus caracteristicas resistentes a la traccién, existencia de discontinuidades que supongan superficies de reflexign de la onda, conteni- do en agua, etc. La onda de compresién origina la apertu- ra de grietas radiales alrededor de la carga y la de traccién fragmenta el material. Tam- bién se pueden producir plastificaciones del mismo. Las vibraciones producidas actiian como Manual de Taludes 31 Fig. 2.51.—Gran movimiento en una ladera de- ido @ la construccién de una autopista. pequeftos seismos y pueden darse proyecci nes de diversos tamafos de material ‘Como consecuencia se amplia la red de fracturacién preexistente en el terreno, crean- do nuevas superficies potenciales de desliza- miento. El impacto de los mayores fragmentos pue- de ocasionar inestabilidades puntuales en 20- nas préximas. En la actualidad existen técnicas suficien- temente desarrolladas, que limitan los ries- g0s derivados del uso de las voladuras. 2.5.2.3. Sobrecargas Son un factor condicionante de los movi- mientos que modifican el entorno natural en el que se produce dicha accién. Es el resultado del incremento de peso, debido a diversos tipos de construcciones, sobre el terreno natural. Asi, la construc~ cién de rellenos y terraplenes, acopios de materiales de diversa indole, etc. También puede producirse por el peso del agua infil- trada en el terreno, como consecuencia de fugas en conducciones, alcantarillado, cana- les, depésitos, etc. El efecto producido ¢s, generalmente, un incremento del esfuerzo de corte del terreno y cuarido se trata de suelos con. alto conte- nido en arcilla, se origina un aumento de la presién intersticial. De esta forma se mo- difican las condiciones de equilibrio existen- 32 Tipotogia y desarrollo de los movimientos tes en el terreno, pudiendo darse diferentes tipos de movimientos. 2.5.2.4. Actividad minera Se incluye la explotacién de canteras, mi- neria a cielo abierto y subterrdnea. Las dos primeras actividades participan de los riesgos descritos en el punto 2.5.2.1 (Ex- cavaciones), aumentados por ¢l cardcter pro- visional de los taludes excavados, principal- mente en los comienzos de las explotaciones. La explotacién subterrénea de los recur- sos naturales. ha sido causa de movimientos importantes en la superficie. La degradacién que sufren las cdmaras y galerfas de explotaciones abandonadas _pue- de conducir a hundimientos de las mismas, Estos fenémenos pueden reflejarse en la su- perficie del terreno originando subsidencias, mas notables cuanto menor sea la cobertera de terreno sobre las galerias. Coma resultado, se produce un aumento de la diferencia de altura en los niveles del terreno y una relajacién del mismo en las reas de tensién que rodean a la subsiden- cia 2.6. Geomorfologia e identificacién de los movimientos La configuracién actual de un terreno in- dica la posibitidad 0 no de que se produz~ can movimientos y qué tipo sera el mas fre- cuente (Fig. 2.52). Fig. 2.52.—Ladera con fendmenos de reptacién (acreep»). La formacién e historia de los movimien- tos esta fuertemente influenciada por el fac~ tor tiempo. Es importante distinguir qué gra- do de actividad presenta un determinado ti- po de movimiento. Pueden distinguirse /os activos, potenciales y fésiles segtin grado de- reciente de actividad. Estos tltimos son los que no pueden reactivarse bajo las condi- ciones climatolégicas y morfolégicas actua- les, aunque si bajo acciones humanas (Figu- ras 2.53 y 2.54). Une vez que se ha establecido el movi- miento de un talud (Fig. 2.55), seguidamen- te ha de identificarse el tipo de movimiento que se desarrolla. Es frecuente que los mecanismos iniciales que originan los movimientos sean distintos, pero no su aspecto final. Debido a la diver- sidad de movimientos en los taludes se des- criben una serie de caracteristicas que los acompafan y que permiten su reconocimiento. Fig. 2.54.—Pie de un antiguo deslizamiento. — Los desprendimientos y vuelcos desa- rrollados en medios rocosos suelen presentar una serie de grietas tras los escarpes, con- trolados por los sistemas de discontinuida- des. Los escarpes son de forma irregular y cuasiverticales bajo los que se acumula el material caido, formado por fragmentos irre- gulares y mezclados, que generalmente apun- tan el mecanismo que ha producido el mo- vimiento. En los vuelcos se observa en coronacién una serie de unidades, susceptibles de conti- nuar el movimiento. Si el material es de tipo suelo presenta se- mejantes caracteristicas, aunque con formas més irregulares, pudiendo movilizar gran can- tidad de terreno, Una idea de la intensidad y grado de acti- vidad se puede deducir de la presencia 0 no de vegetacién sobre los escarpes y grie- tas, asi como de los impactos de los bloques sobre los Arboles préximos. — Los deslizamientos rotacionales son més frecuentes en materiales de tipo suelo-y ma- cizos rocosos muy fracturados. Presentan-nu- merosas grietas y crestas de diferente forma y significado. En coronacién y en la zona de deflacién se desarrollan grietas escalona- das curvadas con su concavidad hacia el deslizamiento. En la zona de acumulacién, se suceden una serie de crestas y grietas transversales y radiales. Los escarpes se dis- ponen escalonados, siendo de mayor altura hacia la coronacién, de forma céncava ha- cia el deslizamiento, verticalizados en su par- te superior y suavizdndose hacia abajo. Pre- senta numerosas estrias y surcos que indican la direccién del movimiento. Es frecuente el encharcamiento y surgencia de agua en el borde del. material acumulado. ‘Cuando estos movimientos se originan en medios rocosos muy fracturados, las grietas de coronacién tienden a seguir las disconti- nuidades preexistentes. La zona de deflacién contiene una serie de bloques algo fragmen- tados, con pequentas deformaciones plasti- Manual de Taludes 33 cas. El borde puede estar escalonado con pequenos flujos de barro. Las extensiones participan de muchas de las caracteristicas mencionadas, dependiendo su distincién del criterio que aporta la expe- riencia, — En medios rocosos y materiales de ti- po suelo —producto de la meteorizacién de las rocas de las laderas— pueden producirse destizamientos traslacionales; aunque con ma- yor frecuencia en los primeros. Tienen unos rasgos morfol6gicos caracteris- ticos que sirven para su identificacién. Asi, en coronacién existen grietas subverticales que circundan al deslizamiento y bloques sueltos. La geometria del escarpe principal, esté condicionada por la distribucién espacial de las discontinuidades. Suele ser de forma irregular, verticalizado en su parte superior yy suavemente inclinado en la inferior, segtin Fig. 2.55.—Arboles inclinadas que indican mo- vimientos en la ladera. 34 Tipologia y desarrollo de los movimientos la superficie por la que se desliza. El mate- rial deslizado puede estar aproximadamente en su postura original, estando formada su zona de acumulacién por fragmentos de ro- ca de tamafio variable. Si el deslizamiento se origina en material de tipo suelo, suele presentar pequefos es- carpes con grietas verticales, que divergen hacia abajo de la ladera. El material se pre- senta poco distorsionado en la cabeza y sin signos de rotacién, compuesto de una o al- gunas unidades, cuyos pies presentan surcos en la superficie. — Las coladas presentan aspectos variados en su morfologfa, de acuerdo con el tipo de material afectado y segiin el contenido en agua del mismo. Cuando se producen en medios rocosos, estén controladas por los sistemas de dis- continuidades, originando una forma muy irregular del escarpe y los flancos, Suelen carecer de la zona de cabeza y el material desplazado esté constituido por fragmentos rocosos distribuidos de forma cadtica (Figu- ra 2.56). Si las coladas involucran materiales de tipo suelo y dependiendo del contenido en agua, la caracteristica principal es la irregu- laridad de sus formas. Suelen presentar al- guna o ninguna grieta en coronacién, con tun escarpe principal con formas aserradas 0 de V, generalmente alargadas y estrechas, canalizando el material. Fig. 2.56.—Avalancha en un desmonte consiruido, El cuerpo del material desplazado puede tener forma cénica, constituido por bloques de diferente tamafto englobados en material fino. Se pueden observar estructuras debi- das al flujo y surcos de drenaje. El material se acumula formando exten- siones laterales en forma de Idbulos, conte- niendo arboles entremezclados y demés ve- getacién. 2.7, Tipologia y peligrosidad Existe una relacién de dependencia entre los distintos tipos de movimientos y.sus con- secuencias. Sin embargo, dicha dependencia hha de matizarse y aparecen conceptos como los de riesgo y peligrosidad. En los movimientos de los taludes hay una serie de factores que influyen en las conse- cuencias que pueden originar. Dichos facto- res son: —la velocidad con que se desarrolla el fenémeno —el volumen de material involucrado — la frecuencia con que sé producen los movimientos La velocidad con que se producen los mo- vimientos depende de: ‘© Pendiente del talud. © Forma de ta superficie de rotura. + Propiedades fisicas de los materiales. ‘Como consecuencia existe una relacién de los diferentes movimientos y la velocidad con que se desarrollan. La gama de velocidades de los movimien- tos de taludes oscila entre algunos mm/aflo y varios m/seg, pudiendo clasificarse los mo- vimientos segiin su velocidad (Tabla 11.1). En la Figura 2.59, cuadro general de mo- vimientos, se indica el rango de velocidades con que pueden desarrollarse los distintos tipos. El volumen de material involucrado es variable Manual de Taludes 35 {(sapnyo1) sonsayujsou ap onuamun’as 2p DY>J—"R6'e “Ay ‘ose ap jaaw jap up VOI LSC “By ‘sanoroatuosaa saunagaoaanv rere souva wourena : anna ) wnoz_|vinswv Gonjse = pana) shOTWiGTS 30 STNOOHO| :VIaVaDOIa WOavAHaSGO non 13 Douesaea] NOFOWNGTS aor ¥T NOLOWALIS. witraveg 9p teu 19 of va eyoasap ustve wi op eaabeT | -4— prwiownisunn onan Vaya fa7uo, STIVNOIDVISVEL SOLNSINVZIISad SITVNOIDVLO SOLNINVZITSad (uyadon sooTana, oafounsy 90m -nayAnn | Odidv| Oardvyl wax: OpNGT Olde, ANNI NIH LX: MPP OY OF BG OB commune SOLNAIWIGNawaSaa (8S/sw2) SOLNJINIAOW SO7 NB sovans sosoD0¥ so1daw OLNAINIAOW 3a OatL Qvai0013A 30 1WH3N39 OONVY TVINELVW ad aSV1D “sojanujsow 2p jos2ua8 ospong— 65°C “Bid JSAVIOOSY NIGIN 3ND SOLNAIWIAON A O>!OTOsYONOID VWaNOSS SOF taWOD SOINAIWIAOK svav109 saIvua.v1 ‘SANOISNALXa (Guyppeng) OAGNVE 38 Tipologia y desarrollo de los movimientos Tabla H.1 CLASIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS: ‘SEGUN SU VELOCIDAD (SCHUSTER Y FLEMING, 1982, Cortesia de A.S.C.E.) Velocidad Extremadamente répidos > 10 m/seg Muy répidos 10 m/seg-1_ m/min Rapidos 1 m/min-1 m/dia Moderados 1 m/dia-1_ m/mes Lentos 1 m/mes-1_m/aho Extremandamente lentos <1 em/aho y depende de la amplitud de ia zona en la que se pueda desarrollar un cierto tipo de movimiento. Existen movimientos que involucran un vo- lumen menor de 1 m° (desprendimientos, ‘vuelcos) y otros que pueden movilizar mi- Hones de m? (deslizamientos traslacionales, avalanchas, etc.). La frecuencia con que pueden aparecer determinados movimientos depende de la re- petitividad de las circunstancias que favo- rezcan las inestabilidades. Dichas circunstan- cias pueden tener un caracter ciclico u oca- sional y tener diferente origen (climaticas, sismicas, etc.). Existe una interrelaci6n de los conceptos de riesgo y peligrosidad relativa a los movi- mientos de los taludes. El riesgo supone la posibilidad de que se produzca una inestabilidad debida a deter- minadas circunstancias. La peligrosidad comsiste en evaluar las con- secuencias de esa inestabilidad, a nivel hu- mano o material. No es facil apreciar el nivel de riesgo para cada fenémeno. Normalmente cuando coe- xisten varios tipos de fenémenos, se tratard de identificar el que tenga mayor riesgo. EI nivel de riesgo se ha de apreciar eva- luando todos los pardmetros determinantes de su estabilidad: topografia, discontinuida- des, hidrologia, etc. También ha de com- prender la posibilidad del movimiento, la trayectoria mas probable y los antecedentes de la zona, ‘Una apreciacién completa de! nivel de riesgo ha de comprender varias observaciones del posible fenémeno y siempre tendra cardcter subjetivo. Los niveles de riesgo se pueden dividir en cuatro categorias: Riesgo débil, mediano, ele vado y muy elevado. El establecimiento de uno u otro nivel de riesgo ha de basarse'en tablas de sintesis que faciliten y contemplen de forma sistematica los diferentes parametros (Fig. 2.57). La peligrosidad depende de la zona en ‘que pueda originarse el movimiento. Aumen- ta con la posibilidad de que afecte a zonas urbanas, redes viarias, etc. También depen- de de la velocidad con que se produzca el movimiento, y del volumen involucrado. Ge+ neralmente existe una relativa interrelacién entre estos tres aspectos. EI seguimiento sistematico de un determi- nado movimiento permite analizar su evolu- cién y proporciona una importante informa- cién sobre su peligrosidad (Fig. 2.58). 