Está en la página 1de 42

Caídas en el Adulto Mayor

Los Adultos Mayores son más propensos a sufrir caídas, siendo las causas más comunes la
debilidad muscular, alteraciones en su caminar y equilibrio, enfermedades del corazón (como
presión baja y alta), disminución de la visión, el uso de bastones y andaderas de forma
inadecuada; además de los efectos de algunos medicamentos, entre muchos otros.

Descripción

Las caídas en Adultos Mayores ocurren cuando se les dificulta mantener una posición
adecuada estando sentados, acostados o de pie. Esto puede tener como consecuencia que al
caer se golpeen y lastimen.

Consecuencias de una caída

Inflamación

Dolor en la zona del golpe, de leve a moderado

Inflamación que limite el movimiento o el caminar

Lesiones en la piel (raspón o moretón)

Lesiones graves como fracturas y pérdida del conocimiento

Las caídas constantes deben considerarse como un indicador de fragilidad o tendencia a la


discapacidad.

En el caso de tener 2 o más caídas en un año, se recomienda acudir al médico para que realice
la valoración clínica llamada “caída recurrente”, que se ofrece a personas que presentan más
de 3 caídas en un mes.

Recomendaciones

En la casa

Evitar la presencia de objetos en el suelo con los que se pueda tropezar, además de utilizar
zapatos con suelas antiderrapantes

Mejorar la iluminación y utilizar de manera adecuada el bastón o la andadera

Si la mayoría de las caídas ocurren en casa, será necesario hacer modificaciones para tener un
ambiente más seguro

En la calle

Evitar caminar en lugares poco iluminados, en banquetas con irregularidades o pavimento


defectuoso
Es importante saber que…

Para mantenerse en buen estado se puede hacer ejercicio (dentro de las posibilidades del
adulto mayor), revisarse la vista y el oído al menos cada año, llevar un control de
enfermedades y medicamentos, utilizar lentes para mejorar la visión, así como bastón o
andadera si es necesario

Las caídas son frecuentemente ignoradas por los pacientes y la familia, sobre todo si no hay
alguna lesión que les limite su funcionalidad. Es importante que si presenta 2 o más caídas en
un año acuda al médico para una valoración integral

Las caídas no siempre son accidentes, pueden ser manifestación de una enfermedad seria

Las caídas no siempre son accidentes, pueden ser la manifestación de una enfermedad seria.

Etiología

Factores intrínsecos

Factores extrínsecos

Factores situacionales

Complicaciones

Evaluación

Anamnesis y examen físico

Pruebas de desempeño

Pruebas de laboratorio

Referencias de la evaluación

Prevención

Fisioterapia y ejercicio

Dispositivos de asistencia

Tratamiento médico

Manejo ambiental

Referencias de la prevención

Conceptos clave

Recursos en este artículo


También de interés

(Cuestionario) Prevención del debilitamiento

(Noticias) Se observaron anomalías corneanas en el síndrome de Down

(Noticias) La actividad física no parece reducir el riesgo de estado debilitado en los ancianos

(Noticias) Modificar los criterios de diagnóstico de DCL amnésico aumenta la precisión del
pronóstico

Caídas en los ancianos

Por Laurence Z. Rubenstein, MD, MPH, Professor Emeritus of Geriatric Medicine, University of
Oklahoma College of Medicine; Professor Emeritus of Medicine/Geriatrics, University of
California, Los Angeles

INFORMACIÓN:

para pacientes

NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO GENERAL: Hacer clic aquí para obtener la
versión para público general.

Caídas en los ancianos

Caídas en los ancianos

Una caída se define cuando una persona aparece en el suelo o en un nivel inferior; en
ocasiones, una parte del cuerpo golpea contra un objeto que interrumpe la caída. Típicamente,
un evento causado por un trastorno agudo (p. ej., un accidente cerebrovascular o una
convulsión) o riesgos ambientales desmedidos (p. ej., golpe contra un objeto en movimiento)
no se considera una caída.

Todos los años, entre el 30 y el 40% de las personas ancianas que viven en la comunidad y el
50% de los que viven en hogares experimentan caídas. En los Estados Unidos, las caídas son la
causa principal de muerte accidental y la séptima causa de muerte en las personas ≥ 65; el 75%
de las muertes asociadas con caídas ocurre en el 13% de la población ≥ 65 años. Los costos
para Medicare solo de las lesiones por caídas fueron de 31 mil millones de dólares en 2015 y,
sin duda, aumentará.n

Las caídas ponen en riesgo la independencia de los ancianos y causan una cascada de
consecuencias individuales y socioeconómicas. No obstante, los médicos muchas veces no
advierten caídas en un paciente que no presenta lesiones porque la anamnesis y el examen
físico en general no incluyen la búsqueda específica de este evento. Muchas personas ancianas
se muestran reticentes a informar una caída porque la atribuyen al proceso de envejecimiento
o porque tienen miedo de que limiten sus actividades o las internen.

Etiología

El mayor factor predictor de una caída es el antecedente de otra caída. Sin embargo, las caídas
en las personas ancianas rara vez tienen una sola causa o factor de riesgo. Una caída suele ser
el resultado de una interacción compleja entre los siguientes elementos:

Factores intrínsecos (deterioro de la función relacionado con la edad, trastornos y efectos


adversos de fármacos)

Factores extrínsecos (riesgos ambientales)

Factores situacionales (relacionados con la actividad que realiza el paciente, p. ej., correr al
baño)

Factores intrínsecos

Los cambios relacionados con la edad pueden afectar los sistemas comprometidos en
mantener el equilibrio y la estabilidad (p. ej., mientras el paciente está de pie, camina o está
sentado) y aumentar el riesgo de caídas. La agudeza visual, la percepción de los contrastes y la
profundidad y la adaptación a la oscuridad se reducen. Los cambios en los patrones de
activación muscular y la capacidad de generar suficiente potencia y velocidad muscular pueden
afectar la habilidad de mantener o recuperar el equilibrio en respuesta a los cambios (p. ej.,
dar pasos sobre una superficie irregular, recibir un golpe). De hecho, la debilidad muscular de
cualquier tipo es un importante predictor de caídas.

Las enfermedades crónicas y agudas (ver Algunos trastornos que contribuyen a aumentar el
riesgo de sufrir una caída) y el uso de fármacos (ver Algunos fármacos que contribuyen a
aumentar el riesgo de sufrir una caída) son factores de riesgo importantes para el desarrollo de
caídas. Este riesgo aumenta en función del número de medicamentos que recibe el paciente.
Los psicotrópicos son los fármacos asociados con mayor frecuencia al riesgo de caídas y
lesiones relacionadas.
Factores extrínsecos

Los factores ambientales pueden aumentar el riesgo de caídas en forma independiente o, lo


que resulta más importante, a través de la interacción con los factores intrínsecos. El riesgo es
máximo cuando las condiciones del medio requieren un mayor control postural y del
movimiento (p. ej., al caminar sobre una superficie resbaladiza) y cuando el entorno no resulta
familiar (tras una mudanza a un nuevo domicilio).

Factores situacionales

Algunas actividades o decisiones pueden aumentar el riesgo de caídas y de lesiones


relacionadas. A modo de ejemplo, se menciona caminar y hablar simultáneamente o distraerse
con múltiples tareas concurrentes y no poder prestar atención a los riesgos del ambiente (p.
ej., el final del camino o de un escalón), correr al baño (en especial durante la noche, cuando el
individuo no está bien despierto o cuando la iluminación puede no ser adecuada) y apurarse
para atender el teléfono.

Complicaciones

Las caídas, en particular las repetidas, aumentan el riesgo de lesiones, hospitalizaciones y


muertes, sobre todo en ancianos debilitados, con enfermedades preexistentes (p. ej.,
osteoporosis) y dificultades para realizar las actividades de la vida cotidiana (p. ej.,
incontinencia). Las complicaciones a largo plazo pueden incluir una reducción de la capacidad
física, el miedo de caer y ser institucionalizado. Se informa que las caídas contribuyen con más
del 40% de los ingresos en los asilos.

Más del 50% de las caídas que suceden en ancianos provocan lesiones. Si bien la mayoría de
ellas no son graves (p. ej., contusiones, abrasiones), son la causa de alrededor del 5% de las
internaciones en pacientes ≥ 65 años. Aproximadamente el 5% de las caídas genera fracturas
del húmero, la muñeca o la pelvis. Alrededor del 2% produce fractura de cadera Y alrededor
del 10% genera otras lesiones graves (p. ej., en la cabeza y los órganos internos, laceraciones).
algunas lesiones relacionadas con caídas son fatales. Cerca del 5% de las personas mayores con
fractura de cadera muere durante la hospitalización. La tasa de mortalidad global dentro de los
12 meses de la fractura de cadera oscila entre 18 y 33%.

