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CAMPESINOS DE TIERRA Y AGUA

CAMPESINADO EN EL DEPARTAMENTO DE CÓRDOBA

La región Caribe y principalmente el departamento de Córdoba, debido a las extensas sabanas


rodeadas de fuentes fluviales que posee, históricamente ha sido una de las regiones donde más se
presenta la posesión de tierras por pocos terratenientes. Si bien se tiene registro de esta situación
desde el siglo XIX, en épocas de la esclavitud, no fue sino hasta hace 100 años, el 18 de abril de
1918 con creación de la Sociedad de Obreros y Artesanos de Montería que se organizan los
campesinos cordobeses con un objetivo común: el bienestar de la población campesina
materializado en tierra para trabajar, acceso a la educación, salud y eliminación del modo de
esclavitud de la época llamado matricula1. En 1919 se crea la Sociedad de Obreras Redención de
la Mujer cuya presidenta era Juana Julia Guzmán y cuya memoria será conservada como símbolo
de lucha no solo del campesinado, sino también de la mujer cordobesa. Con la participación de
Juana Julia se dan las tomas de terrenos baldíos acaparados por los terratenientes en la región de
Canalete, Callejas y Lomagrande. Este último es llamado “Baluarte Rojo” y es considerado un
territorio de producción agrícola y de resistencia y defensa campesina. Como era de esperarse,
con la instauración del Baluarte2 llega la represión violenta y criminalidad de la fuerza pública en
defensa de los intereses de los terratenientes en la muerte de la campesina Encarnación Araujo y
los campesinos Urbano de Castro y José de los Santos Pérez. En 1921 se funda el Partido Obrero
Socialista Colombiano gracias a las ideas socialistas de Vicente Adamo y la asamblea de obreros
y campesinos de Córdoba y la región Caribe. Se registran para este periodo una serie de hechos
victimizantes como asesinatos, detenciones y desplazamientos forzados.

En los años cincuenta, en la época de La Violencia, la situación del campesinado se agrava con la
disputa bipartidista, dado que los terratenientes de corte conservador instauran una guerra con los
campesinos liberales, que toma como escenario de pugna las tierras recuperadas 3. Además de la
1
La matrícula se refiere a la continuidad de la esclavitud bajo este nombre, luego de la abolición de esta. Era
permitida debido a una ordenanza del departamento de Bolívar a partir de 1892 y con ella se garantizaba la apropiación por parte
del terrateniente sobre el campesino, su fuerza de trabajo y su familia.

2
Baluarte hace referencia a territorios recuperados o conquistados colectivamente por los campesinos en su
incansable lucha contra la posesión de tierras en manos de los hacendados, y en el cual vivían, cultivaban, trabajaban y defendían
los campesinos.
3
Tomado de Historia de Colombia. País fragmentado, sociedad dividida de Marco Palacios.
defensa del ideal liberal de los campesinos, la organización también representaba una manera de
proteger la tierra, pero este conflicto acabaría con miles de campesinos muertos y sin tierras,
puesto que se vieron forzados a desplazarse, a dejar las casas y cultivos para huir de la violencia.
Estos territorios serían tomados por los terratenientes.

A partir de la década de los años sesenta la organización campesina en el departamento de


Córdoba comienza a fortalecerse mediante la creación del Sindicato de Agricultores de Palermo,
el cual, según los relatos de los campesinos encontrados en el informe del Centro Nacional de
Memoria Histórica “Campesinos de tierra y agua. Campesinado en el departamento de
Córdoba” fue el primer sindicato agrario del departamento. La represión contra este sindicato
fue inmediata y vino acompañada de despojos, asesinatos, desplazamiento forzado, persecusión y
amenazas, como intentos de debilitar y disminuir las fuerzas organizativas que se encontraban
fortalecidas y concentradas en los movimientos campesinos fuertemente motivados por la
distribución inequitativa de la tierra y la lucha por la misma:
“Y los sindicatos que se organizaron fueron tomando fuerza y eso como que lo animaba y lo
motivaba a uno -decía mi papá-. Y entonces los campesinos y también las campesinas iban
participando y veían que así se fortalecían y fueron tomando ánimos en la lucha por las tierras…
Pero luego ¿qué pasaba?, que venían las consecuencias y entonces fue la época de la represión,
mejor dicho, se los dañó esa alegría y principió la persecución”. (p. 23)

A finales de los años sesenta, se registra la presencia del EPL en la región del Sinú y
posteriormente, en los años setenta se asienta en territorio el PRT. Debido a la presencia de estos
grupos se genera una estigmatización constante hacia los campesinos usuarios, lo cual justificó
los hechos violentos contra la organización y sus integrantes por parte de la fuerza pública, las
autoridades locales y nacionales dado que hacia finales de los años setenta se emprende una
persecución hacia la ANUC liderada por el entonces presidente Misael Pastrana Borrero.

