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Vinagreta con miel y mostaza para paladares gourmet

Llueve en el Sur de California. Llueve desde el jueves pasado. Mis niños están de
vacaciones desde el viernes. La chimenea está encendida. Mañana habrá llegado el
invierno. El benigno invierno del alto desierto.
Una de las cosas buenas que trae consigo la lluvia es que, cualquiera que sea lo que
hayas sembrado, crece. Fui a revisar mi huerta de invierno y me encontré con que
algunas hojas estaban listas para ser cosechadas.  Decidí hacer esta ensalada de hojas
crujientes, tomates y cebollas moradas rebanadas (y confieso que no puedo esperar por
los bulbos de cebolla que plantamos hace poco).
Lo que hace que esta ensalada sea tan especial, aparte del hecho de que sembré y cultive
mis propias hojas, es el aderezo: una untuosa vinagreta de miel y mostaza que hace que
cualquier lechuga, por simple que parezca, se convierta en una experiencia gourmet.
Mantuve la proporción tres a uno (tres partes de aceite de oliva por una de vinagre
balsámico), le agregué algo de miel, mostaza de Dijon y sal y pimienta al gusto.
El secreto es mezclar muy bien todos los ingredientes hasta lograr una emulsión
uniforme y la mejor vinagreta que pueda uno imaginarse. Puede ser guardada
refrigerada por meses. Solo hace falta batirla para emulsionarla antes de usar.
Vinagreta con miel y mostaza | Ingredientes para 1 ¼ tazas
¾ de taza de aceite de oliva extra virgen
¼ de taza de vinagre balsámico
4 cucharadas de miel
1 cucharadas de mostaza de Dijon
Sal marina gruesa
Pimienta negra recién molida

Combina todos los ingredientes y bátelos hasta emulsionar.

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