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Saponificación

Saponificación de un lípido, en este caso un diglicérido, con hidróxido de potasio.

La saponificación es un proceso químico por el cual un cuerpo graso, unido a


un álcali y agua, da como resultado jabón y glicerina. Se llama jabones a las sales sódicas
y potásicas derivadas de los ácidos grasos. Son susceptibles de saponificación todas
aquellas sustancias que en su estructura molecular contienen restos de ácidos grasos, y
son sustancias naturales a las que llamamos lípidos saponificables. Los lípidos
saponificables más abundantes en la naturaleza son las grasas neutras o glicéridos. La
saponificación de un triglicérido se resume así:
grasa + sosa cáustica → jabón + glicerina
Este proceso químico igualmente es utilizado como un parámetro de medición de la
composición y calidad de los ácidos grasospresentes en los aceites y grasas de origen
animal o vegetal, denominándose este análisis como Índice de saponificación; el cual es
un método de medida para calcular el peso molecular promedio de todos los ácidos grasos
presentes. Igualmente este parámetro es utilizado para determinar el porcentaje en los
cuerpos grasos de materias insaponificables, es decir, sustancias que no contienen ácidos
grasos.
Un método de saponificación común en el aspecto industrial consiste en hervir la grasa en
grandes calderas, añadir lentamente hidróxido de sodio (NaOH) y agitarlo continuamente
hasta que la mezcla comienza a ponerse pastosa.

Índice
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 1Tipos de lípidos por sus características de Saponificación


o 1.1Lípidos saponificables
 2Lograr la transparencia del jabón[1]
 3Notas
 4Enlaces externos

Tipos de lípidos por sus características de


Saponificación[editar]
Lípidos saponificables[editar]
En primer lugar habría que distinguir entre lípido saponificable e insaponificable; a pesar
de que los enlaces son muy similares, existe una diferencia entre los enlaces
covalentes de sus elementos.
Un lípido saponificable sería todo aquel que esté compuesto por un alcohol unido a uno
o varios ácidos grasos (iguales o distintos). Esta unión se realiza mediante un enlace éster,
muy difícil de hidrolizar. Pero puede romperse fácilmente si el lípido se encuentra en un
medio básico. En este caso se produce la saponificación alcalina. En los casos en los que
para la obtención del jabón se utiliza un glicérido o grasa neutra, se obtiene como
subproducto el alcohol llamado glicerina, que puede dar mayor beneficio económico que el
producto principal.
En el ejemplo de arriba una molécula de un lípido es tratada con dos de hidróxido de
potasio; se obtienen dos moléculas de palmitato de potasio (un jabón) y una de glicerina.
La acción limpiadora del jabón se debe a su poder emulsionante, esto es, su habilidad
para suspender en agua sustancias que normalmente no se disuelven en agua pura. La
cadena hidrocarbonada (parte hidrofóbica) de la sal (el jabón), tiene afinidad por
sustancias no polares, tales como las grasas de los alimentos. El grupo carboxilato (parte
hidrofílica) de la molécula tiene afinidad por el agua.
En la solución de jabón, los iones carbonato rodean a las gotas de grasa: sus partes no
polares se ubican (disuelven) hacia adentro, mientras que los grupos carbonatos se
ordenan sobre la superficie externa. Así, reducidas a volúmenes muy pequeños, las gotas
pueden asociarse con las moléculas de agua y se facilita la dispersión de la grasa. Estas
pequeñas gotas que contienen las partículas no polares rodeadas de aniones carbonato se
denominan micelas. Es la presencia de estos aniones carboxilato la que hace que las
superficies de las micelas estén cargadas negativamente y se repelan entre sí, impidiendo
la coalescencia y manteniendo la emulsión, es decir la dispersión en gotas muy finas.

Lograr la transparencia del jabón1[editar]


Un exceso de ácidos grasos en el jabón hace que éste sea opaco y de consistencia
lechosa.
Cuando se hace un jabón mediante un procedimiento en frío, el jabón saldrá opaco,
aunque hayamos sido muy precisos en la medida de álcalis y aceites, ya que este proceso
rara vez produce el calor suficiente para neutralizar por completo los ácidos grasos.
El proceso en caliente incorpora el calor de la cocina al calor químico producido por la
saponificación. Este calor añadido une todos los ácidos grasos con el álcali y como
resultado tenemos un jabón transparente y neutro.
La saponificación es una reacción química que produce calor, y cuanto más calor produzca
más completa será la saponificación.
 
