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El pintor de la vida moderna, Charles Baudelaire

Para el perfecto flâneur, para el observador apasionado, constituye un gozo inmenso


elegir morada en el número, en lo ondulante, en el movimiento en lo fugitivo y lo infinito.
Estar fuera de casa, y sin embargo sentirse en ella en todas partes; ver el mundo, estar en
el centro del mundo y permanecer oculto al mundo, tales son algunos de los menores
placeres de estos espíritus independientes, apasionados, imparciles, que la lengua solo
puede definir torpemente (86-87)

El dandismo es una institución vaga tan rara como el duelo; muy antigua puesto que
César, Catilina, Alcibíades nos proporcionan brillantes ejemplos (113)

Los novelistas ingleses… y los franceses… se han esforzado ante todo, y muy
atinadamente, en dotar a sus personajes de fortunas lo suficientemente vastas como para
pagar sin vacilación todas sus fantasías; a continuación los han eximido de cualquier
profesión. Esos seres no tienen otro estado que el de cultivar la idea de lo bello en su
persona, de satisfacer sus pasiones, de sentir y de pensar (113). Poseen así, a su capricho y
en amplia medida, el tiempo y el dinero, sin los cuales la fantasía, reducida al estado de
ensoñación pasajera, apenas puede traducirse en acción (114).

“el dandi no aspira al amor como fin especial. Si he hablado de dinero, es porque el dinero
es indispensable para la gente que se hace un culto de sus pasiones; pero el dandismo no
aspira al dinero como algo esencial; un crédito indefinido podría bastarle; deja esa burda
pasión a los comunes mortales” (114)

El dandi  “Es ante todo la necesidad ardiente de hacerse una originalidad, dentro de los
límites exteriores de las convenciones, Es una especie de culto de sí mismo, que puede
sobrevivir a la búsqueda de la felicidad que se pueda encontrar en el prójimo, en la mujer,
por ejemplo (114)… Es es placer de sorprender y la satisfacción orgullosa de no ser jamás
sorprendido. Un dandi puede ser un hombre hastiado, puede ser un hombre que sufre;
pero en este último caso, sonreirá como el espartano mordido por un zorro (115).

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