Está en la página 1de 3

Ama y haz lo que quieras

Como homenaje al más singular director argentino de la historia, compartimos con nuestros lectores esta
conversación/entrevista realizada en junio de 2008. Unos días antes de los estrenos de La mujer sin cabeza
y de Aniceto, juntó a Lucrecia Martel y a Leonardo Favio. Un encuentro histórico, cálido y cargado de cine
de Hernán Guerschuny

HACIENDO CINE (conversación completa: http://haciendocine.com.ar/node/14655)

HG: Ustedes dos, cada uno en su versión, son muy seductores. Me imagino que
así lo deben ser también con sus actores. ¿Les ha pasado alguna vez que en
plena película se dieran cuenta de que no podían seducir al actor?

Martel: Sí.

Favio: ¡Cómo sufrí!

Martel: Pero siguió adelante…

Favio: Sí. Porque no tenía más remedio. Ya estaba. Cuando él me miraba


mantenía mi sonrisa a muerte, en esos casos me puede hacer pis en la cabeza
que yo lo miro con los pulgares arriba y le digo: “bárbaro loco…”

Martel: Obvio: “inmejorable” (risas). A mi me parece que para estar seguro de


un actor, uno tiene que desearlo. Pero realmente desearlo. Como si estuviera
enamorado.

Favio: Qué bien que lo decís, es tal cual.

Martel: Es que si no, sucede que uno no sabe lo que mira a través de la cámara.
Yo necesito, no digo tener un romance con los actores, pero sí que me gusten
mucho. Que me encante mirarlos. Necesito eso. Si no, no sé ni dónde poner la
cámara.

HG: No sé si estarán de acuerdo con esta afirmación, pero algunos dicen que
uno debería llevar a la pantalla traumas que uno ya tiene resueltos y no los no
resueltos. Primero quería saber si estaban de acuerdo con esto y, en segundo
lugar, saber si se analizaron o se analizan.
Favio: Si no tenés cosas raras en la cabeza no podés hacer cine, creo yo.

Martel: Yo no me analicé pero porque soy católica. No creo que esté bien
analizarse si uno es católico. Aunque sea una católica hereje. Me parece que la
idea del trauma no sirve, si alguien resolvió algo, quiere decir que no era un
verdadero problema. Porque las cosas se transforman pero no desaparecen.
Encarar la búsqueda de uno mismo a través del concepto de trauma me parece
un problema gravísimo. Esa idea de la descripción psicológica de los personajes
tampoco, nunca la entendí.

Favio: No, yo nunca me metí en ese mundo porque no lo conozco. Es muy


complejo para mí. Pero ojo, yo me psicoanalicé hace poco y me sirvió.

Martel: Últimamente he recibido mails en donde directamente me mandan el


teléfono de la terapeuta, como diciendo “tenés que ir porque estás mal”. Pero
bueno, hay a quien le sirve… Pero construir una película desde la idea de la
psicología de los personajes y del trauma del director me parece un error.

HG: Pero hay muchos que pretenden, con lo que filman, llevar a la pantalla sus
propios traumas.

Martel: Yo agradezco todos los traumas que tiene Cronenberg, por ejemplo,
que nunca se psicoanalizó.

HG: Y cuando un actor les pregunta sobre la psicología de los personajes, que es
una pregunta del actor bastante común, “¿de dónde vengo?, ¿cuál es mi historia
pasada, mi motivación?”, etc…

Martel: Sinceramente, no lo sé. Lo que sí por ahí puedo saber es si están


enfermos, alguna cosa puntual que se pensó para el personaje, peor no todo su
pasado.

Favio: Yo le digo “mirá, no te hagas ningún problema. Yo tengo toda la película


acá, en la cabeza, y yo sé cómo empieza y cómo termina. Vos hacé lo que te pida
en cada toma. Para mí la película completa está en cada instante, en cada
marcación. No preguntes nunca por qué, nada”.
Martel: Pero eso para algunos actores es como una falta de respeto.

Favio: Pero yo lo hablo mucho. No lo digo así a lo bestia. Ellos tienen su libro,
ya saben que se trata de una escena dramática, que lo van a matar, van a pelear,
etc. Ahora, después, cada plano es mío, es como una arcilla, vos lo vas
modelando en el primer plano: “tragá saliva, pestañeá”; en el plano conjunto,
que es en donde el actor está más desprotegido, lo gago con las marcaciones.

HG: Lucrecia, supongo que también te reconocés en esa obsesión por la


marcación al detalle.

Martel: Lo que sucede es que a veces hay tantos elementos que el actor
desconoce que van a estar en la película… Sonidos, esas cosas que van se van a
agregar poco después o cosas que están pasando por detrás, en otro plano visual
o narrativo.

Favio: Exactamente.

Martel: El actor no está en todas las instancias de factura de la película, es


imposible. Es como pasa con los chicos, lo único que se puede hacer es decirles:
“ahora caminá así, da vuelta acá, a ver, vení para acá”. Salvo que haya una
escena en donde un personaje tenga que construir algo en particular, entonces
hay que explicarle un poco y soltarlo.

Favio: ¿Y El Zorro te gusta? La serie…

Martel: ¡La serie…! ¡Era La Biblia…!

Favio: Es lo más grande que hay…

HG: ¿Y con Cristina Kirchner se lleva bien?

Favio: Cómo no me voy a llevar bien… una mujer tan hermosa. Siempre me
llevo bien con el poder, soy cineasta… ¿Estuve bien?

También podría gustarte