Alrededor del 50% de las personas ancianas que sufren una caída no logra levantarse sin
ayuda. La permanencia en el suelo durante > 2 horas después de una caída aumenta el riesgo
de deshidratación, úlceras por decúbito, rabdomiólisis, hipotermia y neumonía.
La función y la calidad de vida pueden deteriorarse significativamente tras una caída; al menos
el 50% de las personas ancianas capaces de deambular antes de fracturarse la cadera no
recupera su nivel previo de movilidad. Después de caer, las personas ancianas pueden tener
miedo de volver a sufrir un accidente, de manera que su movilidad muchas veces disminuye
debido a la pérdida de la confianza. Algunos individuos pueden incluso evitar ciertas
actividades (p. ej., ir de compras, limpiar) como resultado de este miedo. La disminución de la
actividad puede aumentar la rigidez articular y la debilidad, lo que reduce la movilidad en
forma adicional.

Algunos trastornos que contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir una caída

Compromiso funcional

Trastorno

Regulación de la tensión arterial

Anemia

Arritmias

Hipersensibilidad del seno carotídeo cardioinhibidor

EPOC

Deshidratación

Infecciones (p. ej., neumonía, sepsis)

Enfermedades metabólicas (p. ej., diabetes, enfermedades tiroideas, hipoglucemia, estados


hiperosmolares)
Inhibición neurocardiogénica después de la micción

Hipotensión postural

Hipotensión posprandial

Valvulopatías cardíacas

Procesamiento central

Delirio

Demencia

Accidente cerebrovascular

Marcha

Artritis

Deformidades del pie

Debilidad muscular

Función postural y neuromotora

Degeneración cerebelosa
Mielopatía (p. ej., debido a espondilosis cervical o lumbar)

Enfermedad de Parkinson

Neuropatía periférica

Accidente cerebrovascular

Insuficiencia vertebrobasilar

Propiocepción

Neuropatía periférica (p. ej., debido a diabetes mellitus)

Deficiencia de vitamina B12

Función otorrinolaringológica

Laberintitis aguda

Vértigo posicional paroxístico benigno

Hipoacusia

Enfermedad de Meniere
Visión

Cataratas

Glaucoma

Degeneración macular (relacionada con la edad)

Algunos fármacos que contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir una caída

Fármacos

Mecanismo

Aminoglucósidos

Daño vestibular directo

Analgésicos (en especial opioides)

Disminución del estado de alerta o procesamiento central lento

Antiarrítmicos

Compromiso de la perfusión cerebral

Anticolinérgicos
Confusión/delirio

Antihipertensivos (en especial vasodilatadores)

Compromiso de la perfusión cerebral

Antipsicóticos

Síndromes extrapiramidales, otros efectos antiadrenérgicos, reducción del estado de alerta o


procesamiento central lento

Diuréticos (en especial cuando los pacientes están deshidratados)

Compromiso de la perfusión cerebral

Diuréticos de asa (dosis elevadas)

Daño vestibular directo

Psicotrópicos (en especial antidepresivos, antipsicóticos y benzodiazepinas)

Disminución del estado de alerta o procesamiento central lento

Evaluación

Evaluación clínica
Prueba de desempeño

En ocasiones, pruebas de laboratorio

Después del tratamiento de las lesiones agudas, la evaluación intenta identificar los factores de
riesgo y las intervenciones apropiadas con el fin de reducir la incidencia de futuras caídas y de
lesiones relacionadas (1, 2).

Algunas caídas se reconocen fácilmente al hallar una lesión evidente relacionada con ella o
ante la sospecha de una posible lesión. Sin embargo, dado que las personas ancianas a
menudo no informan haberse caído, se les debe preguntar sobre caídas o problemas de
movilidad al menos 1 vez al año.

Cuando un paciente informa que se cayó 1 sola vez, debe evaluarse si presenta problemas de
equilibrio o de la marcha con la prueba básica de "Get-Up-and-Go Test" (Levántate y ve). Esta
prueba consiste en la observación del paciente mientras se levanta de un sillón común, camina
3 m (alrededor de 10 pies) en línea recta, gira, vuelve a caminar hacia la silla y vuelve a
sentarse. La evaluación puede identificar debilidad de los miembros inferiores, trastornos de
equilibrio al pararse o sentarse o marcha inestable. A veces la prueba es cronometrada. Un
tiempo de > 12 s indica un aumento significativo del riesgo de caídas.

Los pacientes que requieren un análisis más completo de los factores de riesgo de caer
abarcan

Los que tienen dificultades en la prueba "Get-Up-and-Go Test"

Los que informan múltiples caídas durante la prueba de cribado

Los que se evalúan después de una caída reciente (tras la identificación y el tratamiento de
lesiones agudas)

Anamnesis y examen físico


Cuando se requiere una evaluación más completa de los factores de riesgo, ésta debe
centrarse en la identificación de los factores intrínsecos, extrínsecos y situacionales que
pueden reducirse mediante intervenciones específicas.

Se les debe formular a los pacientes preguntas amplias acerca de caídas recientes y luego
preguntas más específicas sobre el momento y el lugar donde se produjeron las caídas y lo que
estaban haciendo en ese momento. A continuación, deben realizarse las mismas preguntas a
testigos. Asimismo, los pacientes deben informar si percibieron síntomas premonitorios o
asociados (p. ej., palpitaciones, disnea, dolor torácico, vértigo, mareos), y si perdieron la
conciencia. Se debe preguntar también al paciente si pueden identificar factores extrínsecos o
situacionales evidentes. La anamnesis debe incluir preguntas sobre enfermedades pasadas y
presentes, consumo de fármacos que se adquieren bajo prescripción médica y de venta libre, y
consumo de alcohol. Dado que puede ser imposible la eliminación de todos los factores de
riesgo de sufrir caídas en el futuro, debe preguntarse al paciente si pudo levantarse sin ayuda
después de caer y si experimentó alguna lesión; el objetivo es disminuir el riesgo de
complicaciones generadas por caídas en el futuro.

El examen físico debe ser bastante completo para excluir causas intrínsecas evidentes de
caídas. Si la caída fue reciente, debe medirse la temperatura para determinar si la fiebre
contribuyó al accidente. También es preciso determinar la frecuencia y el ritmo cardíaco con el
fin de detectar bradicardia, taquicardia en reposo o arritmias. La tensión arterial debe medirse
con el paciente en decúbito supino y después de permanecer de pie durante 1 y 5 minutos
para excluir hipotensión ortostática. En la auscultación, pueden detectarse varios tipos de
trastornos valvulares. La agudeza visual debe examinarse con lentes correctoras en caso de
necesitarlas. El paciente con disminución de la agudeza visual requiere un examen visual más
detallado a cargo de un optometrista o un oftalmólogo. El cuello, la columna vertebral y los
miembros (en especial, las piernas y los pies) deben evaluarse para identificar debilidad,
deformidades, dolor y limitación de la amplitud del movimiento.

Debe llevarse a cabo un examen neurológico que incluya una evaluación de la fuerza y el tono
muscular, la sensibilidad (incluso la propiocepción), la coordinación (función cerebelosa), el
equilibrio estático y la marcha. El control postural básico y los sistemas propioceptivo y
vestibular se evalúan con la prueba de Romberg (en la cual el paciente se para con los pies
juntos y los ojos abiertos y luego cerrados). Las pruebas para examinar el equilibrio son la
permanencia en un pie y la marcha en línea recta. Si el paciente puede permanecer parado en
un pie durante 10 segundos con los ojos abiertos y lograr caminar en línea recta a través de
una distancia de 3 m (10 pies) sin tambalear, lo más probable es que la deficiencia del control
postural intrínseco sea mínima. Los médicos deben evaluar la función vestibular posicional (p.
ej., con la maniobra de Dix-Hallpike, ver Nistagmo) y el estado mental.
Pruebas de desempeño

La Evaluación de la Movilidad Orientada al Desempeño o la prueba Get-Up-and-Go (Levántate


y ve) permiten identificar problemas de equilibrio y estabilidad durante la marcha y otros
movimientos que pueden indicar un mayor riesgo de caídas. Estas pruebas son especialmente
útiles si el paciente tuvo dificultades para hacer la prueba básica Get-Up-and-Go.