2.8. Bibliografia AYALA CARCEDO, F. J.: «Analisis y propuesta de cestabilizacién de un posible desprendimiento en ye- 508 en Lodosa (Navarra)». 8.E.M.R. VIII Simposio ‘Nacional, Reconocimiento de macizos rocosos. Ma- drid, diciembre. 1984. COMMISSION ON CLASSIFICATION OF ROCKS ‘AND ROCKS MASSES: «Basic geotechnical des- Cription of rocks masses». 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Developments in Geotechnical Engineering, vol. 14 B. Elsevier Scientific Publis- hhing Company. Amsterdam, Oxford, New York, 1979, Manual de Taludes 39 VARNES, D. J.: «Slope movement types and proces- ses. Cap. 2 de «Landslides Analysis and Control». ‘Transportation Research Board. National Academy ‘of Sciences. Washington, D.C., 1978. VIDAL FONT, J.: «Estabilidad de masas rocosas en ‘vias de comunicacidny. S.E.M.R. VIII Simposio Na- cional. Obras de superficie en Mecdnica de Rocas Madrid, diciembre 1982. ZARUBA, Q., y MENCL, V.: «Landslides and their ‘ontrol», Developments in Geotechnical Engineering 31. Elsevier Scientific Publishing Company. Ams- terdam, Oxford, New York, 1982. | 3. RECONOCIMIENTOS GENERALES 34. 32. 33. 34, 35. RECONOCIMIENTOS GENERALES ALCANCE DE LOS RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.1.1. Importancia de las investigaciones preliminares 3.1.2. Evaluacién del paisaje y de las formas de relieve INVESTIGACIONES PREVIAS 3.2.1. Metodologia y procedimiento de las investigaciones previas a gran escala 3.2.2. Técnicas de investigacién 3.2.2.1. Mapas 3.2.2.2. Fotografia aérea 3.2.23. Fotogrametria terrestre 3.2.3, Sensores remotos ZONIFICACION REGIONAL 3.3.1. Tipos de materiales y susceptibilidad ante deslizamientos y roturas 3.3.2. Zonas con problemas especificos 3.3.3. Causas generales de los deslizamientos RECONOCIMIENTOS PREVIOS DE CAMPO. 3.4.1. Generalidades 3.4.2. Evidencias de movimientos 3.4.3. Investigacién ¢ identificacién del tipo de movimiento BIBLIOGRAFIA 3. RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.1. Aleance de los reconocimientos generales 3.1.1. Importancia de las investigaciones preliminares EI primer paso en las investiggciones ge- nerales relacionadas con estabilidad de talu- des lo constituyen los estudios de la superfi- cie del terreno, Esta tarea se lleva a cabo con estudios de gabinete y de campo, siendo conveniente empezar por el examen de ma- pas y fotografias aéreas terrestres previamen- te a los reconocimientos de campo. En el presente capitulo se comentardn as- pectos relacionados con ambas fases, hacien- do hincapié en la primera por considerar que de ella ha de partir la definicién de las éreas potencialmente probleméticas que més tar- de serdn investigadas en detalle. La Tabla III.1 (GEOTECHNICAL CON- TROL OFFICE, 1984) recoge las investiga- ciones que deben ser llevadas a cabo para diferentes categorias de riesgo en funcién del Angulo de talud natural observado en una determinada zona. En ella quedan recogidos los estudios preliminares y de detalle. A es- tos tiltimos se hard referencia en el Capitu- lo 4 de este Manual. Antes de realizar esta serie de investigacio- nes que aparecen en la tabla habra que esti- mar tanto el riesgo potencial de deslizamien- to como los dngulos de los taludes naturales en una zona determinada. Este segundo as- pecto puede ser desarrollado sin gran pro- blema a partir de mapas topograficos o de pendientes o por medicién directa en el cam- po; el primer aspecto, referente al riesgo de inestabilidad o a la susceptibilidad ante ta rotura 0 deslizamiento, sera tratado en este Capftulo. Serén comentadas las bases para la investigacién e identificacién de desliza- mientos reales o potenciales a partir de ma- pas, fotografias aéreas y reconocimientos de campo. Los reconocimientos generales a gran es- ccala permiten, ante todo, una éficiente anti- cipacién a los problemas de deslizamientos y roturas previsibles en una determinada zo- na. La escala de trabajo varia en funcién del rea a investigar, de los propésitos, requeri- mientos y tiempo disponible, asi como de los documentos de trabajo de que se dis- ponga. En las investigaciones generales sobre ¢s- 44 Reconocimientos generales Tabla 11.1 CONTENIDO DE LAS INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON ESTABILIDAD DE TALUDES. (GEOTECHNICAL CONTROL OFFICE, 1984) Categoria Angulos de taludes generales en la zona del riesgo 0-20" 20-40% a Despreciable [BI D El GI|Bl Cl D Ei Gl | ABICIDEIFIGI C2 BR G3 3 Bajo ABI CIDE! FIG! | ABI CI DELFI GI | ABI CIDE! FI GI C2 E2 G2] B2C2 E2F2G2| B2C2 ERFIG2 a a3 EB G3 Alto A BI Cl DEI FIG! | ABI CIDE! FI GI | A BIC! DEI Fi GI C2 E2 G2] B2C2 EXF2G2} B2C2 E22 G2 EB G3 ER G3 ER G3 ‘A) Examen de fotografias aéreas, terrestres y mapas geoldgicos. B) Estudios: 1. Topograficos, geoldgicos y caracteristicas hidrogeolégicas. 2. Caracteristicas hidrogeoldgicas. ©) Cartografia geoldgica de: 1. Rasgos superficiales. 2. Estructuras D) Investigaciones in situ: zanjas y sondeos. E) Toma de muestras: 1. Para obtencién de caracteristicas del terreno. 2. Para obtencién del contenido en agua, examen de la estructura del terreno y propiedades remoldeadas. 3. Para obtencién de parémetros resistentes, compresibilidad, den: dad, porosidad, contenido en agua, estructura y propiedades inal- teradas. F) Medidas de campo: 1. Nivel freitico. 2. Permeabilidad, G) Ensayos dé laboratorio: 1. Ensayos de clasificacién. 2) De densidad para materiales de relleno. 3._ De resistencia en suelos y discontinuidades. tabilidad de taludes los rasgos més impor- tantes a considerar con: — Zonas de susceptibilidad al deslizamien- to 0 rotura (en adelante se hablard de desli- zamientos en general, incluyendo todo tipo de movimientos en taludes). — Si afectan a macizos rocosos, a forma- ciones superficiales 0 a ambos. — Signos de movimientos antiguos o re- cientes. — Tipos de deslizamientos. — Profundidad de los planos de rotura. — Eteétera. La importancia de las investigaciones pre- liminares estriba, basicamente, en lo siguien- te: — Suponen la base para la realizacién de mapas teméticos sobre deslizamientos, 0 de otros tipos de mapas més generales como mapas de riesgos geolégicos, de movimien- tos del terreno, de planificacién del suelo, etcétera, — Establecen las zonas en donde evar a cabo estudios de detalle posteriores, ¢ inclu- so taludes concretos en los que realizar estu- dios de estabilidad si lo requieren. — A partir de ellos pueden ser realizados mapas de zonificacién en funcién de los dis- tintos materiales presentes o de caracteristi- cas de otro tipo en relacién con su suscepti- bilidad al deslizamiento. — Se pueden establecer las zonas con pro- blemas especificos de deslizamientos relacio- nados con la litologia, hidrogeologia, estruc- tura, ete, — Permiten la realizacién de estudios pro- babilisticos sobre riesgos de inestabilidad de taludes. 3.1.2. Evaluacién del paisaje y de las formas de relieve En este apartado se hard referencia a los principales factores y rasgos que permiten evaluar las formas de relieve a partir de las cuales se pueden identificar deslizamientos, © zonas de posibles deslizamientos. Las formas de terreno 0 modelados que caracterizan el relieve de un determinado pai- saje son consecuencia de: — La litologta y estructura inicial de los materiales. — Los procesos que actian para modifi- car estas caracteristicas iniciales. — El estado de evolucién (juventud 0 ma- durez de las formas). En la Tabla III.2 (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) se han recogi- do los factores basicos a considerar en la evaluacién del terreno con vistas al estudio de su estabilidad. El estudio detallado de todos estos facto- res permitird la identificacién de zonas sus- ceptibles al deslizamiento. La diferenciacién y clasificacién de los dis- tintos modelados 0 formas del terreno consti- tuye uno de los principales pasos en Ia iden- tificacién de deslizamientos. Referente a este aspecto, cabe hacer una distincidn entre modelados que pueden re- sultar proclives o susceptibles al deslizamien- to, y modelados caracteristicos de zonas des- Manual de Taludes 45 lizadas, como pueden ser relieves aborrega- dos y escarpados, areas de suelos erosiona- dos, faltos de cobertera vegetal, etc. En el partado 3.3.1, correspondiente a la suscep- tibilidad de los materiales a los deslizamien- tos, se hard una referencia de los tipos de relieve potencialmente més probleméticos.. En las Figuras 3.1 y 3.2 (SERVICIO GEO- GRAFICO DEL EJERCITO) se presentan ejemplos sobre diferentes tipos de modela- dos en fotografia aéreas. a litologia y estructura inicial de tos ma- teriales incluyen sus propiedades fisicas y composicién quimica, el modo de sedimen- tacién, esfuerzos € historia tecténica sufri- da, estructura y zonas de debilidad, etc. To- dos estos factores configuran el estado ini- cial del terreno y, en definitiva, dardn su susceptibilidad al deslizamiento. Los cambios que posteriormente afectardn a los materia- les podrén acentuar o rebajar esta tendencia ¢ incluso provocar el deslizamiento, pero en general los movimientos estardn condiciona- dos por sus pardmetros inherentes y por su estructura, Los procesos més importantes que afec- tan a la composicién y estructura inicial de los materiales son los debidos a la meteori- zacién y erosién producidas por accién de las aguas, hielo y viento, y_los'relacionados con la geodinémica interna (vuleanismo, neo tecténica, sismicidad, etc.). Los factores ambientales juegan un papel fundamental en cuanto controlan los proce- sos de erosién y meteorizacién; asi, en dis- tintas regiones climaticas se pueden dar muy diferentes modelados para un mismo mate- rial geolégico. La precipitacién, como ha si- do ampliamente demostrado, esté intimamente relacionada con los deslizamientos, al igual que los cambios bruscos en la vegetacién 0 cobertera vegetal en una zona. PRANDINI y otros (1977) presentan un estudio sobre la influencia de la vegetacién en la estabilidad, cen el que se analizan los efectos de ésta en la proteccién del terreno, retencién de parte 46 Reconocimientos generales SS Fig. 3.1.—Relieve elevado y escarpado fuertemente tectonizado (Cortesia del SERVICIO GEOGRA FICO DEL EJERCITO). del agua de lluvia y su eliminacién por eva- potranspiracién, el frenado de la escorren- tia superficial, el aumento de la cohesién del terreno por las raices, etc. En la Tabla I11.3 (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) aparece una re- lacién de los modelados y materiales geol6- gicos més representativos, asociados a una topografia determinada y a su correspondien: te potencialidad ante el deslizamiento. La Tabla seré comentada en el apartado 3.3.1 de este capitulo. En general, podran ser consideradas co- mo zonas potencialmente inestables las que Manual de Taludes 47 3.2.—Relieve no elevado con red de drenaje dendritica e intenso acarcavamiento (Cortesia del Fi SERVICIO GEOGRAFICO DEL EJERCITO). presenten relieves 0 paisajes de las siguien- — Altorrelieves aborregados (no en el sen- tes caracteristicas: tido glaciar) . — Zonas de relieve volednico accidentado. — Zonas topogrificamente, elevadas y abruptas. — Zonas de cércavas. — Zonas de relieve escarpado. Zonas con morfologia glaciar 48 Reconocimientos. generales Tabla 111.2 FACTORES BASICOS A CONSIDERAR EN LA EVALUACION DEL TERRENO. (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) Factor Elemento Ejemplos Geoldgico, Morfologia Historia geomorfoldgica, estado de desarrollo. Composicion Litologia, estratigrafia, productos de alteracién. Estructura +. Espaciado y caracteristicas de fallas, juntas, fotiacio- nes y superficies de estratificacién, Medioambiental Clima e hidrogeologia Precipitaciones, acciones de olas y corrientes, flujo sub- terrdneo, orientacion del ud, grado de humedad 0 desecacién, accién del hielo. Catastrofes Terremotos, erupciones vole as, huracanes, tifones y tsunamis, avalanchas, subsidencias. Humano Actividad humana ‘Temporal* = Comin todas las eategorias y facores. — Relieves de pie de monte, conos dede- yeccién y canchales. — Relieves con redes de drenaje de érde- rnes bajos (2-3 segiin la nomenclatura de Hor- ton). — Relieves con drenajes y cursos de agua meandriformes encajados. — Acantilados escarpados. — Relieves escalonados y aterrazados. — Etcétera. Aparte de las formas de relieve continen- tales enumeradas, es interesante la conside- racién de las areas submarinas proclives a deslizamientos tanto en la plataforma conti- nental (debris flow y mud flow en cafiones submarinos), como en ¢! talud continental. 