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Saponificación – Reacción química del jabón

Saponificación – Reacción química


del jabón
 admin  julio 23, 2010  Química  68 comentarios
Contenido [ocultar]
 1 Saponificación
o 1.1 Que es La Saponificacion?

SAPONIFICACIÓN
La definicion del termino se encuentra abajo;
QUE ES LA SAPONIFICACION?
Se entiende por saponificación la reacción que produce la formación de jabones. La
principal causa es la disociación de las grasas en un medio alcalino, separándose
glicerina y ácidos grasos. Estos últimos se asocian inmediatamente con los álcalis
constituyendo las sales sódicas de los ácidos grasos: el jabón. Esta reacción se
denomina también desdoblamiento hidrolítico y es una reacción exotérmica.
La reacción típica es:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA

Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales


componentes de las grasas animales y de los aceites vegetales) con una solución
alcalina (hecha a partir de una mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la
sosa), se obtiene el jabón (que será realmente suave, porque además el otro
subproducto que se obtiene de esta reacción es la glicerina).
El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener en
cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy peligroso, cuyo manejo implica
tomar una serie de precauciones muy importantes para manipularlo con seguridad. Los
álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH)
y la potasa (hidróxido potásico, KOH). Por eso, es necesario tener mucha experiencia y
unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus reacciones químicas, para
proceder a realizar una saponificación que ofrezca totales garantías de que el producto
final obtenido no entrañe riesgo alguno para la piel.
Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente peligroso, sino más
bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si en la reacción anterior hay un
exceso de sosa, el producto resultante será una masa cáustica inservible; mientras que si
por el contrario, la cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será una
mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón. Es por eso que
para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con unas excelentes
cualidades limpiadoras y emolientes, aparte de una gran experiencia y conocimientos de
la saponificación, se necesita conocer también una serie de tablas con parámetros y
proporciones muy concretas de cada uno de los elementos que constituyen la
reacción, así como su correcta formulación. 
El conjunto de dichas tablas imprescindibles para la elaborar cualquier tipo de jabón, es
lo que se conoce como tablas de saponificación:
0,134g Aceite de oliva 0,190g Aceite de coco
0,141g Aceite de palma 0,134g Aceite de girasol
0,128g Aceite de ricino 0,136g Aceite de almendras
0,133g Aceite de aguacate 0,135g Aceite de soja
0,136g Aceite de maíz 0,133g Aceite de sésamo
0,069g Aceite de joroba 0,156g Aceite de palmiste
0,132g Aceite de germen de trigo 0,069g Cera de abeja
0,137g Manteca de cacao 0,128g Manteca de karité

Forma de Uso:
Para saber cuánta sosa se necesita para saponificar una cantidad de una grasa
concreta, sólo hay que multiplicar dicha cantidad por el valor correspondiente que
aparece en la tabla. Por ejemplo, para saponificar totalmente 100g de aceite de oliva (en
la tabla su parámetro es de 0,134) basta multiplicar 100 x 0,134 = 13,4g de sosa
necesitaremos. 
En el caso de que vayamos a hacer un jabón con diferentes aceites, habría que buscar la
cantidad necesaria de sosa para cada tipo de aceite concreto, y luego sumarlas todas.
También por eso, en las recetas de jabón, si queremos sustituir un aceite por otro,
también habrá que ajustar la cantidad de sosa necesaria.

a Química en la elaboración del


jabón artesanal  (RC-139)

Fco. Manuel García Ruiz

Introducción

Una práctica habitual en la Enseñanza Secundaria es la saponificación


de una grasa y la obtención de jabón. Se realiza generalmente en la
materia de Química en diferentes niveles y con diferente grado de
profundización y complejidad, aunque también se recoge en la materia
de Biología e incluso en la de Geografía como ejemplo de proceso
industrial. El objeto de este artículo es recopilar y ordenar la
información sobre los diferentes procesos de obtención de jabón a
nivel casero y artesanal, y traducir el vocabulario artesano asociado a
su elaboración a un lenguaje científico adecuado, pues no siempre
son coincidentes y dan lugar a confusiones.

