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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO

ESCUELA NACIONAL DE ARTES CINEMATOGRAFICAS

Lenguaje cinematográfico I

Flavio González Mello

Rogelio Jiménez Osorio

Reseña: Así se hacen las películas (Sidney Lumet)

#13
Primer semestre
Introducción

Realizador en más de cuarenta películas, además de productor e incluso


guionista, Sidney Lumet (25 de junio de 1924 - 9 de abril de 2011) fue un
profesional dedicado a la industria cinematográfica por más de cincuenta años. En
su libro “Así se hacen las películas”, publicado originalmente en 1995, comparte
de manera amena y didáctica sus experiencias en los distintos departamentos de
producción: desde la dirección y el guion hasta la música y el vestuario.

Lumet en nos habla de lo que mejor conoce: su propia obra. Nos desglosa de
manera simple el conocimiento que ha adquirido a través de su propia experiencia
y de gente cercana a él, de tal manera que parece que se estuviera teniendo una
plática amena con un buen amigo, pues no pretende dar rutas claras a seguir, no
pretende ser un mentor, sino brindar sus mejores consejos al lector para que
eviten tropezar con las mismas piedras.

Destaca que durante cada uno de sus trece capítulos, el texto se centra en
describir la actividad durante el rodaje y los momentos previos que acontecen a la
llegada al set de filmación desde la perspectiva de un director, lo que vuelve a
este escrito una lectura potencialmente fructífera para un estudiante o principiante
de la industria fílmica, sobre todo cuando de tomar decisiones se trate.

¿Qué necesita una película de nosotros para poder nacer? ¿Cómo estructuramos
las piezas de esta estructura para lograr el objetivo marcado? ¿Qué retos podría
presentar el monstro industrial? Estas son las principales preguntas que Sidney
Lumet trata de respondernos en su libro.

Hacer o no hacer una película

No sé cómo escoger películas que iluminen los temas centrales de mi vida. No se


de que trata mi vida ni quiero saberlo. Mi vida se define a sí misma cuando la vivo,
Las películas se definirán así mismas cuando las haga.

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El cine, al igual que diversas formar de expresión se construye sobre hombros de
los que nos precedieron, sus imágenes y experiencias no son ajenas a nuestro
sentir. Por eso, una de las primeras películas con la que se ilustra el caos que
ahoga a una producción fílmica es “La noche americana” de François Truffaut.
Lumet menciona que esta película documenta el quehacer de un director, el cual
básicamente consiste en responder preguntas, tantas preguntas que no da tiempo
de pensar, puesto que todo se construye en decidir milimétricamente, evitando
que las cosas queden al azar.

Lo primero que exige una película es decidir si se debe hacer o no, si uno está
dispuesto a tomar las riendas del proyecto, sobre poniendo si es por gusto o por
encargo, pues en ambas se debe trabajar con la misma intensidad. Si se tiene la
oportunidad de dirigir se debe de aprovechar, pues esto fortalece al realizador,
permite entender algo que está más allá de uno mismo.

Escoger o no hacer una película viene de la intuición, sale del subconsciente,


Lumet menciona que esto no lo aborda de manera “cerebral”, al abrir un guion
sabe si queda atrapado o no.

Decidir hacer o no la película implica entender de qué va la película, pues esto


permitirá también preparar el terreno a la hora de filmar, y probablemente no habrá
cosa más importante que dibujar los límites para comenzar bien el trabajo, para
saber por dónde se puede mover..

Otra de las exigencias más importantes es clarificar como se desea contar esa
historia, teniendo en cuenta que no se trabaja solo, que las historias tienen
distintas formas, “no por ser una historia real debe ser naturalista”. Las
discusiones con los demás departamentos permitirán visualizar como ocurrirá
esto.

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La importancia del escritor

Pienso que la palabra “inevitable” es la palabra clave en un drama bien construido

El guion es la base del relato que se filmará, por ello no solo será el que nos
determine si la película se hace o no, también como se hace y que deseamos
transmitir a la audiencia, pues si el realizador no se emociona al leer el guion
¿cómo se trasladara eso en la sala de cine?

Esta emoción debe traducirse en trabajo, en un desglose minucioso del texto


literario, examinar escena por escena y posteriormente a dialogo por dialogo,
cuestionarnos si todo lo escrito es necesario y pensar de qué manera contribuye,
pues como director es fundamental entender cada una de estas líneas, por ello en
las ocasiones cuando estas no estén claras será bueno acudir al escritor.

En ocasiones el guion puede contener errores tipográficos o no contener de


manera precisa algunas acciones debido a problemas con la reescritura, por lo
que probablemente el que entienda mejor a los personajes sea el escritor.