Pruebas de laboratorio

No existe ninguna evaluación diagnóstica convencional. La evaluación debe basarse en la


anamnesis y el examen y ayuda a descartar varias causas:

Hemograma completo para anemia o leucocitosis

Medición de glucemia para detectar hipoglucemia o hiperglucemia

Medición de electrolitos para la deshidratación

Se recomiendan algunas pruebas como electrocardiograma (ECG), monitorización cardíaca


ambulatoria y ecocardiografía sólo cuando se sospecha una causa cardíaca. El masaje
carotídeo en condiciones controladas (con una vía intravenosa y monitorización cardíaca) se
propuso para identificar hipersensibilidad carotídea y, en definitiva, para detectar a personas
que pueden responder al tratamiento con un marcapasos. Las radiografías vertebrales y la
tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) de cráneo sólo se solicitan
cuando la anamnesis y el examen físico detectan trastornos neurológicos nuevos.

Referencias de la evaluación

1. National Institute for Health and Care Excellence: Falls in older people: Assessing risk and
prevention (Guía clínica [CG] 161), de 2013.

2. U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF): Final Evidence Summary: Falls prevention in
older adults: Counseling and preventive medication. Ann Intern Med, 2012.

Prevención
El objetivo debe ser prevenir o reducir el número de caídas y lesiones relacionadas en el futuro
y evitar sus complicaciones, aunque manteniendo la función y la independencia del paciente
tanto como sea posible. En el examen físico o de salud periódico, se les debe pedir a los
pacientes información sobre caídas en el último año y dificultades con el equilibrio o la
deambulación (1, 2).

Los pacientes que informan una sola caída y que no tienen problemas con el equilibrio o la
marcha en la Prueba de Get-Up-and-Go o una prueba similar deben recibir información
general sobre la reducción del riesgo de caídas. Debe incluir cómo utilizar los medicamentos de
manera segura y reducir los riesgos ambientales (ver Listado para la evaluación del domicilio
en busca de peligros que aumentan el riesgo de sufrir caídas).

Los pacientes que informan más de una caída o un problema con el equilibrio o la marcha
deben someterse a una evaluación de las caídas para identificar los factores de riesgo y las
oportunidades para disminuirriesgo.

Para obtener más información sobre la prevención de caídas en los adultos mayores, véanse el
Cochrane review abstract interventions for preventing falls in older people living in the
community, la American Geriatrics Society/British Geriatrics Society guideline for the
prevention of falls in older persons y las British Medical Journal interventions for the
prevention of falls in older adults.

Listado para la evaluación del domicilio en busca de peligros que aumentan el riesgo de sufrir
caídas

Localización

Riesgo

Corrección

Fundamento

Artefactos generales
Iluminación

Demasiado tenue

Iluminación amplia en todas las áreas

Mejora la agudeza visual y la percepción del contraste

Demasiado directa, que produce brillo

Reducir el brillo con iluminación pareja, luz indirecta o sombras translúcidas

Mejora la agudeza visual y la percepción del contraste

Interruptores de luz inaccesibles

Colocar luces nocturnas automáticas o que se activen al tacto

Instalar interruptores accesibles en el ingreso a la habitación o sensores de movimiento que


activan la luz

Reduce el riesgo de tropezar o chocarse con obstáculos no advertidos en una habitación


oscura

Carpetas (pequeñas alfombras), alfombrados, pisos de linóleo (papel vinílico para tapizar el
suelo)

Rotura
Reparar o reemplazar la alfombra rota

Reduce el riesgo de tropezar y resbalarse, en especial las personas con dificultades para
caminar

Resbaladizo

Colocar alfombras con refuerzo trasero antideslizante

Reduce el riesgo de resbalar

Bordes enrollados

Clavar o pegar las alfombras o los pisos de linóleo para prevenir que se despeguen

Reemplazar alfombras o linóleo

Reduce el riesgo de tropezar

Sillas, mesas, otros muebles

Inestable

Colocar muebles bastante estables para soportar el peso de una persona que se apoya sobre
los bordes de la mesa o los apoyabrazos y el respaldo de la silla

No usar sillas con ruedas o giratorias


Reparar las patas flojas

Aumentar los sitios de donde las personas con compromiso del equilibrio puedan sostenerse y
ayudar en los traslados

Sillas sin apoyabrazos

Usar sillas con apoyabrazos que se extiendan hacia adelante lo suficiente para servir como
palanca cuando el paciente quiere levantarse o sentarse

Ayuda a personas con debilidad muscular proximal y en los traslados

Caminos obstruidos

Disponer los muebles para que el camino no quede obstruido

Ordenar los pasillos

Reduce el riesgo de tropezar o de chocar con obstáculos, facilitando y asegurando los


movimientos en el hogar, en especial en personas con compromiso de la visión periférica

Cables y cordones

Expuestos en los corredores

Fijar cables y cordones al suelo o pasarlos por conductos debajo del suelo

Reduce el riesgo de tropezar


Cocina

Armarios, estantes

Demasiado altos

Mantener los objetos usados con mayor frecuencia al nivel de la cintura

Instalar estantes y armarios a una altura accesible

Reduce el riesgo de caídas debido a intentos frecuentes de alcanzar objetos altos o al subir a
escaleras o sillas

Suelos

Húmedos o encerados

Colocar una alfombra de goma sobre el suelo cerca del fregadero

Usar zapatos con suela de goma en la cocina

Usar cera antideslizante

Reducir el riesgo de deslizamiento, en especial en personas con trastornos de la marcha

Baño
Bañera o ducha

Suelo resbaladizo

Instalar franjas o alfombras de goma antideslizantes

Usar zapatos o un asiento en la ducha (un asiento para el baño les permite a las personas con
problemas de equilibrio sentarse mientras se duchan)

Reduce el riesgo de deslizarse en una tina húmeda

Necesita usar la pared junto a la bañera para sostenerse o trasladarse

Instale barras de apoyo en la ducha

Instalar una barra portátil para sostenerse al costado de la tina

Llevar la barra en viajes

Ayuda en los traslados

Soportes de toallas, lavabos

Inestable como sostén durante un traslado desde el excusado, la tina o la ducha

Reforzar los medios de fijación de los soportes a la pared

Ayuda en los traslados


Asiento del excusado

Demasiado bajo

Usar asientos elevados en el excusado

Ayudar con el traslado hacia y desde el baño

Puertas

Trabas

Eliminar las trabas de las puertas del baño o usar trabas que puedan abrirse desde ambos
lados

Permite que otras personas ingresen si la persona se cae

Escaleras

Altura

Escalones demasiado altos

Corregir la altura de los escalones a 15 cm

Reduce el riesgo de tropezar, en especial en las personas con dificultades para subir escalones
Barandas

Ausentes

Instalar y fijar bien las barandas a ambos lados de la escalera

Usar barandas cilíndricas colocadas a una distancia de entre 2,5 y 5 cm de la pared

Brinda apoyo y permite que la persona se tenga de la baranda con cualquiera de las manos

Demasiado bajas y con extremos sin topes

Extender la baranda más allá de los escalones superior e inferior y enrollar los extremos hacia
adentro

Señalizar los escalones superior e inferior

Configuración

Demasiado aguda o larga

Instalar rellanos o descansos en las escaleras cuando sea posible o seleccionar una residencia
con un rellano en la escalera

Permite que el paciente descanse, en especial si tiene cardiopatías o enfermedades


pulmonares

Trastorno
Resbaladizo

Revestir todos los escalones con una tela antideslizante

Evita el deslizamiento

Iluminación

Inadecuada

Instalar una iluminación adecuada tanto en la parte superior como en la inferior de la escalera

Colocar luces nocturnas automáticas o franjas adhesivas de colores brillantes que señalen con
claridad los escalones

Define la ubicación de los escalones, en particular para las personas con compromiso visual o
perceptivo

Fisioterapia y ejercicio

Los pacientes que se caen más de 1 vez o los que, en la evaluación inicial, revelan
inconvenientes para mantener el equilibrio y caminar, deben ser derivados a un fisioterapeuta
o a un programa de ejercicios. Ambas medidas pueden llevarse a cabo en el domicilio del
paciente si su movilidad es limitada.

Los fisioterapeutas adaptan los programas de ejercicios para corregir problemas específicos
que contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir una caída.

Los programas de ejercicios más generales que se implementan en instituciones de atención


de la salud o en ámbitos comunitarios también pueden mejorar la marcha y el equilibrio. Por
ejemplo, la práctica de tai chi puede ser eficaz y puede realizarse en forma individual o grupal.
Los programas de ejercicio más eficaces para reducir el riesgo de caídas son los que

Se adaptan al déficit del paciente

Son proporcionados por un profesional capacitado

Tener el componente necesario para evaluar el equilibrio

Se proporcionan en el largo plazo (por ejemplo, ≥ 4 meses)

Muchos centros de la tercera edad, YMCA, u otros gimnasios ofrecen clases de ejercicios
grupales gratuitas o a bajo costo, adaptados a la tercera edad, y estas clases pueden ayudar
con la accesibilidad y la adherencia. Los ahorros logrados por el menor gasto relacionado con
las caídas superan los costos de estos programas (3).