3.2. Investigaciones previas 3.2.1. Metodologia y procedimiento de las investigaciones previas a gran escala El reconocimiento e identificacién de areas inestables 0 potencialmente inestables es el resultado de la yuxtaposicién de una serie de factores y rasgos (comentados en el apar- Construcciones, mineria y canteras. tado 3.1.2) que pueden ser reconocidos a partir de documentos de trabajo como son los mapas y fotografias aéreas y terrestres. Las escalas de trabajo estan en funcién tanto de los objetivos perseguidos en el tipo de investigacién a realizar y del tamafo del rea de estudio, como de las escalas de los ‘mapas y Fotografias disponibles, prevaleciendo fen no pocas ocasiones este segundo aspecto ante la dificultad de adaptar los documen- tos a la escala més conveniente para el usua- rio. Para investigaciones regionales pueden ser utilizadas escalas de trabajo entre 1:50.000 y 1:200,000, pasando a escalas tanto mayo- res (a partir de 1:200.000), cuanto mayor sea el territorio abarcado en Ia investigacién. ‘La metodologia de las investigaciones pre- vias consta de dos fases que pueden ser am- pliadas a tres en el caso de que se continie la investigacién a deslizamientos concretos: — La primera consiste en la evaluacién de los datos geoldgicos y de otro tipo dispo- nibles, 0 que puedan ser obtenidos a partir de mapas y fotografias, siendo éstos los que afectan, condicionan o controlan la estabili- dad de los materiales. — La segunda fase englobaria la identifi- cacién de las zonas no estables, potencial- ‘mente inestables 0 con alto riesgo de rotura y su consiguiente zonificacién. — La tercera etapa seria la definicién de taludes potencialmente inestables y con se- frales evidentes de peligro que deban ser es- Manual de Taludes 49 tudiados y analizadas sus condiciones de es- tabilidad. Si se lleva a cabo una buena planificacién de los trabajos y la investigacién se realiza de una manera exhaustiva y con los medios necesarios, esta fase preliminar supone, apar- Tabla 111.3 FORMAS DEL TERRENO Y SU SUSCEPTIBILIDAD ANTE EL DESLIZAMIENTO. (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) a Grado de Forma del terreno 0 _suscept- ‘Topogratia: material geoldgleo billdad® 1. Terreno plano A. No elevado Lianura de inundacién 3 B. Elevado 1, Tonos uniformes ‘Terrazas, sedimentos lacustres 2 21 Superficies irregulares, acantilados escarpados ..... Llanvuras'basdlticas cent 3. Intercalacién de capas permeables ¢ impermeables .- Sedimentos lacusres, cos. teras, lanuras sedimentarias . 1 IL, Terreno montafoso A- Drenaje superficial poco desarrollado 1. Red de drenaje desconectada Caliza 3 2. Drenaje ‘cadtico, montafias superpues lagos y pantangs (en areas glaciares) Morrena .. 2 B. Drenaje superficial bien desarrotlado, 1. Crestas paralelas a) Drenaje paralelo, tonos oscures ....-.. Colinas basitt 1 b) Drenaje en enrejado, valles y cumbres Rocas sedimentarias no horizon- tales piegewie | c)_Red de drenaje pinnada, acarcavamientos Loess 2 2. Crestas no paralelas, de igual altura a. Red de drenaje pinnada, acarcavamientos .. Loess 2 b. Red de drenaje dentritica (1) Taludes con estraificacion apreciable Rocas sedimentarias horizontales 2 @) (@)Crestas moderadas a altamente dsectadas, taludes uniformes ..... Pizarra arcillosa 1 (b) Cordilleras no elevadas asociadas a costasLlanuras costeras disectadas .. 1 (c) Grestassinuosas, vegetacion dispersa y es- casa as Serpentinita 1 3. Colinas o crestas al azar, sin orden a. Red de drenaje dendritica (0) Colinas bas y lomada,correnes means formes... 1 (2) Crestas sinuosas, vegetacién dispersa y eseasa 1 G) Colinas masivas, uniformes, con forma aloma- da o-en pico... 2 (4) Toposrafia desigual (en areas glaciares) Morrena 2 IN, Terteno de transicién Mano a montatoso A. Taludes esearpados .... BL Taludes moderadamente escarpados a planos C._Taludes movilizados, con abombamienosy xcarpe en ct : Susceptible al destizamiento. Susceptible al deslizamiento bajo determinadas condiciones. No susceptible al deslizamiento excepto en localizaciones vulnerable, Escarpes, coluviones Abanico, delta Deslizamiento_antiguo 50 Reconocimientas generales te de la caracterizacién geotécnica de una zona, un gran ahorro en los costes de traba- jos de campo futuros y, lo que es mas im- portante, la posibilidad de tomar medidas de prevencién y/o correccién en los puntos rnecesarios, evitando importantes pérdidas eco- némicas € incluso humanas. 3.2.2, Técnicas de investigacion En general, el uso de las diferentes técni- ‘cas de investigacién a gran escala persigue Ja determinacién de los procesos que estan modificando la morfologia de una determi- nada zona en el presente y los procesos que fueron importantes en el pasado, basandose en el estudio de las formas del terreno. La base de estas técnicas es el uso de ma- pas y fotografias aéreas y terrestres, pudién- dose también utilizar las técnicas relaciona- das con sensores remotos. Todas ellas pre- sentan porciones de la superficie terrestre y muestran detalles sobre las caracteristicas geoldgicas, magnitud y relaciones espaciales de las formas del terreno. Las técnicas comentadas en este apartado no incluyen los reconocimientos de campo, que quedan recogidas en ¢] apartado 3.4. 3.2.2.1. Mapas Dentro de este apartado se comentardn al- ‘unos aspectos referentes a particularidades, métodos de trabajo y métodos de deteccién de movimientos, en general, para los tipos de mapas que pueden ser usados en recono- cimientos generales de deslizamientos y r0- turas en taludes. Se hard referencia a la utilizacién de ma- pas topogrdficos, geoldgicos, geotécnicos y especificos, cuyo estudio constituye uno de los primeros pasos a seguir en investigacio- nes de deslizamientos. Los mapas ofrecen una representacion bi- dimensional del terreno y de los aspectos con 41 relacionados. La naturaleza y calidad de la informacién sobre deslizamientos existen- tes, 0 dreas susceptibles al destizamiento, que se puede obtener a partir de ellos depende del tipo de mapa, escala, detalle, etc. La ventaja principal de la utilizacién de mapas es su facil manejo y el contar con una escala de trabajo uniforme para reali- zar estudios regionales o incluso nacionales, mientras que su mayor inconveniente es que, ‘a menos que sean puestos al dia periddica- mente 0 que no ocurra ningiin cambio en los aspectos recogidos por los mapas, éstos quedan anticuados en poco tiempo, al no recoger los cambios operados tras su publi- cacién. a) MAPAS TOPOGRAFICOS Los mapas topograficos son un elemento esencial ¢ imprescindible en cualquier tipo de estudios geolégicos, ya que presentan en detalle (segtin la escala) la configuracién (ta- mano, forma y rasgos) de la superficie de la tierra permitiendo medidas de distancias horizontales y elevaciones verticales a par- tir de las curvas de nivel. En las escalas més comiinmente usadas de 1:25.00, 1:50.000 y 1:200.000, las curvas de nivel se presentan cada 10 m, 20 m y 100 m, respectivamente. En los mapas topogréficos generalmente ‘no quedan sefialados Jos deslizamientos 0 20- nas de deslizamientos mas que cuando éstos son de grandes dimensiones. Los deslizamien- tos de tamafio pequefio 0 medio no suelen quedar representados. La identificacién de estos pequefios movimientos, 0 de los de ‘grandes dimensiones, para el caso de que no queden topografiados, puede ser llevada a cabo mediante ef estudio de los siguientes rasgos en los mapas: — Curvas de nivel formando Iébulos en zonas en que éstas aparecen mas 0 menos uniformes, indicativas de grandes depésitos de material al pie de las laderas. — Curvas de nivel que se agrupan indi- cando la presencia de un escarpe mas 0 me- nos inclinado y que rompe la morfologia ge- neral del drea en que aparece. En general, 'y aparte de los dos casos co- mentados, se tendrdn que considerar aquellos puntos en que las curvas de nivel rompan Ja ténica general, bien indicando un aumen- to del volumen de material o la falta’ del mismo (que se corresponderian con zonas des- izadas y planos de rotura). Aparte de los rasgos para caracterizar mo- vimientos, las siguientes caracteristicas pue- den ayudar a la identificacién de posibles zonas con susceptibilidad al movimiento a partir de un mapa topogréfico: — Curvas de nivel apretadas, indicando pendientes importantes 0 escarpes. — Curvas de nivel formando lébulos o cir- cunferencias concéntricas, representando un relieve alomado. — Curvas de nivel muy irregulares en la- deras, indicando presencia de carcavas 0 ba- Francos pronunciados. — Curvas de nivel dibujando acumulacio- nes de material en base de laderas o escar- pes. En general podran ser identificados los ti- pos de relieve descritos en el apartado 3.1.2 si el detalle del mapa y la magnitud de los modelados lo permite. La importancia de las zonas obtenidas en estos mapas ante los deslizamientos depen- derd, ademés, de los otros tipos de factores ya comentados y que condicionan la suscep- tibilidad tanto o mds que el modelado del terreno. Los mapas topograficos por si solos, en general, no aportan informacion fidedigna a mo ser en casos extraordinarios. No obs- tante en ocasiones son de gran ayuda por la toponimia que en ellos aparece: determina- das zonas que. historicamente han sut deslizamientos 0 roturas de taludes, reciben nombres relacionados con estos movimientos. b) MAPAS GEOLOGICOS Los mapas geolégicos aportan datos refe- Manual de Taludes $1 rentes a descripcidn de suelos y rocas, depd- sitos superficiales, alteracién y meteorizacién, contactos y limites geoldgicos, zonas de frac- tura y cizalla, juntas y todo tipo de discon- tinuidades estructurales, asi como la histo- ria geol6gica de la zona. En Espafia hay publicados mapas geolé- gicos a escalas 1:200.000 y 1:50.000 realiza- dos por el Instituto Geoldgico y Minero, ast como mapas geomorfolégicos, litol6gicos, hi- drogeoldgicos, etc., de los que pueden ser obtenidos diversos datos relacionados con la estabilidad de taludes. Raramente quedan indicados los desliza- mientos en este tipo de mapas, por lo que su identificacién se llevaré a cabo a partir de los datos aportados por ellos. No obs- tante, y con ayuda de las memorias que acompafian a los planos, se pueden identifi- car zonas susceptibles al deslizamiento 0 ro- tura, En resumen los datos que serdn tities para la determinacién de estas zonas serén: — Tipo de formacién geoldgica y dispo- sicién estratigrdfica. — Formas del terreno y drenaje. A partir de estos datos se pueden esta- blecer regiones fisiogrdficas o formaciones geolégicas proclives al movimiento. Asi, por ejemplo, las zonas con litologias permeables superpuestas o intercaladas con otras imper- ‘meables y con topografia accidentada podran ser lugares favorables al deslizamiento, al igual que zonas estructuralmente complejas con estratos de distinta competencia y nive- les fredticos elevados. Los mapas hidrageoldgicos aportan datos acerca de las condiciones hidrogeolégicas ge- nerales prevalecientes en un area (como acui- feros, pozos artesianos, movimiento subte- rraneo del agua, caudales, datos de andlisis quimicos del agua, permeabilidades, limites de aguas potables y salinas, ete.), sobre las propiedades hidrogeoldgicas de los materia- les y sobre la existencia de manantiales y filtraciones. 