Un personaje debe clarificarse por sus acciones actuales y su comportamiento a


medida que la película avance, esto implica hacer una investigación exhaustiva,
por lo que es recomendable aclarar todo con antelación o si se considera
productivo llevar al escritor al rodaje de algunas escenas, pues podría suscitarte la
reescritura de algunos diálogos, sin embargo, esto dependerá de la relación que
exista entre el realizador y el guionista.

La película además se reescribe constantemente, las contribuciones del director,


los actores, el sonido, el diseño de producción ejercen un poder que supera lo
literario, por lo que la opinión del guionista en el primer montaje podría ser
productiva, ya que al conocer su historia podría ser capaz de detectar las
reiteraciones que pudieran presentarse.

Lumet plantea algo poco común, tener al guionista cerca para apoyarse del
conocimiento de su propia obra, de ahí no solo su importancia en el texto literario
que entrega, sino en el texto fílmico para el que colabora.

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El trabajo con los actores

El instrumento que utiliza el actor es el mismo

Dejar a lado cualquier idea preconcebida y considerar a los actores como


personas que se ponen al servicio de la película en un grado superior a los demás,
pues su herramienta de trabajo es su propio cuerpo y emociones.

Además de sembrar empatía con nuestros colaboradores escénicos, es


importante que la relación con ellos consista en la creación y no en la
representación, esto se llegara por medio de la técnica que use el actor para dar
esa revelación interna que le exija el papel. Sin embargo esto se puede dificultar
debido a las características propias del cine, el montaje de las luces, el uso de
cámara, la dificultad con los diálogos, etc., por lo cual establecer mecanismos
éticos y edificar una relación particular de trabajo con cada individuo nos llevará a
un mejor resultado.

El dialogo se plantea como la herramienta fundamental para el trabajo en esta


área de la dirección fílmica. Hablar puede ser difícil, pero escuchar es la parte
fundamental con la cual se construye todo, probablemente es la herramienta más
útil a la hora de tomar decisiones. Por su puesto que estas relaciones traerán
consigo un desgaste, más aun cuando están en medio emociones y acciones a
encarnarse en una ficción, sin embargo, este desgaste debe traer
autoconocimiento para ambas partes, debe desarrollarse confianza mutua
manteniendo fidelidad al guion, lo que se traduce en una genuina dedicación al
trabajo de realización.

El autor también puntualiza (desde el prólogo de la segunda edición) sobre la


desigual relación de género que ha existido en la industria, refiriéndose que el
único espacio que regularmente se les permitía ocupar ocupar era como
continuistas, además subraya la importancia de volver esto consiente para evitar
violencias, explícitamente sobre las mujeres, y en particular las actrices.

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“…Se les trata como mercancía sexual”, además de que suele exigírseles se
sometan a intervenciones quirúrgicas con fines meramente estéticos, pues de otra
manera, el sistema no les brindaría “las mismas oportunidades que a los
hombres”, esto porque la representación de la mujeres en la pantalla ha sido muy
limitada y lo era más al momento que se publicó este libro.

Meditar en esta situación como futuros realizadores con el fin de erradicarlo


considero es uno de los temas más importantes presentes en el libro, pues
aunque no profundiza en ello comparte dos experiencias que no pueden
permanecer frívolas ante un lector actual. La primera es en la que relata como un
actor exigía involucrarse en la selección de su compañera actriz para que esta
fuera de su gusto, pues “tenía que proponerle mantener relaciones sexuales si
quería interpretar las escenas de amor del modo adecuado”. La otra es una en la
que relata como tomo a una actriz y para obtener la emoción que necesitaba a
cuatro la abofeteo justo antes de la siguiente toma. Aunque en ambas manifiesta
de manera explícita lo dañino que es, debe en nosotros hacer un eco para
visualizar de manera explícita las actitudes que perpetuamos en nuestro medio
artístico y laboral. Además cierra este tema con algo que considero fundamental
en aspecto funcional, si lo que buscamos “no se puede encontrar con técnica, al
infierno con ello. Encontraremos otra manera de que funcione”.

El sentido visual y sonoro

Establecer que se presentara ante el ojo y el odio se traduce en un correcto diseño


visual y sonoro. El primero implica no solo al departamento de fotografía, sino
también al de diseño de producción (o supervisión artística) y deben mantener
cierta coherencia con el sonido, el cual a diferencia de los dos anteriores suele
trabajarse una vez terminada la película.

En el campo de la fotografía debe tenerse en cuanta todas las características


ópticas y lumínicas, así como sus asociaciones psicológicas y narrativas a las
mismas, planear que longitudes focales se usaran a lo largo de la película en
función de lo que se filmará es un gran trabajo con el cinefotógrafo, además que

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como directo se debe mantener esta relación también con el diseñador de
producción, para que ambos trabajos reflejen su calidad dentro del cuadro.