Dispositivos de asistencia

Algunos pacientes se benefician con el uso de un dispositivo de asistencia (p. ej., bastón,
caminador). Los bastones pueden ser adecuados para pacientes con compromiso muscular o
articular unilateral mínimo, pero los caminadores, en particular los que tienen ruedas, son más
apropiados para pacientes con mayor riesgo de caer debido a debilidad en ambas piernas o a
un trastorno de la coordinación (los caminadores con ruedas pueden ser peligrosos en
pacientes incapaces de controlarlos en forma apropiada). Los fisioterapeutas pueden ayudar a
los pacientes a usar o a elegir el tamaño adecuado del dispositivo y pueden enseñarles a usarlo
(ver Dispositivos terapéuticos y de ayuda).

Tratamiento médico

Los fármacos que pueden aumentar el riesgo de caer deben suspenderse o ajustarse su dosis a
la mínima efectiva (ver Algunos fármacos que contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir una
caída). Debe buscarse osteoporosis y, en caso de diagnosticarse, tratarse para reducir el riesgo
de fracturas en futuras caídas.
Si se identifica algún otro trastorno específico como factor de riesgo, es preciso implementar
intervenciones adecuadas. Por ejemplo, los fármacos y la fisioterapia pueden disminuir el
riesgo en pacientes con enfermedad de Parkinson. La vitamina D, en especial cuando se
consume con calcio, puede disminuir el riesgo de sufrir una caída, sobre todo en individuos con
disminución de las concentraciones sanguíneas de vitamina D. El tratamiento del dolor, la
fisioterapia y, en ocasiones, el reemplazo de la articulación en forma quirúrgica pueden
disminuir el riesgo en pacientes con artritis. La adquisición de lentes apropiadas (un solo par en
lugar de lentes bifocales o trifocales) o la cirugía, en especial para corregir cataratas, pueden
ser útiles en pacientes con compromiso visual.

Manejo ambiental

La corrección de los factores de riesgo ambientales en el domicilio puede reducir el riesgo de


caída (ver Listado para la evaluación del domicilio en busca de peligros que aumentan el riesgo
de sufrir caídas). Debe asesorarse a los pacientes para reducir el riesgo asociado con factores
situacionales. Por ejemplo, el calzado debe tener taco plano, algún tipo de refuerzo en el
tobillo y suelas firmes antideslizantes. Muchos pacientes con limitación crónica de la movilidad
(p. ej., causada por artritis grave, o paresia) se benefician con estrategias médicas, de
rehabilitación y ambientales combinadas. Las adaptaciones de las sillas de ruedas (p. ej.,
apoyapies rebatible para disminuir los tropiezos durante los traslados, frenos posteriores para
prevenir el desplazamiento hacia atrás), cinturones removibles y asientos con cuñas pueden
ser útiles para evitar que el paciente con escaso equilibrio en posición sedente o con debilidad
significativa se caiga mientras permanece en esa posición o durante los traslados.

Las barreras para proteger al paciente de no caer pueden provocar más caídas y otras
complicaciones, por lo cual no deben utilizarse. La vigilancia a cargo del cuidador es más eficaz
y segura. Pueden emplearse detectores de movimiento, pero en presencia de un cuidador que
responda a la alarma cuando ésta suene.

Los protectores de la cadera (almohadillas cosidas a ropa interior especial) pueden disminuir el
riesgo de fracturas de cadera en pacientes con alto riesgo, aunque numerosos pacientes son
reticentes a emplearlos de manera indefinida. Un suelo adecuado (p. ej., firme de goma)
puede ser útil para disipar la fuerza del impacto, pero un suelo demasiado blando (p. ej., de
gomaespuma) puede desestabilizar al paciente.

Asimismo, debe enseñarse al paciente los pasos por seguir si cae y no puede levantarse.
Algunas técnicas útiles consisten en girar de la posición en decúbito supino a la de decúbito
prono, levantarse con las rodillas y las manos apoyadas ("en cuadripedia") , arrastrarse hasta
alcanzar una superficie firme de donde sostenerse y tirar de ella para levantarse. El contacto
frecuente con miembros de la familia o amigos, la colocación de un teléfono que pueda
alcanzarse desde el suelo, una alarma a control remoto o un dispositivo integrante de un
sistema de respuesta a la emergencia fácil de llevar pueden disminuir la probabilidad de
permanecer en el suelo durante un período prolongado después de una caída.

Referencias de la prevención

1. National Institute for Health and Care Excellence: Falls in older people: assessing risk and
prevention (CG161), 2013.

2. U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF): Falls Prevention in Older Adults: Counseling
and Preventive Medication. Ann Intern Med, 2012.

3. Carande-Kulis V, Stevens JA, Florence CS, et al: A cost-benefit analysis of three older adult
fall prevention interventions. J Safety Res 52: 65-70, 2015. doi: 10.1016/j.jsr.2014.12.007.

Conceptos clave

Todos los años, entre el 30 y el 40% de las personas ancianas que viven en la comunidad y el
50% de los que viven en hogares experimentan caídas.

Falls contribuyen a> 40% de los ingresos a un hogar de ancianos y son la séptima causa de
muerte en las personas ≥ 65.

Las causas son múltiples, e incluyen el deterioro de la función relacionado con la edad, riesgos
ambientales, y efectos adversos de fármacos.

Se debe evaluar los factores predisponentes en el paciente y evaluar los peligros en el hogar.

En la medida de lo posible, tratar los trastornos causales, cambiar o suspender los fármacos
causantes, y corregir los peligros ambientales.

Los pacientes que se caen más de 1 vez o los que, en la evaluación inicial, revelan
inconvenientes para mantener el equilibrio y caminar, deben ser derivados a un fisioterapeuta
o a un programa de ejercicios.
Enseñar técnicas para levantarse del piso y considerar el uso de un dispositivo de respuesta de
emergencia portátil.

CONSEJOS DE SALUD

Las caídas en los adultos mayores y sus consecuencias

Por Dr. Adolfo Moyano Crespo Servicio de Geriatría

Las caídas en los adultos mayores y sus consecuencias

Las caídas en el Adulto Mayor, tiene tal trascendencia que a veces por simple que esta sea,
produce un estado de preocupación tal que la persona que la ha sufrido por primera vez
comienza a vislumbrar el ocaso de su existencia en esta circunstancia.

Tanto lo afecta que empieza a idear, de cómo será su próxima caída, y que secuelas le dejará
como consecuencia. Las caídas son la causa mas común de accidentes en los individuos de mas
de 65 años de edad y que representan la principal causa de morbimortalidad por lesiones.

Como consecuencia de inestabilidad de la marcha.

A las perdidas o disminuciones de los sentidos (audición, la vista).

Perdida del equilibrio, reflejos nerviosos alterados, patologías propias de la edad como
Enfermedad de Parkinson, Enfermedad de Alezheimer, Accidentes Cerebro Vasculares.

Hipertensión Arterial, Deshidratación, Infecciones, Desnutrición, Artrosis, Diabetes Mellitus,


Arritmias Cardiacas, Bloqueos de conducción cardiacos, fracturas patológicas (metástasis óseas
de tumores malignos), Síndrome Prostático, incontinencia urinaria.

Depresión, Insomnio, abandono, vivir solo, cambios de domicilio, institucionalización en


Geriátricos, asilos.

La causa más común e importante de las caídas y la mas fácil de tratar es la sobremedicación,
las interacciones medicamentosas, y la automedicación.
Otros motivos de las caídas son los espacios físicos inadecuados para los Adultos Mayores
como ambientes oscuros o muy iluminados, chicos, con elementos que entorpecen la marcha
(moblaje, escaleras, pisos irregulares, alfombrados), elementos inaccesibles como botones de
la luz, etc.

Toda caída debe considerarse premonitoria de una enfermedad o un posible signo de


enfermedad grave inminente.

COMPLICACIONES MAS FRECUENTES DE LAS CAIDAS

Son las lesiones dolorosas de los tejidos blandos hematomas, las fracturas de caderas, las
fracturas de muñeca (Colles), los hematomas subdurales, heridas contuso cortantes en cuero
cabelludo, quemaduras en la bañadera por caídas accidentales.

La permanencia prolongada en el piso por una caída produce hiportermia siendo este un factor
determinante el tiempo en la morbimortalidad del paciente.

Las trombosis venosas profunda, la deshidratación, las infecciones urinarias, neumonías, las
contracturas articulares y las ulceras por decúbito.