52 Reconocimientos generales Las mapas geomorfoldgicos son los mas adecuados para la deteccién de destizamien- tos 0 zonas susceptibles (aparte de los ma- pas especificos sobre deslizamientos), ya que recogen la morfologia del terreno (pendien- tes y modelados caracteristicos) ademés de otros tipos de caracteristicas geolégicas co- mo son la litologia y génesis de los mate- riales. ©) MAPAS GEOTECNICOS Los mapas geotécnicos aportan informa- cién sobre las propiedades geotécnicas de las formaciones geolégicas, es decir, datos acer- ca de pardmetros geomectinicos y de las pro- piedades resistentes de los materiales, apar- te de los datos geolégicos necesatios para caracterizar las diferentes unidades estable- cidas. Apreciaciones sobre la estabilidad de los materiales suelen ser también establecidas en las cartografias geotécnicas, asi como zonas susceptibles al deslizamiento, por lo que es- te tipo de mapas resulta de gran utilidad en los reconocimientos generales previos, sobre todo si estén realizados a escalas medio-pe- quefas (a partir de 1:25.00), ELIGME cuenta con la realizacién de ma- pas geotécnicos de todo el territorio espa- fiol a escala 1:200,000 y de algunas capitales espafiolas a escala 1:25.00. Estos uiltimos mapas son de gran interés por llevar car- tografias de riesgos de deslizamiento en las ciudades donde existe peligro de que ocurran estos movimientos, Estos mapas también es- tablecen los riesgos previsibles relacionados con las distintas caracteristicas de los mate- riales (hidrogeologia, litologia, geomorfolo- afa, etc.) que pueden ser utilizados para la identificaci6n de zonas susceptibles al des- lizamiento. En estos mapas se establece la relacién centre las litologias y formas del terreno con ‘sus caracteristicas ingenieriles 0 geotécnicas, tales como texturas, condiciones hidrogeo- légicas, pendientes y angulos de taludes. Es- tos aspectos serdn los utilizados para la iden- tificacién de zonas de deslizamientos d) Mapas ESPECIFICOS La cartografia de deslizamientos 0 zonas susceptibles a los destizamientos puede ser realizada en mapas especificos 0 en mapas que contemplen este fenémeno entre otros. En el primer caso se tendrén los mapas de deslizamientos a diferentes escalas en fun- cidn del drea de estudio; en el segundo caso se pueden incluir mapas de movimientos del terreno 0 mapas de planificacién y uso del suelo, estos iiltimos, en general, a gran es- cala. Los mapas de movimientos del terreno suelen incluir el tipo, localizacién y.caracte- risticas del movimiento, asi como las areas susceptibles al mismo. Los mapas de planificacién y uso del sue- lo establecen, a partir de las unidades geo- morfolégicas establecidas para una zona, el mejor uso previsible (en funcién de las ne- cesidades y posibilidades del area de estu- dio) del terreno. En la identificacién y ca- racterizacién de estas unidades se encuentra la utilidad de estos mapas, ya que aquéllas aportan suficiente informacién de los facto- res que van a condicionar su potencialidad ante la rotura. En la Figura 3.3 se ha representado un fragmento de un mapa de riesgos naturales ligados a movimientos del terreno de Gra- nada (IGME, 1980), en el que aparece una zonificacién en base a la estabilidad y sus- ceptibilidad al deslizamiento de los terrenos. 3.2.2.2, Fotografia aérea Las fotografias aéreas se toman, general- mente, en secuencias a lo largo de una linea de vuelo y con una superposicién de aproxi- madamente el 60% en la direccién del vuelo y del 30% entre dos lineas de vuelo conse- cutivas. La superficie util de cada foto es de un 30%. ‘Su uso es de gran utilidad porque permi- Manual de Taludes 53 & Ne, StS ZONAS EXPUESTAS A RIESGOS DE MOVIMIENTO DEL SUELO ZORA esTAMLE ‘Psst fear WS por ent: eo de movi andes nates (zeta bio babe oe movant smear, erin end ears ZONA OE.MESTABILIDAD POTENCIAL ope oon romnce monet hearin 20a INESTABLE Rotman ncn, ts fn ontOmnt mer ne Chas “eas Conta ee in oat Fig, 3.3.—Detalle de la hoja de Granada del «Mapa de Riesgos Naturales Ligados @ Movimientos de Terreno» (IGME, 1980). E: 1/25.000. ° 54. Reconocimientos generales ien la interpretacién de rasgos y estructuras geoldgicas gracias al detalle que muestran de la superficie terrestre. En Espana, los vuelos disponibles estan a unas escalas de 1:33.000 (realizadas por el ejército norteamericano) y 118.000 (realizadas pot el IRYDA) aproxi- madamente. También existen fotografias aéreas a es- calas menores (1:10.000 6 1:5.000) realiza- das por diversos organismos (ICONA, Di- putaciones Provinciales, Comunidades Auté- nomas...). La visin de un par de fotografias conse- cutivas de una misma linea de vuelo a tra- vés de un estereoscopio permite una vision tridimensional de ta superficie terrestre. No se comentard en este capitulo el pro- cedimiento de utilizacién del estereoscopio por considerarlo suficientemente conocido o de facil accesibilidad en la bibliografia. La interpretacién de las fotografias aéreas requiere cierta experiencia, aunque se pue- den obtener resultados muy ttiles conocien- do una serie de caracteristicas basicas sobre cémo aparecen algunos rasgos geoldgicos en las fotografias: — Agua: tonos negro 0 gris oscuro, ex- cepto cuando reflejan directamente el sol. — Vegetacién: entre otros, se pueden re- conocer los bosques por un tono gris oscuro y los pastos y montes bajos por sus tonos mds claros; las tierras cultivadas aparecen generalmente con formas rectangulares. — Rocas: las diferentes litologias se dife- rencian por sus distintos tonos, texturas, re- des de drenaje y rasgos relacionados con la vegetacién. El uso de la fotografia aérea ha demos- trado ser una de las mejores técnicas para el reconocimiento de deslizamientos, Ningu- na otra técnica proporciona una visién tri- dimensional a partir de la cual puedan ser evaluadas las relaciones entre topografia, dre~ naje, materiales geoldgicos y actividades hu- manas en el terreno. Entre las ventajas del uso de estas foto- grafias figuran (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978): — Proporcionan perspectivas de grandes areas. — Los limites de los destizamientos pue- den ser facilmente identificados y dibujados. — Los canales de drenaje superficiales y subsuperficiales pueden ser identificados y trazados. — Se puede establecer la relacién entre drenaje, topografia y otros elementos mas fécilmente que desde tierra. — Una vegetacién moderada no enmas- cara los rasgos y detalles del terreno, como si ocurre en el campo. — Las formaciones de suelos y rocas se pueden ver y evaluar en un estado sin per- turbar. — Se acentiian los rasgos que caracteri- zan a las formaciones. — Se pueden planear los trabajos ¢ inves- tigaciones de campo. — Pueden ser realizadas comparaciones entre fotografias aéreas de distintas épocas para examinar la evolucién de los desliza- mientos. — Las fotografias aéreas pueden ser in- terpretadas en cualquier lugar. — Las fotografias aéreas transmiten infor: macién sobre los deslizamientos con una mi- rnima descripcién acompafante. ‘Ademés, las fotografias aéreas pueden ser utilizadas para la preparacién de mapas y cartografias de deslizamientos. En general se utilizan fotografias toma- das verticalmente, pero se pueden usar las fotografias oblicuas para la interpretacién y cartografia de los deslizamientos. Las fotografias aéreas usadas para estu- dios de deslizamientos pueden ser realizadas en blanco y negro, color o infrarrojo siendo mds comunes las primeras por su menor cos- to y obtencién de buenos resultados. Las peliculas infrarrojas son titiles para definir la presencia de agua en superficie y obtener datos de aguas subsuperficiales mediante la cobertera vegetal, mientras que las fotogra- fias en color son especialmente utiles para identificar diferencias en humedad, drenaje, vegetacién y contactos entre suelo y roca. Para el reconocimiento de grandes desli- zamientos a escala regional 0 de zonas am- plias con deslizamientos es adecuado el uso de escalas entre 1:30.000 y 1:15.00 pero pa- ra llevar a cabo la identificacién de peque- ‘tos deslizamientos (como son la mayoria de los que ocurren) serian necesarias fotogra- fias con escalas de 1:5.000 0 menores, con el inconveniente de que es muy limitada el area abarcada por catla fotografia. Una descripcién detallada de todos estos aspectos, asi como los referentes a la co- rrecta toma de fotografias, uso del estereos- copio, interpretacién y factores que influ- yen en la misma se encuentran en «Landsli- des, Analysis and Control» (TRANSPOR- TATION RESEARCH BOARD, 1978). Para una correcta interpretacién de la fo- tografia aérea se habrin de identificar, en primer lugar, las condiciones del terreno por observacién directa de los elementos que apa- recen en la fotografia, y posteriormente rea- lizar el andlisis de los problemas especificos, siendo de gran utilidad la experiencia para asociar ¢ interpretar las condiciones y carac- teristicas del terreno observadas. En las fotografias aéreas representadas en la Figuras 3.1 y 3.2 aparecen algunos tipos de relieves tipicos relacionados con condi- ciones de inestabilidad potencial. La identificacién de pendientes, redes de drenaje y vegetacién son asimismo datos muy litiles, al igual que la estructura general, ras- 80s estructurales y'litologias presentes. En general, algunos rasgos tipicos de zo- nas susceptibles al deslizamiento que pueden Manual de Taludes 55 ser fécilmente observados en fotografia aérea son: — Grietas de traccién o escarpes en la ca- becera del talud, — Abombamientos en la parte baja o pie del talud. —Topografia «aborregada», — Masas de terreno cortadas por corrien- tes de agua: — Topografias céncavas reflejando las su- perficies de rotura en suelos y rocas blandas y planos netos de rotura en rocas. — Zonas con surgencias de agua. — Canales de drenaje abundantes y cer- canos. — Cambios en la vegetacién como conse- cuencia de diferentes contenidos de hume- dad en el terreno. — Zonas accidentadas con estructura geo- 6gica comple} — Acumulacién de depésitos de materia- les en canales de drenaje y valles, La idemtificacién de deslizamientos actua- les 0 antiguos en las fotografias aéreas re- sulta una tarea facil si se tiene cierta expe- riencia, ya que la claridad con que aparecen éstos permite su répida identificacién y car- tografia. La mayoria de las veces se pueden estimar: — La extensién del deslizamiento. — La evaluacién del area afectada. —Los cambios que ha sufrido con el tiempo (en el caso de contar con fotografias de diferentes épocas o con Fotografias ante- riores al movimiento). En la Figura 3.4 se ha representado una fotografia aérea con un deslizamiento sobre el que se han dibujado sus rasgos mas ca- racteristicos. En las Figuras 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8 se mues- tran pares estereograficos en los que pueden 56 Reconocimientas generales ASTTTT7)] Escarpes principales en cabecera de deslizamiento Lengua de deslizamiento = ph | a ten Fig. 3.4.—Vista aérea del destizamiento de Olivares (Granada) en abril de 1986 (Cortesia de la EX- CELENTISIMA DIPUTACION PROVINCIAL DE GRANADA). Manual de Taludes 57 Fig, 3.5.—Desprendimientos y deslizamientos en acantitados yesife 105 en ta zona de Milagro (Navarra). (Foto: Cortesia del GOBIER- NO NAVARRO. Fotointerpretacin, V. Aparicio, en IGME, 1985). apreciarse diversos tipos de movimientos, cu- yos principales rasgos han sido dibujados so- bre las fotografias. Los pares se han dis- puesto de forma que se puede obtener una vision tridimensional mediante el empleo de un estereoscopio de bolsillo 3.2.2.3, Fotogrametria terrestre Aunque no muy extendido, ef iso de la fotogrametria terresire aporta ventajas im- Portantes en los reconocimientos y cartogra- fias generales, sobre todo cuando se dispo- ne de un tiempo limitado y para zonas con acceso dificil. Con ella pueden ser tomadas medidas de movimientos. La técnica consiste, basicamente, en la in- corporacién de una cdmara fotografica a un teodolito, constituyendo asi el fororeodolito con el que se tomardn pares estereograficos de fotografias. Considerando una determ nada distancia entre Ia cémara y el area a fotografiar y entre el par de fotografias (to- 58 Reconocimientos generales Fig. 3.6.—Desprendimiento por descalce de un bloque calizo que descan- saba sobre un estrato arenoso (F. Usrillas). Ventosilla (Segovia). madas éstas segiin una linea paralela al ta- lud a fotografiar), se obtienen los pares so- lapados que serén utilizados en el estudio. La-exactitud en las medidas es el principal condicionante de este método, Por ejemplo, si el area a fotografiar se encuentra @ una distancia de 1.500 m se debe tener una pre- cisién al menos centimétrica. Siempre que sea posible, se deberén situar puntos fijos de control en el talud a fotografiar, de tal forma que al menos dos de ellos aparezcan en cada par de fotografias. Si no es posible, los puntos deberdn ser sustituidos por algin punto del talud que sea facil de ver y exac- tamente reconocible. La fotogrametria terrestre puede ser utili- zada, con éptimos resultados, para escalas de trabajo entre 1:500 y 1:100. No obstante, esta técnica debe ser utilizada como una ayu- da en las investigaciones previas y realiza- cién de cartografias generales, no reempla- zando nunca a otra serie de técnicas con- vencionales. Para la correcta y adecuada utilizacién de este procedimiento debe levarse a cabo un trabajo en colaboracién entre el fotograme- trista y la persona que realiza el estudio. Su ventaja, con respecto a la fotografia grea, es que permite la observacion a me- nor escala, mientras que la segunda permite visiones de conjunto. 3.2.3. Sensores remotos Como sensores remotos se consideran as imdgenes de satélites y las imdgenes infra- rojas, aunque, en ocasiones, también se in. cluyen dentro de esta categoria las fotogra- Manual de Taludes 59 Fig. 3.7.