Está en la página 1de 1

Sí, es verdad que he revoloteado de aquí para allá como un inquieto

arlequín antes los ojos de los demás, que he manchado mis propios
pensamientos, que vendí por nada lo que más valor tenía y que de los nuevos
afectos hice viejas ofensas! Demasiado cierto es que siempre he mirado la verdad
de reojo y con extrañeza; pero eso errores daban nueva juventud a mi corazón, y
esos ensayos frustrados me demostraban que sólo tú eras mi gran amor.

Ahora, todo eso ha terminado; acepta lo que ya no tendrá fin. Nunca más
embotaré mi apetito con nuevas tentativas, ni pondré a prueba esta antigua
amistad, este amor donde vivo confinado.

Recíbeme entonces, tú, lo mejor después del cielo, sobre tu puro y


amantísimo pecho.

También podría gustarte