Aunque la mayoría de las caídas no ocasionan la muerte ni una lesión física importante no son
en absoluto episodios benignos.

Puesto que originan una importante afectación psicológica debido a la perdida de la


autoestima del enfermo y al miedo a volver a caer.

También pueden entrañar riesgos de futuras caídas y de una inmovilidad auto protectora por
parte del paciente.

Los factores responsables de una caída pueden ser :

Intrínsecos (relacionados con el paciente)

Extrínsecos (relacionados con el ambiente)

Los factores intrínsecos incluyen las alteraciones fisiológicas relacionadas con la edad, y se
unen las alteraciones normales asociadas al envejecimiento que limitan la reserva funcional de
los ancianos y que determinan la mayor frecuencia de caídas en este grupo de edad.
Cuando existe un proceso patológico o un obstáculo ambiental, las enfermedades y el
consumos de fármacos que aumentan en los adultos mayores como ya dijimos anteriormente,
aumentando estos el riesgo de las caídas.

Unas de las alteraciones mas importantes es la disminución de la agudeza visual

La presbiacusia (disminución de la agudeza auditiva)

La inestabilidad postural empeora con la edad

El tiempo de reacción aumenta también con la edad, con lo que se prolonga el intervalo entre
la percepción del peligro y la acción realizada para evitarlo.

Los proceso patológicos neurológicos que predisponen a las caídas son los accidentes cerebro
vasculares, ataque isquémico transitorio, Enfermedad de Parkinson, Confusión, Neuropatías,
Convulsiones, Insuficiencia Vertebrobacilar, Hipersensibilidad del seno carotídeo, alteraciones
cerebelosas sobre todo de tipo isquemicas con alteraciones de la marcha, demencias,
Enfermedad de Alzheimer, infartos lacunares cerebrales.

Las alteraciones cardiovasculares mas frecuentes son el infarto de miocárdico, la hipotensión


ortostática, arritmias cardiacas, bloqueos de conducción cardiaco, los diabéticos se hallan con
frecuencia predispuestos a la hipotensión ortostática secundaria a disfunción del sistema
nervioso autónomo, y en la insuficiencia cardiaca.

Las alteraciones metabólicas como hipotiroidismo, hipoglucemia, anemia, hipocaliemia,


deshidración, hiponatremia.

Alteraciones genitourinarias sincope miccional, incontinencia urinaria. Sincope post prandial.

Alteraciones músculo esqueleticas como artritis, artrosis, miosistis, deformidades de la


columna vertebral debilidad muscular, fracturas previas. Dolor Crónico.

Alteraciones psicológicas como depresión y ansiedad, la negación de las condiciones físicas


impuestas por la edad (pacientes que se sienten jóvenes y hacen actividades que no son
propias de la edad), rechaza el uso de bastones, sillas de ruedas, ayuda.

La mayoría de las caídas ocurren en el domicilio de los adultos mayores

Habitualmente entre las actividades mas comúnmente asociadas a las caídas figuran
levantarse y acostarse en la cama, sentarse y levantarse de una silla tropezar con objetos o con
accesorios del suelo (como alfombras, felpudos y el umbral de las puertas) y resbalar al
caminar en superficies húmedas, llevando un calzado inadecuado o al bajar las escaleras.

CAUSAS EXTRÍNSECAS DE LAS CAIDAS

Características del suelo: (suelos resbaladizos, deslumbramiento producido por suelos


excesivamente abrillantados o encerados, felpudos sueltos, alfombras gruesas).

Iluminación : (deslumbramiento excesivo, iluminación inadecuada).


Escaleras: (ausencia de pasamanos, iluminación insuficiente, peldaños demasiados altos,
peldaños desgastados).

Cuarto de baño: suelo resbaladizo, ducha o bañera resbaladizas ausencia de asideros, trazas de
inodoro demasiado bajas).

Dormitorio: (cama demasiado alta, distancia excesiva entre la cama y el cuarto de baño,
iluminación insuficiente, felpudos sueltos, falta de cierre de las barandillas de la cama).

Otras habitaciones: (suelos resbaladizos, sillas a altura incorrecta, ausencia de apoya brazos en
las sillas, estantes demasiados altos)

Caídas en los ancianos

 Etiología
o Factores intrínsecos
o Factores extrínsecos
o Factores situacionales
o Complicaciones
 Evaluación
o Anamnesis y examen físico
o Pruebas de desempeño
o Pruebas de laboratorio
o Referencias de la evaluación
 Prevención
o Fisioterapia y ejercicio
o Dispositivos de asistencia
o Tratamiento médico
o Manejo ambiental
o Referencias de la prevención
 Conceptos clave
 Recursos en este artículo

También de interés

 (Cuestionario)Prevención del debilitamiento


 (Noticias) Se observaron anomalías corneanas en el síndrome de Down
 (Noticias) La actividad física no parece reducir el riesgo de estado
debilitado en los ancianos
 (Noticias) Modificar los criterios de diagnóstico de DCL amnésico
aumenta la precisión del pronóstico
Caídas en los ancianos
Por Laurence Z. Rubenstein, MD, MPH, Professor Emeritus of Geriatric Medicine,
University of Oklahoma College of Medicine; Professor Emeritus of
Medicine/Geriatrics, University of California, Los Angeles

INFORMACIÓN: 
para pacientes

NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO


GENERAL: Hacer clic aquí para obtener la versión para público
general.

 Caídas en los ancianos


 Caídas en los ancianos

Una caída se define cuando una persona aparece en el suelo o en un nivel inferior; en
ocasiones, una parte del cuerpo golpea contra un objeto que interrumpe la caída.
Típicamente, un evento causado por un trastorno agudo (p. ej., un accidente
cerebrovascular o una convulsión) o riesgos ambientales desmedidos (p. ej., golpe contra
un objeto en movimiento) no se considera una caída.

Todos los años, entre el 30 y el 40% de las personas ancianas que viven en la comunidad
y el 50% de los que viven en hogares experimentan caídas. En los Estados Unidos, las
caídas son la causa principal de muerte accidental y la séptima causa de muerte en las
personas ≥ 65; el 75% de las muertes asociadas con caídas ocurre en el 13% de la
población ≥ 65 años. Los costos para Medicare solo de las lesiones por caídas fueron de
31 mil millones de dólares en 2015 y, sin duda, aumentará.n
Las caídas ponen en riesgo la independencia de los ancianos y causan una cascada de
consecuencias individuales y socioeconómicas. No obstante, los médicos muchas veces
no advierten caídas en un paciente que no presenta lesiones porque la anamnesis y el
examen físico en general no incluyen la búsqueda específica de este evento. Muchas
personas ancianas se muestran reticentes a informar una caída porque la atribuyen al
proceso de envejecimiento o porque tienen miedo de que limiten sus actividades o las
internen.

Etiología
El mayor factor predictor de una caída es el antecedente de otra caída. Sin embargo, las
caídas en las personas ancianas rara vez tienen una sola causa o factor de riesgo. Una
caída suele ser el resultado de una interacción compleja entre los siguientes elementos:

 Factores intrínsecos (deterioro de la


función relacionado con la edad,
trastornos y efectos adversos de
fármacos)
 Factores extrínsecos (riesgos
ambientales)
 Factores situacionales (relacionados
con la actividad que realiza el paciente,
p. ej., correr al baño)

Factores intrínsecos
Los cambios relacionados con la edad pueden afectar los sistemas comprometidos en
mantener el equilibrio y la estabilidad (p. ej., mientras el paciente está de pie, camina o
está sentado) y aumentar el riesgo de caídas. La agudeza visual, la percepción de los
contrastes y la profundidad y la adaptación a la oscuridad se reducen. Los cambios en los
patrones de activación muscular y la capacidad de generar suficiente potencia y velocidad
muscular pueden afectar la habilidad de mantener o recuperar el equilibrio en respuesta a
los cambios (p. ej., dar pasos sobre una superficie irregular, recibir un golpe). De hecho, la
debilidad muscular de cualquier tipo es un importante predictor de caídas.

Las enfermedades crónicas y agudas (ver Algunos trastornos que contribuyen a aumentar


el riesgo de sufrir una caída) y el uso de fármacos (ver Algunos fármacos que contribuyen
a aumentar el riesgo de sufrir una caída) son factores de riesgo importantes para el
desarrollo de caídas. Este riesgo aumenta en función del número de medicamentos que
recibe el paciente. Los psicotrópicos son los fármacos asociados con mayor frecuencia al
riesgo de caídas y lesiones relacionadas.