—Deslizamientos y desprendimientos en yesos en Carear (Navarra). (Cortesia del GOBIERNO NAVARRO. Fotointerpretacién, V. APARICIO, en IGME, 1985) fias aéreas y terrestres, ya que la distancia para captar informacién a partir de senso- res remotos puede variar desde unos pocos milimetros a cientos de kilémetros. Su ventaja estriba en que, al recoger da- tos en diversos rangos espectrales (cada uno de los cuales aporta diferentes respuestas pa- ra una misma regién), pueden ser compara- dos y unificados obteniendo asi una mayor informacién y exactitud. En general, este tipo de técnicas queda muy por debajo de la efectividad de las fo- tografias aéreas y terrestres (al menos para los estudios de estabilidad de taludes), y su costo no compensa la informacion que de ellas puede ser obtenida Los satélites barren la superficie terrestre tomando imagenes que cubren diversas areas segiin el tipo de satélite, pero la gran escala de estas imagenes s6lo permite identificar di- rectamente grandes deslizamientos. Sin em- bargo, su utilidad radica en que a partir de ellas ¢ indirectamente pueden ser localiza- das zonas susceptibles a los deslizamientos, estudiando algunos rasgos que pueden ser identificados a estas escalas, como la mor- fologia del terreno, la estructura geoldgica, Jos usos del terreno o Ia distribucién de la vegetacién, que junto con los diferentes to- nos de las imagenes aportan datos acerca del tipo de material presente en superficie 0 su contenido de humedad. La comparacién de imagenes realizadas en distintas estaciones climaticas 0 tomadas con un intervalo mayor de tiempo para una mis ma regién puede ayudar a la interpretacion de zonas susceptibles en base a los cambios tanto naturales como antrépicos que en ellas se observen. Las imagenes infrarrojas captan la emi- 60 Reconocimientos generales Fig, 3.8—Deslizamiento rotacional en Barreda (Santander). Obsérvese la presencia de escarpes sobre el material deslizado. sién de calor y la reflectancia de la superfi- ie terrestre, estando limitadas a areas sin interferencias atmosféricas. Su ventaja con respecto a las fotografias aéreas es que, en combinacién con éstas, aportan detalles de las condiciones del terreno que no son apre- ciables en cada uno de los dos tipos de ima- genes por separado. La informacién que puede ser obtenida a partir de las imagenes infrarrojas para iden- tificar deslizamientos o zonas susceptibles a deslizamientos son (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978): — Condiciones de humedad y drenaje de! terreno superificial. — Presencia de roca masiva 0 lecho roco- 50 a poca profundidad. — Presencia o no de coluviones sobre un talud rocoso escarpado. — Cambios en la temperatura diurna que tienen lugar en el suelo (indicando las con- diciones de agua en el suelo). 3.3. Zonificacién regional 3.3.1. Tipos de materiales y susceptibitidad ante deslizamientos y roturas Las caracteristicas del paisaje pueden ser utilizadas para obtener una serie de datos importantes e indicativos de la potencialidad de una zona ante las roturas 0 deslizamien- tos. Los rasgos geomorfoldgicos y, en senti- do amplio, la geomorfologia de un area, re- presentan unas determinadas caracteristicas genéticas y de tipo de paisaje que permiten la clasificacién de las diferentes zonas en base a la litologia, estructura, génesis y for- mas geométricas. Estos aspectos permitirén estimar la susceptibilidad potencial ante el movimiento de las diferentes zonas estable- cidas. Por ejemplo, la litologia aportard es- timaciones previas sobre los pardmetros re- sistentes de los materiales; las caracteristicas genéticas de un material indicarén aspectos referidos a la cohesién en algunos casos (de- pésitos eélicos). En general, la topografia de un drea de- cerminada es el resultado tanto de la com- s0Scén (litologia) como de la estructura geo- sea, por lo que la clasificacién en base 4 rasg08 geomorfolégicos sera fundamental para una primera evaluacién de zonas po- sencialmente inestables. A priori, el deslizamiento 0 rotura puede senec lugar en cualquier tipo de morfologia si se dan las condiciones necesarias para ello, de la misma forma que en algunas que pue- den parecer més proclives no ocurrird el mo- vimiento si determinadas condiciones no se presentan (por ejemplo, presencia de agua). No obstante, la experiencia ha permitido co- nocer que las roturas, en general, son més frecuentes en determinadas «unidades geo- morfoldgicas» (entendiéndolas como Ia cla- sificacién de zonas en base a su forma, g¢- nesis. litologia y estructura) que en otras. En el apartado 3.1.2 de este capitulo se expusieron los principales factores y rasgos que permiten evaluar las diferentes formas de relieve a partir de las cuales se podran identificar posibles destizamientos, por lo que el presente apartado esta dedicado a esta- blever la relacién entre los tipos de materia les (agrupados en base a su morfologia, gé- nesis 0 litologia) y su susceptibilidad al des- lizamiento. Ante la dificultad de comparar taludes en diferentes litologias con muy variables pard- metros resistentes, distinta configuracién geo- métrica o diferentes condiciones en general, mnacién de un determinado grado de potencialidad ante la rotura no debe ser to- mada sino como una idea general acerca de si un talud, con unas condiciones topograti- cas y geoldgicas determinadas, es suscepti- ble al deslizamiento, lo es sélo bajo unas condiciones especiales, 0 no es susceptible al deslizamiento a no ser que se den una serie de condiciones negativas especiales. La Tabla III.3 (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978) establece una re- lacién entre formas del terreno en general y su susceptibilidad al deslizamiento en los tres grados comentados. Manual de Taludes 61 En la Tabla aparecen asociadas la topo- srafia con el modelado y la litologia, esta- bleciéndose el grado de potencialidad al des- lizamiento para un grupo de caracteristicas definidas. As{ se puede ver que los mayores peligros de deslizamiento potencial corres- ponden a topografias elevadas planas con irregularidades, a escarpes en litologias ba- sélticas, a intercalaciones de materiales per- meables ¢ impermeables en llanuras coste- ras, a superficies con problemas de drenaje, etcétera. 3.3.2. Zonas con problemas especificos Dentro de las zonas con susceptibilidad al deslizamiento existen determinadas dreas que, debido a la existencia o presencia de algiin rasgo caracteristico, presentan una mayor vul- nerabilidad. Algunas de las més tipicas localizaciones incluyen éreas de taludes escarpados, acan- tilados 0 taludes cuyo pie es erosionado 0 cortado por cursos de agua o por accién de las olas, dreas estructuralmente complejas y con fracturacién densa, areas de concentra- cién de drenaje 0 con surgencias, etc. En este grupo de zonas con caracteristicas especiales habré que desarrollar mas los es- tudios de susceptibilidad y estabilidad pres- tandoles mayor atencién en los reconocimien- tos generales previos y de campo. Las reas que han sufrido deslizamientos frecuentemente deben ser consideradas tam- bién dentro de este grupo ante la posibilidad de reactivaciones © nuevos movimientos en la zona hasta alcanzar las condiciones de equilibrio. Uno de los casos de deslizamientos fre- ‘uentes es cuando sobre un lecho rocoso des- liza un suelo residual 0 coluvial que estaba situado sobre él; la diferencia entre los pa- rémetros geomecénicos de ambos hace que para pendientes estables de la roca, el suelo esté en condiciones limite de equilibrio, de tal forma que la actuacién de un factor ex- terno provoca su cafda. 62 Reconocimientos generales La erosién del pie de los taludes en roca © suelo también es causa importante de des- lizamientos (en el caso de suelos) 0 caida de bloques (en macizos rocosos) La presencia de agua siempre es impor- tante en estabilidad de taludes, por lo que Ia situacién de zonas de drenaije, surgencias, filtraciones, niveles freaticos elevados, etc., en un area requiere un estudio detallado. 3.3.3. Causas generales de los deslizamientos Toda inestabilidad es consecuencia de la ruptura de las condiciones de equilibrio li- mite en un talud. Las causas de que se su- ere este equilibrio pueden ser intrinsecas al material (propiedades resistentes bajas, exis- tencia de discontinuidades desfavorablemente orientadas o meteorizacién en un macizo ro- oso, presencia de capas de material blando € incompetente, ete.) 0 extrinsecas, es decir, toda fuerza externa que se ejerza sobre el ‘material aumentando las fuerzas desestabili- zadoras 0 tendentes a la rotura La mayor parte de los deslizamientos son provocados por un factor desencadenante ex- trinseco (cambio en la geometria, variacién de las condiciones hidrogeolégicas, aplica- cidn de cargas estéticas 0 dindmicas, etc.) ‘en materiales que, en cierto modo, estaban predispuestos a la rotura, és decir, que pre- sentaban propiedades resistentes. bajas. No obstante, hay que pensar que todo ma- terial, por resistente que sea, siempre pue- de romper si le son aplicadas fuerzas exter- nas desestabilizadoras suficientes como para vencer sus propiedades resistentes, 0 si su ‘eometria es variada de tal forma que no so- Porte su peso propio (por ejemplo, la ero- sidn a que se ven sometidos los pies de los acantilados marinos). La accién de un fenémeno determinado ‘que provoca el deslizamiento es, generalmen- te, la gota de agua que colma el vaso y, aunque se achaque a éste la causa definitiva de la rotura, ésta no habria ocurrido a no ser por las condiciones previas del material (© por otros factores extrinsecos que ya lo estaban afectando). Entre las propiedades inherentes a los ma- teriales, y que determinan su estabilidad, se encuentran la cohesidn, la friccién y la den- sidad (consecuencias de Ia litologia e histo- ria geoldgica sufrida), pudiendo provocar la variacién de alguna de estas propiedades el desequilibrio en la masa. La saturacién del material, por ejemplo, induce cambios en sus propiedades, modificando las caracteris- ticas resistentes, y las componentes estabili- zadoras del talud. La propiedad que queda mas afectada por la presencia de agua es la resistencia al corte, que se puede ver reduci- da considerablemente en cierto tipo de ma- teriales. La presencia de agiia ha quedado, pues, establecida como una causa desencadenante de la rotura en una gran parte de los de zamientos, Tras un periodo de fuertes lluvias © una tormenta fuerte (que causa la satura cién del material), pueden producirse desli- zamientos en materiales poco permeables 0 permeables que queden saturados. El cambio en la geometria de los taludes induce, de igual forma, la redistribucién de la direccién y magnitud de las fuerzas, pu- diendo provocarse la rotura por accién de a componente desestabilizadora del peso pro- pio del material. Entre otras causas menos frecuentes que provocan el movimiento se pueden citar: — Movimientos sismicos 0 voladuras que dan lugar a la aplicacién de cargas dindmi- cas sobre el talud. — Aplicacién de cargas estdticas sobre el talud (por ejemplo, escombreras 0 construc- ciones situadas en su cabecera. — Cambio en las condiciones hidrogeols- sicas por variacién del estado de presiones intersticiales (caso de desembalse rapido) — Presencia de anisotropias de algiin ti- po en el material (excavaciones de galerias, pozos, zanjas, etc.). Las causas de los deslizamientos pueden quedar establecidas en los andlisis a poste- rioti © back-analysis en casos de deslizamien- tos recientes, y siempre que puedan ser de- terminadas en el laboratorio o «in situ» los pardmetros necesarios para el andlisis 3 Reconocimientos previos de campo 3.4.1. Generalidades Tras los reconocimientos generales e in- vvestigaciones previas para la deteccién de des- lizamientos, los reconocimientos de campo tienen como finalidad la identificacién del tipo y causas del movimiento. En el presen- te apartado se tratard sobre las evidencias y sefiales en el campo para el reconocimien- to de deslizamientos, la identificacién de! ti- po de movimiento general y los pasos a se- guir en su investigacién. 3.4.2. Evidencias de movimientos Antes de entrar en la descripcién de los rasgos que identifican a los diversos tipos de movimientos, se comentardn las distintas sefiales 0 signos que pueden ser encontrados fen el campo y qué evidencian la existencia de deslizamientos antiguos o recientes, aun- que los primeros resultan, por lo general, mas dificiles de identificar en una investiga- cién general. Algunos de estos rasgos que pueden apa- recer asociados con movimientos son: — Rupturas de pendiente con acumulacién de material a pie del talud. — Planos inctinados lisos rocosos con as- pecto fresco y bloques deslizados. — Bloques caidos a pie de acantilados 0 escarpes. — Macizos fracturados y meteorizadas con bloques 0 cuftas caidas y deslizadas. Manual de Taludes 63 — Presencia de grietas de traccién. — Cicatrices que evidencien planos de ro- tura. — Hundimientos 0 subsidencias con grie- tas de traccién. — Lébulos en cuchara en laderas. — Repiaciones de material blando. — Senales de avalanchas 0 flujos. — Laderas escalonadas y agrietadas y con escarpes. En numerosas ocasiones es la presencia de srietas lo que leva a la localizacién de los deslizamientos, asi como a su identificacién, si éstas se saben interpretar correctamente. Los diferentes tipos de movimientos desa- rrollan grietas caracteristicas con distintas orientaciones que las hacen muy importan- tes a la hora del reconocimiento de mé mientos incipientes 0 potenciales. En general, las grietas delinean los limites de rotura y son en la mayoria de los casos las primeras seftales de movimiento que apa- recen en el campo. Su aparicién en la cabe- cera del talud (curvas o paralelas a la cara del talud) y en los limites laterales del desli- zamiento puede definir, segiin la forma de las mismas, el tipo de movimiento a que co- rresponden. En el Capitulo 2 se recogen las caracte- risticas principales de las grietas segiin el ti po de movimiento que las ha provocado y se establecen los criterios para, a partir de ellas; identificar el tipo de movimiento. Aparte de estos rasgos intrinsecos a los deslizamientos, el efecto de éstos sobre cons- trucciones o vegetacién puede producir sefia- les que faciliten su identificacién, por ejem- plo: — Arboles, arbustos o postes inclinados a favor de la pendiente. — Vegetacién cadtica con raices arranca- das y drboles desenterrados y arrastrados. 