Proceso de obtención del jabón

La elaboración de jabón se describe con numerosas recetas cuyo


denominador común es:

Grasa (o mezcla de grasas) + lejía de sosa caústica  --->  jabón

Desde la Química el proceso se denomina saponificación, y aunque


estrictamente ocurre en dos etapas:

1. Hidrólisis de triacilglicéridos en medio básico, obteniéndose


glicerina y los ácidos grasos.

2. Neutralización de los ácidos grasos con hidróxido de sodio (o de


potasio) dando la sal correspondiente y agua.
En la elaboración artesanal del jabón todo ocurre al mismo tiempo, la
glicerina no se separa y forma parte del producto final, por lo que la
reacción se puede describir mediante la siguiente reacción química:

La enorme variedad de jabones presentes en el mercado se explican


por la gran variedad de aceites y grasas que se pueden saponificar y
del proceso de elaboración empleado. Esto quiere decir en lenguaje
químico que el producto de la saponificación depende
fundamentalmente del tipo de reactivos y de las condiciones de
reacción.

Consideraciones sobre los reactivos

Sobre la grasa empleada. Su variedad reside en los ácidos grasos


que la conforman. Se expone a continuación una clasificación de los
más abundantes en las grasas que se emplean para la obtención del
jabón

Ácidos grasos saturados. Son ácidos grasos sin dobles enlaces entre
carbonos y por tanto tienden a formar cadenas extendidas. La
interacciones de Van der Waals entre ellas hacen que en su conjunto
se vean como grasas sólidas, llamadas comúnmente “grasas duras”.

 Ácido laúrico (ácido dodecanoico)

 Ácido mirístico (ácido tetradecanoico)

 Ácido palmítico (ácido hexadecanoico)

 Ácido esteárico (ácido octadecanoico)


Ácidos grasos insaturados. Son ácidos grasos con dobles enlaces
“cis” entre carbonos. Cada doble enlace origina un “codo” que impide
formar cadenas de ácidos grasos extendidas, por lo que las
interacciones de Van der Waals son menores y por tanto
macroscópicamente suelen ser líquidos a temperatura ambiente,
denominándose “aceites”

 Ácido oleico, (ácido cis-9-octadecenoico)

 Ácido linoleico (ácido cis, cis-9,12-octadecadienoico)

 Ácido linolénico (ácido cis-9,12,15-octadecatrienoico)

Un aspecto a tener en cuenta es que las grasas naturales no son


sustancias puras, y que la conforman diferentes ácidos grasos en
diferentes proporciones. Esto implica que para obtener un
determinado jabón con determinadas propiedades como textura,
compacticidad, solubilidad, facilidad para hacer espuma, etcétera, los
maestros jaboneros trabajan con mezclas de grasas. Si en ésta
predominan los ácidos grasos saturados originarán jabones duros y
compactos, mientras que si predominan los ácidos grasos insaturados
generarán jabones blandos y menos compactos.

Las grasas y aceites más empleados en la elaboración de jabones de


tocador se recogen en la siguiente tabla, con la proporción de los
principales ácidos grasos.

Aunque en principio cualquier grasa o aceite puede usarse para


obtener jabón, hay algunas que por la composición y proporción de
ciertos ácidos grasos insaturados provocan el enrarecimiento del
jabón. Este proceso consiste en la acción bacteriana sobre los dobles
enlaces, oxidándolos hasta formar aldehídos o ácidos carboxílicos.
Para evitar este proceso se incorpora al proceso pequeñas cantidades
de vitamina E o mediante la adición al jabón productos naturales con
propiedades antibacterianas como el extracto de semillas de pomelo.

Por último indicar que se suele emplear aceites especiales en


pequeñas proporciones (al 10% en masa de a grasa inicial) que
dotarán al jabón de propiedades cosméticas. El ejemplo más
significativo es el aceite de Rosa de Mosqueta.

La disolución básica. Conocida en el mundo artesanal como “lejía”


aunque no es lejía en sí y sólo comparte con ésta su carácter básico.
Es una disolución de hidróxido sódico o potásico ¿De qué depende la
elección de un hidróxido u otro? La diferencia fisicoquímica radica en
que el ión potasio tiene mayor radio iónico y una menor carga nuclear
efectiva. Esto provoca dos efectos diferentes:

 Los jabones potásicos se disuelven antes que los jabones sódicos, y


generan mayor cantidad de espuma.

