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En los años cincuenta, en la época de La Violencia, la situación del campesinado se agrava con la
disputa bipartidista, dado que los terratenientes de corte conservador instauran una guerra con los
campesinos liberales, que toma como escenario de pugna las tierras recuperadas 3. Además de la
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La matrícula se refiere a la continuidad de la esclavitud bajo este nombre, luego de la abolición de esta. Era
permitida debido a una ordenanza del departamento de Bolívar a partir de 1892 y con ella se garantizaba la apropiación por parte
del terrateniente sobre el campesino, su fuerza de trabajo y su familia.
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Baluarte hace referencia a territorios recuperados o conquistados colectivamente por los campesinos en su
incansable lucha contra la posesión de tierras en manos de los hacendados, y en el cual vivían, cultivaban, trabajaban y defendían
los campesinos.
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Tomado de Historia de Colombia. País fragmentado, sociedad dividida de Marco Palacios.
defensa del ideal liberal de los campesinos, la organización también representaba una manera de
proteger la tierra, pero este conflicto acabaría con miles de campesinos muertos y sin tierras,
puesto que se vieron forzados a desplazarse, a dejar las casas y cultivos para huir de la violencia.
Estos territorios serían tomados por los terratenientes.
A finales de los años sesenta, se registra la presencia del EPL en la región del Sinú y
posteriormente, en los años setenta se asienta en territorio el PRT. Debido a la presencia de estos
grupos se genera una estigmatización constante hacia los campesinos usuarios, lo cual justificó
los hechos violentos contra la organización y sus integrantes por parte de la fuerza pública, las
autoridades locales y nacionales dado que hacia finales de los años setenta se emprende una
persecución hacia la ANUC liderada por el entonces presidente Misael Pastrana Borrero.
Las miles hectáreas de tierra en Córdoba las poseían los terratenientes y eran dedicadas a la
ganadería extensiva e imposibilitaba incentivar el potencial agrícola altamente productivo de las
mismas. Se encontraba también el arrendamiento de parcelas a campesinos sin tierras para que
las trabajasen, de aquí que el punto de mayor tensión de la reforma agraria entre terratenientes
propietarios y campesinos fuese la expropiación de tierras privadas de hasta 15 hectáreas
cultivadas por arrendatarios según lo promulgaba la Ley 1 de 1968. Por ello, en 1970 se instala
en Córdoba la Asociación Municipal de Usuarios campesinos de Montería (AMUCM) bajo la
consigna de “la tierra para quien la trabaja”. Desde ese momento los campesinos cordobeses, con
ayuda de la ANUC distanciada del estado, comienzan un proceso de recuperación de tierras
autónomo y colectivo por medio de la toma de tierras baldías y parcelas abandonadas sobre las
cuales no se cultivaba, construyeron los Baluartes de Autogestión Campesina como territorios
recuperados donde se iniciaba una vida colectiva entre los campesinos que se dedicaban a
trabajar la tierra para el sostenimiento de la comunidad, siendo el más representativo el Baluarte
Vicente Adamo creado en 1972.
En los años ochenta, las acciones contra la organización campesina se intensificaron de manera
significativa debido a la creación de grupos armados para reprimir y violentar a los campesinos,
estos grupos fueron creados por los latifundistas con apoyo del gobierno. En 1981 el ejército en
compañía del terrateniente Elías Milane Calume ordenaron la fueron la detención de manera
arbitraria 120 campesinos de diversas regiones del departamento y fueron obligados a pagar seis
meses de cárcel, durante este tiempo se les prohibieron las visitas domiciliarias y fueron aislados.
Así mismo, dicho terrateniente posteriormente da origen al incendio de 83 viviendas de
campesinos. En 1986 fue detenido y desaparecido en el municipio de Valencia el campesino
Felipe Ayala, en 1987 fue asesinado Euclides Montes Negrete y en 1988 fueron asesinados
Rafael Duque Perea y Hernando Colón Hernández en Montería. En ese mismo año, el 30 de
agosto en la vereda El Tomate 16 campesinos fueron victimas de una masacre, también fueron
quemadas varias casas; como autor de este hecho se encuentra Jesús María López “mono
López”, quien fue alcalde de Montería en 1988 y gobernador del departamento entre 2001 y
2003. Los campesinos asesinados fueron señalados de pertenecer al EPL, justificando en de esta
manera el crimen cometido. El 3 de abril en el corregimiento La Mejor Esquina fueron
asesinados 27 campesinos en otra masacre.
Las masacres realizadas por los paramilitares se dieron de manera sistemática en todo el
departamento, pero con una fuerte presencia en el municipio de Tierralta y Valencia. En la
vereda El Diamante paramilitares bajo el mando de Salvatore Mancuso que dejó un saldo de casi
veinte personas asesinadas y más de 26 mil personas desplazadas. Este territorio contaba con
presencia de campesinos usuarios, EPL y las FARC, así como de los paramilitares. En la vereda
Nain se dio una masacre acompañada de dos oleadas de desplazamientos forzados. En 1986 bajo
la orden de los hermanos Castaño desaparecen a dos integrantes de la ANUC y asesinan a un
miembro fiscal de la organización campesina en Valencia.
Finalmente, todos estos episodios de violencia, el constante asedio a la organización y una serie
de disputas internas llevaron al termino de esta en 1990, no obstante, a pesar de la desintegración
de la organización se seguía declarando a sus integrantes, líderes y reclamantes de tierra como
objetivo militar para los paramilitares. Luego de esta fractura organizativa surgen intentos de
reunificar la organización en Córdoba, por ello nombran a William Jaime como presidente de la
organización en 1992, este es declarado objetivo militar por Carlos Castaño (así como la ANUC)
y es asesinado, así mismo son asesinados incontables dirigentes de la organización, entre ellos a
Julio Contreras y Osvaldo Espitia. En 1995 son asesinados en Valencia tres hombres, de esto
hecho se generó un desplazamiento de 5mil familias, y en los años de 1996 y 1997 crece la
presencia paramilitar sobre todo el territorio, así como las amenazas, masacras y
desplazamientos; estos hechos obligaron a gran parte de la dirigencia campesina de la
organización a exiliarse en calidad de refugiados políticos en países europeos, y a disolver las
fuerzas organizativas para preservar la vida en medio de la guerra.