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Es el momento de nuestra vida en que, entre otras cosas, nos apropiamos del lenguaje y de los
códigos sociales con los que convivimos y, sobre todo, nos aproximamos a la cultura en la que
estamos inmersos.
De ahí la importancia de la educación infantil, que no solo debe entenderse como una obligación o
un requisito previo a una determinada opción laboral o profesional, sino más bien como una
herramienta para la formación de personas independientes, autosuficientes y con criterios de
actuación propios.
Cuando se trata de crisis humanitarias, la importancia de la educación infantil es doble. Los niños
son uno de los grupos de población más vulnerables en situaciones de ese tipo y es preciso velar
por su seguridad y sus derechos.
Según ACNUR, más de la mitad de los 65,3 millones de refugiados que hay actualmente en el
mundo son menores de edad, lo cual obliga a que los organismos de atención redoblen sus
esfuerzos para protegerlos de los conflictos y las guerras. Una de las herramientas para lograrlo
es la educación.
Tanto si se trata de iniciativas en los países de acogida como en los campamentos de refugiados,
ACNUR despliega todos sus medios para que los niños que se han visto forzados a abandonar
sus hogares continúen con su formación primaria o secundaria.
De esta manera se los devuelve a su infancia y se los protege de las amenazas habituales en
estos contextos, como son el reclutamiento forzado en las filas de los grupos en combate, los
abusos sexuales o el trabajo infantil.
En la actualidad, la situación de los niños refugiados es crítica. Por ello, ACNUR y otros
organismos de atención humanitaria han vuelto a hacer un llamamiento para que tanto los
Gobiernos como los particulares apoyen los programas de escolarización y eviten que toda una
generación de niños vea disminuidas sus opciones de tener una vida digna.
Sexualidad
Además de que todos nosotros ser seres humanos,
¡también somos seres sexuales! La sexualidad es una
parte normal, saludable y natural de quienes somos a
través de cada etapa de la vida. Nuestra sexualidad no
sólo incluye el comportamiento sexual pero también el
género, los cuerpos y cómo funcionan, y nuestros
valores, actitudes, crecimientos y sentimientos de la
vida, el amor y la gente en nuestras vidas. Los jóvenes
aprenden sobre su sexualidad desde el día que nacen.
Es importante dejar que los niños se sientan bien acerca
de su sexualidad desde el principio. Así es más fácil que hacen preguntas en el futuro sobre sexo. Los
padres pueden utilizar muchos temas diferentes para iniciar conversaciones sobre la sexualidad – las
relaciones, el comunicación, el respeto, la imagen corporal, la intimidad y el comportamiento sexual –
como una manera de compartir los valores y la información basado en los hechos que permita a los
jóvenes a hacerse cargo de sus vidas, tener relaciones amorosas y tomar decisiones más saludables,
más seguros, y mejor informados en relación con la sexualidad.
Sexo
Sexualidad
Quienes somos como hombres y mujeres. Nuestra sexualidad cambia y crece a lo largo de nuestras
vidas. La sexualidad incluye comportamientos sexuales, las relaciones sexuales, y la intimidad; cómo
elegimos expresarnos como hombres y mujeres (incluyendo la forma en que hablamos, vestirnos y
relacionarnos con los demás); orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual), valores,
creencias y actitudes como se relacionan con ser barrón o hembra; cambios que pasan a nuestros
cuerpos como las etapas de la pubertad, el embarazo o la menopausia; si y cómo escogemos tener
niños; el tipo de amigos que tenemos; cómo sentimos con respecto a la manera en que vemos; quienes
somos como persona; y la forma en que tratamos a los demás.
¿Qué es la sexualidad en la etapa de adolescencia?
La sexualidad en la adolescencia es aquella en la que el joven se desarrolla física y
mentalmente, adquiriendo los caracteres sexuales secundarios (los que no tienen que ver con el
órgano reproductor, como la nuez en los hombres o el ensanchamiento de las caderas en las
mujeres) y desarrollando el pensamiento maduro; pero también despierta un comportamiento
sexual, se transforma en un ser sexual.
La sexualidad no sólo tiene que ver con el acto de reproducirse, sino que representa la
generación de deseos, sentimientos, fantasías y emociones, es decir, el desarrollo de
una identidad sexual, que se puede definir como aquella parte de la identidad del individuo que
le permite reconocerse y actuar como un ser sexual.