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Asignatura
Anatomía y fisiología del SN
Tema
Tarea5
Facilitador
Lucy Cedano de Piña
Participante
ANABEL MELO
17-8607
Luego de consultar la bibliografía señalada y otras fuentes de
interés científico para la temática objeto de estudio, se
aconseja que realices las siguientes actividades:
“Hay personas que cuando toman chocolate les puede producir una reacción tan compleja que
llega incluso a desestresarles. Y esto ocurre porque se activan áreas como el centro de la
recompensa del cerebro y les produce una sensación de satisfacción “como de premio”, indica
el especialista.
Controlar la percepción
La percepción se puede manipular. Ante una comida, podemos tomar los alimentos sin apenar
reparar en lo que comemos, de forma mecánica, porque nuestra atención está puesta en otra
cosa, en la conversación de negocios que estamos teniendo durante ese almuerzo, por
ejemplo.
Cosa bien distinta es cuando vamos ya predispuestos a disfrutar del menú que nos ofrecen y
estamos preparados para retener los sabores en nuestra memoria. “Y cuando le contamos a
alguien lo que hemos sentido con esos sabores a veces ni siquiera encontramos una palabra
para describirlos y tenemos que buscar una comparación”.
EFE/John Amis
“Por eso muchas veces un sabor nos puede despertar una sensación musical o asimilarlo a un
color, es lo que se llama sinestesia”, apunta el neurólogo.
En consulta, se puede conocer “la vía gustativa de una persona haciendo que saboree
determinados alimentos mientras le estamos haciendo una resonancia, aislado de cualquier
otro estimulo externo que no sea el sabor, para ver qué partes del cerebro son las que se
activan. Y nos encontramos con que nunca hay una única área, sino que la información se
activa por las distinta áreas de interés del cerebro”, explica Carlos Tejero.
Cuando existen lesiones que afectan a algunos de los circuitos y se
pierde o disminuye el sentido del gusto, se produce un trastorno
denominado ageusia que puede estar provocado por diferentes
causas como la alteración de los receptores de la lengua, de los
nervios que transmite la información al cerebro o del propio cerebro.
“En algunas parálisis faciales podemos estudiar hasta qué nivel se ha alterado el nervio
poniendo un poco de sal en la punta de la lengua”, señala el neurólogo.