64 Reconocimientos generales — Grietas en construcciones y grietas, hun- dimientos 0 abombamientos en carreteras. En general, esta fase de la investigacién se llevard a cabo tras los estudios de mapas y fotografias aéreas y terrestres, testimonios recogidos, i otro tipo de investigacién pre- via, que facititardn la localizacién e identifi- cacién de las zonas movidas 0 inestables. 3.4.3, Investigacion e identificacién del tipo de movimiento Tras la localizacién del fenémeno en el campo, la investigacién general de desliza- mientos «in situ» debe conseguir la identifi- cacién o valoracion. de las siguientes carac- teristic * Condiciones geométricas y geomorfo- logicas, tanto del talud 0 zona donde ha ocurtido el deslizamiento como de la zona deslizada: — Angulos, pendientes, alturas, longitu- des y volumen aproximado. — Rasgos del pie y cabecera del talud, existencia de grietas de traccién y limites del deslizamiento. — Profundidad y forma de la superficie de rotura, generalmente dificiles de identifi- car en los reconocimientos generales a no ser que la superficie de rotura haya queda- do al descubierto. + Caracteristicas geolégicas y geotéenicas. Para el establecimiento aproximado de las propiedades resistentes del material y su cl sificacién se deberd establecer si el destiz: miento ha tenido lugar a favor de un estrato blando incompetente o a través de material homogéneo, a favor de discontinuidades o atravesando la matriz. rocosa, etc. * Caracteristicas hidrogeologicas, como la posicién del nivel fredtico, existencia de Surgencias, filtraciones, etc. + Causas externas que hayan podido con- tribuir 0 provocar el deslizamiento, ya que pueden ayudar a identificar el tipo y las cau- sas de la rotura (excavaciones, construccién de obras civiles, arranque de tierra, erosién, inundaciones, etc.). Si el destizamiento ha sido reciente se po- ddrdn observar el aspecto y caracteristicas del material fresco, zonas de meteorizacién, pre- sencia de agua, planos de rotura, angulos de equilibrio y deformacién suftida por el material. Si bien algunos tipos de movimientos son féciles de identificar (la rotura tipo vuelco, por ejemplo), hay otros en que, hasta que no se lleva a cabo una investigacién de de- talle, es prdcticamente imposible conocer el modelo y mecanismo de rotura (por ejem- plo en los deslizamientos complejos). El as- ecto caético que generalmente suele que- dar tras la rotura (sobre todo en suelos y rocas blandas) hace muy dificil en ocasiones la reconstruccién del movimiento y Ia iden- tificacién de la superficie de rotura, ‘Sin embargo, en el campo pueden apare- cer una serie de rasgos que, con observa- cién detallada y conociendo su interpreta- cién, puede ayudar a deducir la tipologia del movimiento incluso si éste esté en sus primeros estadios. En general se puede establecer una clasifi- ccacién de los diferentes movimientos con ras- 0s caracteristicos: vuelcos y caidas de blo- ques, deslizamientos (rotacionales y trasla- cionales) y flujos y desplazamientos latera- les, etc. En el Capitulo 2 de este Manual aparecen recogidas las caracteristicas y rasgos identi- ficativos de cada uno de los tipos de movi- mientos, explicdndose con detalle las diferen- tes tipologias y fenémenos asociados a ellos. 3.5. Bibliografia GEOTECHNICAL CONTROL OFFICE: «Geotech- nical Manual for Slopes». Engineering Development Department. Hong Kong, 1984. INSTITUTO GEOLOGICO y MINERO DE ESPA- RA (IGME): «Mapa de Riesgos Naturales Ligados 8 Movimientos del Terreno». Zona de Granada. Esc. 1:25.000, 1980. INSTITUTO GEOLOGICO y MINERO DE ESPA- NA (IGME): «Estudio de cinco zonas inestables en ‘Navarra: Milagro, Cércar, Inza, Azpitoz y Miran- da de Argan, 1985, Manual de Taludes 65 ‘TRANSPORTATION RESEARCH BOARD: «Land- slides, Analysis and Control». National Academy of Sciences. Washington D.C., 1978. PRANDINI y ottos: «Behaviour of the Vegetation Slo- 'e in Stability Critical Review. La Coberture Veee- tal et la Stabilité des Talus». Bulletin of the Inter- ‘ational Association of Engineering Geology, .° 16 (51-55). KREFELD-77, 1977. 4. INVESTIGACION DE DETALLE 4a 42. 43. 44, 45. 46. INVESTIGACION DE DETALLE INTRODUCCION FINALIDAD Y ALCANCE DE LA INVESTIGACION METODOS DE INVESTIGACION 43.1. 43.2. 433. 434 43.5. Calicatas y pozos Sondeos mecénicos y penetraciones Miétodos geofisicos 4.3.3.1. Geofisica de superficie Ensayos «in situ» 4.3.4.1. Medios rocosos Descripcién geomectinica de medios rocosos 4.3.5.1. Clasificaciones geomecanicas 4.3.5.2. Descripcién geotécnica basica Ensayos de laboratorio 4.3.6.1, Ensayos en rocas 4.3.6.2. Ensayos en suelos ELECCION DEL TIPO DE ENSAYO VALORACION COMPARATIVA DE COSTES BIBLIOGRAFIA 4. INVESTIGACION DE DETALLE 4.1. Introduecién La investigacién de detalle constituye un complemento indispensable de la investiga- cién a gran escala, Una investigacién detallada siempre tiene menor. amplitud, pero se realiza con mayor profundidad, tendiendo a la comprensién de los fenémenos que influyen en la estabili- dad de los taludes. A través de una serie de técnicas de inves- tigacién y ensayo intenta definir con preci- sidn los distintos pardmetros que rigen el comportamiento de las rocas y suelos. En la Figura 4.1 se muestra un esquema significativo de la investigacién de detalle. En la actualidad se desarrollan una serie de técnicas que permitan optimizar el uso de los resultados, procedentes de las labores de investigacién. La teoria de la Geoestadistica ¢s una de las herramientas mas empleadas. Segin G. MATHERON, «La Geoestadistica es la apli- cacién del formalismo de las Funciones Alea- torias al reconocimiento y estimacién de fe- némenos naturales». La gran cantidad de informacién geol6gi- co-geotécnica relativa a la investigacién y andlisis de la estabilidad de taludes pone de manifiesto la necesidad de recopilacién de datos y su mecanizacién. Actualmente el al- macenamiento de los datos requiere el uso de sistemas informaticos. El tratamiento de la informacién necesita una etapa previa para su adquisicién y and- lisis. Se llega asi a una sistematizacion de (WVESTIGACION A GRan SCALA ZONIFICACION INVESTIGACION DE OETALLE ‘ANAL SiS DE RIESOS ‘pRovECTO De oIseio MEDIOAS DE ‘CORRECCION 10 Investigacién de detalle las variables que definen la organizacién del Banco de Datos. 4.2. Finalidad y aleance de la investiga Todas las fases de investigacién han de desarrollarse para obtener el mejor conoci miento posible de las caracteristicas resisten- tes del terreno. En base a este conocimiento se pueden obtener una serie de datos que permitan deducir la respuesta del terreno @ través del tiempo o ante una obra determi- nada. La investigacién ha de permitir una dis- cretizacién del terreno en zonas homogéneas, determinando los valores de los parémetros caracteristicos que rigen su comportamiento. 4.3. Métodos de investigacién Tienen como objetivo inmediato propor- cionar la informacién necesaria para prever el comportamiento de los materiales que for- man el terreno. Pueden enfocarse a conseguir un andlisis de estabilidad de taludes naturales, diseflo de nuevos desmontes y rellenos, o hacia la elaboracién de hipétesis de rotura de los ta- ludes, para adecuar las labores mas idéneas en su correccién. En este apartado se pretenden recoger los métodos y medios de investigacién mas usua- les en la determinacién de los fenémenos de inestabilidad de taludes 4.3.1. Calicatas y pozos ‘Normalmente se realizan en terrenos rela- tivamente féciles de excavar (Fig. 4.2). Se pueden realizar de forma manual, me- diante maquinaria de excavacién (retroexca- vadora, etc.) 0 empleando grandes barrenas. Sus dimensiones dependen de la amplitud de la informacién deseada, limiténdose su pro- fundidad por factores de seguridad u opera- tividad de la maquinaria empleada. Permiten una observacién «in situ» del ma: terial, asi como toma de muestras y medi- das. El reconocimiento de las calicatas y pozos se ha de registrar en impresos en los que se considera la profundidad de los diferen- tes niveles 0 capas, litologia y descripcién, presencia de niveles freaticos, toma de mues- tras, etc 43.2, Sondeos mecinicos y penetraciones Constituyen dos de los métodos mas am- pliamente utilizados, a) SONDEOS MECANICOS Se realizan mediante sondas montadas so- bre vehiculos 0 de forma auténoma. Gene- ralmente los sondeos se dividen en dos gru- pos: percusién y rotacién, segin el procedi- miento utilizado en la perforacién. Los sondeos permiten el reconocimiento Fig. 4.2.—Calicata. del terreno a lo largo de su profundidad —caso de testificacién continua—, la posi- bilidad de tomar muestras a fundidades para determinar sus caracteristi cas en ensayos posteriores ¢ incluso realizar otro tipo de ensayos en el interior de la per- foracién. La ejecucién de una campafia de recono- cimiento mediante sondeos se acompafia de ciertas prescripciones técnicas, variables se- atin el tipo de terreno, Segiin las condicio- nes de meteorizacién del macizo rocoso 0 tipo de suelo, se empleardn tubos sacatesti. g0s de pared sencilla (tipo B) 0 doble (tipo ‘T).-De acuerdo a la profundidad de investi gacidn se empleardn diémetros minimos de perforacién, siendo los mas usuales: @ = 116, 101, 86, 76 y 66 mm. El tipo de co- ronas a utilizar es widia o diamante, segin la dureza del terreno. Cuando sea necesaria una recuperacién con- tinua de testigo es conveniente que no sea inferior al 80% de la longitud perforada. Si los sondeos se realizan en roca, la tes ficacién continua nos proporcionard, ademas de las litologias y su grado de meteoriza- cién, el indice de calidad RQD (% trozos de testigo > 10 cm), numero de fracturas or metro y buzamiento de las discontinui- dades. El registro del sondeo ya efectuado se rea liza en impresos preparados al efecto, acom- pafiados de.fotografias. de-las cajas porta- testigos en las que se indica el nombre del sondeo y profundidad (Figs. 4.3, 4.4, 4.5 y 4.6). La toma de muestras en el interior del sondeo puede realizarse en roca o-en mate- riales tipo suelo. Cuando se toman muestras de roca deben tratarse con parafina para que conserven integras las propiedades de su es- tado natural o al menos no difieran cualita- tivamente en sus propiedades. Si el material es de tipo suelo se emplean aparatos adecuados a las caracteristicas del mismo, introduciéndolos en el interior del sondeo. Se denominan tomamuestras y exis- Manual de Taludes 71 ten diversos tipos. Normalmente se emplean tubos tomamuestras, que permiten la obten- cidn de muestras inalteradas del suelo. Es- tas no tienen cardcter inalterado en sentido estricto, ya que el procedimiento de obten- cién modifica sustancialmente las propieda- des intrinsecas det suelo. Los tubos tomamuestras de uso mas ex- tendido se dividen en: — Tomamuestras de pared gruesa (Fig. 4. — Tomamuestras de pared gruesa bipar- tida (Fig. 4.8). — Tomamuestras de pared delgada 0 Shel- by (Fig. 4.9). Los dos primeros se introducen en el te- rreno mediante hinca. Se golpea un cabezal de varillaje con una maza de 63,6 kg, de- Fig, 4.4.—Sondeo en roca. 72. Investigacién de detalle SONDEO sc-1 wou 1 oe 9 | WarEMALes ArOLLCNON 06 COMER innon con CoxT DO Dt MATERA ire race Veuve ALL SCRE facia acon (Ware Dc MATERALES Fro. ize ‘Carros ens ¥ uanzo, Pacvoue 1 Loe MEME, Zonk 08 CONTACTO OX OCA, ABUNDANTE WER BLANCA Eis Be COLOR GRE CLARO COM ABAOANTE MCA, U4 GENERAL BLICA Ee OcASO THEME COLOR VEROORO Fig. 4.5.—Registro de sondeo en suelo y roca. Manual de Taludes 73 Tie0 DE SOE] —TiPO DE ENSAYO oORoEUDAS = mowviccrm | X= 231470 SONDEO s-1 ates concn | Y= 4132970 am comme | 2. 