 Se emplea el hidróxido sódico para obtener jabones duros para el


lavado de ropa o del hogar, e hidróxido de potasio para obtener
cremas de jabón, pasta de dientes o jabón de afeitar.

¿Qué cantidad de sosa es necesaria para prepara un jabón? Una


primera propuesta es hacer una valoración de la sosa empleada por
diferentes métodos analíticos. Pero esto no es necesario, pues al ser
un proceso conocido desde la antigüedad se ha ido recabando
información hasta lo que hoy día se conoce como el índice de
saponificación de un aceite, que es la cantidad de sosa necesaria para
saponificar un kilogramo de aceite. En la siguiente tabla se muestran
los índices de saponificación de las grasas presentadas en la siguiente
tabla:

Así, por ejemplo, el aceite de oliva tiene un índice de saponificación de


134, que indica que para convertir en jabón un kilogramo de aceite es
necesario 134 gramos de sosa. Si en lugar de un jabón sódico se
pretende obtener un jabón potásico hay que realizar una corrección
debida a la diferencia de la masa-fórmula de ambos hidróxidos. Como
la masa fórmula del hidróxido potásico excede en 1.4045 veces, para
obtener el índice de saponificación con hidróxido potásico hay que
dividir entre dicha cantidad el índice de saponificación con hidróxido
de sodio Conocida la cantidad de sosa necesaria; ¿qué concentración
se prepara? Pues de nuevo nos encontramos con una enorme
variedad, y las numerosas recetas de libros o internet suelen expresar
la concentración en tanto por ciento en masa. Como norma general las
grasas duras (con abundancia de ácidos grasos saturados) requieren
disoluciones más concentradas, es decir; menor cantidad de agua. Al
contrario, grasas en las que predominen las grasas líquidas (con
abundancia de ácidos grasos insaturados) requieren disoluciones más
diluidas, con mayor proporción de agua.

En la red se encuentran páginas interesantes con “calculadoras de


saponificación”. Son sencillos programas para calcular la cantidad de
sosa y su concentración necesarios para saponificar una grasa o una
mezcla de ellas. Además, dan información acerca del jabón que se va
a obtener, como su capacidad de hacer espuma, su poder
acondicionador, su dureza o los posibles problemas que pueda tener
por enrarecimiento de sus componentes.

Condiciones de reacción: Punto de traza. Una vez seleccionada la


grasa y disuelta la sosa, no basta con mezclarlos sin más. Es más, al
principio se observa una pequeña turbidez que dista mucho del jabón
final. Hay que tener en cuenta que el jabón es una emulsión de sales
de ácidos grasos, agua y glicerina, lo que nos sugiere que es
necesario agitar concienzudamente los reactivos para obtener el
producto deseado. Las recetas más tradicionales hablan de agitar en
círculos siempre en el mismo sentido y los libros más actuales
aconsejan el uso de agitadores o batidoras de cocina para acelerar el
proceso y obtener una mezcla final más homogénea. El batido de los
reactivos termina cuando la mezcla tiene un aspecto pastoso, y lo más
importante: al pasar una varilla deja un surco en la superficie. Este
punto es el llamado punto de traza e indica que el jabón está listo para
añadir ingredientes que le darán al jabón un sello propio, como puede
ser chocolate, arcillas para obtener jabones exfoliantes, o café molido
para jabones con gran poder de desodorificación.

Terminada la adicción de estos ingredientes, el jabón está listo para


enmoldarlo.
La sosa como reactivo limitante: Sobreengrasado. Consiste en
añadir más grasa de la necesaria, para que quede sin reaccionar. Esta
técnica se suele emplear con aceites vegetales que dotan al jabón de
texturas suaves, genera más espuma e incluso se aprovechan las
propiedades cosméticas de alguno de los aceites de partida, como en
el caso del aceite de oliva. Para obtener estos efectos el
sobreengrasado no debe superar el 10%, pues en caso contrario
quedaría un producto grasiento de escasa utilidad.

