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Las rocas ígneas son aquellas que se forman por el enfriamiento del magma en el interior de
la Tierra o al emerger como lava volcánica. Son rocas con una proporción variable
de materia cristalizada y materia vitrificada (sólidos amorfos no cristalinos), pH de ácido a
básico y colores desde tonos claros hasta muy oscuros.
Las rocas ígneas se forman en los puntos de la Tierra donde se destruye la corteza terrestre o
surge corteza nueva. Esto es en las zonas de subducción (donde el viejo suelo oceánico se
hunde bajo los continentes), o en las dorsales oceánicas.
Su textura es variable, estando definida por la proporción entre cristal y vidrio, el tamaño y
forma de sus partículas y su arreglo entre sí. Estas rocas pueden ser intrusivas si se forman al
enfriarse el magma bajo la superficie y extrusivas si se originan de la lava.
Lava enfriándose.
Además, el proceso de enfriamiento del magma incide en la roca resultante, porque bajo la
corteza el enfriamiento es más lento, generando una cristalización mayor. Si el magma se
expone al aire y al agua al aflorar como lava, se enfría más rápido, ocurriendo una
vitrificación y se pueden formar rocas vítreas (vidrio volcánico).
FORMACION
Las rocas ígneas se forman a partir del magma, que es un líquido constituido por roca
fundida, cristales en suspensión y gases. Este magma se encuentra en el manto de la tierra y
se recicla en el proceso de renovación de la corteza terrestre en la deriva continental.
El magma que da origen a las rocas ígneas incluye una fase líquida formada por silicatos
fundidos, una sólida de cristales de esos silicatos en suspensión y una tercera fase gaseosa.
Esta última incluye vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2) y dióxido de azufre
(SO2).
Los principales elementos químicos presentes son el dióxido de silicio (SiO2), óxido de
aluminio (Al2O3) y óxido férrico (Fe2O3). Al igual que el óxido ferroso (FeO), óxido de
magnesio (MgO), óxido de calcio (CaO), óxido de sodio (Na2O) y óxido de potasio (K2O).
En general las rocas resultantes muestran una composición de 59% feldespatos, 17%
anfíboles y piroxenos, 12% cuarzo, 4% micas y 8% otros minerales. Entre los feldespatos
están los cálcicos (como la anortita), sódicos (como la albita), los olivinos, los
clinopiroxenos, ortopiroxenos, hoblenda y biotita.
TEXTURA
La textura o estructura de una roca ígnea se refiere a la forma en que están ordenados los
cristales y materiales amorfos que constituyen la roca. Esto incluye la proporción de vidrio y
cristal presente (cristalinidad), así como el tamaño y la forma de los cristales.
Otro aspecto es la relación estructural entre dichos cristales y otros materiales, es decir cómo
se disponen unos respecto a otros.
CRISTALINIDAD
En las rocas ígneas la cristalinidad va desde 100% cristalizada (dominio de cristales) hasta
100% vítrea (dominio del vidrio). Por ejemplo, el granito holocristalino de Ross of Mull en
Escocia (Gran Bretaña), compuesto de 100% de cristales.
TAMAÑO
Para definir el tamaño hay tanto criterios cualitativos como cuantitativos. Con el método
cualitativo, se habla de rocas ígneas fanerocristalinas cuando todos sus cristales son visibles
a simple vista.
En tanto que las afaníticas son aquellas rocas donde la casi totalidad de sus cristales no se
pueden ver a simple vista. Estas rocas se diferencian en microlíticas (los cristales se pueden
ver con un microscopio) y criptocristalinas donde los cristales no se aprecian ni bajo
microscopio.
Para descripciones más exactas, se recurre a métodos cuantitativos, en los cuales se miden
los cristales. Según esta característica se separan en gruesos (mayores de 5 mm), medios
(entre 1 y 5 mm) y finos (menores de 1 mm).
Las rocas ígneas se pueden clasificar por su origen o por su composición, en el primer caso
se habla de rocas ígneas intrusivas y extrusivas. En tanto que la composición las clasifica en
silíceas si tienen poco hierro y magnesio, siendo ricas en sílice.
EXTRUSIVAS O VOLCANICAS
Las rocas ígneas extrusivas se originan a partir
de la lava expulsada por las erupciones
volcánicas. En este caso predominan las
texturas afaníticas, con cristales más
pequeños, debido a la baja cristalización por
un enfriamiento rápido.