Factores extrínsecos
Los factores ambientales pueden aumentar el riesgo de caídas en forma independiente o,
lo que resulta más importante, a través de la interacción con los factores intrínsecos. El
riesgo es máximo cuando las condiciones del medio requieren un mayor control postural y
del movimiento (p. ej., al caminar sobre una superficie resbaladiza) y cuando el entorno no
resulta familiar (tras una mudanza a un nuevo domicilio).

Factores situacionales
Algunas actividades o decisiones pueden aumentar el riesgo de caídas y de lesiones
relacionadas. A modo de ejemplo, se menciona caminar y hablar simultáneamente o
distraerse con múltiples tareas concurrentes y no poder prestar atención a los riesgos del
ambiente (p. ej., el final del camino o de un escalón), correr al baño (en especial durante la
noche, cuando el individuo no está bien despierto o cuando la iluminación puede no ser
adecuada) y apurarse para atender el teléfono.

Complicaciones
Las caídas, en particular las repetidas, aumentan el riesgo de lesiones, hospitalizaciones y
muertes, sobre todo en ancianos debilitados, con enfermedades preexistentes (p. ej.,
osteoporosis) y dificultades para realizar las actividades de la vida cotidiana (p. ej.,
incontinencia). Las complicaciones a largo plazo pueden incluir una reducción de la
capacidad física, el miedo de caer y ser institucionalizado. Se informa que las caídas
contribuyen con más del 40% de los ingresos en los asilos.

Más del 50% de las caídas que suceden en ancianos provocan lesiones. Si bien la
mayoría de ellas no son graves (p. ej., contusiones, abrasiones), son la causa de alrededor
del 5% de las internaciones en pacientes ≥ 65 años. Aproximadamente el 5% de las caídas
genera fracturas del húmero, la muñeca o la pelvis. Alrededor del 2% produce fractura de
cadera Y alrededor del 10% genera otras lesiones graves (p. ej., en la cabeza y los
órganos internos, laceraciones). algunas lesiones relacionadas con caídas son fatales.
Cerca del 5% de las personas mayores con fractura de cadera muere durante la
hospitalización. La tasa de mortalidad global dentro de los 12 meses de la fractura de
cadera oscila entre 18 y 33%.

Alrededor del 50% de las personas ancianas que sufren una caída no logra levantarse sin
ayuda. La permanencia en el suelo durante > 2 horas después de una caída aumenta el
riesgo de deshidratación, úlceras por decúbito, rabdomiólisis, hipotermia y neumonía.

La función y la calidad de vida pueden deteriorarse significativamente tras una caída; al


menos el 50% de las personas ancianas capaces de deambular antes de fracturarse la
cadera no recupera su nivel previo de movilidad. Después de caer, las personas ancianas
pueden tener miedo de volver a sufrir un accidente, de manera que su movilidad muchas
veces disminuye debido a la pérdida de la confianza. Algunos individuos pueden incluso
evitar ciertas actividades (p. ej., ir de compras, limpiar) como resultado de este miedo. La
disminución de la actividad puede aumentar la rigidez articular y la debilidad, lo que reduce
la movilidad en forma adicional.

Algunos trastornos que contribuyen a


aumentar el riesgo de sufrir una caída

Compromiso funcional Trastorno


Regulación de la tensión Anemia
arterial
Arritmias

Hipersensibilidad del seno carotídeo cardioinhibidor

EPOC

Deshidratación

Infecciones (p. ej., neumonía, sepsis)

Enfermedades metabólicas (p. ej., diabetes, enfermedades tiroideas,


hipoglucemia, estados hiperosmolares)
Compromiso funcional Trastorno
Inhibición neurocardiogénica después de la micción

Hipotensión postural

Hipotensión posprandial

Valvulopatías cardíacas
Procesamiento central Delirio

Demencia

Accidente cerebrovascular
Marcha Artritis

Deformidades del pie

Debilidad muscular
Función postural y Degeneración cerebelosa
neuromotora
Mielopatía (p. ej., debido a espondilosis cervical o lumbar)

Enfermedad de Parkinson

Neuropatía periférica

Accidente cerebrovascular

Insuficiencia vertebrobasilar
Propiocepción Neuropatía periférica (p. ej., debido a diabetes mellitus)

Deficiencia de vitamina B12


Función Laberintitis aguda
otorrinolaringológica
Vértigo posicional paroxístico benigno

Hipoacusia

Enfermedad de Meniere
Visión Cataratas

Glaucoma

Degeneración macular (relacionada con la edad)


Algunos fármacos que contribuyen a
aumentar el riesgo de sufrir una caída
Fármacos Mecanismo
Aminoglucósidos Daño vestibular directo
Analgésicos (en especial opioides) Disminución del estado de alerta o procesamiento
central lento
Antiarrítmicos Compromiso de la perfusión cerebral
Anticolinérgicos Confusión/delirio
Antihipertensivos (en especial Compromiso de la perfusión cerebral
vasodilatadores)
Antipsicóticos Síndromes extrapiramidales, otros efectos
antiadrenérgicos, reducción del estado de alerta o
procesamiento central lento
Diuréticos (en especial cuando los Compromiso de la perfusión cerebral
pacientes están deshidratados)
Diuréticos de asa (dosis elevadas) Daño vestibular directo
Psicotrópicos (en especial Disminución del estado de alerta o procesamiento
antidepresivos, antipsicóticos y central lento
benzodiazepinas)
Evaluación
 Evaluación clínica
 Prueba de desempeño
 En ocasiones, pruebas de laboratorio

Después del tratamiento de las lesiones agudas, la evaluación intenta identificar los
factores de riesgo y las intervenciones apropiadas con el fin de reducir la incidencia de
futuras caídas y de lesiones relacionadas (1, 2).

Algunas caídas se reconocen fácilmente al hallar una lesión evidente relacionada con ella
o ante la sospecha de una posible lesión. Sin embargo, dado que las personas ancianas a
menudo no informan haberse caído, se les debe preguntar sobre caídas o problemas de
movilidad al menos 1 vez al año.

Cuando un paciente informa que se cayó 1 sola vez, debe evaluarse si presenta
problemas de equilibrio o de la marcha con la prueba básica de "Get-Up-and-Go Test"
(Levántate y ve). Esta prueba consiste en la observación del paciente mientras se levanta
de un sillón común, camina 3 m (alrededor de 10 pies) en línea recta, gira, vuelve a
caminar hacia la silla y vuelve a sentarse. La evaluación puede identificar debilidad de los
miembros inferiores, trastornos de equilibrio al pararse o sentarse o marcha inestable. A
veces la prueba es cronometrada. Un tiempo de > 12 s indica un aumento significativo del
riesgo de caídas.

Los pacientes que requieren un análisis más completo de los factores de riesgo de caer
abarcan

 Los que tienen dificultades en la prueba


"Get-Up-and-Go Test"
 Los que informan múltiples caídas
durante la prueba de cribado
 Los que se evalúan después de una
caída reciente (tras la identificación y el
tratamiento de lesiones agudas)
Anamnesis y examen físico
Cuando se requiere una evaluación más completa de los factores de riesgo, ésta debe
centrarse en la identificación de los factores intrínsecos, extrínsecos y situacionales que
pueden reducirse mediante intervenciones específicas.

Se les debe formular a los pacientes preguntas amplias acerca de caídas recientes y luego
preguntas más específicas sobre el momento y el lugar donde se produjeron las caídas y
lo que estaban haciendo en ese momento. A continuación, deben realizarse las mismas
preguntas a testigos. Asimismo, los pacientes deben informar si percibieron síntomas
premonitorios o asociados (p. ej., palpitaciones, disnea, dolor torácico, vértigo, mareos), y
si perdieron la conciencia. Se debe preguntar también al paciente si pueden identificar
factores extrínsecos o situacionales evidentes. La anamnesis debe incluir preguntas sobre
enfermedades pasadas y presentes, consumo de fármacos que se adquieren bajo
prescripción médica y de venta libre, y consumo de alcohol. Dado que puede ser imposible
la eliminación de todos los factores de riesgo de sufrir caídas en el futuro, debe
preguntarse al paciente si pudo levantarse sin ayuda después de caer y si experimentó
alguna lesión; el objetivo es disminuir el riesgo de complicaciones generadas por caídas en
el futuro.

El examen físico debe ser bastante completo para excluir causas intrínsecas evidentes de
caídas. Si la caída fue reciente, debe medirse la temperatura para determinar si la fiebre
contribuyó al accidente. También es preciso determinar la frecuencia y el ritmo cardíaco
con el fin de detectar bradicardia, taquicardia en reposo o arritmias. La tensión arterial
debe medirse con el paciente en decúbito supino y después de permanecer de pie durante
1 y 5 minutos para excluir hipotensión ortostática. En la auscultación, pueden detectarse
varios tipos de trastornos valvulares. La agudeza visual debe examinarse con lentes
correctoras en caso de necesitarlas. El paciente con disminución de la agudeza visual
requiere un examen visual más detallado a cargo de un optometrista o un oftalmólogo. El
cuello, la columna vertebral y los miembros (en especial, las piernas y los pies) deben
evaluarse para identificar debilidad, deformidades, dolor y limitación de la amplitud del
movimiento.