67 cat mer escua + 4:50 tout oe 3 a g S[ENSAYOS DE LABORATORIO hi i eal 2 | narunateza y Descarpcron ie 25 las |es/#3] omos K i Se 29 ola gleSlesies hae Ree EL TERRENO ae agai sles|ee Ee awe jot | Sgt e|sal" [22 ABCILLAS LIMOSAS COW AL50 OE ROU, COLOR ERIS 4 BETCES (woneeaoaveve Fre oa, |] LewTes 0 ancrecas aenosas E N Se SS ARENAS AL60 LEHESAS CON :sOrCr05 | | oe facras COLOR SAIS. DEDIANMENTE DENSA) Lewes o€ acres fede | Als 2 2» Fig. 4.6.—Registro de sondeo en suelos. 74. Investigacién de detalle Valvule de bots Tubo de pared gruce Zapata de acero Wizz, 17 Valvola de bola Gi 4} VA i YZ ‘Tubo delgado Fig. 4.7. 1981). ‘Tomamuestras de pared gruesa (PUY, Valvola de bola Session Zapata de acero Fig, 4.8.—Tubo bipartido (PUY, 1981). Fig. 4.9.—Tomamuestras Shelby (PUY, 1981). jdndola caer desde una altura de 76,2 cm. Normalmente se cuenta el niimero de golpes necesarios para introducir cada 15 cm del tomamuestras a lo largo de 60 cm de hinca. EI mimero de golpes que han sido necesa- rios para introducir los 30 cm centrales de! tomamuestras, sirven para dar idea de la re- sistencia del terreno y pueden correlacionar- se con el ensayo SPT. En el interior del tomamuestras se aloja tun tubo hueco de PVC en el que se introd ce la muestra. Los tomamuestras de pared delgada se i ‘troducen mediante empuje, sirviendo a su vez ‘como estuche para el traslado de la muestra, ‘Las medidas de los tomamuestras en mm se indican en la Tabla IV.1. Los extremos de los tubos de PVC 0 de Jos tomamuestras se parafinan para evitar la pérdida de las propiedades naturales del suelo. Se indica la profundidad y extremos superior ¢ inferior a que se ha tomado la muestra mediante un etiquetado de la misma. Cuando se desea tomar muestras de tipo Manual de Taludes 75 Tabla 1V.1 (PUY, 1981) © Exterior zapata ...-.. 79,38 961 1185 Q Interior zapata = muestra 71 86 106 @ Interior tubo + T4864 106.4 Longitud de muestra .... 725 725725 Longitud de portamuestras 525 $25 $25 Relacién de dreas ....... 24,99 24,87 24,97 Despeje interior ......... 0,56 0,46 0,37 Espesor de zapata 135° 151172922 1208 1354 155175195 1214 1364 15641764 196.4 Mm 2S 25 2s 725 S25 525525 525525, 24,89 24,37 23,14 20,37 18,19 0.49 0,73 089 0,790.71 ss 419505625 7107.8 BS SBS alterado se utilizan barrenos helicoidales hue- cos, que sacan a la superficie el material de forma continua y permiten la toma de mues- tras inalteradas por su interior. b)_ PENETROMETROS Son aparatos capaces de introducir una puntaza en el terreno mediante golpeo 0 por empuje. Su objeto es medir la resistencia a {a penetracién a lo largo de una profundt. dad deseada. Segiin la forma de introducir- los en el terreno se dividen en dindmicos y estdticos (Fig. 4.10). Existen diversos tipos de penetrémetros de los que se describen los utilizados més frecuentemente. EI ensayo de penetracién estdndar (SPT) constituye el penetrémetro dindmico abierto de uso més extendido (Fig. 4.11). Se aseme- ja.a.un tomamuestras de tubo bipartido, pe- ro de didmetro inferior. La resistencia del suelo a la penetracién se mide por el.ntimero de golpes, N, necesa- rios para hincar el SPT 30 cm. La maza que produce el golpeo pesa 63,6 kg, cayendo desde una altura de 76,2 cm. Se comienza.a golpear hasta que se ha in- troducido 15 cm. A partir de este momento se comienzan a contar los golpes cada 15 em hasta que se han introducido los 30 em restantes. Si se necesita dar mas de 100 gol- Penetrémetros estaticos rs Penetrémetros dindmicos Fig. 4.10.—Diversos tipos de penetrémetros (LAMBE y WHITMAN, 1972). 16 Investigacién de detalle Vatvula de bole Comisa de PVE Zapata de acero Fig, 4.11.—Tubo del SPT (PUY, 1981). pes se considera rechazo y se suspende la prueba. Algunas veces este ensayo ha de realizarse por debajo del nivel fredtico y entonces se aplica una férmula para corregir el nimero de golpes dados en el terreno sumergido: WN = 15 + 1/2(N’— 15) (4.1) (TERZAGHI y PECK, 1948) N’ = n.° de golpes medidos en el ensayo. Otro de los penetrémetros dindmicos que mas se usan es el denominado Borros (Fig. 4,12), Consiste en hacer penetrar una pun- taza de 1,5 kg de peso, de forma cuadrada y 16 cm? de superficie con una punta céni- ca que forma un angulo de 60°. Se golpea por medio de una maza de 65 kg de peso que cae desde una altura de $0 cm. General- mente se pierde la puntaza, que va encaja- Fig, 4.13.—Puntaza del penetrémetro dindmico Borros (PUY, 1981). Manual de Taludes 77 Tabla 1V.2 ENSAYO DE PENETRACION ESTANDARD (SPT) (SANGLERAT, 1967) Tubo de 2” x 1 3/8” Maza de 140 libras (63,6 kg) y 30” (76,2 cm.) de caida Carga que se puede Suelo Designaci6n N.° de golpes __aplicar en kg/em? Muy suelta O48 Arena Suelta 410 y Media 1130 limo Compacta 31-50 Muy compacta mis de 50 Muy blanda 02 Blanda 35 Arcilla Media 61s Firme 16-25 Dura mas de 25 da en el extremo inferior del varillaje (Fig. 4.13). EI niimero de golpes necesario para hacer avanzat la puntaza 20 cm recibe el nombre de numero de penetracién Borros, Ny. Sus Fig. 4.14.—Registro de ensayo de penetracién dinémica. resultados se indican en impresos que con- templan la profundidad y el ntimero de gol- pes (Fig. 4.14). Dentro de los penetrdmetros estdticos (CPT) la caracteristica fundamental es que el cono se introduce en el terreno por empuje, no por golpeo y a una velocidad constante, ano- tandose las resistencias de avance encontra- das y que se len en un manémetro. Existen dos tipos de cono en estos pene- trémetros: —cono mévil —cono fijo En el primer caso, el cono se desplaza a voluntad con respecto al tren de varillas que lo soporta. Se puede medir separadamente la resistencia en punta y el rozamiento late- ral, En el segundo caso no se pueden medir separadamente estas resistencias. Los penetrémetros estéticos son muy iiti- les para determinar pardmetros a corto pla- zo en arcillas y limos plésticos blandos. Los penetrémetros tienen gran utilidad pa- ra diferenciar rellenos artificiales del terre- no natural y obtener una estimacién de las resistencias de los diferentes materiales que los componen (Tabla 1V.2) 78 Investigacién de detalle 4.3.3. Métodos geofisicos Estudian la distribucién en profundidad de alguna determinada propiedad fisico-qui mica de las capas del terreno, o de alguna caracteristica relacionada con dichas propie- dades. Son de gran utilidad para la resolucién de estructuras geolégicas y como ayuda al conocimiento de las caracteristicas mecéni- cas de suelos y rocas. Tienen gran importancia para establecer los contactos entre materiales de recubrimien- to y substrato rocoso, entre rellenos artifi- ciales y terreno natural y para delimitar la posicién de niveles fredticos. Dependiendo del pardmetro fisico que se mide, los métodos geofisicos pueden ser: gra- vimétricos, magnéticos, sismicos, eléctricos y radiactivos. La testificacién geofisica mi- de estos pardmetros en el interior de un son- deo de forma continua (log). De todos los métodos mencionados se des- criben los mas ampliamente utilizados en la investigacion de taludes, tanto para fases de disefio, como para correccién de inestabili- dades. 4.3.3.1, Geofisica de superficie Los métodos de geofisica més usuales rea- lizados sobre la superficie del terreno son los sismicos y los eléctricos, sin considerar aquellos métodos de testificacién geofisica que se utilizan s6lo en ocasiones especiales. a) GEoFISICA S{sMICA Se basa en el anilisis de la propagacién de las ondas eldsticas a través del terreno. Estas se pueden clasificar de la siguiente for- ma: — Ondas eldsticas internas: © Longitudinales (P). © Transversales (S). — Ondas elésticas superficiales: © Rayleigh (R). * Love. + Hidrodindmicas (H). © Acopladas (C). Las velocidades de propagacién de las on- das eldsticas se miden por los tiempos que tardan en llegar dichas ondas desde el pun- to donde quedan; fasta los diversos puntos donde se recogen, cuyas distancias son co- nocidas. Las ondas P son las primeras en llegar (Fig. 4.15), y son las que se utilizan en la sismica de refraccién y reflexién. Las velocidades dependen de las constan- tes elisticas y de la densidad del medio se- guin las relacion / 4 vaaVik+ sme 42) o Vs Vile (4.3) Donde K = médulo de compresibilidad n = médulo. de rigidez @ = densidad. Una onda eldstica al propagarse en un t rreno discontinuo se comporta igual que un rayo luminoso a través de diversos medios transparentes y sufre los mismos efectos de refraccién, reflexién, difraccién, etc. (Fig 4,16) (CANTOS, 1974). Si una onda incide sobre una superficie de separacién de dos medios de diferentes velocidades, dicha onda se refleja y refracta seguin la ley de SNELL: sen ED Sen rLMO' Va Sieh on IMO. aoe 5) Sen rTMo" Yar (4.4) os ht ial Fig. 4.15.—Propagacién de las ondas eldsticas. Rayo feflejado transversal Rayo refraciade longitudinal Rayo refraciado transversal Fig. 4.16.—Comportamiento de las ondas eléstt- ‘cas en el terreno (CANTOS, 1974). La generacién de las ondas puede reali- zarse con explosivos o por el golpe de un maniillo sobre una placa metilica situada so- bre el terreno; Ia recepcién de las ondas pro- .ducidas se realiza con sensores 0 gedfonos que traducen la vibracién mecdnica debida al paso de las ondas por el terreno, en una frecuencia proporcional a la velocidad del movimiento de terreno. Esta frecuencia es muy pequefia y se amplifica antes de salir Manual de Taludes 79 a un galvanémetro. Sus indicaciones se re- gistran sobre una pelicula fotografica obte- niendo el sismograma (Fig. 4.17) del movi- miento producido por el paso de las ondas en el punto donde est4 situado el ge6fono. La representacién se realiza sobre unos ejes de coordenadas, poniendo en abscisas las distancias entre el punto de impacto y los gedfonos y en ordenadas los tiempos que a onda eldstica tarda en recorrer dichas dis- tancias. La grafica obtenida recibe el nom- bre de dromocrénica. Una vez interpretada ésta, se pasa a un perfil la topografia del terreno y la distribucién de las diferentes ve- locidades obtenidas (Figs. 4.18 y 4.19). Dentro de la geofisica sismica los méto- dos més empleados son el sismico de refrac- cién y el de reflexién. Ambos métodos se basan en el dngulo de incidencia de las on- das (Figs. 4.20 y 4.21). En dichas figuras i, = Angulo del rayo sismico incidente. i= Angulo del rayo sismico refractado. segiin la ley de SNELL: seni; sen Cuando i = 90° (siendo V; < ¥4), se di- ce que la refraccién es toral y se verifica la relacién sen i, = ¥4/V; en cuyo caso el én- gulo de incidencia se llama dngulo critico i. Movimiento det suelo a Tee. Vee Vy — Fig, 4.17,—Sismograma. 80. Investigacion de deralle ‘PROSPECCION SISMICA DE MARTILLO DROMOCRONICA PERFIL CLAVE: 6S 07,200/01 Fig, 4.18.—Registro e in terpretacién de sismica de martilio. escauas: \Levenoe Ors =n Los rayos sfsmicos que inciden segin én- gulos mayores que i,, Son todos reflejados. En la Tabla 1V.3 se indican las velocida- des de propagacién de las ondas en algunos materiales. A continuacién se explican los dos méto- dos mds empleados en la Geofisica Sismica, — Sismica de refraccién Consiste en generar ondas sismicas en su- perficie y registrar aquellas que sufren re- fraccién total a lo largo de los contactos de ‘velocidades distintas. Como estas ondas son las mds veloces, son las primeras en llegar. distinguiéndose perfectamente de las restantes. Este método da buenos resultados cuan- do se intenta delimitar un substrato rocoso, obtener su estructura, seguir una determina- da capa de alta velocidad, etc. ‘Se suelen emplear aparatos registradores DROMOCRONICA Fig. 4.19.—Registroe in- lerpretacién de sismica de explosives. PERFIL PROSPECCION SISMICA DE EXPLOSIVOS Manual de Taludes 81 CLAVE: GA-231 Levens Dre 400 anes Qe 1000 oe Os 1500 ean Math te sealanaled saeeatipaie oe te 192 portatiles de pocos canales, produciéndose la onda sismica mediante golpeo de un mar- tillo sobre una placa metalica, situada sobre -¢l terreno (Fig 4.22). Generalmente da buenos, resultados aun- que tiene limitaciones cuando una capa se apoya sobre otra de menor velocidad (Fig. 4.23). Se ha utilizado con éxito en la determina- cién del espesor de rocas meteorizadas des- izantes en laderas naturales en pizarras cre- tdcicas en Navarra (deslizamientos de! Puerto de Azpicén e Inza), hasta profundidades de unos 15 m. — Sismica de reflexion Determina los tiempos de Ilegada de las 82. Investigacion de detalle Tabla 1V.3 (CANTOS, 1974) Velocidad de Tipo de material propagacién m/seg Capa meteorizada 300 2 900 Aluyiones modernos 350 a 1500 Arcillas 1000 a 2000 Margas 1800 a 3200 Areniscas 1400 a 4500 Conglomerados 2500 a 5000 Calizas 4000 a 6000 Dolomias 5000 a 6000 Sal 4500 a 6500 Yeso 3000 a 4000 Anhidrita 3000 a 6000 Gneises 3100 a $400 Cuarcitas 5100 a 6100 Granitos 4000 a 6000 Gabros 6100 a 7300 Dunitas 7900 a 8400 Diabasas 5800 a 7100 Fig, 4.23.