Reacción en frío y curación del jabón. Consiste en partir de los


reactivos iniciales en frío. Se suele hacer con hidróxido sódico y se
obtienen jabones duros. El principal inconveniente de esta técnica es
partir de grasas sólidas como el sebo. Para solventarlo se calientan y
se mezclan con grasas líquidas para conseguir una mezcla con un
menor punto de fusión y por tanto líquida a temperatura ambiente. Los
jabones obtenidos por este proceso se deben someter a un proceso
de curado. Esto consiste en dejarlos reposar de 4 a 8 semanas.
Durante este tiempo la reacción de saponificación se completa, por lo
que el jabón va adquiriendo un pH menos básico. También pierde el
exceso de agua y el jabón se va endureciendo. La reacción en frío
más popular es la obtención de jabón a partir de los aceites usados de
uso doméstico, proveniente principalmente de frituras. El jabón
obtenido suele tener color céreo, no es especialmente duro y se suele
emplear rallado en forma de polvo.

Reacción en caliente y gelificación. Consiste en tener el producto


durante unas dos o tres horas entre 50 y 80ºC, bien en horno o al
baño maría. El jabón permanece en un estado fluido y de mucha
viscosidad (de ahí el nombre de gelificacion). De esta forma se
consigue que la saponificación se complete (por lo que el jabón
obtenido no es necesario curarlo) Una ventaja de este método es
poder añadir aceites esenciales y colorantes después del proceso de
saponificación pero cuando el jabón no está sólido. De esta forma
preservamos éstos componentes del pH básico del proceso de
saponificación y que podría alterar su composición.

Jabones de glicerina. Desde la química no tiene sentido hablar de


jabones de glicerina, pues la glicerina es un alcohol (1,2,3-
propanotriol) del que se puede obtener su sal sódica o potásica, pero
en condiciones más enérgicas y que no tendría las propiedades que
se esperan de un jabón. Por otro lado, en principio todos los jabones
llevan glicerina como producto de la reacción de saponificación.
Industrialmente existen procesos para hidrolizar los acilglicéridos en
ácidos grasos y glicerina, y separar ésta antes de obtener el jabón
final, pero en los jabones caseros y artesanos interesa no separar la
glicerina, pues le confiere suavidad al producto final.

Entonces ¿Qué es un jabón de glicerina? Pues un jabón que en su

proceso de saponificación se les han añadido sustancias para obtener

jabones translúcidos. La sustancia más empleada para ello es la

glicerina, y de ahí su nombre de jabones de glicerina, aunque es más

correcto hablar de jabones de base de glicerina.


saponificación - jabón - lípidos
saponificables - glicerina
Solapas principales
 Ver(solapa activa)
 
 Rastreo
Enviado por agustina.scarso en Mié, 08/02/2012 - 18:43
Foros: 
Alcoholes
 Qué tal? ingresé en la página con la esperanza de que alguien pueda responder mis dudas (muy taradas
igual).

Me falta ALGO para que termine de cerrarme el tema de la saponificación y los lípidos saponificables.
Pongo el post como tema en alcoholes ya que no encontré sobre lípidos y tiene que ver igual con alcohol,
así que voy a tratar de explicarme lo mejor que pueda.

La reacción de saponificación dice en varios lugares online que es

grasas + NaOH -->  jabón + glicerina

Para que un lípido sea saponificable debe tener uno o más ácidos grasos unidos a un alcohol mediante
enlace éster.
Las grasas (trigicéridos) son tres ácidos grasos y un glicerol, hasta ahí vamos bien? (yo voy bien?)
Por otro lado, hay una clasificación de lípidos que dice que los saponificables simples son los ácidos
grasos y los acilglicéridos, que son ésteres de ácidos grasos con glicerol. Cuando son sólidos se
les llama grasas y cuando son líquidos a temperatura ambiente se llaman aceites.
osea que los acilgricéridos serían triglicéridos???
 

También, en la reacción de saponificación dice:

En los casos en los que para la obtención del jabón se utiliza un glicérido o grasa neutra, se obtiene como
subproducto el alcohol llamado glicerina, que puede dar mayor beneficio económico que el
producto principal.
"en los casos en los q se utiliza un glicérido se obtiene como subproducto glicerina". en qué
casos no se usa un glicérido?? no es necesario usarlo ya que es la unión éster entre ácidos
grasos y alcohol???
No me termina de quedar claro qué diferencia hay entre el jabón y la glicerina, y qué diferencia
hay, también, en los reactivos para que el producto sea sólo jabón o jabón + glicerina.
espero que hayan entendido mi planteo y mis dudas y puedan colaborar con algún tipo de info! lo
necesito!!
saludos!