Las miles hectáreas de tierra en Córdoba las poseían los terratenientes y eran dedicadas a la
ganadería extensiva e imposibilitaba incentivar el potencial agrícola altamente productivo de las
mismas. Se encontraba también el arrendamiento de parcelas a campesinos sin tierras para que
las trabajasen, de aquí que el punto de mayor tensión de la reforma agraria entre terratenientes
propietarios y campesinos fuese la expropiación de tierras privadas de hasta 15 hectáreas
cultivadas por arrendatarios según lo promulgaba la Ley 1 de 1968. Por ello, en 1970 se instala
en Córdoba la Asociación Municipal de Usuarios campesinos de Montería (AMUCM) bajo la
consigna de “la tierra para quien la trabaja”. Desde ese momento los campesinos cordobeses, con
ayuda de la ANUC distanciada del estado, comienzan un proceso de recuperación de tierras
autónomo y colectivo por medio de la toma de tierras baldías y parcelas abandonadas sobre las
cuales no se cultivaba, construyeron los Baluartes de Autogestión Campesina como territorios
recuperados donde se iniciaba una vida colectiva entre los campesinos que se dedicaban a
trabajar la tierra para el sostenimiento de la comunidad, siendo el más representativo el Baluarte
Vicente Adamo creado en 1972.

Las luchas por recuperar la tierra no se limitaron al asentamiento de los Baluartes de


Autogestión, sino que llegaron a un plano organizativo donde se enviaban representantes de las
delegaciones para que estuvieran al frente del proceso con el INCORA y el Ministerio de
Agricultura, que prometía titular las tierras tal como se planteaba en la Reforma Agraria a los
campesinos. Del trabajo diario de los campesinos de las cosechas en las tierras recuperadas, se
destinaba una fracción para financiar y apoyar a los líderes, y crear fondos de ahorros para
préstamos que se necesitaran para empezar las cosechas, pero en estos escenarios organizativos
el papel represivo estatal en manos de los terratenientes se hizo sentir sobre la población por
medio de acusaciones hacia los usuarios tildándolos de “guerrilleros”, “ladrones de tierras” y
“terroristas”, que sirvieron de pretexto para desatar una ola de silenciamiento mediante
asesinatos, tortura y encarcelamiento de líderes y campesinos usuarios.

En los años ochenta, las acciones contra la organización campesina se intensificaron de manera
significativa debido a la creación de grupos armados para reprimir y violentar a los campesinos,
estos grupos fueron creados por los latifundistas con apoyo del gobierno. En 1981 el ejército en
compañía del terrateniente Elías Milane Calume ordenaron la fueron la detención de manera
arbitraria 120 campesinos de diversas regiones del departamento y fueron obligados a pagar seis
meses de cárcel, durante este tiempo se les prohibieron las visitas domiciliarias y fueron aislados.
Así mismo, dicho terrateniente posteriormente da origen al incendio de 83 viviendas de
campesinos. En 1986 fue detenido y desaparecido en el municipio de Valencia el campesino
Felipe Ayala, en 1987 fue asesinado Euclides Montes Negrete y en 1988 fueron asesinados
Rafael Duque Perea y Hernando Colón Hernández en Montería. En ese mismo año, el 30 de
agosto en la vereda El Tomate 16 campesinos fueron victimas de una masacre, también fueron
quemadas varias casas; como autor de este hecho se encuentra Jesús María López “mono
López”, quien fue alcalde de Montería en 1988 y gobernador del departamento entre 2001 y
2003. Los campesinos asesinados fueron señalados de pertenecer al EPL, justificando en de esta
manera el crimen cometido. El 3 de abril en el corregimiento La Mejor Esquina fueron
asesinados 27 campesinos en otra masacre.

Las masacres realizadas por los paramilitares se dieron de manera sistemática en todo el
departamento, pero con una fuerte presencia en el municipio de Tierralta y Valencia. En la
vereda El Diamante paramilitares bajo el mando de Salvatore Mancuso que dejó un saldo de casi
veinte personas asesinadas y más de 26 mil personas desplazadas. Este territorio contaba con
presencia de campesinos usuarios, EPL y las FARC, así como de los paramilitares. En la vereda
Nain se dio una masacre acompañada de dos oleadas de desplazamientos forzados. En 1986 bajo
la orden de los hermanos Castaño desaparecen a dos integrantes de la ANUC y asesinan a un
miembro fiscal de la organización campesina en Valencia.

Finalmente, todos estos episodios de violencia, el constante asedio a la organización y una serie
de disputas internas llevaron al termino de esta en 1990, no obstante, a pesar de la desintegración
de la organización se seguía declarando a sus integrantes, líderes y reclamantes de tierra como
objetivo militar para los paramilitares. Luego de esta fractura organizativa surgen intentos de
reunificar la organización en Córdoba, por ello nombran a William Jaime como presidente de la
organización en 1992, este es declarado objetivo militar por Carlos Castaño (así como la ANUC)
y es asesinado, así mismo son asesinados incontables dirigentes de la organización, entre ellos a
Julio Contreras y Osvaldo Espitia. En 1995 son asesinados en Valencia tres hombres, de esto
hecho se generó un desplazamiento de 5mil familias, y en los años de 1996 y 1997 crece la
presencia paramilitar sobre todo el territorio, así como las amenazas, masacras y
desplazamientos; estos hechos obligaron a gran parte de la dirigencia campesina de la
organización a exiliarse en calidad de refugiados políticos en países europeos, y a disolver las
fuerzas organizativas para preservar la vida en medio de la guerra.

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