—Distorsion debida a capas de diferen- te velocidad de propagacién de las ondas Fig, 4.20.—Reflexion y refraccin. Fig. 4.22.—Esquema de pro- duccidn y registro de ondas sismicas. Fig, 4.24.—Reflexién de tas ondas. ondas reflejadas en las superficies de sepa- racién de dos medios de diferentes velocida- des de propagacién (Fig. 4.24). La distribucién de los ge6fonos se realiza agrupandolos a una distancia relativamen- te corta del punto de tiro. Esto asegura que Jas legadas registradas en el sismégrafo son debidas a ondas reflejadas y no refractados. Este método es muy preciso, pero caro. Suele utilizarse en casos concretos, dentro Manual de Taludes 83 de zonas delimitadas por otros métodos geo- fisicos. Presenta algunas limitaciones cuando las pendientes entre los contactos son mayores de 30°. bd) GEOFISICA ELECTRICA Se basa en el estudio de los campos de ‘potencial eléctrico provocados artificialmente, de cuya deformacién pueden deducirse con- clusiones sobre las caracteristicas geol6gicas del subsuelo. Se utiliza tanto corriente continua como alterna, preferentemente de frecuencias muy bajas. Esto se debe a que la profundidad de penetracién disminuye répidamente, a me- dida que aumenta la frecuencia. La principal ventaja de los métodos eléc- tricos es el reducido coste. EI método se basa en las diferentes pro- piedades eléctricas de las rocas: resistividad, conductividad, etc. Dentro de la variedad de los métodos de geofisica eléctrica, los de uso més corriente son los basados en la resistividad. EI método consiste en clavar en el terreno dos electrodos A y B y una vez establecido as{ un campo eléctrico artificial, se investi- gan sus condiciones con otros dos electro- Fig. 4.25.—Método ba- ‘sado en la resistividad del terreno (CANTOS, 1974). 84 Investigacién de detalle dos M y N de medida, también clavados en fl terreno y cuyas distancias se varfan con- venientemente (Fig. 4.25) (CANTOS, 1974). Asi se obtiene una informacién cuantita- tiva de las propiedades conductoras del te- reno y se puede determinar aproximadamen- te la distribucién vertical de su resistividad. La resistividad de algunas sustancias se in- dican a continuacién (Tabla IV.4). Los métodos més usuales basados en la resistividad son los sondeos eléctricos (SEV) y las calicatas eléetricas. En los primeros se toma un punto del te- reno como estacién y se procede a reali- zar una serie de lecturas con distintas dis- tancias intereléctricas. Cuanto mayor se hace la apertura del dispositivo, la informacién recibida corresponde a una mayor profun- didad (Fig. 4.26) (CANTOS, 1974). Si en lugar de modificar las distancias in- Tabla IV.4 (CANTOS, 1974) Tipo de material Resistividad Ohms-cm Azufre 10!7 Mica 10! a 105 Sal gema seca 105 a 105 Calcita 5 a 10 Cuarzo 10 Granito seco 10° a 10" Arenisca seca 108 a 10° Limonita sritias 16 Caliza seca ....eccs.. 108 a 108 Caliza hiimeda ... 5.103 a 5.104 Mineral de pirita, seco... 10° a 104 Mineral de pirita, himedo. 10? a 10-! Calcopirita woes Pars Calcopirita himeda ..... 5.103 a 10% Marga, hiimeda ......... 102 a 10° Arcilla, seca. sos 10 ale Sal gema, hiimeda Sa 10 Grafito ....... 3.107 Cobre... 1,7.10-6 Plata 10-6 tereléctricas del dispositivo éstas se mantie- nen constantes y desplazamos todo el dispo- sitivo a lo largo de un perfil, obtenemos una calicata eléctrica. Esta nos indica la varia- cién que experimenta la resistividad aparen- te, lateralmente a lo largo de un perfil. Las limitaciones de estos métodos vienen impuestas por las topografias fuertes. Los datos registrados en campo se refle- jan en un grdfico, en el que se ponen en ordenadas las resistividades aparentes y en abscisas la distancia que hay entre uno de los: electrodos de corriente y el punto (Fig. 4.20), Los sondeos eléctricos se emplean para de- terminar recubrimientos sobre substrato, pero sdlo son titiles cuando se trata de materiales eléctricamente distintos, y no suelen servir ni para espesores de meteorizacién ni pro- fundidades de nivel fredtico. Pueden ser uiti- les para deslizamiento, por ejemplo de una marga sobre una arenisca. Las calicatas, sir- ven para detectar fallas o cambios laterales de litologias con contraste eléctrico. Se em- plean menos que los sondeos, y ambos me- nos que la sismica. 4.3.4, Ensayos «in situ» Tienen como objeto estimar las caracte- risticas mecénicas 0 hidrogeoldgicas del te- reno, Suelen ser muy costosos, cuando son a gran escala, y tienen un cardcter puntual, Con frecuencia la pequefia porcién de terre- no a que afectan piantea dificiles problemas de interpretacién para extrapolar sus resul- tados a la escala real, Sin embargo son los Ainicos que ofrecen garantias respecto al ca- rdcter inalterado del terreno ensayado. 4.3.4.1, Medios rocosos Los macizos rocosos son conjuntos hete- rogéneos y generalmente discontinuos, lo que implica que la escala de un experimento de- termina los resultados del mismo. ‘Se pueden dividir los ensayos «in situ».de Manual de Taludes 85 ee Fs de pilas @ Electrodo i Electrodo de corriente de corriente Fig. 4.26.—Esquema para registro en SEV (CANTOS, 1974). Jos medios rocosos en dos grupos, segiin la _caracteristicas de las masas rocosas, es ne- propiedad que pretendan definir: cesario realizarlos en nimero considerable — Resistencia y deformabilidad. para analizar estadisticamente los resultados. —_ poeta: La extrapolacién de los mismos a reas mayores que las ensayadas requiere que las propiedades de la roca mantengan una cier- ta uniformidad en toda la extensién que in- Estos ensayos, dada la variabilidad de las _terese. a) RESISTENCIA PARE NTE resort Fig. 4.27.—Interpretacién de un SEV. 86 Investigacién de deralte Los ensayos que se describen a continua~ cién son los de uso més extendido, debido a que los aparatos necesarios para su reali- zacién son facilmente transportables. — Martillo Schmidt (Esclerémetro) Ideado en un principio para estimar la re- sistencia a compresién simple del hormigén, se ha modificado convenientemente dando lugar a varios modelos, tipo L, N. P, etc., alguno de los cuales resulta apropiado para estimar la resistencia @ compresin simple de la roca (Fig. 4.28). ‘Su uso es muy frecuente dada la maneja- bilidad del aparato, pudiendo aplicarse so- bre roca’ matriz y fundamentalmente sobre las discontinuidades (resistencia de los la- bios). Consiste en medir la resistencia al rebote de la superficie de roca ensayada. La medida del rebote se correlaciona con la resistencia a la compresién simple, me- diante un grafico debido a MILLER (1965) que contempla la densidad de la roca y la Fig. 4.28,—Martillo Schmidt (esclerdmetro). orientacién del martillo respecto del plano ensayado (Figura 4,29), El desarrollo del ensayo consiste en una preparacién de las zonas elegidas, eliminan- do la patina de roca meteorizada. Se efec- tdan 10 percusiones con el martillo en la zona elegida y se eliminan los $ valores més bajos, efectudndose el promedio de los res- tantes. ‘Una vez ensayadas todas las zonas nece- sarias, se llevan al grafico de correlacién y se obtienen unos valores estimativos de la resistencia a compresién simple de la roca, obteniendo una idea de su estado y calidad. EI registro de los datos se realiza sobre ‘unos impresos preparados a tal fin, que fa- cilitan la interpretacién de los mismos. Es necesaria la toma de alguna muestra- bloque y su ensayo en laboratorio para ca- librar las medidas. i i ree nin so torent sen/aPe one? Fig, 4.29.—Grdfico de correlacién entre el resui- tado del esclerémetro y la resistencia @ compre- sién simple (MILLER, 1965). Fig, 4.30.—Aparato de ensayo de carga puntual (Point Load Test). — Ensayo de carga puntual (Point Load Test) EI objeto principal de este ensayo con- siste en estimar la resistencia a compresion simple. En él se comprime una probeta ci- lindrica entre dos puntos situados en gene- ratrices opuestas (Fig. 4.30). El indice del ensayo, I,, se define como: i z (4.6) 7D siendo P la carga de rotura y D el diame- tro del testigo. La longitud de éste ha de ser, al menos, 1,5 veces su didmetro y no Manual de Taludes 87 se exige ninguna preparacién especial de los extremos de la probeta (Fig. 4.31) (OTEO, 1978). Este ensayo por su facilidad de realiza- cién en campo puede utilizarse ampliamente para obtener un extenso espectro de la cali- dad de la roca. Por su dificil aplicacién en rocas muy blandas y en el caso de rocas con anisotropia muy marcada, debe procurarse que la direccién de aplicacién de la carga sea paralela o perpendicular a la direccién predominante de la estratificacién, esquisto- sidad, etc. Diversos autores han tratado de obtener tuna correlacién entre los indices, J, la re- a compresién simple, ¢., de las ro- BIENIAWSKI obtuvo la correlacién (4.7) en la que apuntaba la influencia del tamafto y forma de la muestra ensayada. Posterior- mente diversos autores han analizado la in- fluencia de la forma y didmetro de as mues- tras en las correlaciones (Fig. 4.32). mI, aD BROCH & FRANKLIN han considerado: P aae® 4.8) Indice de carga puntual Is = = Fig. 4.31.—Dimensiones de la probeta. Indice de carga puntual (OTEO, 1978). jin de detalle BENIAWSK:, 1974 Indice de carga puntual ts (MPa Resistencia a comprsion simple 9, (MPa) 72 (0 = 54mm) 308 7250 300 ‘50 Fig, 432.—Relacién entre el ensayo de carga puntual y el de compresién simple (BIENIAWSKI, 1974, En OTEO, 1978). Donde: P =es la carga aplicada A =es la seccién de le muestra K = constante, que depende de la resisten- cia de la roca. Los datos obtenidos de miiltitud de ensa- yos se han levado a diagramas de P/A®S ‘obteniéndose curvas ligeramente céncavas 0 convexas para un mismo tipo de roca. Esto ‘es indicativo de que el exponente 0,75 es una condicién general que puede hacerse ex- tensiva a précticamente la totalidad de las rocas. Para facilitar que las rocas mas fractura- das se puedan ensayar, se ha propuesto un didmetro de 25 mm en probetas cilindricas, aproximadamente una seccién de $00 mm?, Se puede obtener un indice de resistencia, Trop Aividiendo por ese area. - Fs a). 49) $00 mm? Tso Relacionando este indice con la variacién de las secciones de las muestras se puede obtener un indice de resistencia corregido, Tip, cuya expresion es la siguiente: P Aas (4.10) Tho = 211 Donde: Tio, viene dado en Mpa. P, viene dado en KN A, viene dado en mm?. Esta correccién segiin el tamafio de la pro- beta no da errores serios cuando la seccién de la muestra no excede del 10% de la sec- cién esténdar (500 mm), ‘A partir de las correcciones anteriormen- te descritas y en base a los datos de varios autores (Fig. 4.33) (BROOK, 1980) se puede concluir, que una estimacién aproximada de la resistencia a compresi6n simple de la roca viene dada por la relacién: 6, = 12,5 Typ 4.11) o + Broch B. Franklin © Bieniawsid = DiAndres, + Leeds University | Fig. 4.33.—Relacién entre o, ¥ Tsg9 (BROOK, 1980). Los ensayos de carga puntual también se pueden realizar sobre fragmentos de roca irre- gulares, aunque los resultados obtenidos sue- len presentar una gran dispersién. Para facilitar la toma de datos de los en- sayos realizados en el campo existen una se- rie de impresos que permiten efectuar las correcciones posteriores de forma practica y sencilla. Deben ensayarse testigos o muestras-blo- que en laboratorio para calibracién. — Ensayo’ de traccién indirecta 0 «Brasilenon Se puede realizar con el aparato anterior al que se le sustituyen las puntazas por pla- CARGA_P por Fig. 4.34.—Ensayo «Brasileno» en testigo de ro- ca (OTEO, 1978). Manual de Taludes 89 cas rectangulares de acero (Fig. 4,34) (OTEO, 1978). La realizacién de este ensayo en el cam- po estd condicionada por el didmetro de las muestras disponibles y las limitaciones de carga del aparato, para rocas muy resisten- tes. Este ensayo no es de uso muy frecuen- te en el campo, por lo que sus fundamen- tos se exponen en el punto ¢) del apartado 4.3.6.1, de los ensayos de resistencia de ro- cas realizados en laboratorio. — Ensayo de corte directo Existen en la actualidad aparatos de corte directo de tipo portdti! (HOEK, 1970), que faciliten la realizaci6n de este tipo de ensa. yos (Fig. 4.35). En estos aparatos se pretenden determi- nar la cohesin y dngulo de rozamiento in- terno a lo largo de una superficie de testigo de roca o de una discontinuidad. El testigo de roca 0 fragmento que contie- ne la discontinuidad se sujeta a ambas cajas con mortero de cemento o resina, dejando en la parte central de la-caja la discontinui- dad. Sobre ésta se aplica la fuerza horizon- tal para que se produzca la rotura (Figura 4.36). En estos ensayos se determina, tanto la resistencia al corte de pico como la residual, efectuando en este caso varios ciclos de car- ga y descarga en cada muestra o Ilevando Fig. 4.35.—Aparato de ensayo de corte directo portdtil

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