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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS COMERCIALES

Cómo aprender a estudiar con cuatro actos principales

Comprensión
Se trata de un acto primordial, ya que comprender enteramente aquello que se estudia
permite realizar un aprendizaje eficaz. Eso sí, se debe tener en cuenta que la comprensión
requiere: conocer el significado de las palabras, entender la frase, distinguir en el párrafo lo
esencial y necesario, y captar el encadenamiento de las frases con el resto del párrafo.

Asimilación Tiende a ser un concepto más amplio que la propia memorización en sí


misma. Una persona asimila algo cuando lo que entendió lo convierte en algo propio,
exactamente igual que si estuviera en su pensamiento.
Esta capacidad de asimilación es sumamente importante, pues es el estar consciente de para
qué se dice algo sobre un tema y por qué se dice.

Retención
Es una de las funciones principales de la memoria que encontramos entre la fijación y el
recuerdo. Eso sí, se debe tener en consideración que aquel estudio que sea única y
puramente memorístico –y sin sentido- no tendrá valor alguno.
Por este motivo, para retener algo es necesario comprenderlo (primer paso), organizarlo y
hacerlo en forma inteligente. Confeccionar un resumen, un esquema, un cuadro sinóptico o
una síntesis puede resultar de gran utilidad.

Razonamiento
En la actualidad se pone mucho acento en el aprendizaje reflexivo, principalmente porque
se aprende mejor pensando y encontrando las razones de las ideas que aprendiendo de
memoria.

El denominado como método EPL2R es uno de los más conocidos y extendido, y fue
formulado en el año 1970 por el psicólogo del aprendizaje Harry Maddox en su conocida
obra Cómo estudiar.

Fundamentalmente, este método se enuncia con las iniciales de las diferentes actividades o
fases que lo conforman: Examinar, Preguntar, Leer, Recordar y Repasar (EPLRR o
EPL2R).

¿En qué consiste el método de estudio EPLRR o EPL2R?

Examinar:

Consiste en dar una mirada rápida a aquello que se va a estudiar para poder percibir de él,
el conjunto general. Sirve para determinar cuánto material se va a estudiar, atendiendo el
número de secciones, capítulos u hojas.
Se debe recordar que el estudio tiene que ser en primer lugar global y luego analítico. El
procedimiento para examinar es bien simple. Si es un libro o tema, lee los títulos y
subtítulos y determina el número de páginas. Si existe, lee el resúmen y lee también las
primeras oraciones de cada párrafo.
De lo que se trata es de escudriñar rápidamente lo que vas a estudiar, y para este fin es
adecuado una especie de lectura telegráfica.

Preguntar: Tiene por objetivo el cuestionarse para poder así desarrollar cierta motivación
sobre el tema (algo fundamental a la hora de estudiar). Es muy importante determinar la
naturaleza del cuestionamiento que uno se plantea, ya que ello permite leer tratando de
encontrar respuestas.
Recuerda que a medida que lees plantéate pregunta acerca de lo que trata la lectura: ¿qué sé
del tema?, ¿qué me sugiere el título? ¿es interesante?.
Este paso te permitirá tener una visión de conjunto del tema, captando su temática, algo que
te proporcionará un esquema mental esencial para el estudio.
Leer: El objetivo de este paso es el de obtener la máxima comprensión posible del texto
que vayamos a estudiar. Se debe tratar de balancear la velocidad y la comprensión.
En estos casos la prelectura nos sirve para brindarnos una idea general del tema,
principalmente de qué trata y las partes de que se compone. En este punto ya estamos
preparados para estudiar y, en condiciones normales, con un nivel de concentración
adecuado, con una actitud activa.
Busca información y compréndela, es vital leer para entender, descubriendo significados y
hechos.
Se trata de una lectura pausada, reflexiva, párrafo a párrafo. Lo vital es asegurarse que se
comprende perfectamente aquello que se lee.
Recordar: Para recordar una cosa lo mejor es repetirla. En estos casos lo ideal es recordar
lo estudiado quince minutos al día durante cuatro días, o aún quince minutos a la semana.
Pero para que esta fase sea provechosa, se debe aplicar los principios de motivación,
concentración, actitud, organización y comprensión.
Repasar: Trata de repasar siempre cuando vas a pasar a otro tema o a otro libro distinto. Lo
ideal es repasar el temario al menos una vez al día, para recordar aquello que ya has
estudiado previamente.

Elaborado: Lic. Mariela Ponce R.

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