Lumet desglosa a detalle las situaciones y aspectos creativos que se repercutieron


en las decisiones fotográficas para cada una de sus obras, además de las
ventajas y desventajas lumínicas que ofrece filmar en interiores y en exteriores.
Mismo que repercute en la decoración y vestuario, muestra de ellos es que
comenta que nunca se le ocurrió pensar en la cantidad de viento que existiría
entre las hoy extintas torres gemelas, lo que le impidió mantener el vestuario en su
lugar y por lo tanto decidió no filmar ahí.

El objetivo de estos departamentos es “introducir al espectador a un mundo


desconocido”, lo que no siempre significa en crear preciosismo, un buen trabajo en
estas áreas no implica que todo sea bonito, “simplemente debe intensificar y
revelar el tema de la película”, pues son elementos que definirán como se ve ese
mundo en el que contamos la historia.

Así como definir como se ve ese universo, también es importante definir como se
escucha. Lo cual recomienda hacer una vez satisfechos con el montaje final, a
partir de reuniones con el encargado de sonido y el compositor, pues “cuanto
menos consiente sea el público de lo que se intenta conseguir, mejor será la
película”.

¿Qué función debe asumir la banda sonora? Es la pregunta a responder, si se usa


con fines emotivos, de transición, dramáticos, etc., la intención debe ser que el
sonido diga algo que ningún otro elemento de la película exprese. Este trabajo
suele llevar casi las mismas semanas de rodaje, por lo cual debe de dársele la
importancia en los calendarios de producción.

El rodaje y su organización

La descripción de cómo está organizado un set profesional en un largometraje nos


es descrito en un capítulo entero del libro, así como la descripción de una hoja de
llamado. Lumet constante mente refuerza esta idea “la planeación lo es todo”.

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La relación entre el director, fotógrafo y asistente de dirección es fundamental,
para enfrentar las situaciones que puedan presentarse, además de relacionarse
con los actores en los ensayos previos a que inicie la toma. Otro elemento
importante a conservar es el silencio para que existan protocolos a la hora de
filmar, como el correcto arranque de la cámara, el sonido o la entrada de la
claqueta, entonces se pueda dar ¡Acción!

Mantenerse concentrados en todo momento es probablemente lo más difícil de lo


que recomienda Lumet, pero también lo que permitirá hacer de mejor manera el
trabajo. Mantener la continuidad es un factor primordial al momento de la
filmación, usar marcas para saber dónde estaba la cámara, los actores y todos los
elementos dentro del cuadro. Repasar mentalmente lo que precede y lo que
prosigue al plano a filmarse, estar sensorialmente presente ante la actividad
actoral, tener conciencia de los diálogos en sus tiempos, poner los ojos en el
movimiento de la cámara para saber si fue preciso, es decir, estar presentes en la
vida que manifiesta el rodaje.

Después de la filmación

Una vez que se ha trabajado en el montaje, las primeras exhibiciones al equipo


suele ser un momento importante, se convierte en el momento de la verdad, el
momento en el que verá si se logró plasmar lo que se pretendía en la pantalla.
Esta actividad requiere mucho valor y honestidad de todo el equipo, es por esto
que para algunos actores pueda ser destructivo o difícil.

El trabajo de cada departamento es ver si su labor se está reflejando, pues aún


hay tiempo de corregir errores, manteniendo confianza en el trabajo pero también
siendo críticos con el mismo.

Hay algunas reglas que se plantea, a la hora de un visionado. La primera es no


confiar demasiado en las manifestaciones emocionales del equipo, pues ellos
están involucrados con la película de manera muy distinta a un espectador
promedio. La segunda es no pesar que un plano es bueno solo porque les fue
difícil hacerlo o bien es muy bonito. La tercera es no pensar que una toma por

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contener un error no es buena, cada una de las tomas montadas, más allá de su
valor técnico deben funcionar a favor del filme. No tener miedo de cometer errores
a la hora del montaje o de plantear cambios después de un primer visionado es
fundamental, pues ese riesgo es fundamental para mejorar el trabajo.

Conclusiones

Sidney Lumet compila un grupo inmenso de experiencias y consejos que nos


brindan elementos para comprender lo que exigirá de nosotros una película, nos
permite hacer consiente de los distintos departamentos que involucran una
producción, de cómo coincidir con estas piezas y llevar el barco a su destino,
además de cómo debemos navegar contra marea, pues no todo lo que deseamos
estará presente en el filme, porque todo cambia y se enriquece.

Bibliografía

Sidney Lumet. (2000). Así se hacen las películas, 2da Ed. Madrid, España: RIALP.

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