Usos y propiedades de la glicerina o glicerol


La glicerina o glicerol es un compuesto que se obtiene a partir de los lípidos. Es un alcohol y se usa
principalmente en la industria cosmética, ya que se encuentra entre los ingredientes de cremas
hidratantes y jabones que aportan a la piel suavidad y turgencia. Es decir, combate la sequedad
gracias a sus propiedades humectantes.
Sin embargo, al igual que la vaselina, tiene muchos más beneficios en el cuidado de la piel,
combatiendo el envejecimiento celular. En este artículo te explicamos para qué sirve la glicerina,
cuáles son todos sus usos, cómo hacerla en casa y dónde comprarla.
Tabla de contenidos [Ocultar]
 1 ¿Para qué sirve la glicerina líquida y cuáles son sus usos?
o 1.1 Fabricación de cremas caseras
o 1.2 Efecto calmante sobre la piel
o 1.3 Fortalece el cabello
o 1.4 Elaboración de jabón casero
o 1.5 Como enjuague bucal
o 1.6 Para descongestionar
o 1.7 Combate el estreñimiento
 2 Más propiedades y beneficios de la glicerina vegetal
 3 ¿Cómo hacer glicerol casero?
 4 ¿Dónde comprar y a qué precio?

¿Para qué sirve la glicerina líquida y cuáles son sus usos?

Fabricación de cremas caseras


La propiedad más importante de la glicerina vegetal es la hidratación. Si normalmente elaboras
cremas en casa, intégrala como ingrediente, y si no, puedes añadir unas gotas al cosmético que
compres. Al principio da una sensación pegajosa, pero al cabo de unos minutos se absorbe por
completo, por lo que notarás suavidad y una mejor penetración del sérum o aceite.
Nota: No olvides que el glicerol interacciona con el agua, intenta combinarla con aceites o una
crema para pieles secas, si no podrías favorecer la deshidratación.
Efecto calmante sobre la piel
La glicerina líquida es un gran remedio natural para algunas afecciones dérmicas como quemaduras,
irritaciones y acné. Su acción calmante se extiende a las picaduras de mosquitos, arañas y otros
insectos, así como inflamaciones o pequeñas heridas. Además, al ser antibacteriano, el glicerol sirve
para desinfectar el cosmético si disuelves unas gotas antes de aplicarlo en el rostro seco.
> Lee también: ¿Para qué sirve la vaselina? <
Fortalece el cabello
Del mismo modo que se usa sobre la piel, la glicerina es efectiva en tratamientos capilares.
Hidrata los filamentos, refuerza las raíces y lo fortalece previniendo su caída. Para prepararla, pon en
un bol glicerol y agua a partes iguales. Remuévelo bien hasta que se disuelva y aplica la mezcla por
todo el cabello.

La melena mejora notablemente al cabo de dos o tres semanas aplicando este tratamiento dos
días a la semana. Se acabó el frizz y el encrespamiento. También puedes comprar algún producto
para el pelo que contenga glicerol.
Elaboración de jabón casero
Existen muchos sitios donde puedes comprar glicerina sólida. Si ya tienes, trocéala e introdúcela
unos segundos al microondas o en el baño María. Cuando esté líquida, deposítala en un molde para
jabón y espera a que vuelva a solidificarse. Este glicerol te servirá para la limpieza del rostro, las
manos y el cuerpo.
Las ventajas del jabón natural son claras: es económico, ahorrarás mucho dinero, el proceso es muy
sencillo y puedes personalizarlo con esencias e ingredientes naturales como romero, jalea real,
frambuesa, menta o té verde.