Debe llevarse a cabo un examen neurológico que incluya una evaluación de la fuerza y el


tono muscular, la sensibilidad (incluso la propiocepción), la coordinación (función
cerebelosa), el equilibrio estático y la marcha. El control postural básico y los sistemas
propioceptivo y vestibular se evalúan con la prueba de Romberg (en la cual el paciente se
para con los pies juntos y los ojos abiertos y luego cerrados). Las pruebas para examinar
el equilibrio son la permanencia en un pie y la marcha en línea recta. Si el paciente puede
permanecer parado en un pie durante 10 segundos con los ojos abiertos y lograr caminar
en línea recta a través de una distancia de 3 m (10 pies) sin tambalear, lo más probable es
que la deficiencia del control postural intrínseco sea mínima. Los médicos deben evaluar la
función vestibular posicional (p. ej., con la maniobra de Dix-Hallpike, ver Nistagmo) y
el estado mental.

Pruebas de desempeño
La Evaluación de la Movilidad Orientada al Desempeño o la prueba Get-Up-and-Go
(Levántate y ve) permiten identificar problemas de equilibrio y estabilidad durante la
marcha y otros movimientos que pueden indicar un mayor riesgo de caídas. Estas pruebas
son especialmente útiles si el paciente tuvo dificultades para hacer la prueba básica Get-
Up-and-Go.

Pruebas de laboratorio
No existe ninguna evaluación diagnóstica convencional. La evaluación debe basarse en la
anamnesis y el examen y ayuda a descartar varias causas:
 Hemograma completo para anemia o
leucocitosis
 Medición de glucemia para detectar
hipoglucemia o hiperglucemia
 Medición de electrolitos para la
deshidratación

Se recomiendan algunas pruebas como electrocardiograma (ECG), monitorización


cardíaca ambulatoria y ecocardiografía sólo cuando se sospecha una causa cardíaca. El
masaje carotídeo en condiciones controladas (con una vía intravenosa y monitorización
cardíaca) se propuso para identificar hipersensibilidad carotídea y, en definitiva, para
detectar a personas que pueden responder al tratamiento con un marcapasos. Las
radiografías vertebrales y la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética
(RM) de cráneo sólo se solicitan cuando la anamnesis y el examen físico detectan
trastornos neurológicos nuevos.

Referencias de la evaluación
 1. National Institute for Health and Care
Excellence: Falls in older people: Assessing
risk and prevention (Guía clínica [CG] 161), de
2013.
 2. U.S. Preventive Services Task Force
(USPSTF): Final Evidence Summary: Falls
prevention in older adults: Counseling and
preventive medication. Ann Intern Med, 2012.

Prevención
El objetivo debe ser prevenir o reducir el número de caídas y lesiones relacionadas en el
futuro y evitar sus complicaciones, aunque manteniendo la función y la independencia del
paciente tanto como sea posible. En el examen físico o de salud periódico, se les debe
pedir a los pacientes información sobre caídas en el último año y dificultades con el
equilibrio o la deambulación (1, 2).

Los pacientes que informan una sola caída y que no tienen problemas con el equilibrio o la
marcha en la Prueba de Get-Up-and-Go o una prueba similar deben recibir información
general sobre la reducción del riesgo de caídas. Debe incluir cómo utilizar los
medicamentos de manera segura y reducir los riesgos ambientales (ver Listado para la
evaluación del domicilio en busca de peligros que aumentan el riesgo de sufrir caídas).

Los pacientes que informan más de una caída o un problema con el equilibrio o la marcha
deben someterse a una evaluación de las caídaspara identificar los factores de riesgo y las
oportunidades para disminuirriesgo.

Para obtener más información sobre la prevención de caídas en los adultos mayores,
véanse el Cochrane review abstract interventions for preventing falls in older people living
in the community, la American Geriatrics Society/British Geriatrics Society guideline for the
prevention of falls in older persons y las British Medical Journal interventions for the
prevention of falls in older adults.

Listado para la evaluación del


domicilio en busca de peligros que
aumentan el riesgo de sufrir caídas
Localización Riesgo Corrección Fundamento
Artefactos generales
Iluminación Demasiado tenue Iluminación amplia en Mejora la agudeza visual y
todas las áreas la percepción del contraste
Demasiado Reducir el brillo con Mejora la agudeza visual y
directa, que iluminación pareja, luz la percepción del contraste
produce brillo indirecta o sombras
translúcidas
Interruptores de Colocar luces nocturnas Reduce el riesgo de
luz inaccesibles automáticas o que se tropezar o chocarse con
activen al tacto obstáculos no advertidos
en una habitación oscura
Instalar interruptores
accesibles en el ingreso a
la habitación o sensores
de movimiento que
activan la luz
Carpetas (pequeñas Rotura Reparar o reemplazar la Reduce el riesgo de
alfombras), alfombra rota tropezar y resbalarse, en
alfombrados, pisos especial las personas con
de linóleo (papel dificultades para caminar
vinílico para tapizar
el suelo)
Resbaladizo Colocar alfombras con Reduce el riesgo de
refuerzo trasero resbalar
antideslizante
Bordes enrollados Clavar o pegar las Reduce el riesgo de
alfombras o los pisos de tropezar
linóleo para prevenir que
se despeguen

Reemplazar alfombras o
linóleo
Sillas, mesas, otros Inestable Colocar muebles bastante Aumentar los sitios de
muebles estables para soportar el donde las personas con
peso de una persona que compromiso del equilibrio
se apoya sobre los bordes puedan sostenerse y
de la mesa o los ayudar en los traslados
apoyabrazos y el
respaldo de la silla

No usar sillas con ruedas


o giratorias

Reparar las patas flojas


Sillas sin Usar sillas con Ayuda a personas con
apoyabrazos apoyabrazos que se debilidad muscular
Localización Riesgo Corrección Fundamento
extiendan hacia adelante proximal y en los traslados
lo suficiente para servir
como palanca cuando el
paciente quiere
levantarse o sentarse
Caminos Disponer los muebles Reduce el riesgo de
obstruidos para que el camino no tropezar o de chocar con
quede obstruido obstáculos, facilitando y
asegurando los
Ordenar los pasillos movimientos en el hogar,
en especial en personas
con compromiso de la
visión periférica
Cables y cordones Expuestos en los Fijar cables y cordones al Reduce el riesgo de
corredores suelo o pasarlos por tropezar
conductos debajo del
suelo
Cocina
Armarios, estantes Demasiado altos Mantener los objetos Reduce el riesgo de caídas
usados con mayor debido a intentos
frecuencia al nivel de la frecuentes de alcanzar
cintura objetos altos o al subir a
escaleras o sillas
Instalar estantes y
armarios a una altura
accesible
Suelos Húmedos o Colocar una alfombra de Reducir el riesgo de
encerados goma sobre el suelo deslizamiento, en especial
cerca del fregadero en personas con trastornos
de la marcha
Usar zapatos con suela
de goma en la cocina

Usar cera antideslizante


Baño
Bañera o ducha Suelo resbaladizo Instalar franjas o Reduce el riesgo de
alfombras de goma deslizarse en una tina
antideslizantes húmeda

Usar zapatos o un asiento


en la ducha (un asiento
para el baño les permite a
las personas con
problemas de equilibrio
sentarse mientras se
duchan)
Localización Riesgo Corrección Fundamento
Necesita usar la Instale barras de apoyo Ayuda en los traslados
pared junto a la en la ducha
bañera para
sostenerse o Instalar una barra portátil
trasladarse para sostenerse al
costado de la tina

