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Somos un montón, te lo juro.

Así como son más las familias huerteras, guardianas de semillas


alquimistas ancestrales de la vida, que los sojeros industriales de Monsato. Así como son más las
familias que no encienden la tele ni miran los engaños del consumo. Así como en el mundo son
muchas más las personas que nunca tuvieron un teléfono en sus manos.
Nosotros los que creemos todavía en mirarnos a los ojos
Somos un montón, te lo juro, somos muchísimos
incluso quizás seamos la mayoría.
Te lo juro. Somos un montón.
Estamos despiertos, en todos lados, en la ciudad, en el campo, en la montaña, en el monte, en la
costa, estamos activando, escuchando, contemplando, amaneciendo, conociendo y
reconociéndonos.
Somos un montón, te lo juro. Estamos vivos, somos invisibles, visibles, invencibles, soñadores,
despiertos, potentes, salvajes, antiestructurados, caóticos. Somos un montón.
Te lo juro
montones, felices, pobres, desorientados, desoccidentados,
accidentados,
orientados,
filosos
saludables.
Hola, hola,
acá estamos.
Somos un montón,
te lo juro
y en cada rincón, en cada gesto brindado
por solo el amor de seguir siendo
somos un montón
y estamos yendo.
Mucha paz a los payasos
a los poetas y los artistas.
A su fulgor vital que habita bajo el halo de su pecho: mucho fuego y universo.
Vida eterna a los payasos! A los profesores del sentimentalismo. A los que aman sin títulos.
A los payadores de la prosa y la poesía.
A los que se animan a arriesgar creando y vivir errando.
A los que quiebran los lazos de lo establecido para perseguir un sueño.
Para ellas, para ellos
cirqueros del camino errante
mucha paz y mucho vino. Muchas noches y mucha risa pa ahuyentar la muerte.
Poetas y poetisas
pacientes ocultos vanguardistas prontos al boom
para los que leen y los que no se animan
para los que están y los que ya no
los espero, acá y siempre.
Mucha paz a los payasos
a los poetas y los artistas.
No le teman al manto de la noche
Porque ella sabe de reencuentros. Porque abriga indiscriminadamente a quien se le acerca.
Combatan el silencio de su voz con los atisbos de la locura.
Gasten esas lapiceras
déjenlas sin tinta
que la botella se vacié y la embriaguez desoladora de tu cuerpo dance en la bruma malva.
Que hagas que salgas que vivas
que vean
vean
vean y vivan y escriban y narren y canten y rompan esas cadenas que oprimen sus gargantas
y que el grito de su voz recitando la desnudez del alma sea un signo más de rebelión.

***
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro,
no voy a permitir que nadie te vea.
hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.
Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?
Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.
luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto y es tan tierno como
para hacer llorar a un hombre,
pero yo no
lloro,
¿lloras tú?
EL ENCUBRIDOR

Ese que sale de su país porque tiene miedo, 


no sabe de que, 
miedo del queso con ratón, 
de la cuerda entre los locos, 
de la espuma en la sopa. 
Entonces quiere cambiarse como una figurita, 
el pelo que antes se alambraba 
con gomina y espejo lo suelta en jopo, 
se abre la camisa, muda de costumbres, 
de vino, de idioma. 
Se da cuenta, infeliz, que va tirando mejor, 
y duerme a pata ancha. 
Hasta de estilo cambia, 
y tiene amigos que no saben su historia provinciana, 
ridícula y casera. 
A ratos se pregunta como pudo esperar 
todo ese tiempo 
para salirse del río sin orillas, 
de los cuellos garrote, 
de los domingos, lunes, martes, miércoles y jueves. 
A fojas uno, si, pero cuidado: 
un mismo espejo es todos los espejos, 
y el pasaporte dice que naciste y que eres 
y cutis color blanco, nariz de dorso recto, 
Buenos Aires, septiembre. 
Aparte que no olvida, 
porque es arte de pocos, 
lo que quiso, 
esa sopa de estrellas y letras que infatigable comerá 
en numerosas mesas de variados hoteles, 
la misma sopa, pobre tipo, 
hasta que el pescadito intercostal 
se plante y diga basta. 
Antes, después
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede al amor
como la caricia a la mano
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente
aunque no haya huella ni presagio
aunque no haya huella ni presagio
como la caricia a la mano
el perfume dibuja el jazmín
el amante precede el amor
pero inevitablemente
el amor sobrevive al amante
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna

como la caricia a la mano


aunque no haya huella ni presagio
el amante precede al amor
el perfume dibuja el jazmín
como los juegos al llanto
como la sombra a la columna
el amor sobrevive al amante
pero inevitablemente

***

Todo lo que de vos quisiera


es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,


esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco


yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,


que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

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