> Aprende aquí cómo hacer jabón de glicerina (sin aceite) <


Como enjuague bucal
A partir de aquí comenzamos con los usos internos del glicerol. Antes debes consultar a un médico o
farmacéutico para evitar caer en contraindicaciones. Por su propiedad antimicrobiana, hay personas
que se enjuagan la boca con glicerina haciendo gárgaras, combatiendo así la halitosis. Otra
opción es agregar unas gotitas en el enjuague bucal habitual o a la pasta de dientes.
Para descongestionar
Si estás resfriado, la glicerina te irá de fábula. Añade un par de gotas de glicerina a media taza de
agua para aliviar la congestión. Aplícala en el interior de la nariz y en pocos minutos despejarás las
fosas nasales. El aire volverá a pasar con total libertad debido a que el glicerol reblandece la
congestión nasal. Te encantarán los resultados y ¡volverás a respirar como nunca!

Combate el estreñimiento
Si padeces trastornos gastrointestinales, la glicerina es una magnífica solución para calmarlos.
Tomando dos cucharaditas de postre, te beneficiarás de su efecto laxante para ir al baño con mayor
facilidad. Sin embargo, no debes excederte de la dosis, puesto que podrías experimentar algún efecto
secundario. Consulta a tu médico antes de automedicarte.
Dato: ¿Sabías que algunos de los supositorios comercializados tienen glicerol? Los encontrarás en
farmacias.

Más propiedades y beneficios de la glicerina vegetal

Esta es la fórmula química del glicerol.


Antes de ver cómo se hace la glicerina vegetal casera, y habiendo aprendido sus usos, vamos a
recopilar sus propiedades y beneficios.

 Humectante. Ideal para la piel, retiene el agua y la nutre facilitando la penetración de una
crema. Es apropiada para pieles secas o con descamaciones.
 Emoliente. Alivia las irritaciones y el picor. Añadiendo un poco del líquido sobre el
cosmético habitual obtendremos un beneficio extra, aportando relajación y suavidad.
 Varios dermatólogos la recomiendan para tratar el eccema, una inflamación de la dermis
externa que provoca enrojecimiento. Con el glicerol se contribuye a la regeneración cutánea.
 Antiedad. Como retiene el agua en el interior de las células, las arrugas se disimulan mejor
y parecerá que el tiempo no pasa tanto para ti. Las mascarillas de glicerina previenen la
flacidez y se atenúan los signos de expresión.
 ¿Cómo hacer una mascarilla de glicerol? La preparación es muy fácil. En un bol, pon una
cucharada sopera de miel con dos del extracto vegetal. Agrega dos gotas de aloe vera y dos de
aceite de argán. Remueve hasta que se forme una mezcla homogénea y aplícala sobre la piel
durante 10 minutos. Retira con agua tibia abundante.
 Inodora e incolora.
 Se disuelve fácilmente en agua, nunca en aceite a no ser que hagas una emulsión.
 Se usa en la fabricación de jabones, que desobstruyen los poros y limpian el cutis en
profundidad.
 Lubricante, gelatinosa y espesa.
 Resistente a la temperatura. Por eso, debes tenerla un buen rato en el baño María.
 Si te la aplicas pura, te deshidratará. Siempre diluida con otros ingredientes.
 Molecularmente, es un alcohol que se obtiene tras la degradación de lípidos.
¿Cómo hacer glicerol casero?
Hace muchos años, el glicerol se producía calentando el propio jabón de glicerina, a partir de
grasas animales y sal. Para la producción hay que protegerse con mascarilla, guantes y gafas, ya que
es algo peligroso. Además, se producen fuertes olores, por lo que se recomienda abrir puertas y
ventanas. Procedimiento.
1. Pon la grasa animal o vegetal con sal. En un cazo, calienta la mezcla a fuego lento entre 65-
75 minutos.
2. Poco a poco, se irán formando varias capas de producto.
3. Quitar el jabón con un colador. También puedes usar una espumadera.
4. La capa que no es el jabón, es glicerina.
5. En función del uso que le vayas a dar se añade otros ingredientes como el bicarbonato de
sodio (glicerina carbonatada), aceites vegetales y plantas medicinales.
¿Dónde comprar y a qué precio?
Lo normal es que la adquieras en algún punto de venta. La puedes comprar en establecimientos
especializados en belleza, farmacias, herbolarios y otras tiendas de estética.
Relacionado:

 Usos de la parafina líquida


Imágenes cortesía de niceandnaturalbeauty.com, prettyfrugalliving.com, y Wikipedia. Si te ha
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