Llevar la barra en viajes


Soportes de toallas, Inestable como Reforzar los medios de Ayuda en los traslados
lavabos sostén durante un fijación de los soportes a
traslado desde el la pared
excusado, la tina
o la ducha
Asiento del Demasiado bajo Usar asientos elevados en Ayudar con el traslado
excusado el excusado hacia y desde el baño
Puertas Trabas Eliminar las trabas de las Permite que otras personas
puertas del baño o usar ingresen si la persona se
trabas que puedan abrirse cae
desde ambos lados
Escaleras
Altura Escalones Corregir la altura de los Reduce el riesgo de
demasiado altos escalones a 15 cm tropezar, en especial en las
personas con dificultades
para subir escalones
Barandas Ausentes Instalar y fijar bien las Brinda apoyo y permite
barandas a ambos lados que la persona se tenga de
de la escalera la baranda con cualquiera
de las manos
Usar barandas cilíndricas
colocadas a una distancia
de entre 2,5 y 5 cm de la
pared
Demasiado bajas Extender la baranda más Señalizar los escalones
y con extremos allá de los escalones superior e inferior
sin topes superior e inferior y
enrollar los extremos
hacia adentro
Configuración Demasiado aguda Instalar rellanos o Permite que el paciente
o larga descansos en las descanse, en especial si
escaleras cuando sea tiene cardiopatías o
posible o seleccionar una enfermedades pulmonares
residencia con un rellano
en la escalera
Trastorno Resbaladizo Revestir todos los Evita el deslizamiento
escalones con una tela
antideslizante
Localización Riesgo Corrección Fundamento
Iluminación Inadecuada Instalar una iluminación Define la ubicación de los
adecuada tanto en la escalones, en particular
parte superior como en la para las personas con
inferior de la escalera compromiso visual o
perceptivo
Colocar luces nocturnas
automáticas o franjas
adhesivas de colores
brillantes que señalen
con claridad los
escalones

Fisioterapia y ejercicio
Los pacientes que se caen más de 1 vez o los que, en la evaluación inicial, revelan
inconvenientes para mantener el equilibrio y caminar, deben ser derivados a un
fisioterapeuta o a un programa de ejercicios. Ambas medidas pueden llevarse a cabo en el
domicilio del paciente si su movilidad es limitada.

Los fisioterapeutas adaptan los programas de ejercicios para corregir problemas


específicos que contribuyen a aumentar el riesgo de sufrir una caída.

Los programas de ejercicios más generales que se implementan en instituciones de


atención de la salud o en ámbitos comunitarios también pueden mejorar la marcha y el
equilibrio. Por ejemplo, la práctica de tai chi puede ser eficaz y puede realizarse en forma
individual o grupal. Los programas de ejercicio más eficaces para reducir el riesgo de
caídas son los que

 Se adaptan al déficit del paciente


 Son proporcionados por un profesional
capacitado
 Tener el componente necesario para
evaluar el equilibrio
 Se proporcionan en el largo plazo (por
ejemplo, ≥ 4 meses)

Muchos centros de la tercera edad, YMCA, u otros gimnasios ofrecen clases de ejercicios
grupales gratuitas o a bajo costo, adaptados a la tercera edad, y estas clases pueden
ayudar con la accesibilidad y la adherencia. Los ahorros logrados por el menor gasto
relacionado con las caídas superan los costos de estos programas (3).

Dispositivos de asistencia
Algunos pacientes se benefician con el uso de un dispositivo de asistencia (p. ej., bastón,
caminador). Los bastones pueden ser adecuados para pacientes con compromiso
muscular o articular unilateral mínimo, pero los caminadores, en particular los que tienen
ruedas, son más apropiados para pacientes con mayor riesgo de caer debido a debilidad
en ambas piernas o a un trastorno de la coordinación (los caminadores con ruedas pueden
ser peligrosos en pacientes incapaces de controlarlos en forma apropiada). Los
fisioterapeutas pueden ayudar a los pacientes a usar o a elegir el tamaño adecuado del
dispositivo y pueden enseñarles a usarlo (ver Dispositivos terapéuticos y de ayuda).

Tratamiento médico
Los fármacos que pueden aumentar el riesgo de caer deben suspenderse o ajustarse su
dosis a la mínima efectiva (ver Algunos fármacos que contribuyen a aumentar el riesgo de
sufrir una caída). Debe buscarse osteoporosis y, en caso de diagnosticarse, tratarse para
reducir el riesgo de fracturas en futuras caídas.

Si se identifica algún otro trastorno específico como factor de riesgo, es preciso


implementar intervenciones adecuadas. Por ejemplo, los fármacos y la fisioterapia pueden
disminuir el riesgo en pacientes con enfermedad de Parkinson. La vitamina D, en especial
cuando se consume con calcio, puede disminuir el riesgo de sufrir una caída, sobre todo
en individuos con disminución de las concentraciones sanguíneas de vitamina D. El
tratamiento del dolor, la fisioterapia y, en ocasiones, el reemplazo de la articulación en
forma quirúrgica pueden disminuir el riesgo en pacientes con artritis. La adquisición de
lentes apropiadas (un solo par en lugar de lentes bifocales o trifocales) o la cirugía, en
especial para corregir cataratas, pueden ser útiles en pacientes con compromiso visual.

Manejo ambiental
La corrección de los factores de riesgo ambientales en el domicilio puede reducir el riesgo
de caída (ver Listado para la evaluación del domicilio en busca de peligros que aumentan
el riesgo de sufrir caídas). Debe asesorarse a los pacientes para reducir el riesgo asociado
con factores situacionales. Por ejemplo, el calzado debe tener taco plano, algún tipo de
refuerzo en el tobillo y suelas firmes antideslizantes. Muchos pacientes con limitación
crónica de la movilidad (p. ej., causada por artritis grave, o paresia) se benefician con
estrategias médicas, de rehabilitación y ambientales combinadas. Las adaptaciones de las
sillas de ruedas (p. ej., apoyapies rebatible para disminuir los tropiezos durante los
traslados, frenos posteriores para prevenir el desplazamiento hacia atrás), cinturones
removibles y asientos con cuñas pueden ser útiles para evitar que el paciente con escaso
equilibrio en posición sedente o con debilidad significativa se caiga mientras permanece en
esa posición o durante los traslados.

Las barreras para proteger al paciente de no caer pueden provocar más caídas y otras
complicaciones, por lo cual no deben utilizarse. La vigilancia a cargo del cuidador es más
eficaz y segura. Pueden emplearse detectores de movimiento, pero en presencia de un
cuidador que responda a la alarma cuando ésta suene.

Los protectores de la cadera (almohadillas cosidas a ropa interior especial) pueden


disminuir el riesgo de fracturas de cadera en pacientes con alto riesgo, aunque numerosos
pacientes son reticentes a emplearlos de manera indefinida. Un suelo adecuado (p. ej.,
firme de goma) puede ser útil para disipar la fuerza del impacto, pero un suelo demasiado
blando (p. ej., de gomaespuma) puede desestabilizar al paciente.

Asimismo, debe enseñarse al paciente los pasos por seguir si cae y no puede levantarse.
Algunas técnicas útiles consisten en girar de la posición en decúbito supino a la de
decúbito prono, levantarse con las rodillas y las manos apoyadas ("en cuadripedia") ,
arrastrarse hasta alcanzar una superficie firme de donde sostenerse y tirar de ella para
levantarse. El contacto frecuente con miembros de la familia o amigos, la colocación de un
teléfono que pueda alcanzarse desde el suelo, una alarma a control remoto o un
dispositivo integrante de un sistema de respuesta a la emergencia fácil de llevar pueden
disminuir la probabilidad de permanecer en el suelo durante un período prolongado
después de una caída.

Referencias de la prevención
 1. National Institute for Health and Care
Excellence: Falls in older people: assessing risk
and prevention (CG161), 2013.
 2. U.S. Preventive Services Task Force
(USPSTF): Falls Prevention in Older Adults:
Counseling and Preventive Medication. Ann
Intern Med, 2012.
 3. Carande-Kulis V, Stevens JA, Florence CS,
et al: A cost-benefit analysis of three older adult
fall prevention interventions. J Safety Res 52:
65-70, 2015. doi: 10.1016/j.jsr.2014.12.007.

Conceptos clave
 Todos los años, entre el 30 y el 40% de
las personas ancianas que viven en la
comunidad y el 50% de los que viven
en hogares experimentan caídas.
 Falls contribuyen a> 40% de los
ingresos a un hogar de ancianos y son
la séptima causa de muerte en las
personas ≥ 65.
 Las causas son múltiples, e incluyen el
deterioro de la función relacionado con
la edad, riesgos ambientales, y efectos
adversos de fármacos.
 Se debe evaluar los factores
predisponentes en el paciente y evaluar
los peligros en el hogar.
 En la medida de lo posible, tratar los
trastornos causales, cambiar o
suspender los fármacos causantes, y
corregir los peligros ambientales.
 Los pacientes que se caen más de 1
vez o los que, en la evaluación inicial,
revelan inconvenientes para mantener
el equilibrio y caminar, deben ser
derivados a un fisioterapeuta o a un
programa de ejercicios.
 Enseñar técnicas para levantarse del
piso y considerar el uso de un
dispositivo de respuesta de emergencia
portátil.

Última revisión completa octubre 2016 por Laurence Z. Rubenstein, MD, MPH

También podría gustarte